Profesores Analógicos, Estudiantes Digitales

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Profesores Analógicos, Estudiantes Digitales
Profesores Analógicos, Estudiantes Digitales: Una tensión
cultural para la gestión pública de las TIC en Educación
Jose Cabrera Paz
Fundación Universitaria CAFAM
[email protected]
www.internetvive.com
BIOGRAFIA
José Cabrera Paz. Investigador, Desarrollador y Consultor en Educación, Cultura y Tecnologías de Información y
Comunicación. Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, Master y D.E.A en Sociedad de la Información y el
conocimiento de la Universitat Oberta de Catalunya. Consultor Fundación Universitaria Cafam, Bogotá, Colombia.
RESUMEN
Buena parte de la dificultad que enfrentan las políticas públicas para la incorporación de las TIC en el sistema de la educación
básica y media del país tiene que ver con las diferencias culturales en la apropiación de tecnologías entre los actores de las
comunidades escolares. Más allá de los distintos niveles de competencia en el manejo de los objetos, los jóvenes y adultos
que conviven en la Escuela se enfrentan a las TIC desde diferentes aprendizajes, y veces contradictorias experiencias
culturales. El análisis que presentamos busca comprensión (y ciertas claves para la gestión de políticas públicas en TIC) de
las diferencias de perfiles que existen entre estudiantes y profesores y como generan una tensión fundamental en los procesos
de incorporación de TIC. Para ello analizaremos sus perfiles culturales y mediáticos, buscando sus características y
tendencias generales, apoyados en estudios propios1, datos de Bogotá y datos nacionales.
Palabras claves
Cultura, Tecnología Informática, Educación, Escuela, Jóvenes, Profesores, Medios, Consumo
INTRODUCCION
Bogotá, la capital, es una de las zonas que más ha hecho experimentos y desarrollos con TIC, Tecnologías de Información y
Comunicación, en la educación del país y por ello se ha convertido en un escenario demostrativo de cómo se traduce en la
vida escolar, en los perfiles de profesores y estudiantes, el proceso de de tensión que introduce la tecnología en su cultura.
Esta tensión se hace manifiesta en el análisis de dos tipos de perfiles de lo que llamaremos, acudiendo a una metáfora
comprensiva, estudiantes digitales y profesores analógicos. En nuestro análisis combinaremos una perspectiva interpretativa
basada en datos de estadísticas relevantes en la comprensión del uso, consumo de medios y experiencias culturales
mediáticas2. Cerraremos la exposición con una aproximación a tres aspectos a considerar en la gestión de políticas públicas
educativas de apropiación de TIC, a partir de la comprensión del perfil cultural-mediático de los actores escolares aquí
analizados.
APROPIAR TECNOLOGÍA, RESIGNIFICAR OBJETOS
Debido a la creciente centralidad de los objetos TIC en el circuito económico global, a la innovación de técnicas y
tecnologías, al desarrollo científico y por supuesto al intenso circuito mediático que los promociona y consume, los productos
1
. Básicamente un proyecto en proceso financiado por el IDEP-Secretaría de Educación de Bogotá, ejecutado por
UNICAFAM y cuya meta es gestionar un proceso de innovación con TIC en Instituciones de Educación pública básica y
media de Bogotá.
2
. Encuesta diseñada para el Proyecto Semilleros de Innovación TIC, UNICAFAM-IDEP, Bogotá, 2008-2009. Utilizaremos
también datos nacionales de DANE-Encuesta Nacional de Hogares (2007), Estudio General de Medios (2007) y Encuesta de
Ciencia y Tecnología de Bogotá (2009).
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digitales se han convertido en un objeto sobre-representado, en cuyo interior se albergan imágenes de nuevas utopías de la
educación, la comunicación, la política y la cultura. Y ello, en el particular campo de las políticas educativas públicas, opera
en sentidos contradictorios, donde con frecuencia se asumen como la panacea perentoria para mejorar la calidad. De esto se
derivan políticas públicas de apropiación de tecnología que muchas veces se concentran en “tener el objeto”, instalar la
infraestructura y construir el producto comunicativo, pero sin considerar suficientemente lo qué significa usar los objetos,
“apropiarlos” en las prácticas educativas cotidianas.
El concepto de “apropiación” entiende la tecnología como una forma de construcción, significación y representación del
mundo social desde un contexto particular, en una experiencia cultural. Una tecnología está incorporada plenamente cuando
funciona como un objeto natural del paisaje de las prácticas cotidianas. Hay incorporación adecuada cuando existe una
funcionalidad pertinente y diversamente desarrollada, cuando sus posibilidades están asimiladas tecno-cognitivamente en la
vida escolar: ya como mediación comunicativa y organizacional, ya como dinámica pedagógica y soporte de aprendizaje.
El “uso” de las TIC está determinado por el lugar cultural, con sus referentes y horizontes de significado. Uso y apropiación
no son términos totalmente discretos: no hay, como bien lo refiere la sociología de la cultura y la antropología social, ni
objeto ni apropiación que no estén en el horizonte simbólico de la cultura. No hay uso de un objeto que no tenga un
significado social en el grupo. Todo uso de un instrumento es inevitablemente una representación que excede la
funcionalidad del objeto. Todo uso es una manera de “significación” por cuanto se halla en un contexto de relación social que
le da un significado compartido ligado a una práctica cotidiana. En este contexto de prácticas, la experiencia, la socialización
y los aprendizajes en la escuela en particular y en la vida social en general, configuran perfiles diferenciados de sujetos que
viven y experimentan lo que significa y se hace con la tecnología como experiencia cultural.
En la interacción humana mediada por TIC, el artefacto digital no solo funciona como función de “canal”, sino que media en
el significado del espacio y en el sentido de la relación. El sentido del “uso” transforma a los usuarios. Así, las TIC pueden
ser entendidas como un sistema objetual, de soportes y canales, pero también como una instancia de mediación comunicativa
de la vida social y cultural, y por ello instituyente de nuevas formas de ser y actuar en los vínculos que tenemos con los otros.
Un ejemplo bastante ilustrativo de cómo la tecnología se define más allá de sus funcionalidades, y empieza a comportarse
como un significado cultural lo encontramos en los atribuciones que le hacen los usuarios a los objetos poseídos. El Iphone,
producido por la compañía Apple, es actualmente un pequeño dispositivo con telefonía móvil, navegación web, grabación y
reproducción multimedia y un sistema de posicionamiento global, GPS, entre otras varias funciones. Fue declarado la
invención del año 2007 por la revista Time 3. Una versión mejorada y más económica fue lanzada en el 2008, y rápidamente
despertó un enorme despliegue mediático global y convocó a miles de personas que hicieron largas filas para comprarlo en
los países en donde se lanzó.
El Iphone, como muchos otros objetos tecnológicos exitosos, tiene hoy numerosas clones que se ofrecen en los sitios de
subastas on line de Latinoamérica y en los mercados orientales que prometen enviarlo desde China a cualquier lugar del
planeta en los volúmenes que se requieran. En el mercado del clon tecnológico hay de todo. Desde la copia rudimentaria que
se comienza a deshacer con el primer uso hasta el modelo que supera en funcionalidad y menor coste a la versión original. Lo
que dota al objeto digital con singularidad y especialidad está en el poder del marketing que hoy trabaja con tecnología
semiótica alterando, creando y re-significado las experiencias culturales de los usuarios. Las empresas clonadoras suelen
trabajar con rigor en extraer el “espíritu del diseño” y añadirlo a sus objetos 4. Utilizan la misma forma y perfiles del diseño (y
3
. Cf. El número especial de 2007 dedicado a las invenciones del año. Recuperado en diciembre de 2007 en www.time.com
4
. En distintas lugares y países, en particular China, uno de los más acusados al respecto, existen empresas altamente
especializadas que hacen replicas y simulaciones perfectas de las marcas de ropas, perfumes, joyas, relojes y aparatos
digitales. El diario El País de España tiene un reportaje sobre el “Hiphone” uno de los copias chinas del Iphone. Ver
“Hiphone: un 'iPhone de top manta'”. Recuperado en agosto de 2008 en:
http://www.elpais.com/articulo/internet/Hiphone/iPhone/top/manta/elpeputec/20080624elpepunet_5/Tes
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a veces los mejoran), juegan con un nombre o un símbolo suficientemente similar como para provocar la confusión y
transmitírsela al usuario al que, por distintas razones, le basta tener el “espíritu del diseño”. El significado del objeto que le
transmite un determinado valor simbólico al propietario: es un objeto que resignifica socialmente sus funciones.
VÍNCULOS Y CONSUMOS MEDIÁTICOS: CLAVE DE LA VIDA SOCIAL DE LOS JÓVENES
La vida social es cada vez más una trama convergente de sujetos, procesos y tecnologías mediáticas actuando en red
(Cabrera, 2006). La comunicación se ha convertido en un proceso de tecno-redes a través de las cuales se crean y activan las
experiencias culturales y los vínculos sociales. El abordaje de este escenario, de sus dinámicas de uso y consumo, es
estratégico para comprender cómo son los procesos de expresión y constitución de los vínculos sociales contemporáneos y
cómo se desarrollan los nuevos espacios de las vidas en comunidad de los jóvenes, los principales usuarios y consumidores
de TIC.
Si deseamos aproximarnos a una caracterización del joven, probablemente el sujeto más socializado en el nuevo universo de
lasTIC, tenemos que explorar cuál es su perfil como usuario de medios, como es esa red de consumos tecno-culturales en que
se inscribe. Si examinamos el perfil de buena parte de los actuales jóvenes urbanos colombianos, bien podemos afirmar que
en tanto consumidores, pertenecen cada vez más a una generación conectada audiovisualmente, vinculada en tecno-redes y
usuaria de múltiples objetos comunicativos, particularmente de telefonía móvil y de dispositivos portátiles de reproducción
de audio y video.
Consideraremos enseguida algunas de los detalles de este perfil, tanto como el de los profesores, a ver hasta donde podemos
generar un inventario mediático para identificar tanto a la generación digital de los primeros como a la analógica de los
segundos.
EL PERFIL DEL JOVEN DIGITAL
El joven colombiano pertenece a una población con un consumo audiovisual sostenido y creciente en el tiempo. Si hacemos
un corte de 10 años, el Estudio General de Medios (EGM, 2007) indica que Colombia es el primer país en consumo de
televisión en América Latina con 93,58%, seguido por Brasil con 87,32% y Chile, 86,70%. La penetración de la televisión
cerrada (cable, satélite o parabólica) estaba en el 2001 en 52% y para el 2007 era ya del 76%. En cuanto a las audiencias, y en
eso el dato es similar a Latinoamérica, la mayor preferencia del consumo está en los contenidos locales (CNTV, 2006). En
este sentido, los canales de mayor audiencia son los dos grandes privados que operan en el país a la fecha. Con la penetración
del cable, sin embargo, está ocurriendo un fenómeno de crecimiento y dispersión de audiencias de canales temáticos. Esto ha
abierto la dinámica del consumo a un mayor volumen y diversidad de ofertas televisivas. La televisión parabólica fue
precursora en este sentido, y aunque sus señales captaban canales continentales con una deficiente calidad en contenidos hace
casi dos décadas, introdujeron al espectador colombiano en el consumo regional de televisión latinoamericana.
Por otra parte, en relación con el tipo de preferencias de los consumidores, entre ellos los jóvenes, en Colombia los canales
privados, los de mayor audiencia, tienen una diversidad de géneros escasa y eso por supuesto se acompaña de consumos
reducidos en diversidad de programas preferidos por parte de los televidentes. En efecto, los noticieros y las telenovelas son
los géneros más consumidos por los colombianos. Y los jóvenes comparten perfectamente la misma dinámica del grupo
general. Una amplia Encuesta de Percepción Publica de Ciencia y Tecnología para Bogotá (Daza, et al., 2009) nos muestra
que el grupo de 16-24 años tiene una preferencia amplia por noticieros y telenovelas. En Bogotá el consumo, según la
Encuesta, se concentra en los noticieros (42,43%) y en las telenovelas (15,67%), seguidos por las películas y series
(10,36%). Los programas relacionados con contenidos de Ciencia y Tecnología –como los de medio ambiente y vida animal,
programas culturales y documentales de ciencia– son consumidos muy poco (éstas tres categorías suman solo 10%).
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En la misma Encuesta, la preferencia por documentales sobre ciencia es tan sólo de 3,06%. Los programas culturales tienen
mejor suerte con un 7,65%, pero solamente cuando son la segunda de dos opciones presentadas por la Encuesta a los jóvenes.
Estos porcentajes están muy lejos de los altos promedios de preferencia que ostentan los noticieros y las telenovelas. Por su
parte, los programas de medicina y salud tienen muy poca aceptación, con apenas 1,44% de televidentes que los verían como
su primera opción al momento de decidir ver un programa.
Por otra parte, Internet es otro de los medios cuyos consumos reflejan en buena medida qué es lo que hacen y buscan los
jóvenes ante un medio en el cual tienen mayor poder de interacción, direccionalidad y “empoderamiento” comunicativo. Los
datos de la Comisión Reguladora de Telecomunicaciones, CRT, para 2000 nos indicaban una penetración de 2.1%. Siete años
después la cifra estaba ya en 22% y para el 2008 la dinámica de crecimiento de Internet en el país seguía en aumento
significativo. Por ejemplo, según la CRT (2008), Colombia fue con 31,3% el quinto país en crecimiento en el mundo en
suscriptores de Internet dedicado, el de mayor calidad de ancho de banda para el usuario. Es importante anotar que en el país
la oferta de Internet se presenta cada vez mas como la de un conjunto completo de servicios de telecomunicaciones. En las
principales ciudades se ve una oferta de telecomunicaciones “empaquetadas” –lo que genéricamente se denomina el Triple
Play– que consiste en la convergencia de voz, video y datos; es decir, telefonía, televisión e Internet en un solo servicio de
telecomunicaciones para los usuarios finales.
Podría pensarse en el tema de la brecha digital y la inequidad de los accesos entre los grupos sociales, y por supuesto que
todavía existe en gran escala, pero conviene analizar qué significa y cómo se produce en términos del acceso y uso de
productos tecnológicos cada vez más accesibles en costos y “formatos” de disponibilidad para amplios sectores de la
población. Varios procesos de dotación tecnológica y acceso han empezado a ser importantes en el país, entre los principales
tenemos:
a) un creciente número de programas gubernamentales (de los sectores de educación y telecomunicaciones) que dotan a las
escuelas de tecnologías digitales y conectividad;
b) la instalación del gobierno nacional y de los locales de sitios de acceso comunitario gratuito o de bajo costo;
c) la presencia cada vez más abundante de pequeños operadores privados de café Internet o cibercafé, o sitios de consumo
pagados por el usuario, montados por particulares (muchos de ellos de microempresarios de sectores populares) y ubicados
masivamente a través de todo el país, que dan creciente cobertura a sectores marginales y populares, a grupos medios y a
zonas de comercio y/o servicios en gran parte del territorio nacional.
El 17% de los hogares colombianos de las 13 principales ciudades del país cuentan con conexión a Internet (DANE, 2008).
A los hogares hay que sumarle los accesos públicos, gratuitos y pagados, y los de la Escuela, probablemente uno de los
lugares en donde mayores posibilidades de conexión empiezan a encontrar los niños y jóvenes del país. Lo que nos da un
panorama que se refleja en el siguiente dato para 13 principales ciudades colombianas (DANE 2008): Indagados por la
frecuencia del uso de Internet, las personas encuestadas de 5 años o más de edad, contestaron así: 43,2 %, que lo usaban al
menos una vez al día; 41, 5% al menos una vez a la semana pero no cada día; 11,6% al menos una vez al mes, pero no cada
semana; 3,7% al menos una vez al mes. Si la cifra de acceso a Internet es por ahora del 17% en el hogar, de todas maneras el
reporte de consumo es al menos el doble, o sea, según DANE (2008) 35, 2%. Esto se explica en buena medida porque una
línea de acceso puede representar el consumo de varias personas, incluso de fuera del grupo familiar localizado en un mismo
espacio. Pero sin duda, los datos oficiales del DANE nos muestran que los usuarios colombianos acceden principalmente a
través de sitios públicos con costo (53,1% para el año 2007).
Por otro lado, si miramos las preferencias de los jóvenes en Internet, es decir, qué hacen cuando navegan, vale la pena
considerar el marco de datos globales de tráfico y sitios de navegación que aunque no están segmentados por población nos
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indican tendencias importantes. Según Alexa.com5, uno de los sitios de medición de tráfico en Internet, entre las preferencias
de los usuarios colombianos, además del típico uso del motor de búsqueda, se encuentran sitios de redes sociales como
FaceBook o Myspace y de contenidos audiovisuales como YouTube. Datos del estudio a una muestra representativa de 1.200
estudiantes que adelantamos con el IDEP para cuatro megacolegios de Bogotá6 nos han señalado que los jóvenes utilizan
asiduamente el chat, los programas mensajeros, las páginas de videojuegos, los sitios de audición o descarga de música y el
correo electrónico. En últimas, lo que los jóvenes navegan frecuentemente tiene que ver con contenidos de relación social,
red de pares y entretenimiento.
La Encuesta Integrada de Hogares (DANE, 2008) corrobora estos datos de preferencia de uso de servicios o actividades
desarrolladas en Internet para la población de 5 años y más en los últimos 12 meses: búsqueda de información, 89,6%; uso de
comunicación (e-mail) 73,3%; actividades de educación y aprendizaje, 56,8% 7; actividades de entretenimiento, 40,3%; uso
de banca electrónica, 11,1%; compra de productos/servicios, 6,9%; y transacciones con gobierno, 3,7%.
Con los dispositivos móviles sucede también un fenómeno creciente de uso y consumo. Los jóvenes hoy acceden, desean y
utilizan más fácilmente dispositivos tecnológicos móviles para comunicarse, reproducir audio, video y juegos. La dinámica
del crecimiento del uso del celular muestra que tan conectada está la población. Los datos (DANE, 2008) nos indican que en
el 80,1% de los hogares de 13 principales ciudades colombianas, al menos uno de sus miembros poseía teléfono móvil o
celular.
Los datos expuestos nos ofrecen la perspectiva de un contexto de ofertas multi-comunicativas que el joven usuario utiliza en
interrelación permanente, construyendo en su proceso de usuario, consumidor y productor un circuito de prácticas y espacios
de representación cada vez más convergente. Es sin duda un usuario que en sus imaginarios y competencias llega a la
Escuela, sale y coexiste en ella con una experiencia de entorno que cada vez más lo provee con más necesidades
tecnoculturales y mayores competencias digitales que no siempre se encuentran en posibilidades de interactuar con las de sus
profesores, los adultos que dirigen su escuela.
EL PERFIL DE LOS PROFESORES ANALÓGICOS8
En la generación de los profesores, buena parte de ellos ubicados más allá de la mitad de su carrera profesional (57% de
profesores encuestados en nuestro estudio9), el entrenamiento y socialización en lo que significan las TIC no ha sido natural.
La mayor parte de los adultos que gobiernan la Escuela vieron llegar el computador, el Internet y los dispositivos móviles
tardíamente a sus vidas. Tan solo el 20% de los profesores de nuestro estudio ha recibido un entrenamiento significativo en
TIC y la mayor parte de este ha ocurrido durante su ejercicio profesional y en entrenamientos puntuales y fragmentarios. De
hecho el 70% de los profesores de nuestro estudio para Bogotá afirma que “nunca” o “muy poco” utilizan software para su
clase y a pesar de que el 85% afirma tener conexión de Internet en su hogar, la utilización de herramientas pedagógicas
digitales es escasa e infrecuente en la mayoría. El 87% de los profesores tiene computador en su hogar, pero la diversidad,
5
. Cifras recuperadas en Septiembre de 2008, de www.alexa.com
6
. Encuesta a 1200 estudiantes de grados 4 a 11 de escolaridad, en Instituciones públicas en el proyecto Semilleros de
innovación en Tecnología, IDEP-UNICAFAM, 2008-2009. Bogotá, Colombia.
7
. En este dato de educación y aprendizaje es relativo, dado que incluye una amplia gama de posibilidades que conviene
analizar. Puede ir desde formación on line, hasta, probablemente la más frecuente, realización de actividades de búsqueda de
informaron para trabajos y tareas escolares.
8
. El perfil de los profesores ha sido construido a partir tanto de la observación y experiencia etnográfica como de los datos
de la Encuesta aplicada a 4 Instituciones públicas (2 de ellos Megacolegios, o sea más de 3000 estudiantes) diversamente
distribuidos en la ciudad en el proyecto Semilleros de innovación en Tecnología, IDEP-UNICAFAM, 2008-2009. Bogotá,
Colombia.
9
. Ibid
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profundidad y competencia con el equipamiento y la antigüedad de su adquisición contrastan con esto. Por ejemplo, la
mayoría, el 82% manifiesta haber participado en proyectos con TIC “muy poco” o “nunca”.
Un dato adicional, que no analizamos con suficiente profundidad aquí, pero que vale mencionar tiene que ver con una lectura
de género. Entre los profesores encuestados en nuestro estudio el 66.7% son mujeres y en el magisterio del país este dato
corresponde con la tendencia general. Así, las cifras probablemente tengan que leerse también en el contexto de generaciones
de mujeres cuya representación y manejo de TIC deba considerarse en una perspectiva en donde a la brecha generacional
debamos sumarle la de género. En contraste, para los jóvenes digitales escolares esta diferenciación de género ha comenzado
ha cambiar y aunque existan prácticas TIC distintas en ciertos aspectos, las brechas de uso y consumo ya no pueden
significarse como una brecha inalterable y profunda en el contexto escolar.
Por otra parte, para nuestros datos generales, tan solo un 7% de los profesores del estudio manifiesta haber construido un
producto como un blog o una web para sus estudiantes y el 73% expresa haber seleccionado sitios de Internet “muy poco o
nunca” para su clase. Probablemente una de las cifras con mayor poder expresivo del perfil de los docentes en su relación con
las TIC es que el 88.9% de ellos manifiesta tener computador desde “hace 4 años o más”. Por lo visto, irrefutablemente, la
clave no está en el objeto, al menos no para los profesores. Sí con por lo menos con 4 años de posesión las habilidades,
posibilidades y proyectos desarrollados con TIC son tan escasos entre este grupo social, es indudable que la mediación que
con ellos se hace desde el sistema educativo tiene aspectos fundamentales por revisar.
Este contexto, la historia de formación y socialización ha configurado un grupo profesoral que a manera de metáfora
comprensiva podríamos llamar una “Generación Analógica”. Los objetos comunicativos que han usado en sus vidas los
docentes han sido mayoritariamente monofuncionales y “sedentarios”. Muy contrarios a los objetos móviles, nómadas,
multiexpresivos, ubicuos y polifuncionales que el mercado de la convergencia le ofrece hoy a los jóvenes. Nuestros
profesores analógicos se socializaron, crecieron y se formaron en el universo de unos cuantos canales de televisión, con un
Internet que era lujo de laboratorios de la inteligencia militar y científica, con computadores escasos que podían valer el
salario de muchos meses de trabajo, con telefonía fija costosa y no siempre accesible, con una oferta cultural limitada en
comparación a la proliferación mediática contemporánea y con una escolaridad superior con serias limitaciones en la
formación para la incorporación y apropiación de tecnologías digitales.
VIVIR EN RED, LA NUEVA SOCIALIZACIÓN DE LOS JÓVENES DIGITALES
En el creciente catálogo de nuevas prácticas sociales mediadas por TIC las redes sociales son uno de las prácticas más
significativas entre las nuevas generaciones de usuarios de las TIC. En efecto, en el mundo mediático de los niños y jóvenes
proliferan y convergen tecnologías y culturas. El mundo se conecta, se enchufa a la Red, se vuelve Red. Y en medio de estas
vertiginosas transformaciones está emergiendo a la escena social un lenguaje de nuevos términos y nuevas experiencias para
intentar comprender todo lo que estamos empezando a hacer con las tecnologías.
Para mediados de la primera década de este siglo comenzó una renovación tanto en el sentido como en las aplicaciones web
que nos llevaría a un usuario que no solo recorría un mapa hipertextual, sino que se inventaba sus propios territorios de
expresiones y contenidos personales en interacción con los otros. Estábamos iniciando la revolución dentro de la revolución.
Hizo emergencia así la web 2.0, la web de las redes sociales y los contenidos de usuarios que se orientada básicamente a
proveer herramientas para la interacción. Si el primer impulso de la web hipertextual había sido la publicación, ahora el
corazón del usuario se lo llevaban la interacción con otros y la comunicación masiva de sus propias producciones. El sujeto
de la red se volvía el contenido de la red. El juego, el audiovisual, la interacción, la comunidad, la filosofía del “beta
perpetuo” de Google, se empezaron a volver el signo de identidad de la nueva web. Los contenidos de Facebook, Orkut,
Myspace y YouTube, se han vuelto el signo de los tiempos y el eje del placer de la navegación de millones de usuarios, entre
los cuales son los jóvenes los más asiduos consumidores.
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En las redes virtuales los jóvenes, con frecuencia rompiendo conflictivamente el paradigma publico-privado, exponen sus
vidas cotidianas, tejen multiplicidad de relaciones y exhiben su capital mediático atado al consumo de las industrias
culturales audiovisuales. Las biografías en “tiempo real”, puestas masivamente en la red por los jóvenes, nos están volviendo
“transparente” la vida cotidiana. Las redes son experiencias de vida abiertas a cualquiera. No solo en un momento, sino a lo
largo de la vida. Minuto a minuto estamos creando un registro a escala global de millones de biografías visuales y visibles.
No solo se empiezan a crear “generaciones digitales visibles”, sino también creadoras de su propio registro vital convertido
en un espectáculo para todos. La red social es el nuevo hábitat de la tribalidad y ha convertido al usuario en el mensaje.
La convergencia de los medios es la convergencia de la vida en las redes, es el nuevo formato de la participación social y el
nuevo escenario de la construcción de identidades. Las redes tecno-mediadas son un espacio social central para las nuevas
generaciones, no solo por todo lo que significan en el proceso de la interacción social, o por los intereses o grupos que
movilizan, sino porque son el signo de pertenencia y participación en el nuevo espacio social. Ello se demuestra en su
creciente poder socializador que abarca cada día a más ámbitos sociales y culturales. En esto reside también su mayor
fortaleza para imaginar propuestas educativas innovadoras y ricas en posibilidades para el aprendizaje y la convivencia de las
comunidades escolares. A pesar de que genere temores y nuevos fenómenos de agresión y conflicto social, las tecno-redes
son como todo lo humano, una expresión de lo que somos como sociedad, pero con un potencial comunicativo nuevo, aún
por explorar, pero sin duda enorme. Un potencial que puede ser utilizado por la Escuela para explorar las más ricas y diversas
posibilidades comunicativas del “vínculo humano” en los procesos de aprendizaje y en la convivencia escolar.
CONCLUSIONES: DIGITALES Y ANALÓGICOS EN TENSIÓN TECNO-CULTURAL
La Escuela vive una tensión que podríamos llamar “tecno-cultural”, que no solo tiene que ver con las TIC, sino con lo que
significa simbólicamente la brecha tecno-cognitiva de adultos “analógicos” que aún enseñan y gobiernan una Institución en
la que aprenden estudiantes cada vez más “digitales”. Los profesores de los niños y jóvenes digitales fueron
mayoritariamente educados en una Escuela conservadora en innovaciones, logocéntrica y convivencialmente vertical; hacen
parte de un grupo social que ha visto irrumpir “abruptamente” las TIC en su profesión y en su vida y las sienten
poderosamente extrañas a la vez que las imaginan extrañamente poderosas.
Por su parte, los estudiantes, principalmente de la mano del mercado tecnológico, mediatico y cultural, casi sin distinción de
grupo social, edad y género, se vuelven cada vez más “digitales”, a su manera, muchas veces “domesticando” las TIC por
fuera de la Escuela, con sus pares, en su cotidanidad local y desde sus posibilidades de acceso. Sus vínculos sociales,
frecuentemente gestionados en tecno-redes y su afirmación identitaria como consumidores de productos del mercado cultural
los pone en un creciente conflicto generacional que atraviesa sus formas de comunicar, aprender y relacionarse. Y si todo ello
entra en tensión, la Escuela, espacio de comunicación, aprendizaje y socialización, naturalmente entra en tensión, sobretodo
porque las TIC se han vuelto no un vehículo que “introduce” diferencias entre estudiantes y profesores, sino que acelera y
acentúa las que ya existían o se venían incubando entre generaciones.
A este espacio en tensión llega la necesidad de plantear políticas públicas que desarrollen ciertos principios básicos en
relación con la forma como se comprenden y usan las TIC, como se interpretan los perfiles de los actores escolares y como se
diseñan metodologías formativas menos fragmentarias, más localizadas a partir de las necesidades in situ y de las propias
demandas de aprendizaje de los actores. Para cerrar solo sugeriremos tres líneas de orientación de política, seleccionadas
entre muchas otras, pero que consideramos importantes en la filosofía que a nuestro entender debe tener una estrategia
pública en apropiación de TIC en la escuela, basada en la comprensión de los actores y en las dificultades y mitos que
enfrentan en sus procesos de aprendizaje social con los objetos y con los procesos tecnológicos digitales.
a) Para gestionar una política que logre impactar positivamente y a mayor escala el proceso de apropiación de TIC en la
Escuela (formación, currículo, equipamiento, estrategias, transferencia, investigación), es fundamental comprender el espacio
y el perfil cultural de los actores con los cuales este se desarrolla. La historia compartida, la manera como se definen como
comunidad, el clima relacional, las prácticas profesionales que se construyen, los enfoques con los cuales trabajan, son
variables de cultura fundamentales para comprender como ocurren los procesos de aprendizaje y cambio institucional. Las
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TIC, como cualquier otro proceso de mediación social, son apropiadas en el contexto de este universo multivariable de la
vida comunitaria y este debe ser interpretado con mapeos permanentes de información que nos de comprensiones más
aproximadas y completas de cómo funciona en la cultura de una institución y de una determinada generación una tecnología.
b) Asumir la brecha generacional que se ha evidenciado entre estudiantes y profesores implica desarrollar sistemas de
formación que en diversas escalas trabajen por la ruptura de mitificaciones y temores que los docentes han desarrollado frente
a los objetos tecnológicos. La suposición de que son difíciles y complejos los aleja no tanto porque lo experimenten así, sino
porque lo suponen así, aún por fuera del ejercicio práctico. Los objetos tecnológicos suelen ser vistos como un universo de
dificultades que requieren habilidades extraordinarias, o por lo menos solo aptos para sujetos con capacidades especiales.
Sobre la necesidad de cambiar esta representación, el sistema educativo debe actuar en términos de la cultura, con la
colaboración interinstitucional de diversos agentes sociales, incluidos los proveedores de tecnología que con frecuencia se
enfocan más en el marketing genérico que en la estrategia de utilización pedagógica adecuada para los docentes y las
escuelas.
c) Una política pública debe gestionar estrategias para involucrar efectivamente a los profesores desde la base del sistema.
Esto pasa tanto por la gestión de la comunicación como por la gestión del los sistemas y enfoques de la formación. Implica
poder comunicarse con ellos, en el universo sus propias necesidades e intereses. Lo cual no es fácil, sobretodo por la
existencia de tensiones históricas entre el magisterio y las administraciones públicas. Pero el principio de conocer al actor
para adecuar el proceso es irreductible. Por eso, metodológicamente hablando, para involucrar más efectivamente en el
proceso de apropiación, es necesario pensar el proyecto de apropiación de TIC en las escuelas a partir de abordar
“problemas” más que de exclusivamente entrenar en objetos. Lo cual, adicionalmente, implica apuntar a hacer cambios
fundamentales en las concepciones con los que las instancias formadoras (universidades formadoras) actúan en el aprendizaje
de los docentes. Actuar sobre problemas con las TIC es una estrategia para ofrecer opciones de apropiación efectiva en el
universo cotidiano del ejercicio docente.
Finalmente, vale decir, que la metodología es clave y no debe ser accesoria para la política publica educativa en el uso de
TIC. Cada problema de un docente, en su práctica, es una oportunidad poderosa para apropiar una tecnología, para migrar
con sentido, más eficazmente, de un profesor analógico a un pedagogo digital.
REFERENCIAS

Cabrera, J. (2006). Hábitats Digitales en la Convergencia Mediática. Comisión Nacional de Televisión-Universidad
Central, Bogotá.

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