La actividad teatral con los Profesores, se llevaba

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BREVE HISTORIA DEL "TEATRO AVEMPACE"
POR SIMEÓN MARTÍN RUBIO, DIRECTOR
La actividad teatral con los Profesores, se llevaba años con alumnos y padres de alumnos, se
inició porque en el IES AVEMPACE queríamos celebrar el centenario de Federico García
Lorca de un modo igual y distinto a como pudiera hacerse en otros Centros. Se habían hecho
lecturas y escenificaciones por parte de los alumnos, recogido muestras que ayudasen a
entender la obra y vida de Federico, se habían hecho recitales y audiciones de música pero
queríamos algo más.
Un viernes, en una comida, antes de las últimas vacaciones de Navidad, alguien habló
de La zapatera prodigiosa de Lorca e inmediatamente se pensó en llevarla a escena.
Así nació el grupo de Teatro Avempace formado por los Profesores del Instituto y que
ha sido un referente en la vida académica y cultural de la Ciudad.
De aquella comida, el menú fue sencillo, costilla de cerdo con pimiento y tomate, salió
el compromiso de aprender los papeles y de encarar el montaje del espectáculo. Lo extraño
viene de la naturaleza de los comensales; perdón, de la extraña configuración de los actores.
Allí, aquel viernes del año 98, centenario del nacimiento de Lorca, alguien propuso hacer un
homenaje al autor poniendo en escena una de sus obras. Entre los comensales estaba Carmen
Magallón, profesora del Centro que recordó que en Teruel, cuando ella estudiaba el Curso
Preuniversitario, José Sánchis Sinisterra, que estaba de Profesor de Lengua y literatura en
Teruel, dirigió un montaje de La zapatera prodigiosa y que no le importaría volverla a hacer, el
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mismo papel u otro. En nuestra historia, a la zapatera le prestó el cuerpo una profesora de
física, Carmen, y al zapatero, un profesor de historia, Javier. Dos profesores de lengua, Antonio
y Enrique, asumieron los papeles de Mozo I y de Don Mirlo y una profesora del mismo
seminario, Ángela, fue la vecina roja. Del seminario de matemáticas salió el alcalde, Eusebio;
de ciencias naturales, las otras vecinas, Amparo e Isabel, un tecnólogo, Pepe, puso cuerpo y
voz para el mozo II y otro, Luis, corrió con la realización del escenario. Un profesor de música,
Carlos, se encargó del montaje sonoro y un profesor terapéutico, Paco, encarnó al autor, los
profes de dibujo, Rubén y Emilia, pusieron su empeño en la realización del cartelón del ciego,
además los encargados de sonido, luces, etc. El niño, lo representó una alumna, Laura. ¿No
les extraña a ustedes ver a todo un claustro de profesores empeñados en poner en pie, para
sus alumnos, “una farsa violenta en un prólogo y dos actos” aunque sea de Federico Garcia
Lorca?
En nuestra presentación a los alumnos se decía: “La educación obliga, eso se dice en
los manuales de buenos modos, a presentarse antes de hablar y lo haríamos gozosos, pero
entendemos que no vale la pena perder ni un sólo minuto para hablar de nosotros. Estamos
aquí para decirles únicamente eso: que hemos montado La zapatera prodigiosa de Federico
García Lorca. Ya sabemos que es el año del aniversario y que esta va a ser una gota, una
más, en el inmenso océano de celebraciones, de acuerdo; pero la humildad de la gota no le
priva de toda la belleza que guardan los millones de luces de su reflejo.
FEDERICO GARCÍA LORCA
Nuestra aportación se suma a la preocupación que llevamos desde hace muchos años,
mucho antes de que el centenario de Federico fuera noticia, de hacer del teatro una
herramienta de la pedagogía oficial, hacer de él una actividad académica. Pero del teatro de
autor y de bambalina, no de la dramatización como juego, que también.
Esto viene a cuento porque, como decía Monleón, Federico no ha tenido suerte en el
escenario (hablaba de la Yerma de Espert-García) porque la noticia era el propio Federico.
Nosotros en el aula y en la calle hemos llevado a Federico con mucho éxito. El montaje de
Yerma, en el IES de Borja, fue un hito para los alumnos que trabajaban en él. Como Federico
con la Barraca, se llevó la voz y la poesía a pueblos que nunca habían oído hablar de él.
Yerma se asomó en los pueblos, a las cuadras, a los corrales. No al corral escénico
frecuentado por los clásicos sino al de vida y calor. Yerma deseaba tener un hijo entre gallinas
y fardos de paja y los espectadores sumaban su aliento al de los sorprendidos animales.
Igual que Federico nos echamos al monte armados de ilusión y de palabras y como a él
nos supo a gloria el "viva Cervantes" pero en este caso con el apellido Lorca. A Federico lo
tomaban en su ingenuidad por Cervantes y a nosotros por el mismo Federico y sus criaturas.
La ilusión y dos bombillas, como en la Barraca.
Con esa ilusión hemos representado el universo opresivo de La casa de Bernarda Alba
y nos hemos ido de romería a Moclín, como Yerma, con El Cristo de Martín Recuerda. Hasta
llevamos farsas imposibles e increíbles como esta zapatera prodigiosa.
Con La zapatera prodigiosa nos fuimos a otros institutos, el miércoles, trece de mayo,
1988 a las cinco de la tarde (más o menos) hacíamos una representación para los alumnos del
IES Félix de Azara. Esto decía nuestro programa de mano:
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“Henos aquí, en una hora más taurina que teatral, dispuestos a recorrer el camino de la
ilusión y a envolveros con la malla mágica de la farsa. El teatro Avempace es uno de esos
extraños especímenes que, de vez en cuando, aparecen en este Aragón hiperbólico y surreal.
Un grupo de profesores se ha liado la manta a la cabeza y se ha echado al monte de los
escenarios con la única pretensión de celebrar, también ellos, el centenario de Lorca. La obra
que se ha escogido ha sido La zapatera prodigiosa, una farsa violenta, arquetipo de la estética
lorquiana. Lorquiana por lo popular y por los elementos de la dramatización. Es una pieza
breve montada en torno un romancillo que cuenta la historia de una talabartera infiel. Teatro
dentro del teatro, como en Cervantes y como en Valle Inclán. El honor y los celos motores de la
conducta, como en Calderón. Los amores del viejo y la niña como en la mejor tradición
farsesca y saineteril. Con esos elementos, Federico quiso llevar a la escena una bocanada de
aire fresco, lejos de la teatralería y de la erudición, sostenido en y por la poesía de lo cotidiano.
Eso quiso hacer Lorca. Nosotros hemos pretendido hacer lo mismo. Si lo hemos conseguido o
no, ya nos lo diréis a la salida”.
La experiencia satisfizo. El curso siguiente, se pensó seguir con la actividad teatral.
¿Cómo y por qué nació este grupo de teatro de Profes? En primer lugar como respuesta a una
necesidad o, si se quiere, como cristalización de una realidad: la convivencia. Se ha hablado y
escrito mucho de la actividad teatral como artífice de sociabilidad.
Se tiene en cuenta en el trabajo teatral, la peculiar naturaleza de la actividad, la esencia
del drama, por citar a Gouhier, y las muchas posibilidades de la práctica teatral, ver Pirre-Aimé
Touchard y su Apología del Teatro, y apostamos por una determinada práctica. Conscientes de
que, como dijo Francis Bacon, "el arte es el hombre añadido a la naturaleza" tomamos el
trabajo como una posibilidad de conocimiento. En nuestra actividad descubrimos razones que
no se nos habían manifestado hasta entonces. Brooks Atkinson lo expresó claramente: "Con su
imaginación su regocijo, su desesperación, su rebelión o su pasión, el artista crea un mundo
que tiene su propia coherencia y nos lo entrega como algo verdadero" o con palabras de
Clayton Hamilton: "El Arte y la Naturaleza compiten siempre en la gran tarea de mostrar a la
humanidad lo verdadero, lo bello y lo bueno”. Son los dos maestros de nuestra escuela del
mundo... Sería muy difícil decir cuál de los dos es el mejor maestro. Partimos de un principio
claro, el sexto de los principios de Edward Wright: "El teatro, como arte, tiene obligaciones
específicas con su público, y éste, a su vez, como parte de toda producción teatral, tiene
obligaciones específicas con el teatro". Quiere esto decir que el teatro es una "institución
democrática" que pertenece fundamentalmente al pueblo. No es lícito entender la actividad
teatral sólo como un escape o sacrificar toda diversión en aras del mensaje.
En nuestra actividad teatral, no se trata de un proceso de animación sociocultural
donde la validez para los integrantes está en el proceso, independientemente del producto. No,
ni mucho menos. La actividad solo encuentra su refrendo, su justificación, en la escena y ante
un público. Además, dada la naturaleza del grupo, no podemos olvidar el fuerte contenido
"pedagógico" de nuestra actividad. El resultado únicamente se mide ante los alumnos.
HÉRCULES Y EL ESTABLO DE AUGÍAS (DE FRIEDRICH DÜRRENMATT)
Otro texto que trabajamos, año 1999, fue Hércules y el establo de Augías de
F.Dürrenmatt. El montaje supuso todo un alarde, tanto por los medios como por el elenco. En la
sala se dispusieron dos espacios escénicos: uno, el parlamento, era todo el patio de butacas y
parlamentarios todos los espectadores, en las butacas estaban sentados sin ningún distintivo
que los identificase, los parlamentarios que tomaban la palabra. En un lado, a mitad de sala, el
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estrado donde estaba Augías y en el escenario y en las dos primeras filas de asientos el resto
de los personajes en la representación. Además de los actores profesores, trabajó todo un
grupo de alumnos del tercer curso de ESO, en concreto, el grupo G, para hacer el recibimiento
triunfal del héroe.
La obra está a medio camino entre la comedia de fantasía, la farsa y la sátira. Se trata
de un tipo de teatro expresionista donde es fácil hallar la huella de autores como Aristófanes,
Brecht, Nestroy o Wedekind.
Nos pareció interesante acercar al público avempaciano este tratamiento iconoclasta
de la mitología y de la democracia. Para entender mejor el desarrollo de la obra, comprendimos
que sería oportuno hablar un poco del personaje central: Hércules. Distribuimos a los alumnos
una hoja con el siguiente texto:
“Hércules (Heracles para los griegos) es el héroe más importante de Grecia. Frente a
Teseo, héroe de Atenas que representa la inteligencia, Hércules, nacido en Tebas, representa
la fuerza. Hijo de Zeus y de Alcmena, dio muestras de su poder desde la más tierna infancia.
En la cuna ahogó a dos serpientes que amenazaban con matarlos tanto a él como a su
hermanito Ificles. A los dieciocho años mató a un león y con su piel se hizo un vestido que
habría de llevar toda su vida. De mayor, preso de un ataque de locura, mató a su mujer Mégera
y a sus tres hijos. La culpa lo persiguió siempre. La pitonisa del oráculo de Delfos le recomendó
que, para liberar la conciencia de tan terrible carga, debía hacer caso a cuanto le mandase su
primo Euristeo, rey de Micenas.
Así fue. Euristeo le hizo acometer doce empresas dificilísimas que sólo alguien tan
fuerte como Hércules podía llevar a cabo. Esas empresas se conocen como los doce trabajos
de Hércules.
El quinto, limpiar los establos del rey Augías. Este rey de Élida tenía miles de bueyes, pero
llevaban años sin limpiar los establos. Desvió los ríos y lo logró.
Deyanira, su esposa, estaba enamorada de Hércules, igual que todas las demás mujeres de
Grecia. Deyanira no se molestaba por ello porque disponía de un filtro amoroso que utilizaría
cuando lo creyese oportuno. El filtro se lo había dado el centauro Neso a quien Hércules mató
en un ataque de celos porque estaba seduciendo a Deyanira. El centauro le dijo a Deyanira,
antes de morir atravesado por la flecha de Hércules, que recogiese un frasco de su sangre y
que la utilizara como filtro de amor, que mojase con él la camisa de Hércules y así estaría
siempre a su lado”.
El resultado fue verdaderamente espectacular y nunca más apropiado el término. Para
llevarlo a cabo, se añadieron al proyecto más Profesores para encarnar a los muchos
personajes de la obra. Fileo fue interpretado por un alumno del Ciclo de Animación. La obra se
acompañó con la música en vivo de un piano y percusión y la magnífica voz de un Profesor
tenor, José María Navasa, secretario del Centro, que cantó la marcha triunfal de Aida.
Por la complejidad del montaje, esta obra no salió a otros escenarios. La pasamos en
el salón del Instituto, dos mañanas para los alumnos y una tarde para el resto de la Comunidad
escolar.
Las cosas ya iban rodadas. Al terminar el curso, los actores reclamaban textos para
analizar y poder escoger nada más empezar el siguiente. La ventaja que teníamos, hay que
ponerlo manifiesto, estaba en que el profesorado que participa en la actividad es profesorado
estable con plaza definitiva en el Centro. Por esa razón en el reparto de todas las obras se
encuentran siempre los mismos actores.
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La obra siguiente, nos la brindó la belleza y originalidad del texto. Todas las obras
sirven de pie y de recurso para todos los actores. Es rara la conversación que no aparece
salpicada con fragmentos o referencias de algún texto de los que se han puesto en escena. La
obra que pasamos a comentar todavía sigue operativa en el discurso de los actores. La obra
que descubrimos fue Delirio del amor hostil, de Francisco Nieva. Esta obra conoció, además,
unas circunstancias de “explotación” diferentas al resto: en junio del 2000, se llevaron a cabo
unas jornadas sobre la labor de investigación y de creación llevada a cabo por los Profesores
en los Institutos de Educación Secundaria. Los Profesores del Avempace, llevamos como
ejemplo de nuestra actividad “al margen del aula” la puesta en escena del texto de Nieva. La
representación tuvo lugar en el escenario del Colegio Mayor Universitario Pedro Cerbuna. El
grupo se vio enriquecido por la presencia de dos nuevas integrantes: Marta Borraz y una de la
actrices básicas en las últimas representaciones: Ana Pola.
No sé si lo he dicho, el trabajo teatral nos supone una dedicación de dos horas y media
las tardes de todos los martes y jueves del curso.
El folleto de mano, escrito para la representación de
siguiente:
Delirio del amor hostil decía lo
“El trabajo teatral de los Profesores del Avempace se ha dejado seducir siempre por el
"teatro de texto", como si hubiera teatro de otro tipo, y de entre los textos han ido espigando
las voces rotundas del teatro del siglo XX. Valle-Inclán, F. Dürrenmatt y F.García Lorca han
ocupado su trabajo en años anteriores.
DELIRIO DEL AMOR HOSTIL (FRANCISCO NIEVA)
En la presente ocasión, el texto que sube a escena es de Francisco Nieva,
escenógrafo, autor, Profesor de la Escuela Superior de Arte Dramático y de la Escuela Superior
de Bellas Artes de San Fernando, Premio Nacional de Teatro y académico de la Academia de
la Lengua Española.
Nadie discute el lugar preeminente de Nieva entre los dramaturgos actuales. Hombre
de teatro en el más estricto sentido de la palabra, domina como nadie las diferentes facetas del
espectáculo teatral en su totalidad. La riqueza lingúística de sus obras, la complejidad de su
mundo de transgresión y tragedia, su decidido antirrealismo son las señas de identidad de su
producción.
Delirio del amor hostil es una de las obras representativas de Nieva y ejemplo claro de
cuanto venimos diciendo. Nos encontramos ante un texto de una rara calidad, con un lenguaje
elaboradísimo, como se aprecia desde la aparición del primer personaje. Un lenguaje basado
en elementos populares, un lenguaje popular base reavivado y recreado por el autor. Un
fenómeno parecido al de Valle pero absolutamente diferente del lenguaje madrileño inventado
por Arniches. "Hay en el lenguaje de Nieva muchas cosas que recuerdan a don Ramón".(
Monleón) Como en Valle, también en Nieva, la tragedia muestra toda su tremenda dificultad y,
si nos apuran, el teatro se encuentra en el límite de sus posibilidades, por jugar con títulos
conocidos como Valle y la dificultad de la tragedia o El teatro de lo imposible.
Nieva utiliza un humor fresco y absurdo, surrealista muchas veces, irónico y chistoso
con resultados que van de la sonrisa a la carcajada. Esas son unas notas constantes en el
lenguaje colorista y conceptual de nuestro autor. Un lenguaje poético donde no hay segundas
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intenciones, no es necesario buscar más allá ni segundos sentidos; hay lo que hay, solo que
expresado de un modo creativo, como Valle o Lorca.
Delirio del amor hostil es una historia sencilla: un personaje se siente atraído por un
submundo marginal, anclado en un pasado nostálgico, que ha dejado las convenciones de la
sociedad burguesa un barrio canallesco donde la realidad ha conocido un giro de 180º.
Personajes que se definen por la acción, "la verdad vale todo su peso en silencio y las
palabras son todo mentira y baraundanga", dice La Coconito. ¿Personajes reales? Es posible
que todo sea una farsa.”
Esta obra la llevamos al Teatro Principal de Zaragoza para celebrar los 25 años del
Instituto con modificaciones sustanciales. (Nunca he visto el Teatro Principal tan lleno)
Modificaciones en el reparto: El muerto que, en la representación del estreno, lo hacía
Marta Borraz fue llevado a escena por Ana Pola. La escenografía: Se llenó el escenario de
bolsas de basura de las que emergían los personajes y como iluminación una enorme lámpara
formada por un paracaídas. Introdujimos música en vivo, Javier López Peña, alumno de 2º de
Bachillerato, que actuará en otras obras, tocó el óboe. La música, el tango Melodías de arrabal,
del que íbamos destacando diferentes frases. Espacio escénico, todo el teatro. A telón abierto,
se apagan las luces de sala y una luz cenital persigue al músico que aparece por el patio
tocando la frase “Barrio viejo, que tenés el alma henchida de un gorrión sentimental…” Tras él,
“La Coconito, viejecilla jovial y requemadita, la cara con mucha chafarrina de colores, traje
dispar y estrafalario de su invención a listas de crochet y boina de lo mismo rematada por un
pompón, haciendo exhibición de desparpajo y, a veces, de siniestra coquetería”.Con esta obra,
fuimos a Centros de Zaragoza y de Huesca.
DIOS (DE WOODY ALLEN)
El montaje siguiente, Dios de Woody Allen.
En el programa de una representación que hicimos en el IES Ramón y Cajal en Huesca,
decíamos “Emily Dickinson, poetisa americana, (1830-1886) decía que la esperanza “es esa
cosa con plumas”. Se equivocaba solemnemente. Woody Allen vio cómo, en lugar de la
esperanza, la cosa con plumas era su sobrino. No vamos a descubrir nada si afirmamos que la
relación tío-sobrino no es especialmente cariñosa. Para que nadie los pueda relacionar, Allen,
se ha encargado de pregonarse, como Diógenes, without feathers , sin plumas”.
Woody lamenta no haber sido otro; de haber sido así, nos hubieramos visto obligados a
pagar derechos de representación a Random House Inc.; en su lugar, miraremos por la
ventana.
¿Qué les vamos a decir de este autor que ya no sepan? Si no lo saben es que no
merece la pena saberse. Se encuentra en cualquier cafetín de Manhattan tocando el clarinete.
Mejor así que no como Clinton que toca el saxo o como Bush que toca las narices.
Dios es una comedia de Allen. Son dos comedias; mejor todavía, tres. Vamos a
explicarnos:
En un teatro de Broadway están ensayando una obra de ambientación griega cuyo final
se resiste; un grupo de espectadores y actores asisten al ensayo y observan asombrados los
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terribles problemas de Diabetes y de Hepatitis, nombres griegos donde los haya, como lo son
también Colitis y Triquinosis. Tras no pocos avatares, previsibles e imprevisibles, se ve
conveniente representar la obra de un autor, griego por supuesto, que lleva por título, “El
esclavo”. Pero, como habrán imaginado ustedes, la cosa no va a quedar ahí. La comedia, en
sus diversos planos de representación, ve pasar por ella a una estudiante de filosofía, a un
personaje de Williams, a hombres y mujeres de la calle, a las hermanas Parcas, a un
empresario- director teatral, a un coro, que tanto puede ser trágico como de una iglesia
Evangélica.
ROMANCE DE LOBOS (DE RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN)
Capítulo aparte merece la vuelta a Valle con una de sus Comedias Bárbaras, Romance
de Lobos. La tercera de las Comedias Bárbaras, continúa el hilo argumental de las anteriores:
la transformación de Don Juan Manuel Montenegro, que pasa del exceso de la locura del
violento vivir a una nueva concepción de sí mismo, redimido por un sentimiento de culpa que
apaga su soberbia. Valle se sirve de imágenes sonoras y visuales para potenciar el sentimiento
de soledad, angustia y muerte que inunda la obra. El viento, la lluvia, la noche, el rayo, el mar
envuelven al espectador en una atmósfera cuya sacralidad nos proyecta hacia la eterna
incógnita del destino humano. La obra se mueve en un ambiente galaico intemporal (siglo XIX
con aromas de la Edad Media).
Se trató de una representación “casi” arqueológica. El escenario negro y vacío. Como
había querido el propio autor. Se respetó el texto escrupulosamente, tan sólo tomamos la
licencia de abrir la función con una escena prólogo del velatorio de la esposa del Señor de
Montenegro. Pensamos que así era más entendible la historia.
En nuestra adaptación hicimos desaparecer los tres actos en los que la había dividido
Valle y redujimos la nómina de personajes (casi cincuenta en la obra de Valle). El propio D.
Ramón estuvo trabajando en ella para hacerla más representable. Hablando de esta obra,
Valle proponía su representación ante una cortina negra, eso es justamente lo que hicimos. Se
emplearon los elementos indispensables. Un teatro pobre, desnudo, lejos del naturalismo, en el
que la música “Réquiem de Verdi” y el “Oficio de Tinieblas del Viernes Santo” de los monjes de
Solesmes suponen un apoyo a la lectura simbólica de la misma.
GUERNICA (DE JERÓNIMO LÓPEZ MOZO)
El curso siguiente nos deparó una triste y agradable coincidencia. El Departamento de
lengua y literatura llevaba años dentro del programa Invitación a la lectura lo que suponía la
llegada al Centro de autores cuya obra habían leído los alumnos. Nos pareció interesante abrir
el programa a autores teatrales y nos pareció interesante contar con la presencia de Jerónimo
López Mozo. La coincidencia vino porque el texto que pensamos poner en escena fue Guernica
y la triste coincidencia fue que el estreno coincidió con la guerra de Iraq. Toda la población, los
escolares también, estaba escandalizada por la brutal agresión, sin excusas válidas, aprobada
por el trío de las Azores. Nuestro espectáculo fue una voz más unida al grito coral de “no a la
guerra” que clamaban los españoles.
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“Queremos que esto sea una ceremonia colectiva, un clamor de los hombres y mujeres
que exigimos la PAZ, una PAZ duradera y fértil, una PAZ con mayúsculas. Os invitamos a que
unáis vuestra voz al coro de voces y cuando Jeremías diga “los niños”, todos repliquemos
“suyo es el tesoro y ellos lo han de conservar”. A continuación será Carla quien gritará: “les
enfants” nosotros responderemos “para ellos, derecho y paz”, Paola dirá : “dyetti” y nuestra
respuesta, “paz y amor”, para acabar con Chela: “ehrtung” y todos nosotros, “derechos y paz”.
Paz, paz, paz..
Para llevarlo a cabo se ha movido mucha gente: un programa de invitación a la lectura
y toda una comunidad escolar en la que no falta nadie: profes, alumnos, padres, personal no
docente, y un largo etcétera”. (Extracto del programa de mano)
Quiero llamar la atención en la tremenda emoción que embargaba a todos, actores y
espectadores aquella mañana en el salón de actos del Instituto. El trabajo de preparación fue
intenso durante todas las vacaciones de Navidad. La verdad es que el esfuerzo mereció la
pena.
Cabe destacar, en el montaje, la concepción espectacular. Puesto que los personajes
de la obra son las figuras del cuadro de Picasso, procuramos que todos fueran vestidos y
maquillados en grises, lo más parecido posible a las figuras del cuadro. El escenario vacío y de
telón de fondo una reproducción del Guernica que cubría todo el escenario, cubierta de blanco.
Habíamos hecho un puzle con la pintura, de manera que el cuadro se pudiese descomponer en
todos y cada uno de los personajes. Al terminar la alocución, la obra no tiene diálogos, el
personaje descubría la parte del cuadro en la que aparecía ese personaje y rodaba por el
suelo. Terminaba la representación con unos cuerpos amontonados y lo que antes era una tela
blanca se había ido sustituyendo por el cuadro de Picasso.
En la presentación de la obra, mientras suena la voz del narrador, una ráfaga de
imágenes de las guerras se proyectaba en el techo y en las dos paredes de la sala.
Mientras los muertos están en el suelo, hasta que aparece la mujer portadora de la
lámpara, resuenan, a un volumen voluntariamente ensordecedor, las voces de Morente
cantando su versión del vals de Leonard Cohen.
Los alumnos que pedían la colaboración de los espectadores, estratégicamente
distribuidos por la sala y aislados en su intervención con los recortes de luz, eran de diferentes
razas y nacionalidades.
El resultado, repito, fue sorprendente. Se hizo eco la prensa y nos llegaron
ofrecimientos para que fuéramos a hacerlo a muchísimos sitios. No era posible, con nuestros
medios, y teniendo en cuenta nuestra condición de profesores y alumnos, atender a la
demanda. Tan solo hicimos una salida, una representación en el Teatro de la Estación de
Zaragoza.
TERROR Y MISERIA EN EL PRIMER FRANQUISMO (DE JOSÉ SANCHÍS
SINISTERRA)
En febrero de 2004 se estrenó en el Centro, Terror y miseria en el primer franquismo de
José Sanchís Sinisterra. Se trató de un texto que nos interesó desde el primer día, porque nos
enteramos que lo estaban representando en una experiencia “profesional” un grupo de
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profesores y alumnos de un Instituto de Madrid. Se trata del Teatro del Común salido del IES
Guadarrama. Del mismo modo que con todos los autores que han asistido a la representación
de su obra, los alumnos trabajaron una serie de materiales para conocer tanto al autor como la
obra y la época a la que se refiere el espectáculo. Hay que decir que con este montaje
conocimos una doble contrariedad: los alumnos no quisieron representa Prietas las filas, uno
de los cuadros que conforman Terror y miseria en el primer franquismo, después de haberlo
preparado, y una de las actrices se rompió una pierna esquiando el sábado anterior a la fecha
de estreno. Pese a todo, la cosa salió y quedó francamente bien.
La escenografía minimalista estaba formada por dos biombos de dos cuerpos en los
que se insinuaba algo de la situación dramática: La cara de José Antonio y de Franco y el
crucifijo para El sudario de tiza, un ventanuco con unas rejas para Intimidad, la luna y la cara
de Escrivá para Atajo y así con todos y cada uno de los cuadros. El NO-DO se proyectaba
sobre una pantalla movible que servía de telón para las transiciones entre cuadros. No sé
porqué, o quizás sí, nunca he sido partidario de correr telones. En el NO-DO se veía la España
oficial y en escena la España real.
Como curiosidad, señalar que ese mismo año, además de ganar su autor, con este
texto, el Premio Nacional de Literatura Dramática, los Premios Max de teatro se dieron en
Zaragoza y el Teatro del Común obtuvo el Premio Especial de Nuevas Tendencias. Allí estaba
el Teatro del IES Avempace, estableciendo una duradera relación de amistad con los
integrantes del Teatro del Común a quienes amablemente nos presentó el propio Sanchís
Sinisterra. Nos consideramos, también, un poco ganadores todos nosotros.
PALOMA PEDRERO
La obra siguiente queríamos que fuese de una mujer. Estuvimos manejando la
posibilidad de textos de varias autoras, Carmen Resino, Concha Romero, Lourdes Ortiz… Nos
decidimos por Paloma Pedrero. Nos interesaba un texto en el que la autora nos diese su
personal visión de las relaciones hombre- mujer. Nos pareció que cubría nuestras aspiraciones,
alguna de las Noches de amor efímero.
El día 5 de Mayo de 2005, 25 aniversario del Centro, en el Salón de actos del IES
AVEMPACE se puso en escena un espectáculo con textos de Paloma Pedrero. “Y, encima,
mujer” decíamos de forma provocadora en el texto de presentación. “Son muchas y diversas
las razones que nos han llevado a poner ante la república de hombres libres, porque nadie es
más libre que un adolescente estudiante de Secundaria, piezas teatrales, espectáculos,
funciones dicen los que se dedican a estas cosas, que traten de todo y que respondan a todos
los tipos. Por esas razones, hemos puesto en este escenario unos cuarenta textos diferentes.
Por él han pasado clásicos: ¿Valle no lo es?, vanguardias: ¿qué decir de Dürrenmatt?,
modernos: W.Allen, comprometidos: López Mozo, acusadores: Sanchís Sinisterra,
innovadores: Francisco Nieva, inmortales: Lorca .... Pero ahora nos viene un autor poco
conocido y, encima, mujer.
Paloma Pedrero, además de otras muchas cosas que verán en la representación, es
una autora, la única, que ha sido incluida en el libro de texto para los alumnos de segundo de
Bachillerato por Lázaro Carreter. Si se dice que algo tendrá el agua cuando la bendicen, ¿qué
habrán tenido que ver los popes de la cultura para incluirla en los manuales de texto? Eso se
llama convertir a uno en inmortal, en clásico, tener garantizado el paso a la posteridad. No es
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nada fácil conseguirlo, lo podéis creer, y mucho menos tratándose de autores de teatro y,
encima, mujer.
Pues eso, que hoy, por muchas y diferentes razones, vamos a representar unas obras
de Paloma Pedrero, toda un clásico. Mejor así que no una clásica.
No puede ser casualidad, o quizá sí, todo es relativo, que vayamos a poner en escena
estas obras en el momento en el que se está debatiendo la “regularización del amor”. Como si
en algún momento se pudieran regular los sentimientos. Een el I.E.S. Avempace, el año del
centenario del Quijote y en el 25 aniversario del Centro, dentro del ciclo Invitación a la lectura,
trabajamos y representamos unas obras de Paloma Pedrero. Oigan, que sí. Que merece la
pena apostar por Paloma.
El espectáculo consta de tres piezas: la primera es una adaptación del texto de Paloma
Yo no quiero ir al cielo, donde Ana Pola nos hace un recorrido por la vida la obra y los
“demonios” de la autora y dos obritas que pertenecen a las Noches de amor efímero: obras en
las que la autora “mira la calle con ojos sabios y pinta el amor tierno y cruel”. Una visión
limitada, ya lo sabemos, que esperamos sirva para abrir los ojos y seguir la pista de esta gran
dramaturga”.
Las obras que se representaron fueron: Solos esta noche, donde Pepe Victoria y Teresa Callau
dieron vida a una pareja perdida en la estación de metro Ranillas, un guiño hacia la próxima
celebración de la expo de Zaragoza 2008 y La noche dividida, representada por Antonio Muñoz
, Lola Martínez y Eusebio Rodríguez..
A la autora le sorprendió gratamente la caracterización que habíamos hecho de los
personajes de Solos esta noche. Ella había previsto el encuentro de una mujer madura con un
jovencito macarra y nosotros cambiamos el joven por un “sin techo”, tan mayor como ella.
ANIMALES NOCTURNOS (DE JUAN MAYORGA)
Con la obra siguiente, nos pusimos decididamente intelectuales. Creímos que
debíamos abrir el repertorio a autores nuevos y reconocidos. Nadie nos pareció más oportuno
que Juan Mayorga, madrileño (1965), filósofo y matemático, pertenece al grupo de autores que,
antes de dedicarse exclusivamente al teatro, fue Profesor de Educación Secundaria. Ahora es
Profesor de Dramaturgia y Filosofía en la Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.
Estudioso de la Filosofía de la Historia y de la Estética, ha merecido, y recibido, entre otros, los
premios Ojo crítico de Radio Nacional en 1999-2000, Celestina 1999-2000, Calderón de la
Barca 1992, Max 2005, Nacional de literatura dramática 2005, etc.
Después de estudiar detenidamente varias de sus obras, optamos por Animales
nocturnos. Lo que para otros grupos podía ser una ventaja, para nuestro grupo planteaba el
inconveniente, y no pequeño: sólo harán falta cuatro actores.
Para matar el gusanillo del resto, montamos un pequeño espectáculo con dos obritas
en un acto La banda del Tisi habla de literatura de José Mª Rodríguez Méndez y El suicida, de
Jorge Díaz.
Animales nocturnos trata de una pareja de intelectuales que lleva una vida oscura y de
una pareja que vive en la misma escalera, asimismo oscura. No han merecido ningún nombre
por parte del autor. Los llama hombre alto, mujer alta y hombre bajo y mujer baja. Todos ellos
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tienen una vida enigmática, secreta. Los secretos permitirán que unos se adueñen de la
situación frente a los otros. En la primera escena se descubre el primer secreto, explotado
concienzudamente por el hombre bajo a lo largo de toda la obra: es un sin papeles. Pero no
sólo va a ser esa la causa de la dependencia. Todos ocultan algo y todos actúan creyendo que
tienen en sus manos la llave que los pueda liberar de esa dependencia; o mejor si se quiere, no
hay nadie que sea capaz de dominar absolutamente al otro. Siempre queda una parcela en la
que no podrán entrar los demás. La acción se enmarca en diez cuadros y en una serie de
escenarios diversos:
Es un drama cruel en el que se manifiesta lo inicuo e impresentable que puede llegar a
ser un ser acomplejado. Una comedia en la que el chantaje y la extorsión cobran carta de
naturaleza.
Se trata de una obra dura, brillante y difícil. La representación se apoya en unos
soportes de audio y vídeo. Uno y otro reflejan la vida de los animales nocturnos, en especial del
zorro y la lechuza, animales que simbolizan el comportamiento de los personajes
El día tres de mayo de 2006 en el Salón de actos del IES Avempace, tuvo lugar la
representación de la obra Animales nocturnos con la presencia del autor.
Con esta obra se inició otra práctica que se ha repetido cada año. Además de en otros
Institutos se realizó una representación en el Teatro del Mercado de la ciudad. Como
curiosidad del montaje, podemos señalar que la acción que sucede en el zoo, cuadro cuatro,
los actores están separados del público por un tul blanco que da la sensación de que los
animales contemplados por los actores son los espectadores.
LUCES DE BOHEMIA (VALLE-INCLÁN)
Aquí es menester hablar del encuentro de los autores con los muchachos. Tan
interesante para unos como para otros. La experiencia resultaba novedosa para los autores y
para los programadores. No es normal que en un Instituto pongan en escena un texto que han
leído y estudiado los alumnos en presencia del autor. El interés mostrado por todos era
enorme.
“¿Por qué no lo hacemos antes de jubilarnos? Ya vale con ir amagando y no dar. Me
refiero a Luces de Bohemia. Es un texto del que se examinan y se examinarán los alumnos.
¿Por qué no trabajamos con ese texto de Valle?” Un día y otro. “Yo hago, si no te importa, de
Don Latino. El resto del reparto hazlo como quieras”. Tanto insistió que el bueno de Enrique
Cambra se salió con la suya. Era el comienzo de curso del 2006-2007.
Nos liamos la manta a la cabeza y nos pusimos a trabajar en el texto y en la
escenografía. Para el texto tuvimos claro que íbamos a poner en pie la obra que apareció en la
revista España, sin las escenas segunda, novena y decimacuarta. Sin ellas, el esperpento se
sostiene perfectamente y se conoce lo fundamental de la historia. A partir de ahí hicimos la
adaptación. Descargamos el texto y fundimos algunos personajes. Se redujeron los guardias,
capitán y sereno de la escena de la detención de Max. Se redujeron los modernistas. Se
simplificaron los personajes de la escena undécima. Para la escenografía partíamos de una
idea clara. La luz tenía que salir de la propia escena. No queríamos iluminación exterior.
Ideamos una serie de nueve fanales cuyas paredes estaban forradas con periódicos que daban
un tono gris a la iluminación. Aquí apareció la impagable labor del Departamento de
Tecnología, en particular Pepe Berné, para llevar a cabo lo que habíamos concebido. Unas
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estructuras cúbicas de 40 cm. de lado. Con dos lados cubiertos por un tablero en el que se
fijaría el sistema de sujeción de las lámparas. Serían la cara superior e inferior del cubo. Los
lados laterales estaban cubiertos por una arpillera marrón adherida mediante velkro, para
abrirla fácilmente y poder cambiar las lámparas. Sobre la arpillera, por la cara inferior, se
pegaron hojas de periódico. Combinado la intensidad y la colocación de los fanales,
diseñamos las diferentes escenas. Se trató de un trabajo minucioso que encontró su refrendo
en las diferentes representaciones que se llevaron a cabo.
Quedamos contentos. Esto decíamos en la presentación: “Hablar de teatro es hablar de
Valle Inclán y hablar de Don Ramón María es hablar de Luces de Bohemia. ¡Cuánta tinta ha
corrido intentando explicar la obra y la teoría del esperpento! No pretendemos aumentar la
nómina. Simplemente aclarar algunas cosas sobre el texto y el espectáculo que llevamos a
cabo. A quien conozca la obra no dejará de parecerle una osadía presuntuosa la tarea que se
han impuesto este grupo de visionarios del Avempace. Efectivamente, la complejidad de la
obra, quince escenas, se suma al número de personajes, cerca de cincuenta y ambos suponen
un reto casi imposible para quienes han pretendido poner el texto en un escenario.
Nuestras limitaciones nos han obligado a hacer una adaptación del conocido
esperpento. Hemos procurado, eso sí, mantener lo más interesante del texto y reducir la
nómina de personajes al mínimo imprescindible. La carencia de medios técnicos y el carácter
aficionado de todos nosotros han puesto el resto.
Hemos procurado hacer un montaje intemporal, si se quiere actualizado. Las
referencias a la inmediatez histórica y topográfica no son más que un recurso valleinclanesco y
nos ha parecido conveniente descargar la obra de cualquier minuciosidad. Valle decía que la
limitación del teatro español estaba en el mal gusto y que la estética deformada era un recurso
para comprender la realidad española. A ello nos hemos atenido en nuestra adaptación.
El espectáculo está dominado por el claroscuro que hace de las luces de la bohemia un
verdadero protagonista. En ese mundo de sombras y de bultos pasean su triste existencia Max
y Latino, pareja de personajes tan complementarios como puedan serlo Don Quijote y Sancho,
y, en él, la vida se teje y desteje como la malla de Penélope en la Odisea que le sirve de
referencia. Esperamos que la última noche de Max Estrella les resulte tan apasionante como a
nosotros”.
Quedó especialmente brillante la representación en el Teatro del Mercado. Como en
todos los montajes, la música cobra un protagonismo de primerísimo orden. El procedimiento
ha sido el siguiente: Se empieza con “la bohème” (acordeón) y, conforme va avanzando la
obra se funde la música del acordeón con un chotis madrileño (organillo) que será la música
dominante a partir de la escena décima. ¡Ah! Nos inventamos un Valle espectador del
esperpento.
Nada más hermanado en el mundo de la creación que los sueños y el surrealismo. La
obra que pusimos a la consideración de los espectadores, el curso siguiente fue un sueño,
quizá un mal sueño, una pesadilla de Luis Buñuel.
BUÑUEL, LORCA, DALÍ (DE ALFONSO PLOU)
Basado en textos de Agustín Sánchez Vidal, profesor de la Universidad de Zaragoza,
con los que ganó el Premio Espejo de España de Ensayo, el dramaturgo aragonés Alfonso
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Plou concibió una obra, llevada a las tablas por el Teatro del Temple, titulada Buñuel, Lorca y
Dalí.
El Teatro Avempace, dentro de su voluntad de acercar los textos y sus autores a los
alumnos, se ha liado la manta a la cabeza y ha puesto en escena un espectáculo que sigue,
casi fielmente, la propuesta de Alfonso Plou.
Buñuel, obsesionado por su muerte, pretende reconstruir su vida, contarnos una vieja amistad,
coser la historia hecha jirones, como la costurera de Vermeer, o como el conejo blanco de
Alicia. La temporalidad y la oportunidad se subrayan en nuestro montaje con la aparición,
siempre tarde, del conejo.
En la obra, Buñuel sueña con un Dalí moribundo, nosotros hemos suprimido la agonía
del pintor de Cadaqués, el Prólogo y el Epílogo del texto de Plou. Hemos mantenido los tres
sueños, cada sueño en un acto, parte, o como parezca más oportuno llamarlos. El primero
recrea los años pasados en la Residencia de Estudiantes, con sus gamberradas y
genialidades. Lleva por título “El convidado de piedra”, clara alusión a las rondas que, en las
noches toledanas, hacían los amigos, ahítos de vino y ávidos de sensaciones. El segundo
acto,”La miel es más dulce que la sangre” recrea la amistad en la playa de Cadaqués. El
tercero “Prohibido asomarse al interior”, uno de los títulos propuestos para “El perro andaluz”,
es la rememoración del desencuentro definitivo entre ellos: Lorca muerto y Dalí y Buñuel,
irreconciliables. Pepín Bello, recientemente fallecido parece ser el hilo por el que vamos a
sacar el ovillo, vamos a zurzir el roto de la historia, aunque sea demasiado tarde “para el
cansado corazón”.
Están demasiado próximas las imágenes de cuantos salen en la obra como para
pretender buscar los parecidos entre el actor y el personaje. Nos hemos contentado sólo con
unos gestos definitorios, con unas maneras de decir. El parecido, por otra parte, es relativo;
¿vamos a caracterizar a los actores de modo diferente en cada acto puesto que tienen edades
diferentes? Además, nada más alejado de la realidad, de los parecidos, de lo que es, que el
surrealismo.
Los datos que Buñuel recoge en su “libro de los muertos” son pocos, pero lo
suficientemente ilustrativos como para entender las “gracias y desgracias” de aquellos jóvenes
que se encontraron en Madrid en un Colegio Universitario, en los felices veinte, que fueron
testigos de que París era una fiesta y vivieron sus últimos años con una clara conciencia de
culpa.
La música de dos tipos: una música surrealista, interesantísima de Joan Chic, y otra en
vivo en la que la viola y el trombón mantienen un diálogo con las frases más representativas de
Noche de ronda de agustín Lara.
Ni que decir tiene que la escenografía ha sido, no se podía de otro modo, simplicísima: Cuatro
elementos simbólicos, talas azules y beiges para el mar y la tierra y cuatro notas de
caracterización, además de la caracterización mediante el habla. El cardenal, se marcaba con
un báculo y una mitra roja, el papado con un esclavina blanca y un solideo blanco, Franco con
una guerrera militar desabrochada, unas gafas de sol oscuras y un fajín, Dalí, por el bigote.
Ana vestida de blanco, el falangista, la camisa azul y la boina en la hombrera, Los
banderilleros, la montera, etc. Etc. Los personajes más caracterizados han sido Gala y el
conejo de Alicia.
EL DERECHO DE LA MUJER AL VOTO
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El trabajo siguiente que quiero comentar es un docudrama sobre el derecho de la mujer
al voto.
Un espectáculo con el que, a partir de unos documentos históricos, sin más elaboración
que la que supone prestarles nuestros cuerpos, hemos intentado actualizar un debate que
sigue en el centro de nuestro mundo y de nuestra sociedad: el papel, los derechos, de la mujer.
Se trató de un espectáculo con un tremendo éxito, ha sido el único que ha permanecido varios
años en repertorio.
A partir del famoso debate que mantuvieron esas dos grandes mujeres, Clara
Campoamor y Victoria Kent, pensamos hacer un espectáculo eminentemente pedagógico, sin
olvidar lo espectacular, bien es cierto. Echamos manos de documentos de la época,
hemeroteca, diario de sesiones y valoraciones que merecieron entonces y ahora y escribimos
el texto.
El gran momento de la disputa parlamentaria se produjo a través del enfrentamiento
dialéctico sostenido por dos mujeres únicas: Clara Campoamor y Victoria Kent. La prensa no
se sustrajo al extraño morbo que producía ver a dos mujeres enfrentadas.
Cómo fueron las discusiones entre los diputados y los momentos más interesantes del
enfrentamiento dialéctico entre ambas, así como una glosa de las consecuencias, es lo que
dramatizamos.
La adaptación de las intervenciones y la puesta en escena de las mismas las ha
realizado el Teatro Avempace con clara vocación pedagógica. Se trata de un grupo de
Profesores del Instituto que creyeron conveniente mostrar a los alumnos este fragmento de la
historia. Es un espectáculo, una lección de historia que hemos llevado a muchos de los
Institutos de Zaragoza y a la Facultad de Pedagogía.
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