Delito de facilitación de la prostitución en Argentina

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Introducción: El presente trabajo, pretende brevemente desarrollar las diferentes posiciones que la doctrina
y jurisprudencia de nuestro paÃ-s ha adoptado con respecto al delito de facilitación de la prostitución en el
art. 125 bis del Código Penal. Con ello no se pretende agotar el análisis de los puntos en conflicto que
existen en la aplicación e interpretación de este tipo penal, pudiendo ser tema de ampliación del presente
trabajo o motivo de uno nuevo. En fin, a los fines de este trabajo desarrollare la posición de los diferentes
doctrinarios, para luego asÃ- al final, fijar una posición tal vez coincidente con alguno de los autores, donde
se plasme una interpretación relativa a ¿ Si es punible el cliente, dentro del tipo penal de facilitación de la
prostitución?.
I. Punto de Partida. Concepto de Prostitución.
A lo fines de tener en claro y poder hacer un análisis del delito que se pretende debemos primeramente
conocer, con las complicaciones que el concepto refiere, cuales son las diferentes definiciones que en doctrina
y jurisprudencia se le a dado a la acepción prostitución.
Esta actividad inveterada ha sido perseguida de modo diverso y discutida su existencia dentro del margen de
la ley. En nuestro derecho se la combate parcialmente y esa es la razón por la cual no son coincidentes el
concepto propio y el concepto jurÃ-dico de la prostitución.
Hay que entender que tanto la corrupción como la prostitución son estados de la persona que se loran
mediante actos sexuales enderezados hacia ese fin por ser perversos en si mismos, prematuros o excesivos.
En sentido propio, la prostitución es el comercio carnal que se realiza por ende, con personas
indeterminadas. Este comercio puede ser ejercido por personas de ambos sexos y cualquiera edad; pero nada
impide que la entrega carnal se formalice gratuitamente, lo que amplia considerablemente este concepto de
prostitución. Ocurre que, el precio por el acceso carnal es la causa más generalizada de esta actividad.
JurÃ-dicamente, en cambio, es la ley la que determina según las necesidades de polÃ-tica criminal que obran
en la conciencia del legislador, los caracteres propios de la prostitución, fuera de los cuales toda actividad
sexual que pueda asumir una forma prostituida es impune. Según este autor y a la época de la redacción,
en nuestra legislación solo se castiga el lenocinio. El legislador se ocupa de él muy especialmente
aconsejando combatir la plaga social que representan los rufianes, cada dÃ-as más numerosos y
perfectamente organizados en bandas disciplinadas, por lo que la represión no puede estar encarada
solamente por las disposiciones del código penal.
Tradicionalmente se caracteriza la prostitución como el trato sexual promiscuo, habitual y por precio. Los
tres requisitos, entrega indeterminada, habitual y precio, son necesarios para que se configura la prostitución.
El trato carnal venal, realizado circunstancialmente o con determinadas personas, no llega a ser prostitución,
porque falta la entrega indiferenciada, al margen de los impulsos de la libido, que es lo que hace de la
prositución la caracterÃ-stica de un modo de vivir, que por algo se lo llama comercio. Es una actividad. Los
requisitos de la prostitución han sido señalados por la Suprema Corte de Tucumán, al decir que hay
prostitución si la mujer se entrega públicamente, sin elegir y por dinero, realizando el comercio libre con
cualquier persona, o sea , el ejercicio público de la relación carnal promiscua por precio, como medio de
vivir de una persona.
La prostitución es la depravación de los motivos generadores del trato sexual, históricamente la
prostitución exige que las entregas sexuales indeterminadas caractericen la conducta general de vida de la
persona. Una sola entrega por dinero podrá ser una inconducta sexual moralmente reprobable, pero no es
prostitución, porque esta exige que ese trato sexual venal sea habitual, y lo es cuando constituye un modo de
vida, cuando el agente acostumbra y se dedica a practicarlo. Pero no habrá prostitución si el trato venal y
habitual fuera con la misma persona, porque para que se de aquella es menester que sea indeterminado, en
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cuanto a los sujetos a los que la persona se entrega sexualmente.
I.a. Jurisprudencia.
1. En el delito de prostitución, en cambio, la victima puede ser una persona honesta o una ya iniciada en la
actividad, pues es perfectamente imaginable que se facilite la prostitución proporcionando, por ejemplo,
clientes, habitación, etc. Suprema Corte de Buenos Aires, 3 de noviembre de 1948, Jurisprudencia
Argentina, fallo 9813.
2. Los requisitos de la prostitución han sido señalados por la Suprema Corte de Tucumán, al decir que
hay prositución si la mujer se entrega públicamente, sin elegir y por dinero, realizando el comercio libre
con cualquier persona, o sea, el ejercicio público de la relación carnal promiscua por precio, como medio de
vivir de una persona. LA LEY, T.33, p. 508.
3. Si la prostitución misma es un delito, se llegarÃ-a al absurdo de penar al hombre que tiene contacto sexual
con la prostituta, participe necesario de es ilicitud, como seria, no poder escapar a las sanciones de la ley. Esto
es la única consecuencia lógica, clara y sencilla de semejante punto de vista, ya que, en esos casos, las dos
partes contratantes son igualmente culpables e igualmente peligrosos por el contagio que pueden difundir.
CNCrim. Y Correc., sala II, septiembre 17−1990. Causa 38.330, ley 12.331 con nota de Bidart Campos,
German J., La actividad sexual personal y remunerada en el propio domicilio, E.D. tomo 140, pag. 173.
II. Facilitar la prostitución.
La facilitación constituye una de las formas más ordinarias del lenocidio y en su momento represento una
firme acción legislativa contra este flagelo. Importa dar la oportunidad, o los medios, allanar los obstáculos,
ayudar, contribuir, poner condiciones o circunstancias que favorezcan la consecución de ese fin para
mantener el estado de prostitución.
Facilitar es poner a disposición la oportunidad o los medios para que el sujeto pasivo se prostituya o se
corrompa. A diferencia del que promueve, que impulsa al hecho, el que facilita encuentra ya a la victima
decidida a realizarlo. Facilitar quiere decir hacer más fácil o posible su auto corrupción, como
iniciación, mantenimiento o empeoramiento de ese estado. El facilitador no es solo, en consecuencia, el que
allana los obstáculos para la auto corrupción del menor, sino también, el que, sin salvar impedimentos
encontrados por el menor para consumar su torpe conducta, le proporciona o entrega medios favorecedores,
aunque no le sean indispensables. Es facilitador, dándose las condiciones subjetivas necesarias, el que, sin
intervenir en la trama ejecutiva o sin inducir a ella, proporciona el lugar o la oportunidad para que el menor
realice actos depravados o acciones directamente conducentes a la depravación. El facilitador de la
prostitución hará, mediante su conducta, mas fácil o posible la auto prositución del menor, en su
iniciación, mantenimiento o empeoramiento.
AsÃ-, facilita la prostitución aquel que posibilita los medios para que el menor de dieciocho años se inicie
en la prostitución o continúe en ella −por ejemplo, proporcionándole el lugar fÃ-sico para ejercer la
prostitución−. Facilita quien hace más fácil o posible la prostitución del menor. La conducta puede
presentarse a través de diversas aptitudes, por ej.: suministrando los medios o allanando los obstáculos. La
facilitación sólo es posible a partir de una vÃ-ctima que busca su prostitución, aunque con su actividad el
autor contribuya a mantener o aumentar ese estado de envilecimiento. Se puede facilitar la prostitución de
una persona ya prostituta.
Por ultimo y en esta lÃ-nea se sostiene: Le facilita la corrupción del menor el que allana los obstáculos,
favorece o contribuye para que la victima prostituida sea por iniciativa propia o de un tercero, persista o
acreciente su trato sexual. Vale decir, el facilitador obra como un cómplice y pude llegar a hacerlo mediante
una omisión (presta el sitio, omite cumplir con deberes de vigilancia, etc. El que facilita la prostitución de
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menores, carece de esa iniciativa porque la victima ya tomo la decisión de ejercer la prostitución, o porque
ya habÃ-a sido lanzada al ejercicio del comercio carnal por un tercero, sino que favorece las practicas viciosas
(le presenta clientes, o le presta el lugar par que las mismas tengan lugar; aleja la vigilancia de un tercero o no
cumple con el propio deber d vigilancia y protección). La figura del facilitador se asemeja a la del
cómplice, porque favorece, allana obstáculos o contribuye para que la victima, porstituida, sea por
iniciativa propia o por un tercero, persista o acreciente su vil comercio.
II.a. Jurisprudencia.
1. Dentro del sentido de facilitar la prostitución, cabe el de ayudar, auxiliar o contribuir a que ella se realice
allanando las dificultades que se presentaren para su realización. R.L.L. IV−325−13.
2. Promover o facilitar la prositución es tanto incitarla inicialmente como sostener la ya existen, allanando
obstáculos o presentando facilidades para que se ejerza, por lo que para que se configure el delito no es
menester que la persona cuya prostitución se promueve haya sido anteriormente honesta; también se
puede facilitar la prostitución de una mujer ya prostituta. J.A. 29−12−48, fallo 9813.
3. Facilitar la prostitución importa proporcionar la oportunidad a los medios, allanar los obstáculos, ayudar,
contribuir, procurar condiciones o circunstancias que favorezcan la prostitución. S.T.J. Entre RÃ-os, R.L.L.
V−317, s−1.
4. Consuma el delito del art. 125 C.P., quien ha buscado los clientes, los ha conducido allÃ-, donde oficiando
de lenon, les ha ofrecido a la menor, lucrando con ello, y facilitando su prostitución. C.A. Azul, L.L.
12−629.
5. Si la procesada consintió que la menor ejerciera la prostitución en su domicilio, facilitando pieza y cama,
ha facilitado su corrupción. S.C.Bs.As., fallos, 18−6−255.
6. Constituye el delito de facilitación de la prostitución la conducta del procesado que mantuvo, en tres o
cuatro ocasiones, relaciones sexuales por vÃ-a anal con el menor, dado que la desviada conducta sexual
observada por el incriminado revista entidad corruptiva suficiente para torcer de su normal cauce el instinto
sexual del menor, o para mantener o agravar la realización de actos depravados por parte del mismo,
dándose el elemento subjetivo requerido por el tipo penal, por el fin de satisfacer deseos sexuales propios...
Cam. Nac. Crim. Sala III, Orellana J., BoletÃ-n de Jurisprudencia, año, 1986, n°1, pag. 51.
7. Se promueve cuando el autor con su comportamiento material o mediante expresiones verbales o escritas
significativas, impulsa, incita o trata de inducir a un menor de 18 a 13 años par que ejerza la prostitución,
para que continué ejerciéndola o para que la ejerza mas activamente. Delitos contra la integridad
sexual, Enrique A. Gavier, ed. Córdoba, pag. 76.
8. Promueve la prostitución el que opera como actor y parte en el acto sexual, tendiente a degradar los
motivos de tal acto, a mantener a la vÃ-ctima en la prostitución o a volver más torpe su comercio sexual.
Facilita quien obra haciendo más fácil o posible la autoprostitución del menor, en su iniciación,
mantenimiento o empeoramiento. Cam. Nac. De Apel. en lo Crim. Y Corr., Cap. Fed.,Sala 01 (TOZZINI
RIVAROLA DONNA) GOMEZ, E. s/ PROSTITUCION MINORIDAD SENTENCIA, 0000036261 del
22 DE DICIEMBRE DE 1989.
9. Los delitos de facilitación y promoción de la corrupción y de la prostitución son delitos de acción
pública, y no, en vez, de los resguardados del "strepitus fori" por el art. 72 del C. Penal, por lo que carece de
todo sustento jurÃ-dico el planteo de falta de personerÃ-a que efectuó, en la especie, la Defensa. 2) El texto
del artÃ-culo 125 del C. Penal comprende tanto al que promueve como al que facilita y, a la vez, al que
efectúa alguna de esas dos acciones tanto para satisfacer deseos propios cuanto ajenos, siempre que se trate
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de menores de edad, aunque mediare consentimiento de la vÃ-ctima, yendo esa minoridad, y en orden
decreciente de pena, desde la más tierna infancia (inc. 1) hasta los veintidós años de edad (inc. 3). 3)
Promueve la prostitución el que opera como actor y parte en el acto sexual, tendiente a degradar los motivos
de tal acto, a mantener a la vÃ-ctima en la prostitución o a volver más torpe su comercio sexual. Facilita
quien obra haciendo más fácil o posible la autoprostitución del menor, en su iniciación, mantenimiento o
empeoramiento. 4)Carece de todo relieve jurÃ-dico penal, como error, el que la menor tuviere en realidad
quince años de edad, y que los acusados la creyesen, uno, con dieciséis años, y el otro, con diecisiete
años de edad. 5) El acusado hizo posible la auto prostitución de la vÃ-ctima, al presentársela a un tercero
para que tuviese con él comercio carnal por precio, el cual repartÃ-a él con la menor, esperándolos a
entrambos enfrente del albergue transitorio, para que éste al salir hiciese al acusado el efectivo pago.
CAMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO CRIMINAL Y CORRECCIONAL , CAPITAL
FEDERAL Sala 01 (TOZZINI RIVAROLA DONNA) GOMEZ, E. s/ PROSTITUCION MINORIDAD
SENTENCIA, 0000036261 del 22 DE DICIEMBRE DE 1989.
10. El encartado facilitó la prostitución de una menor al hallarse acreditado que puso a disposición de la
misma su domicilio para que en éste tuvieran lugar los encuentros sexuales con los hombres que se
prestaban a dicho comercio, siendo tal conducta motivada por ánimo de lucro, por cuanto una parte de la
suma recaudada por el comercio de su cuerpo, era entregada al procesado.− CAMARA DE APELACIONES
EN LO CRIMINAL, PARANA, ENTRE RIOS Sala 01 (De La Vega − Nazar − Landó) M., R. s/ Abuso
deshonesto y otros SENTENCIA, 1022859 del 22 DE ABRIL DE 1997
11. Facilita la prostitución aquel que posibilita los medios para que el menor de dieciocho años se inicie en
la prostitución o continúe en ella −por ejemplo, proporcionándole el lugar fÃ-sico para ejercer la
prostitución−. CAMARA CIVIL, COMERCIAL, LABORAL Y MINERIA, TRELEW, CHUBUT Sala
PROCESAL PENAL (Carlos Velázquez−Juan Manino−Carlos Ferrari) R., S.M. y Otros s/
Promoción a la Prostitución de Menores INTERLOCUTORIO, 38 del 22 DE ABRIL DE 2002
CAMARA CIVIL, COMERCIAL, LABORAL Y MINERIA, TRELEW, CHUBUT Sala PROCESAL
PENAL (Carlos Velázquez−Juan Manino−Carlos Ferrar) R., S.M. y Otros s/ Promoción a la
Prostitución de Menores INTERLOCUTORIO, 38 del 22 DE ABRIL DE 2002PROSTITUCION DE
MENORES−FACILITACION DE LUGARES O ELEMENTOS.
III. Consumación
La opinión predominante, tanto en la doctrina como en la jurisprudencia, no exige que se alcance como
resultado la efectiva prostitución o corrupción, y se atiende para la configuración del delito a la idoneidad
de los actos tendientes a la promoción o facilitación de la corrupción o a la entidad corruptora del acto,
entendiendo que se trata de delito formal. La prostitución y corrupción son delitos dolosos. El dolo consiste
en la conciencia del que obra de estar promoviendo o facilitando la prostitución o corrupción. El delito se
tipifica también a través de la satisfacción de deseos propios. Se trata de los deseos propios del
corruptor o del promotor o facilitador de la prostitución. Esos deseos deben ser sexuales, sean estos de
carácter normal o anormal, constituyan o no acceso carnal, pues aquel concepto comprende también la
satisfacción de la propia lujuria, aunque no se manifieste a través de la copula.
Respecto del elemento subjetivo no basta que el agente conozca la influencia que su acción puede tener en
orden a la prostitución. Es necesario que el facilitamiento de la actividad de la victima, haya sido
considerado en los planes del autor como finalidad especialmente perseguida.
El delito solo admite el dolo directo, que consiste en el conocimiento y la voluntad de realizar actos idóneos,
tendientes a promover o facilitar la prostitución del menor. El elemento subjetivo de este delito doloso, al
igual que el anterior, dada su redacción, no necesita dolo especifico.
Si bien la construcción gramatical del tipo no incluye referencia subjetiva expresa, el significado de los
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verbos promover o facilitar implican una cierta connotación subjetiva de procura de resultado previsto, lo
cual solo consentirÃ-a el dolo directo. Se trata de un delito material, de resultado de peligro concreto.
El delito se consuma con la realización de los actos objetivamente idóneos para depravar, con el fin de
prostituir a la victima. No requiere el éxito del autor ni la producción de resultado alguno y se consuma
con la realización de los actos que propenden a la desviación de los motivos generadores de la unión
sexual, sin que obste a la realización del tipo la circunstancia de que la victima estuviera ya prostituida o en
el camino de la prostitución. Se trata de un delito de mera actividad, en el cual la realización del tipo
coincide con el ultimo acto, y por lo tanto, no se produce un resultado separable de ella.
En el viejo artÃ-culo 126 estaba bien determinado que el fin de la facilitación era el de satisfacer deseos
ajenos o con animo de lucro, con lo cual evidentemente se descartaba la posición de aquel que simplemente
como cliente facilitaba la situación de quien ejerce la prostitución y lo hacia por intereses propios. Ahora
bien la reforma, con buena técnica legislativa, ha quitado aquellos objetivos que debÃ-a tener el sujeto
activo del delito, con lo cual nada hace pensar, aun cuando de lo antecedentes legislativos ello no surja, que la
figura no ha ampliado su ámbito de aplicación introduciendo la figura del cliente como uno más de los
sujetos activos del delito.
De nos ser asÃ-, seria tan absurdo que se penarÃ-a por ejemplo al que simplemente facilita su casa, una
habitación, o consigue clientes, todo ello gratuitamente, para que quien ejerce la prostitución lo realice
más fácilmente y no a aquel que por su pago en dinero −o en especie− manifiesta una conducta tendiente a
facilitarle que continué en su actividad. O en aun peor, en la facilitación en omisión, que según
Núñez y Soler, seria aquel que hace la vista gorda cuando tiene el deber jurÃ-dico de actuar, el no hacerlo
es un modo de facilitar no impidiendo; estorbando; haciendo difÃ-cil o imposible.
Se sostiene que la reforma se hizo cargo de la viejas criticas que mereció la formula legal del derogado art.
125, que legislaba en forma conjunta la promoción o facilitación de estados tan nÃ-tidamente diferenciales,
como la prostitución y la corrupción. La primera, siempre inspirada en satisfacer deseos ajenos y la segunda
casi siempre destinada a satisfacer deseos propios. La segunda, oportunista o puntual e inspirada en móviles
de perversidad sexual, usualmente ajena a propósitos de lucro.
AsÃ- en doctrina y jurisprudencia es aceptado el que facilita la corrupción de forma directa. En este sentido
puede verse que el autor se convierte en corruptor directo si objetivamente despliega una conducta de clara
significación sexual para satisfacer su propios deseos de igual Ã-ndole. Laje Anaya sostiene que
subjetivamente la ley exige que el sujeto obre para satisfacer deseos propios. Luego, la naturaleza de la
acción debe ser compatible con lo que la ley también señala: promover o facilitar la prostitución o
corrupción. El autor se convierte en corruptor directo si objetivamente despliega una conducta de clara
significación sexual para satisfacer su propios deseos de igual Ã-ndole.
AsÃ- cercano al pensamiento de quien suscribe el viejo articulo 125 castigaba también al que para
satisfacer deseos sexuales propios facilitaba la prostitución. La ley preveÃ-a el delito del depravado directo.
El individuo de conducta sexual en alguna medida degenerada que, con la idea de satisfacer su vicio, facilita
la prostitución. La expresión deseos propios que usa el precepto no solo quiere significar anhelos de
posesión carnal, sino también la satisfacción de la propia lujuria. AsÃ-, menciona que los precedentes
convalidan esta interpretación. La formula para satisfacer deseos propios proviene del Proyecto de 1906. En
este no se introdujo la formula para confundir el acto sexual depravado con la promoción o facilitación,
sino que, atendiéndose a los precedentes extranjeros, la formula tuvo por finalidad aclarar que promotor o
facilitador tanto puede ser un lenon, es decir, el intermediario que no lo hace mediante actos de satisfacción
de las propias pasiones, como el individuo que procede de esta manera.
Negando la posibilidad de la facilitación por parte del cliente sostiene Justo Laje Anaya sostiene lo no
punible no es el ejercicio de la prostitución, ni el estado que ella implica, ni lo es el cliente que tiene
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relación sexual con la meretriz. Este, como tal, no promueve ni facilita; solo aprovecha o se sirve de un
estado que otro u otros han promovido o hecho fácil. Y facilitar importa hacer algo más que aquello;
importa participar en la actividad postituyente.
En igual sentido Jiménez de Asua, sostiene comentando un fallo donde el marido apuntaba en un cuaderno
los clientes de su mujer que facilitar consiste en hacer posible la ejecución de una cosa o la consecución de
ese fin, y la prostitución podÃ-a perfectamente ejercerse sin esa apuntaciones.
Afirmando esta posición se dice que ha sido suprimido de la ley el animo de satisfacer deseos propios, que
resultaba incompatible con el espÃ-ritu de la ley en relación al derecho que querÃ-a proteger y también,
con el concepto técnico de lo que debe entenderse por prostitución. Uno de los requisitos para que medie
prostitución es el acceso carnal practicado con personas indeterminada; no correspondÃ-a, pues, castigar a
quien con su actividad solamente pretendÃ-a satisfacer su propios deseaos sexuales, actividad que ahora
queda impune.
Por su parte, Bidart Campos expresa desde otro punto de vista que tener relaciones sexuales en el propio
domicilio mediante el cobre de una suma de dinero, y hasta hacer publicidad periodÃ-stica previa, no es una
conducta atrapada por el reproche penal de la ley vigente (ley 12.331). No estamos ni ante un prostibulo
unipersonal, ni ante la prostitución incriminada por la ley. Si esa conducta fuera delictuosa, quedarÃ-a
también incursa en ella la otra persona que mantiene trato sexual con la titular del domicilio. Por lo que
cada cual hace con su sexo en su casa, a titulo gratuito o a titulo oneroso, queda reservado
constitucionalmente en su intimidad a tenor del art. 19, aunque terceros lo sepan, y aunque a terceros no les
gusta, y aunque moralmente se considere reprobable la conducta.
Por su parte el Dr. Donna expresa: No es alcanzado por la norma el cliente que tiene relaciones con la menor,
ya que él no facilita la prostitución, sino que realiza propiamente el acto, para el cual otros lo facilitaron,
como ser, dar un habitación, etc.
Por su parte la Cámara del Crimen de la Provincia de la Pampa, en un pleito en que quien suscribe
participara como defensor, condeno al padre y hermano de dos menores que ejercÃ-an la prostitución,
facilitadas en dicha tarea por los nombrados, desestimando las alegaciones y posterior denuncia, en relación
a que de las grabaciones obtenidas surgÃ-a con nitidez que las menores subsistÃ-an de los reiterados aportes
económicos −dinero y especie− que 48 clientes diariamente mantenÃ-an relaciones con las mismas.
En dicha oportunidad, la Cámara del Crimen sostuvo en cuanto a las testimoniales impugnadas, los clientes
no facilitan la prositución, ni se autoincriminan al respecto, más allá de la valoración sociológica sobre
la dinámica del negocio de la prostitución.
En sentido contrario y siguiendo la lÃ-nea que sostengo la Camara del Crimen de la Ciudad de Bariloche dijo
en un emblemático y similar caso al antes narrado que: En ninguno de los casos examinados, quedo
claramente establecido que las practicas realizadas fueran con menores ajenas a la corrupción, en tanto han
sido examinadas en el gabinete forense, que las enmarca en chicas de la calle... Se advierte que hay
promoción o facilitación de la prostitución, ya que invariablemente hubo un envilecimiento de trato sexual
porque se sustrajeron los motivos normales del acto sexual según naturaleza para reemplazarlos por el
beneficio económico a obtener pago por las prestación sexual realizada en forma habitual. Trato venal,
habitual e indeterminado en los sujetos pasivos. Queda la duda si las más pequeñas fueron evidentemente
promovidas, mientras las mayorcitas siempre menores de 18 años se les facilito prostituirse, ante ello en
virtud de que la figura del art. 125bis. C.P. no se agrava según sea la acción, sino que pune igualmente
ambas posibilidades, carece de relevancia diferenciar. Se trata por un lado de introducirlas a un modo de
vida y por otro de mantener o intensificar el que ya tenÃ-an. Hay repetición en los actos que tienden a
consolidad las conductas señaladas. Hay un dolo genérico en prostituir, que no puede ser eventual
respecto a las edades. El comportamiento más que promotor en tanto arrastra hacia el vicio d la
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prostitución y corrupción con la repetición de actos pagos y grupales, fue facilitador de las practicas
viciosa, llevando a que las victimas por iniciativa propia, o de tercero, persistan o acrecienten su vil
comercio.
Como podrá observarse en la inmensa mayorÃ-a de los fallos argentino, el lector que busca los hechos para
saber si se aplico o no correctamente el derecho queda perplejo al ver que los magistrados, para razonar su
voto individual, relatan esos hechos de modo distinto al de los otros jueces, polemizado con ellos y con los
propios acontecimientos. El resultado es que el lector suele quedarse en la duda de cómo realmente se
produjo el acto, y por ende mal puede comentar lo correcto o errado de la subsunción en el tipo descrito por
la ley.
En ese orden, podrá verse como pareciera ser que la jurisprudencia es tan errática como la doctrina, con lo
cual entiendo que se puna al cliente en este delito no obedece a la dinámica de la prostitución o a la letra de
la ley, sino a cuestiones de polÃ-tica criminal o hasta donde se animen a llegar los jueces con la
interpretación de la norma.
Por mi parte entiendo que validamente puede penarse en la actual redacción de la ley, donde se han borrado
los objetivos de lucro o satisfacción de terceros o personal, al cliente que habitualmente paga por el servicio
sexual de un menor −en los términos del art. 125bis− y que es consiente y conocedor que con su actitud
esta colaborando activamente a que dicho menor se mantenga en el estado que viene manteniendo. AsÃ-,
puede pensarse en el caso de Bariloche, donde las menores eran indigentes o de muy escasos recursos y con el
dinero que el imputado les proveÃ-a por los favores sexuales podÃ-an satisfacer sus necesidades pero
necesariamente debÃ-an reiterar los actos a fin de poder vivir, facilitándole a su vez este ultimo los medios
para poder continuar en el ejercicio de la prostitución.
En sÃ-ntesis, no existe obstáculo legal para imputar el delito de facilitación de la prostitución de menores
al cliente que habitualmente paga por servicio sexuales, conociendo que con su aporte −sea monetario o en
especie− facilita que el menor se mantenga en ese estado.
Donna, Edgardo Alberto, Delitos contra la Integridad Sexual, Ed. Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, pag. 123.
Vazquez Iruzubieta, Carlos, Código Penal comentado, tomo II, Ed. Plus Ultra, Buenos Aires, año 1970,
pag. 319 y sig.
Fontan Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Tomo V Parte Especial, Ed. Abeledo Perrot, segunda
edición ampliada, Buenos Aires, pag. 115 y sig. El Autor cita fallo de tomo 33, pag. 508.
Núñez, Ricardo, Derecho Penal Argentino, Ed. Bibliografica Omeba, Buenos Aires, pag. 335 y sig.
Gavier, Enrique Alberto, Delitos contra la integridad sexual, Ed.Marcos Lerenr Editora Cordoba, pag. 75.
Fontan Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Tomo V Parte Especial, Ed. Abeledo Perrot, segunda
edición ampliada, Buenos Aires, pag. 115 y sig.
Núñez, Ricardo, Derecho Penal Argentino, Ed. Bibliografica Omeba, Buenos Aires, pag. 335 y sig.
Gavier, Enrique A., Delitos contra la Integridad Sexual, Ed. Marcos Lerner editora Cordoba.
Fontan Balestra, Carlos, Tratado de Derecho Penal, Tomo V Parte Especial, Ed. Abeledo Perrot, segunda
edición ampliada, Buenos Aires, pag. 115 y sig.
Estella, De los delitos Sexuales, ed. Hammrabi, pag. 188.
7
Pandolfi, Oscar, Delitos contra la integridad sexual, Ed. Ediciones La Rocca, Buenos Aires, 1999.
Donna, Edgardo Alberto, Delitos contra la Integridad Sexual, Ed. Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, pag. 144.
Marin Jorge Luis y Montalto de Huergo, Marta, Delitos contra la integridad sexual, La Ley tomo
2000−B−1281.
Pandolfi, Oscar, Delitos contra la integridad sexual, Ed. Ediciones La Rocca, Buenos Aires, 1999.
Laje Anaya, Justo, Comentarios al Código Penal, Parte Especial volumen II, Ed. Depalma, Buenos Aires,
1979, pag.376 y sig.
Núñez, Ricardo, Derecho Penal Argentino, Ed. Bibliografica Omeba, Buenos Aires, pag. 335 y sig. El
autor cita fundando su razón Jurisprudencia de la Corte de Buenos Aires, t. V, pag. 321.
Justo Laje Anaya, Comentarios al Código Penal, Parte Especial volumen II, Ed. Depalma, Buenos Aires,
1979, pag.376 y sig.
La Ley t.57, pag. 601, Jiménez de Asua. ¿Puede Facilitarse la Prostitución Omisivamente?.
Vazquez Iruzubieta, Carlos, Código Penal comentado, tomo II, Ed. Plus Ultra, Buenos Aires, año 1970,
pag. 319 y sig.
Bidart Campos, German J., La actividad sexual personal y remunerada en el propio domicilio, E.D. tomo
140, pag. 173.
Donna, Edgardo Alberto, Delitos contra la Integridad Sexual, Ed. Rubinzal Culzoni, Buenos Aires, pag. 123.
Cámara del Crimen, General Pico, II Circunscripción Judicial, fallo nro. 6876 −A−, expte. 14223/05,
Hurrahs, walter; Hurrahs, German Fabio − Facilitación de la Prostitución de menores agravada por el
vinculo; Proxenetismo y Rufianeria. Dres. Alonso, Fernández, Mustapich.
Cámara del Crimen II, de la II Circunscripción Judicial, integrada por los jueces Lara, Leguizamon Pondal,
y Salaberry, causa nro. D25/05, Navarrete Erivaldo.
La Ley t.57, pag. 601, Jiménez de Asua. ¿Puede Facilitarse la Prostitución Omisivamente?.
El Cliente: ¿Facilita la Prostitución?
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