036 Para crear un pueblo celoso de buenas obras

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Trigésima sexta razón
Cristo sufrió y murió...
PARA CREAR UN PUEBLO CELOSO DE
BUENAS OBRAS
“(Cristo) se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”.
Tito 2:14
Entramos ahora en esta trigésima sexta razón apreciando el texto de
Pablo a Tito donde evidentemente encontramos otra más de las contundentes
razones por las cuales sufrió y murió nuestro Señor Jesucristo.
Es una verdadera bendición analizar textos con esta capacidad de
proporcionarnos tantas bendiciones y ratificarnos tantos propósitos para lo cual
estamos aquí en la tierra, sobre la base de vivir nuestra vida en el centro de la
voluntad de Dios.
En esta oportunidad encontramos al apóstol Pablo dirigiéndose a Tito uno
de sus más fervientes colaboradores quien por la Gracia de Dios recibe estas
instrucciones con el fin de dar a entender el carácter necesario, objetivo,
voluntario, expiatorio, propiciatorio, substitutivo, y eficaz del acto de Cristo por el
cual se dio a sí por nosotros.
Está claro que esta obra sacrificial fue ejecutada nada menos que con el
propósito de que nosotros vertiéramos y dedicáramos nuestra vida para dar
gloria y honor a Cristo. Es maravilloso también darse cuenta, que por esa obra
ejecutada por nuestro Señor para expiar nuestros pecados y redimirnos de toda
iniquidad, obtuvo los méritos para que el Espíritu Santo obrara en nuestros
corazones y nos ayudara a ser posible esta vida de dedicación.
Dios desea que nosotros entendamos esta verdad y la veremos bajo el bosquejo
que sigue a continuación:
I. CRISTO NOS REDIMIÓ DE TODA INIQUIDAD
II. CRISTO PURIFICÓ PARA SÍ UN PUEBLO PROPIO
III. CRISTO PURIFICÓ UN PUEBLO CELOSO DE BUENAS OBRAS
Iglesia de Convertidos a Cristo - Pastor Arq. José R. Mallén Malla
50 Razones por las que sufrió y murió Jesucristo, basado en el libro de John Piper “La pasión de Jesucristo”
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I. CRISTO NOS REDIMIÓ DE TODA INIQUIDAD
(Tito 2:14)
A.
B.
SE DIO A SÍ MISMO
1.
El texto declara: “(Cristo) se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo
propio, celoso de buenas obras” Tito 2:14. Esta expresión indica
por lo menos dos verdades:
a) Negativamente: Se dio a sí mismo por nosotros para
redimirnos (rescatarnos de un poder maligno). El precio del
rescate fue su sangre preciosa (1 P. 1:18-19).
b) Positivamente: Se dio a sí mismo por nosotros “a fin de
purificar para sí un pueblo”. Esto es purificarnos por medio
de su sangre y su Espíritu (Ef. 5:26; He. 9:14; 1 Jn. 1:7, 9) para
que en esa condición de purificados estemos en condición
de ser un pueblo suyo propio dispuesto “con celo” a hacer
buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para
que anduviésemos en ellas (Ef. 2:8-10). [1]
2.
La expresión “se dio a sí mismo” expresa la forma voluntaria en
que Él se dispuso a entregarse por nosotros y de hecho la forma
en que Él también espera que nosotros correspondamos a esa
obra de amor y redención.
3.
Es maravilloso entender que nosotros no teníamos nada que
hacer para que Jesús tomara la decisión de darse en rescate
por nuestros pecados, es más, por el contrario, conociendo que
éramos pecadores y enemigos de Dios, Él se entregó por
nosotros (Ro. 5:8).
NOS REDIMIÓ
1.
Desde los días de Rut la Biblia nos habla de lo que implica el
concepto de la redención. El tema más importante del libro de
Rut es la enseñanza principal que se centra en el Pariente
Redentor como un tipo del Mesías. El Goel es uno que redime.
El debe ser un pariente de sangre, tiene la obligación de
comprar, estar dispuesto a comprar la herencia y estar
dispuesto a casarse con la viuda del pariente difunto.
11y 2 Timoteo - Tito, Comentario del Nuevo Testamento, Guillermo Hendriksen - Página 426-427.
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C.
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2.
Dios ha proporcionado un redentor (Goel) pariente para Su
pueblo (Lv. 25:23-25, 47-49). “Loado sea Jehová, que hizo que
no te faltase hoy pariente, cuyo nombre será celebrado en
Israel.” (Rt. 4:14). Booz es el pariente redentor de Noemí que se
casa con Ruth y mantiene la familia viva e ilustra el trabajo de
redención de Dios por medio de Jesucristo (Tito 2:14; 1 P. 1:1819). En el libro de Ruth el pariente que es capaz y dispuesto es
Booz. En el Nuevo Testamento, el pariente que es capaz y
dispuesto es Jesucristo.
3.
Cristo Jesús es nuestro redentor perfecto, porque reúne toda la
ley del pariente.
 Él es nuestro más cercano pariente de acuerdo a la
encarnación (Jn. 1:14; He. 2:10-18; Fil. 2:7; Ro. 8:3; Gal. 4:4-5).
 Él es capaz y tiene el poder de redimir (He. 1:2-3; Col. 1:15-23;
2:9).
 Él está dispuesto a redimirnos (Tito 2:14; Jn. 10:11, 15, 17-18;
Mt. 20:28; He. 10:7).
 Él es libre de redimirnos porque Él no necesitó ser redimido (1
P. 2:21-24; 2 Co. 5:21; 1 P. 3:18; 1:18-19). [2]
NOS REDIMIÓ DE TODA INIQUIDAD
1.
El propósito de la redención que logró nuestro Señor Jesucristo
a través de la obra de la Cruz no fue algo simple y superficial. El
texto explica claramente la intención de esta liberación. En el
caso de Rut, su redención implicaba que ella no quedase sin
herencia y sin descendencia, pero la nuestra implica no
solamente esto, sino también la liberación de la iniquidad.
2.
Iniquidad es sinónimo de maldad, injusticia grande, pecado.
Del griego anomia = anomia que significa o se traduce como
todo acto que lleva a transgresión de la ley, lo que es en contra
la ley, etc. [3]
3.
Todo hombre es pecador y transgresor de la ley de Dios, 1 Juan
declara: “Todo aquel que comete pecado, infringe también
la ley; pues el pecado es infracción de la ley”. Por esta
declaración entendemos que Dios en su Gracia nos ha librado,
nos ha redimido de la consecuencia de toda iniquidad que
reina en nuestro cuerpo mortal, porque también la Palabra de
2http://www.abideinchrist.org/es/ruthintroes.html
3La nueva concordancia Greco-Española del Nuevo Testamento - Hugo M. Petter - Página 54.
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Dios dice en Romanos 5:12: “Por tanto, como el pecado entró
en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos
pecaron”.
II. CRISTO PURIFICÓ PARA SÍ UN PUEBLO PROPIO
(Tito 2:14)
A.
B.
LA PURIFICACIÓN HECHA POR CRISTO
1.
En el Antiguo Testamento Israel era el pueblo peculiar de
Jehová, ahora es la iglesia. Y como Israel se caracterizaba por
ser celoso en cuanto a la ley (Hch. 21:20, Gá. 1:14), así ahora
Cristo purifica su pueblo con este mismo propósito en su mente,
esto es, que sea un pueblo propio con “celo por las buenas
obras”, obras que proceden de la fe, son hechas según la ley
de Dios y para su Gloria (1 P. 3:13). [4]
2.
Esa purificación es hecha por Cristo de forma particular. Luego
que se entregó a sí mismo en la Cruz para redimirnos de toda
iniquidad, procede a la tarea de escogernos, llamarnos,
separarnos, darnos fe, justificarnos, adoptarnos y santificarnos
por el poder del Espíritu Santo que trae a morar en nosotros,
para que tomemos el sendero de la santificación,
apartándonos de la impiedad y de las pasiones mundanas.
3.
Ese Cristo que se entregó por nosotros para redimirnos de
toda iniquidad pretende que cada miembro de su familia
tenga una vida caracterizada por el dominio propio, la
justicia, y la piedad, haciendo que Su Gracia penetre
nuestras tinieblas morales y espirituales y traiga santidad a
nuestras vidas.
LA PURIFICACIÓN PARA POSESIÓN
1.
La purificación que hace Cristo no es para otro, sino para sí
mismo, para su pertenencia y posesión. Esto nos lleva a
entender que no nos pertenecemos, que ahora que estamos
en Cristo y hemos sido redimidos de toda iniquidad cuando
estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, fue con el
propósito de pasar a la potestad de Cristo.
41y 2 Timoteo - Tito, Comentario del Nuevo Testamento, Guillermo Hendriksen - Página 427.
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50 Razones por las que sufrió y murió Jesucristo, basado en el libro de John Piper “La pasión de Jesucristo”
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2.
Él ha hecho esta obra para hacerse para sí “un pueblo”. Un
pueblo que le adore, un pueblo que se ame, un pueblo que le
imite, un pueblo que le sirva, un pueblo que proclame y
anuncie las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su
luz admirable, como declara 1 Pedro 2:9b.
3.
El no admite competencia, ya él mismo declaró en Mateo 6:24
lo que a continuación vemos: “Ninguno puede servir a dos
señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará
al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las
riquezas”. Está claro que sólo podemos tener un solo Señor y
este Señor es Jesucristo.
III. CRISTO PURIFICÓ UN PUEBLO CELOSO DE BUENAS OBRAS
(Tito 2:14)
A.
UN PUEBLO CELOSO
1.
Ya hemos visto que Cristo redimió un pueblo para sí (la iglesia)
pero ahora agrega, celoso de buenas obras. “(Cristo) se dio a
sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. Tito
2:14
2.
Aquí utilizamos entonces lo escrito por el pastor Piper cuando
dice al respecto: «En la fibra misma del cristianismo está la
verdad de que somos perdonados y aceptados por Dios, no
porque hayamos hecho buenas obras, sino para hacernos
capaces y celosos de hacerlas. La Biblia dice: “(Dios) nos
salvó... no por nuestras propias obras” (2 Ti. 1:9, NVI). Las
buenas obras no son el fundamento de nuestra aceptación,
sino el fruto de éstas. Cristo sufrió y murió no porque le
presentamos a Él buenas obras, sino “para purificar para él un
pueblo... celoso de buenas obras” (Tit. 2:14).»[5]
3.
Agrega además Piper lo siguiente: «Este es el significado de la
gracia. No podemos llegar a estar en buenas relaciones con
Dios debido a nuestras obras. Estar a bien con Dios es un
regalo. Solo podemos recibirlo por fe, atesorándolo como un
gran tesoro. Por eso es que la Biblia dice: “Por gracia sois
salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don
de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.” (Ef. 2:8-9).
55La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 90.
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50 Razones por las que sufrió y murió Jesucristo, basado en el libro de John Piper “La pasión de Jesucristo”
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Cristo sufrió y murió para que las buenas obras sean el efecto,
no la causa, de nuestra aceptación.»[6]
B.
C.
EL CELO POR LAS BUENAS OBRAS
1.
La realidad es que cuando el pueblo de Dios aprecia y valora
lo que Cristo ha hecho por sus pecados y por su salvación,
traduce toda esta comprensión en un servicio santo y celoso,
apasionado para Dios con el fin de evitar que la santidad de
Dios sea empañada.
2.
El pastor Piper sigue diciendo al respecto: «No es de
sorprendernos, pues, la siguiente oración que dice: “Porque
somos... creados en Cristo Jesús para buenas obras” (Ef.
2:10). Esto es. Somos salvos para buenas obras, no por
buenas obras. Y el objetivo de Cristo no es la mera
capacidad de hacerlas, sino el celo por hacerlas. Por eso la
Biblia usa la palabra “celo”. Cristo murió para hacernos
“celosos de buenas obras”. Celo significa pasión. Cristo no
murió solo para hacer posibles las buenas obras ni para
producir un entusiasmo a medias. Murió para producir en
nosotros pasión por las buenas obras. La pureza cristiana no
es la mera evitación del mal, sino la búsqueda del bien.
3.
Hay razones por las que Jesús pagó el infinito precio de
producir en nosotros celo por las buenas obras. Él dio la razón
principal en estas palabras: “Así alumbre vuestra luz delante
de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos” (Mt. 5:16).
Dios recibe gloria por las buenas obras de los cristianos. Por
esta gloria Cristo sufrió y murió.»[7]
LAS BUENAS OBRAS COMO PRODUCTO DE LA PASIÓN POR
CRISTO
1.
Un pueblo celoso, apasionado por su Señor va a producir esas
buenas obras que Dios mismo preparó de antemano para
anduviésemos en ellas (Ef. 2:10). Sobre esto concluye el pastor
Piper diciendo: «Cuando el perdón y la aceptación de Dios
nos han librado del temor, del orgullo y de la avaricia,
estamos llenos con el celo de amar a otros del modo que Él
66La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 90.
77La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 91.
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50 Razones por las que sufrió y murió Jesucristo, basado en el libro de John Piper “La pasión de Jesucristo”
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nos ha amado. Arriesgamos nuestras posesiones y nuestras
vidas puesto que estamos seguros en Cristo. Cuando amamos
a otros en esta forma, nuestra conducta es contraria al
encumbramiento y a la auto-preservación. La atención es,
pues, enfocada en nuestro transformador Tesoro y Seguridad:
Dios.
2.
¿Y cuáles son estas “buenas obras”? Sin limitar su alcance, la
Biblia quiere decir principalmente ayudar a las personas en
urgente necesidad, especialmente aquellos que poseen
menos y sufren más. Por ejemplo, la Biblia dice: “Aprendan
también los nuestros a ocuparse en buenas obras para los
casos de necesidad” (Tit. 3:14). Cristo murió para hacernos
esta clase de personas, personas apasionadas en ayudar al
pobre y al caído. Esta es la mejor vida, no importa cuánto
nos cueste en este mundo. Ellos obtienen ayuda, nosotros
obtenemos gozo y Dios recibe gloria.»[8]
3.
Aquí podemos declarar que esas buenas obras son el
producto de una vida agradecida de la obra redentora del
Señor y Salvador Nuestro. Obra que apreciamos,
comprendemos y traducimos en actos que ennoblezcan su
causa y su persona, que le honren y glorifiquen como el Dios
grande que es. Sobre esto declaró el apóstol Pablo en 2
Corintios 9:12-13 diciendo: “Porque la ministración de este
servicio no solamente suple lo que a los santos falta, sino que
también abunda en muchas acciones de gracias a
Dios; pues por la experiencia de esta ministración glorifican a
Dios por la obediencia que profesáis al evangelio de Cristo, y
por la liberalidad de vuestra contribución para ellos y para
todos”.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Mis amados, fortalezcámonos en el poder de la fuerza del Señor y
procuremos vivir una vida dando gracias y agradeciendo desde el fondo de
nuestra alma a aquel que hizo tan inefable labor por todos nosotros, al tiempo que
produzcamos esas obras que Dios ya tiene preparadas para ti y para mí. De esta
manera, Él será Glorificado y nosotros seremos bendecidos.
AMÉN
8La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 91.
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