Modos de observación en psicopatología. Poder y Belleza.

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La Universidad por un Nuevo Humanismo.
Jubileo de los Docentes Universitarios. ENDUC II
La Persona Humana: genealogía, biología, biografía.
La Persona Meta Privilegiada de la Psicología. Comision106
Universidad Católica Argentina. Buenos Aires. 27 de Octubre de 2000
Modos de Observación en Psicopatología.
Poder y Belleza
Resumen:
Esta ponencia toma la incitación del recién laureado Premio Nobel
E. Kandel, en el sentido de ampliar el marco intelectual en las
ciencias de la mente, mediante una fecunda confluencia de las
distintas disciplinas. Se recorren algunas de los avances recientes en
neurociencias, principalmente los presentados por Kandel.
Puntualizaciones de otros autores delimitan los modos de
observación. Luego se presenta un relato clínico, para permitir
formular preguntas a las ciencias confluyentes, desde una base
cercana a la experiencia y se ensayan
algunas respuestas
probables, para finalizar reflexionando brevemente sobre la relación
del poder y la belleza con el pasaje desde un modo de observación,
del introspectivo al extrospectivo y viceversa, destacando el lugar de
la creatividad.
Autor: Marcelo Noël. Médico, Especializado en Psicología Clínica. Profesor
Adjunto de Psicopatología, Carrera de Psicología, Facultad de Filosofía y Letras.
UCA.
Ugarteche 2841 PB Bs. As. C1425EVA T:48028731 [email protected]
Hace unos pocos días, se decidió, en el Karolinska Institutet, otorgar el Premio
Nobel en Fisiología y Medicina a Avid Carlsson, Paul Greengard y Eric Kandel por
sus descubrimientos concernientes a la “transducción de señales en el sistema
nervioso”. Es oportuno destacar que justamente sea en este año 2000, en el que
culmina la llamada por algunos “década del cerebro”, en el que se galardone a
investigadores que hayan contribuido a desentrañar algunos de los secretos de su
funcionamiento normal y claves para entender sus alteraciones.
(Nobelförsamlingen 2000)
En esta presentación quiero en primer término trazar una muy somera reseña de
las contribuciones de uno de los laureados, Eric Kandel, quien es seguramente el
miembro mas conspicuo de la joven y pujante “Neurociencia Cognitiva”. Recibió
el Premio Nobel por sus descubrimientos que mostraron como intervienen
algunos cambios estructurales en las neuronas, importantes en el aprendizaje y la
memoria, así como los mecanismos moleculares ligados a estos.
( Nobelförsamlingen 2000, Kandel,99)
1
Nutrido en su formación por varias fuentes, es médico, investigador en ciencias
neurales y del comportamiento, psiquiatra cuya residencia fue de orientación
dinámica y que actualmente declara afinidad con la psicología cognitiva y las
vertientes experimentales; su campo principal es la neurociencia cognitiva de la
memoria.(Kandel,98) El libro del cual es editor Principles of Neural Science (4th
Ed., 2000) ya en su cuarta edición, es recorrido en el mundo y sus artículos
frecuentan las publicaciones periódicas en ciencias.
Los estudios experimentales de modelos de aprendizaje en animales inferiores
(Aplysia), le permitieron debido a la relativa simpleza de las redes neuronales,
verificar las modificaciones en múltiples niveles, de la cadena de cambios producto
del aprendizaje, desde el comportamiento inducido por condicionamiento; pasando
por las
modificaciones estructurales en las vías neuronales (plasticidad
sináptica), hasta los cambios observables en los mecanismos bioquímicos y
moleculares en la célula nerviosa, así como también la explicación de las
modificaciones en la expresión genética, producto de ese aprendizaje. Estas
verificaciones y otros avances recientes llevan al Dr. Kandel a abogar por un
cambio de marco intelectual, que abarque a las disciplinas afines y susceptibles de
ser modificadas por estos hallazgos de la neurociencia.(Kandel,83,98,99)
En uno de sus artículos en los que explora la naturaleza de la angustia, en
términos experimentales y en el que desarrolla de un modo elegante y ambicioso
la esencia de lo que le acaba de valer el premio Nobel; intenta la convergencia,
tratando de evitar reduccionismos, de varios modelos explicativos en
psicopatología.(Kandel,83, también 98 y 99)
Nos dice, corriéndose de la visión conductista extrema en la que comportamiento
es sinónimo con vida mental, que “ Esta visión (la conductista extrema) define en
modo estrecho una realidad mayor, la vida mental, en términos de las técnicas
científicas disponibles para estudiarla. Haciendo esto (sigue Kandel) esta
aproximación deniega la existencia de la mentalización, los sentimientos y las
motivaciones, tanto conscientes como inconscientes, simplemente por que no
pueden ser estudiadas objetivamente”.(Kandel, 83 p:1281)
Kandel destaca la importancia del psicoanálisis en “el reconocimiento de la
diversidad y complejidad de la experiencia mental humana...(y como) con su
énfasis en la estructura mental y las representaciones internas, sirvió como fuente
de la moderna psicología cognitiva”. (o.c.,p:1282) Esta misma complejidad del
objeto, en ambas ciencias (el psicoanálisis y la psicología cognitiva), ha sido una
barrera para el estudio biológico directo. Pero propone que el estudio de los
sistemas simples de invertebrados, permite la emergencia de una neuropsicología
empírica de la cognición basada en la neurobiología celular y que esto podría
fortalecer las perspectivas del psicoanálisis y la psicología cognitiva haciéndolas
mas verificables y propensas al escrutinio experimental.
2
Se propone en el artículo que cito, “ilustrar como la mentalización no pierde nada
de su poder o su belleza cuando la aproximación se mueve desde el dominio de
la metapsicología hacia el rango de la biología molecular.”(o.c.p:1277. El
resaltado y las traducciones son mios)
Culmina, siempre en el mismo artículo, su diestro viaje por la neurobiología
cognitiva experimental, destacando el poder de la experiencia para modificar el
funcionamiento cerebral a través de la modificación de la fortaleza sináptica y la
regulación de la expresión genética. Sugiere entonces que el aprendizaje o de la
misma manera, la eficacia de una psicoterapia, podría involucrar cambios
estructurales en el cerebro que resulten de modificaciones en la expresión de los
genes. (o.c.p:1291)
En un extraño movimiento de lanzadera hacia atrás en el tiempo, podemos
acercar un pequeño párrafo, de una conferencia sobre el mismo tópico que el
artículo de Kandel, la angustia, dictada a principios del siglo XX. En esta, el
expositor, un médico, neurólogo, dedicado durante años a la investigación del
sistema nervioso de animales inferiores y a la conducta humana (campo
coextensivo con el de Kandel), declara que “la medicina académica... parece
interesarse sobre todo por los caminos anatómicos a través de los cuales se
produce el estado de angustia....(estos caminos son) un objeto muy serio y
bonito. Recuerdo bien todo el tiempo que me consagré a su estudio. Pero no
podría hoy indicar algo más indiferente para la comprensión psicológica de la
angustia que el conocimiento de las vías anatómicas por las que transitan sus
excitaciones.” (Freud,1916. p:358. El resaltado y paréntesis son míos)
Este recorte, necesariamente arbitrario, apunta a poner de relieve por una parte, el
punto rozado por Freud, el conferenciante de ese momento, en cuanto a la
condición subjetiva, el significado psicológico, del afecto. (Punto evidente, también
traído por Kandel) Por otra parte, quiero destacar que en este párrafo, en el que
hay un movimiento de cambio de modo de observación, desde el neurólogo de
visa objetiva al psicólogo que busca comprender, Freud apela a conservar el
aprecio por la seriedad y belleza del objeto que en forma temporaria resigna.
( En la versión en alemán ,“ ist ein sehr ernsthaftes und shönes objekt...”
Shönheit=Belleza. )
En esta conversación también puede intervenir alguien con formación similar a los
precedentemente mencionados, me refiero a H.Kohut (77,82), médico, neurólogo,
interesado por la psicología humana, psicoanalista que propone un cambio de
énfasis en su campo, mover el acento desde una psicología de las pulsiones hacia
una en la que las vicisitudes de la estructuración del self y de las experiencias
subjetivas, conscientes e inconscientes de mismidad. Reconoce que la esencia
más fundamental de la psicología humana es su necesidad de organizar su
experiencia psicológica en una configuración cohesiva, el self y establecer
relaciones entre el self y el entorno que sustenten la coherencia, vigor y armonía
de ese self. Esta concepción lo lleva a dar un paso más, en cuanto a definir el
3
campo de la psicología, como el aspecto de la realidad que resulta accesible por
medio de la introspección y la empatía. (Wolf,88)
En este trance de cambio de posición en relación al psicoanálisis clásico dice que
esto, (el cambio) “no debe entenderse como una falta de respeto por el enorme
poder explicativo de las formulaciones clásicas, ni falta de aprecio por su
elegancia y belleza...” (Kohut,77, p: 160, resaltado mío.)
Volvamos a los biologos, quienes coinciden en pensar que así como en el siglo
que ha transcurrido, la biología centró su interés en los genes, el que se inicia, lo
hará en la mente.
F. Jacob, más precisamente lo centra en los procesos de la memoria y el deseo.
Pero se pregunta si será esta ciencia capaz de responderse los problemas que se
plantea. El argumento de Kandel es que ciertamente la neurociencia se
encuentra en una buena posición para responder a esas preguntas, pero que
ganaría en riqueza y profundidad si pudiese responderlas en forma sinérgica con
la psicología cognitiva y el psicoanálisis, disciplinas que a su vez se beneficiarían
con las bases científicas adicionales que proveería la biología.
Kandel se opone a la reducción en términos de la otra de ninguna de las ciencias
que apuntan a la comprensión de la mente humana. “Tal reducción sería no solo
poco deseable, sino imposible. Las agendas para el psicoanálisis, la psicología
cognitiva y la neurociencia, se superponen, pero no son de ninguna manera
idénticas, las tres disciplinas tienen diferentes perspectivas y metas y solo pueden
converger en algunas cuestiones críticas.”
“El rol de la biología es el de iluminar aquellas direcciones que mejores
probabilidades tengan de proveer comprensiones más profundas en procesos
paradigmáticos específicos. La fortaleza de la biología es su modo riguroso de
pensar y su profundidad de análisis. ... Las fortalezas del psicoanálisis son el
alcance de miras y la complejidad de los temas que aborda.” (Kandel, 99, p:
519,520) Agrega, citando a M. Solms, “que el poder del psicoanálisis deriva de su
habilidad para investigar los procesos mentales, desde una perspectiva subjetiva.”
Pero también esta es su gran debilidad. “Los fenómenos subjetivos no se prestan
fácilmente para el análisis empírico objetivo. Necesitamos desarrollar modos
creativos de estudiar los fenómenos subjetivos.” (o.c. p:520, ver Solms 95.)
Estas intenciones resuenan con efervescencia. Los distintos ámbitos de la ciencia
tienen apetito de confluencia, pero buscan también reconocer y delimitar las
especificidades. Simultáneamente con la apelación de Kandel ( K. 98,99) y otros
para ampliar y renovar los marcos intelectuales en las ciencias interesadas en la
mente, crecen y se vigorizan foros de encuentro.
Lo atestiguan los intentos integradores de numerosos autores como, entre otros
Wilma Bucci(98) desde las ciencias cognitivas, Robert Emde(99) desde el
psicoanálisis, Peter Fonagy(98), aggiornando la teoría del apego en relación a la
capacidad reflexiva. Daniel Stern en sus estudios del infante humano. A.
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Damasio(94), desde el afecto y la neurobiología. Así como la confluencia de
numerosos grupos, incluso muy activos en nuestro país (Hagelin. A. 98) y sin
dejar de aspirar en la misma dirección en esta casa, en la carrera de Psicología en
la UCA.
¿Como conciliamos y tomamos provecho del marco posible de perspectivas
múltiples, para el avance de las ciencias de la mente, en cierne en nuestros días?
¿Como acercamos lo que surge del “el camino elevado” de las ciencias, con el
arduo y pedestre que transitamos en nuestras praxis?
Para llevar las apreciaciones desde un nivel de alto grado de abstracción, hacia
uno más cercano a la experiencia, propongo compartir el relato muy abreviado de
una ilustrativa situación clínica, que un colega ha tenido a bien compartirlo
conmigo y con ustedes.
Valeria, una distinguida joven, de porte elegante y aire de modelo, decidió
consultar y comprometerse en un psicoterapia debido a vacilaciones en su
sentimiento de valor y autenticidad, temores e inhibiciones que restringían su
pleno despliegue personal, a los que se agregaban dificultades en sus ciclos
menstruales (amenorrea prolongada).
En una visión global, coloquial, el terapeuta consideraba que “Valeria no podía
desplegar toda su potencialidad pues no se sentía suficientemente bella, valiosa ni
apreciable” .
En un momento del transcurso de su terapia, cuenta un sueño en el que se ve ella
luciendo un vestido marrón. Sin saber claramente por qué (aunque pudo
reconstruir posteriormente parte de las razones),
el terapeuta evoca
inmediatamente, sin que hubiese habido ninguna alusión evidente en el relato del
sueño, una escena de una película y el vestido usado por la protagonista. Unos
minutos después, la paciente en sus asociaciones espontáneas y sin ninguna
clave de lo pensado por su terapeuta, relaciona su sueño con la misma escena y
el mismo vestido, de la misma película : “Mujer bonita”.
Esta coincidencia de evocación no fue revelada a la paciente y tampoco
trabajaron especial y explícitamente con esta escena en sí. Sin embargo se
encontraba en esta representación de una forma elocuente, en una síntesis
abigarrada, súbita y compartida, todo un reflejo de lo que se iba tejiendo en la
lenta y gradual tarea de exposición comunicativa e inmersión en los complejos
procesos psíquicos de ambos participantes del proceso terapéutico y que a su vez
se asociaba con la escena evocada por el sueño.
Así, se fue entramando, en el transcurso del relativamente breve período en
consideración, la comprensión de las expectativas y temores en juego,
concernientes a la imagen de sí albergada por Valeria y la que pudiesen tener los
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otros respecto a ella. Se demarcaron con nitidez conflictos que la enfrentaban con
la sexualidad y su condición femenina, así como con los diferentes significados y
consecuencias que contiene, desde su consideración subjetiva para la paciente, la
noción de la belleza. Tomó también protagonismo psíquico el despliegue de sus
relaciones fraternas, afectivamente intensas, ambivalentes y diferenciadas, por un
lado aquellas con sus hermanos varones y por otro las especialmente resaltadas
con su única hermana y las circunstancias biográficas que les daban marco (con
algunas relaciones con la escena evocada). Este despliegue psíquico, fue
acompañado por las intervenciones técnicas del terapeuta.
En una secuencia temporal cercana, contigua al trabajo psicoterapéutico recién
ilustrado, la paciente le reporta al terapeuta un cambio significativo, ha
recuperado su menstruación y esta se ha mantenido con regularidad cíclica.
¿Qué esclarecimientos podrían brindarnos los intentos de confluencia de la
psicología cognitiva, el psicoanálisis y las neurociencias sobre esta psicoterapia?
¿ Como podrían beneficiarse de ello Valeria y su terapeuta?
¿Le resultará posible a la neurobiología, por ejemplo, traer mayor iluminación para
entender, cómo coincidieron en la ubicación de una imagen onírica, en un
recuerdo común no compartido, pleno de asociaciones significativas, que recién
después permitió la comprensión mas verbalizable.? ¿Habrán las ciencias en
conjunto diseñado métodos consensuados para verificar y convalidar reportes,
procesos o resultados de psicoterapias? ¿El efecto sobre las funciones somáticas
observado en Valeria, recuperar su menstruación, es un efecto de la intervención
psicoterapéutica? ¿Como estaría mediada biológicamente? ¿Como se puede
verificar la modificación de su sentimiento de sí y el esclarecimiento de algunos
conflictos, en relación al efecto citado? ¿Hay un correlato neurobiológico del
sentimiento de no sentirse a la altura de los ideales de belleza? ¿y de la capacidad
empática de un terapeuta, o una madre?
La mayoría de estos interrogantes tendrían respuestas positivas y explicaciones
que tratan de abordarlas de modo idóneo. Pero es imposible no evocar alguna
reminiscencia del suplicio de Tántalo, están casi al alcance de nuestros dedos
pero siempre un poco más allá
Probemos algunos intentos. En la primera pregunta, Kandel (99) nos acercaría
explicaciones ligadas a los procesos de memoria procedual (implícita) y
declarativa (explícita). Nos trae además noticias de estudios del grupo de Stern,
en el que comprueban que muchos avances en psicoterapias se dan en el dominio
del conocimiento procedual (no verbal), ligados a momentos de sentido.
La misma pregunta podría también llevarnos al tema de la sintonía, que no
necesita y en general no tiene, la característica súbita de este ejemplo (mujer
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bonita). En este tópico, W.Bucci (98, Emde,99) trae la idea de la necesidad de
cierta sintonía “attunement afectivo”, para que se pongan en juego los “procesos
referenciales ” que ligan las funciones verbales y simbólicas a las funciones
subsimbólicas (que) permita nuevos sentidos emocionales y una reorganización
de los esquemas emocionales del self en relación con los otros” (Emde 99, p:119)
También y en relación con todo el conjunto del fragmento ejemplificado, existen
actualmente métodos de evaluación de los patrones recurrentes en la interacción
terapéutica (Que toman la totalidad de la interacción, o el texto exacto, por lo que
no serían aplicables al modo como ha sido presentado este material) que nos
daría la posibilidad de verificación empírica de procesos de otro modo difíciles de
objetivar.(Bucci ,98; Kächele,98; Hagelin,98)
A. Damasio (99) afirma que la base neural del self implica un proceso continuo de
creación de referentes internos. Esto incluye representaciones de dos tipos 1) Una
identidad hecha de recuerdos del propio pasado autobiográfico, y futuros posibles
y 2) estados del cuerpo y estados emocionales propios del transfondo.... Un
sentido del self implica una actividad coordinada de múltiples regiones del cerebro
y es la resultante de una reconstrucción contínua. ¿La modificación de estos
esquemas del self (e.g. sentirse bonita) producto de la psicoterapia y
modificaciones en el eje hipotalamo hipofisario gonadal, ( ciclos menstruales)
según los modos de plasticidad neuronal descripta por Kandel, podrán en un
futuro ser verificados empíricamente? ¿Qué papel juegan los afectos? Podríamos
así multiplicar las preguntas.
Pero aún con todas las explicaciones y verificaciones empíricas posibles y
deseables, vale la pena sostener la idea que para estudiar los fenómenos
mentales complejos la herramienta más sensible es otro ser humano. En una
psicoterapia lo que es crucial, es el compromiso activo de una mente con la otra,
inconcebible sin empatía , aunque no es esta directamente responsable de la
acción terapéutica.
La convergencia propuesta, todavía en tren de tejerse, pero activa y suscitadora
de entusiasmo desde los distintos protagonistas implicados, cuenta con amplias
posibilidades de complementación fecunda o en los términos neurobiológicos de
Kandel, de sinergia. Pero también es necesario marcar claramente las diferencias
de objeto, de campo, de perspectiva. La posición del observador, para algunos
autores (Kohut. 77,81), es una cualidad definitoria del campo de estudio. La
posición con miras a la verificación objetiva, basada en estrategias extrospectivas,
por una parte y la posición de observación subjetiva, que utiliza medios
introspectivos y por extensión la introspección vicaria, esto es, la posibilidad de
ubicarse en el punto subjetivo ajeno, por otra. Esta demarcación seguramente no
es estanca, pero revela una frontera.
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En esta presentación, propuse algunos recortes en los que tres autores (Kandel,
Freud, Kohut) se mostraban en el movimiento desde una perspectiva de
observación hacia otra y en ese tránsito evocaban la necesidad de calificar el
punto resignado con atributos de poder y belleza .
Sin que el material que mueve a esta última reflexión resulte ni suficiente ni
probatorio y sabiendo que podemos estar forzando un planteo; propongo postular,
con cierto carácter lúdico, una generalización.
En el transcurso desde un modo de observación orientado al mundo objetivo
susceptible de verificación extrospectiva a otro modo de observación orientado al
mundo de los fenómenos subjetivos complejos, accesibles por introspección y su
variante vicaria, la empatía; en una u otra dirección, tienden a evocarse las ideas
de poder y belleza.
¿Poder y Belleza?
Quizás sea algo más fácil comprender por qué se utiliza la idea de poder, pues es
evidente como simultáneamente se gana y se resigna en el cambio de modo, algo
de poder explicatorio, de poder de verificación o poder efectivo. Como sea, no
creo que pueda dirimirse tan fácilmente y la cuestión queda abierta.
¿Pero por que surge en ese lugar la idea de belleza?
Me parece más difícil encontrar una comprensión adecuada. En cada uno de
ustedes, si les ha interesado la pregunta, seguramente se suscitará un
aprontamiento de sus marcos de pensamiento y se ubicarán frente al problema.
Personalmente, frente a este interrogante que planteo, a mi me agrada pensar que
al producirse a la vez un resalto y una ganancia en complejidad en este pasaje, en
cualquiera de las dos direcciones que sea, surge una necesidad de restablecer la
continuidad y volver a generar integración, lo que puede lograrse mediante el
material “específico” de ligadura adecuado para la “interfase objetivo-subjetivo”, la
creatividad. Tomando una analogía de la física, el cambio de órbita de la posición
de observación, requiere que se liberen, por así decir, “cuantos de creatividad”, de
los cuales la medida habitual de ponderación de sus productos, es la belleza.
Para finalizar, una consideración aún más fuertemente subjetiva. Parafraseando
una canción ya clásica de los Beatles, que es muy posible que todos recuerden.
“Michelle, ma belle, sont des mots qui vont très bien ensemble”. Del mismo modo,
Creación, Poder y Belleza, son nociones que armonizan muy bien.
Gracias.
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Bibliografía
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procesos afectivos.. Rev. de Psicoanálisis. Tomo LVI 1 BA
-Damasio A. 1999 El Error de Descartes. Ed. Andres Bello . Sant. Chile 3 ed.
9
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