1 ÍNDICE DE CONTENIDOS 1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................. 5 2. EL DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO EN AMÉRICA LATINA EN EL PERÍODO 1990 – 2013 ............................................................................................................. 6 3. 2.1. Concepto y medición ....................................................................................................... 6 2.2. Análisis empírico ............................................................................................................ 10 LA DESIGUALDAD PERSONAL DE LA RENTA EN AMÉRICA LATINA EN EL PERÍODO 1999 – 2013 ..................................................................................................... 23 4. 3.1. Concepto y medición ..................................................................................................... 23 3.2. Datos y fuentes estadísticas .......................................................................................... 29 3.3. Análisis empírico ............................................................................................................ 30 3.3.1. Índice de Gini ......................................................................................................... 30 3.3.2. Ratio de quintiles .................................................................................................... 35 RELACIÓN ENTRE DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO Y DESIGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN PERSONAL DE LA RENTA ................... 39 4.1. Marco teórico .................................................................................................................. 39 4.2. Análisis empírico ............................................................................................................ 43 5. CONCLUSIONES............................................................................................................ 50 6. REFERENCIAS................................................................................................................ 52 7. ANEXO ESTADÍSTICO ................................................................................................ 55 2 ÍNDICE DE CUADROS Cuadro 1: Propiedades deseables para los indicadores de desigualdad ................................... 25 Cuadro 2: Argumentos teóricos que relacionan desigualdad con el desarrollo económico . 40 Cuadro 3: Supuestos sobre la curva de Kuznets ........................................................................ 41 Cuadro 4: Matriz de correlaciones parciales entre variables ..................................................... 44 Cuadro 5: Resultado de las estimaciones sobre la relación entre el desarrollo económico y económico-social y la desigualdad personal de la renta en Latinoamérica ............................. 46 ÍNDICE DE TABLAS Tabla 1: Limitaciones del PIB ......................................................................................................... 7 Tabla 2: Etapas en la economía de América Latina (1980-2013) ............................................. 15 ÍNDICE DE FIGURAS Figura 1: Curva de Kuznets ........................................................................................................... 41 ÍNDICE DE GRÁFICOS Gráfico 1: PIBpc en Latinoamérica, 2013 ................................................................................... 11 Gráfico 2: Evolución PIBpc Latinoamérica. Base 1990............................................................ 12 Gráfico 3: TVAA del PIBpc para América Latina por etapas, 1990-2013 ............................. 13 Gráfico 4: Convergencia en el nivel de desarrollo en América Latina, 1990-2013 ............... 16 Gráfico 5: Índice de Desarrollo Humano para Latinoamérica, 1990,2013 ............................ 17 Gráfico 6: Variación IDH por etapas, 1990-2013 ...................................................................... 18 Gráfico 7: Comparativa en nivel de IDH y IDH-D (Datos para 2013) ................................. 19 Gráfico 8: Relación del PIBpc con IDH para Latinoamérica (Datos para 2013).................. 20 Gráfico 9: Relación del PIBpc con IDH-D para Latinoamérica (Datos para 2013)............. 21 Gráfico 10: Relación TVAA PIBpc con TVAA IDH (1990-2013) ......................................... 22 Gráfico 11: Curva de Lorenz para Brasil y Venezuela, 2007 .................................................... 26 Gráfico 12: Índice de Gini para los países de América Latina, 2013 ...................................... 31 Gráfico 13: Diferencia en el IG urbano y rural para América Latina, 2013 ........................... 32 Gráfico 14: Evolución del IG en Latinoamérica, 1990-2013 ................................................... 33 Gráfico 15: Convergencia en la desigualdad en Latinoamérica, 1990-2013 ........................... 35 Gráfico 16: Ratio Q5/Q1 para América Latina, 2013 ............................................................... 36 Gráfico 17: Relación IG con ratio Q5/Q1 para América Latina (1999-203) ........................ 37 Gráfico 18: Relación IG con ratio Q5/Q1 para América Latina (2010-2013) ...................... 37 3 Abreviaturas y acrónimos utilizados: CEPAL: Comisión Económica para América Latina y el Caribe CM: Contratos Móviles FIDA: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola FMI: Fondo Monetario Internacional IDH: Índice de Desarrollo Humano IDH-D: Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad IG: Índice de Gini INV: Inversión. FBK/PIB OCDE: Organización para Cooperación y el Desarrollo Económico OMC: Organización Mundial del Comercio PIB pc: Producto Interior Bruto per cápita (Renta per cápita) PIB: Producto Interior Bruto PNB pc: Producto Nacional Bruto per cápita (Renta per cápita) PNB: Producto Nacional Bruto PNUD: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PPA: Paridad del Poder Adquisitivo R2: Coeficiente de determinación lineal RAE: Real Academia Española Ratio Q5/Q1: Brecha entre el quintil más rico con quintil más pobre RNF: Renta Neta de los Factores Tc: Tasa de crecimiento TcPIB: Tasa de crecimiento del PIB TcPNB: Tasa de crecimiento del PNB TVAA: Tasa de Variación Anual Acumulativa TIC: Tecnologías para la Información y la Comunicación UI: Usuarios de Internet 4 1. INTRODUCCIÓN Latinoamérica es el área geográfica más desigual del mundo en términos de renta, aunque no es, sin embargo, la región más pobre ni la menos desarrollada económicamente (Antón, Carrera, Muñoz de Bustillo, & Rodrigues-Silveira, 2009). La relación entre el desarrollo socioeconómico y la desigualdad en la distribución personal de la renta ha sido un tema recurrente en la literatura económica desde los años 50 del siglo pasado (e.g. Kuznets, 1955) aunque no existe consenso sobre si la relación de ambos fenómenos es directa o inversa. El tema ha tomado impulso en los últimos años, cuando algunos de los países emergentes han mostrado comportamientos que contradecían lo sostenido por las teorías más tradicionales. América Latina es una de estas áreas económicas emergentes, por lo que resulta de gran interés acercarse al estudio de esta relación en esta área. Adicionalmente, profundizar en la comprensión de cómo los países avanzan económica y socialmente y conocer las claves de problemas tan severos como la desigualdad de la renta entre la población, resulta clave para la aplicación de políticas económicas y sociales eficientes que ayuden a estas economías a seguir mejorando. En este contexto, el objetivo del presente trabajo es doble. En primer lugar, analizar empíricamente la evolución del desarrollo socio-económico de los principales países latinoamericanos durante el período 1990-2013; así como la de la desigualdad en la distribución de la renta en las últimas décadas. En segundo lugar, se estudia, a través de un modelo multivariante de regresión lineal, la relación existente entre ambos fenómenos. Así, tras esta Introducción, en el apartado 2 del trabajo se ofrece una descripción de la evolución del desarrollo socio-económico de la región. En el apartado 3 se aborda la dinámica que ha mostrado la desigualdad personal de la renta entre 1999-2013. En la sección 4 se ponen en relación ambos fenómenos, estimando varias especificaciones econométricas. Finalmente, la sección 5 ofrece algunas consideraciones finales del trabajo. 5 2. EL DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO EN AMÉRICA LATINA EN EL PERÍODO 1990 – 2013 Este epígrafe se desglosa en dos apartados: en el primero de ellos se explica el concepto de desarrollo económico y social y, a su vez, se señalan los indicadores utilizados habitualmente para medir el mismo; en el segundo subapartado se realiza un análisis descriptivo de la evolución del fenómeno para América Latina para el período 1990-2013. 2.1. Concepto y medición Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), el desarrollo en su acepción económica se define como la “evolución progresiva de una economía hacia mejores niveles de vida”. La forma más habitual de medir el nivel de vida de la población de un país es a partir del ingreso medio de los habitantes de ese país, que a su vez se aproxima por el concepto de renta per cápita. Para el cálculo de la renta per cápita se utilizan las macromagnitudes económicas del Producto Interior Bruto (en adelante PIB) y Producto Nacional Bruto (en adelante PNB). El PIB es considerado como la macromagnitud económica más utilizada para cuantificar la capacidad de generar riqueza en una economía durante un período de tiempo determinado (Alonso, 2013). Este indicador se define como el valor de todos los bienes y servicios finales producidos en el interior de un país en un momento temporal concreto, generalmente un año. Los datos estadísticos tienen la capacidad de influir sobre las decisiones que se adoptan en política económica, por lo que es de suma importancia que éstos reflejen la realidad que pretenden. Este hecho ha derivado en cierta polémica y ha dado a la luz informes que ponen en duda la representatividad del PIB como un indicador adecuado del desarrollo o bienestar económico en una sociedad (Stiglitz, Sen, & Fitoussi, 2008). De acuerdo con Alonso J.A. (2013), las limitaciones que presenta el citado indicador pueden sintetizarse en la siguiente tabla: 6 Tabla 1: Limitaciones del PIB Limitación Limitación 1 Limitación 2 Limitación 3 Limitación 4 Limitación 5 Descripción Aunque el indicador refleja de forma eficiente el crecimiento económico, no es representativo del desarrollo sostenible, pues no muestra cualitativamente a qué se debe éste, por lo que cabe la posibilidad de un detrimento en el ámbito medioambiental o social. No se le puede atribuir la misma aportación de bienestar a todos los bienes y servicios producidos en una economía, incluso cabe la posibilidad de que éstos puedan proporcionar un bienestar negativo (por ejemplo la producción armamentística). Tan sólo recoge los bienes y servicios destinados al mercado, dejando de lado todas aquellas actividades que, aunque excluidas de éste, incrementan el bienestar de un país (un claro ejemplo de esta limitación es el trabajo realizado por las amas de casa). Aunque se han realizado estimaciones, el indicador no tiene la capacidad de poder mostrar la aportación real que tiene la economía sumergida en un país. Todo dato estadístico tiene un intervalo de confianza, de lo que se deriva que existe un margen de error en el PIB, que determina la posibilidad de que el indicador no sea representativo. Fuente: Elaboración propia a partir de Alonso (2013). Tal y como se ha expuesto en su definición, el PIB tan sólo tiene en cuenta la producción interior, adoptando por tanto el criterio de la territorialidad; sin embargo, en un mundo cada vez más globalizado existen transferencias de factores entre países, por lo que se hace necesaria la evaluación del criterio de la residencia, es decir, el lugar donde reside el propietario de los factores; de esta forma, surge el PNB, que se definiría como el valor de los bienes y servicios finales producidos por los residentes de un país durante un período de tiempo determinado, generalmente un año. Es posible obtener el valor del PNB conociendo el valor del PIB en un momento determinado, pues tan sólo hay que sumar las Rentas Netas de los Factores provenientes del resto del mundo (en adelante RNF): 𝑃𝑁𝐵 = 𝑃𝐼𝐵 + 𝑅𝑁𝐹 (1) Para medir el bienestar económico de un país, teniendo en cuenta el tamaño de su población, el indicador más utilizado es la renta per cápita (en adelante PIBpc o PNBpc). Puede ser 7 medido utilizando el PIB o el PNB dependiendo, tal y como se expuso páginas atrás, de cuál sea el objeto del análisis (territorialidad o residencia del propietario de los factores): La renta per cápita mide, por tanto, los ingresos medios de los habitantes de un país obtenidos en un período de tiempo, normalmente un año. En la actualidad existen diferentes instituciones internacionales como la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o, para el caso concreto de los países latinoamericanos, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se encargan de elaborar y publicar datos estadísticos referidos al PIBpc y PNBpc. Aunque convencionalmente se ha utilizado el PIBpc (o PNBpc) como un indicador que aproxima en gran medida el bienestar económico, tal indicador adolece de limitaciones: sólo hace referencia al componente económico del bienestar, dejando al margen el resto; además, sólo tiene en cuenta el promedio de renta en una economía, por lo que no refleja la distribución personal de cada individuo; y en último lugar, no refleja una visión global de la realidad económica en todas sus dimensiones (económica, social y medioambiental) ni de la sostenibilidad del crecimiento. En resumen, no permite diferenciar entre crecimiento y el desarrollo económico. El crecimiento se define como un incremento sostenido de la renta per cápita en una economía (Kuznets, 1966), mientras que el desarrollo recoge además del crecimiento económico, un aumento de la equidad, considerando por tanto, cambios tanto cuantitativos como cualitativos. Para captar de una forma más adecuada el desarrollo económico, a partir de la década de los noventa, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (en adelante PNUD) apostó por un nuevo indicador para medir el bienestar de la población de un país, conocido como Índice de Desarrollo Humano (en adelante IDH). El IDH se justifica debido a que el desarrollo humano no debe circunscribirse tan sólo a una variable económica como es la renta per cápita; según el PNUD, el desarrollo humano es un proceso que permite a las personas tener mayores oportunidades. Por esto, el IDH considera 8 tres dimensiones básicas1: un nivel de vida decente, una vida prolongada y saludable y el acceso a la educación (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 1990). La primera dimensión utilizada para estimar el IDH puede ser categorizada como un nivel de recursos que garantice disponer de medios materiales necesarios que proporcionen una existencia digna. Esta dimensión se cuantifica con el PNB per cápita ajustado por la paridad del poder adquisitivo (PPA), es decir, el ingreso total generado por la producción, teniendo en cuenta el criterio de la residencia, menos los ingresos pagados al resto del mundo, convertido a dólares estadounidenses usando la PPA, y dividido entre la población de un país a mitad de año (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). 𝐼𝑟𝑒𝑐𝑢𝑟𝑠𝑜𝑠 = 𝑃𝑁𝐵𝑝𝑐 (𝑃𝑃𝐴) 𝑃𝑜𝑏𝑙𝑎𝑐𝑖ó𝑛 (2) La segunda dimensión considerada por el índice tiene en cuenta la salud de la población en una economía, pues considera una vida larga y saludable. Esta dimensión se mide con la esperanza de vida al nacer en un país, definida como los años estimados que vivirá un recién nacido si los patrones de mortalidad continuaran constantes durante toda su vida (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). La última dimensión considerada es la educación, pues se pretende recoger en qué medida la población de un país tiene acceso a un cierto nivel educativo para la ampliación de sus conocimientos y capacidades. Esta dimensión se mide tomando la media geométrica de dos variables: los años promedio de escolaridad y los años esperados de escolarización. La primera variable tiene en cuenta los años promedio de escolaridad que posee la población con edad igual o superior a 25 años; en cuanto a la segunda variable, recoge la estimación de los años de instrucción que un menor (en edad de comenzar la escolarización) recibirá si los patrones en las tasas de matriculación se mantienen constantes durante su vida (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). Dado que cada dimensión es medida de forma diferente, se hace necesaria una normalización de los datos; para ello, se relacionan los valores efectivos de cada país con los valores 1 La última revisión de la metodología para estimar el IDH tuvo lugar en el año 2010. 9 máximos y mínimos de la muestra. Matemáticamente, la normalización se realiza con la siguiente expresión: 𝐼𝑖 = 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑒𝑓𝑒𝑐𝑡𝑖𝑣𝑜 − 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑜 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑚á𝑥𝑖𝑚𝑜 − 𝑉𝑎𝑙𝑜𝑟𝑚í𝑛𝑖𝑚𝑜 (3) Tal y como se muestra en la expresión 4, una vez obtenido el valor normalizado de cada dimensión, se construye el IDH como una media geométrica de cada uno de ellos: 𝐼𝐷𝐻 = 3√𝐼𝑟𝑒𝑐𝑢𝑟𝑠𝑜𝑠 ∙ 𝐼𝑠𝑎𝑙𝑢𝑑 ∙ 𝐼𝑒𝑑𝑢𝑐𝑎𝑐𝑖ó𝑛 (4) Como ya se ha comentado, el IDH es un indicador que aproxima en gran medida el desarrollo socio-económico de un país, sin embargo, no está carente de limitaciones, ya que sólo tiene en cuenta las tres dimensiones anteriormente señaladas, no considerando otras como la desigualdad de género, la sostenibilidad medioambiental, las inequidades en el nivel de vida, etc. Otra limitación importante consiste en la incapacidad de poder relacionar los datos obtenidos en diferentes momentos del tiempo, ya que la metodología utilizada para la estimación del IDH ha cambiado recientemente. Con el objetivo de solventar algunas de las limitaciones del IDH, surge el IDH ajustado por la desigualdad (en adelante IDH-D). Éste ajusta el IDH según la desigualdad en la distribución de las tres dimensiones entre la población, es decir, elimina el valor promedio de cada dimensión según su nivel de desigualdad. El IDH-D coincide con el IDH bajo la hipótesis de máxima equidad, sin embargo, a medida que aumenta la desigualdad, desciende el valor alcanzado por el IDH-D, de modo que el IDH puede ser considerado como un nivel potencial o nivel máximo de bienestar socio-económico (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). 2.2. Análisis empírico En este apartado se realizará un análisis empírico del bienestar económico y socio-económico para los países más relevantes de América Latina. Tal y como se ha mostrado en el apartado anterior, para cuantificar el bienestar económico se utiliza el PIBpc, mientras que para medir el desarrollo socio-económico, se utilizan otro tipo de indicadores como el IDH y el IDHD. 10 En primer lugar, el Gráfico 1 ofrece los datos más actuales del PIBpc medido en dólares, utilizando la PPA, para los 16 países de América Latina seleccionados, delimitándose el grado de desarrollo económico conforme a la clasificación realizada por el Banco Mundial (véase anexo estadístico: Tabla A1). El Banco Mundial revisa estos umbrales de renta con cierta regularidad; la última revisión tuvo lugar el 1 de julio del año 2013. De acuerdo a esta ordenación, el desglose actual en el nivel de ingresos por habitante se puede dividir en cuatro grupos: renta alta (más de 16.616$), renta medio alta (entre 4.086$ y 12.615$), renta medio baja (entre 1.036$ y 4.085$) y renta baja (menor o igual a 1.035$). Gráfico 1: PIBpc en Latinoamérica, 2013 20.000 PIBpc 2013 Umbral renta medio alta Umbral renta alta Umbral renta medio baja 18.000 16.000 PIBpc ($ PPA) 14.000 12.616 12.000 10.000 8.000 6.000 4.086 4.000 2.000 1.036 0 Paises Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. Los datos revelan que todos los países analizados de América Latina poseen un nivel de renta alto o medio alto para el año 2013; concretamente, seis de ellos están categorizados según los umbrales establecidos por el Banco Mundial con nivel de renta elevada: Chile, Argentina, Panamá, Uruguay, México y Venezuela, mientras que los diez restantes poseen un nivel de 11 ingresos medio alto: Brasil, Perú, Colombia, Ecuador, República Dominicana, El Salvador, Paraguay, Guatemala, Bolivia y Honduras. Por otro lado, el gráfico también muestra una notoria diferencia en el nivel de ingresos entre los países con mayor y menor PIBpc, lo que anticipa una elevada desigualdad en el bienestar económico entre países: Chile es el país que mayor desarrollo económico presenta en 2013 para el conjunto de países analizados, con un nivel de PIBpc más de 4 veces superior al que posee el país con menor desarrollo económico: Honduras. Una vez descrita la situación actual en términos de desarrollo económico, el Gráfico 2 muestra la evolución temporal del PIBpc entre 1990-2013, tomando como base el año 1990 (véase anexo estadístico: Tabla A2). Gráfico 2: Evolución PIBpc Latinoamérica. Base 1990 450 400 PIBpc 350 300 250 200 150 100 Argentina Chile Ecuador Honduras Paraguay Bolivia Años Colombia El Salvador México Perú Brasil República Dominicana Guatemala Panamá Uruguay Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. Se aprecia que la variación seguida por todos los países es positiva, lo que indica un incremento del bienestar económico en cada uno de ellos a lo largo del tiempo. Los dos países con una evolución más positiva han sido Panamá y Chile, que han multiplicado por 12 cuatro su nivel del PIBpc entre 1990 y 2013. Les siguen Perú, República Dominicana, Argentina y Uruguay, que lo han más que triplicado. Entre los países con un crecimiento más moderado se encuentran Paraguay, Venezuela y Guatemala que, aún así, casi doblan su bienestar económico en el período de análisis. Sin embargo, se observa también que este crecimiento no ha sido constante en el tiempo, sino que, en términos generales, es más acentuado en la última década. Concretamente, se pueden distinguir dos períodos en lo que a crecimiento del PIBpc en la región se refiere: 1990-2003 y 2003-2013. Esta distinción se aprecia más claramente en el Gráfico 3, que representa la tasa de variación anual acumulativa (TVAA) en los dos sub-períodos. La TVAA es sistemáticamente inferior en el primer período (1990-2003) que en el segundo (2003-2013) para la mayoría de los países analizados, por lo que, en términos generales, se puede afirmar que el incremento del bienestar económico ha sido más significativo en la última década. Se observa que para muchos países esta aceleración de su desarrollo económico ha sido muy sustancial. Gráfico 3: TVAA del PIBpc para América Latina por etapas, 1990-2013 9,00% 8,00% 1990-2003 2003-2013 7,00% TVAA (%) 6,00% 5,00% 4,00% 3,00% 2,00% 1,00% 0,00% Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. 13 Concretamente, con la excepción de Chile, La República Dominicana, y El Salvador, todos los países han incrementado en mayor medida su PIBpc en la última década que en la anterior. Los países que más han crecido en la última década son Panamá (8,22%), Uruguay (7,02%), Argentina (6,90%), Perú (6,64%) y Venezuela (5,62%). Todos ellos crecían de forma moderadamente alta en la primera década (en torno al 3% y 4%), con la salvedad de Venezuela, que presentaba en el primer segmento temporal un escaso crecimiento del PIBpc (0,41%). En cuanto a los países que han experimentado un menor crecimiento del PIBpc en la última década, están Guatemala (2,62%), El Salvador (3,22%), México (3,31%), y Honduras (3,32%). Estos países presentaban un crecimiento moderadamente bajo en la primera década (entre el 2% y 3%), con la excepción de El Salvador, país que en el primer intervalo temporal (1990-2003) alcanzaba una de las mayores TVAA (5,12%). Además, llaman la atención los casos particulares de Chile y La República Dominicana, países que han mantenido un crecimiento económico moderadamente elevado a lo largo de todo el período de análisis. Las razones por las que los diferentes países de la región han descrito las dinámicas de desarrollo que hemos visto son múltiples y complejas. En la siguiente tabla se muestran a modo de resumen, las causas intrínsecas en el comportamiento del PIBpc distinguiendo tres períodos que aproximadamente se corresponden con la década de los ochenta2, la década de los noventa, y la etapa comprendida desde el primer decenio del siglo hasta la actualidad. Aunque el ámbito temporal estudiado en este trabajo comprende desde la década de los noventa, se ha decidido exponer la situación económica de los años ochenta para poner en perspectiva la economía del último decenio del siglo XX. 2 14 Tabla 2: Etapas en la economía de América Latina (1980-2013) Etapa (1980-1993) (1993-2003) (2003-2013) Situación económica Durante la década de los ochenta (conocida como la década perdida para América Latina) varios países latinoamericanos habían incurrido en un proceso de endeudamiento con la banca internacional, especialmente con Estados Unidos. En 1979 los tipos de interés estadounidenses se incrementan, lo que provoca un deterioro en el intercambio entre ambas regiones dando lugar a una crisis de deuda. Esta situación genera un grado de incertidumbre que se extiende al resto de países latinoamericanos, provocando una disminución de la demanda interna y una elevada inestabilidad financiera. Escaso crecimiento económico en la década de los noventa por acumulación de deuda externa que tuvo lugar en el decenio anterior. Esta escasa recuperación se debe al Plan Brady3, actuación que facilita la restauración de la financiación externa y la reactivación económica. Notable crecimiento económico debido principalmente al incremento de los precios en diferentes mercados de productos primarios (hidrocarburos, minerales y metales principalmente4, aunque, en el caso de los países centroamericanos, con la excepción de Panamá, también el mercado agrícola y agroindustrial5), propiciado por el incremento de la demanda asiática y ciertas restricciones de oferta. Entre los grandes países de la zona, el crecimiento de Argentina fue debido a la devaluación de su moneda en 2002, que propició un aumento de las exportaciones, principalmente de alimentos. En cuanto al notable incremento del PIBpc de Brasil, también estuvo afectado positivamente por la devaluación de la moneda, provocando un incremento de las exportaciones agrícolas y minerales. Por su parte, el auge económico de México fue debido al incremento de las exportaciones de manufacturas. Finalmente, señalar que la crisis financiera de 2008 afectó, como es de esperar, a las economías latinoamericanas, si bien es cierto que las políticas contracíclicas llevadas a cabo ayudaron a recuperar los mercados financieros al año siguiente. Fuente: Elaboración propia con datos extraídos de CEPAL (2013) y Olave (1989) Estrategia adoptada por América Latina según la cual, se pretende incentivar el crecimiento económico y reestructurar la deuda (Olave, 1989). 4 Estos dos sectores fueron los que más vieron incrementar sus precios entre 2003 y 2008 (6,1% y 5,6% respectivamente) (CEPAL, 2013). 5 Este grupo creció a una media anual del 4,9% entre los años 2003 y 2008 gracias a las exportaciones. Las principales economías exportadoras en este sector son los países centroamericanos (Uruguay, Paraguay, La República Dominicana, y Haití). América Latina es importador neto de alimentos (especialmente grano), lo que redujo el efecto positivo del incremento de los precios y en algunos casos, no provocó un aumento del nivel de ingresos, sino unos mayores costes (CEPAL, 2013). 3 15 Una vez conocido el posicionamiento actual de cada país en relación con el bienestar económico, y la tendencia que ha seguido éste en los últimos años, cabe preguntarse cómo ha sido la evolución relativa de cada país con respecto a la situación de partida, es decir, si aquellos países que en el año base presentaban un menor nivel de desarrollo económico han crecido más que el resto, lo que supondría un proceso de convergencia económica (véase anexo estadístico: Tabla A1). El Gráfico 4 indica que, en términos generales, no se aprecia un proceso de convergencia en el desarrollo de la región. Ello se debe a dos factores. En primer lugar, las economías que presentaban elevados niveles de desarrollo económico al inicio del período han crecido de forma moderadamente alta a lo largo del período, tal y como se ha señalado anteriormente. Esto supondría que aquellos países que partían de una situación más desfavorable tendrían que haber crecido a un ritmo muy significativo para converger con el grupo de cabeza. Aunque este ha sido el caso de algunos países como El Salvador La República Dominicana, o Panamá, no ha sido la tónica general. Gráfico 4: Convergencia en el nivel de desarrollo en América Latina, 1990-2013 7% Panamá 6% TVAA (%) (1990-2013) 5% Chile República Perú Dominicana Argentina Uruguay El Salvador y = -4E-07x + 0,0434 R² = 0,0023 Colombia 4% Bolivia Brasil Ecuador México Honduras 3% Paraguay Guatemala Venezuela 2% 1% 0% 1.500 2.500 3.500 4.500 5.500 6.500 7.500 8.500 PIBpc (1990) Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. 16 Una vez analizado el nivel de desarrollo económico de cada economía y la tendencia seguida, se analiza el desarrollo socio-económico de estas economías a través del comportamiento en el valor del IDH para cada país (véase anexo estadístico: Tabla A3). El Gráfico 5 muestra el valor del IDH de cada economía latinoamericana entre 1990 y 2013. Se han incluido, además, para su mejor comprensión, los cuatro umbrales que utiliza el PNUD para clasificar a los diferentes países según su IDH, y que se derivan de los cuartiles de distribución de los componentes del mismo.6 Gráfico 5: Índice de Desarrollo Humano para Latinoamérica, 1990,2013 1,0 1990 2013 Umbral IDH muy alto Umbral IDH alto Umbral IDH medio 0,9 0,8 0,7 IDH 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD. En el Gráfico 5 se aprecia que tan sólo Chile (0,822) y Argentina (0,808) están categorizados con un nivel de IDH muy alto para el año 2013, de acuerdo con la clasificación del PNUD. Además, debe señalarse que estos países en 1990 alcanzaban un IDH en torno al 0.700, por lo que el incremento ha sido notorio tanto en términos cualitativos como cuantitativos. La Estos puntos de corte son los siguientes para el índice más reciente: IDH inferior a 0,550 para desarrollo humano bajo, 0,550-0,699 para desarrollo humano medio, 0,700-0,799 para desarrollo humano alto, y finalmente, 0,800 o superior para indicar un desarrollo humano muy elevado (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2013). 6 17 mayor parte de los países, sin embargo, alcanzan para este último año, un nivel de IDH alto o medio. Los países que tienen unas cifras menores son Guatemala y Honduras. Pero lo que es realmente destacable es que todos los países incrementan de forma notoria su bienestar socio-económico a lo largo del período de análisis7, traspasando muchos de ellos el umbral de medio a alto. Dado que, como se ha visto anteriormente, el mayor avance en el bienestar económico ha tenido lugar en la última década, cabe preguntarse si también ha ocurrido lo mismo con el bienestar socio-económico. Para ello, en el Gráfico 6 se muestra el incremento porcentual del IDH que ha experimentado cada uno de los países, distinguiendo los dos períodos siguientes: 1990-2000 y 2000-20138 (véase anexo estadístico: Tabla A3). Gráfico 6: Variación IDH por etapas, 1990-2013 Tasa de crecimiento IDH (%) 16,00% 14,00% 1990-2000 2000-2013 12,00% 10,00% 8,00% 6,00% 4,00% 2,00% 0,00% Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD. Aunque en las dos etapas se han producido avances significativos en el IDH, hay que destacar que la mayoría de los países han incrementado su nivel de IDH en mayor medida durante el primer sub-período temporal analizado (1990-2000), con tan sólo Venezuela, Honduras, No obstante, no hay que olvidar que una de las limitaciones de este índice es el estudio comparativo a lo largo del tiempo, ya que, como se indicó en el subepígrafe anterior, el IDH se comienza a elaborar en 1990 y posteriormente ha cambiado su metodología. 8 No se han escogido exactamente los mismos años que en el estudio del PIBpc por carencia de datos en el IDH para el año 2003. 7 18 Chile, y Ecuador aumentando más su nivel de IDH en la segunda etapa (2000-2013). Por lo tanto, se puede afirmar que, en términos generales, los países latinoamericanos han experimentado un notable avance en su bienestar económico durante la última década, y, sin embargo, en términos socio-económicos (con las anteriores excepciones), el mayor avance ha tenido lugar en la etapa comprendida entre 1990 y 2000. Podría pensarse que el motivo de que aquellos países que presentan un mayor avance socio-económico en la época de los 90s, pueda ser debido porque hayan apostado en mejorar su bienestar social (salud y educación) y esta mejora social ha permitido impulsar el crecimiento económico en la década siguiente. Para poder completar el análisis, el Gráfico 7 muestra la diferencia ente el IDH-D y el IDH (véase anexo estadístico: Tabla A4) alcanzado por cada país. Este gráfico refleja que el posicionamiento en el nivel de bienestar socio-económico de algunos países varía al tomar el IDH-D como indicador del mismo. Concretamente, se observan países como Guatemala (0,21), Honduras (0,20), Bolivia (0,20), y Brasil (0,20) muestran mayor desigualdad en el nivel de ingresos, educación, y salud; y en contraposición, Argentina (0,13) y Uruguay (0,13) presentan un menor grado de desigualdad en estas tres variables: Gráfico 7: Comparativa en nivel de IDH y IDH-D (Datos para 2013) 1,0 IDH-D (2013) 0,9 0,8 0,7 0,6 0,13 0,13 0,16 0,15 0,17 0,17 0,17 Distancia hasta IDH 0,16 0,20 0,17 0,19 0,16 0,5 0,18 0,20 0,21 0,20 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0 Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD. 19 Finalmente, cabe preguntarse en qué medida está relacionado el bienestar económico con el socio-económico, es decir, cuál es relación existente entre el PIBpc y el IDH de cada economía. El Gráfico 8 es la relación de ambas variables para el año 2013. En él se observa una clara relación positiva, lo que supone que, en términos generales, aquellos países que poseen un mayor bienestar económico también gozan de un mayor bienestar socioeconómico. Esta relación viene explicada en un 94% de acuerdo al coeficiente de determinación lineal (R2). Gráfico 8: Relación del PIBpc con IDH para Latinoamérica, 2013 25.000,00 Chile Argentina PIBpc (2013) (PPA) 20.000,00 y = 77382x - 44222 R² = 0,943 15.000,00 10.000,00 5.000,00 Panamá Uruguay México Venezuela Brasil República Colombia Perú dominicana Ecuador El Salvador Paraguay Guatemala Bolivia Honduras 0,00 0,600 0,650 0,700 0,750 IDH (2013) 0,800 0,850 Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD y el FMI. Por otro lado, la línea de regresión con respecto a la bisectriz permite relacionar las diferencias en el bienestar económico y socio-económico: aquellos países que están por debajo de la bisectriz, como Argentina, Chile y Uruguay, tienen mayor bienestar socioeconómico (medido por el IDH) que económico (medido por el PIBpc); por el contrario, aquellos países, como Honduras, Guatemala y El Salvador, que aparecen por encima de la bisectriz, poseen un desarrollo económico superior al nivel de bienestar socio-económico. 20 Cuando se considera el IDH-D en lugar del IDH como medida de bienestar económico, la relación sigue siendo clara, aunque es menor, tal y como muestra el Gráfico 9. Gráfico 9: Relación del PIBpc con IDH-D para Latinoamérica (Datos para 2013) 25.000,00 Chile Argentina 20.000,00 PIBpc (2013) Panamá México 15.000,00 Uruguay Venezuela Brasil Perú Colombia Ecuador Rep. dominicana 10.000,00 y = 57922x - 20237 R² = 0,8945 El Salvador Paraguay Bolivia Guatemala Honduras 5.000,00 0,00 0,400 0,450 0,500 0,550 0,600 0,650 0,700 IDH-D (2013) Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD y el FMI. Finalmente, resulta de interés si aquellos países con mayor crecimiento económico son también aquellos donde se han producido mayores avances en el bienestar socio-económico. En el Gráfico 10 se aprecia que esta relación no es significativa. Por lo tanto, todos los países analizados han mostrado un crecimiento económico en el período objeto de estudio y también un avance en su bienestar o desarrollo socio-económico, pero no ha existido una relación clara entre ambos conceptos. Esto es, el crecimiento económico más elevado no se ha traducido en un mayor avance del bienestar socio-económico. 21 Gráfico 10: Relación TVAA PIBpc con TVAA IDH (1990-2013) 7,00% Panamá Chile TVAA PIBpc (1990-2013) 6,00% Perú Argentina Uruguay 5,00% Rep. Dominicana El Salvador Colombia 4,00% y = -2,3114x + 0,0587 R² = 0,096 Brasil Ecuador México Bolivia Paraguay 3,00% Honduras Venezuela Guatemala 2,00% 1,00% 0,00% 0,40% 0,50% 0,60% 0,70% 0,80% 0,90% 1,00% 1,10% 1,20% TVAA IDH (1990-2013) Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD y el FMI. 22 3. LA DESIGUALDAD PERSONAL DE LA RENTA EN AMÉRICA LATINA EN EL PERÍODO 1999 – 2013 El presente epígrafe consta de dos partes: en la primera de ellas se pretende conceptualizar el término de desigualdad personal de la renta, exponiendo alguno de los principales indicadores que cuantifican el mismo. Por otro lado, en la segunda parte, se realiza un análisis descriptivo del fenómeno de la desigualdad personal de la renta para la región de América Latina en el período 1999-2013. 3.1. Concepto y medición Tal y como se ha indicado en el epígrafe anterior, el PIBpc es el indicador más utilizado para medir el desarrollo o bienestar económico de un país; sin embargo, este desarrollo puede ser interpretado de forma equívoca si no se tienen en cuenta los niveles de desigualdad presentes en una economía. De acuerdo con la clasificación realizada por el Banco Mundial, existen diferentes tipos de desigualdad: de tipo 0, 1, 2, y 3. La desigualdad de tipo 0 es la existente entre los ciudadanos de un área determinada (generalmente un país), constituyendo, por tanto, el nivel de desigualdad interna de esa región; la desigualdad tipo 1 es el grado de inequidad existente entre diferentes países; la desigualdad tipo 2 también tiene en cuenta el grado de inequidad entre países, pero en este caso se pondera la desigualdad atendiendo al volumen de población entre países; finalmente, la desigualdad tipo 3 es el grado de inequidad entre todos los ciudadanos del mundo (Novales, 2013). En este trabajo se va a estudiar la desigualdad existente entre la población para los diferentes países latinoamericanos; es decir, se parte de la desigualdad tipo 0 (desigualdad dentro de cada país) para poder realizar un análisis comparativo de la desigualdad en los diferentes países. También se debe diferenciar entre desigualdad personal de la renta como forma de cuantificar la disparidad en el bienestar económico, y la desigualdad social, enfocada en inequidades como la educación, la salud, o la desigualdad de género. En este trabajo se va a enfocar el análisis en la desigualdad personal de la renta. 23 Los primeros estudios sobre la desigualdad fueron llevados a cabo por Muirhead en 1903, donde se plantea la relación de mayoración entre vectores de renta sobre las medidas de desigualdad; posteriormente, en 1905, Lorenz propone su conocida curva para analizar la desigualdad en la renta y la riqueza de los individuos de un modo gráfico. Unos años más tarde, en 1912, Corrado Gini plantea el indicador que lleva su nombre para medir la desigualdad a partir de la diferencia promedio en las rentas de una distribución (Nuñez, 2006). Más recientemente, los estudios sobre la desigualdad han sido objeto de investigación por parte de filósofos, estadísticos, políticos, sociólogos y economistas (Sen, 1997). Los análisis sobre la inequidad en términos económicos comienzan a ser más relevantes a raíz de la publicación de un artículo publicado por Atkinson en 1970. En esta etapa surgen los autores tradicionales como Anthony Atkinson, Amartya Sen, Anthony Shorrocks, y Satya Chakravarty, centrados en la distribución personal de la renta. Años más tarde, otros autores, como Robert Barro y Danny Quah, estudian la desigualdad desde la óptica de la convergencia económica (Goerlich, 1998). Aunque el concepto de desigualdad se refiere a las diferencias entre la renta de los ciudadanos, el interés de la literatura económica no se limita únicamente a esta acepción del término, sino que asume que lleva implícito un contenido moral, ya que está constatado que la igualdad es deseable en la sociedad y, por ello, la clave de este enfoque supone en situar el estudio sobre la desigualdad en el marco de la Economía del Bienestar (Gradín & Del Río, 2001). Para poder representar o cuantificar la desigualdad en la distribución de la renta existen numerosos indicadores, como por ejemplo las relaciones de mayoración entre vectores de renta sobre las medidas de desigualdad, las curvas de Lorenz, el Índice de Gini, el índice de Atkinson, los indicadores de polarización, las ratios de deciles, etc. De acuerdo con Goerlich (1998), estos indicadores de desigualdad personal en la renta deben cumplir las tres propiedades básicas que se indican en el Cuadro 1: 24 Cuadro 1: Propiedades deseables para los indicadores de desigualdad Número Propiedad Propiedad 1 Ser independiente de la escala: no debe variar si la renta de cada individuo varía en la misma proporción. Ser independiente del tamaño de la población: no debe variar si el número de individuos (agrupados en cada uno de los niveles de renta) varía en la misma proporción.9 Cumplir el principio básico de transferencias de Pigou-Dalton: cualquier transferencia que se produzca desde un grupo con un nivel superior de renta hasta otro grupo con nivel inferior, siempre y cuando ésta no invierta sus rankings relativos, debe provocar una disminución en el indicador. Propiedad 2 Propiedad 3 Fuente: Elaboración propia a partir de Goerlich (1998). En todo caso, en los análisis de la desigualdad en la distribución personal de la renta debe tenerse en cuenta que cualquier indicador de desigualdad, aun cumpliendo las anteriores propiedades, puede ofrecer resultados divergentes con respecto a otros indicadores, debido a las posibles diferencias en la conceptualización utilizadas para su construcción (Kolm, 1976). Tal y como se ha expuesto, son muchas las aportaciones de los diferentes autores en este campo de estudio; sin embargo, sigue prevaleciendo la Curva de Lorenz como el indicador básico para representar la desigualdad en la distribución personal de la renta, a pesar de ser desarrollado hace más de un siglo (Nuñez, 2006). Aunque no existe un método para el estudio de la desigualdad en las rentas que esté consensuado por toda la comunidad investigadora, la curva de Lorenz es considerada como el mejor indicador para establecer comparaciones entre la distribución de la renta de varias poblaciones (Nuñez, 2006).10 Esta función representa la proporción de la renta total que le corresponde a un determinado porcentaje de la población acumulada, una vez han sido ordenados todos los individuos de forma creciente de acuerdo En el estudio de la disparidad en la renta se suelen diferenciar varios grupos de población de acuerdo a un intervalo de renta determinado; generalmente se distinguen cinco intervalos denominados “quintiles”, o diez, denominados “deciles”. 10 El precedente a la Curva de Lorenz es el concepto de mayoración ya que permite la comparación en la distribución de la renta entre diferentes poblaciones. Sin embargo, éste presenta una clara limitación con respecto a aquél, ya que no permite comparaciones entre distribuciones con un número de población significativamente distinto; y además, ambas poblaciones deben poseer la misma cantidad total de recursos (Nuñez, 2006). 9 25 a su nivel de renta (Gradín & Del Río, 2001). En términos matemáticos, esta función puede obtenerse mediante la siguiente expresión: 𝑦 𝐿(𝑝) = ∫ 0 𝑥 𝑓(𝑥) 𝑑𝑥 𝜇 (5) Donde x representa la renta, f(x) la función de densidad de la renta, 𝜇 representa el promedio de renta que posee la población, y es el nivel de renta; y p se corresponde con el percentil en el cuál se desea calcular la curva. De acuerdo con Gradín y Del Río (2001), la Curva de Lorenz posee cuatro propiedades: es una función que pertenece al intervalo [0-1], es continua, convexa y no decreciente. Esta función puede ser representada en términos gráficos, tal y como aparece en el Gráfico 11, donde se han tomado como ejemplo las curvas de Lorenz de Brasil y Venezuela para el año 2007. Este gráfico indica en el eje de ordenadas el porcentaje de renta acumulada, mientras que en el eje de abscisas muestra el porcentaje acumulado de la población. De este modo, se observa que, por ejemplo, en Brasil el 40% de la población posee el 10% de la renta, mientras en Venezuela este porcentaje de su población posee el 15% de la renta. Gráfico 11: Curva de Lorenz para Brasil y Venezuela, 2007 100 Brasil 90 Venezuela Renta Acumulada (%) 80 70 60 50 40 30 20 10 0 0 20 40 60 Proporción Población (%) 80 100 Fuente: Elaboración propia con datos del Banco Mundial. 26 La bisectriz (45º) muestra la hipótesis de máxima equidad, ya que indicaría que cada determinado porcentaje de la población posee el mismo porcentaje de renta total. Por lo tanto, el “abombamiento” de la función indica el grado de desigualdad: cuanto menor sea la distancia de la función a la bisectriz, menor es el grado de desigualdad presente en una población. En otras palabras, la función más cercana a la bisectriz domina a aquella otra que se encuentra más alejada de esta línea en términos de igualdad. De este modo, se pueden establecer comparaciones en la distribución de la renta para varias poblaciones. Concretamente, en este ejemplo se observa que Venezuela presenta un menor grado de desigualdad que Brasil, es decir, la función perteneciente a la distribución de Venezuela domina a la función correspondiente a Brasil. La transcendencia de este criterio de dominancia es muy relevante en el estudio de la desigualdad, ya que por primera vez en la literatura económica se establece un criterio normativo para comparar la distribución de la renta entre diferentes poblaciones, permitiendo conocer si una distribución es superior a otra a partir de un mínimo de postulados éticos generalmente aceptados. Además, esta función constituye el punto de partida para fundamentar otros indicadores posteriores (Gradín & Del Río, 2001). Sin embargo, esta medida no está carente de limitaciones, ya que una de las restricciones impuestas es la igualdad de medias en la distribución de poblaciones objeto de comparación. De este modo se limita la comparación temporal de una distribución dada, ya que la evolución en el tiempo supone generalmente una perturbación de la media11 (Gradín & Del Río, 2001). Otra limitación importante consiste en la imposibilidad de determinar cuál es la función dominante bajo la hipótesis de que éstas se crucen en algún punto; circunstancia que impediría determinar cuál presenta una distribución menos equitativa. Con la finalidad de suplir alguna de las limitaciones presentes en la Curva de Lorenz ordinaria, surge la Curva de Lorenz Generalizada. Este segundo enfoque conserva las mismas propiedades que el modelo inicial. El modelo generalizado de la Curva de Lorenz se diferencia del primero en su construcción, ya que el eje de ordenadas del modelo clásico representa el porcentaje de renta acumulada, mientras que en la última propuesta este eje indica simplemente el PIBpc. 11 Es frecuente que el valor promedio de la distribución tienda a incrementarse en el tiempo. 27 Matemáticamente, se puede representar la función correspondiente a la Curva Generalizada de Lorenz como se muestra en la siguiente expresión: 𝐺𝐿(𝑝) = 𝜇𝐿(𝑝) (6) Este segundo enfoque puede solventar la limitación en la comparación de distribuciones bajo la hipótesis de que las funciones se hubieran cruzado mediante el primer teorema. Sin embargo, si éstas finalmente se cruzan utilizando esta segunda metodología, no se podría concluir cuál es la función dominante. A partir de la Curva de Lorenz, para medir la desigualdad en la distribución de rentas también es frecuente utilizar el índice de Gini (en adelante IG), que mide la desigualdad relativa en la renta calculando la distancia entre la Curva de Lorenz y la línea que representa la equidad absoluta (45º). Por lo tanto, en términos matemáticos, El IG puede obtenerse mediante la siguiente expresión: 1 𝐼𝐺 = 1 − 2 ∫ 𝐿(𝑝) 𝑑𝑝 (7) 0 El valor que alcanza este indicador pertenece al intervalo [0-1], de modo que el valor alcanzado por el índice es nulo si la equidad es absoluta, siendo 1 en el caso extremo de inequidad perfecta. Dado que el IG se construye a partir de la Curva de Lorenz, éste conserva las mismas propiedades deseables para un indicador de desigualdad: independiente de la escala, independiente del tamaño de la población, y cumple el principio de transferencias de PigouDalton (Goerlich, 1998). Sin embargo, una limitación o inconveniente que presenta este indicador es que varía de forma significativa la sensibilidad en su valoración dependiendo del lugar donde se produzca un cambio o transferencia de renta. Concretamente, se produce un mayor grado de sensibilidad si la transferencia tiene lugar en un punto intermedio de la distribución, es decir, desde un individuo situado en un percentil rico hacia otro individuo 28 situado en otro percentil más pobre, que si la transferencia se produce desde uno de los percentiles más ricos hacia uno de los percentiles más pobres12(Goerlich, 1998). Adicionalmente, para medir la desigualdad se suelen utilizar otro tipo de indicadores, como la ratio de percentiles13 que relaciona el percentil superior con el inferior, es decir, representa la importancia relativa de un cierto porcentaje de la población más rico con respecto a ese mismo porcentaje más pobre (OECD, 2011). En términos analíticos, esta definición responde a la siguiente expresión: 𝑅𝑎𝑡𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑝𝑒𝑟𝑐𝑒𝑛𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 = 𝑃𝑜𝑟𝑐𝑒𝑛𝑡𝑎𝑗𝑒 𝑚á𝑠 𝑟𝑖𝑐𝑜 𝑃𝑜𝑟𝑐𝑒𝑛𝑡𝑎𝑗𝑒 𝑚á𝑠 𝑝𝑜𝑏𝑟𝑒 (8) La ratio devuelve valores superiores o iguales a la unidad, ya que el valor del numerador siempre es igual o mayor que el valor del denominador, y por lo tanto la cantidad resultante representa en qué medida es más rica la población que mayor renta posee con respecto a la población más pobre. 3.2. Datos y fuentes estadísticas Aunque el análisis empírico del desarrollo económico presentado en la sección 2 abarcaba el período de estudio 1990-2013, en el análisis empírico de la desigualdad en América Latina, las restricciones en la disponibilidad de datos estadísticos obligan a restringir el período de análisis a 1999-2013. Los datos han sido obtenidos principalmente de las bases estadísticas de la CEPAL. En dicha base, de los dieciséis países que componen la muestra inicial, Argentina no posee datos, Guatemala tiene datos pero éstos están desactualizados (último dato disponible para el año 2006), y los primeros datos para Uruguay son de 2006. Por estas razones, con el objetivo de suplir estas limitaciones, se han considerado dos períodos de referencia para establecer comparativas temporales: el promedio de las variables analizadas para 1999-2003, que se ha tomado como período inicial; y promedio de variables para el período 2010-2013, que ha Concretamente, cuando la transferencia de rentas se produce desde la “cola” de distribución superior hacia la “cola” de distribución inferior. 13 Generalmente se suelen tomar deciles o quintiles. 12 29 sido considerado como período final. Además, para el caso concreto de Argentina, se ha decidido tomar los valores de su área urbana ya que se considera una economía relevante dentro del ámbito de estudio. Asimismo, señalar que cuando los datos del año de referencia no se encontraban disponibles, se han tomado los datos de los años más próximos, siempre y cuando la diferencia entre ambos no fuera excesiva. Así, por ejemplo, los datos para el 2013 están disponibles para todos los países, excepto para México, que se han tomado los datos de 2012; Bolivia, que se han tomado los de 2011 y Honduras, para quien se han tomado las cifras de 2010. En el extremo inferior del período, en lugar de 1999, los datos de Chile, Guatemala y México son de 1998; los de Ecuador de 2000; los de Panamá de 2001. Los datos de 2003, se han tomado de 2002 para el caso de Guatemala, México y el agregado de América Latina; y de 2004 para Bolivia, Ecuador, El Salvador, La República Dominicana y Venezuela. En tanto que los cambios en las variables que miden el fenómeno de la desigualdad no son muy elevados en el corto plazo, estos pequeños ajustes no implican grandes alteraciones en el análisis ni en sus conclusiones. 3.3. Análisis empírico El objetivo de este subepígrafe consiste en realizar un análisis empírico sobre la desigualdad personal de la renta en las economías latinoamericanas, de modo que se pueda realizar un análisis comparativo entre diferentes países y observar su evolución en el tiempo. Para ello se utilizarán como indicadores el IG y la ratio Q5/Q1. 3.3.1. Índice de Gini En un primer análisis se pretende analizar la situación actual en términos de desigualdad en los países de América Latina, por lo que se muestran los valores en 2013 que alcanza el IG en el conjunto de países seleccionados, así como en el conjunto de la región (véase anexo estadístico: Tabla A5). En el Gráfico 12 se aprecia que, en promedio, América Latina presenta un IG de 0,497 para el año 2013, una cifra que podría considerarse elevada si se compara con 30 las que tienen otras áreas económicas del mundo.14 No obstante, se observan notorias diferencias entre unos países y otros. Concretamente, Honduras es el país con mayor inequidad, alcanzando un valor en el IG de 0,573, mientras que el país que menor inequidad presenta es Uruguay, cuyo IG alcanza el valor de 0,382, lo que supone una diferencia de casi 20 puntos entre ambos países. Además de Honduras, se sitúan muy por encima de la media regional Brasil (0,553), La República Dominicana (0,544) y Colombia (0,536). En el otro extremo, además de Uruguay, se sitúan muy por debajo de la media Venezuela (0,407), Perú (0,444) y El Salvador (0,453). Gráfico 12: Índice de Gini para los países de América Latina, 2013 0,7 IG Nacional Promedio América Latina 0,6 IG (2013) 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0 Nota: Guatemala no está incluida por falta de datos (último año disponible en 2006). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. Por establecer analogías, de acuerdo con la fuente de datos de la CEPAL, el IG para la UE-28 alcanza para el año 2012 (último año del que dispone de datos) el valor de 0,306, muy por debajo del país más igualitario de América Latina (Uruguay). 14 31 En el análisis de la desigualdad en América Latina, una distinción interesante es la que se establece entre las zonas urbanas y rurales de cada país, pues las diferencias en algunos casos son muy sustanciales, tal y como muestra el Gráfico 13 (véase anexo estadístico: Tabla A5). Gráfico 13: Diferencia en el IG urbano y rural para América Latina, 2013 0,10 Diferencia IG Urbano-Rural (2013) 0,05 0,00 -0,05 -0,10 Bolivia Panamá Honduras Paraguay Perú Brasil México El Salvador Chile Ecuador Uruguay Colombia Rep. Dominicana -0,15 Nota: Venezuela y Guatemala no están incluidas porque los datos están desactualizados (1997 y 2006 respectivamente), y Argentina no se incluye por carencia de datos en el área rural. Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. En términos absolutos, la mayoría de países de América latina presentan notorias diferencias en la distribución de la renta entre las zonas urbanas y rurales (con la salvedad de México y Brasil) y sin embargo, las diferencias no van en todos los casos en la misma dirección. Para algunos países como la República Dominicana, Colombia, Uruguay, Ecuador, Chile, El Salvador, México y Brasil, existe una mayor inequidad en las zonas urbanas que rurales, mientras que en otros países como Perú, Paraguay, Honduras, Panamá, y Bolivia la desigualdad está más acentuada en las zonas rurales. No obstante, parece que a medida que los países se urbanizan y crean puestos de trabajo no agrícolas disminuyen las tasas de pobreza y la desigualdad. En tanto que en los últimos años están surgiendo ciudades intermedias (entre rural y urbano) en la región, se está produciendo un avance equitativo para 32 el conjunto de Latinoamérica (FIDA, 2013). De hecho, de acuerdo con los datos ofrecidos por la CEPAL, todos los países objeto de estudio han incrementado su porcentaje de población urbana entre 2010 y 2015 en detrimento de la población rural. Los países que poseen un mayor porcentaje de población rural con respecto al total en 2015 son Honduras (46,83%), El Salvador (37,33%), Paraguay (35,88%), Ecuador (33,08%), Bolivia (31,74%) y Panamá (28,87%); países que, con la excepción de Ecuador y El Salvador, poseen unos mayores niveles de desigualdad en sus áreas rurales que en las urbanas. Una vez analizada la situación actual que presenta la desigualdad en los ingresos, resulta de interés estudiar la evolución y dinámicas que ha experimentado el fenómeno en los últimos años. El Gráfico 14 que muestra la comparativa del IG entre los primeros años del período analizado con respecto a los últimos. Gráfico 14: Evolución del IG en Latinoamérica, 1990-2013 1,00 Promedio (1999-2003) Promedio (2010-2013) Promedio América Latina-14 (1999-2003) Promedio América Latina-14 (2010-2013) 0,90 0,80 IG (1999-2013) 0,70 0,60 0,50 0,40 0,30 0,20 0,10 0,00 Nota: Guatemala no está incluida por falta de datos (último año disponible en 2006). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. 33 En términos generales, se observa una tendencia claramente decreciente en los niveles de desigualdad en el conjunto de los países analizados en el transcurso del período seleccionado: el promedio del IG en los últimos años del período es del 0,49, inferior en 0,06 puntos porcentuales al registrado al inicio del período. Se observa, además, que los avances en la desigualdad se producen en todos los países, salvo en la República Dominicana, que se mantiene constante. Especialmente meritoria es la mejora mostrada por Bolivia que ha logrado mejorar sus niveles de desigualdad en 14 puntos a lo largo del período, pasando de ser el país con mayores cifras al inicio del período a situarse por debajo de la media al final del mismo. Notables han sido también las mejoras mostradas por Venezuela (9 puntos), Perú, (8 puntos), Brasil, Ecuador, el Salvador y Argentina (7 puntos). A partir de estos datos, cabe preguntarse si se ha producido algún proceso de convergencia significativo en la zona en términos de igualdad en el período de análisis. El Gráfico 15 muestra que éste no ha sido el caso. Aunque el signo de la pendiente indicaría un cierto nivel de convergencia, este no ha sido muy elevado. La razón es que aunque algunos países, como Bolivia o Brasil, que al inicio del período estaban en una situación muy desfavorable han mejorado sustancialmente su posición, otros muchos que estaban en las últimas posiciones no han experimentado tales avances. Ejemplos de este caso son Honduras, Colombia o la República Dominicana. Adicionalmente, algunos de los países mejor situados al inicio del período han seguido avanzando a buen ritmo, con lo que las diferencias han permanecido. Es el caso de Venezuela, El Salvador, Perú o Ecuador. 34 Gráfico 15: Convergencia en la desigualdad en Latinoamérica, 1990-2013 Diferencia 2010-2013 respecto a 1999-2003 0,02 Rep. Dominicana Honduras 0,00 Colombia Panamá Paraguay -0,02 México -0,04 y = -0,1574x + 0,0321 R² = 0,0223 Chile -0,06 Venezuela -0,08 America Latina El Salvador Argentina Perú Ecuador Brasil -0,10 -0,12 Bolivia -0,14 -0,16 0,45 0,47 0,49 0,51 0,53 0,55 0,57 0,59 0,61 0,63 0,65 Período inicial (1999-2003) Nota: Uruguay y Guatemala no están incluidas por carencia de datos (para el período inicial y final respectivamente). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. 3.3.2. Ratio de quintiles Para complementar el análisis anterior basado en el IG, el Gráfico 16 muestra para los países latinoamericanos, en 2013, cuál es la brecha existente entre el quintil más rico de la población de cada país y el quintil más pobre (véase anexo estadístico: Tabla A7); relación que respondería a la expresión (9): 𝑅𝑎𝑡𝑖𝑜 𝑑𝑒 𝑞𝑢𝑖𝑛𝑡𝑖𝑙𝑒𝑠 (𝑄5/𝑄1) = 𝑄𝑢𝑖𝑛𝑡𝑖𝑙 20% 𝑚á𝑠 𝑟𝑖𝑐𝑜 𝑄𝑢𝑖𝑛𝑡𝑖𝑙 20% 𝑚á𝑠 𝑝𝑜𝑏𝑟𝑒 (9) 35 Gráfico 16: Ratio Q5/Q1 para América Latina, 2013 30 Ratio Q5/Q1 Promedio América Latina Ratio Q5/Q1 (2013) 25 20 15 10 5 0 Nota: Guatemala no está incluida por falta de datos (último año disponible en 2006). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. Los datos señalan cómo, en promedio, en 2013 el 20% de la población que posee mayor renta de América Latina tiene unos niveles de ingresos más de 16 veces superiores al 20% más pobre. Los países que presentan una mayor brecha son Honduras (28,40), Brasil (21,30), La República Dominicana, y Panamá (20,20); en el lado opuesto, Uruguay (7,20), Venezuela (10,10), El Salvador (11,00), y Ecuador (12,20) serían los más igualitarios. Debe señalarse que entre Honduras y Uruguay (los dos países extremos) existe una diferencia absoluta de 21,20 puntos, dato que vuelve a reafirmar el hecho de que los países latinoamericanos, además de alcanzar unos elevados niveles de desigualdad en su propio país, también albergan muchas diferencias entre los diferentes países. Finalmente, es interesante comprobar en qué medida los dos indicadores de desigualdad utilizados en nuestro análisis arrojan resultados consistentes, y si esa consistencia ha variado al inicio y al final del período de análisis. Los Gráficos 17 y 18 nos muestran estos datos. 36 Gráfico 17: Relación IG con ratio Q5/Q1 para América Latina (1999-203) Promedio ratio Q5/Q1 (1999-2003) 60,00 Bolivia 50,00 40,00 y = 189,62x - 81,59 R² = 0,6667 Brasil America Latina Panamá Rep. Dominicana Paraguay El Salvador Perú Colombia Venezuela Chile Ecuador Argentina México 30,00 20,00 10,00 Honduras 0,00 0,45 0,47 0,49 0,51 0,53 0,55 0,57 0,59 0,61 0,63 0,65 Promedio IG (1999-2003) Nota: Uruguay y Guatemala no están incluidas por carencia de datos (para el período inicial y final respectivamente). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. Gráfico 18: Relación IG con ratio Q5/Q1 para América Latina (2010-2013) Honduras Promedio ratio Q5/Q1 (2010-2013) 30,00 25,00 Rep. Dominicana Brasil Paraguay 20,00 Colombia America Latina Bolivia 15,00 Chile Perú México Ecuador Venezuela 10,00 Panamá y = 97,331x - 31,749 R² = 0,8807 Argentina El Salvador Uruguay 5,00 0,00 0,35 0,40 0,45 0,50 0,55 0,60 Promedio IG (2010-2013) Nota: Guatemala no está incluida por falta de datos (último año disponible en 2006). Fuente: Elaboración propia con datos de la CEPAL. 37 Se puede comprobar que, efectivamente, existe una clara relación entre el IG y la ratio Q5/Q1 tanto al inicio como al final de período, incrementándose la correlación entre ambos indicadores a lo largo del período. Estos datos indicarían que aquellos países más desiguales en renta personal también son los que presentan una mayor distancia entre los más ricos y los más pobres de la población, medida la desigualdad por el IG. 38 4. RELACIÓN ENTRE DESARROLLO SOCIO-ECONÓMICO DESIGUALDAD EN LA DISTRIBUCIÓN PERSONAL DE LA RENTA Y En el epígrafe 2 del trabajo se ha analizado el desarrollo económico (a través del PIBpc) y socio-económico (a través del IDH y del IDH ajustado por la desigualdad) de los países de Latinoamérica, mientras que en el epígrafe 3 se ha realizado un estudio de los niveles y evolución de la desigualdad personal en los ingresos para esos mismos países. En esta sección, se van a poner en relación ambos fenómenos económicos, es decir, se va a investigar la relación entre el desarrollo socio-económico y la desigualdad en la distribución personal de la renta para los países de América Latina. Para ello, se distinguen dos subepígrafes: el primero de ellos describirá brevemente el marco teórico proporcionado por la literatura económica que relaciona ambas magnitudes; y el segundo ofrecerá un análisis empírico de dicha relación para el caso de América Latina. 4.1. Marco teórico En los últimos años muchos economistas han intentado determinar si existe una relación entre el desarrollo económico y la desigualdad y, en caso afirmativo, si esta relación es positiva o negativa. El siguiente cuadro sintetiza los cinco argumentos teóricos señalados por la OCDE (2015) que pretenden relacionar estas variables: algunos de ellos asumen que existe una relación inversa entre ellas, mientras otros suponen una relación positiva. 39 Cuadro 2: Argumentos teóricos que relacionan la desigualdad con el desarrollo económico Teoría Descripción La capacidad de invertir depende directamente del nivel económico, por lo que si la desigualdad es muy elevada, el segmento de la población con Renta menor capacidad adquisitiva no tiene capacidad para invertir, provocando una disminución en la inversión agregada y, con ello, un menor crecimiento económico. Una mayor desigualdad fomenta un incremento en el ahorro agregado, y Ahorro con ello, una mayor acumulación de capital que en última instancia provoca una mejora en el desarrollo económico. Unos elevados niveles de desigualdad en los ingresos generan desconfianza empresarial que tiende a desincentivar la inversión Inversión generando una contracción económica. Además, por estos motivos se incrementa la presión fiscal. Esta situación se conoce como política fiscal endógena (Bertola, 1993). Incentivos Unos mayores niveles de desigualdad provocan un mayor incentivo para trabajar duro e invertir para poder situarse en un segmento de la población a la con mayor nivel de ingresos. En términos agregados supone un impulso inversión económico. La adopción de tecnologías avanzadas en un país depende de alcanzar un determinado nivel en la demanda interna. Si existe una elevada Tecnología desigualdad, la población con menor poder adquisitivo demandará menos productos y servicios, debilitando la demanda interna y con ello la adopción de tecnologías que permitan avances económicos. Fuente: Elaboración propia a partir de OCDE (2015) y (Bertola, 1993). Los anteriores argumentos teóricos han intentado dar respuesta a una relación entre ambas variables y sin embargo, no se ha llegado a un consenso entre la comunidad académica sobre si la relación es directa o inversa. No obstante, existe una teoría de referencia que relaciona ambas variables y que ha sido aceptada durante mucho tiempo. Esta teoría económica fue planteada por el Premio Nobel Simón Kuznets, en 1955 para explicar la distribución del ingreso en los países a medida que avanzan en su desarrollo. Esta relación es conocida como la Curva de Kuznets. Tal y como se muestra en la Figura 1, la función postulada considera en las primeras fases de desarrollo económico unos bajos niveles de desigualdad y, posteriormente, a medida que se avanza en el desarrollo se va deteriorando esta relación (desigualdad/ingreso) por lo que el IG comienza a incrementarse hasta alcanzar el nivel máximo. A partir de este punto, 40 conforme se incrementa el ingreso per cápita se producen avances equitativos en la distribución de la renta (Organización Mundial del Comercio, 2014). Figura 1: Curva de Kuznets Fuente: Elaboración propia. Por lo tanto, en la variabilidad de esta curva se pueden distinguir dos fases: durante la primera fase (denotada como Fase A), los avances en desarrollo económico implican un incremento en la desigualdad, pero se producen transferencias de mano de obra desde los sectores rurales de escasa productividad hacia los sectores industriales y urbanos, donde existe una mayor productividad, provocando una estabilidad en los niveles de desigualdad que posteriormente se reducirán alcanzando la siguiente fase (denotada como Fase B) (Sánchez, 2006). Los supuestos sobre los que se sostiene esta teoría quedan sintetizados en el siguiente cuadro: Cuadro 3: Supuestos sobre la curva de Kuznets Supuestos Descripción Supuesto 1 Existen diferencias entre la productividad de las dos actividades productivas consideradas (sector agrícola y sector industrial). Existencia de una elevada proporción de población sobre el total de la economía en ocupación de actividades agrícolas. Libre transferencia de mano de obra entre el sector agrícola e industrial. Supuesto 2 Supuesto 3 Supuesto 4 Existencia de mayores niveles productivos y de equidad en los ingresos del sector no industrial. Fuente: Elaboración propia a partir de Sánchez (2006). 41 Hasta los años 70s del siglo pasado, la mayoría de países desarrollados establecían políticas económicas de acuerdo a un objetivo económico fundamental: el crecimiento económico impulsado por la productividad. A través de este objetivo, y dada la teoría de Kuznets, se pretendían conseguir avances en la distribución de los ingresos. Sin embargo, a partir de la fuerte recesión mundial de los años 70s que combinaba estancamiento económico, inflación y desempleo, se puso en entredicho el modelo postulado por Kuznets (Sánchez, 2006). Además, recientemente, otros autores como Deininger y Squire (1998) demostraron que la Curva de Kuznets no se cumple si se toman bases de datos más amplias, diferente composición de países en la muestra y varios períodos (Boltvinik & Hernández, 2001). En la actualidad, los datos empíricos de algunas economías en los últimos años tampoco parecen respaldar esta teoría. Un claro ejemplo lo componen algunas economías de Asia Oriental como Japón, la República de Corea, Hong Kong, China, Singapur, Indonesia, Tailandia y Malasia, que han experimentado un rápido crecimiento económico en los últimos años acompañado de una gran disminución en la desigualdad (Organización Mundial del Comercio, 2014). Las principales limitaciones que se le han atribuido al modelo con el transcurso del tiempo tienen que ver con los propios supuestos de partida, ya que se consideran muy restrictivos (Menéndez, Alvargonzález, & Pérez, 2006). Dado el desplazamiento de la curva de Kuznets, recientemente se ha demostrado que el progreso tecnológico puede influir en los niveles de desigualdad si afecta a la productividad de diferentes sectores de forma distinta (Macías, 2014). El cambio tecnológico supone un incremento de la productividad, y por tanto, un incremento en la producción que puede verse traducido en un incremento del empleo; sin embargo, también puede dejar obsoletos a los trabajadores menos cualificados y aumentar la brecha de la desigualdad en los ingresos entre los trabajadores cualificados y no cualificados (Blanchard & Pérez, 2000). En el caso concreto de América Latina, el cambio tecnológico ha producido en muchos casos una carencia en la cualificación de la mano de obra, generando un incremento del desempleo y deteriorando la capacidad productiva del segmento de la población con menos renta, que en última instancia se ha traducido en un incremento de la desigualdad, más acentuado en las zonas rurales (Weeks, 2002). 42 Finalmente, también se le ha atribuido a la globalización y el comercio una influencia negativa a los avances en la equidad. Sin embargo, datos recientes parecen no corroborar dicha relación (Haskel, Lawrence, Leamer, & Slaugther, 2012). 4.2. Análisis empírico Una vez abordado el marco teórico que sustenta la relación entre ambas variables, en este subepígrafe se analiza empíricamente la relación entre los indicadores de desigualdad personal de la renta y bienestar económico y socio-económico15. A su vez, se incluyen otras variables representativas de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la participación de la inversión (Formación Bruta de Capital) sobre el PIB (INV). De este modo se pretenden controlar por otras variables que también influyen en el comportamiento de la desigualdad personal de la renta, a tenor de los argumentos teóricos recogidos en el apartado anterior, y en qué medida lo hacen. En concreto, como variables relacionadas con las TIC se incluyen dos: el porcentaje de la población que son usuarios de Internet (UI) y el porcentaje de población que tienen un contrato de telefonía móvil (CM). En un primer lugar se analizan las correlaciones parciales de todas las variables, y posteriormente, se incorporan las diferentes combinaciones de regresiones lineales que se han considerado necesarias para determinar una relación concluyente. Tanto en la fase del análisis bivariante como en la fase en la que se realizan modelos de regresión lineal, ha sido necesario transformar todas las variables en logaritmos a fin de normalizar los datos, ya que unas están valoradas en niveles, como por ejemplo el PIBpc, otras pertenecen a una escala como el IDH o el IG, y otras son la importancia relativa de otra variable, como por ejemplo la brecha en la desigualdad (ratio Q5/Q1) y la tasa de inversión (INV). Se ha excluido el IDH ajustado por la desigualdad por la escasez de datos en el momento de realización del trabajo, ya que este indicador ha comenzado a elaborarse recientemente. Además, la relación entre este indicador y el IDH es muy elevada, principalmente para aquellos países con escasa desigualdad entre la población en los ítems analizados por el IDH (ingresos, educación y salud). 15 43 Cuadro 4: Matriz de correlaciones parciales entre variables IG Q5_Q1 PIBpc IDH INV UI IG 1 Q5/Q1 0,944** 1 PIBpc -0,508** -0,616** 1 IDH -0,141 -0,257** 0,649** 1 FBK/PIB (INV) Usuarios Internet (UI) Contratos Móvil (CM) -0,272** -0,227** 0,318** 0,061 1 -0,437** -0,497** 0,742** 0,340** 0,264** 1 -0,487** -0,520** 0,578** 0,117 0,174** 0,846** CM 1 Notas: Todas las variables están tomadas en logaritmos. ** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral). Fuente: Elaboración propia. El Cuadro 4 muestra las correlaciones parciales16 existentes entre los diferentes pares de variables analizadas. Todas ellas están correlacionadas de forma inversa con los dos indicadores de desigualdad, es decir, los aumentos en cada una de las variables consideradas influyen en descensos en el IG y la ratio Q5/Q1, lo que implica una distribución más equitativa de la renta. Tomando como indicador de desigualdad la ratio Q5/Q1, debe señalarse que la renta per cápita es la variable con mayor relación con la reducción de la desigualdad personal de la renta (61,6%), seguido del número de contratos móviles (52%), y los usuarios de Internet (49,7%); por el contrario, las variables con relaciones más débiles con la reducción de la brecha de los ingresos son la inversión (22,7%) y el IDH (25,7%). Tomando el IG como indicador de desigualdad, se aprecia que, con la salvedad de la inversión, todas las demás variables muestran una relación menos nítida con la desigualdad. Por otro lado, hay que destacar también que todas las correlaciones son significativas a un nivel del 99% con la salvedad de las relaciones del IDH con el IG, los contratos de móvil y la inversión. Aunque el análisis de correlaciones parciales o bivariantes indica que todas las variables explicativas consideradas influyen positivamente en avances hacia una distribución personal más equitativa de la renta, el análisis empírico ha de completarse con modelos de regresión lineal que permitan analizar la influencia de cada variable sobre la desigualdad de la renta, La cuantificación del grado en la relación lineal entre dos variables cuantitativas se estudia mediante el coeficiente de correlación. Este coeficiente toma valores entre -1 y +1. Un valor de -1 (+1) indica relación perfecta negativa (positiva) y una relación próxima a 0 implica carencia en la relación lineal entre variables. 16 44 una vez que se controla por la influencia de las otras variables. Este modelo viene definido por la siguiente expresión: 𝑌𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 𝑋1𝑖𝑡 + 𝛽2 𝑋2𝑖𝑡 + ⋯ + 𝛽𝑝 𝑋𝑝𝑖𝑡 + 𝜇𝑖𝑡 (10) Donde Yit representa la variable endógena o dependiente para el país i (cada uno de los países latinoamericanos considerados) en el año t (años del periodo 1990-2013), que en este trabajo son los dos indicadores de desigualdad personal de la renta (IG y ratio Q5/Q1); Xpit son las variables exógenas o explicativas del modelo, es decir, el resto de variables de desarrollo socio-económicas, tecnológicas y de inversión del país i en el año t; 𝛽𝑝 son los parámetros asociados a las variables exógenas; y 𝜇𝑖𝑡 el término de error asociado al modelo. Las observaciones de cada país y año se tratan como independientes (pool de datos). En concreto, las especificaciones del modelo a estimar son las siguientes: 𝐼𝐺𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 𝑃𝐼𝐵𝑝𝑐𝑖𝑡 + 𝛽2 𝐼𝑁𝑉𝑖𝑡 + 𝛽3 𝑈𝐼𝑖𝑡 + 𝜇𝑖𝑡 (11) 𝐼𝐺𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 𝐼𝐷𝐻𝑖𝑡 + 𝛽2 𝐼𝑁𝑉𝑖𝑡 + 𝛽3 𝑈𝐼𝑖𝑡 + 𝜇𝑖𝑡 (12) 𝐼𝐺𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 𝑃𝐼𝐵𝑝𝑐𝑖𝑡 + 𝛽2 𝐼𝑁𝑉𝑖𝑡 + 𝛽3 𝐶𝑀𝑖𝑡 + 𝜇𝑖𝑡 (13) 𝐼𝐺𝑖𝑡 = 𝛽0 + 𝛽1 𝐼𝐷𝐻𝑖𝑡 + 𝛽2 𝐼𝑁𝑉𝑖𝑡 + 𝛽3 𝐶𝑀𝑖𝑡 + 𝜇𝑖𝑡 (14) En las regresiones se van añadiendo una a una las variables explicativas para ver la robustez del modelo. Las regresiones anteriores se repiten posteriormente, pero utilizando la ratio Q5/Q1 como variable dependiente. El Cuadro 5 muestra los coeficientes (𝛽) de las dieciséis especificaciones del modelo a estimar; concretamente, ocho regresiones para cada variable endógena. Además se muestra la t-student que permite conocer el grado de significatividad de cada coeficiente. Adicionalmente, se indica el coeficiente de determinación lineal de cada regresión, que mide la bondad del ajuste del modelo. 45 Cuadro 5: Resultado de las estimaciones sobre la relación entre el desarrollo económico y económico-social y la desigualdad personal de la renta en Latinoamérica Variables Dependientes Variables Explicativas IG Ratio Q5/Q1 PIBpc -0,508*** -0,475*** -0,401*** -0,295*** -0,616*** -0,616*** -0,585*** -0,487*** t-student (-7,217) (-6,412) (-3,563) (-3,105) (-9,586) (-9,067) (-5,66) (-5,52) IDH -0,141* -0,134* -0,027 -0,064 -0,257*** -0,252*** -0,131* -0,178** t-student (-1,745) (-1,707) (-0,352) (-0,895) (-3,261) (-3,255) (-1,789) (-2,574) INV -0,116 -0,268*** -0,113 -0,163** -0,119 -0,177** -0,024 -0,219*** -0,022 -0,101 -0,026 -0,123* t-student (-1,563) (-3,425) (-1,522) (-2,144) (-1,642) (-2,466) (-0,348) (-2,836) (-0,329) (-1,377) (-0,384) (-1,764) UI -0,098 -0,386*** -0,041 -0,434*** t-student (-0,882) (-4,858) (-0,406) (-5,777) CM -0,268*** -0,442*** -0,193** -0,469*** t-student (-2,915) (-6,071) (-2,266) (-6,647) R2 0,258 0,020 0,275 0,092 0,279 0,218 0,315 0,274 0,380 0,066 0,390 0,115 0,391 0,274 0,411 0,319 OBS 152 152 151 151 151 151 151 151 152 152 151 151 151 151 151 151 Notas: todas las variables están tomadas en logaritmos. *** Significativo al 99%. ** Significativo al 95%. * Significativo al 90% Fuente: Elaboración propia. 46 Dado que el objetivo último de este trabajo es conocer el impacto del desarrollo económico y socio-económico con respecto a la desigualdad, en todos los modelos se toma el PIBpc o el IDH, pero no de forma simultánea debido a la elevada correlación entre ellos. Lo mismo ocurre con ambos indicadores de las TIC, ya que los contratos móviles están relacionados con los usuarios de Internet. Los coeficientes de todas las variables explicativas presentan signo negativo, lo que reafirma los resultados del análisis bivariante, donde la matriz de correlaciones indicaba que todas las variables exógenas utilizadas influyen en avances hacia una mayor equidad en la distribución personal de la renta. En primer lugar se analizan las regresiones que contienen el IG como variable endógena y la renta per cápita como variable explicativa; posteriormente, a este modelo se le añade la inversión, y en los sucesivos se combinan el resto de variables explicativas representativas de las TIC. En el primer modelo se observa que el coeficiente del PIBpc es significativo y toma un valor de -0,508, de modo que una variación del 1% en la renta per cápita provoca una disminución del 0,508% en el IG. Es decir, que a mayor desarrollo o bienestar económico, menor nivel de desigualdad en la distribución personal de la renta. Cuando a este modelo se le adiciona la inversión, el coeficiente de esta variable resulta no significativa, lo que implica que no existe una relación estadísticamente significativa entre la tasa de inversión y la desigualdad personal de la renta, una vez que se controla por el desarrollo económico de los países. Si a este último modelo se le añaden los usuarios de Internet, dicha variable también resulta no significativa. Sin embargo, cuando se intercambia este último indicador por el porcentaje de contratos móviles, este último coeficiente resulta significativo y alcanza un valor de -0,268. El impacto negativo y significativo del PIB pc permanece inalterado cuando se incorporan nuevas variables explicativas al modelo, lo que apunta a la robustez de su relación con la desigualdad personal de la renta. Los modelos que recogen la influencia del IDH en el IG alcanzan valores en los coeficientes sistemáticamente menores al que obtenía el PIBpc. Para el modelo más sencillo, en el que tan sólo se recogen estas dos variables, la relación es significativa y negativa y el coeficiente alcanza el valor de -0,116. Si se incorpora la inversión, ésta resulta significativa con una influencia del -0,268 y el efecto del IDH continúa siendo negativo y significativo. Finalmente, cuando se incorporan los usuarios de Internet y los contratos móviles, ambas variables 47 resultan significativas con una influencia de -0,386 y -0,442 respectivamente; no obstante, el IDH se torna no significativo. Esto es, una vez que se controla por el impacto de la tasa de inversión y de las variables tecnológicas sobre la desigualdad personal de la renta, el efecto del bienestar socio-económico sobre dicha desigualad, resulta estadísticamente no significativo. En lo que respecta a los modelos en los que se toma como variable endógena la ratio Q5/Q1, y como variable explicativa el PIBpc, se debe señalar que en el modelo que tan sólo recoge ambas variables, el PIBpc resulta significativo y alcanza un coeficiente de -0,616, por lo que un incremento en la renta per cápita del 1% provoca una disminución del 0,616% en la brecha de los ingresos. Si a este modelo se le adiciona la inversión, resulta no significativa con un coeficiente de -0,024; cuando a éste se le incorporan los usuarios de Internet tampoco resulta significativo y el coeficiente alcanza el valor de -0,041. Sin embargo, los contratos móviles sí resultan significativos, y el coeficiente alcanza el valor de -0,193. En todas las regresiones, el impacto del desarrollo económico sobre la desigualdad de la renta se mantiene negativo y significativo. Los modelos que recogen la influencia del IDH con respecto a la ratio Q5/Q1 alcanzan un valor sistemáticamente inferior a los modelos que incluyen el PIBpc para la misma variable endógena. En cuanto al modelo que sólo relaciona las dos variables, el IDH resulta significativo y el valor del coeficiente es de -0,257; al añadir la inversión, también resulta significativa con un coeficiente de -0,219. Cuando se añade el indicador de los usuarios de Internet, éste resulta significativo con un valor de -0,434 aunque el resto de variables pierden significatividad. Cuando se intercambia este último indicador por los contratos móviles, también resulta significativo con un coeficiente de -0,469. En todas las especificaciones, el impacto negativo y significativo del bienestar socio-económico sobre la desigualdad personal de la renta medida por la ratio Q5/Q1 se mantiene. Por otro lado, destacar que los modelos donde se utiliza la ratio Q5/Q1 como variable endógena, muestran mayor capacidad explicativa que aquellos en los que se utiliza el IG, ya que el R2 es sistemáticamente superior para todas las regresiones. Concretamente, de todos los modelos, el que mejor explica el comportamiento de la desigualdad es el que incluye la renta per cápita, la inversión (FBK/PIB), y los contratos móviles; las variaciones de estas variables explican en un 41,1% las variaciones de la ratio Q5/Q1. Cuando a este modelo se 48 le intercambian los contratos móviles por los usuarios de Internet, la bondad desciende levemente. Es interesante destacar además que en los modelos en los que se incorpora como variables exógenas la renta per cápita en vez del IDH, la capacidad explicativa del modelo es mayor. Finalmente cabe señalar que la bondad de los modelos no es muy elevada, ya que, en el mejor de los casos, el modelo de regresión que mayor R2 presenta alcanza un valor de 0,411. Este hecho determina que aunque las teorías económicas y los análisis empíricos pretenden conocer la totalidad de variables que determinan la desigualdad en la renta, parece complicado alcanzar un consenso que abarque un conjunto heterogéneo de regiones, ya que probablemente, en la desigualdad interfieren un elevado conjunto de variables que dependerán en muchos casos de las circunstancias específicas de cada país. 49 5. CONCLUSIONES En este trabajo se ha estudiado la evolución del desarrollo económico y socio-económico de los países de Latinoamérica 1990-2013, así como la dinámica mostrada por sus niveles de desigualdad personal de la renta en los últimos años, poniendo en relación el comportamiento de ambos fenómenos. Del análisis de este trabajo se desprende que el conjunto de países latinoamericanos han experimentado un enorme progreso tanto económico como socio-económico a lo largo de las últimas décadas, siendo especialmente notorio el crecimiento económico experimentado en los últimos diez años en la región. No obstante, no se ha observado un proceso de convergencia en términos de desarrollo económico significativo debido al impulso de las economías que ya al inicio del periodo se encontraban en una situación más favorable y han seguido mejorando. También es destacable el hecho de que aunque aquellos países que poseen un mayor bienestar económico también gozan de un mayor bienestar socio-económico, el mayor avance en términos de bienestar económico se ha producido en la última década mientras en términos socioeconómicos las mejoras se producían en los años anteriores, lo que intuitivamente llevaría a pensar que el bienestar logrado en una primera fase ha impulsado el crecimiento económico en una segunda etapa. Adicionalmente, se ha comprobado que todos los países latinoamericanos presentan aún elevados niveles de desigualdad personal de la renta, por lo que el bienestar económico no está repartido de forma equitativa entre la población. Se ha comprobado que para algunos países esta desigualdad es más acentuada aún en las zonas rurales. Sin embargo, datos esperanzadores se observan cuando se analiza la evolución, pues se aprecia una tendencia decreciente del fenómeno, con avances significativos hacia una mayor equidad en la distribución de la renta, aunque la convergencia es aún lenta. Asimismo, se ha comprobado que aquellos países más desiguales en renta personal también son los que presentan una mayor distancia entre las personas más ricas y más pobres de la población. 50 Finalmente, un análisis multivariante a partir de distintas especificaciones de un modelo de regresión lineal ha puesto en relación los indicadores de desarrollo económico y socioeconómico con los indicadores de desigualdad personal de la renta, controlando además por otras variables relacionadas con la tasa de inversión y con el progreso tecnológico. En todas las especificaciones se observa un impacto negativo y significativo tanto del desarrollo económico como del desarrollo socioeconómico sobre la desigualdad, de lo que se infiere que todas las políticas de crecimiento y de bienestar se deberían traducir en una mayor equidad de las economías donde se aplican. De este último epígrafe se desprende que todas las variables económicas y socio-económicas, así como las representativas de las TIC y la inversión, influyen negativamente en los indicadores de desigualdad, es decir, provocan avances hacia una mayor equidad en la distribución personal de la renta. No obstante, hay que señalar que los coeficientes de determinación lineal alcanzados en las regresiones realizadas no son muy elevados, por lo que los movimientos en las variables explicativas no explican en gran medida la variabilidad de la desigualdad. Esto puede ser debido a la gran cantidad de variables tanto económicas como no económicas que influyen en la distribución de rentas; además, hay que tener en cuenta que a cada país le podrían influir un conjunto de variables específicas que no afecten al resto de países. 51 REFERENCIAS Webgrafía http://www.cepal.org/ http://www.datos.bancomundial.org/ http://www.hdr.undp.org/ http://www.rae.es/ http://www.worldbank.org/ Bibliografía Alonso, J. (2013). Lecciones sobre economía mundial: Introducción al desarrollo y a las relaciones económicas internacionales. Cizur Menor (Navarra): Aranzadi. Antón, P., Carrera, T., Muñoz de Bustillo, L., & Rodrigues-Silveira, R. (2009). Los retos de América Latina en un mundo en cambio. CIDOB d'Afers Internacionals, 157-183. Atkinson, A. (1970). On the measurement of inequality. Journal of economic theory, 244-266. Banco Mundial. (2014). Inequality in a lower growth Latin America. Washington DC. Bertola, G. (1993). 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CDPR discussion paper. 54 ANEXO ESTADÍSTICO Tabla A1: Relación del PIBpc en 1990 con su crecimiento expresado en TVAA PAÍS Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Panamá Paraguay Perú República dominicana Uruguay Venezuela PIBpc (1990) 5.646,62 2.266,99 5.263,53 4.995,23 4.305,37 4.249,50 2.682,24 2.897,50 2.267,56 7.357,94 3.885,25 3.416,68 3.242,16 2.930,65 5.295,71 7.050,13 PIBpc (2013) 18.709,31 5.330,64 12.340,18 19.474,74 11.284,22 10.517,91 7.648,21 5.335,95 4.741,16 15.931,75 16.993,82 6.787,73 11.403,04 9.845,60 16.728,30 13.633,61 TVAA 1990-2013 5,12% 3,63% 3,61% 5,83% 4,10% 3,85% 4,46% 2,58% 3,12% 3,27% 6,34% 2,90% 5,38% 5,18% 4,91% 2,79% TVAA TVAA 1990-2003 2003-2013 3,37% 6,90% 2,72% 4,45% 2,64% 4,52% 5,73% 5,42% 2,96% 5,18% 2,65% 5,03% 5,12% 3,22% 2,36% 2,62% 2,74% 3,32% 3,01% 3,31% 4,43% 8,22% 1,49% 4,46% 4,01% 6,64% 5,01% 4,92% 2,93% 7,02% 0,41% 5,62% Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. 55 Tabla A2: Evolución en números índices del PIBpc (1990-2013) PAÍS 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 Argentina 100 113 126 135 144 142 151 164 171 166 167 162 145 159 176 196 217 240 259 260 284 313 321 331 Bolivia 100 107 109 113 117 122 126 131 135 134 137 140 142 146 152 162 171 180 192 196 203 214 225 235 Brasil 100 103 103 109 115 121 124 128 128 128 134 137 141 144 154 162 172 186 198 197 213 222 226 234 Chile 100 110 124 133 141 156 169 181 186 185 195 204 209 218 237 254 275 295 308 305 323 347 369 390 Colombia 100 104 109 115 122 128 131 137 137 131 136 140 144 150 160 170 186 202 211 214 223 240 251 262 Ecuador 100 106 110 113 117 120 123 128 132 126 128 134 140 144 159 170 180 187 200 201 207 225 237 248 El Salvador 100 107 116 127 137 147 152 160 166 173 180 186 193 201 209 223 238 253 261 254 260 269 277 285 Guatemala 100 104 109 112 115 120 122 126 130 133 129 132 136 139 142 144 153 163 168 166 169 176 180 184 Honduras 100 105 110 116 114 120 123 128 130 126 132 135 140 146 153 159 172 184 192 185 190 197 203 209 México 100 106 110 113 119 112 119 128 134 138 148 147 148 151 163 170 182 190 193 180 190 199 208 217 Panamá 100 111 121 128 132 134 145 154 164 170 171 172 176 183 199 215 237 268 297 305 327 363 402 437 Paraguay 100 100 101 106 111 119 120 125 124 121 119 118 118 123 126 136 144 153 163 155 174 182 180 199 Perú 100 104 104 111 126 137 141 151 150 151 156 158 166 173 185 200 219 240 265 266 289 310 331 352 Rep. Dominicana 100 103 114 122 125 132 142 153 163 173 183 188 198 198 194 211 237 260 275 282 302 317 329 336 Uruguay 100 107 117 122 132 132 142 150 157 154 154 152 143 150 165 183 196 215 234 241 265 285 300 316 Venezuela 100 111 118 118 115 119 119 126 125 117 122 126 115 106 126 141 158 174 184 177 174 183 193 193 Fuente: Elaboración propia a partir del FMI. 56 Tabla A3: IDH por etapas para Latinoamérica (1990-2013) IDH 1990 2000 2013 Δ (1990-2000) Δ (2000-2013) 41 Chile 49 Argentina IDH alto 0,704 0,694 0,753 0,753 0,822 0,808 6,90% 8,38% 9,18% 7,41% 50 Uruguay 65 Panamá 67 Venezuela 71 México 79 Brasil 82 Perú 98 Colombia 98 Ecuador 102 República Dominicana IDH medio 0,691 0,651 0,644 0,647 0,612 0,615 0,596 0,643 0,589 0,740 0,709 0,677 0,699 0,682 0,682 0,655 0,658 0,645 0,790 0,765 0,764 0,756 0,744 0,737 0,711 0,711 0,700 7,15% 8,83% 5,15% 8,03% 11,52% 10,77% 9,83% 2,47% 9,47% 6,71% 7,98% 12,73% 8,16% 9,00% 8,11% 8,55% 7,93% 8,58% 7,50% 10,91% 14,72% 14,25% 10,03% 8,19% 8,56% 9,07% 13,91% 10,69% IDH muy alto 111 113 115 125 129 Paraguay Bolivia El Salvador Guatemala Honduras 0,581 0,625 0,676 0,554 0,615 0,667 0,529 0,607 0,662 0,483 0,551 0,628 0,507 0,558 0,617 Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD 57 Tabla A4: IDH-D (2013) IDH-D IDH-D muy alto 41 Chile 49 Argentina IDH-D alto 50 Uruguay 65 Panamá 67 Venezuela 71 México 79 Brasil 82 Perú 98 Colombia 98 Ecuador 102 República Dominicana IDH-D medio 111 Paraguay 113 Bolivia 115 El Salvador 125 Guatemala 129 Honduras Fuente: Elaboración propia a partir del PNUD IDH-D (2013) 0,661 0,680 0,662 0,596 0,613 0,583 0,542 0,562 0,521 0,549 0,535 0,513 0,470 0,485 0,422 0,418 58 Tabla A5: Índice de Gini para América Latina (Datos para 2013) AREA GEOGRÁFICA PAÍS Nacional Urbano Rural Diferencia Urbano-Rural 0,472 0,553 0,509 0,536 0,477 0,453 0,573 0,492 0,527 0,522 0,444 0,544 0,382 0,407 0,497 0,475 0,41 0,544 0,508 0,513 0,468 0,431 0,489 0,469 0,47 0,486 0,401 0,553 0,383 0,472 0,536 0,539 0,468 0,445 0,427 0,399 0,555 0,452 0,554 0,541 0,42 0,474 0,326 0,475 -0,126 0,005 0,04 0,068 0,041 0,032 -0,066 0,017 -0,084 -0,055 -0,019 0,079 0,057 -0,003 Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador El Salvador Honduras México Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela América Latina Notas: Todos los datos son para el año 2013 salvo en los siguientes países, donde la última información disponible en la CEPAL para el IG es la siguiente: Argentina y México (2012), Bolivia (2011) y Honduras (2010). Guatemala ha sido excluida por poseer los datos desactualizados en las tres áreas geográficas consideradas (último dato disponible para 2006). Fuente: Elaboración propia a partir de la CEPAL 59 Tabla A6: Diferencias en el IG para América Latina por etapas (1999-2013) PAÍS Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador El Salvador Honduras México Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela Promedio América Latina-14 Promedio (1999-2003) Promedio (2010-2013) 0,56 0,61 0,63 0,56 0,56 0,55 0,52 0,58 0,53 0,56 0,56 0,53 0,54 0,49 0,49 0,47 0,56 0,51 0,54 0,48 0,45 0,57 0,49 0,53 0,53 0,45 0,54 0,40 0,40 0,56 0,49 Diferencia IG -0,06 -0,14 -0,07 -0,05 -0,02 -0,07 -0,08 -0,01 -0,04 -0,03 -0,03 -0,08 0,01 -0,09 -0,06 Notas: Guatemala ha sido excluida por poseer los datos desactualizados (último dato disponible para 2006) y el valor de Argentina es del área geográfica urbana ya que no se dispone de datos para el área nacional de este país. Fuente: Elaboración propia a partir de la CEPAL 60 Tabla A7: Quintil más rico con respecto al quintil más pobre (1999-2013) PAÍS Argentina Bolivia Brasil Chile Colombia Ecuador El Salvador Guatemala Honduras México Panamá Paraguay Perú República Dominicana Uruguay Venezuela Promedio América Latina-15 Promedio (1999-2003) Promedio (2010-2013) Diferencia ratio Q5/Q1 18,58 48,25 34,65 18,95 23,53 21,10 20,63 19,30 26,98 17,00 25,77 22,50 19,43 20,70 16,65 24,80 14,70 15,90 21,93 14,75 20,68 12,90 10,90 -3,88 -32,35 -12,72 -4,20 -2,86 -8,20 -9,73 -19,30 1,43 -3,35 -6,67 -2,98 -6,86 1,85 7,78 -7,25 -9,08 28,40 13,65 19,10 19,53 12,58 22,55 7,78 9,40 15,72 Notas: El dato de Argentina corresponde al área urbana, ya que no está disponible para el área nacional. Fuente: Elaboración propia a partir de la CEPAL 61