Breve reseña sobre la instancia del Proeducar de

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Dos voces sobre
UN APRENDIZAJE SOBRE LOS APRENDIZAJES
1) BREVE RESEÑA
Lic. Francisco Varela Borrazás
Desde hace ya varios años, el comienzo de cada febrero nos ofrece una instancia sumamente
enriquecedora desde múltiples perspectivas. Desde el año 2006, si la memoria no me falla,
particularmente los educadores de los centros educativos católicos nucleados en AUDEC (tanto
de educación formal como no formal) en particular, y los educadores todos del Uruguay,
tenemos la posibilidad de disfrutar de dos días de formación, reflexión conjunta, intercambio,
enriquecimiento compartido.
El eje de las convocatorias de febrero siempre han sido los aprendizajes, allí está la tensión
principal de las experiencias formativas y los mayores desafíos. Y esta tensión se ha ido
abordando desde diversos ángulos pero con un mismo dinamismo, el de la mejora de la praxis
educativa en función del desarrollo de aprendizajes más potentes y significativos en todos los
destinatarios de nuestras obras. Esto nos ha llevado a navegar por temas tan relevantes como
la evaluación, los enfoques por competencias y las inteligencias múltiples, entre otros.
Y este año la convocatoria no podía ser más sugerente. Se nos invitaba a “aprender cómo se
aprende para enseñar a aprender”, dejando en claro desde el comienzo que el foco de la
preocupación educativa se ha desplazado desde los procesos de enseñanza a los procesos de
aprendizaje. Y la respuesta no se hizo esperar, colmando todas las expectativas. En el entorno
de 1.200 personas pudimos compartir la experiencia de encuentro y formación.
Para dar cabida a tan grande empresa en el correr de dos jornadas, se generaron dos grandes
líneas procesuales que se entrelazaron constantemente: la primera de ellas que promovía la
reflexión sobre cómo aprenden los sujetos, con la finalidad de repensar y mejorar las
estrategias de enseñanza; y la segunda motivando la observación sobre la forma en que
estamos enseñando, para adecuar nuestras prácticas educativas a las diversas formas de
aprender.
Las tres primeras ponencias, en su conjunto y desde nuestra perspectiva, las más destacadas
del evento, nos estimularon a pararnos desde la psicopedagogía para reflexionar sobre las
múltiples y complejas relaciones entre las dimensiones cognitivas, emocionales y
motivacionales del aprendiente.
Luego de la oración y las palabras de apertura de Mons. Daniel Sturla y de la Hna. Laura
Guisado, quien comienza su actividad como Directora Nacional de AUDEC, el Dr. Guillermo
Echegaray nos introdujo en el campo de las neurociencias, y en un lenguaje muy llano y
accesible fue presentando los nuevos paradigmas sobre la forma en la que aprende la mente
humana.
A continuación, el expositor español Dr. José María Bautista Guadalupe, haciendo uso de sus
grandes cualidades comunicacionales, introdujo un elemento neurálgico de todo proceso
educativo y que pocas veces incorporamos en forma consciente a nuestra planificación: la
influencia de las emociones en los procesos de aprendizaje. Apoyado en los desarrollos de la
inteligencia emocional, fue dando pistas que abrió el horizonte de análisis para abordar ideas
sobre los procesos de creatividad que podemos estar potenciando en nuestros centros y de
cómo abordar la inteligencia espiritual en el aula.
Esta temática fue el sustento en el que se apoyó para presentarnos el otro gran desafío en los
procesos de aprendizaje: despertar e incentivar las motivaciones intrínsecas de nuestros
alumnos para tornar placentero el hecho de aprender.
Culminando la primera jornada, la Mag. María DIbarboure puso el énfasis en los procesos
metacognitivos, y generando el puente desde el cómo se aprende al cómo se enseña, motivó
el desarrollo de estrategias que ayudan a desencadenar procesos que faciliten en los alumnos
la elaboración de sus propias estrategias de aprendizaje.
La segunda jornada buscó tener un anclaje mayor en variables más próximas al nivel de aula,
articulando con temáticas trabajadas en ciclos anteriores del Proeducar. De esta forma, se
retomó el concepto de enfoques competenciales, mediante el desarrollo de dos competencias
básicas: la lingüística y la lógico matemática. Con estilos diversos, tanto el Prof. Dotti como los
Prof. Sánchez y Vitabar generaron retroalimentación en los docentes de diversas áreas para
tomar conciencia de que estas competencias no quedan restringidas a áreas o materias, sino
que están presentes en forma transversal como competencias fundantes.
La última conferencia del ciclo estuvo a cargo nuevamente de la Prof. DIbarboure, y apoyada
en la teoría ausubeliana1 de los aprendizajes significativos, centró nuevamente la atención en
cómo intentar promover la construcción de aprendizajes relevantes en nuestros alumnos,
desde la realidad actual de sujeto aprendiente de hoy día.
Einstein insistía que no debemos pretender que las cosas cambien si seguimos haciendo lo
mismo. ¡Cuánta esperanza alberga la educación católica desde el momento que un porcentaje
más que elevado de educadores apuesta a pasar dos días buscando los mejores caminos para
que las cosas cambien, y cambien para bien! Resta el llevarlo a práctica, el compartir
experiencias con otros colegas y animarnos a asumir los renovados retos de aprender cómo se
aprende para enseñar a aprender.
2) PROEDUCAR XVII
Guillermo Gutiérrez
Un nuevo PROEDUCAR, el número XVII, marca el comienzo del año de trabajo, esfuerzo y
reflexiones para más de mil educadores católicos de nuestro País. Educadores que, año a año,
hacen propia esta propuesta de formación de AUDEC que se ha convertido ya en un clásico de
1
Teoría formulada por David Paul Ausubel (Nueva York, 1918 - 2008), psicólogo y pedagogo estadounidense. Dicha teoría se
alimenta de los principios de Piaget, Kuhn y Toulmin.
finales de vacaciones. "Aprender cómo se aprende, para enseñar a aprender" fue en esta
edición el leitmotiv de estos dos días compartidos en el teatro del colegio Clara Jackson.
La acertada invitación cursada a los educadores tanto extranjeros (los profesionales españoles
ya se han ganado un lugar en cada Proeducar) como nacionales, permitió vivir dos jornadas de
reflexión de nuestra tarea educativa. La búsqueda y necesidad de poder entender los
diferentes procesos de aprendizaje de nuestros alumnos es primordial a la hora de querer
educar desde las competencias; desde la particularidad de cada uno de ellos.
Esta instancia formativa es, a su vez, oportunidad de integración entre educadores de
diferentes realidades: geográficas, sociales, económicas y culturales; de la educación formal y
no formal. Un tiempo de encuentros y reencuentro, de compartir experiencias; de aprender a
valorar lo que estamos haciendo y de revisar como seguir en camino de mejora.
Ante las continuas críticas y opiniones sobre la educación, AUDEC se anima a "proponernos
más", a profundizar. Teniendo siempre en cuenta que el desarrollo de los niños y jóvenes es el
fin último de nuestra tarea. Iluminados desde esa característica que nos unía por sobre todo, a
la mayoría de quienes estábamos reunidos: la Fe de que la educación es un camino de
encuentro con Dios, la fe de que la educación es camino de Salvación.
Guillermo Gutiérrez
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