EL PACIENTE 1ª PARTE (Escenario de fondo rojo, todo oscuro. Diván en el centro y mirando al público, aunque no se ve, sólo está iluminada una silla a un metro del diván y de perfil al público). (Se oyen pasos del doctor acercándose. Este se sienta en la silla y resopla. Se enciende la luz del diván (o se aumenta la iluminación) el paciente ya está ubicado en el diván). Doctor: ¿Y cómo le ha ido esta semana?. Paciente: (Muy contento). Muy bien Doctor... mi novia y yo seguimos juntos. Doctor: (Cansado). Ya le he dicho que esa no es su novia, no es más que un deseo reprimido. Ya veo que no hay muchos progresos. ¿Está tomando su medicación?. Paciente: Wanda dice que no la necesito. Doctor: Sepa UD. que Wanda es una simple alucinación. Salga ya del país de las maravillas. ¡Dese cuenta estamos en España!. Paciente: ¡Intento evitarlo, pero no puedo!. ¡Me es imposible!. Doctor: Creo que estamos perdiendo el tiempo. Primero tome sus pastillas y verá como sus tormentos desaparecen. Espere un momento...por aquí tengo su historial...... vamos a ver. Lo estuve estudiando con detenimiento y ciertamente considero que he llegado a la RAÍZ DE TODOS SUS PROBLEMAS. Paciente: Pero todos Doctor. Doctor: Sí, sí... Todos. Esa Wanda como UD. la llama, no es más que una imagen residual. Producto de una larga e intensa represión familiar. Paciente: Llámelo como quiera. El caso es que la trata como si no tuviera sentimientos, y Wanda, mi Wanda, es una mujer sensible y apasionada. Doctor: ¿Cuántas veces hemos tenido ya esta conversación?. Me parece que no me está escuchando. Paciente: ¡No Doctor!. Es UD. el que no escucha. Doctor: Mire, yo estoy aquí para ayudarle, y como su psiquiatra, tengo la obligación de frustrar sus ilusiones, destruir sus sueños y violar su identidad. Me encantaría decirle que Wanda existe, pero me es legalmente imposible. Paciente: (Alarmado). ¿Frustrar mis sueños?. ¿Violar mi identidad?. ¿De qué me está hablando?. Doctor: (Con aire autosuficiente) Bah!. Son términos meramente académicos, sin importancia. No le preste UD. atención a eso. Lo que quiero decir, es que lo tengo que preparar para la sociedad. En fin, hablemos de Wanda... Dígame, ¿con qué frecuencia la ve?. Paciente: Desde esta semana, todos los días. Se está quedando en casa. Doctor: (Se atora de los nervios). Y... ¿no le parece precipitado?. Paciente: No... ya sabe que llevamos toda la vida juntos. Doctor: Sí, sí... es verdad... ¿ella sigue en aquel trabajo?. Paciente: Claro, le encanta contestar teléfonos. Doctor: ¿Qué opina su madre de todo esto?. (Término de la primera parte). 2ª PARTE (El escenario se ilumina del todo y aparece Wanda, ya en escena). Wanda: (Acercándose al paciente). Lo que la madre opine sin cuidado nos tiene. Paciente: Es verdad! Wanda tiene razón. Doctor: ¿De qué me está hablando?, le he preguntado: ¿Qué opina su... Paciente: (Interrumpiendo al médico). Ya sé lo que me ha preguntado. Pero Wanda está aquí. Doctor: Interesante... ¿Y qué le ha dicho?. Wanda: Aunque realmente importe una palabra mía... antes que te azote huye de mi compañía. Paciente: Que mi madre tiene otras ideas. Ah! y un beso para UD. Doctor: Dígame: ¿qué está haciendo Wanda?. Paciente: Está a mi lado tranquilamente. Continúe por favor. Wanda: Engáñame te suplico que la inhóspita sinceridad en la que habito ha carcomido mi serenidad. Doctor: Si, qué ropas lleva Wanda. Wanda: Me nace una rosa del alma caliente, no la cosecho te espera en mi seno, pues sólo me viste el amor que yo tengo. Paciente: Un vestido muy ceñido y tacones. Doctor: Trate de explicarme: ¿UD. asegura que Wanda existe?. Paciente: Sí. Doctor: Entonces... ¿por qué no la veo?. ¿Por qué no la oigo?. Wanda: De qué serviría la energía gastada la saliva invertida. Cabezas y ojos cegados por el humo de falacias. Paciente: Creo que UD. no quiere verla. Doctor: Así de sencillo, simplemente no quiero verla... vamos, afronte la verdad... Wanda no existe!. Wanda: Viendo rebaños de ovejas partir él pertenece a uno en este existir. Paciente: Dice que no quiere ver más allá de su salario y sus libros. Doctor: Entienda, yo hablo con UD. mi paciente, no con ella, su alucinación. ¿O es qué me dice en su nombre lo que no se atreve a reprocharme?. Paciente: Es verdad que comparto lo que Wanda afirma, pero esto lo ha dicho ella. Ah! por cierto, es UD. el único que no la ve. Mi madre hasta discute con ella. Doctor: Ahora resulta que me hará dudar de mi propia cordura. Entienda yo soy un hombre real: tengo una hipoteca, un vehículo, dos hijos que estudian, una mujer que trabaja y no llego a fin de mes. ¿Qué tiene UD. o mejor dicho que tiene Wanda?. Wanda: El silencio, amigo fiel cómplice real de conspiraciones y sueños de libertad. Paciente: No tiene nada de lo que UD. ha mencionado, pero yo tampoco. ¿Y no dudará de mi realidad?. Doctor: No, pero es diferente. UD. está enfermo. Wanda: Que del alma espante el miedo y en la carne tatúe el deseo. Paciente: El problema doctor, es que tiene miedo de verla... desinhíbase!. Doctor: ¿Quién es el psiquiatra?. No me haga reír. Es una conducta típica del enfermo: tratar de traspasar el problema al resto. Dígame francamente: cuando hace el amor con Wanda, siente el tacto de su piel. (Término de la segunda parte). 3ª PARTE (Ingresa la madre a escena). Madre: Increíbles senderos los que piso. En el médico, donde yo te envío viene la lujuria sin aviso. Paciente: Doctor, ella es mi madre. Doctor: (Desconcertado). ¿Quién? ¿Cómo?. Wanda: (A la madre). ¿Lujuria llamas al candor de tu hijo? Madre: (A Wanda). Cantos alados busco en manco silencio lluvia de flores en insomnes desiertos. (Al paciente). No dices nada. ¿Serás también un vil rastrero?. Paciente: (A la madre). Sabes que no son mis peleas. Doctor: O sea que su madre está aquí también. Paciente: (hace un ademán para que el doctor espere). Wanda: Los estruendos de calor fulminan nuestras alas la decisión atada con las cuerdas de poder. Paciente: (Al doctor). Están discutiendo!. Madre: (A Wanda). Ahuyéntate pan del diablo que para el adiós no te gires ni respires aire mismo que mi vástago. Doctor: ¿Qué dicen?. Wanda: Cuando el espectro del pasado se ve reflejado en el presente nos predica el futuro. Paciente: Se insultan a voz en cuello!. Madre: (A Wanda). Enturbias las aguas de mi sangre. Desaparece víbora, te digo. Evapórate por tu rodentoso camino. Wanda: (Al paciente y saliendo de la escena o alejándose de la acción y permanece en silencio y llorando). Cruelmente vuelvo a creer que te amo con mi dicha de aprendiz cuando aun no sé siquiera si sé amarme. Doctor: Bueno, sepa UD. que me estoy cansando. Primero Wanda. Ahora su madre... y los silencios. Sólo tenemos una hora a la semana. Ponga de su parte. Madre: (Al doctor). Vuélvase loco a lo mejor se relaja. Paciente: (Al doctor). Yo pongo de mi parte. Pero estos ojos ven cosas que UD. no. (Señalando al público). Por ejemplo: ¿ve a toda esa gente?. Doctor: (Exaltado). ¿Qué gente?. Voy a tener que duplicarle la dosis para esta semana. Y tómela por favor. Madre: (Al paciente). Verdad lleva este doctor, yo también los veo. Pero, claro está quien tiene la razón. A ver si así de esa te alejas y la lujuria abandonas. Paciente: (Al doctor). Me cree neurótico. Tomaré la medicina. Pero tenga presente que un ventanal enorme se abre en aquel muro... y la gente nos ve. Doctor: Con tal de que tome su medicación, yo me creo lo que sea. Y el estilo de vida es muy importante, debe conocer a más gente. Tomar un poco el aire. Cambiar sus costumbres. Paciente: (Se muestra muy agobiado). Madre: (Al paciente). Y hablando pues, de conocer otra gente: tienes ahora un guía para la mente, sin embargo el espíritu también nos duele. Por tal motivo un cura viene. Paciente: (A la madre e impotente). Más gente...? yo no quiero conocer más gente. Sobre todo si van contra mí. Si me piden explicaciones o nadie más los ve. Doctor: (En tono paternal). No se preocupe. Con nuestras sesiones, pronto dejará de ver gente y con su empeño, juntos lograremos que todo mejore. (Término de la tercera parte). 4ª PARTE (Entra a escena el cura, vestido de tal, pero con cabeza de glande). Cura: (A la madre, muy solemne y moral). Buenas tardes señora. (Al doctor a modo de saludo). Doctor... Paciente: (Interrumpiéndolo grita sobresaltado). Aaaah!. Doctor: (Preocupado). ¿Qué le pasa?. Cura: (A la madre). Y este debe ser su hijo. (Al paciente). Buenas tardes. Paciente: (Muy nervioso). (Al cura). Buenas tardes. (Al doctor). Es un cura!. ¿Dónde está esa medicina? Doctor: (Alarmado). ¿Otra visión? Paciente: Deduzco que tampoco lo ve. Una pastilla doctor, rápido. Doctor: Tranquilícese, por favor. Madre: (Saliendo de la escena). Ahora sin más sólo hay que educar, no descuidar las piernas recias para que corra por las laderas de las montañas de su libertad y pueda reír del mal que cae sin cuestión, irremediable. Cura: (A la madre que ya está fuera de escena). Sueños de gigantes hoy parecen tan grandes, hoy parecen infinitos ...luego quedarán chicos. Paciente: (Temeroso). (Al doctor). Sí, lo intentaré. Doctor: Debe tratar de enfocarse en mí. Olvídese de todo lo demás. Respire hondo... relájese. (Aparece o se acerca a la acción Wanda). Wanda: (Mientras se acerca va diciendo al paciente). Quiero juntar mi cabeza en inverso a la tuya y los labios chocar en rito sagrado. Doctor: (A su vez hace ademanes de querer hipnotizar al paciente). Paciente: (Se desconcentra totalmente y eufórico). ¡Wanda!. Cura: (Interrumpiendo). (Señalando a Wanda). Tú eres la lujuria que camina. ¿Sabrás tú algo de ritos sagrados?. Doctor: (Se sujeta la frente agachando la cabeza). ¿Discuten verdad?. Paciente: (Muy emocionado). ¿Los ve?. Doctor: (Impotente). No, no los veo. Triple dosis... Wanda: (Al cura). Sus ritos poco me importan, y los míos sagrados son. Paciente: (A Wanda y al cura). Callaos! discutid en otra parte. Que estoy en una sesión. Doctor: Ya está UD. harto. A lo mejor todo esto es bueno, si se satura puede haber un gran avance. Cura: (Al paciente). Sobre tu cabeza cual coronilla el orgullo reina y la quietud se consume. Doctor: Ese es el camino que debe seguir. Póngase siempre al mando. Wanda: (Triste). (Al paciente). Y oscuros mis pensamientos se mezclaban, y azules mis sentimientos no existían, creer no puedo vida mía. Tal dureza de tus labios extirpa Paciente: (A Wanda). Estoy muy alterado... perdona. ¡Dame un beso!. Wanda: (Al paciente). Que un beso tan dulce fuera, que derretir el mismo calor pudiera. Pues tal enigma está resuelto, yo simplemente te los ofrezco. (Besa al paciente apasionadamente y se sienta a su lado). Doctor: ¿Se puede saber que hace?. Paciente: (Al doctor). Wanda está a mi lado. Cura: Caen neonatos, y en su bajar: en fetos convertirse los veo, y al tocar suelo: óvulos volviéronse y esperma por las calles. Paciente: (juega nervioso con los dedos de la mano de Wanda). Padre, tenga claro que jamás le pedí que viniera... ¡cállese por favor!. Doctor: Bueno, dígame... su madre, ¿ya no discute con ella?. Paciente: (Al doctor). Se fue hace un momento, cuando llegó el cura. Doctor: Creo que me perdí un poco... bueno volviendo a lo nuestro. Sería muy recomendable que diera paseos por un parque en las mañanas, cuando no hay tráfico. Haciendo ejercicios de respiración. Wanda: (Muy a gusto). (Al paciente). ¿Qué intrincados enigmas encuentras en mis dedos que espulgas y das vueltas sin ningún recelo?. (Concluye con un beso en la frente, muy maternal). Paciente: (Nervioso). (A Wanda). Hoy está siendo un día de mucha agitación. Cura: (Muy excitado). (A Wanda y tocándole la pierna). No te vuelvas como María, que tuvieron que llamarla rayo, a no ser que el alma mía, se quede seca sin engaño, entonces yo te llamaría, para que mojes mi relicario. Doctor: Le daré una pastilla para ello. Paciente: (Enfadado). (Al cura). No voy a permitir tales insultos. ¡Discúlpese!. Doctor: ¿Pero que he hecho? Cura: (Se retuerce y agacha a un lado del diván y muy nervioso, sin mirar al paciente y levantando los brazos). Trato de levantar mis manos de esperanza para atrapar las ideas de Dios. Wanda: (Riendo). Animos cautivos Satanás habla con su ángel de la guarda. Paciente: (Al doctor). Perdone no es por UD. Las pastillas me sentarán muy bien. Doble dosis por favor.