Utilidad del uso de la sangre de cordón umbilical. No es infrecuente encontrar en los medios de comunicación social la noticia, generalmente adobada de elogiosos comentarios, de que se va a intentar producir por fecundación in vitro, un niño, hijo de una pareja que padece una enfermedad hereditaria y tiene ya un hijo enfermo que necesita un trasplante de células madre hematopoyéticas (células de sangre), para intentar poder curar a su hermano enfermo. Pero es menos frecuente que se difunda la noticia de que esto se ha conseguido. En España, el primer niño producido para obtener de él sangre de cordón umbilical para curar a un hermano enfermo, nació en Sevilla hace varios meses (ABC. Alfa y Omega 3-XI-2008), sin embargo, hace un par de años ya se había autorizado por primera vez en nuestro país la producción en el Instituto Valenciano de Infertilidad de tres niños para obtener de ellos el correspondiente material hematopoyético que sirviera para curar a sus hermanos enfermos. De lo que ocurrió posteriormente nada se supo, por lo que es claro que este primer intento había fallado. En efecto, este fallo es acorde con la bajísima eficiencia para conseguir producir bebes medicamento. Para obviar una pesada acumulación de datos, voy únicamente a referirme a los de un reciente trabajo en el que se recogen los resultados de algunas de las más prestigiosas clínicas del mundo que se dedica a este tema. En él se constata que a partir de 1130 embriones humanos sólo se pudieron conseguir 13 niños útiles. Es decir, la eficiencia de la técnica fue del 1,15 % (Ann NY Acad Sci 1054; 223, 2005). Lo que significa que para poder producir un bebé medicamento útil para tratar a su hermano enfermo hay que dejar desechar a 50 embriones, hermanos suyos. Algo que éticamente parece difícil de admitir. Por ello, es una indudable preocupación de la ciencia médica tratar de encontrar alternativas a la producción de estos niños medicamento y sin duda de entre estas alternativas la más eficaz desde un punto de vista clínico es el uso de la sangre de cordón umbilical y consecuentemente la creación de bancos de sangre de este tipo de cordones. Pero ¿es la sangre de cordón umbilical una alternativa real a la producción de bebes medicamento? Para tratar de responder a esta pregunta nos parece de gran interés comentar un artículo que se acaba de publicar (Haematologica 94; 451-454, 2009) firmado por Elian Gluckman y Vanderson Roche, aquella autora del primer trasplante de sangre de cordón umbilical realizado en el mundo, de un hermano para tratar a otro, que padecía anemia de Fanconi, hecho que sucedió en 1998. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en este tipo de trasplantes y grande ha sido el avance clínico conseguido. En efecto, en el momento actual se dispone en el mundo de más de 400.000 unidades de sangre de cordón umbilical dispuestas para ser utilizadas y ya se han practicado más de 20.000 trasplantes, tanto a niños como a adultos. Comentan los autores que la sangre de cordón umbilical “tiene ventajas teóricas debido a la inmadurez de las células de los recién nacidos”, lo que les da mayor tolerancia inmunológica por parte del receptor del trasplante. Pero además, Gluckmam y Rocha citan otras ventajas que transcribimos. 1) Logísticamente el trasplante es más sencillo, especialmente en lo que afecta a la disponibilidad de las unidades de sangre conservadas en los bancos, por lo que la reducción del tiempo necesario para realizar el trasplante puede oscilar entre 25 y 36 días cuando se compara con la sangre de médula ósea; 2) debido a la mayor tolerancia inmunológica las muestras almacenadas pueden ser útiles para un número mayor de pacientes; 3) también debido a ello la incidencia de la grave enfermedad de injerto contra huésped es menor; 4) Igualmente existe menor riesgo de transmitir infecciones por virus latentes; 5) otra importante ventaja es que la muestra se pueda obtener sin sufrimiento alguno por parte del donante; 6) y sin riesgo físico para él y 7) la existencia de mayor frecuencia de haplotipos raros, (un haplotipo es la combinación, en un individuo concreto, de las células de varios genes que están en una región cromosómica específica) en la médula ósea, por lo que es más útil para ser utilizada en etnias específicas. En cuanto a los resultados clínicos parece que, según un reciente estudio europeo en el que se comparan los resultados de utilizar sangre de cordón umbilical y médula ósea de un familiar inmunológicamente idéntico, mostró la sangre de cordón umbilical prendía más fácilmente, disminuía la incidencia de enfermedad de injerto contra huésped, tanto aguda como crónica, y tenía similar supervivencia (N Engl J Med 342; 1846-54, 2000). Este importante estudio animó en ese momento al desarrollo de bancos de sangre de cordón umbilical alogénica (de individuos de la misma especie no emparentados) y a una ulterior evaluación de clínica de su uso. De dichos estudios Gluckman y Roche concluyen: 1) el trasplante de células de sangre de cordón umbilical es útil en los adultos cuando la unidad de sangre de cordón umbilical contiene un elevado número de células y podría ser considerado una opción para los trasplantes alogénicos en pacientes para los que no se ha encontrado una muestra de sangre de médula ósea compatible; 2) el uso de la sangre de cordón umbilical de individuos no relacionados familiarmente ha mostrado esperanzadores resultados, tanto en adultos como en niños, por lo que la búsqueda de una sangre compatible con la del paciente en los bancos de sangre públicos podría iniciarse simultáneamente a la de sangre de médula ósea, especialmente en pacientes con leucemia aguda, donde la necesidad de iniciar un tratamiento rápidamente es crucial. De todo lo anterior se deriva la conveniencia de aumentar el número de bancos de sangre de cordón umbilical existentes. En el momento actual en el mundo hay almacenadas más de 400.000 unidades de sangre de cordón umbilical en 50 bancos de sangre, y según los datos más recientes (Haematologica 94; 536-541, 2009), se estima que para poder atender debidamente a las necesidades clínicas que pudieran surgir, se necesitarían alrededor de 50.000 unidades de sangre de cordón umbilical para una población de 60 millones de habitantes, es decir, superior a la de España. Un aspecto muy importante para mejorar la eficacia clínica de los bancos de sangre de cordón umbilical es, no solamente aumentar el número de unidades almacenadas, sino también en mejorar la calidad de las mismas; si se logra esto, parece ser que el número óptimo de unidades de sangre de cordón umbilical podría ser de alrededor de 9 por 100.000 habitantes. Pero también, para mejorar los resultados clínicos del trasplante de sangre de cordón umbilical sería muy útil utilizar muestras con la mayor similitud inmunológica posible entre donante y paciente (si es posible 6 de 6 antígenos HLA). Esto se puede conseguir aumentando el número de muestras disponibles en los bancos de sangre. A más muestras más facilidad de encontrar la idónea. Otra posibilidad de mejorar los resultados clínicos sería realizar trasplantes dobles de sangre de cordón umbilical (Blood 105; 1343-7, 2005). Finalmente, un aspecto muy importante, según Gluckman y Rocha, es “la posibilidad de utilizar células del cordón umbilical no hematopoyéticas (no de sangre), ya que estas células pueden también crecer y diferenciarse en células de diferentes tejidos: cardíacas, óseas, cartílago, hígado, páncreas, neuronas, músculo, endoteliales, etc., teniendo la ventaja sobre otras fuentes de células madre, tales como las embrionarias o las células iPS, en que pueden obtenerse en cantidad ilimitada, pueden ser utilizadas en trasplantes autólogos (para el mismo individuo) o alogénicos (para otro individuo de la misma especia), necesitan una manipulación técnica mínima y su uso no presenta problemas éticos. Sin embargo, se necesitan más estudios para conocer el potencial de estas para tratar otras enfermedades, como diabetes, artritis, quemaduras, enfermedades neurológicas e infarto de miocardio. Justo Aznar.