000001 - Contraloría General de la República

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00761
21 de enero de 1993
Señor
Lic. Oscar Calderón Fallas
Director General
DIRECCIÓN GENERAL DE PRESUPUESTOS PÚBLICOS
S.O.
Estimado señor:
En su nota No. 14821 (1043-DM-92) del 20 de noviembre de 1992, nos consulta si
es procedente reconocer el salario mínimo legal establecido en los decretos de salarios
mínimos para los profesionales, a aquellos auditores municipales que no reúnen el requisito
de ser contadores públicos autorizados (licenciado con grado académico otorgado o
reconocido por una institución de educación superior nacional), pero nombrados en el cargo
en caso de inopia.
Al respecto nos permitimos indicarle lo siguiente:
De conformidad con lo resuelto por la Procuraduría General de la República, en su
pronunciamiento No. C-139-91 de 14 de agosto de 1991, “...el Contador Privado es un
profesional –aunque no necesariamente de grado universitario- (que debe incorporarse a su
Colegio Profesional) para que pueda ejercer la actividad” posición que este Despacho
comparte pues, aún cuando la persona incorporada al Colegio de Contadores Privados –tal
vez en la mayoría de los casos- no ostenta la condición de haber obtenido un grado
académico universitario o bien, un título reconocido por una universidad nacional, es lo
cierto que goza de la condición de profesional porque ejerce una determinada actividad en
forma habitual, como lo es la contaduría privada, por la que recibe una remuneración
requiriendo para ello, el estar incorporado al colegio profesional respectivo, en este caso, el
Colegio de Contadores Privados de Costa Rica.
Ahora bien, el artículo 5 (capítulo II) de los “Lineamientos generales que deben
observarse en la promulgación del reglamento de organización y funciones de las unidades
de auditoría interna de las entidades y órganos sujetos a la fiscalización de la Contraloría
General de la República”, dispone que los puestos de auditor interno o de subauditor
interno de cualquier entidad u órgano que fiscalice esta Contraloría General, deben ser
ocupados por contadores públicos autorizados “...de conformidad con lo que consigna el
articulo 8º del Reglamento del Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica (Decreto
Ejecutivo No. 13606-E)...”; no obstante, señala que las municipalidades “...en caso de
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inopia de ese profesional, podrán nombrar a personas que no ostenten este título, pero
en todo caso, deberán estar incorporados al Colegio de Contadores Privados...” (El
destacado y subrayado no son del texto).
Por su lado, la Fiscalía del Colegio de Contadores Privados de Costa Rica –cuerpo
que agremia a los profesionales en contaduría privada de nuestro país de conformidad con
la Ley No. 1269, Ley del Colegio de Contadores Privados de Costa Rica, que exige la
colegiatura como requisito indispensable para el ejercicio de esa profesión- al dar respuesta
a una consulta que hiciera la Auditora Interna de la Municipalidad de Coto Brus, ha
indicado que en la sesión No. 17 de la Comisión de Fiscalía, celebrada el día 12 de
noviembre de 1991, se estudió el asunto resolviendo –en lo que interesa al caso- lo
siguiente: “...analizando sus funciones y demás señalamientos descriptivos al puesto de
Auditora Interna en esa Municipalidad, resuelva criterio de que deberán ajustarla al salario
mínimo fijado (...) por el Consejo Nacional de Salarios...” (ver oficio No. FFA-898-91 del
02 de diciembre de 1991).
Ahora bien, en lo que toca a la remuneración salarial, el Decreto No. 21357-TSSMP del 15 de junio de 1992 fija, en el Capítulo VI, el salario mínimo que debe pagársele,
entre otros, a los contadores públicos autorizados, disponiendo que “Este salario rige para
los profesionales que son expresamente contratados como tales o para aquellos que
ocupen puestos tales que, por disposición legal o administrativa, exigen como requisito
ser desempeñados por éstos...”.
Siendo ello así y tomando en cuenta que el Decreto de cita establece que el salario
mínimo previsto en el Capítulo VI para los grados profesionales allí contemplados, lo será
también para aquellos que ocupen puestos por disposición legal o administrativa, exigen
como requisito ser desempeñados por profesionales, como es el caso en análisis, donde el
puesto de auditor municipal debe ser ocupado por un profesional con el grado de contador
público autorizado o bien, existiendo inopia de ese profesional, el cargo puede ser
desempeñado por un contador privado debidamente incorporado al Colegio respectivo,
debemos arribar a la conclusión –tal y como lo hace la Fiscalía del Colegio mencionadoque la remuneración que debe recibir el contador privado que ocupe la plaza de auditor
interno municipal, debe ser acorde con el salario mínimo que se fija para el profesional que
debería desempeñar el puesto, ya que impera una razón de justicia bajo el aforismo jurídico
de que a trabajo igual, salario igual.
Nótese que en la especie nos enfrentamos a un caso de excepción prevista por la
normativa de carácter administrativo que sobre la materia ha dictado la Contraloría
General, que exige el grado de contador público autorizado para el desempeño del cargo de
auditor municipal, requisito que a su vez prevé el Decreto de Salarios Mínimos, como
condición indispensable para autorizar el pago del salario mínimo a quien no teniendo ese
grado ejecute las labores que el cargo le exige y cumpla con las responsabilidades del
mismo.
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Hay que tomar en consideración además, que la excepción que se comenta surge por
la necesidad de que corporaciones municipales muy alejadas de la capital, cuenten con un
profesional en la materia con título universitario, cuestión que en la realidad no se da pues
las plazas de auditores internos, en muchos casos se mantienen vacantes porque los
profesionales graduados en las universidades y que ostentan la condición de ser contadores
públicos autorizados, no se interesan por trasladarse a esos lugares para laborar en las
municipalidades, de ahí que se tuviera que optar por esta solución para que, en caso de
inopia, la corporación municipal pudiera contar con los servicios de una persona con los
conocimientos de contaduría, al menos en la rama privada, pero con la capacidad para
poder ejercer el cargo público, el que, no obstante esa circunstancia, mantiene los deberes y
responsabilidades inherentes a la función a desempeñar tal cual si fuere ejercido por un
contador público, razón por la cual, según nuestro entender, resulta no sólo legal sino de
justicia, que al contador privado que se desempeñe como auditor municipal se le remunere
con el salario mínimo que tocaría devengar al graduado universitario.
Atentamente,
DIRECCION GENERAL DE ASUNTOS JURIDICOS
LIC. ROBERTO GAMBOA CHAVERRI
DIRECTOR GENERAL
ci.
Dirección General de Planificación Interna y Evaluación de Sistemas
Arch. (1) y Ant.
29-DGAJ-93
GAG/llr
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