tlc / temen aumento de los costos agrícolas en colombia

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TLC / TEMEN AUMENTO DE LOS COSTOS AGRÍCOLAS EN COLOMBIA
E.U. enfila baterías para que se patenten plantas y semillas
http://eltiempo.terra.com.co/hist_imp/HISTORICO_IMPRESO/econ_hist/200511-08/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_HIST-2599800.html
Patentar nuevas variedades vegetales, está entre los objetivos estratégicos de
E.U. Hoy comienza la cita de la mesa de propiedad intelectual donde se
negocia el tema.
¿Se comprometerá Colombia a realizar "esfuerzos razonables" para permitir el
patentamiento de plantas, tal como lo pide Estados Unidos en las
negociaciones del Tratado de Libre Comercio (TLC)?
Esa es la pregunta, con una inmensa carga de temor, que se hacen personas
muy cercanas al proceso, cuya mesa de propiedad intelectual inicia hoy sus
reuniones en Washington como antesala a la XIV ronda de negociaciones la
semana próxima.
Lograr que se patenten nuevas variedades de plantas es uno de los objetivos
estratégicos de Estados Unidos en estas negociaciones, en las que también
participan Ecuador y Perú, y que se ha abierto camino en los tratados firmados
con Chile y los países centroamericanos y República Dominicana (Cafta).
Patentar, o ampliar la protección a nuevas variedades vegetales que ya existe
en Colombia y en la Comunidad Andina (CAN), implica aumentar los costos de
producción del sector agropecuario, que tendría que pagar más regalías por el
uso de semillas mejoradas, advierten conocedores del tema como la Sociedad
de Agricultores de Colombia (SAC).
Inclusive, de aceptarse la propuesta estadounidense, a los campesinos se les
prohibiría utilizar (sembrar) semilla de una cosecha con semillas mejoradas,
salvo que estén dispuestos a pagar por dicho uso.
Igualmente, no se podrían realizar investigaciones sobre las nuevas variedades
sin el consentimiento del titular de la planta protegida a no ser que se paguen
regalías por ello.
Hasta ahora, el sector agropecuario colombiano no ha conseguido nada en las
negociaciones con Estados Unidos, tal como lo han reiterado sus dirigentes
gremiales (al estancamiento de la mesa agrícola se le suma el fracaso la
semana pasada de la mesa de medidas sanitarias y fitosanitarias) y aceptado
el mismo Gobierno.
Pero aun si Colombia consigue instrumentos para defender productos
sensibles como arroz, maíz, algodón de las ayudas que reciben los agricultores
estadounidenses, amplios plazos para la eliminación de aranceles y acceso
real al mercado de Estados Unidos, el aumento de la protección a las nuevas
variedades vegetales sería un golpe mortal a la ya maltrecha competitividad
agropecuaria, advierten en círculos cercanos a las negociaciones.
Colombia hace parte de la versión de 1978 de la Convención Internacional para
la Protección de Nuevas Variedades de Plantas (Upov 78), que reconoce y
garantiza los derechos de quienes obtienen nuevas variedades vegetales
(flores, algodón, sorgo, soya, arroz), quienes reciben unas regalías por su uso.
Lo que dicen las normas
Las normas colombianas y andinas prohíben el patentamiento de plantas y no
contemplan protecciones adicionales a la mencionada.
Por esto, los agricultores pueden utilizar semillas obtenidas de la siembra de la
variedad mejorada y los investigadores trabajar sobre estas sin tener que pagar
por ello.
Esto cambiaría radicalmente si Colombia se adhiere a la versión Upov 91,
como lo propone Estados Unidos, que contempla patentes y otras
protecciones, y se compromete a hacer "esfuerzos razonables" para concretar
los cambios en las normas que desemboquen en el cumplimiento de lo
acordado en el TLC, cuya última ronda de negociaciones se prevé que sea la
que comienza el próximo lunes en Washington.
El ministro de Comercio, Jorge Humberto Botero, ha dicho "hasta el
cansancio", según sus propias palabras, que Colombia no patentará seres
vivos, pero miembros del equipo negociador se están inclinando para que el
país haga esos "esfuerzos razonables" que pide la delegación estadounidense
para las nuevas variedades vegetales.
Aprietan a agroquímicos
Estados Unidos también ha pedido que se aumente de cinco a 10 años la
protección a los datos de prueba de los agroquímicos (información sobre la
seguridad y eficacia de estos insumos para el agro).
Si ello queda plasmado en el TLC, como lo sugiere el estado de las discusiones
en la mesa de propiedad intelectual, nuevos agroquímicos genéricos tardarían
10 años para entrar al mercado. Como en el caso de los medicamentos, una
menor competencia puede elevar sus precios y, por lo tanto, los costos de
producción del campo.
A ello se sumaría el incremento hasta del 15 por ciento, según estimaciones de
la SAC, en los costos de producción.
JORGE CORREA C.
Redactor de EL TIEMPO
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