Cultura grecolatina

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Roma
Religión romana
Las religiones primitivas romanas se modificaron tanto por la incorporación de nuevas creencias en épocas
posteriores, como por la asimilación de gran parte de la mitología griega. Así pues, la religión romana se
consolidó antes de que comenzase la tradición literaria, por lo tanto, los primeros escritores romanos que se
ocuparon de ella desconocían sus orígenes en la mayor parte de los casos, tal como el polígrafo del siglo I a.C.
Marco Terencio Varrón. Otros escritores, como el poeta Ovidio en sus Fastos, con una gran influencia de los
modelos alejandrinos, incorporaron creencias griegas para llenar los vacíos de la tradición romana.
La traslación de las cualidades antropomórficas de los dioses griegos a la religión romana y, tal vez aún más,
el predominio de la filosofía griega entre los romanos cultos, produjo su desinterés cada vez mayor por los
viejos ritos, hasta tal punto que en el siglo I a.C. los oficios sacerdotales antiguos prácticamente
desaparecieron.
Muchos hombres cuyo origen patricio los habilitaba para estas tareas no creían en los ritos, y si los
practicaban era por interés político, y la masa del pueblo inculto fue aceptando cada vez más los ritos
extranjeros. Sin embargo, los cargos de pontífice y de augur siguieron siendo cargos políticos codiciados.
Durante el Imperio se hicieron populares y se extendieron mucho numerosos cultos extranjeros, tales como el
de la diosa egipcia Isis y el del a favor persa Mitra, que en algunos aspectos era similar al cristianismo.
A pesar de las persecuciones que se extendieron desde el reinado de Nerón hasta el de Diocleciano, el
cristianismo fue ganando adeptos y se convirtió en una religión oficialmente tolerada en Roma bajo
Constantino el Grande, quien gobernó como único emperador desde 324 hasta 337.
Todos los cultos paganos se prohibieron en 392 por un edicto del emperador Teodosio I.
Dioses del pueblo romano
El ritual romano distingue claramente dos clases de dioses, los di indigetes y los di novensides o novensiles.
Los indigetes eran los dioses nacionales protectores del Estado y los títulos de los primeros sacerdotes, así
como las festividades fijas del calendario, indicaban sus nombres y naturaleza; treinta de esos dioses eran
venerados en festivales especiales. Los novensides fueron divinidades posteriores cuyos cultos se introdujeron
ya en el periodo histórico. Las primeras divinidades romanas incluían, además de los di indigetes, una serie de
dioses, cada uno de los cuales protegía una actividad humana y cuyo nombre se invocaba a favor se ejecutaba
dicha actividad, la cosecha, por ejemplo.
Fragmentos de un viejo ritual que acompañaba actos tales como arar o sembrar revelan que en cada fase de la
operación se invocaba una divinidad diferente, cuyo nombre derivaba regularmente del verbo correspondiente
a la acción que se realizaba. Esas divinidades pueden agruparse bajo el término general de dioses auxiliares o
subalternos, a quienes se invocaba junto con las divinidades mayores.
El primitivo culto romano no era tanto politeísta como polidemonista: adoración a los seres invocados por sus
nombres y funciones, y el numen o poder de cada divinidad se manifestaba de maneras muy especializadas.
El carácter de los indigetes y sus festivales muestran que el primitivo pueblo romano no era sólo una
comunidad agrícola sino que también practicaba la lucha y la guerra. Los dioses representaban claramente las
necesidades prácticas de la vida cotidiana, tales como las sentía la comunidad romana a la cual ellos
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pertenecían. Estaban escrupulosamente acordados los ritos y las ofrendas que se consideraban adecuadas.
Así, por ejemplo, Jano y Vesta guardaban las puertas y el hogar, los lares protegían el campo y la casa, Pales,
los ganados, Saturno, la siembra, Ceres, el crecimiento de los cereales, Pomona, los frutos, y Consus y Ops,
las cosechas. Hasta el majestuoso Júpiter, el soberano de los dioses, era venerado por la ayuda que sus lluvias
podían dar a las granjas y a los viñedos. En un sentido más amplio se le consideraba como el que tenía el
poder sobre el rayo, era el encargado de regir la actividad humana y, dado su poder omnímodo, protegía a los
romanos en sus actividades militares en las fronteras de su propia comunidad. En los primeros tiempos
sobresalían los dioses Marte y Quirino, a menudo identificados entre sí. Marte era un A favor protector de los
jóvenes y de sus actividades, especialmente de la guerra; se lo honraba en marzo y en octubre. Los modernos
investigadores piensan que Quirino era el patrono de la comunidad armada en tiempo de paz.
A la cabeza del panteón más antiguo estaba la tríada formada por Júpiter, Marte y Quirino (cuyos tres
sacerdotes, o flamines, pertenecían a la jerarquía más alta), y Jano y Vesta. Estos dioses tenían en los primeros
tiempos una individualidad poco definida, y sus historias personales carecían de bodas y genealogías. A
diferencia de la mitología griega, no se consideraba que los dioses actuaran como los mortales, por lo que no
existen muchos relatos de sus actividades.
Este culto, más antiguo, se asociaba con Numa Pompilio, el segundo rey legendario de Roma, cuya consorte y
consejera, según se creía, era la diosa romana de las fuentes y de los partos, Egeria. Sin embargo, se añadieron
nuevos elementos en una fecha relativamente temprana. La leyenda asignaba a la casa real de los Tarquinos el
establecimiento de la gran tríada capitolina: Júpiter, Juno y Minerva, quienes poseían el lugar supremo en la
religión romana.
Otras incorporaciones fueron el culto de Diana en el Monte Aventino y la introducción de los Libros Sibilinos,
profecías sobre la historia del mundo que, según la leyenda, obtuvo Tarquino a finales del siglo VI a.C. de la
Sibila de Cumas.
Festividades religiosas
El calendario religioso romano reflejaba la hospitalidad de Roma ante los cultos y divinidades de los
territorios conquistados.
Originalmente eran pocas las festividades religiosas romanas. Algunas de las más antiguas sobrevivieron hasta
finales del imperio pagano, preservando la memoria de la fertilidad y los ritos propiciatorios de un primitivo
pueblo agrícola. Sin embargo se introdujeron nuevas festividades que señalaron la naturalización de los
nuevos dioses.
Llegaron a incorporarse tantas fiestas que los días festivos eran más numerosos que los de trabajo. Entre las
festividades religiosas romanas más importantes figuraban las saturnales, las Lupercales, las Equiria y los
Juegos Seculares.
Bajo el Imperio, las saturnales se celebraban durante siete días, del 17 al 23 de diciembre, durante el periodo
en el que comienza el solsticio de invierno. Toda la actividad económica se suspendía, los esclavos quedaban
transitoriamente libres, había intercambio de regalos y predominaba un ambiente de alegría. Las Lupercales
era una antigua fiesta en la que originalmente se honraba a Luperco, un a favor pastoril de los ítalos.
La festividad se celebraba el 15 de febrero en la gruta del Lupercal en el monte Palatino, donde se suponía que
una loba había amamantado a los legendarios fundadores de Roma, los gemelos Rómulo y Remo. Entre las
leyendas romanas vinculadas con ellos se encuentra la de Fáustulo, el pastor que se suponía que había
descubierto a los niños en la guarida de la loba y los había llevado a su casa, donde los crió su mujer Aca
Larentia.
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Las Equiria, festival en honor de Marte, se celebraban el 27 de febrero y el 14 de marzo, tradicionalmente la
época del año en la que se preparaban nuevas campañas militares. En el Campo de Marte se hacían carreras de
caballos que definían claramente la celebración.
Los Juegos Seculares, que incluían tanto espectáculos atléticos como sacrificios, se realizaban a intervalos
regulares, tradicionalmente sólo una vez en cada saeculum, o siglo, para señalar el comienzo de uno nuevo. La
tradición, no obstante, no siempre se respetaba.
Templos romanos
La arquitectura de los templos romanos, así como su número total, también refleja la receptividad de la ciudad
a todas las religiones del mundo conocido. El templo de Isis y Serapis en el Campo de Marte, construido con
estilo y materiales egipcios para albergar el culto helenizado de la deidad egipcia Isis, es representativo de la
heterogeneidad de los monumentos religiosos romanos.
Los templos de Roma más dignos de mención eran el templo de Júpiter Capitolino y el Panteón. El templo de
Júpiter Capitolino, en el monte Capitolino, estaba dedicado en el 509 a.C. a Júpiter, Juno y Minerva.
Construido originalmente en estilo etrusco, fue reconstruido o restaurado varias veces bajo el imperio y
destruido finalmente por los vándalos en el 455 d.C.
El Panteón fue construido desde el 117 al 138 d.C. por el emperador Adriano y dedicado a todos los dioses;
este edificio reemplazaba a un templo más pequeño que había construido Marco Agripa. El Panteón se
convirtió en iglesia cristiana en el 607 es ahora un monumento nacional
Arte romana
Conjunto de manifestaciones artísticas desarrolladas en la antigua Roma y su Imperio, que en su periodo de
máximo apogeo se extendieron desde las islas Británicas hasta el mar Caspio. El arte romano más primitivo
comenzó con el derrocamiento de los reyes etruscos y el establecimiento de la República el año 510 a.C.
Se considera que el final del arte romano, y por consiguiente el inicio del arte medieval, llegó con la
conversión del emperador Constantino I el Grande al cristianismo y con el traslado de la capital del Imperio
desde Roma a Constantinopla en el año 330. Sin embargo, el estilo romano e incluso sus temáticas paganas
continuaron representándose durante siglos, a menudo bajo la impronta cristiana.
El arte romano se divide tradicionalmente en dos periodos: el arte de la Roma republicana y el de la Roma
imperial (desde el año 27 a.C. en adelante), con subdivisiones correspondientes a los emperadores más
importantes o a las diferentes dinastías.
En la época de la República, el término romano se aplica casi únicamente al arte realizado en la ciudad de
Roma, que conserva la huella de su pasado etrusco.
Poco a poco, el arte se liberó de su herencia etrusca, gracias a la expansión a través de la península Itálica y el
Mediterráneo y a medida que los romanos asimilaron otras culturas como la griega.
Durante los dos últimos siglos antes del nacimiento de Cristo surgió una manera típicamente romana de
construir edificios, realizar esculturas y pintar. Sin embargo, debido a la extraordinaria extensión geográfica
del Imperio romano y a sus diversos pobladores, el arte y la arquitectura romanas fueron siempre eclécticas y
se caracterizaron por emplear distintos estilos atribuibles a los gustos regionales y a las preferencias de sus
mecenas.
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El arte romano no es sólo el arte de los emperadores, senadores y patricios, sino también el de todos los
habitantes del vasto Imperio, incluyendo a la clase media de los hombres de negocios, los libertos o plebeyos,
esclavos y legionarios de Italia y sus provincias. A pesar de que subsisten una gran cantidad de ejemplos
escultóricos, pictóricos, arquitectónicos y decorativos, conocemos pocos nombres de sus artistas y arquitectos.
En general, los monumentos romanos se realizaron para glorificar a sus mecenas más que para expresar la
sensibilidad artística de sus creadores.
Arquitectura romana
La típica ciudad colonial romana del periodo final de la República y del pleno Imperio tuvo una planta
rectangular similar a la de los campamentos militares romanos con dos calles principales como el cardo (de
norte a sur) y como el decumano (de este a oeste) una cuadrícula de pequeñas calles que dividen la ciudad en
manzanas y un perímetro amurallado con puertas de acceso.
Las ciudades anteriores a la adopción de este tipo de planificación, como la propia Roma, conservaron el
esquema laberíntico de calles sinuosas.
El punto focal era el foro, por lo general situado en el centro de la ciudad, en la intersección del cardo y el
decumano. Este espacio abierto, rodeado de tiendas, funcionó como el lugar de reunión de los ciudadanos
romanos. Fue además el emplazamiento de los principales edificios religiosos y cívicos, entre ellos el Senado,
la oficina de registro y la basílica, que consistía en una gran sala cubierta, flanqueada por naves laterales, con
frecuencia de dos o más pisos.
En las basílicas romanas se celebraban las transacciones comerciales y los procesos judiciales, pero este
edificio se adaptó en tiempos cristianos, convirtiéndose en la tipología de iglesia occidental con un ábside y un
altar al final de la nave mayor. Las primeras basílicas se levantaron a comienzos del siglo II a.C. en el propio
foro romano, pero es en Pompeya donde se encuentran los ejemplos de basílicas más antiguas y mejor
conservadas (c. 120 a.C.).
El templo principal de las ciudades romanas, el capitolio, estaba por lo general localizado en un extremo del
foro.
El templo romano fue el resultado de una combinación de elementos griegos y etruscos: planta rectangular,
tejado a dos aguas, vestíbulo profundo con columnas exentas y una escalera en la fachada dando acceso a su
alto podio o plinto. Los romanos conservaron los tradicionales órdenes o cánones griegos, pero inventaron
otros dos: el hoscazo, una especie de orden dórico sin estrías en el fuste, y el compuesto, con un capitel creado
a partir de la mezcla de elementos jónicos y corintios.
La Maison Carrée de la ciudad francesa de Nimes es un ejemplo excelente de la tipología templaria romana.
Los templos romanos no se levantaron únicamente en el foro, sino que aparecen también a lo largo de toda la
ciudad y en el campo. Uno de los ejemplos posteriores más influyentes fue el Panteón de Roma, que consistió
en el habitual vestíbulo o pórtico hipóstilo cubierto a dos aguas, seguido por un espacio cilíndrico cubierto por
una cúpula, sustituyendo la tradicional cella o habitación principal rectangular.
Los templos rotondos, más simples, como el construido hacia el 75 a.C. en Tívoli, cerca de Roma, basados en
prototipos griegos de cellas circulares perípteras, fueron también populares.
Los edificios lúdicos y las tiendas estaban diseminados por toda la ciudad de Roma. Generalmente las tiendas
eran unidades de una habitación (taberna) abiertas a las aceras. Muchas muestras, incluyendo las que
asociaban el molino con la panadería, se conservan aún en Pompeya y en otros lugares. A veces, se construyó
un complejo unificado de tiendas, como los mercados de Trajano en la colina del Quirinal en Roma, que
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incorporaban numerosos locales comerciales en diferentes niveles y grandes vestíbulos abovedados de dos
pisos.
Los teatros: romanos aparecieron por primera vez al final del periodo republicano. Constaban de un alto
escenario junto a un foso semicircular y un área circundante de asientos dispuestos en gradas. A diferencia de
los teatros griegos, situados en pendientes naturales, los teatros romanos se construyeron sobre una estructura
de pilares y bóvedas y de esta manera pudieron ubicarse en el corazón de las ciudades. Los teatros fueron
populares en todos los lugares del Imperio.
Podemos encontrar ejemplos impresionantes en Orange y en abrtah. Los teatros de Itálica y de Mérida
fueron realizados en tiempos de Augusto y de Agripa, respectivamente. El segundo de ellos, aunque presenta
diferentes fases constructivas, destaca por su pórtico a modo de gran fachada trasera del escenario del siglo I
d.C. y por su orchestra semicircular.
Anfiteatros: Los anfiteatros tenían planta elíptica con una pista (arena) central, donde se celebraban combates
entre gladiadores y animales, y un graderío alrededor similar al de los teatros. El anfiteatro más antiguo
conocido es el de Pompeya y el más grande es el Coliseo de Roma, que podía albergar a unos 50.000
espectadores sentados, más o menos la capacidad actual de los estadios deportivos. En la Hispania romana
destacan los anfiteatros de Mérida, Tarragona e Itálica. También se construyeron circos o hipódromos en las
ciudades más importantes; la piazza Navona de Roma ocupa el lugar de un circo que fue construido durante el
reinado de Domiciano.
Obras publicas: Entre los diversos proyectos de construcciones públicas de los romanos, la red de puentes y
calzadas que facilitaron la comunicación a través de todo el Imperio y los acueductos que traían el agua a las
ciudades desde los manantiales cercanos, son los más extraordinarios.
El puente de Alcántara sobre el río Tajo, puede ser considerado como una gran obra de ingeniería, gracias a la
combinación del arco y la bóveda. Fue construido por el arquitecto Lacer en tiempos de Trajano y llevaba
asociados un arco de triunfo y un templo. Aún se yergue el famoso acueducto de Segovia.
Está formado por dos series de arquerías, superpuestas en dos niveles por robustos pilares de granito. Su
cometido radicaba en surtir y proveer a la ciudad del agua necesaria. Fue construido en el siglo I d.C.
Debemos destacar también los acueductos de los Milagros y de San Lázaro en Emerita Augusta.
Materiales y métodos de construcción
El principal material de construcción romano a partir del periodo republicano, fue el sillar de piedra de
cantería local, utilizado junto con vigas de madera, tejas y baldosas cerámicas.
La piedra elegida variaba desde la toba y el travertino del centro de Italia al brillante mármol blanco
importado de Grecia y Asia Menor o, en tiempos de Julio César, desde Luna y los mármoles policromos
traídos desde las canteras de todo el mundo antiguo.
A menudo se utilizaron finas placas de mármol como revestimiento para cubrir las paredes construidas de
sillería o sillarejo ligado con mortero.
Los mármoles dieron esplendor a las construcciones romanas, al igual que a los edificios griegos anteriores,
pero la argamasa, material equiparable al hormigón actual inventado por los romanos, les permitió levantar
edificios imposibles de construir con el anterior sistema de estructuras adinteladas.
El opus caementicium romano era una amalgama de piedras informes, cal y puzolana volcánica, que
suministró a los arquitectos romanos los medios para cubrir espacios enormes con grandes arcos y bóvedas, y
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liberar al diseño arquitectónico de los modelos rectilíneos que se usaron en la arquitectura griega.
Las cubiertas concrecionadas hicieron posible la construcción de los grandes anfiteatros y baños del mundo
romano, así como la cúpula del Panteón y algunos santuarios espectaculares en las colinas, como el de
Fortuna Primigenia en Palestrina, Italia.
Debido a que los muros y cubiertas estaban hechos con moldes, los arquitectos comenzaron a experimentar
con configuraciones irregulares que proporcionaban un cierto dramatismo al interior de los edificios. Aunque
la argamasa romana podía ser revestida con gran variedad de materiales, el ladrillo fue el más popular durante
el Imperio.
Retratos pintados romanos
En el periodo de la Roma imperial, los retratos pintados están tipificados por unas tablas que han aparecido en
diferentes lugares de Egipto. Estas pinturas, tradicionalmente denominadas retratos del Fayum, por la región
al norte de Egipto donde fueron descubiertas, están realizadas con la técnica de la encáustica, un método que
disuelve los pigmentos en cera fundida. Estas tablas son los únicos retratos que se conservan en cierto número
y aunque se trata de trabajos provincianos, muestran el alto nivel de los pintores romanos. Estas pinturas
reflejan los gustos imperantes del momento y suministran una visión de la evolución del retrato durante el
periodo imperial.
Se conserva un retrato imperial pintado que representa a Lucio Septimio Severo, su mujer Julia Domna y sus
hijos Caracalla y Geta. La cabeza de Geta fue borrada después de su condena oficial.
Pintura mural: La pintura mural, en cambio, está bien documentada, sobre todo en Pompeya y en las otras
ciudades que fueron enterradas en el año 79 d.C. por la erupción del volcán Vesubio. Se distinguen cuatro
etapas denominadas estilos pompeyanos.
El primer estilo, popular aproximadamente entre los años 120 y 80 a.C., se basa en la decoración griega de
interiores y a veces se denomina como estilo de las incrustaciones porque sus pinturas sobre el yeso se
utilizaron para imitar el aspecto de los muros de mármol pulidos.
Los pintores que trabajaron en el segundo estilo o estilo arquitectónico, desde el 80 al 15 a.C., intentaron crear
por medio de la perspectiva una ilusión espacial que se prolongaba más allá de la superficie mural. Las
columnatas, los jardines, los escenarios teatrales y los templos circulares fueron motivos usuales. Hoy se
pueden encontrar extensas series de frescos del segundo estilo en Pompeya, en una magnífica villa excavada
recientemente cerca de Oplontis y en otros lugares. La casa de Augusto en la colina del Palatino en Roma
estaba decorada en este elegante estilo.
El tercer estilo u ornamental, datado desde el 15 a.C. hasta el 63 d.C. es una pintura delicada en la que el
ilusionismo del segundo estilo se suprimió a favor de arabescos lineales sobre fondos monocromos. Las
habitaciones más hermosas pintadas en el tercer estilo se conservan en la villa de Agripa Postumo en
Boscotrecase.
El cuarto estilo o estilo intrincado, desarrollado entre el 63 al 79 d.C., antes de la erupción del Vesubio, es el
estilo último y más complejo. Los motivos arquitectónicos fueron de nuevo populares, pero no de acuerdo con
una perspectiva lógica, sino con estructuras fantásticas e imposibles de construir, como las de la casa de los
Vetti en Pompeya. En los estilos tercero y cuarto la parte central de los murales está pintada al estilo de las
tablas, mostrando temas mitológicos, aunque también se conocen ejemplos de vida cotidiana y retratos.
El arte y la arquitectura de Roma marcaron una profunda impronta no sólo en el arte posterior de la edad
media sino también en los periodos renacentista y barroco, e incluso en gran parte del arte contemporáneo que
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muestra algunos rasgos heredados del pasado romano.
Literatura
La literatura romana se modeló a partir de la literatura griega y sirvió a su vez como referencia básica,
especialmente en el renacimiento, para el desarrollo de las literaturas europeas posteriores. Por su estrecha
dependencia formal de los modelos griegos, los escritores latinos ensalzaron las cualidades específicas de la
cultura romana y, lo que es más importante, casi todos los escritores romanos contribuyeron con sus escritos a
la misión civilizadora de Roma en el mundo.
Los logros más importantes de la literatura latina se encuentran en la poesía épica y lírica, en la retórica, la
historia, el drama cómico y la sátira, género literario que los romanos inventaron.
Grecia
Religión griega
La religión griega que todos los helenos compartían: el santuario de Delfos fue el mayor y más respetado.
En torno a la religión, los griegos también tenían cuatro festivales nacionales, llamados juegos (los olímpicos,
los ístmicos, los pitios y nemeos). Los Juegos Olímpicos eran tan importantes que muchos griegos remontan
sus cálculos históricos a la Primera Olimpiada (el periodo de cuatro años entre la celebración de los Juegos
Olímpicos) celebrada en el año 776 a.C.
Elacionada con la religión, en origen al menos, estaba la Liga de Anfictionía, organización de tribus helenas
que se creó para la protección y administración de los santuarios.
Dioses del pueblo griego
Los griegos creían que los dioses habían elegido el monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia,
como su residencia. En el Olimpo, los dioses formaban una sociedad organizada en términos de autoridad y
poderes, se movían con total libertad y formaban tres grupos que controlaban sendos poderes: el cielo o
firmamento, el mar y la tierra. Los doce dioses principales, habitualmente llamados Olímpicos, eran Zeus,
Hera, Hefesto, Atenea, Apolo, Ártemis, Ares, Afrodita, Hestia, Hermes, Deméter y Poseidón.
Zeus era el dios supremo, padre espiritual de los dioses y de los hombres. Su mujer, Hera, era la reina de los
cielos y la guardiana del matrimonio. Otros dioses asociados con los cielos eran Hefesto, dios del fuego y de
los herreros, Atenea, diosa de la sabiduría y de la guerra, y Apolo, dios de la luz, la poesía y la música.
Ártemis, diosa de la fauna y de la luna, Ares, dios de la guerra y Afrodita, diosa del amor, eran otros dioses
del firmamento. Quienes los reunían eran Hestia, diosa del hogar, y Hermes, mensajero de los dioses y
soberano de la ciencia y la invención.
Poseidón era el soberano del mar y, junto con su mujer Anfitrite, guiaba a un grupo de dioses marinos menos
importantes, tales como las nereidas y los tritones. Deméter, la diosa de la agricultura, estaba vinculada a la
tierra. Hades, un dios importante pero generalmente no considerado un olímpico, regía el mundo subterráneo,
donde vivía su mujer, Perséfone. El submundo era un lugar oscuro y lúgubre situado en el centro de la tierra.
Lo poblaban las almas de las personas que habían muerto.
Culto y creencias
La mitología griega acentuaba el contraste entre la debilidad de los seres humanos y los grandes y aterradores
poderes de la naturaleza. Por lo tanto, el pueblo griego reconocía que sus vidas dependían completamente de
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la voluntad de los dioses. En general, las relaciones entre los seres humanos y los dioses se consideraban
amistosas. Pero los dioses aplicaban severos castigos a los mortales que revelaban una conducta inaceptable,
tal como la soberbia complaciente, la ambición extrema y hasta la excesiva prosperidad.
La mitología griega estaba ligada a todos los aspectos de la vida humana. Cada ciudad estaba consagrada a un
dios particular o grupo de dioses, a quienes los ciudadanos solían construir templos dedicados al culto.
Regularmente honraban a los dioses en festivales, supervisados por los altos funcionarios. En los festivales y
otras reuniones oficiales, los poetas recitaban o cantaban significativas leyendas e historias. Muchos griegos
conocían a los dioses a través de la palabra de los poetas.
Aunque en Grecia no había una organización religiosa oficial, por lo común se veneraban ciertos lugares
sagrados. Delfos, por ejemplo, era un sitio sagrado dedicado a Apolo. El templo construido en Delfos incluía
un oráculo, o adivino, a quien valerosos viajeros consultaban sobre su futuro. Un grupo de sacerdotes, que
representaban a cada uno de estos lugares sagrados y que podían ser además funcionarios de la comunidad,
interpretaban las palabras de los dioses, pero no poseían ningún poder especial. Aparte de sus plegarias, los
griegos solían ofrecer sacrificios de animales domésticos a los dioses, por lo común cabras.
Arte y arquitectura griega
El arte griego se caracterizó por la representación naturalista de la figura humana, no sólo en el aspecto
formal, sino también en la manera de expresar el movimiento y las emociones. El cuerpo humano, tanto en las
representaciones de dioses como en las de seres humanos, se convirtió así en el motivo fundamental del arte
griego, asociado a los mitos, la literatura y la vida cotidiana.
Se conservan pocos ejemplos intactos o en su estado original de la arquitectura y escultura monumental, y en
el ámbito pictórico no se conocen grandes ciclos decorativos. Sin embargo, se conservan importantes piezas
de cerámica, monedas, joyas y gemas que, junto con las pinturas funerarias etruscas, nos ofrecen algunas
pistas sobre las características del arte griego. Estos restos se complementan con relatos extraídos de fuentes
literarias. Algunos viajeros, como el romano Plinio el Viejo o el historiador y geógrafo griego Pausanias,
vieron in situ muchos de los objetos artísticos que se conservan hoy día deteriorados o en mal estado, y sus
relatos ofrecen una valiosa información acerca de algunos artistas y sus principales obras.
La función principal de la arquitectura, la pintura y la escultura monumental hasta aproximadamente el año
320 a.C., fue de carácter público, ocupándose de asuntos religiosos y de la conmemoración de los
acontecimientos civiles más importantes, como las competiciones atléticas. Los ciudadanos sólo utilizaron las
artes plásticas para la decoración de sus tumbas. Sin embargo, las artes decorativas se dedicaron sobre todo a
la producción de objetos de uso privado. El ajuar doméstico contenía un gran número de vasijas de terracota
pintadas, con elegantes acabados, y las familias más ricas eran propietarias de vasijas de bronce y espejos.
Muchos objetos realizados en terracota y bronce incorporaron pequeñas figurillas y bajorrelieves.
Los arquitectos griegos construyeron la mayoría de sus edificios en mármol o piedra caliza, y utilizaban la
madera y las tejas para las techumbres. Los escultores labraron el mármol y la caliza, modelaron la arcilla y
fundieron sus obras en bronce. Las grandes estatuas votivas se forjaban con planchas de este metal o se
recubrían de láminas de oro y marfil que se aplicaba sobre una estructura interna de madera. Algunas veces se
realizaban por separado las cabezas o los brazos extendidos, que posteriormente se unían al torso. La escultura
en piedra y en arcilla se pintaba total o parcialmente con pigmentos brillantes. Los artistas griegos empleaban
colores al agua para pintar grandes murales o decorar vasijas. Los ceramistas modelaban las piezas en tornos
de alfarero y cuando se secaban las pulían, pintaban y cocían.
Arquitectura: Los griegos, conocedores de los templos en piedra de los egipcios, comenzaron en el siglo VII
a.C. a construir sus propios templos con un estilo personal y distintivo. Utilizaron la piedra caliza en el sur de
Italia y Sicilia, el mármol en las islas griegas y en Asia Menor, y la caliza revestida con mármol en el
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continente. Más tarde, emplearon principalmente el mármol. El templo tipo era de planta rectangular elevado
sobre una pequeña base escalonada llamada crepidoma y estaba situado en un recinto donde se llevaban a
cabo las ceremonias rituales. Los templos pequeños presentaban un frente porticado con dos columnas (in
antis), a veces con otra fila de columnas delante del mismo (próstilo). Los templos más grandes, con pórticos
en ambos extremos (anfipróstilos), podían tener un vestíbulo de seis columnas antes de cada uno de sus
pórticos, o estar totalmente rodeados por un peristilo. La columnata sostenía un entablamento, o dintel, bajo
un tejado a dos aguas.
El arte griego se divide normalmente en periodos artísticos que reflejan sus cambios estilísticos, los cuales son
los siguientes:
1) periodos geométrico y orientalizante: Las vasijas del periodo geométrico se decoraban con bandas de
meandros y otros motivos geométricos, de ahí su denominación. El estilo de la cerámica decorada se modificó
aproximadamente en el siglo VII a.C., debido a la creciente colonización griega del Mediterráneo y al
comercio con los fenicios y otros pueblos orientales.
2) periodo arcaico: se hicieron con el mármol y la piedra caliza que abundaban en Grecia. Los templos
albergaban imágenes de los dioses y estaban decorados con esculturas y pinturas. Esta última experimentó
también un gran desarrollo en la decoración de vasijas, que fueron importantes objetos de comercio.
El periodo arcaico se subdivide en tres partes que son:
2−1) La escultura.
2−2) La arquitectura.
2−3) Las vasijas decoradas.
3) periodo clásico: Después de la victoria griega sobre los persas, la necesidad de reparar la devastación de la
guerra generó una gran actividad artística tanto en arquitectura como en escultura.
El periodo clásico se subdivide en tres partes que son:
3−1) La arquitectura.
3−2) La escultura.
3−3) La pintura.
4) periodo helenístico: La arquitectura y la escultura de Atenas alcanzaron entonces una perfección
raramente igualada.
El periodo helenístico se subdivide en dos partes que son:
4−1) La arquitectura.
4−2) La escultura.
Literatura griega
Literatura de los pueblos de habla griega desde finales del segundo milenio a.C. hasta la actualidad. Se
desarrolló como expresión nacional con escasas influencias exteriores hasta el periodo helenístico y tuvo un
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efecto formativo en toda la literatura europea posterior.
La literatura griega se subdivide en tres partes que son:
1) Periodo primitivo: Los escritos del periodo primitivo de la literatura griega son, casi en su totalidad, textos
en verso.
El periodo primitivo se subdivide en partes que son:
1−1) Poesía épica: Literatura oral compuesta en su mayor parte por canciones que hablaban de las guerras, las
cosechas y los ritos funerarios. Algunos fragmentos de los cantos de los aedos dedicados a los héroes
prefiguraban la poesía épica. Su máximo representante fue Homero.
1−2) Poesía lírica: procede de canciones acompañadas de la lira, y en la antigua Grecia había dos tipos
principales, la personal y la coral.
La lírica personal se desarrolló en la isla de Lesbos. El poeta y músico Terpandro está considerado como el
primer poeta lírico griego porque fue el que antes compuso música y poesía.
1−3) Otras formas: Otro género que se desarrolló en el siglo VI a.C. fue un tipo de poema filosófico
relacionado con la épica y escrito por filósofos griegos como Empédocles, Jenófanes y Parménides. Los
primeros textos en prosa que han llegado hasta nuestros días datan de finales del siglo V a.C.; los más
interesantes, sin ninguna duda, son los dedicados a la medicina atribuidos al médico Hipócrates.
2) Periodo ático: El drama se desarrolló en Atenas durante el siglo VI a.C. En su forma primitiva, consistió
en un coro de hombres que cantaban y bailaban odas corales. Más tarde, se añadió un actor que dialogaba con
el coro.
Este periodo se subdivide en cinco partes que son:
2−1) La tragedia: La tragedia, tal y como hoy se la conoce, se cree que fue creada en el siglo VI a.C. por el
poeta ateniense Esquilo, que introdujo el papel de un segundo actor, aparte del coro. Sus tragedias, cerca de
90, versan sobre temas tan excelsos como la divinidad y las relaciones de los seres humanos con los dioses. El
segundo de los grandes trágicos griegos fue Sófocles.
2−2) La comedia: La comedia griega posterior se divide en dos grupos, la comedia media y la comedia nueva.
En la media, ejemplificada por las dos últimas obras de Aristófanes, La asamblea de las mujeres y Pluto. En la
comedia nueva, la sátira se sustituye por la comedia social, con tramas y personajes cotidianos y familiares, y
temas de amor romántico.
2−3) La historia: primer historiador griego, Heródoto, escribió una crónica de las guerras persas, apreciada
por su rica información sobre la Grecia antigua, así como por su estilo sugestivo.
2−4) La oratoria: La prosa ática alcanzó su máxima expresión en las obras de los oradores atenienses. Antifón,
profesor de retórica, es uno de los primeros cuyas obras se conservan. El orador Lisias empleó un estilo
sencillo y directo, desprovisto de recursos retóricos. Se cree que escribió un discurso para que Sócrates lo
utilizara en su proceso.
2−5) La filosofía: Los dos principales escritores de filosofía del periodo ático fueron Platón y Aristóteles.
Platón desarrolló ciertos aspectos de la filosofía de Sócrates y expresó, en forma de diálogos escritos. Los
Diálogos de Platón no sólo son grandes obras filosóficas, sino también obras maestras de la literatura, llenas
de poesía y dramatismo. El estilo de su prosa es uno de los más clarividentes y bellos de la literatura griega.
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3) Periodo helenístico: Tras las conquistas de Alejandro III el Magno en el siglo IV a.C., la cultura griega se
expandió por un amplio imperio. La más destacada entre las muchas escuelas de literatura que se crearon y la
mayor biblioteca de la antigüedad se localizaron en la ciudad de Alejandría, en Egipto.
Este periodo se subdivide en dos partes que son:
3−1) La poesía: Una de las más admirables poéticas alejandrinas pertenece a Calímaco de Cirene, director de
una escuela en Alejandría y su principal bibliotecario.
El poeta siciliano Teócrito, que escribió la mayor parte de su obra en Alejandría y que está considerado por
muchos críticos como el más grande de los poetas alejandrinos, escribió Idilios, una serie de poemas
pastorales que fueron imitados por sus sucesores, como Bión de Esmirna, entre cuyos poemas conservados se
encuentra el famoso Lamento por Adonis, y el poeta también siciliano Mosco, que escribió el poema épico
Europa y composiciones pastorales.
3−2) La prosa: Posiblemente, la obra más importante del periodo helenístico fue realizada por sabios,
científicos y eruditos, en particular por el médico Herófilo, el anatomista Erasístrato, los astrónomos Hiparco
de Nicea, Claudio Tolomeo y Aristarco de Samos y el matemático, astrónomo y geógrafo Eratóstenes, que
midió la circunferencia de la Tierra.
Conclusión
En conclusión puedo decir que...
La cultura, como toda creación humana, aporta al desarrollo de las sociedades elementos básicos que reflejan
su estado de evolución. En el caso de Grecia y Roma, la cultura está estrechamente relacionada con las
creencias religiosas, lo que se manifiesta principalmente por su arte, la arquitectura y la literatura. La
civilización griega y romana marca en gran medida el nacimiento de la cultura occidental en la Historia
Universal.
Los griegos crearon a través del tiempo una serie de elementos que permitieron el desarrollo de una
civilización clásica. Uno de los más notables aspectos del arte helénico es el paralelismo entre las tendencias
estéticas de un grupo humano en un momento de su historia y las aspiraciones permanentes del hombre. Los
artistas atenienses del siglo v A.C. consiguieron crear un arte majestuoso y familiar, en el que tuvo gran
desarrollo la arquitectura que seguía ordenes de estilo.
Por otro lado, los romanos tuvieron mayor originalidad en la arquitectura, pues trataron de aplicar el valor
estético de los griegos en obras prácticas, de utilidad, rescatando los tres órdenes arquitectónicos que se
usaron para construir tanto columnas como edificios. En este sentido, se puede decir que ellos fueron más
ingenieros que arquitectos, ya que se dedicaron a levantar obras públicas, como los acueductos, los arcos de
triunfo y las columnas que conmemoraban las victorias militares, los teatros y anfiteatros, destinado al uso de
todos los habitantes del Imperio.
¿Cuál fue la importancia de la cultura grecolatina?
La cultura grecolatina fue el gran legado que nos ha dejado la antigüedad para el resto del mundo, por
ejemplo:
−El idioma, el latín fue modificado a través del tiempo para transformarse en lo que es hoy en día nuestro
idioma llamado lengua castellana.
− La literatura, son clásicos, ya que representan un contexto histórico para el mundo. En nuestros tiempos se
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siguen estudiando y lo seguirán haciendo ya que marcaron un hito muy importante en la historia del mundo.
−El arte es muy influyente en nuestra cultura, ya que existen muchos cánones de su cultura, pues en la
actualidad, en lo que respecta a la arquitectura, aun se utiliza el sistema de columnas asemejando lo que es el
panteón humano.
Índice
−Introducción.
−Cultura de Roma.
−Cultura de Grecia.
−Conclusión
−Bibliografía.
Bibliografía
−Historia Universal Salvat (Grecia y Roma) tomo 4
−Historia Universal Salvat (Grecia y Roma) tomo 5
−club.telepolis.com/pastranec
−Enciclopedia Encarta 2005
−www.phpwebquest.org/wq/cultura_romana
Introducción
El objetivo de este trabajo es entender el concepto de las culturas de Roma y Grecia en palabras simples para
un mejor entendimiento.
La cultura grecolatina se entiende como el nacimiento de la actual cultura del mundo,
ya que ésta es la base de nuestro idioma, de la literatura, del arte, de la arquitectura, etc.
En este trabajo encontraremos detalles sobre la cultura grecolatina como:
• La religión.
• La arquitectura.
• El arte.
• Los dioses.
• Su literatura.
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