LA IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA EN LA EDUCACIÓN Familiares de todos los estudiantes, autoridades académicas y alumnado presente en este acto, permitidme en primer lugar mostrar mi agradecimiento hacia los alumnos por haberme designado como su PADRINO en esta promoción. No soy nada amigo de actos protocolarios y soy poco dado a los discursos, así que me vais a perdonar si enfoco esta disertación como si de una clase de sociología se tratase. Una de esas que vengo impartiendo desde hace más de diez años en esta Escuela, a la que llegué de la mano de un profesor que me dijo una vez “una de las cosas más importantes a la hora de impartir docencia es creer en lo que explicas y transmitir ese entusiasmo al alumnado”. Lo he intentado a lo largo de los diferentes cursos y quiero pensar que algunas veces lo he conseguido. Eso mismo me he planteado a la hora de escribir este ensayo, hablar sobre el futuro de los diplomados y diplomadas que se hayan aquí hoy, y hacerlo usando algo que ellos me han oído mencionar en clase, e incluso han tenido que hablar sobre ello en los exámenes, LA IMAGINACIÓN SOCIOLÓGICA. Este término acuñado por Mills el siglo pasado, nos pide que seamos capaces de pensar distanciándonos de las rutinas familiares de nuestra vida cotidiana para poder verlas como si fueran algo nuevo. Esto es lo que voy a hacer en esta conferencia con la Educación. Vamos a imaginarnos a nuestros diplomados ejerciendo su profesión dentro de unos pocos años. Para ello no vamos a hacer caso de las dificultades que tienen los universitarios en este país y más en concreto en Castilla y León para acceder a su primer puesto de trabajo. Tampoco vamos a tener en cuenta las dificultades de los educadores sociales para ser reconocidos como tales en las ofertas de trabajo. Por supuesto no vamos a lamentarnos de la escasa valoración social que tiene el título de maestro en este país, ni del desconocimiento general acerca de lo que es un educador social. La imaginación sociológica nos pide que seamos capaces de librarnos de la inmediatez de las circunstancias personales para poner las cosas en un contexto más amplio y eso es lo que vamos a hacer. El maestro y el educador social del siglo XXI, es decir, el que hoy se diploma en este acto académico, es una persona comprometida con su tarea, es un profesional competente que conoce su campo de trabajo, ya sea la enseñanza infantil o primaria o los diferentes ámbitos de la educación social. A lo largo de estos tres años de estancia en la Escuela Universitaria de Educación han obtenido un bagaje suficiente en las diversas materias que han tenido que cursar para desempeñar su profesión con total competencia. El profesorado de Didáctica, Pedagogía, Psicología, Educación Física, Lengua Extranjera, Sociología y un largo etcétera han transmitido sus conocimientos a estos jóvenes que están, como decía aquel anuncio, “sobradamente preparados”. Estos jóvenes son de la generación del 80, la de la movida, la del Mundial 82, naranjito y Maradona, la de Suárez y Felipe González, la del 23-F y Rumasa, Espinete y el Un, dos, tres; acontecimientos sociales y políticos que marcaron a sus padres pero que a ellos le suenan a veces demasiado lejanos. Ellos están más cercanos al rap y el hip-hop, a Barcelona 92,cobi y Ronaldo, a Aznar y Zapatero, al Prestige e Irak, a Los Lunnies y Gran Hermano; estos van a ser sus referentes dentro de algunos años, cuando seguramente estén aquí sentados viendo cómo se gradúan sus hijos: “cuán largo me lo fiáis” que dirían los clásicos. Son la última generación que podrá contar lo que era vivir sin móvil. Las relaciones sociales de los jóvenes tienen un antes y un después del SMS o mensajes cortos de los móviles. También son la última generación que podrá contar que la vida tenía sentido sin conexión a Internet y que hubo un tiempo en que se podía jugar en la calle sin ningún tipo de peligro o alarma social por asuntos de inseguridad ciudadana. Pero volvamos a estos jóvenes en sus puestos de trabajo y vamos a intentar imaginar algunas cuestiones que es posible sucedan en un futuro no muy lejano. Una primera cuestión será: ¿Cómo será la educación? ¿seguirán existiendo los libros de texto? Diversos autores hablan de un nuevo lenguaje: el lenguaje de las pantallas; los niños del futuro crecerán pegados a una pantalla, ya sea la del televisor (LCD o plasma, ya no existirán las de tubo catódico, algo difícil de entender para los que vivimos como un acontecimiento extraordinario la llegada de la tele en color), la de la videoconsola (PS4 o siguientes), la del móvil (más un pequeño ordenadorcámara de fotos-reproductor mp3, que junto con la navaja suiza multifunciones de toda la vida, van a ser los dos utensilios que resuman nuestra civilización en los hallazgos arqueológicos de dentro de millones de años) o la del ordenador (no me atrevo a imaginar como serán los del futuro pero estarán casi con seguridad implantados en algún lugar y a lo peor de nuestro cuerpo y hasta aquí puedo leer, como diría Mayra). Los coches vendrán todos con su pantalla GPS de serie y circularán y aparcarán guiados por cámaras. Los electrodomésticos tendrán sus pantallas táctiles para facilitar su manejo y un largo etcétera que seguro no podemos ni imaginarnos. En esta tesitura, habrá que cambiar los planteamientos educativos en el aula y en la calle y serán nuestros diplomados los encargados de liderar esas transformaciones sociales vinculadas a la nueva era audiovisual. Para ello en esta Escuela se han iniciado en el trabajo con recursos informáticos como el Aula Virtual y han navegado por la Red en busca de información para diferentes asignaturas. Como dice el sociólogo Manuel Castells estamos en “la Galaxia Internet” y las 3 www, las .com y la arroba forman parte ya de sus vidas. Una segunda cuestión se nos plantea con las transformaciones en las estructuras familiares, que están modificando hábitos sociales y personales. Todos hemos asumido que la familia “tradicional” es una especie en vías de extinción que solamente se reúne en acontecimientos puntuales (BBCE, bodas, bautizos, comuniones y entierros). Legisladas las parejas homosexuales, asumidas con normalidad en nuestra sociedad las uniones temporales y las adopciones internacionales, el futuro nos deparará nuevas estructuras familiares para las que nuestros diplomados ya se han preparado con numerosas investigaciones y acalorados debates en diversas asignaturas, no exentos de contenidos morales, teológicos y filosóficos. Todo ello para seguir de cerca la evolución de nuestra sociedad, y para educar a las descendientes de estas nuevas familias. Una tercera cuestión es el fenómeno de la inmigración (nunca el problema). El alumnado, en diferentes asignaturas, ha conocido las fuentes de llegada de inmigrantes más allá de lo que percibimos a través de los medios de comunicación. Hemos hablado de la inmigración de los países del Este a través de la frontera con Francia, hemos comentado sobre la llegada de latinoamericanos a través de Barajas y por supuesto hemos analizado la inmigración subsahariana a través del estrecho y de las Islas Canarias. Todo para llegar a la conclusión que son nuestros diplomados la generación que va a transformar la relación con estos inmigrantes, de los que mayoritariamente opinamos que son una fuente de riqueza cultural, social y económica para nuestra región y nuestro país. Son estos diplomados los que van a desarrollar plenamente la interculturalidad con todos estos ciudadanos de la Aldea Global, más allá de terminologías como Unión Europea, Tercer Mundo y similares que lo único que hacen es colocar barreras entre los pueblos. Finalmente, estos diplomados trabajarán en igualdad de condiciones entre hombres y mujeres, con igualdad de salarios. Podrán conciliar la vida familiar y profesional, tendrán acceso a una vivienda digna con un precio razonable, abogarán por un desarrollo sostenible del planeta con el uso de energías alternativas, serán solidarios con otros pueblos y vivirán una época de paz a nivel mundial con el respeto a todas las ideologías, religiones y culturas. Hasta aquí el ejercicio de Imaginación Sociológica en la Educación. En vuestras manos, recientes diplomados, está que todo este discurso sean imaginaciones mías o una realidad en un futuro cercano. Que os vaya bien a todos y muchas gracias.