La Educación Bilingüe

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La Educación Bilingüe
El bilingüismo es la habilidad de una persona de usar en forma indistinta dos
lenguas. El hablante bilingüe es aquél que tiene el control del hablante nativo de dos o
más lenguas. Como resultado de los movimientos migratorios, un gran número de
hablantes de la misma lengua se ubica en diferentes poblaciones, y con el paso del
tiempo, estos grupos de inmigrantes crecen en número e influencia en estas sociedades
multiculturales. Como consecuencia, a medida que estos grupos se multiplican en
cantidad y los años de asentamiento transcurren, estos inmigrantes fortalecen el respeto a
su propio idioma y cultura, lo que a su vez causa que el país de acogida de estos
inmigrantes valore y respete su lengua, tradiciones, y cultura. Éste es el caso de los
hispanohablantes en los Estados Unidos, con la diferencia de que dicha aceptación está
teniendo resistencia.
La lengua española ha estado en los Estados Unidos desde el siglo XVI, y es
considerada como el idioma más común después del inglés. Además, los Estados Unidos
son considerados como la tercera comunidad de habla hispana más grande del mundo,
después de Méjico y España. Según el censo oficial del año 2006, hay 44.321.038
millones de hispanohablantes en los Estados Unidos, lo que equivale al 14,8% de la
población total. La influencia de los hispanos y la lengua española en los Estados Unidos
es tan notoria que la primera constitución de California aprobó que las leyes, decretos,
regulaciones, y provisiones que emanen de cualquiera de los tres Poderes Supremos del
Estado, sean publicados en inglés y español. De igual manera, el inglés y el español son
los idiomas oficiales en Nuevo México, y en Texas el inglés es utilizado
convencionalmente, pero el estado no tiene ninguna lengua oficial.
Miles de familias inmigrantes, en particular familias de habla hispana, vienen a
los Estados Unidos sin el conocimiento del idioma nacional del país de acogida, y
consecuentemente los hijos de estas familias inmigrantes entran a la escuela sin hablar el
inglés. Por años, las escuelas públicas de los Estados Unidos han provisto programas de
educación bilingüe para estudiantes no eficaces en el habla del idioma inglés,
especialmente para estudiantes de habla hispana. El Departamento de Educación de los
Estados Unidos define la educación bilingüe como un programa educacional para
estudiantes con limitación en el inglés. Estos programas involucran la enseñanza de todas
las materias en dos idiomas. En el caso de los hispanos, dicha instrucción se imparte tanto
en español como en inglés, y se utilizan varios modelos de enseñanza-aprendizaje,
predominando el método natural de Stephen Krashen, quien es un reconocido profesor de
la Universidad de Southern California. Krashen es además un reconocido lingüístico,
activista, y gran contribuidor a la educación bilingüe. A Krashen se le atribuye la
introducción de valiosos conceptos y términos en el estudio de la adquisición de un
segundo idioma. Krashen es miembro de la Asociación Nacional para la Educación
Bilingüe, y fue elegido como miembro ejecutivo en el año 2005. El propósito básico de la
educación bilingüe es lograr que todos los estudiantes reciban y asimilen el mismo nivel
de instrucción, y como resultado, todos los estudiantes satisfagan los requerimientos
académicos impuestos por las autoridades educativas y/o las leyes vigentes.
Debido a las limitaciones en la competencia lingüística, por lo general, los
estudiantes de habla hispana no tienen la misma oportunidad que los estudiantes de habla
inglesa de tener éxito y alcanzar las mismas metas educativas si la instrucción educativa
es totalmente en el idioma inglés. De igual manera, estos estudiantes no pueden tener un
desarrollo social adecuado fuera de la escuela y consecuentemente son privados de tener
una participación completa en la comunidad y en general en la sociedad. Además, la falta
de dominio del idioma del país de acogida dificulta la completa asimilación al medio y
las posibilidades de interactuar con anglohablantes se ven limitadas, por lo tanto, las
perspectivas de poder avanzar en una carrera ser tornan difícil.
Existen diferentes programas de educación bilingüe en los Estados Unidos. Uno
de estos programas es el Programa Tradicional de Educación Bilingüe, el cual involucra
la educación del estudiante en el idioma español por un período no mayor de tres años.
De esta manera, se asegura que el estudiante no se atrase en las áreas básicas de
matemáticas, ciencias, y estudios sociales, al tiempo que aprende inglés. La meta de este
programa es de ayudar a los estudiantes a hacer una transición del español al inglés más
fácil y productiva, pues así el estudiante aprende inglés al mismo tiempo que mantiene el
aprendizaje de las materias básicas en su idioma. Además, existen metodologías o
programas de educación bilingüe que en diferentes maneras y combinando varios factores
obtienen la meta final, que es el educar a los estudiantes de habla hispana al tiempo que
aprenden el idioma inglés.
La educación bilingüe en los Estados Unidos fue implementada en el año 1968 a
partir de la aprobación de la ley de Educación Primaria y Secundaria. A través de esta
ley, el congreso ordenó la educación bilingüe con el propósito de darles a los inmigrantes
acceso a la educación en su lengua nativa. Luego, en 1974, la corte suprema decidió que
las escuelas del estado de California violaron los derechos de los estudiantes inmigrantes
al educarlos sin acomodaciones especiales. En conjunto, estas dos decisiones declararon
que las escuelas necesitan por lo menos proveer servicios especiales de ayuda a los
estudiantes que no hablan el idioma inglés, y en consecuencia, los programas de
educación bilingüe florecieron en los Estados Unidos.
Los impulsores de la práctica de la educación bilingüe en los 50 estados abogan
por estos programas pues consideran que ayudan a los estudiantes de habla hispana a
mantenerse a la par con los estudiantes de habla inglesa en las materias básicas. Por el
contrario, oponentes de los programas de educación bilingüe opinan que el mantener a los
estudiantes recibiendo docencia en español retrasa el proceso de aprendizaje del idioma
inglés, lo que a su vez retrasa el aprendizaje de otras materias también. A pesar de los
pros y contra de los programas de educación bilingüe en los Estados Unidos, dichos
programas han sido ofrecidos a los estudiantes de habla hispana. De todos los estados,
California ha sido uno de los estados en los que ha habido más debates a favor y en
contra de la educación bilingüe debido a la gran cantidad de inmigrantes que habita en
ese estado.
Pero recientemente, en el año 2001, la educación bilingüe fue puesta en peligro de
ser abolida con la aprobación de la ley No Child Left Behind. El Congreso Americano
aprobó esta ley que no ofrece apoyo alguno al aprendizaje de lenguas nativas, sino que,
por el contrario, hace hincapié en el aprendizaje de la lengua ingles solamente, y además
ordena a que todos los estudiantes sean sometidos a exámenes anuales. Dichos exámenes
son impartidos en inglés y son una forma de medir el rendimiento académico de los
estudiantes. Bajo esta ley, las escuelas y distritos escolares son responsables por dicho
rendimiento académico, y son penalizados si no cumplen con los promedios y metas
impuestas. Estas pruebas anuales son llamadas Standardized Tests. En el estado de
Pennylvania, las escuelas públicas están obligadas a administrar el Pennsylvania System
of School Assessment (PSSA) cada año. Estos exámenes son preparados básicamente
para y por personas de clase media y de habla inglés—las preguntas de estos exámenes
representan la cultura de esta clase social—por lo que los estudiantes hispanohablantes no
tienen un buen desenvolvimiento en estas pruebas. Esto trae como consecuencia que los
promedios de rendimiento académico en dichas escuelas sea bajo, y por lo tanto sean
penalizadas perdiendo fondos económicos o siendo puestas en acciones correctivas.
Recientemente varias escuelas del condado de Bucks County—Neshaminy,
Pennsbury, Bristol, y Council Rock South, entre otras—fueron puestas en acciones
correctivas ya que no cumplieron con las metas exigidas por la ley No Child Left Behind.
Estas escuelas no alcanzaron lo que es llamado el progreso adecuado anual, el cual se
basa en los resultados de las pruebas del PSSA. Como parte de las acciones correctivas,
estas escuelas deberán implementar programas de tutorías para ayudar a los estudiantes
cuyas calificaciones fueron muy bajas, a mejorar sus habilidades y conocimientos en las
materias de ingles y matemáticas. De esta manera, estos estudiantes obtendrán mejores
calificaciones en exámenes futuros evitando así consecuencias negativas para estas
escuelas. Por temor a ser penalizados o puestos en acciones correctivas, muchas escuelas
y distritos escolares se han visto forzados a disfrazar los resultados de estas pruebas
anuales, de tal forma que el bajo rendimiento de los estudiantes de habla hispana (y otras
minorías) no impacte negativamente los resultados de dichos exámenes.
La aprobación de la ley No Child Left Behind en el año 2001 desencadenó una
campaña nacional en contra de la educación bilingüe. En cierto modo, el hecho de que la
ley no provea fondos para la educación bilingüe, dio fuerza a los opositores de los
programas para desarrollar una serie de medidas con miras a la abolición de la educación
bilingüe. Por ejemplo, en Colorado, la enmienda 31 fue propuesta para abolir la
educación bilingüe en el estado, pero fue rechazada en las urnas electorales. Pero en
Massachussets en Noviembre del 2002, el 70 por ciento de los votantes aprobó un
referéndum similar. La iniciativa de este referéndum aprobó el reemplazo del programa
de educación bilingüe con un programa de un año de inmersión. Con esta iniciativa se
aprobaron medidas contra los profesores que hablasen otra lengua en el aula de clases, y
además este ataque de racismo fue mas allá de los limites ya que los contra inmigrantes
atacaron también a las uniones de trabajadores de la educación.
Ya anteriormente, en el año 2000, Arizona había aprobado la proposición 203
eliminando la educación bilingüe en todas las escuelas públicas del estado. Se asegura
que este referéndum, así como el de la proposición 227 del Estado de California, y otros
atentados contra la educación bilingüe, han sido financiados en gran parte por Ron Unz,
un millonario que está en contra de la educación bilingüe. La proposición 227 del estado
de California ordena que la educación en las escuelas públicas del estado sea únicamente
impartida en inglés. Esta controversial legislación provee solo un año de programa
intensivo de inversión, período en el cual los estudiantes de habla hispana tendrán que
demostrar fluidez en el inglés. Cabe mencionar que esta proposición provee fondos de
cincuenta millones de dólares por año por un período de diez años, para proveer
instrucción del idioma ingles a los niños en las comunidades a través de programas de
tutoría.
De acuerdo con datos proveídos por el departamento de educación en el año 2001,
el número de estudiantes en las escuelas públicas creció en más de ocho millones entre
los años 1981 y 2001, cifra que se ha multiplicado en los últimos 6 años. Este mismo
informe indica que 8.6 millones de estudiantes entre la edad de 5 y 17 años son la primera
generación de inmigrantes. Como se puede observar, el porcentaje de estudiantes de
habla hispana en las escuelas públicas del país es inmenso, y a pesar de los esfuerzos de
las políticas antiinmigrantes de cerrarles las puertas de la educación y el progreso a estos
millones de estudiantes, aun les queda mucho por hacer para lograrlo. Un factor muy
importante acerca de las ventajas de hablar dos o más idiomas que los opositores a la
educación bilingüe no toman en cuenta, es el hecho de que ha sido demostrado a través
de varios estudios que los estudiantes que hablan varios idiomas desarrollan más sus
habilidades mentales y aprenden mas fácil y rápido que los que solo hablan una sola
lengua. Además, los beneficios de tener fluidez en dos o más lenguas van más allá del
simple hecho de hablar dichos idiomas. Esto es porque la estructura e ideas presentadas
son asimiladas en dos idiomas diferentes obligando a los estudiantes a pensar de forma
más compleja, trayendo como consecuencia el crecimiento de las neuronas cerebrales y
un mayor desarrollo mental.
Las campañas y movimientos contra la educación bilingüe se multiplicaron y
tomaron fuerza con la aprobación de la ley de No Child Left Befind. Pero en cierto modo,
esta ley fue la excusa para los antiinmigrantes para atacar de manera abierta a los
inmigrantes, especialmente a los hispanos en los Estados Unidos. Para millones de niños
de habla hispana, la educación bilingüe hizo una gran diferencia entre el éxito y el fracaso
de estos estudiantes. Pero en la actualidad, los servicios de ayuda a estudiantes de habla
hispana han sido reducidos de manera alarmante. El ataque a la educación bilingüe se ha
convertido en una fiera destructora que refleja la ignorancia de los oponentes a estos
programas, quienes no tienen conciencia de la importancia de estos programas y de las
consecuencias que a largo plazo traerá el recorte o abolición de los mismos. Los
oponentes a la educación bilingüe ignoran el hecho de que estos programas proveen
educación a estas minorías—que de hecho ya son una gran mayoría—que los ayuda a
tener conocimientos y oportunidades iguales a las de los estudiantes de habla inglesa.
Pero estas campañas y movimientos antiinmigrantes no se han quedado sin
respuesta por parte de los millones de hispanos en los Estados Unidos. Protestas
nacionales han sido organizadas y llevadas a cabo. Por ejemplo, en Denver, Colorado, los
estudiantes y padres marcharon en Octubre del 2002 como protesta a la proposición de la
enmienda 31. De igual manera en Massachussets, el hecho de que el referéndum contra la
educación bilingüe fuera aprobado en las urnas no ha determinado el cese de las protestas
contra esta y otras acciones antiinmigrantes.
El crecimiento del número de inmigrantes en los Estados Unidos ha creado una
histeria antiinmigrante. Este fenómeno se puede comparar a lo que pasó en los años 1920
cuando el número de inmigrantes creció de manera exuberante, creando ataques y
vigilancia en las fronteras. Los antiinmigrantes y oponentes de la educación bilingüe
temen al hecho de que los Estados Unidos se esté convirtiendo en una sociedad
multicultural, y tienen la errada idea de que el idioma inglés no será la lengua dominante
en el país con el paso del tiempo. Pero ellos están completamente errados en sus ideas, y
su visión antiinmigrante no les deja ver más allá de sus narices. El idioma ingles es y será
siendo el principal y el más hablado en los Estados Unidos, y es tanto así, que las
escuelas de clases de inglés están abarrotadas de inmigrantes deseosos de hablar el
idioma. Además, el idioma inglés es el idioma predominante internacionalmente,
reflejando el dominio que los Estados Unidos ejercen sobre la gran mayoría de los países
del resto del mundo. También, los Estados Unidos ejercen un fuerte dominio económico
de manera internacional, lo que es una prueba de que el idioma inglés no será
reemplazado por el español, sino que en realidad, los Estados Unidos se están
convirtiendo en una sociedad de diversidad lingüística. Lo que los antiinmigrantes
racistas temen no es real, es solo que el crecimiento de la población hispana ha traído
consigo que esta minoría se este convirtiendo en una mayoría, y tenga que hoy en día el
poder de darle valor a su lengua y cultura.
Una gran mayoría de estudiantes hispanohablantes (y otras minorías) no presentan
buen rendimiento en las pruebas de inteligencia, como el IQ test, así como en las pruebas
estandarizadas, por ejemplo los PSSA, IOWA, y COGAT. Los resultados de bajas
calificaciones en estas pruebas no indican que estos estudiantes sean menos inteligentes o
que su rendimiento académico sea bajo. La razón detrás de estas bajas calificaciones es
que estos exámenes están escritos y basados en la cultura y lenguaje del americano
blanco de clase media. Esto pone en desventaja a los estudiantes hispanos ya que ellos no
responden adecuadamente a estos cuestionarios. Consecuentemente, esto crea una
injustificada imagen de inferioridad de los estudiantes hispanos, ya que los resultados de
los exámenes no indican que estén menos capacitados que los estadounidenses blancos,
sino que por el contrario son discriminados al suministrarles un examen creado con
desventajas desde un principio.
Los cabecillas de la abolición de los programas bilingües han sido comparados
con el famoso racista líder alemán Adolfo Hitler, no con el propósito de calificarlos como
nazistas, sino como una analogía entre acontecimientos acaecidos en ese entonces y la
problemática que hoy en día viven los inmigrantes en los Estados Unidos. Los
abolicionistas ven en el bilingüismo un peligro social debido al crecimiento del lenguaje
de una minoría. Pero mas que voces pasivas, los abolicionistas persiguen una meta muy
sólida: una enmienda a la constitución de los Estados Unidos declarando el idioma inglés
como el idioma oficial, y la afirmación de unidad y herencia nacional a través de la
lengua inglés. Críticos de este movimiento lo han catalogado de nacionalístico y
xenófogo—miedo irrazonable a los inmigrantes—y los acusan de usar la oposición a la
educación bilingüe como un velo a su agenda racista que pone en peligro los derechos de
esta minoría.
Además, hay una similitud aterrorizante entre la época en la que los Nazis
tomaron el poder y el movimiento racista en contra de los hispanohablantes en los
Estados Unidos. La razón detrás de esta afirmación es que lengua y cultura política
jugaron un papel muy importante en Alemania en aquellos tiempos, y su ideología es
muy similar en estructura y contexto a la de los abolicionistas del bilingüismo en los
estados unidos. Por ejemplo, Hitler dividió a los habitantes en tres clases: los
ciudadanos, los sujetos, y los inmigrantes. Los inmigrantes eran considerados la clase
inferior que no era lo suficientemente educada para ser un patriótico nacionalista. El
sujeto era el nacido en Alemania pero que no era un miembro productivo de la
comunidad nacional, y aun no juramentados como miembros del estado. Luego de ser
juramentados, estos se convertían en ciudadanos. Los ciudadanos a su vez componían la
cima de jerarquía social, constituyendo la clase privilegiada.
De igual manera los abolicionistas del bilingüismo en los Estados Unidos
visualizan una estructura paralela a la de Hitler. Los residentes de los Estados Unidos son
divididos en tres grupos: los ciudadanos americanos, los inmigrantes, y los inmigrantes
ilegales. Estos últimos constituyen la clase mas baja de la jerarquía social. Siguiendo la
clasificación de Hitler, estos ilegales no son considerados miembros de la comunidad
nacional, y consecuentemente están desposeídos de todo tipo de derechos. El inmigrante
legal va a la par con el sujeto de la clasificación de Hitler. Son ciudadanos de segunda
clase que forman parte de la comunidad nacional, pero que aun no han sido juramentados,
lo que les otorga beneficios sociales limitados. Luego, en la plataforma más alta de la
jerarquía están los ciudadanos americanos, y el bienestar de los mismos es la
preocupación primaria del estado. Claro que estas conexiones no son hechas para acusar a
los antibilinguismo de nacistas, sino para hacer notar que el carril que separa a nuestra
sociedad de la ideología Nazi es muy estrecho, y que ciertos aspectos del movimiento
“solo inglés” son reflexiones espeluznantes de la ideología fascista. Como puede verse,
los abolicionistas del bilingüismo abogan por una legislación oficial del idioma ingles, y
argumentan que el bilingüismo es un factor divisivo que atenta contra la unidad nacional.
Pero los iniciadores, seguidores, y defensores del antibilinguismo pecan de
ignorantes por un sin número de razones. Su negatividad no les deja ver y aceptar la gran
realidad de que los inmigrantes hispanos, como la minoría mas grande y creciente de los
Estados Unidos, y consecuentemente el idioma español, ya son parte arraigadas de la
cultura norteamericana. Consecuentemente, el recorte y abolición de los programas de
educación bilingüe en nuestras escuelas atenta contra la salud económica y social de los
Estados Unidos, ya que los estudiantes de habla hispana que no son exitosos en la escuela
y que tienen un bajo rendimiento académico debido a las limitaciones del lenguaje, a la
larga, terminan dejando la escuela. Las estadísticas muestran que una gran mayoría de los
estudiantes hispanohablantes no se gradúan de la escuela superior, y de los que lo hacen,
solo un porcentaje continúan los estudios superiores, asistiendo a la universidad u
obteniendo cierto grado de educación superior.
Consecuentemente, esta parte de la población hispana no tiene acceso a trabajos
bien remunerados y con el paso del tiempo terminan, o continúan en la pobreza. Esa
cadena continua, ya que los hijos de estas familias siguen los mismos caminos que sus
padres. La pobreza de estas familias trae consigo el vandalismo, tráfico de drogas (como
un medio de hacer dinero fácil), prostitución, más pobreza, y tragedia social. Es por eso
que las medidas, leyes, y movimientos en contra de la educación bilingüe en nuestras
escuelas ponen en peligro a la sociedad americana en su totalidad. Por otro lado, el
movimiento antibilingue no solo ataca la educación bilingüe, sino que es una forma de
ataque directo a los inmigrantes. Los niños de hoy son los hombres del mañana, y si les
cerramos las puertas de la educación a los inmigrantes les estamos cerrando las puertas al
futuro de nuestra sociedad.
En conclusión, la familia hispana, legal o ilegal, es parte intrínseca de la sociedad
americana y solo ayudándoles se puede contribuir a un mañana mejor. La familia es la
base de la sociedad, así como la educación es la base de la economía. Educando mejor a
las familias que componen nuestra sociedad, americanos o inmigrantes, legales o ilegales,
se puede asegurar una economía más fuerte y una sociedad más sana. Los estudiantes de
habla hispana son parte de la sociedad, y como tal, parte del futuro de la nación.
Consecuentemente, es el deber de todo aquel conciente ciudadano hacer uso del derecho
al voto que se le ha otorgado y respaldar a los hispanos rechazando legislaciones de
recorte de programas de ayuda a los estudiantes de habla hispana. De igual modo, se
deben apoyar los movimientos de solidaridad con los hispanos, su lengua y su cultura, y
expresar las voces de rechazo a los movimientos que atenten contra la seguridad
económica y social de los Estados Unidos.
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