Aprender a manejar la energía sanadora

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APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
Este cuadernillo pretende resumir toda la información que recibí desde que comencé a
estudiar control mental y metafísica en 1994 hasta hoy, después de mi viaje a India en
diciembre 2010, oportunidad de mi segundo encuentro con mi maestro yogui y médico Dr.
Jamuna Mishra de la ciudad de Khajuraho.
La intención es crear una guía de apoyo para nuestras mentes occidentales que todavía
necesitan una explicación racional para comprender fenómenos que son esencialmente
intuitivos De ningún modo es suficiente para alcanzar los resultados que la práctica logra.
Sin embargo, puede despertar el interés de quienes no conocen el tema y ordenar los
conocimientos de quienes ya iniciaron una búsqueda.
Recorrí todos los caminos que se me presentaron ante mi inquietud de conocer qué es esto
de “la energía” y finalmente encontré en la práctica del yoga y la meditación la certidumbre
que necesitaba.
En este momento de transición que atraviesa la humanidad, espero poder colaborar para
que otros también encuentren su propia certidumbre y calmen así la ansiedad y el miedo
que produce el desconocimiento.
Comencé mi búsqueda por el camino de la ciencia, tratando de explicar lo que aprendía en
la clase de metafísica con el lenguaje que me era más familiar.
Hoy he comprendido que además de esas explicaciones, es necesaria la guía de un
Maestro para despertar al maestro interior, ya que la información racional que procesamos
es limitada y bloquea aquélla que no comprende o la desestima.
Hace falta el contacto energético para captar información más sutil que llega por vía
inconsciente. Hace falta el deseo consciente de esa búsqueda. Y entonces el Maestro
aparece, entendiendo por Maestro cualquier persona o situación que nos “despierte”.
Todas las vidas son sorprendentes y cada una merece contar su historia. No es eso lo que
quiero hacer, pero la mayor parte de la información de este apunte proviene de mi propia
experiencia. Por eso tal vez esto parezca un relato autobiográfico.
Por otro lado, mi formación no es académica y no podría escribir un tratado científico
aunque muchos datos provienen de esos estudios.
Hay tantos libros que explican cómo manejar la energía que sería tedioso comenzar a
describir todos y cada uno de los detalles propuestos en esas publicaciones.
Para eso, pueden ustedes remitirse a la bibliografía que agrego al final.
Algunas personas se contentan con el hecho “sobrenatural” en sí como fenómeno mágico y
no quieren saber de ninguna explicación. Para ellos, la práctica de la meditación o de yoga
es suficiente ya que el conocimiento de por sí se revela.
Para quienes todavía dudan de sus percepciones comparto este material. Espero que lo
disfruten y les resulte útil.
A todos, gracias.
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
PARA COMENZAR…es necesario:
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Confiar en la sabiduría de la vida
Enfrentar el miedo a lo desconocido
Aprender a ver todo desde muchos puntos de vista diferentes
Conocerse a uno mismo
No olvidar que CREER equivale a CREAR
En el siglo pasado (1940-50) los científicos estudiaban los fenómenos de la luz, electricidad
y electromagnetismo porque los conocimientos de esa época no explicaban su
funcionamiento.
Las investigaciones condujeron a la formulación de las nuevas teorías que estimularon
importantes descubrimientos (Teorías de la Relatividad de Einstein, Teoría de la Mecánica
Cuántica) que cambiaron el paradigma o modelo científico en vigencia.
Poco a poco esas nuevas ideas se trasladaron al campo tecnológico y finalmente las vimos
aplicadas en la vida cotidiana, donde las asimilamos como usuarios.
Por otro lado, hubo un acercamiento entre la cultura occidental y la cultura oriental.
Conceptos que antes ni siquiera comprendíamos están ahora incorporados en nuestras
expresiones diarias e inclusive se produjeron cambios en nuestras costumbres que ya se
hacen visibles.
De hecho, estamos tratando de “¡aprender a manejar la energía!”
Lo cierto es que lo que los científicos descubrieron, coincide con lo que ya sabían los sabios
de las culturas más antiguas, conocimientos que no habían adquirido por ningún método
científico sino por la iluminación, es decir la comprensión de lo que se llama la verdad, las
enseñanzas dictadas a los Maestros a través de la meditación o la comunicación espiritual.
De modo que los extremos comenzaron a acercarse, marcando un camino evolutivo hacia la
unidad, hacia la combinación de los opuestos en un todo.
TODO ES ENERGÍA – TODO ES MENTE
La palabra “energía” designa tantos conceptos diferentes que se hace necesaria una
aclaración. En el tema que nos ocupa, se entiende por energía una vibración que
normalmente no se percibe con los sentidos y que produce modificaciones en
nuestro sistema psico-físico.
Todo el universo es energía que vibra a distintas velocidades.
Las vibraciones muy rápidas no se perciben con los sentidos (sentimientos, pensamientos,
ángeles). Las que vibran más lento conforman los objetos materiales y los fenómenos del
mundo físico que sí se perciben con los sentidos normales. Personas con desarrollo de
elevada percepción (paranormal) pueden percibir ambas.
Todos somos energía y estamos conectados energéticamente en ese mar de vibración que
nos rodea y del que formamos parte.
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La energía no es ni buena ni mala. Lo que se entiende por “mala energía” o “mala onda”
sólo es falta de alineación, falta de equilibrio en el sistema energético del individuo.
La energía no es de nadie y es de todos. Aprender a manejarla para estar equilibrado no
incluye la manipulación interesada que se genera cuando no se comprende que somos una
unidad, que estamos todos energéticamente conectados y que toda acción produce una
reacción.
Cuando digo “todo es mente”, hago referencia al concepto que transmiten la filosofía oriental
y la filosofía hermética occidental: hay una sola “mente” que es vibración y se expresa a
través de distintas manifestaciones (estrellas, emociones, montañas, gestos, seres vivos,
palabras, aviones…TODO).
Al conocer esto comprendí la inexplicable frase que escuchaba de niña “DIOS ESTÁ EN
TODOS LADOS”.
Como si fuera una masa o plastilina, modelamos la energía a través de la intención, el
deseo y la voluntad imprimiéndole una dirección, empujándola en un sentido u otro, hasta
que adquiere una forma y se materializa.
Por ejemplo, un pensamiento produce una perturbación en el medio como una piedra que
arrojada a un estanque provoca círculos concéntricos (ondas, olas) en el agua. Así se
difunde información, se comunica y se define una forma.
Una creencia es un pensamiento que se sostiene, que se alimenta con energía y también
genera una “onda” que define una forma. Por ejemplo, “creo que los días de sol son
agradables” o “creo que los lápices sirven para escribir” modelan la concepción que tengo
de la realidad. Mis creencias crean el mundo como yo lo veo.
Por eso es muy importante saber qué creo (de “creer”) a la hora de crear.
Todas las formas que existen son indefectiblemente necesarias para mantener el equilibrio
(o desequilibrio) existente que, como decimos, es vibración permanente, cambio
permanente. El mal define al bien y viceversa. No está uno sin el otro.
Transmutar o transformar significa “cambiar de forma” una vibración. Es lo que hacemos
cuando queremos crear algo diferente de lo que hay. No hacemos “desaparecer el mal”, lo
transformamos.
Para manejar la energía no hay que hacer esfuerzo. Por el contrario, se trata de relajarse y
dejar que fluya.
Y para relajarse…lo mejor es respirar profundo, suave y lento poniendo la atención en
la respiración.
Los ejercicios respiratorios que transmite el yoga se pueden definir como la “captación,
acumulación y control consciente de la energía”.
LA RESPIRACION
Es lo primero que hacemos al nacer, lo último que hacemos al morir, lo que estamos
haciendo todo el tiempo…¡Y NUNCA LO TENEMOS EN CUENTA!
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La respiración está relacionada con las funciones vitales como es sabido, pero también está
relacionada con las emociones. Modificando la forma de respirar producimos cambios en el
cuerpo y en la mente.
Si observamos cómo estamos respirando, podemos saber qué nos está pasando
emocionalmente.
La respiración es una herramienta muy importante para la práctica que nos proponemos
aprender.
Nos permite vibrar en distintas velocidades, distintos estados de ánimo, distintas
dimensiones. Nos sirve como punto de referencia del sí mismo. LA RESPIRACIÓN
SIEMPRE ESTÁ CON UNO.
Cuando se percibe mucha información, es fácil desorientarse y perder el equilibrio
energético, pero SIEMPRE CONTAMOS CON LA RESPIRACIÓN. Llevando la atención a la
entrada y salida de aire por la nariz, inmediatamente nos ubicamos en el propio centro.
Es decir, convertimos la respiración en un punto de concentración, un punto fijo ideal en
medio de la vibración constante.
Además, respirar bien mantiene el cuerpo físico sano, el cerebro oxigenado, la mente clara.
Cuando estamos relajados la energía fluye fácilmente por el cuerpo que se comporta como
un canal transmisor.
El paso de la energía a través del cuerpo físico hace vibrar sus átomos y los “ordena”. Así el
cuerpo como canal se “limpia”, se desobstruye y se transforma en un vehículo transmisor de
equilibrio.
Mientras esto sucede, las imágenes mentales van cambiando porque así como vibra el
cuerpo físico, vibran también los cuerpos sutiles (aura) y toda la información que tiene el
sistema energético del individuo se “acomoda”, incluyendo las emociones, pensamientos,
recuerdos, intenciones.
De ese modo se producen cambios que conducen al equilibrio mental y la salud física hasta
que el individuo recupera la conciencia del sí y se reencuentra con su camino, se ubica en
su propio e individual lugar en el Universo.
Cada uno de nosotros puede auto-equilibrarse aprendiendo a manejar la energía. Muchas
veces, alcanzar el equilibrio estimula a ayudar a otros que todavía no lo logran. Es necesario
comprender que cada quien tiene SU PROPIO CAMINO y que no podemos interferir o
torcer la ruta de otro sin su consentimiento. Por lo tanto, al acercar ayuda debemos estar
dispuestos a ver y aceptar otros puntos de vista diferentes a los propios, perdonarse y
perdonar.
Si estamos equilibrados la tarea resulta fácil y placentera. NO LUCHAR, RESPIRAR.
EL CAMPO ENERGÉTICO HUMANO
Decimos que el cuerpo humano es un canal a través del cual pasa energía. Ese canal
energético genera un campo magnético a su alrededor: los cuerpos sutiles o aura, un
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volumen de luz que rodea al cuerpo hasta aproximadamente un metro de distancia en todas
direcciones.
El aura vibra muy rápido y por eso la mayoría de la gente no la puede percibir con los
sentidos normales. Sin embargo, todos “sentimos”, tenemos una “impresión” cuando nos
encontramos con otra persona y a veces no podemos precisar por qué. Estamos recibiendo
en nuestra aura la información (vibración) del aura del otro.
En el aura está vibrando lo que creemos, las intenciones que tenemos, lo que deseamos, lo
que sentimos, lo que pensamos. Vibran en ella nuestros recuerdos y saberes. Y todo ese
conjunto forma el individuo que somos. Conforma y da forma también al cuerpo físico
El aura vibra más lento cerca del cuerpo y más rápido a medida que se aleja de él. Algunas
veces esas vibraciones más lentas se pueden ver fácilmente. Hay personas que pueden
describir en detalle los colores y formas que producen las auras porque tienen una elevada
percepción visual. Otras personas no lo perciben con la vista pero sí con el tacto u otro
sentido.
Últimamente todos nos estamos volviendo más y más sensibles a las vibraciones sutiles y
cada vez más gente comienza a expresar sensaciones y estados desconocidos o
incomprensibles. Lo más importante no es describir el aura sino saber alinearse,
equilibrarse; saber qué hacer con esa información que no comprendemos y que nos
perturba.
Existe un método para hacer visible el aura: la foto Kirlian, Tomada con una cámara
especial, la fotografía muestra con nitidez si existen alteraciones y es posible, por este
medio, conocer la situación energética del individuo.
Nos comunicamos con el entorno a través de los sentidos. Y percibimos el mundo psicofísico. Aprendemos a caminar y manejarnos en la realidad material, aprendemos a hablar e
interpretar los mensajes de nuestra realidad psicológica. Todo el tiempo procesamos
información. Enviamos nuestra expresión al medio y recibimos una respuesta o a la inversa,
recibimos un estímulo y reaccionamos.
Todo esto sucede también en el aura.
A pesar de que toda el aura vibra y se mueve, existen determinados puntos “especializados”
en comunicar: los chakras.
Los chakras son como remolinos de energía que tienen su vértice en coincidencia con las
glándulas de secreción interna y plexos nerviosos del cuerpo físico. Se ubican por delante y
por detrás, atravesando toda el aura como embudos con su parte circular hacia las capas
más sutiles, hacia afuera.
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Vibran transmitiendo diferentes clases de información. Los más importantes y conocidos son
siete, desde arriba hacia abajo: corona, tercer ojo, laríngeo, cardíaco, plexo solar, sexual y
raíz. Se conocen también por sus nombres en sánscrito, en el mismo orden: Sahasrara,
Ajna, Vishuddha, Anahata, Manipura, Suadhisthana, Muladhara.
Los colores de estos centros energéticos varían. Voy a tomar la descripción más difundida
aquí en Occidente, que corresponde a los colores del arco iris.
Entonces:
Sahasrara o chakra corona. Es blanco (la suma de todos los colores). Tiene su vértice en la
glándula pineal, productora de melatonina. Por ella sabemos cuándo es de día y cuándo es
de noche, cuando “hay luz” y cuando “hay falta de luz”. Este chakra nos conecta con la
realidad más elevada que podamos concebir, es la vibración que sostiene nuestras
creencias, nuestra cosmovisión, en concordancia con la capa más externa del aura. Se
orienta hacia arriba, hacia el cielo.
Ajna llamado también “Tercer ojo”. Es violeta (o índigo). Tiene su vértice en la glándula
hipófisis. Es la vibración del amor incondicional. Este chakra nos conecta con los
sentimientos espirituales. Al vibrar en esa velocidad, podemos perdonarlo todo porque
tenemos una perspectiva diferente que nos permite comprender más allá del ego. Es el nivel
que nos permite recibir información paranormal y comprenderla.
Vishuddha o chakra laríngeo. Es azul. Tiene su vértice en la glándula tiroides. Es la vibración
de la expresión de nuestros deseos, la creación por la palabra, la voluntad, la vocación.
Anahata o chakra cardíaco. Es verde. Tiene su vértice en el timo. Es el nivel de vibración de
los sentimientos humanos. El que nos permite sentir amor y “no amor”, con todas las
variantes que eso significa. Todo lo que decimos que “pasa por el corazón”.
Manipura o plexo solar. Es amarillo. Tiene su vértice en el páncreas. Es el centro de la
relación con uno mismo y con los otros. Es un nivel de vibración que corresponde con los
pensamientos, con la información que genera lo que llamamos “la razón”, que necesitamos
para manejarnos en el mundo físico.
También allí recibimos información paranormal, sólo que no podemos comprenderla ya que
está “más allá de la razón” y se resume en algunos síntomas poco claros, a veces físicos.
En esas circunstancias es común que aparezca el “presiento que va a pasar algo” o “¡lo
sabía!... ¡qué intuición!”, cuando lo sospechado se confirma.
Suadhisthana o chakra sexual. Es anaranjado. Tiene su vértice en los ovarios o testículos.
Es el centro de la conexión con la propia sexualidad y la de los otros. Es donde se aloja la
fuerza más poderosa con la que contamos: la energía sexual, el instinto de conservación de
la especie, centro de creatividad. Es el nivel de vibración de las emociones, que brotan sin
pedirnos permiso, sin que pueda alcanzarlas la razón.
Muladhara o chakra raíz. Es rojo. Tiene su vértice en las glándulas suprarrenales y se
orienta hacia la tierra. Es la vibración que nos informa de las sensaciones físicas y nos
conecta con el Planeta Tierra, con la realidad material. Vibra en concordancia con la capa
del aura que vibra más lento y está más cerca del cuerpo físico.
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Se describen cordones energéticos en los chakras, que se generan cuando entramos en
relación con el entorno. Estos cordones a veces se enredan, se cortan dolorosamente o se
mantienen cuando son innecesarios, expresando nuestro modo de relacionarnos. Si las
ideas se pueden cambiar, los cordones y los chakras se pueden “corregir” o equilibrar. Todo
es vibración.
Hay otros chakras más pequeños. Los más conocidos son los de las palmas de las manos y
los de las plantas de los pies.
En Oriente se utilizan sonidos para movilizar los crakras y equilibrarlos. Son los mantras.
Hay distintos mantras que corresponden a distintas escuelas. La mayoría son difíciles de
pronunciar para nosotros los occidentales. Pero se logran resultados aproximados con la
utilización de las vocales.
También se ubican las manos y los dedos en distintas posiciones (mudras) para lograr el
equilibrio energético
EL MIEDO: PRINCIPAL GENERADOR DE DESEQUILIBRIO.
Cada vez que sentimos miedo es porque estamos desconectados del Campo Energético
Universal. Es decir, perdemos la confianza en la sabiduría de la vida. Nos olvidamos que
formamos parte del TODO, nos sentimos separados, aislados.
En el instante en que sentimos miedo, creemos en él nos parece imposible que exista el
“no miedo”. En lugar de enfrentarlo, creamos estrategias para enmascararlo: nos
distraemos, nos enojamos, controlamos, nos ocultamos, competimos…
En el proceso de formación del individuo que somos atravesamos distintos desafíos. Según
cómo reaccionamos frente a ellos establecemos una manera de defendernos y así
formamos nuestro carácter.
Esos “momentos de desconexión” quedan inscriptos en el aura. Así, cada vez que nos
vemos frente al mismo estímulo, reaccionamos igual porque es lo que hemos aprendido y
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de esa manera reforzamos el error: sentimos miedo otra vez. La repetición de la
experiencia nos convence aún más y continuamos cíclicamente.
En sus libros “Manos que Curan” y “Hágase la Luz” Barbara Brennan hace una descripción
muy clara de cómo funcionan nuestros sistemas de defensa (carácter o personalidad),
resultado de su trabajo conjunto con físicos, médicos y psicólogos.
Aquí, propongo un resumen muy simplificado de lo que ella ha escrito al respecto que puede
resultar útil.
Cinco son los desafíos que menciona:

Nacer

Aprender a alimentarse

Atravesar el Complejo de Edipo

Separarse de la madre

Sociabilizarse.
Cinco son los miedos principales:

Miedo a vivir

Miedo de “quedarse sin…”

Miedo a la traición

Miedo de ser invadido

Miedo a la imperfección
Todas nuestras conductas negativas están basadas en el miedo. Todos tenemos una
combinación de estos miedos en distintas proporciones. No existe un individuo que haya
superado todos los miedos, aunque podemos aprender a detectarlos y enfrentarlos
(transformarlos, transmutarlos).
Psicológicamente desarrollamos una personalidad para defendernos, para habitar la realidad
física. Pero antes… ¡antes formamos nuestro campo energético !
Frente al miedo a vivir, energéticamente nos defendemos “retirando la conciencia
del cuerpo”, no estamos aquí.
El miedo de “quedarse sin…” nos hace “absorber energía” del otro indiscriminadamente.
Para defendernos del miedo a la traición nos “agrandamos, inflamos”.
En cambio si tenemos miedo de ser invadidos, prácticamente “no salimos”, quedamos
atrincherados, conteniendo el aura para que no se exprese.
Finalmente frente al miedo a la imperfección el aura se muestra “perfectamente
equilibrada por fuera” pero no nos ponemos en contacto con nuestro interior.
LA “LUCHA“ POR LA ENERGÍA - AMOR
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El hecho es que al sentir la desconexión, sentimos que “perdemos” y se inicia la lucha por
“recuperar” lo perdido. Así, en lugar de fluir armoniosamente experimentando la existencia,
luchamos por controlar la energía como si fuera a terminarse.
Nos enfrentamos unos a otros como si fuéramos oponentes, sin darnos cuenta que toda
acción que producimos, indefectiblemente vuelve sobre nosotros mismos, ya que todos
somos parte de la misma UNIDAD.
Aprender a manejar la energía significa encontrar el propio equilibrio entre el cielo y
la tierra, reconocerse a uno mismo y ser. De este modo nos relacionamos basándonos
en el amor y no en el miedo y entonces descubrimos en el otro un ser equilibrado también.
El primer contacto con el “otro” se inicia al “aceptar” las células que produjeron nuestros
padres y que dieron inicio a la formación de nuestro cuerpo físico. De la relación energética
con ellos surge nuestra propia versión de “relación”. Entonces creamos nuestro campo
energético adecuado para ese modelo.
Vamos creando las herramientas que necesitamos para “materializar nuestra intención” o
cumplir nuestra misión de vida y atraemos energéticamente personajes y situaciones que
nos “ayudan” a crear el “teatro” donde representaremos nuestra “obra”.
Basándonos en una visión positiva de la realidad (ver el lado bueno en cada situación),
nos alimentamos de energía-amor en lugar de reforzar el miedo basándonos en la crítica y
la culpa.
Cada acto de nuestra existencia es un intento de materializar nuestra espiritualidad,
trazando así un camino evolutivo. Con cada práctica de “bajar a tierra” nuestros anhelos
cumplimos un aprendizaje. Todas las “fallas” que suceden en ese trayecto no son más que
experiencia. Tomándolas como apoyos y no como fracasos, cambiamos el punto de vista: en
lugar de defendernos nos alimentamos.
Hasta donde sabemos, el universo es infinito. ¡Hay energía para todos!
EL PROCESO CREATIVO
Para algo estamos aquí. Todos tenemos un anhelo. Vinimos con una intención. Aunque no
siempre somos conscientes de ella, todo el tiempo está guiándonos. La fuerza vital nos
empuja en una dirección. Sentimos el deseo y vamos detrás de lo que perseguimos
utilizando la voluntad hasta que logramos materializar lo que queríamos.
Primero surge la idea y luego se transforma en realidad. Hay algo que me llama, me atrae y
reuniendo la fuerza necesaria, entro en acción para conseguirlo. Todo fluye y la creación
se logra con éxito: INTENCIÓN – DESEO – VOLUNTAD están alineados. Estoy en
equilibrio.
¿Y cuando no lo logramos? Es posible que tengamos una intención pero que en realidad
deseemos otra cosa. O tal vez tenemos una intención y el deseo se une a ella pero no
tenemos la voluntad de actuar en esa dirección. La mayoría de las veces no estamos
conscientes de nuestra verdadera intención.
Energéticamente traemos la información del aprendizaje que queríamos hacer, pero al nacer
o antes aún, nos encontramos con la densidad del plano físico que imprime una fuerza que
nos desafía y a medida que crecemos vamos “olvidando”, dejando inconsciente esa
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información para prestar atención a lo que está “afuera”, la información que nos llega a
través de los sentidos, proveniente del entorno.
Entonces nos desconectamos de la “fuente”, sentimos miedo y creamos nuestros sistemas
de defensa, desconociéndonos.
Tenemos que recuperar el contacto con el “ser interior”, reconocernos a nosotros mismos
para conocer nuestra verdadera intención a cada paso.
El cuerpo físico también es la materialización de un proyecto, una combinación de
vibraciones que se “cristalizan” (se vuelven densas) para que tengamos un vehículo, una
herramienta que actúe nuestras ideas en el plano físico. Lo que pasa en el aura (vibraciones
más sutiles) se transmite y el cuerpo lo “muestra”.
Casi siempre mantenemos la mente separada del cuerpo y cuando sentimos dolor físico,
rara vez nos consideramos autores de él. Decimos “me duele la espalda” como si la espalda
hubiera decidido doler.
Si prestamos atención a nuestras intenciones y estamos familiarizados con ellas, lo más
probable es que podamos prevenir el dolor. Cada parte del cuerpo cumple una función. Aún
si no estoy consciente de mis intenciones, puedo observar cómo funciona mi cuerpo y saber
así dónde me estoy equivocando, es decir, cuál es la idea que me está separando de la
fuente, de la energía vital.
En este aprendizaje es muy importante apartar la crítica y la culpa de nuestras
observaciones. Nos apoyamos siempre en un punto de vista positivo.
En esta tarea de ser humano, aún sin darnos, cuenta a cada paso elegimos una dirección.:
CREEMOS QUE LA VIDA ES UN TRABAJO O UNA AVENTURA, UNA EXPERIENCIA DE
PLACER O DE DOLOR. LO QUE CREEMOS ES LO QUE CREAMOS.
CONOCERSE A UNO MISMO.
Hay tantos caminos para conocerse a uno mismo como individuos, tantas puertas por donde
acceder al Ser, que sería inútil intentar “dar la fórmula”. Conocerse a uno mismo es filosofía,
es cada experiencia de vida, es cada acto que producimos para vernos manifestados.
Para algunos es introspección, meditación. Para otros, todo lo contrario, es expresión,
producción. Sea como fuere, el primer paso es tener la intención de hacerlo.
Muchas veces esa intención despierta un deseo de búsqueda. Otras veces, la intención
se vale de un obstáculo (dificultad, insatisfacción, enfermedad, dolor) para despertar el
deseo de búsqueda. Pero todos en algún momento, de una manera u otra nos
preguntamos: ¿qué es la vida? ¿para qué estoy aquí? ¿a dónde voy?. Entonces adoptamos
nuestra propia filosofía de vida.
En mi caso particular, empecé por los obstáculos. La imposibilidad de ser madre despertó en
mí el deseo de búsqueda. Así fue como me encontré con la información que trato de
transmitir, ejerciendo la voluntad de encontrar respuestas.
Cada libro, curso o terapia que cruzaba en mi camino, era sometido al más “riguroso
análisis” que exigía mi desconfianza y cuando mi “analítico intelecto” me lo permitía, una
duda se disipaba y paso a paso, avanzaba. Pero siempre había más. ¡Y por suerte puedo
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decir que SIEMPRE HAY MÁS!... ¡aunque ahora disfruto de mi aprendizaje en lugar de
preocuparme!
VAMOS A LA PRÁCTICA. ¿TODO ES RELATIVO?
“No hay mal que por bien no venga”. “Todo depende del color del cristal con que se mire”.
“Al que madruga Dios lo ayuda”…pero “No por mucho madrugar se amanece más
temprano”. Y podríamos seguir.
El símbolo de yin-yang expresa que hay positivo en lo negativo y negativo en lo positivo. Los
hombres también tienen hormona femenina, así como las mujeres tienen hormona
masculina.
Para empezar a conocernos, es importante desarmar la estructura conocida y para
eso nada mejor que poner TODO en duda, al menos por un rato.
Louise Hay propone en uno de sus libros, un ejercicio para aprender a conocernos que es
particularmente desestructurante. Consiste en hacer una lista donde ir anotando poco a
poco 50 (sí, cincuenta) virtudes que tengamos y otra con 50 (cincuenta) defectos que
tengamos; otra con 50 (cincuenta) cosas que nos gusta hacer (no importa si las hacemos o
no) y 50 (cincuenta) cosas que no nos gusta hacer (no importa si las hacemos o no). Es
importante que el ejercicio sea personal, es decir, no le preguntamos “a otro” nuestras
virtudes y defectos, ni dejamos que otros opinen sobre lo que estamos escribiendo.
Es una buena manera de comenzar a observarse. Aunque parezca muy simple, este
ejercicio flexibiliza nuestra concepción del mundo, nos ayuda a replantear ideas que,
sin querer, consideramos verdaderas de por sí. Nos ayuda a salir del esquema que
tenemos, nos propone la observación desde otros puntos de vista.
EL ESPEJO
Otra práctica muy útil para conocernos, es considerar al mundo que nos rodea como un
espejo que refleja las creencias que tenemos.
Así, si me molesta la actitud de mi amigo porque lo considero egoísta, antes de criticarlo me
fijo “¿en qué forma me estoy comportando de manera egoísta?”. Tal vez no estoy siendo
egoísta con los otros sino conmigo. Tal vez no soy egoísta en absoluto pero interiormente
creo que debería dar más.
Del mismo modo, si mi entorno es amable y cariñoso conmigo, es bueno asumir que eso
refleja mi ser amable y cariñoso, aunque mi comportamiento sea hostil y descuidado con los
demás.
Este ejercicio requiere de un poco más de práctica y puede resultar confuso.
Partimos de la base de que somos un conjunto de ideas materializadas. Todo ese conjunto
de vibración, produce un “efecto” en el medio y el medio responde, devolviéndonos la
imagen de lo que estamos creando, así tal cual como cuando miramos nuestro rostro en el
espejo para saber cómo es.
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Si alguien me pregunta “¿Por qué todos se enojan conmigo?” la primera respuesta
que me aparece es “porque estás enojado contigo”. Reformulemos la pregunta: “¿Por
qué estoy tan enojado conmigo?” y estaremos más cerca de solucionarlo.
Muchas veces escucho: “¿Por qué tengo que cambiar yo y no el otro?” La respuesta es muy
simple y alentadora: el poder sobre mi vida, siempre está en mí. Las experiencias que
atravesamos siempre comienzan en nuestra intención. No podemos “cambiar” las
intenciones del otro. Sí podemos conocer, cambiar, elegir las propias. Frente a las
actitudes de los demás, siempre podemos cambiar de posición y observar todo desde otros
puntos de vista, reubicarnos y responder de manera diferente. Necesariamente, los “otros” y
el entorno, también tendrán que “acomodarse”. Tal vez no resulte fácil abandonar la vieja
idea del “dominio“ o de “salir vencedor”. Pero vale la pena intentarlo, vale la pena aprender
a vivir en el amor y sentir cómo el miedo desaparece, así nomás.
EL PENSAMIENTO – LA PALABRA
¿Qué estoy pensando? Eso estoy creando ¿Qué estoy diciendo? Eso estoy creando.
“¡No digas eso ni en broma!” se decía cuando alguien expresaba un pronóstico negativo.
¿Costumbre o sabiduría popular? Lo cierto es que en todas las culturas siempre hubo
conjuros, palabras mágicas, maldiciones, bendiciones y oración. Señal de que siempre hubo
conciencia del poder de la palabra.
Podemos reprogramar nuestra mente con palabras porque con palabras fue programada.
Desde nuestra más tierna infancia aprendemos a reconocer nuestro mundo expresándonos
con palabras y organizando nuestros pensamientos y creencias a través de ellas.
Elegir frases y pensamientos positivos produce vibraciones de esa clase y magnéticamente
atraemos lo mismo a nuestro entorno, mientras la mente se acostumbra a cambiar puntos
de vista y patrones de conducta. Así cambia la vibración del aura y con ella cambian las
percepciones, las emociones y los sentimientos.
Ahora bien: ¿y la intención? INTENCIÓN –DESEO-VOLUNTAD tienen que estar
alineados para que la MANIFESTACIÓN se produzca.
Supongamos por ejemplo que me lastimé un pie y eso me produce dolor. Me siento mal. Si
comienzo a repetir: “estoy bien” (afirmación positiva) pero estoy pensando que no es así y
tengo mi atención en el dolor del pie, mi intención no está alineada con el deseo de estar
bien por más voluntad que ponga en repetir. Es mi creencia que no me permite aceptar que
la afirmación positiva me quitará el dolor. Mi verdadera intención es evitar el aprendizaje
que la situación me plantea. Sólo me interesa quitar el dolor. Al no “ver” el resultado
inmediato, quitamos valor a esta herramienta tan importante y útil: la vibración del
pensamiento y la palabra
Aprender a pensar y hablar en positivo no es difícil. Sólo hace falta estar atento y no
criticarse frente a los errores. Formulamos las afirmaciones positivas siempre en tiempo
presente porque lo que programamos lo queremos AHORA y el proceso tarda un tiempo en
manifestarse.
Muchas veces decimos: “yo formulo las afirmaciones todos los días…¡pero nunca se cumple
lo que digo!” Si nos fijamos bien, SEGURO que hay cosas que ya se manifestaron y ni nos
dimos cuenta. Si no es así, tenemos que trabajar el merecimiento y el miedo, porque
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muchas veces pedimos pero sentimos que no nos corresponde recibirlo y otras veces
¡TENEMOS MIEDO DE RECIBIRLO! Y…por supuesto…NO OLVIDAR LA INTENCIÓN,
porque no siempre somos conscientes de lo que pedimos y no nos damos cuenta de que en
verdad no lo queremos.
LAS ENFERMEDADES
Son la manifestación de una idea que no está alineada. En algún lugar del proceso creativo
nos desconectamos de la energía-amor, sentimos miedo y distorsionamos el resultado. Tan
fácil ¿no?
No tan fácil de comprender o de aceptar cuando estamos en medio del dolor. Pero la
enfermedad se vuelve un maestro cuando podemos verla desde otro punto de vista. Una
vez atravesada la situación crítica, podemos observar qué intención teníamos antes de
enfermar, en qué estábamos pensando o qué estábamos diciendo cuando un accidente se
produjo o una enfermedad se desencadenó.
Hay varios libros que tratan el tema. Yo aprendí a través del libro “Sana tu cuerpo” de Louise
L. Hay. Allí figura una lista bastante completa de las causas metafísicas de las
enfermedades, es decir…¿qué CREO para CREAR esto?
Es otro camino para acceder a la propia intención. A partir del reconocimiento de esa idea
que no está alineada, podemos reprogramar esa información y en algunos casos, sanar,
prevenir o aliviar la dolencia.
El simple hecho de detenernos y fijarnos en nosotros mismos a causa de la enfermedad, sin
caer en la autocrítica o el sentimiento de ser víctima, nos abre a una perspectiva diferente y
nos da la posibilidad de “despertar”.
Al considerar el cuerpo físico como una “idea materializada” estrechamente vinculada a las
emociones es sencillo entender por qué “somatizamos” lo que sentimos. El síntoma nos
avisa cuál es nuestra verdadera intención y reprogramando a través del pensamiento y la
palabra cambiamos nuestras emociones y sentimientos, cambiamos la creencia que nos
enfermaba.
TEST DE LAS CINCO FRASES
Otro modo de llegar a nuestro inconsciente para conocer nuestra intención es este test que
nació a partir de los “sistemas de defensa” que expone Barbara Brennan en sus ya
mencionados libros.
Consiste en seleccionar de entre las cinco frases que siguen la que MÁS DIFÍCIL ME
RESULTE DECIR. A continuación hacer lo mismo con las restantes hasta que hayamos
ubicado las cinco frases.
Las frases son:
SOY REAL - ESTOY SATISFECHO - ME RINDO - SOY LIBRE - ME COMPROMETO
Aquí me detengo para sugerir que antes de seguir leyendo hagan la propia selección.
Tal vez se sorprendan.
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
La primera frase elegida descubre el miedo que tenemos que resolver en ese momento
particular de nuestra vida, el miedo que nos tiene en desequilibrio. Lo resolvemos aplicando
ejercicios energéticos y frases correctivas.
El test se puede repetir en distintos momentos según la necesidad. Puede suceder que la
frase elegida varíe o no. Se trata de ir descubriendo cada vez la ayuda que necesitamos.
Al repetir el ejercicio, la mente racional aprende el “juego” y bloquea la información intuitiva.
Entonces es bueno escribir las frases en pequeños papeles por separado y ubicarlos boca
abajo de modo tal que no se vea lo que está escrito en cada uno. Luego con la mano
izquierda (para quien es diestro), ordenarlos uno debajo de otro formando una lista. Recién
entonces, darlos vuelta y …otra vez, la primera frase que aparece es lo que tenemos que
resolver en ese momento.
Sería muy extenso y complicado describir aquí ejercicios energéticos para resolver el
desequilibrio pero las frases correctivas son como sigue:
SOY REAL
ESTOY SATISFECHO
ME RINDO
SOY LIBRE
ME COMPROMETO
SIEMPRE ESTOY A SALVO
SIEMPRE TENGO SUFICIENTE EN TODO
SOY BUENO AUNQUE PIERDA
AHORA VOY A HACER LO QUE YO QUIERO
NO IMPORTA SI ME EQUIVOCO
Así, si la frase que me resulta más difícil decir es “SOY LIBRE” la correctiva que tengo que
repetir para reprogramar es “AHORA VOY A HACER LO QUE YO QUIERO”.
DRAMAS DE CONTROL
En el libro “La Novena Revelación” el autor propone otra manera de observarnos a través
del modo en que controlamos la energía.
Divide los comportamientos en cuatro categorías: INTIMIDADOR, INTERROGADOR,
DISTANTE y POBRE DE MI. Sugiere que observemos cómo se relacionaban nuestros
padres para ver qué modo de control adoptamos nosotros.
Quien intimida para manejar la energía, probablemente se relacione con alguien que sea
sumiso o con alguien que le ofrezca resistencia y así ambos mantienen un equilibrio de
fuerzas. Del mismo modo, quien interroga todo el tiempo necesita, obviamente, alguien que
no conteste para mantener el juego.
¿Por qué observar a nuestros padres para conocernos? Porque de ellos hemos aprendido y
porque es más fácil observar lo que nos rodea que mirarnos a nosotros mismos.
El resultado es como sigue:
Si mis padres formaban una pareja INTIMIDADOR – POBRE DE MI puede que yo adopte
actitudes de intimidación o sumisión en mi relación con los otros.
Si mis padres hacían el juego de INTERROGADOR – DISTANTE
relaciono invadiendo con preguntas o evitando dar información.
seguramente me
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
Ahora que lo sabemos, podemos cambiar de rol y manejar la energía de forma
diferente.
CONTROL MENTAL
Lo que se conoce como Control Mental es el control de las vibraciones de la mente
consciente. A medida que sucede ese aprendizaje, nuevos niveles de vibración más sutiles
van apareciendo para ser reconocidos y “controlados” hasta que sobreviene la meditación
que es la fusión de la “mente individual” con el Todo o como suele decirse, la disolución
momentánea del ego.
Para manejar la energía es necesario lograr la concentración, es decir mantener la
atención en una idea o imagen sin distraernos, por lo menos durante cinco minutos.
Esta práctica constituye de por sí un viaje hacia el interior de uno mismo y se renueva cada
vez que lo intentamos. Es una herramienta indispensable para “moldear” la energía a través
de visualizaciones, mantralizaciones, ejercicios respiratorios, energéticos, posturas de yoga
u otras prácticas físicas.
Practicando control mental podemos reconocer y manejar nuestros pensamientos,
sentimientos, emociones. Con una práctica avanzada podemos manejar también el
funcionamiento de nuestro cuerpo físico y dirigir la energía para que fluya libremente desde
nuestra intención hasta la materialización de lo que deseamos.
Necesitamos un cuerpo físico y una personalidad para desarrollarnos como individuos pero
ellos son sólo un medio para llevar a cabo lo que vinimos a hacer. Trascender la importancia
excesiva que se da al ego permite la expresión de la mente superior.
LA CRÍTICA Y LA CULPA – EL PERDÓN
Cuando decimos “todo es energía” también incluimos los sentimientos de crítica y de culpa.
Yo prefiero resumirlos como “miedo a la imperfección”, miedo de ser “malo”.
El miedo es “falta de amor”. Es un punto de desconexión que nos hace creer que estamos
separados del resto de la energía. Sucede porque nos manifestamos como individuos y no
nos damos cuenta de que estamos todo el tiempo en y formando parte de ese “mar de
energía” que es el Todo. Cada una de nuestras acciones produce un efecto en el medio.
Cada una de nuestras acciones tiene consecuencias.
Los sentimientos que llamamos negativos son necesarios para que exista este orden de
cosas. Pero como lo queremos cambiar, es decir, partimos de la idea de que estamos en el
mundo tratando de evolucionar, de aprender algo nuevo, los rechazamos y queremos
corregirlos.
Trascender la crítica y la culpa nos permite acceder al perdón.
El perdón es muy mal comprendido y en general se confunde con impotencia, incapacidad
de vencer, soberbia, debilidad, injusticia, falsa bondad y otras excusas parecidas que nos
permiten sostener el miedo en su lugar.
El perdón genera un aluvión de energía porque transforma el enojo y el dolor en amor.
Normalmente no estamos acostumbrados a esa cantidad de amor. No lo creemos.
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
Preferimos mantenernos en lo conocido, que es dificultad y lucha, antes que aceptar
que somos merecedores de amor, antes de aceptar que podemos manejar tanto
poder. Después de todo, apenas somos seres humanos.
El secreto para aprender a perdonar es perdonarse a uno mismo, es atreverse a aceptar el
perdón, es reconocerse merecedor del perdón aún sabiéndose falible. Más allá de la
reparación o compensación de lo que haya causado la crítica o la culpa.
Los ejercicios de perdón consisten en expresar por algún medio el enojo y el dolor que nos
produce una situación o persona. Siempre se trata de un trabajo mental o a lo sumo de una
teatralización y SIEMPRE terminamos esa descarga con la frase “TE PERDONO Y SOMOS
LIBRES“ o “TE PERDONO AUNQUE NO TE LO MEREZCAS Y SOMOS LIBRES”.
Repetimos los ejercicios tantas veces como sea necesario hasta sentir que hemos
perdonado, hasta sentir que ese enojo o dolor ya no tiene lugar en nuestra conciencia.
AHORA ME HAGO CARGO DE MI MISMO
Resumiendo:
1) Identifico la dificultad que me desequilibra.
2) Hago consciente la respiración.
3) Una vez relajado, trato de descubrir cuál es mi miedo.
4) Trato de poner en claro mi verdadera intención.
5) Elijo la práctica que me convenga para alinearme.
6) Si es necesario utilizo los ejercicios de perdón.
Para mantener el equilibrio es necesario que la práctica sea regular. Todos los días me
pongo en contacto con los ejercicios energéticos, respiratorios u otra práctica que me
resulte cómoda. Todos los días estoy consciente de mi cuerpo y de mi conexión con el resto
del universo. Poco a poco el proceso de aprendizaje sucede y estamos listos para manejar
la energía.
LA RELACIÓN CON EL OTRO
A medida que avanzamos y logramos mantenernos alineados, nuevos desafíos van
apareciendo y naturalmente, comenzamos a notar el desequilibrio de los demás.
Hay quienes se convierten a su vez en sanadores, utilizando su canal energético
desbloqueado para alinear a otro.
Esta parte del curso se apoya en todo los que acabamos de expresar pero se extiende en la
práctica sobre modelo, único método posible para aprender a transmitir energía a través de
las manos. Por más material teórico que asimilemos, la práctica es imprescindible y al
compartir experiencias potenciamos el aprendizaje.
Por ese motivo no tiene sentido explicar aquí todo ese proceso.
LO MÁS IMPORTANTE A TENER EN CUENTA EN ESTA PRÁCTICA…
1) OBSERVAR SIN JUZGAR
2) PEDIR PERMISO PARA AYUDAR
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
3) NO INVOLUCRARSE EN EL PROBLEMA
4) NO DESVIAR EL CAMINO DEL OTRO SIN SU CONSENTIMIENTO
Aprendemos a ver y percibir la energía en las propias manos y en el cuerpo del otro.
Aprendemos a sentir y transmitir energía (información) amorosa.
Aprendemos a aceptar lo que no comprendemos.
Aprendemos a estar muy atentos a la voz de la intuición.
Aprendemos a subordinar el “yo” y ponernos al servicio de una vibración superior.
En los dibujos agregados al final, podemos ver la comunicación de los campos energéticos
(auras). Esta información es extraída de los libros de Barbara Brennan que figuran en la
bibliografía.
Sin llegar a la práctica de transmitir energía a través de las manos, podemos ayudar a
mejorar cualquier situación de nuestro entorno manteniéndonos alineados.
Hay muchas técnicas para canalizar y transmitir energía del Campo Energético Universal.
Todos podemos aprender a hacerlo. Es una condición de la evolución humana. Puede que
algunas personas no estén interesadas en hacerlo pero tarde o temprano, todos y cada uno
tendremos que adaptarnos a ese cambio.
La aceleración a la que estamos sometidos nos está empujando en esa dirección y muchas
personas que experimentan estados de confusión y agobio podrían recuperarse fácilmente
recobrando la alineación energética.
Por suerte existe amplia libertad para la difusión de ideas nuevas aunque eso genere una
enorme cantidad de información que a veces es confusa y difícil de comprender.
Creo que es bueno, como dice Matías De Stefano, prestar atención a lo que nos “resuene”
en medio de la maraña de datos que circula en los distintos medios.
¿Y cómo hacemos para saber qué nos “resuena”? Si estamos en contacto con nuestra
intuición es muy fácil. Por eso cualquier práctica que serene y transmita energía-amor nos
puede ayudar a “despertar” a la percepción de vibraciones más sutiles.
Conocerse a uno mismo y aprender a manejar la energía es una verdadera aventura y el
resultado es tan gratificante que vale la pena intentarlo.
LO QUE YO CREO
A través de mi aprendizaje cambié muchos patrones mentales que sostenía y cualquiera
podría decir que la vida misma me hubiera hecho cambiarlos. Es verdad. Pero hay una
diferencia: el cambio fue consciente y me permitió “intervenir” y no sentirme manejada por
las circunstancias.
Mis padres y hermanos me enseñaron a amar a la naturaleza y me contagiaron el
entusiasmo por observar, preguntar e investigar. Siempre alimentaron mi anhelo de saber y
disfrutábamos intercambiando información.
Ahora siento la necesidad de compartir lo que aprendí.
¿Quién puede decir que tiene LA VERDAD? Creo que nadie. Todas las culturas exponen su
propia filosofía como válida y luego aparecen los opositores, se generan las discusiones y
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
los enfrentamientos, un nuevo “vencedor” aparece e impone su ley, etc. etc. Es producto del
movimiento constante, del continuo nacer, crecer, evolucionar y morir, la experiencia de la
materialización.
Yo creo que todas las opiniones son válidas y que TODAS JUNTAS constituyen LA
VERDAD. Creo que cada quien elige su propia filosofía y la sostiene mientras eso
corresponde con la realidad que quiere ver.
La idea de que somos parte de un todo y que vinimos aquí a hacer una experiencia de
materialización me genera calma y felicidad. Por ahora tengo esa certeza. Pero no descarto
la posibilidad de que al evolucionar pueda descubrir nuevas ideas que la modifiquen.
Creo que el universo se crea, evoluciona y se destruye en un movimiento cíclico igual que el
resto de la naturaleza que conocemos, igual que nuestra experiencia de vida. Por eso me
parece posible la existencia de vidas pasadas y futuras en el planeta Tierra y en otros.
Creo que estamos en un momento de la evolución en que tenemos que aprender a manejar
otro tipo de comunicación. Una comunicación mucho más veloz, la comunicación telepática
a través del Campo Energético Universal. Por cierto que el desarrollo de las facultades
paranormales no es nuevo, sólo que antes constituía un “secreto”, una información a la que
pocos podían acceder.
Creo, como bien dicen que la información es poder. Cuando un conocimiento deja de ser
“hermético” se vulgariza y pierde valor. (Prueben repitiendo una palabra muchas veces
seguidas: al cabo pierde su significado.) Pero también es cierto que no divulgar un
conocimiento genera una considerable acumulación de poder y mantiene la superioridad
sobre otros. Creo que es momento de transmitir y compartir, de derribar estructuras y fluir.
Creo que es por eso que ahora tantas personas aprenden a manejar la energía y a
desarrollar su capacidad superior; así surgen mentalistas, radiestesistas, tarotistas,
sanadores y muchas otras formas de practicar la comunicación paranormal.
Tuve mi propio despertar cuando practicando radiestesia con una compañera mis brazos se
levantaron solos, movidos por el paso de la energía .¿O fue un ángel? ¿O un ser superior?
¿Un fantasma?
YO CREO QUE FUE ENERGÍA ATRAVESANDO MI COLUMNA
VERTEBRAL MOVIDA POR EL CONTACTO DE MI AURA CON LA DE OTRA PERSONA
QUE VIBRABA MÁS RÁPIDO QUE YO.
Lo que vibra más rápido tiene más cantidad de información, es más amplio y menos
definido. Por eso se habla de iluminación o seres superiores.
Creo que, como somos humanos, buscamos siempre “formas humanas conocidas” para
describir lo que percibimos. Algunas veces personas distintas perciben lo mismo, entonces
damos crédito a la experiencia. Otras veces, sólo “necesitamos” creer y nos alcanza con lo
que sentimos individualmente.
Creo que la consciencia de ser humano existe para algo. Creo que estamos aquí para algo.
Podemos ponerle un nombre “importante” y declarar que “tenemos una misión” o no. De
todos modos intervenimos en esta experiencia de vida y creo que el mejor modo de estar
bien es conocer nuestra intención y llevarla a cabo.
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
LOS CAMPOS AURALES DE UNA PAREJA ENAMORADA
BIBLIOGRAFÍA
APRENDER A MANEJAR LA ENERGÍA SANADORA
Manos que curan – Barbara Ann Brennan
Hágase la luz – Barbara Ann Brennan
Usted puede sanar su vida – Louise L. Hay
Sana tu cuerpo - Louise L. Hay
Vivir en la luz – Shakti Gawain
Relatos de poder – Carlos Castaneda
Viaje a Ixtlan – Carlos Castaneda
Metafísica cuatro en uno – Conny Mendez
El método Silva de control mental- José Silva y Philip Miele
El mito del eterno retorno – Mircea Elíade
El Yoga – Mircea Elíade
Principios del Tantra – Arthur Avalon
El yoga tántrico – Jean Rivière
Tantra-Energía y éxtasis - Osho
Hombre y mujer-La danza de las energías – Osho
Pranayama – André Van Lysebeth
Yoga Avanzado – Maestro De Rose
Hatha Yoga El lenguaje oculto – Swami Sivananda Radha
Meditación y mantras – Swami Vishnu Devananda (Bienestar y nutrición - Alianza Editorial
1ª ed.1980, ultima ed. 2001)
Mudras – Gertrud Hirschi
Las siete leyes espirituales del éxito – Deepak Chopra
Sincrodestino – Deepak Chopra
El poder del ahora - Eckhart Tolle
El tao de la física – Fritjof Capra
Superfuerza - Paul Davies (Biblioteca científica Salvat – 1985)
Más allá de la teoría cuántica – Michael Talbot
El Kybalión – Tres iniciados (Editorial Kier)
La novena revelación – James Redfield
La décima revelación – James Redfield
Kirlian- El diagnóstico preventivo de su salud – Lic. Norma Tagle
Los poderes de la mente – Nona Coxhead (Ediciones Martinez Roca 1980)
Biocuántica – Prof. Luis Omar Scaramal – (Apunte Curso de Biocuántica UADE, 2002) El
apunte está disponible para fotocopiado en Chandrama
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