pistas para la lectura y puesta en común (1)

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Vida 10-22: pistas para la lectura y puesta en común (1).
Importante: las pistas generales b y c propuestas para V 1-9 siguen valiendo para V 10-22.
Cap. 10: capítulo de transición, que apunta temas a los que dedicará atención más sistemática en
los capítulos siguientes (como la experiencia mística inicial o el sentido de la verdadera humildad), por tanto entonces se ahondará en ellos; no obstante, contiene frases memorables, de las
que convendría hacerse una pequeña selección.
Pistas de lectura para los capítulos 11-13.
1) Según el título del cap. 11, lo primero que hay que captar es “una comparación que pone” y
que será clave para los “cuatro grados de oración” (es decir, cap. 11-21). 2) Seguidamente señala que “va tratando aquí del primero” de esos grados: ¿son muchos los párrafos, de estos cap.
11-13, en que la santa lo define o describe?, ¿cuáles?, ¿en qué consiste?, ¿cómo lo definirías tú
lo más brevemente posible, incluso en una palabra? 3) ¿A qué dedica la autora la mayor parte de
esos capítulos?
Para meditar tras la lectura del texto:
1. El primer ejercicio de acción de gracias y/o examen de conciencia que sugieren estos capítulos resulta obvio: ¿oramos?, ¿lo hacemos con conciencia del “gran bien” que es y, además, en
clave de “tratar de amistad, tratando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama”
(8,5)?1
“Teresa sorprende al lector con una versión de la oración algo inesperada (…) la oración es cosa de
amigos. Pero de amigos desiguales (…) la iniciativa en esa reciprocidad corre siempre a cargo del Amigo
mayor. Porque este tipo de amistad es de origen trascendente. Del lado humano requiere, en cambio, una
singular correspondencia que comprometa no sólo el momento orante sino simplemente la vida del amigo menor. No se es amigo a ratos. La amistad verdadera tiene la misma dimensión que la vida (…) Desde
las capas profundas de la experiencia de ella afloran los datos básicos: Teresa se trata con Dios. Desde
ahí, su pregunta al lector, orante o no: ¿Te tratas con Dios? Y la consigna: no dejes de tratar con Dios. Si
no has comenzado, empieza. Si ya lo has iniciado, no lo dejes. Los términos “tratar/tratarse/trato”, son
vocablos portantes en el léxico de Teresa. En la pequeña historia referida hasta aquí [V 1-7], los tratos de
amistad o de pseudo-amistad han sido determinantes. Ahora cambian de plano. La amistad que propone
ella es un hecho relacional interpersonal que compromete la vida de los dos amigos. De modo que el
“tratar/de amistad/tratando/muchas veces/a solas” arranque de la convicción de que “sabemos nos ama”
el Amigo con quien tratamos. Subrayando los dos verbos: sabemos y ama; saberse amada, fe y amor, lo
mental y lo cordial. Para ella es fundamental la convicción de ser amados por ese con quien nos tratamos
(…) La otra idea maestra se refiere a la eficacia de la oración para modelar la vida (…) “para que vean el
gran bien que fue para mí no haber dejado la oración” (…) Lo que ella cree definitivo y perentorio es que
en la vida del hombre surja y persista la relación con lo trascendente. Es eso lo que cambia de dimensión
la vida. Quintaesencia de la oración.”: T. ÁLVAREZ, Comentarios “Vida”, “Camino” y “Moradas” de
Santa Teresa, Monte Carmelo, Burgos 2005, pp. 56-57.
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2. La lectura habrá revelado que no son muchos los párrafos de estos capítulos que la santa dedica a describir el ejercicio del primer grado de oración (11,9; 12,1-3; 13,11-13.22), aunque se
complementan con los que ya adelantó (4,8-9; 9,4-6). ¿Cuáles son las claves de este ejercicio?
¿De qué otras formas de meditación quiere distinguirse la santa? ¿A quién o a qué psicologías se
dirige especialmente? ¿Te has servido de esto pastoralmente? ¿Con técnicas o ejemplos actualizados?
3. En contraste con el poco espacio dedicado a lo anterior en el cap. 11, casi todo él trata de una
cruz que la autora conoce bien (cf. 4,9; 8,7): ¿en qué consiste?, ¿cómo enfrentarla?, ¿tienes experiencia personal y/o pastoral de ello? Elige un párrafo resumen de esto tan “provechoso para
los que comienzan y para los que no tienen gustos en la oración” (cap. 11 título)2.
4. Cap. 13: más “avisos para algunas [más] tentaciones” (título). ¿Qué opinas de esa aparente
contradicción de los primeros párrafos del capítulo: alegría, libertad, deseos, ánimo y, a la vez,
temor de sí, discreción, humildad? Además, en la forma de tratar de la verdadera humildad, ¿no
parece que comenzó escribiendo contra los maestros exigentes para acabar en seguida haciéndolo contra los laxos?
5. La santa madre indica explícitamente otras dos tentaciones más: ¿en qué consisten?, ¿tienes
experiencia personal y/o pastoral de ellas?...
6. En vista de tanta tentación, la santa acaba el primer grado de oración encareciendo la necesidad de maestros para este camino. No obstante, inmediatamente, también trata de ciertos peligros que éstos mismos implican: ¿qué ejemplos pone?, ¿te parecen actuales y/o frecuentes?,
¿cómo concretas tú esas exigencias?
7. Por tanto, ¿qué cualidades deben tener los maestros? Dentro de estas cualidades, ¿cuáles hay
que preferir? Además, ¿por qué son imprescindibles los letrados? ¿Has recurrido a ellos en tu
vida adulta para contrastar tu oración?
La dificultad o tentación de “subir el espíritu a cosas sobrenaturales” (cap. 12: título y nn. 4-7)
será objeto de atención de nuevo en el cap. 22 y recomendamos ahondar en ella entonces. Lo
mismo cabe decir de las consecuencias teológicas que pueden extraerse de la manera en que la
santa afronta la sequedad: volveremos sobre ello en el cap. 22.
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