UNIDAD 1 COMPRENSIÓN LECTORA LECTURA Nº 1: LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA

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UNIDAD 1
COMPRENSIÓN LECTORA
LECTURA Nº 1: LA IMPORTANCIA DE LA LECTURA
El mundo en que vivimos está lleno de mensajes escritos. Podríamos decir que somos
lectores en permanente actividad, lo que ocurre es que el hábito de la lectura está tan
enraizado en nosotros que, al ejercitarlo, ni siquiera lo advertimos; es decir, no somos
conscientes de la actividad que realizamos.
¿Qué es la lectura?
Si hubiese que sintetizar qué es la lectura, se diría que es:
• Una conversación entre el lector y el autor.
• La captación del significado de lo escrito.
• Una actividad compleja que exige por parte del que lee unas habilidades que le permitan
convertir los símbolos (las palabras) en significados.
• Un medio para desarrollar el pensamiento y el aprendizaje.
• Una actividad interdisciplinaria que rebasa los muros del aula.
La lectura es el modo más importante de recoger información y por ello, se
puede considerar como la llave del conocimiento.
La lectura es una actividad fundamental en la vida cotidiana y, en especial, en la
vida académica. Constituye una de las principales habilidades que se inicia en la
escuela y es el vehículo más importante para el desarrollo de una persona.
¿Por qué leemos?
Se lee por múltiples motivos: para buscar información que interesa, para disfrutar, o
incluso, superficialmente, para saber el contenido de un texto. Por consiguiente, la forma
de leer dependerá del material de lectura y de la tarea que se vaya a realizar. De ahí la
importancia que tiene manejar diversas técnicas que permitan ajustar la velocidad y la
comprensión lectora al tipo de material que se va a leer y a la finalidad de la lectura.
Mi método de estudio
El buen lector se identifica con el perfil del buen estudiante. Los alumnos que obtienen
buenos rendimientos, son también los que tienen mejor desarrollada su capacidad lectora.
Son alumnos que tienen una buena velocidad y buena comprensión lectora.
Se dice que el Presidente Kennedy leía unas 1000 palabras por minuto. Esto significa que
podía leer mucho en poco tiempo, estaba muy bien informado de todo y podía resolver los
problemas con más conocimiento de causa. Saber leer bien y rápido son dos privilegios
que no debes despreciar, porque te permitirán ser una persona informada y formada; con
capacidad para decidir por ti mismo, sin tener que depender de otra persona. Saber leer
bien nos convierte en personas autónomas e independientes. No olvides que la lectura es
el vehículo para aprender de los libros, estar informado de lo que pasa a través de los
periódicos, conocer tus obligaciones y tus derechos. Por eso debes:
• Aprender que existen varios tipos de lectura, que podrás aplicar en situaciones diversas.
• Identificar los objetivos en cada tipo de lectura.
• Seleccionar las estrategias más apropiadas a cada tipo de lectura.
• Mejorar tu comprensión y velocidad lectora.
Actitud hacia la lectura
Tu actitud hacia la lectura debe ser siempre positiva, ya que no se trata de una tarea
aislada, sino de algo consustancial a tu vida de estudiante.
El aprendizaje de la lectura no acaba cuando terminas la escuela, dura toda la vida. Si
sigues estudiando, observarás que de cada materia nueva a estudiar deberás aprender
un nuevo vocabulario y diferentes estilos de texto. Te darás cuenta que puedes leer todas
las palabras; sin embargo, desconoces el significado de algunas de ellas. Igualmente, con
algunos párrafos después de leerlos, tendrás tal vez la sensación de no haber entendido
nada.
LECTURA Nº 2: TIPOS DE LECTURAS
SEGÚN SU FINALIDAD
En esta categoría encontramos cinco (5) tipos de lecturas, a
saber: exploratoria, informativa, de estudio, evaluativa y
recreativa.
1. Exploratoria, global o de sondeo, este tipo de lectura se caracteriza por ser rápida y
selectiva. Se realiza con el propósito de buscar una información específica (una fecha,
una noticia, un nombre, una definición) en un texto extenso. Consiste en leer rápidamente,
pasando la vista sobre el texto de arriba abajo, con la atención concentrada sólo en las
palabras claves de lo que se busca.
2. Informativa, lectura que se realiza cuando deseamos comprender a grandes rasgos y
rápidamente el contenido global de una noticia, un artículo. Consiste en leer velozmente,
pero deteniéndose en lo que interesa, y saltando las partes que se consideran poco
importantes.
3. Lectura de estudio, es la lectura completa y lenta donde predomina el interés de
recordar todos los contenidos. Se caracteriza por ser cuidadosa, y porque el lector se
mantiene activo subrayando, tomando notas, haciéndose preguntas, repasando.
4. Lectura crítica o evaluativa, se realiza cuando deseamos dar una opinión autorizada
sobre la calidad de un escrito. Es una lectura lenta, cuidadosa y reflexiva que implica la
toma de notas, consulta de otros textos y de personas especializadas.
5. Lectura literaria o recreativa, en este tipo de lectura el lector tiene como propósito
fundamental disfrutar la belleza de lo escrito, por ello no es posible dar normas para su
realización. Cada lector lee a la velocidad y de la forma que más le agrada.
La lectura exploratoria
La lectura exploratoria, nos permite encontrar rápidamente informaciones o tener en
pocos minutos, una visión general y completa de un material escrito. Conviene realizarla
tanto cuando nos enfrentamos por primera vez con un libro o un artículo que nos interesa,
como cuando vamos a realizar una lectura de cualquier tipo (informativa, de estudio o
evaluativa).
La importancia de la lectura exploratoria reside en que ella permite, en un tiempo corto,
tener una idea global de un escrito extenso, relacionar los detalles entre sí y con el todo;
asegurar, en síntesis, la comprensión general y la estructura del asunto.
Pasos para una lectura exploratoria
Supongamos que deseamos tener, en pocos minutos, una visión general y completa de
un libro. ¿Qué hacer?, simplemente, lo que sigue:
� Observemos cuidadosamente todos los detalles de identificación de la obra: autor,
título, lugar de edición, fecha y las explicaciones en la portada, contraportada o solapas.
Esto nos permite conocer el origen y propósito de la obra.
� Revisemos el índice o tabla de contenidos, a través del cual comprenderemos la
estructura del libro y de los temas.
� Leamos la presentación o prólogo, con lo cual conoceremos las ideas fundamentales de
la obra y sabremos cómo aprovecharla mejor.
� Hojeemos rápidamente el texto, pasando la vista sobre todas las páginas observando
los títulos y subtítulos, y deteniéndonos en las ilustraciones, en los gráficos y en frases
que se encuentren destacadas en alguna forma.
� Repitamos mentalmente o volvamos a ver, si es necesario, los datos de identificación,
los títulos de las partes de la obra, y la idea principal. Tengamos presente que estos datos
pueden sernos útiles en el futuro. Es triste encontrarnos con alguien que leyó algo
importante en un libro del cual únicamente recuerda el color de la portada. Como vemos,
no es necesario leer completamente un libro. Lo importante es saber manejarlo.
En caso de textos cortos (un capítulo o tesis, por ejemplo) el proceso es similar, con
simplificaciones obvias.
La lectura informativa
Es la lectura de obras no ficticias para adquirir conocimiento nuevo en alguna área
específica.
Las fuentes de lectura informativa incluyen libros de texto, libros de consulta, revistas y
periódicos.
Para aprender de un libro de texto o cualquier otra fuente, apropiadamente, se debe usar
el material de lectura con un sentimiento de búsqueda y esperando aprender algo; saber
cuál es el tema de la lectura, y hacerse preguntas.
Entre más conozcas, más podrás aprender de un libro o un texto. Por eso es importante
exponerlos a diversos puntos de vista sobre un tema. Por ejemplo: novelas históricas,
mapas, fotografías, trabajos de arte, música de la época, videos y otros libros refuerzan el
entendimiento de un libro de texto de historia.
Otro aspecto importante de la lectura informativa es identificar la inclinación y filosofía del
autor.
La lectura de estudio
La lectura de estudio es la que utilizamos para aprender una lección, una tesis o un
capítulo de un libro, con la finalidad de comprender su contenido, recordarlo
completamente y estar en capacidad de explicarlo. La técnica más apropiada para lograr
esta finalidad es la que llamaremos PPLRRR o 2PL3R (Prelectura-Preguntas-LecturaRepaso-Respuestas-Repetición), cuyo proceso puede verse en la Figura 1, y cada una de
sus etapas se explica más abajo.
Figura 1. Método 2PL3R de Lectura Activa
1. Prelectura o lectura exploratoria
Esta etapa consiste en una lectura vertical muy rápida, sin atender a detalles, dirigida a
lograr una visión general del tema. Se presta atención a los aspectos que se mencionan a
continuación y en el orden que se citan: a) lectura del título para saber de qué se trata; b)
lectura de los subtítulos (si existen) para conocer la estructura o aspectos importantes y c)
observación o lectura rápida del resumen del texto (si existe), y de las ilustraciones y
frases destacadas, para descubrir las ideas básicas.
2. Preguntas
Una vez dada la visión global al tema, se formulan (en forma mental, oral o escrita) las
preguntas que se espera ver contestadas por el texto en estudio. El propósito de la lectura
será entonces dar respuestas a tales interrogantes. Ciertos manuales ya traen formuladas
estas preguntas al final de cada capítulo.
3. Lectura activa o analítica
Esta tercera etapa tiene como objetivo comprender las ideas expresadas en el texto. Es la
lectura completa que se hace corrientemente. Durante ella se presta atención a las
palabras o frases destacadas; se lee todo (texto, gráficos, ilustraciones); se trata de
captar, comprender y recordar las ideas más importantes; se identifican las palabras
extrañas; y si interesa al lector, se medita sobre la veracidad, lógica y calidad del trabajo
que se estudia.
4. Repaso
En esta fase se repasa o relee el texto en forma similar a como se hizo en la prelectura,
pero prestando atención y subrayando las ideas principales. Las ideas principales se
reconocen porque están relacionadas con el título de la lectura y con las preguntas
previamente formuladas. Se puede subrayar con dos líneas la idea central o más
importante (y colocar un número 1 grande al margen frente al subrayado) y con una línea
las demás ideas principales, colocando siempre al margen números que den ideas de su
importancia.
5. Respuestas
Esta etapa cumple la finalidad de responder mentalmente las preguntas previamente
formuladas, repasar el contenido, llenar lagunas, y dar garantía de comprensión.
6. Repetición
En esta fase se procura repetir mentalmente todo el contenido con las propias palabras
del lector, excepto cuando se está en presencia de ideas que son realmente muy difíciles
de expresar con otras palabras, tales como: definiciones, fórmulas matemáticas, leyes
físicas, etc. Se procurará hacer énfasis en las partes difíciles o en aquello en lo cual
sentimos deficiencias.
La lectura crítica o evaluativa
La lectura crítica es una técnica que ofrece la oportunidad de aumentar la efectividad de
nuestra lectura, adquiriendo las habilidades necesarias para excluir con la mayor prontitud
los artículos científicos de mala calidad y aceptar aquellos otros con la suficiente calidad
científica para ayudarnos en nuestra toma de decisiones para el cuidado de los pacientes.
Hacemos nuestra la propuesta de que los artículos científicos deben ser evaluados en
tres aspectos:
¿Podemos confiar en los resultados? Dicho de otra forma: ¿son válidos? Es decir,
enjuiciamos la validez metodológica del artículo. Los criterios de validez de los artículos
son diferentes para las diferentes preguntas: preguntas sobre tratamiento, diagnóstico,
pronóstico, evaluación económica... Dependiendo de la validez de un artículo lo podemos
clasificar dentro de una escala de niveles de evidencia y grados de recomendación.
¿Cuáles son los resultados? Por ejemplo, ¿la intervención experimental frente al control
muestra un gran efecto?, ¿cómo miden el efecto?, ¿son precisos los resultados?, ¿son
pertinentes o aplicables estos resultados en mi medio?
La diferencia básica entre la lectura de estudio y la lectura evaluativa radica en que en la
segunda no se hace énfasis en memorización del contenido, sino en descubrir
contradicciones, argumentaciones defectuosas, fallas de redacción, deficiencias en el
contenido, falsedad de datos, calidad del estilo, fundamentos de lo expuesto. La
evaluativa es la forma superior de lectura, la más difícil y la que requiere de lectores más
capaces y conocedores del tema.
La lectura literaria o recreativa
La lectura literaria permite al alumno reflexionar sobre el
modo de entender el mundo y sobre nuestra relación con
la realidad. El proceso de escritura es estudiado paso a
paso, adoptando las estrategias y los mecanismos
necesarios para tener en cuenta cada una de las fases de
la composición y la creación literaria.
Para eso la lectura es entendida también como el
elemento esencial del proceso creativo fundado en la comprensión formal y en la
interrogación de los textos.
Como una etapa final, cuando se tenga el propósito de utilizar las ideas más adelante, se
complementará todo el proceso con una síntesis escrita (resumen, esquema o gráfico).
Esto facilitará en gran medida ejercitaciones posteriores y futuros repasos. Dicha síntesis
representa las conclusiones o resultado de la lectura.
El mejoramiento de la comprensión
Sin comprensión no hay lectura. De allí que la primera preocupación de un buen lector es
comprender. Veamos cómo puede aumentarse este factor:
1. Cuidémonos del cansancio y de las enfermedades oculares. Si los ojos nos duelen,
se cansan o se ponen rojizos; si tenemos dolores de cabeza y no vemos bien muy cerca o
muy lejos, consultemos al oftalmólogo. Usemos anteojos cuando sea necesario.
2. Leamos, leamos frecuentemente. La manera más efectiva de aprender a hacer
zapatos es haciendo zapatos.
3. Leamos siempre con un propósito definido. Antes de comenzar a leer
preguntémonos qué vamos a leer y para qué. Leamos con intención de recordar y con
lápiz y papel a la mano.
4. Leamos activamente. Esto significa: pensar y hacerse preguntas sobre lo que se lee,
discutir mentalmente las ideas del autor, tratar de descubrir contradicciones y fallas, "leer entre
líneas", subrayar las ideas importantes y repetir con palabras propias aquello que se lee.
5. Busquemos en cada lectura las ideas importantes. Recordemos que todo escrito
puede resumirse en un número relativamente pequeño de oraciones; lo demás son
explicaciones, repeticiones y ejemplos. Las ideas importantes son aquellas que
corresponden al título y subtítulos del texto, y que se presentan generalmente destacadas
en alguna forma. Si es de nuestra propiedad el material que manejamos, subrayemos las
ideas importantes y escribamos notas al margen cuando sea necesario.
6. Procuremos leer siempre en un mismo lugar, el cual posea buena luz, temperatura
normal y un mínimo de distracciones. Coloquemos la página de manera que la luz venga
de la izquierda y que no haya resplandores. Controlemos el cansancio mediante
descansos espaciados. Después de estudiar un rato relajemos nuestro cuerpo
levantándonos, caminando, estirando los músculos y moviendo los ojos.
7. Variemos la velocidad de lectura con la finalidad y el contenido del texto. La
lectura de estudio es lenta, la lectura informativa o recreativa es rápida. Pero no
disminuyamos la velocidad innecesariamente: la lentitud retarda la comprensión en lugar
de mejorarla; leamos, pues con la mayor rapidez posible.
8. Hagamos nuestras lecturas de estudio siguiendo la técnica 2PL3R. Demos primero
una visión rápida al texto, hagámonos preguntas, leamos luego completamente el
contenido, subrayemos las ideas importantes, respondamos las preguntas y repitamos lo
leído.
9. Asociemos lo que leemos con experiencias y conocimientos anteriores.
10. Aumentemos nuestro vocabulario. Ello es posible mediante: la lectura selecta y
variada; el uso frecuentemente del diccionario; el conocimiento de sinónimos, antónimos y
el origen de las palabras; y la confección y uso de una lista de palabras que se leen.
11. Utilicemos en la vida diaria (conversaciones, discusiones, clases, trabajos escritos) lo
que aprendemos en las lecturas.
12. Busquemos en el diccionario las palabras nuevas que encontramos al leer, pero no
lo hagamos en el momento mismo de encontrarlas sino al terminar el párrafo; ello porque
muchas veces es posible descubrir el significado por el contexto.
13. Finalmente, tomemos nota de lo que leemos, hagamos resúmenes, esquemas o
gráficos de lo que deseamos recordar. Un buen resumen, sobre todo si está bien
organizado y con palabras propias, es garantía de comprensión lectora.
Como complemento a las recomendaciones anteriores, téngase presente que, un buen
lector es aquel que, ante una lectura específica:
a) Lee con rapidez
b) Sabe distinguir lo importante de lo que no lo es
c) Es capaz de juzgar las cualidades y defectos del escrito
d) Halla, con prontitud, detalles que se le pidan
e) Conoce el significado de las palabras no comunes existentes y
f) Puede opinar sobre el estilo del autor.
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