UNIVERSIDAD DE PANAMÁ. PONENCIA PARA SER PRESENTADA EN EL VI CONGRESO CENTROAMERICANO DE HISTORIA. TITULO: CONSERVATISMO Y ESTUDIANTES: 1920-1925. POR: LUIS ENRIQUE LÉON HERRERA CEDULA: 8458-566. TELEFONO:231-52-13. TABLA DE CONTENIDO. Introducción. Primera Parte: Conceptualización teórica del conservatismo. El conservatismo en Panamá. Segunda Parte: Contexto histórico de la emergencia de la Federación de Estudiantes. Programas y objetivos. Composición social y organización interna. Vocación Hispanoamericanista. Relación con el obrerismo. Otros Aspectos. Tercera Parte: La coeducación. La cuestión religiosa y la campaña de desprestigio. INTRODUCCIÓN El presente trabajo de investigación versa sobre la relación conservatismomovimiento estudiantil en Panamá, durante los cinco primeros años de la década del veinte Si bien es cierto que nuestro marco en el tiempo y espacio histórico es la década del veinte, tuvimos por razones metodológicas, que hacer incursiones en la décadas anteriores para establecer mejores hilos lógicos de conducción del tema investigado. Por razones metodológicas hemos dividido esta ponencia en tres partes. En la primera de ella tratamos de manera general el conservatismo; su significación y su actuación en el caso concreto de Panamá. En nuestra segunda parte, estudiamos a la Federación de Estudiantes de Panamá, observando aspectos de relevancia como su surgimiento, programas, composición social, vocación hispanoamericanista etc. Esta parte es vital ya que nos permite ubicar en su justa dimensión y alcance el valor en la sociedad del momento de la organización estudiantil panameña. La tercera y última parte, está dedicado a los choques entre el conservatismo, y su alidada la Iglesia, con los estudiantes panameños haciendo especial referencia al aspecto de la cuestión religiosa y la campaña de desprestigio montada en la prensa conservadora del momento en detrimento de la Federación de Estudiantes. En la elaboración de la investigación se ha optado por la utilización de fuentes primarias, en nuestro caso particular, por periódicos de la época como los periódicos El Tiempo, el Diario de Panamá, La Estrella de Panamá, El Pueblo y otros más. También se hizo utilización de algunas fuentes secundarias, sobre todo en la elaboración de la primera parte. La utilización de fuentes primarias, tanto en la Biblioteca Nacional como en la Simón Bolívar de nuestra primera casa de estudios, hecha por tierra la tradicional tesis que sustenta que en nuestro país no hay fuentes documentales susceptibles de ser analizadas para la elaboración de novedosos trabajos investigativos. En la elaboración de todo trabajo están presentes las motivaciones personales y psicológicas, en nuestro caso, nos anima el atractivo que como dirigentes estudiantiles siempre hemos tenido por las organizaciones de este tipo; máxime hoy que tan cercano a los cien años de vida republicana las mismas están ausentes de la vida nacional, enclaustrándose solamente en su mundo universitario, con poca o ninguna participación seria y coherente en la vida nacional desvirtuando con ello el papel que los estudiantes han desempeñado históricamente en el fortalecimiento del Estado Nacional. Invitamos entonces a la lectura del trabajo, teniendo la mente abierta y el espíritu sereno para rectificar, discutir o debatir cualquier idea o interpretación que nosotros demos por válida. PRIMERA PARTE CONCEPTUALIZACIÓN TEORICA DEL CONSERVATISMO. Son innumerables las obras que a escala latinoamericana abordan la temática relacionada al origen, evolución y desarrollo del pensamiento y la acción conservadora, sobre todo en aquellos países que como en México o Colombia el peso especifico del conservadurismo es pilar básico para la comprensión del pasado decimonónico y de inicios del siglo anterior de ambas naciones. Empero, como afirma el reputado investigador José Luis Romero, para los historiadores latinoamericanos ha sido más atrayente el estudio de los procesos de cambios (liberalismo, modernización, progreso) en tanto que muestran cierto desdén al estudio de los fenómenos sociales que cambian lentamente, dentro de los cuales se inserta el pensamiento y la acción conservadora entendida esta como la oposición a los cambios violentos[1]. A pesar de dicha oposición, es incuestionable la influencia que el pensamiento conservador ejerció y aún ejerce en las sociedades de Nuestra América, como modo de perpetuar los legados tradicionales heredados de la colonia. De esta forma, tal cual afirma Romero : "En el fondo, el pensamiento político conservador era pragmático. Consideraba que la realidad, en todos sus aspectos: socioeconómico, político, ideológico, religioso-era algo dado y constituido en un pasado remoto, por obra divino, acaso, por un pacto social, que debía mantenerse inmutable o con el menor cambio posible.[2]" En el caso concreto de nuestro Panamá, son pocos los estudios que se han realizado en torno al pensamiento político conservador panameño y se acepta casi unánimemente que el mismo siguió las líneas motrices del conservadurismo colombiano decimonónico. Urge entonces, desde mi modo de ver las cosas, un estudio sistemático, moderno e integral que dilucide las líneas básicas del pensamiento conservador panameño, sus similitudes y diferencias con las del resto de Latinoamérica y su influencia directa en el nacimiento de la República y las primeras décadas de vida independiente. Invitamos a otros intelectuales a emprender este estudio, que a todas luces resultará provechoso. La pluma del pensador panameño Ricaurte Soler nos abre trochas interesantes sobre el conservadurismo en Panamá, al afirmar que el pensamiento conservador no tuvo profundos ecos en nuestro país por la ausencia del poder férreo de la Iglesia, la escasez de mayorazgos y la preponderancia de las actividades terciarias relacionadas con la explotación de la ruta de tránsito. Añade el autor en cuestión, que nuestra historia colonial no propicio el desarrollo de las formas de producción precapitalistas derivadas de la explotación del campo lo cual no permitió la existencia de una poderosa y mayoritaria mentalidad conservadora, aunque sin negar la existencia de ésta, en regiones especificas como Veraguas, por ejemplo[3]. EL CONSERVATISMO EN PANAMÁ. Durante las dos primeras décadas de la vida republicana son dos los partidos que dominan el escenario nacional: el Partido Liberal y el Partido Conservador. Ambos partidos unifican criterios en el momento crucial de nuestra separación de Colombia y obra del consenso de sus miembros es la elaboración de la Constitución de 1904. En el subsiguiente devenir histórico político de nuestro país, el Partido Conservador logra el dominio del gobierno para el período que va desde el nacimiento de la República hasta aproximadamente 1910, cuando figuras resaltantes de este partido ocupan la primera magistratura de la nación como Manuel Amador Guerrero y José De Obaldía. Posterior a esta fecha, paulatinamente el partido Liberal va desplazando al conservador del dominio del gobierno, sobre todo desde 1912 en más, cuando Belisario Porras se erige como referente político. Más aún, durante la década del diez y el veinte, el partido conservador no vuelve como tal a dirigir desde el gobierno, aún a pesar de que algunos de sus miembros participan de las administraciones liberales a título personal. En estas condiciones, el partido conservador durante la década del veinte, período en el cual se enmarca este estudio, experimenta procesos de agotamiento político, de escasa base social de apoyo urbano (centro de los manejos del poder), de falta de respaldo electoral y sobre todo, de ausencias de una figura aglutinadora, que en el caso liberal lo era Porras, capaz de superar los estancamientos con un nuevo discurso que atendiera las nuevas realidades sociales e ideológicas por las que atravesaba nuestro país gracias a procesos como la emergencia de nuevos actores y organizaciones sociales provenientes de los sectores medios y el obrerismo. Así, desde mi entender, el partido conservador no tuvo un discurso, ni mucho menos una orientación capaz de adecuarse a los nuevos tiempos, sin que ello implicase renunciar a sus postulados básicos: orden y respeto de las instituciones establecidas. Pero muy contrario a lo que se pueda pensar, el partido conservador, a pesar de sus dificultades, tuvo el empuje necesario para hacerse senir durante la década del veinte. Así lo confirman los innumerables llamados de la prensa de la época a las reuniones del Comité Directivo y la Junta Política del partido y a la beligerancia que en la escena nacional y ante específicos temas de debates como el caso de la coeducación, la enseñanza religiosa y la participación juvenil en los asuntos nacionales, tuvieron dos de los más destacados personajes conservadores de la época: José de la Cruz Herrera y Nicolás Victoria Jaén. Precisamente en la discusión de estos temas, está presente la impronta conservadora tradicional panameña de oponerse a los vientos de cambios ya que en nuestro país: "...los conservadores propugnaban por la conservación del sistema, la perpetuación del status quo de las estructuras políticas, económicas, sociales y religiosas existentes"[4]. Es este el partido conservador y su concepción estatista de los cambios que el naciente movimiento estudiantil panameño enfrentará en más de una ocasión durante el período en estudio, lo que no es más que la recreación en nuestro país de la vieja contradicción filosófica permanencia-movimiento. Antes de entrar en los enfrentamientos conservatismo-estudiantes, haremos una somera revisión a la Federación de Estudiantes de Panamá por considerar de suma importancia el observar la organización, postulados, orientaciones y actividades de la organización estudiantil panameña para comprenderla y enmarcarla en su justa significación histórica en la rica década del veinte panameño. EGUNDA PARTE Para la mayoría de los estudiosos de la historia de Panamá la Federación de Estudiantes tiene su génesis en 1944 luego de la celebración, el año anterior, del Primer Congreso Nacional de la Juventud. Sólo pocos autores como Tomás Herrera y Jorge Conte Porras reconocen la existencia, antes de la fecha arriba anotada, de la Federación de Estudiantes[5]. Pues bien, la Federación de Estudiantes de Panamá se funda el 4 de Noviembre de 1922 y actúa decididamente durante los años veinte para desaparecer, hasta donde hemos investigado, en la década del treinta vuelve a resurgir en los años cuarenta. Precisamente esta parte tiene por norte hacer una aproximación a la Federación de Estudiantes de Panamá de los años veinte, para saber de que organización estamos hablando al posteriormente hacer referencia a su oposición y enfrentamiento con los sectores conservadores y el clero. CONTEXTO HISTÓRICO DE SU EMERGENCIA. A finales de la década del diez e inicios del veinte se operaba en Latinoamericana un cambio profundo en las mentalidades, sobre todo en la de los sectores medios citadinos, que acusan la influencia de movimientos renovadores provenientes de hechos como la Revolución Rusa, la Revolución Mexicana y sobre todo la Reforma Universitaria de Córdoba. Estos hechos impactan positivamente en las juventudes de Nuestra América cuyos ecos no tardan en llegar a nuestro país. En este sentido, la prensa de la época recoge noticias, charlas y conferencias que se verificaban en el aula máxima del Instituto Nacional en donde se explicaban y debatían los postulados de los movimientos progresistas de aquel entonces. Sumado a lo anterior, las prédicas de Blázquez de Pedro y otros dirigentes populares contribuían a despertar en nuestras juventudes un sentido más critico en atención a los problemas de su entorno. No cabe duda entonces, que el ambiente intelectual era propicio para que en nuestro país se produjera en la década del veinte el surgimiento, no ya sólo de la Federación de Estudiantes de Panamá, sino también de otras organizaciones como Acción Comunal y grupos feministas. Estas nuevas organizaciones surgidas para aquellas fechas van paulatinamente a cuestionar al populismo porrista, que ya para entonces estaba agotando sus potencialidades de convocatoria. Debemos ver entonces en el surgimiento de estas agrupaciones, tal cual afirma el profesor Fernando Aparicio a: "Una nueva Generación más crítica y radical que comienza a buscar su propio camino, alejada de los partidos políticos tradicionales y de los personalismos caudillescos.[6]" En esencia, el contexto ideológico de la época era propicio para la emergencia de organizaciones que como la Federación de Estudiantes de Panamá ( de aquí en adelante utilizaremos las siglas F.E.P.) representaba los nuevos aires de las juventudes latinoamericanas. PROGRAMAS Y OBJETIVOS DE LA F.E.P. Los programas y objetivos de la F.E.P los pudimos obtener de el Diario de Panamá, de Noviembre de 1924 en donde se presentan los siguientes: A- Fomentar el espíritu de unión y compañerismo sincero y efectivo entre todos los estudiantes de las naciones del orbe, en especial de los países hispanoamericanos. B- Propender a la más amplía libertad de estudios y facilitarlos y extenderlos por todos los medios a su alcance con el fin de hacerlos llegar a las capas sociales pobres, privada hasta la fecha de sus beneficios. C- Estrechar vigorosamente las relaciones de simpatía entre los estudiantes, el profesorado y los obreros. D- Lograr la efectividad de los derechos y aspiraciones de sus asociados, así también como el religioso cumplimiento de sus deberes. E- Luchar por todos los medios posibles por mejorar la condición ética de los estudiantes y estimar las diversiones y entretenimientos sanos y provechosos, con el objeto principal de obtener mediante ellos el doble beneficio recreativo y educacional. F- Procurar de manera sostenible el mantenimiento y buena escogencia del profesorado nacional. G- Dar su opinión sincera y altruista de todos los problemas que afectan al Estado, y procurar además su adecuada y honrada solución.[7] Del análisis de este programa podemos inferir que estamos en presencia de una organización con objetivos claros y bien definidos, destacándose de entre ellos su vocación hispanoamericanista, el interés por la extensión de la educación popular, aspiraciones de libertad de estudio y afán de estrechar lazos con el obrero. En estas aspiraciones esta el sello distintivo de postulados ya enunciados por el movimiento reformista de Córdoba, lo cual prueba, a nuestro entender, el influjo que en Panamá tuvo dicho movimiento. Pero para nosotros lo más sobresaliente del programa en cuestión, es el punto en donde se refieren al derecho que tienen de dar su opinión en todos los problemas que afecten al Estado. De suma importancia es lo anterior porque muestra que la F.E.P. no sólo aspira a participar en cuestiones educativas, sino que pretende ir más allá involucrándose en asuntos nacionales. No resulta extraño entonces que al producirse el debate del tratado de 1926 la organización estudiantil panameña emite su opinión, habida cuenta que este era uno de sus principales postulados. III-COMPOSICIÓN SOCIAL Y ORGANIZACIÓN INTERNA. Al referirse a movimientos estudiantiles, los autores latinoamericanos los ubican, socialmente hablando, al sector de la clase media, sectores medios o capas medias[8]. En el caso que nos ocupa, la F.E.P. muestra una clara tendencia hacia las emergentes capas medias profesionales, pero también con importantes hijos de obreros en su seno, lo que le confiere, a nuestro entender, un carácter social multisectorial. Esta multisectorialidad implica que dentro de la F.E.P. coexistan distintas corrientes de opiniones. De una parte, los que hemos dado en llamar los radicales, es decir de aquellos que como Luis A. Rodríguez, Diógenes de la Rosa y José Chorres se orientaban más a grupos obreros y socialistas y tenían mayor preocupación por asuntos relacionados a la cuestión social, extensión de la educación popular enfrentándose más frontalmente a los poderes constituidos y a los grupos conservadores. En el otro extremo, los denominados moderados que como Agustín Ferrari, Menalco Solís, Ignacio Quiróz y Quiróz y Joaquín F. Franco mostraban un mayor acercamiento a grupos como Acción Comunal y preferían orientar a la organización hacia fines más gremiales y académicos. Estos dos grupos fueron los que se enfrentaron desde la fundación de la F.E.P. por obtener el control y en ese enfrentamiento, que encuentra su momento más álgido en los sucesos del movimiento inquilinario, están las causas de su agotamiento. En atención a su organización interna se seguía el siguiente esquema: cada escuela o curso superior miembro escogía dos delegados. La unión de todos los delegados formaba el Comité Directivo de la F.E.P. A este Comité le correspondía la escogencia de los miembros de la Junta Directiva cuyos cargos eran: Presidente, Vicepresidente, Secretario, Subsecretario y Tesorero[9]. Cabe anotar que según los reglamentos de la F.E.P. la elecciones se llevaban a cabo anualmente lo que motivaba que la organización viviera en constante convulsión electorera. Para el período estudiado por nosotros, de 1922 a 1926 estos fueron los presidentes de la F.E.P. : De 1922 a 1924: Alberto Luis Rodríguez. De 1924 a1925: Menalco Solís. De 1925 a 1926: Justo P. Espino. Cuando las decisiones que se tenían que tomar eran muy delicadas se convocaba entonces a una Asamblea General de Estudiantes, esfera de mayor decisión y fuerza dentro de la organización. Entre las escuelas miembros de la F.E.P. tenemos que en 1923 estaban afiliadas la escuela de agrimensura, de derecho y ciencias políticas, el curso superior de matemática, el de castellano, la escuela de farmacia, la escuela de comercio, la escuela profesional, la escuela de artes y oficios y el instituto nacional. También perteneció a la F.E.P. el colegio La Salle, pero por poco tiempo, ya que las disputas religiosas entre los estudiantes y los conservadores católicos provocaron que los curas influyeran en sacar al colegio La Salle de la organización estudiantil panameña. Añadimos que para 1925 el número de estudiantes federados era de 358. Por lo antes anotado observamos que la composición social de la F.E.P. era multisectorial y su organización interna centralista. VOCACIÓN HISPANOAMERICANISTA. Uno de las características resaltantes de la F.E.P. era su vocación hispanoamericanista de hermandad y apoyo a los movimientos estudiantiles de nuestro continente. En la prensa de la época se recogen infinidad de cartas que muestran y prueban dicha vocación de unión y solidaridad para con los pueblos hermanos. Dentro de esta vocación hispanoamericanista, es con el movimiento estudiantil peruano, perseguido por el dictador Leguía, con el cual la F.E.P. establece los mayores nexos de unión y compañerismo. Prueba de lo anterior es el siguiente telegrama: "Por periódicos hémonos enterado de vuestra actitud noble, levantada, progresista que aplaudimos. Estudiantes Panamá protestan enérgicamente atropello inaudito integridad estudiantil. Estudiantes América deben sentirse heridos honor. Ningún obstáculo impedirá triunfen nuestros ideales comunes"[10]. Vemos entonces que para los estudiantes panameños el problema de sus compañeros peruanos es el de todos los estudiantes americanos, prueba más de su nivel de solidaridad. Es más, por nuestro país pasaron importantes elementos estudiantiles peruanos como Víctor Raúl Haya de la Torre, quien en una conferencia en el aula Máxima del Instituto Nacional pronuncia un discurso titulado El deber de la juventud hispanoamericana en donde reafirma la vocación de hermandad que debe caracterizar a los estudiantes americanos. Al igual que con Perú, la F.E.P. también entabla relaciones con los movimientos estudiantiles de Cuba, Guatemala, Chile, Costa Rica y Argentina. La prueba más contundente de la vocación hispanoamericanista de la F.E.P. es la invitación que ellos hacen a todas las Repúblicas hermanas para la celebración del Congreso Estudiantil Bolivariano: "La Federación de Estudiantes de Panamá invita categóricamente a todos sus hermanos de Hispanoamérica a constituir en esta ciudad un Congreso Bolivariano, cuya inauguración hace fijado para el día 22de junio del año 1926"[11]. Este congreso bolivariano estudiantil no se celebro en razón de que fue cancelado el apoyo que el gobierno de Chiari le iba a ofrecer a la F.E.P. como consecuencia de la participación de algunos de sus elementos en el movimiento inquilinario RELACIÓN CON EL OBRERISMO. En la década del veinte surgen importantes organizaciones obreras como La Federación Obrera de Panamá, y posteriormente, fruto de la fragmentación interna de ésta, el Sindicato General de Trabajadores. Con estas organizaciones obreras la F.E.P. mantiene estrechos lazos que se explican por el hecho de que parte de los objetivos de la organización estudiantil radicaban en establecer nexos con el obrero panameño en procura de su mejoramiento. En estas condiciones, el Comité Directivo de la F.E.P. acuerda enviar una comisión al seno de la Federación Obrera compuesta por los estudiantes Ignacio Quirós y Quirós, Alberto L. Rodríguez, Víctor Villalobos, Joaquín F. Franco, Rafael Samudio y Ramón Morales. En la nota que le envían los estudiantes a la Federación Obrera y en donde dan cuenta de su adhesión a esta manifiestan que: " este paso, señor presidente, es hijo del convencimiento cierto que tenemos que el obrero y el estudiante están obligados, más que ningún otro, a compactar filas y a presentar un frente único, respetable y reformado, en la lucha por la consecución de una ida mejor, en donde se enseñoree efectivamente los elevados y saludables principios de justicia, equidad y libertad"[12]. La cita anterior muestra a las claras la intención de los estudiantes panameños de estrechar relaciones con el obrero para formar un frente único. Este binomio estudiante-obrero no escapa al contexto general latinoamericano en donde, en casos concretos como Perú, Cuba y México se producían situaciones similares. Igualmente la F.E.P. impulsa la creación de las llamadas Universidades Populares tendientes a mejorar el nivel de instrucción del obrero y las sectores necesitados del país. Sabemos, por fuentes presenciales de la época, en este caso Calixto Bristán,[13] que una vez producida la fragmentación a lo interno de la Federación Obrera el grupo de estudiantes radicales se va con los llamados "rojos" a fundar el Sindicato General de Trabajadores. Lastimosamente, esta información no la pudimos corroborar en la prensa de la época. De cualquier forma, lo que nos interesa destacar aquí es que los estudiantes panameños participan activamente en el seno de las más importantes organizaciones obreras del país, lo que a no dudarlo le facilitara la toma de experiencia en el campo organizativo y en el combate ideológico. Antes de terminar este apartado es prudente destacar el rol que desempeño la mujer panameña a lo interno de la F.E.P. En efecto, mujeres como Otilia Arosemena, Graciela Rojas, Lidia Sogandares (primera mujer médico del país) Blanca Carles, Rosa Navas y Nelly Reeves, entre otras, participaron activamente dentro de la F.E.P. llegando a formar parte del Comité Directivo. De la misma forma, Clara González era frecuentemente invitada por los estudiantes para disertar sobre feminismo y es precisamente ella la que emprende la reorganización de la F.E.P. luego de octubre de 1925. OTROS ASPECTOS. La F.E.P. como parte de sus actividades también se dedicaba a la promoción de actividades recreativas, a la celebración de reinados estudiantiles, de verbenas, de competencias deportivas y académicas y a celebración, por todo lo alto de la semana del estudiante. En la semana del estudiante de 1924, se aprueba por parte del gobierno nacional la inauguración de la calle del estudiante, aledaña al Instituto Nacional y que todavía se mantiene[14]. En otro orden de ideas, la F.E.P. tenía amplia cobertura en los medios periodísticos de la época. De esta forma,, tanto en la Estrella de Panamá, como en el Diario de Panamá, El Tiempo y El Espectador había secciones dedicadas única y exclusivamente a los estudiantes. También los estudiantes poseían su propio órgano informativo denominado revista Juventud, de la cual sólo hemos hallado el número correspondiente a Diciembre de 1924, copia del cual entregamos a usted el día de la exposición oral. Al realizar esta incursión en la F.E.P. lo hacemos con la finalidad de ubicar a esta organización en su justa medida, hasta ahora desconocida por la mayor parte de la historiografía criolla, y para demostrar que su oposición al tratado de 1926 no surge por combustión espontánea sino que parte de objetivos, programas y prácticas serias que la ubican, a la par de otras organizaciones de la época, como progresista y dinámica. TERCERA PARTE. En esta última parte de nuestra ponencia, haremos referencia al choque entre los sectores conservadores panameños y el movimiento estudiantil panameño representado por la Federación de Estudiantes de Panamá. Observaremos aspectos como el debate sobre la imposición de la coeducación, la cuestión de la separación de la enseñanza de la religión y la campaña de desprestigio en contra de los estudiantes por parte de la prensa conservadora de la época. LA COEDUCACIÓN. Debido a los problemas económicos por los cuales atravesaba el país a finales de la década del diez del siglo veinte, derivados de la terminación de las obras del canal y los efectos económicos negativos de la Gran Guerra, el Gobierno Nacional propone en 1919 el establecimiento de la Coeducación, es decir, la educación paralela y simultanea de niños y niñas como forma de aliviar las cargas presupuestarias del ramo educativo. Tal propuesta causó el desagrado de los sectores conservadores panameños, para los cuales era impensable que ambos sexos compartieran el mismo aula de clases. Bien es cierto que en 1919 no estaba constituida la Federación de Estudiantes de Panamá, pero ya existía cierta agitación juvenil por constituirla a la vez que este hecho nos ilustra claramente en la concepción conservadora de la época. En efecto, José de la Cruz Herrera (uno de los más notables conservadores del período) al preguntarle un periodista sobre la coeducación en el Instituto Nacional ,contesta: "...Varias veces ha llamado el Rector la atención a sus discípulos a causa de los corrillos y cuchicheos de muchachos y muchachas en los pasillos y escaleras, que dice, puede perjudicar a la coeducación, que tiene muchos enemigos, y que si fracasa en el Instituto fracasará en todo el país. Además, una señorita, según lo refieren públicamente los alumnos en la calle y me lo ha confirmado un profesor del establecimiento, es víctima de palabras, señales y letreros indecentes de sus compañeros, a tal punto, que tuvo que atenerse de volver a clases. Y sobre el resultado de la coeducación en Panamá no quiero mencionarle además sino la plaga de cartas amorosas entre condiscípulos y condiscípulas"[15]. Más aún, desde el interior del país, llegan multitud de cartas y telegramas pidiendo el no establecimiento de la coeducación, solicitudes que en su mayoría provenían de grupos conservadores. Como muestra observemos el siguiente telegrama que desde Aguadulce se le envía al Secretario de Instrucción Pública, Jeptha B .Duncan : "Los suscritos pedismole no imponga coeducación aquí. Basamosnos en lo siguiente: Que a U.D. han llegado en años anteriores solicitudes nuestras pidiendo hermanos cristianos como maestros de aquí y nos han sido concedidas. Que enseñanza dada por ellos llenan aspiraciones del pueblo que es eminentemente cristiano y que otorgándoles a hermanos nombramiento dicho cargo, coeducación no estaría en consonancia estatutos de su comunidad. Por ello ingenuamente reiteramos a usted conceda legítimo derecho"[16]. Siguen firmas Estos ejemplos muestran, a mi entender, la oposición que los grupos conservadores mostraban ante los cambios, máxime cuando estos atentaban contra las normas que tradicionalmente habían regido sus existencias. Aceptar que ambos sexos compartieran experiencias de aprendizaje era mortal para ellos ,ya que esto implicaba el intercambio de opiniones y de experiencias de vida reñidas con la educación tradicional y estática por ellos aprobada. Muestra en esencia la resistencia al cambio, rasgo común del conservatismo panameño antes de la emergencia de la Federación de Estudiantes de Panamá. LA CUESTION RELIGIOSA Y LA CAMPAÑA DE DESPRESTIGIO. Entre 1923 y 1924, surge otro debate importante en el cual ya participan los estudiantes panameños, es el relacionado a la cuestión religiosa o separación de la religión y la educación. Como no es de extrañar, la ocasión es aprovechada por los elementos conservadores y el clero para tachar a miembros de la Federación de Estudiantes de ateos e irreverentes. Como prolegómenos de este hecho, tenemos que en 1923 los estudiantes del Instituto Nacional y los del Colegio La Salle debaten públicamente cuestiones religiosas. Ello motiva que el secretario de Instrucción Pública le escriba el rector del Instituto Nacional en los siguientes términos: "Este despacho ha tenido conocimiento de que recientemente,con motivo de la organización de la Asociación de Estudiantes, se ha suscitado la cuestión religiosa en ese plantel, lo que ha dado origen a una controversia periodística entre los alumnos del colegio La Salle y los del Instituto Nacional. Como usted comprenderá, es sensible en alto grado lo ocurrido, y por tanto nos incumbe evitar que en adelante se promueva la cuestión religiosa entre los alumnos, pues ello excita los ánimos y fomenta un espíritu de discordia que redunda en perjuicio de las labores escolares. Además, esta clase de discusiones atraen hacia el Instituto, sin provecho alguno, la antipatía del elemento católico que forman la mayor parte de los elementos del país"[17]. El debate por la separación de la enseñanza religiosa de las escuelas continua y los diarios católicos y conservadores El Pueblo y las Noticias acusan a la F.E.P. y sobre todo a sus elementos mas radicales, de apoyar dicha separación, situación que a las claras mostraba la falta de respeto a la moral, el orden y la religión de los estudiantes panameños. A estas acusaciones, algunos de los elementos de la F.E.P. como el moderado Víctor M. Villalobos manifestaba que esta organización estudiantil no atacaba ni defendía a ninguna religión en particular y que: " La Federación de Estudiantes cuando se discutía el asunto tan trascendental para los estudiantes, cual es el de la enseñanza religiosa en los colegios oficiales, podemos asegurar que no tercio en el debate, aisladamente uno que otro estudiante emitió su opinión, hasta dicen que algunos vociferaron en las barrras de la Asamblea Nacional cuando eso se discutía. Bien, puede ser cierto todo eso, pero esas manifestaciones no han sido ni pueden ser de ninguna manera consecuencia de la Federación de Estudiantes, ella como entidad no se preocupo del debate. Cosa que lamentamos porque ella ha debido tomar parte en ello.[18]" Observamos de lo anteriormente escrito que la F.E.P no emitió un comunicado oficial en donde constara su posición en relación al asunto en cuestión, más sin embargo, es innegable que miembros radicales de la F.E.P. como Diógenes de la Rosa, Alberto Luis Rodríguez, José Chorres y otros si emitieron públicamente su opinión a favor de la separación de la enseñanza religiosa de la educación nacional. Pero lo que llama la atención es la forma en que la ocasión es aprovechada por los medios informativos conservadores para desprestigiarlos, acusándolos de ateos, masones y socialistas. Ante esta eventualidad la F.E.P. emite el siguiente comunicado: “La Federación de Estudiantes de Panamá, en vista de la campaña que en su contra vienen haciendo en los púlpitos de la Iglesia y en los periódicos El Pueblo y Las Noticias de esta ciudad, protesta de la manera más enérgica ante esta campaña que lesiona su dignidad y honor. Hace un llamamiento formal a los estudiantes panameños de los diferentes sexos a formar en esta hora solemne un frente único para defender su buen nombre y sus sanos propósitos que no van en contra de ninguna religión, sino que tienden a la implantación de los nuevos ideales de justicia y verdades sociales"[19]. A pesar lo los ingentes esfuerzos hechos por la F.E.P. para demostrar que ellos no se oponían a la religión católica, base del conservatismo, la campaña de injurias prosigue llegando al extremo de aparecer en el diario conservador El Pueblo desde enero hasta mayo de 1925, en primera plana, la siguiente advertencia: A los Padres del Interior. “Los padres de familia del interior que envían a sus hijos e hijas a estudiar a la ciudad de Panamá, convienen que sepan que la llamada federación de Estudiantes es una asociación de carácter irreligioso y ateo, gobernada por dos o tres cabecillas exaltados, que proponen arrebatar a los jóvenes y niños los principios religiosos, base de toda moralidad. Ampliamente se vio esto en los debates de la Asamblea Nacional, cuando los estudiantes aplaudieron al diputado Turner con los gritos de ¡abajo los curas! ¡mueran los frailes! ¡abajo la religión!"[20] La nota anterior demuestra el encono de los grupos conservadores y católicos hacia la F.E.P., pero no por el hecho de ser la F.E.P. sino por ser jóvenes animados de los nuevos ideales de renovación y justicia social, ideales contrarios al sentido de permanencia y estatismo propios del accionar conservador. En otras palabras, por ser partidarios de la reforma y el cambio. En esas condiciones, para el conservatismo era más fácil acusarlos a anticristianos, ateos y masones como medio de colocar sobre ellos el repudio generalizado de la sociedad del momento. Por eso no es de extrañar que cuando con motivo de las elecciones presidenciales de 1924, surge la idea de colocar en la Secretaría de Instrucción pública a un conservador de práctica y de principios como Nicolás Victoria Jaén, los estudiantes panameños se opongan enérgicamente por considerar que con ello la educación nacional sufriría un sensible retroceso. Más aún, escriben lo siguiente: "El Comité Directivo de la Federación de Estudiantes de Panamá, en vista de las gestiones que se hacen en toda la república para que el nuevo presidente escoja para la Secretaría de Educación Nacional a un conservador de principios y prácticas, sin la intención de disminuir la libertad amplia que concede la Constitución al Presidente de la República para nombrar a los miembros del gabinete, manifiesta sus deseos de que se mantenga en la Secretaría de Instrucción Pública un liberal abierto a todas las corrientes ideológicas, para evitar así la retrogradación de la educación nacional"[21]. Para los estudiantes panameños colocar al frente de la educación nacional a un elemento conservador era motivo de recelo y hasta antipatía, habida cuenta que es el mismo Nicolás Victoria Jaén, el que años anteriores, siendo director de la Escuela Normal de Institutoras, se había opuesto al ingreso de éstas a la F.E.P. lo que lleva a éstos a responder que: Quienes se han opuesto decididamente a ello; basados en un errado concepto de la misión y objeto de entidades estudiantiles autónomas, y han considerado siempre a la Federación de Estudiantes como una entidad disolvente en el sentido de destrucción. Este criterio, claro está, es estrecho e hijo de prejuicios y del desconocimiento del verdadero papel del estudiante y de nuestras ideas. Este criterio ridículo y absurdo, ha mantenido contra su voluntad (esto es lo peor) fuera a las Señoritas Normalistas de la Federación de Estudiantes y quienes así obran y aconsejan, no se dan cuenta del gran mal, del inmenso daño que han hecho y hacen a las señoritas estudiantes[22]". Las discrepancias a las cuales hemos hecho mención anteriormente muestran a las claras la animadversión existente entre estos dos actores sociales de la década del veinte: el conservatismo y el movimiento estudiantil. CONCLUSIONES. El pensamiento y la acción política conservadora en América Latina y Panamá tiende a grandes rasgos a la perpetuación del status quo heredado de antaño introduciendo en los mismos pocos y lentos cambios. En estas condiciones, el conservatismo en Panamá es, en conjunto con el partido liberal, los dos referentes políticos de las dos primeras décadas de la República, alternándose el poder hasta que paulatinamente y sobre todo desde 1912 el liberalismo emerge como la fuerza política dominante. Para la década del veinte el Partido Conservador carece de la fuerza, empuje y el apoyo de la hora inicial de la Republica, pero ello no es óbice para que figuras prestantes de este colectivo como José de la Cruz Herrera y Nicolás Victoria Jaén manifiesten posiciones contrarias al cambio y a la participación juvenil en los asuntos nacionales, ejemplificadas para aquellas calendas en la Federación de Estudiantes de Panamá. Esta organización estudiantil panameña, la primera en su genero, hasta donde hemos investigado, partía de bases sólidas. Fundada el 4 de noviembre de 1922, desempeño roles activos en la vida nacional de aquel entonces. Surgida dentro del ambiente intelectual de finales del diez e inicios del veinte del siglo anterior, esta organización tenía programas y objetivos que transcendían los meramente gremialistas y académicos para proyectarse al resto de la sociedad y allende nuestras fronteras. De esta forma, encontramos en la F.E.P. actitudes progresistas de acercamiento con los sectores obreros, de solidaridad internacional, de debate a lo interno del grupo y de pugna con los grupos conservadores. Además, de una amalgama social en su seno que se traducía en lucha y separación entre radicales y moderados con distintas orientaciones políticas. En esencia, estamos en presencia de una organización activa, dinámica y polémica. Tan dinámica y polémica, que sus contradicciones con el conservatismo panameño y uno de sus principales agentes: la iglesia, son recurrentes lo que prueba en esencia el choque entre los elementos custodios del estatismo y las fuerzas de renovación y cambio expresadas en el movimiento juvenil y estudiantil. Esperamos humildemente que este pequeño aporte al conocimiento de nuestro ayer sea de gran beneficio para todos aquellos interesados en el conocimiento y comprensión de lo que hemos sido, somos y seremos. FUENTES CONSULTADAS. FUENTES PRIMARIAS. Archivos Porras. Cartas Generales, Tomo VII, Serie 2-09, año 1921 Archivos Porras. Secretaría de Instrucción Pública, Tomo XIV, Serie 9-01, año 1923. FUENTES PERIODISTICAS. Periódicos El Tiempo, La Estrella de Panamá, el Diario de Panamá, El Heraldo, El Espectador, El Obrero y El Pueblo con especial referencia a los siguientes artículos ordenados cronológicamente: "Entre los estudiantes panameños y peruanos". El Tiempo, 16 de Julio de 1923. "Nota de los estudiantes". El Obrero, 29 de Septiembre de 1923. " La F.E.P. y su nueva junta directiva". Diario de Panamá, 30 de Junio de 1924. "La Federación de Estudiantes y las Normalistas". El Tiempo, 25 de Agosto de 1924. "Vida Estudiantil". El Tiempo, 15 de Septiembre de 1924. "El programa de la Federación de Estudiantes". La Estrella de Panamá, 29 de Octubre de 1924. "La Federación de Estudiantes protesta por la campaña que en su contra hace el Clero". El Tiempo, 9 de Diciembre de 1924. "Sección estudiantil". Diario de Panamá, 20 de Diciembre de 1924. "A los padres de familia del interior". El Pueblo, 23 de Febrero de 1925. " Los estudiantes panameños hablan a sus compañeros de las Repúblicas americanas". La Estrella de Panamá, 25 de Junio de 1925. LIBROS: ARAUZ, Celestino y PIZZURNO, Patricia. Estudios sobre el Panamá Republicano. Manfer, Bogotá, 1996. AVILA, Víctor. Panamá luchas sociales y afirmación nacional. C.E.L.A. Panamá, 1998. CONTE PORRAS, Jorge. La Rebelión de las Esfinges. Impresora Litho, Panamá, 1977. DE LA CRUZ HERRERA, José. Educación y Coeducación en Panamá. Librería y papelería la Academia, Panamá, 1919. ROMERO, José Luis. Pensamiento Conservador. Biblioteca Ayacucho. Caracas, Venezuela, S/F SOLER, Ricaurte. El pensamiento político en los siglos XIX y XX. Biblioteca de la Cultura Panameña. Panamá, 1988. TRABAJOS DE GRADUACIÓN. AVILES, Enrique y CORDOBA, Ericka. Los sectores medios en Panamá. Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá, 1998. CHAVEZ, Migdalia y THOMAS, Liriola. Memorias de un proletariado. Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá, 1983. LADEYMA, Milock y otros. Partidos y corrientes políticas que se agitaron en Panamá durante la década del veinte. Trabajo de Graduación, Universidad de Panamá, 1990. ARTICULOS DE REVISTAS. APARICIO, Fernando. "Significación, alcances y limitaciones de la experiencia porrista" Revista Humanidades, Diciembre de 1993. HERRERA, Tomás. "Emergencia del activismo estudiantil en el movimiento popular panameño". Revista Universidad, Sept-Dic de 1997. -------------------------------------------------------------------------------Notas [1] José Luis Romero. Pensamiento Conservador 1815-1898. Biblioteca Ayacucho, Caracas, Venezuela, S/F, página IX. [2] Ídem, página XIV. [3] Ricaurte Soler. El pensamiento político en los siglos XIX y XX. Biblioteca de la Cultura Panameña, Panamá, 1988, página 76. [4] Milock Ladeyma y otros. Partidos y Corrientes políticas que se agitaron en Panamá durante la década del veinte. Trabajo de Graduación. Universidad de Panamá, 1990, página 47. [5] Ver al respecto: Jorge Conte Porras. La rebelión de las esfinges. Impresora litho, Panamá,1977 y Tomás Herrera "Emergencia del activismo estudiantil en el movimiento popular panameño". Revista Universidad, Septiembre-Diciembre 1997. [6] Fernando Aparicio. "Significación, alcances y limitaciones de la experiencia porrista 1912-1924". Revista Humanidades, Diciembre de 1993, páginas 149-154. [7] "La Liga de Naciones y la Federación de Estudiantes". Sección Estudiantil a cargo de Víctor M.Villalobos. Diario de Panamá, 21 de Noviembre de 1924, página 4. [8] Ver a este respecto, sobre todo la parte teórica: Enrique Avilés y Ericka Córdoba. Los Sectores Medios en Panamá. Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá, 1998. [9] "La Federación de Estudiantes y su nueva Junta Directiva. Sin firma. Diario de Panamá, 30 de Junio de 1924, página 1. [10] "Entre los estudiantes peruanos y panameños". Sin firma. El Tiempo, 16 de Julio de 1923, página 1. [11] "Los estudiantes panameños hablan a sus compañeros de las Repúblicas Americanas". La Estrella de Panamá, 25 de Junio de 1925, página 1. [12] "Nota de los estudiantes". El Obrero, 29 de Septiembre de 1923, página 1. [13] Migdalia Chavéz y Liriola de Thomas. Memorias de un proletariado. Facultad de Humanidades. Universidad de Panamá, 1983. [14] "El programa de la fiesta del estudiante". El Tiempo, 29 de Octubre de 1924, página 2. [15] José de la Cruz Herrera. Educación y Coeducación en Panamá. Librería y papelería la Academia de José de la Cruz Herrera. Panamá, 1919, página 24.25. [16] Archivo Porras. Cartas Generales, Tomo VII, Serie 2-09, folio 028. [17] Archivo Porras. Secretaria de Instrucción pública. Tomo XIV, serie 9-01: año 1923, folio 504 [18] "Sección Estudiantil" a cargo de Víctor Villalobos. Diario de Panamá, 20 de diciembre de 1924, página 4. [19] "La Federación de Estudiantes protesta por la campaña que en su contra hace el clero". Firmado por el Comité Directivo. El Tiempo, 9 de Diciembre de 1924, página 1. [20] "A los padres de familia del Interior". El Pueblo, 23 de Febrero de 1925, página 1. [21] Tomado de Vida Estudiantil a cargo de Alberto L.Rodríguez. El Tiempo, 15 de septiembre de 1924, página 2. [22] "La Federación de Estudiantes y las normalistas". "Vida Estudiantil" a cargo de Alberto L. Rodríguez. El Tiempo, 25 de agosto de 1924, página2.