EL TRABAJO DE LAS MUJERES EN LA ECONOMÍA

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El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
Mª del Carmen Barrera Casañas
EL TRABAJO DE LAS MUJERES EN LA ECONOMÍA FORMAL Y
NO FORMAL. CAMBIOS POR COHORTES GENERACIONALES
INTRODUCCIÓN
Históricamente las mujeres han desempeñado trabajos extradomésticos. En la
mayoría de los casos la realización de estos trabajos ha respondido a las necesidades
económicas familiares, y a pesar de ello socialmente este fenómeno ha tendido a
presentarse como una amenaza para el equilibrio tradicional de la familia. Y es que,
bajo el sistema patriarcal, todavía
imperante en los
países económicamente más
desarrollados, el modelo ideal de mujer ha respondido al de “mujer burguesa”, dedicada
al cuidado de los/as hijos/as y al trabajo del hogar, con lo cual la situación social de las
trabajadoras extradomésticas ha sido valorada como vejatoria.
Con esta comunicación se pretende dar a conocer que históricamente las mujeres
han desempeñado trabajos extradomésticos, aunque la mayoría de ellos no han estado
reconocidos por las estadísticas oficiales del empleo. Explicaremos cómo se producen
las pautas laborales de las mujeres y sus fluctuaciones entre las diversas esferas
económicas (economía doméstica, formal y no formal), centrándonos en el análisis de
las variables que condicionan estos comportamientos, y atendiendo también a las
diferencias por cohortes generacionales.
Para ello, partiremos de algunas consideraciones sociohistóricas sobre el trabajo
femenino. De forma más concreta, y con la finalidad de justificar la parte teórica de la
ponencia, daremos a conocer los resultados de dos estudios empíricos sobre la situación
laboral de las mujeres canarias.
El primero de los estudios, de carácter cuantitativo, está centrado en la situación
laboral de las mujeres de la comunidad canaria entre las décadas de los 70 y 90. Para
ello, se ha explotado la información estadística de los segundos trimestres de las EPAs
entre 1977 y 1997, tomadas de forma quinquenal. A través de ellas se ha atendido a las
diferencias generacionales e intersexuales frente a las variables básicas que definen al
mercado laboral (actividad, ocupación y paro).
Con el segundo, de carácter cualitativo, mostramos, de manera esquemática, la
percepción que mantienen las mujeres de ciertos municipios de la isla de Tenerife sobre
las posibilidades de empleo. Para esto se realizaron cuarenta y tres grupos de discusión
entre las mujeres de los municipios de El Tanque, Los Silos, Garachico, Buenavista,
1
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
Mª del Carmen Barrera Casañas
Icod, La Guancha, Los Realejos, El Puerto de La Cruz, El Rosario, La Victoria y La
Matanza.
CONSIDERACIONES SOCIOHISTÓRICAS
La incorporación o integración masiva de las mujeres en el mercado de trabajo
no es un fenómeno nuevo en el comportamiento laboral de éstas, ya que ellas siempre
han trabajado fuera de los hogares. Incluso, en ciertos momentos históricos
(especialmente en épocas de Guerra), su inserción laboral también fue un fenómeno
global. De no concebir esta observación se desacreditaría buena parte del trabajo
realizado por las mujeres a lo largo de la historia, por lo que entendemos que la
definición de “integración masiva”, utilizada por los especialistas del trabajo para hacer
referencia a la incorporación de las mujeres procedentes de todas las clases sociales,
debe de ser integrada en un nuevo contexto socioeconómico.
Como se anotó anteriormente, la mayoría de las mujeres han trabajado fuera de
los hogares especialmente por necesidades económicas. De hecho, los estudios sobre el
trabajo de las mujeres mantienen en común que la integración laboral de este colectivo
de la población ha obedecido más a las propias exigencias del sistema capitalista que al
carácter voluntario1 de las propias mujeres, aunque su participación laboral también ha
estado condicionada por las circunstancias. No cabe duda que en los últimos años la
aparición de los factores relacionados con la educación, los cambios de conducta y los
nuevos valores sobre el trabajo femenino han hecho que la incorporación de las mujeres
al mundo laboral se hiciese irreversible2, fenómeno que se ha hecho más visible entre
las generaciones más jóvenes y especialmente entre las más formadas.
Los roles que cumplen las mujeres en el ámbito doméstico determinan
sistemáticamente las actitudes que éstas desean llevar a cabo fuera del hogar. Debido a
las responsabilidades familiares que, de forma sociocultural, han adquirido las mujeres
sobre el trabajo del hogar, el cuidado de los/as hijos/as y de los demás miembros de la
unidad familiar, las tareas del ámbito privado suelen tomar prioridad en relación con lo
público. Dichos roles condicionan, cuando no impiden o dificultan, las posibilidades de
las mujeres en las salidas laborales.
La incidencia de estos factores no sólo es visible entre las mujeres de los
diversos países, sino también entre los colectivos de las distintas zonas geográficas de
1
Anker, R. Las mujeres trabajadoras en los países socialistas: relación del trabajo femenino con la
fecundidad. MTSS. Madrid. 1991, pp 30.
2
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un mismo Estado. Concretamente, y en caso que aquí nos ocupa, éstas son perceptibles
entre las mujeres de la comunidad canaria con respecto al resto de las españolas, así
como entre los espacios geográficos de una misma isla. En este sentido apuntamos
algunos factores que han explicado la diferente participación laboral de las canarias con
respecto al resto de las españolas. Estos podrían resumirse: las canarias han tendido a
tener más hijos que el resto de las españolas, las canarias contraen matrimonio antes que
las españolas, el nivel de formación de las primeras ha tendido a ser inferior al de las
segundas. También ha incidido la escasa división sectorial y sexual del mercado laboral
canario, y las constantes crisis económicas que, si bien en muchas ocasiones ha
obligado a las mujeres a salir a trabajar, también las ha desanimado para hacerlo. Todas
estas diferencias son perceptibles entre las mujeres de las distintas islas.
En general se ha observado, que en los momentos de baja económica, muchas
mujeres que trabajaban en la economía formal son expulsadas del mercado, por lo que
se ven obligadas a trabajar exclusivamente en el hogar. Otras empleadas en la economía
formal pasan a trabajar a la economía no formal, algunas, dedicadas exclusivamente al
trabajo del hogar, se integran laboralmente (especialmente en la economía formal y no
formal), mientras que otras se niegan a abandonar el mercado de trabajo (constando en
situación de desempleo). No obstante, todas las mujeres están obligadas a trabajar en los
hogares. La fluctuación del colectivo de una esfera a otra resulta obvia. A pesar del
mayor nivel formativo de las mujeres, en dichos ámbitos éstas continúan desempeñando
las mismas actividades que han realizado a lo largo de la historia, las cuales podrían
resumirse en: servir, cuidar y educar. Trabajos que muchas de las mujeres están
dispuestas a realizar en las condiciones que sea. Sin embargo, y de forma contradictoria,
se sigue clasificando a buena parte del colectivo femenino como inactivo o
improductivo.
LAS PAUTAS LABORALES DE LAS MUJERES. EL CASO DE LA
COMUNIDAD CANARIA: ANÁLISIS POR COHORTES GENERACIONALES
Como se comentó anteriormente, debido al rol que desempeñan las mujeres en el
ámbito doméstico, la participación de éstas en el mercado laboral es distinta de unos
países a otros. En lo que respecta a España, hasta hace apenas unos años la curva de la
participación laboral de las mujeres obedecía a una figura “bimodal” (en forma de M),
caracterizada por elevada actividad de en edades jóvenes, por su retirada en épocas de
2
Sullerot, E. Historia y sociología del trabajo femenino. Península. Barcelona. 1988. p 42.
3
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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dedicación al cuidado de los/as hijos/as, y por la incorporación y reincorporación
laboral una vez que éstos/as crecían. En los últimos años esta figura ha dado paso a la
representación gráfica cada vez más cóncava. Ello es un reflejo de que las mujeres se
están convirtiendo en trabajadoras permanentes, y a que cada vez más éstas de
reincorporan laboralmente3.
Como se adelantó en la introducción, para atender al estudio empírico sobre la
situación laboral de las canarias se ha recurrido al análisis de la desigualdad intersexual4
por cohortes generacionales frente a la actividad, ocupación y paro. Las mujeres de
mayor edad (las que en 1997 tenían más de 60 años) pertenecen a las generaciones
nacidas entre 1932-1936, y las más jóvenes (las que en 1997 tenían entre 16-20 años)
son las nacidas entre 1977-1981.
La situación de la actividad, ocupación y paro, por cohortes generacionales entre
1977 y 1997, queda ilustrada respectivamente en los Gráficos 1, 2 y 3.
Tasas Absolutas
Gráfico 1. Actividad de las canarias.
Evolución de las cohortes entre 1977-1997
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
16-20
21-25
1977
26-30
1982
1987
31-35
1992
36-40
1997
Fuente: Datos de la EPA. Elaboración propia
Rubery, J. “Las mujeres y la recesión: una perspectiva comparativa”, en Rubery, J (Comp.) Las mujeres
y la recesión. M.T.S.S. Madrid. 1993. p 406.
4
Este índice sería el cociente entre las mujeres y varones activas/os, ocupadas/os y paradas/os. Para evitar
el efecto de que puedan existir más hombres que mujeres o más mujeres que hombres en la población
(con lo que podría dar una diferente medida de desigualdad de participación) se utiliza los porcentajes de
ocupados/as (también de las/os activas/os, paradas/os) respecto a la población total de cada sexo (como ya
se ha hecho con algunas de las tablas anteriores). Para que el índice mida la diferencia cuantitativa entre
los sexos se restar 1. Así, este índice sería: (Tasa absoluta de varones ocupados/Tasa absoluta de mujeres
ocupadas) -1 (igual aplicación para la actividad y paro). Con ello, el índice expresaría cuántos hombres
ocupados hay más que mujeres ocupadas. Los valores positivos oscilan entre 0 (si trabajan el mismo
número de mujeres que hombres) e infinito (si trabaja algún hombre y no lo hace ninguna mujer). Los
valores negativos oscilan entre 0 (igualdad) y -1 (trabaja alguna mujer y ningún hombre).
3
4
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Gráfico 2. Ocupación de las canarias.
Evolución de las cohortes entre 1977-1997
Tasas Absolutas
55
45
35
25
15
5
16-20
21-25
1977
26-30
1982
1987
Fuente: Datos de la EPA. Elaboración propia
31-35
1992
36-40
1997
Los dos primeros Gráficos reflejan, que la cohorte que alcanza la máxima
desigualdad de la actividad y el empleo es la que en 1977 tenía entre 31-35 años (las
nacidas entre 1942-46). Se trata de la generación nacida después de la Guerra Civil
Española, y con integración laboral en la Postguerra. Su actividad y ocupación fue
menor a la de las mujeres de estas mismas edades que se habían incorporado
laboralmente en la II República (1931-1936) y en plena Guerra Civil (1936-39). Tal y
como muestra el Gráfico 3, esta cohorte mantiene también la máxima desigualdad frente
al desempleo5.
5
Debido a la inexistencia de mujeres desempleadas en la cohorte nacida entre 1932-1936 (las que en
1997 tenían entre 61-65 años) no se puede hacer referencia a ningún índice.
5
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Gráfico 3. Paro de las canarias.
Evolución de las cohortes entre 1977-1997
30
Tasas Absolutas
25
20
15
10
5
16-20
21-25
1977
26-30
1982
1987
Fuente: Datos de la EPA. Elaboración propia
31-35
1992
36-40
1997
El período de la II República Española se había caracterizado, si no tanto por la
superación lineal de la división sexual del trabajo, por la apertura hacia las nuevas
profesiones. Así, por ejemplo, se admitieron mujeres en el “cuerpo de auxiliares
femeninos de correos”. Se les permitió opositar a “notarías” y “registradores de la
propiedad”. Se admitió cargos de “secretarias municipales”, “procuradoras de
tribunales”, “mecanógrafas del ejército” y al “cuerpo de auxiliares de oficinas del
ministerio de comercio e industria”. Las mujeres tenían el camino vetado al “cuerpo de
policía” y del “ejército”, a la “carrera judicial y fiscal”, al “cuerpo pericial de aduanas”
y “subsecretaria de la marina”6.
El trabajo de las mujeres en la Guerra Civil se centraba en “Sanidad”,
“Intendencia” y “Servicios Auxiliares”7.
Los datos sociohistóricos apuntan a que buena parte de la mano de obra
empleada en el sector agrario en la época de la Postguerra Civil estaba constituida por
mujeres entre 31-35 años. Suele considerar que las mujeres de estas generaciones (a
pesar de ser las primeras en constar en las estadísticas oficiales del empleo8), son, junto
con sus abuelas, las que estadísticamente muestran el mayor índice de desigualdad
frente a la actividad y empleo. No obstante, debido, entre otros factores, a la pérdida de
6
Borderías, C. Entre líneas. Trabajo e identidad femenina en la España contemporánea. La compañía
telefónica: 1924-1980. Icaría. Barcelona. 1993. pp 20.
7
V.V.A.A. El trabajo de las mujeres a través de la historia. Ministerio de Asuntos Sociales. Madrid.
1992. pp 99.
6
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los varones ocasionada por la Guerra y a las emigraciones, habría que considerar que la
relación de estas mujeres con las actividades extradomésticas, especialmente en la
“agricultura” y “ganadería” fue mayor a la registrada en las estadísticas. Sin embargo, el
trabajo de estas generaciones no apareció reflejado en las fuentes de empleo, ni si
siquiera en situación de “ayuda familiar”9.
Históricamente también se ha mantenido que las mujeres en edad de actividad
vieron mermada su participación laboral durante el Régimen Franquista. La política y la
incidencia de los modelos eclesiásticos evidenciaron el principal papel de las mujeres, el
cual se concretaba en ser madres y esposas. Sin embargo, y contrariamente a lo que han
rebelado las fuentes históricas, el análisis sobre los datos estadísticos sobre la actividad
y el empleo femenino apunta a la constante participación de las mujeres en el mercado
de trabajo durante 1940-1960, período correspondiente al mayor tradicionalismo y
conservadurismo10; aunque ello se producía especialmente entre las mujeres no casadas.
Durante estos años, en Canarias también tuvieron lugar las emigraciones transoceánicas,
protagonizadas mayoritariamente por varones, con lo cual hay que pensar que la
actividad extradoméstica de las mujeres tuvo que ser superior a la registrada en las
estadísticas.
En el período del Franquismo se limitó el acceso de las mujeres a las nuevas
profesiones, manteniéndose vigente la legislación laboral anterior a la II República. A
finales de los años 50 y principios de los 60, debido al desarrollo industrial que
comenzó a experimentar España y la terciarización económica de Canarias, así como a
la urgente necesidad de la transformación profesional de la población en su adaptación a
los nuevos cambios socioeconómicos, que exigía un acercamiento a la legislación
laboral europea, comenzaron a tomarse medidas antidiscriminatorias sobre el acceso
ocupacional de las mujeres. Ello supuso una ardua tarea, sobre todo porque durante el
Régimen, a través de la “legislación para proteger a la familia”, a las mujeres se les
había prohibido el trabajo nocturno, la regulación del trabajo a domicilio, del taller y la
fábrica. A mediados de los 70, después del Estatuto de los trabajadores (1976) todavía
eran visibles formas de discriminación laboral sobre las españolas11 . En la actualidad
Caillavet, F. “Trabajo u honor. El trabajo femenino en la economía contemporánea”, en REIS. Madrid.
1987. pp 127.
9
La situación de “ayuda familiar” incluye a las personas que trabajan sin remuneración reglamentada en
la empresa de un familiar con el que se convive (Metodología de las EPAs 1976, 1982 y 1992).
10
Borderías, C. IBIDEM. p 22.
11
Boderías, C. IBIDEM. p 62.
8
7
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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aún no ha desaparecido, se reflejan discriminaciones salariales, y la segregación laboral
resulta más que evidente.
Con el boom del turismo de los años 60, en el Archipiélago Canario tuvo lugar
una mayor inserción laboral de las mujeres. Muchas de éstas comenzaron a integrarse
como asalariadas, y no tanto ya como ayuda familiar, como lo habían hecho sus madres,
aunque el papel laboral de estas últimas podría concretarse en su contribución al pleno
desarrollo económico de Canarias. En general, se trata de las cohortes más jóvenes y
con ciertos niveles educativos, ya que durante el despegue de la terciarización
económica sus madres y abuelas habían pasado al ámbito privado para dedicarse
exclusivamente al trabajo del hogar, o continuaron desempeñando actividades
extradomésticas en la economía no formal sin constar en las estadísticas del empleo.
También hay que considerar, que el desarrollo del turismo incentivó la incorporación de
las mujeres en el sector subterráneo de la economía, el cual ya tenía un peso importante.
Es por esto, que las generaciones que entre 1962 y 1966 tenían entre 16-20 años
experimentaron un descenso de la desigualdad intersexual de actividad y empleo.
La tendencia de la actividad por parte de las cohortes femeninas es hacia un
continuo crecimiento, incluso, en momentos de baja económica.
El cambio de las pautas laborales de las españolas fue impulsado por las mujeres
nacidas entre 1960-1964. En el caso de la comunidad canaria éste fue protagonizado por
la cohorte nacida entre 1967-197112. Se trata de las mujeres que de forma masiva se
incorporaron al mercado de trabajo, de ahí el claro descenso de la desigualdad
intersexual frente a la actividad y empleo. La inserción se produjo de tal modo, que las
jóvenes desempleadas llegaron a aventajar numéricamente a los jóvenes parados (más
de 2 paradas por cada varón parado).
La cohorte de 1972-76 se beneficia laboralmente de la expansión económica que
se había producido en Canarias a partir de los últimos meses de 1993 (y que perdurará
hasta 1997), y es por ello que encuentran más empleo que la cohorte anterior. Se trata de
mujeres que han recibido mayor nivel de formación para el trabajo, las cuales, aunque
se integran más tarde trabajan más y abandonan menos el mercado de trabajo que las
generaciones anteriores.
12
En el ámbito nacional la generación que había marcado la nueva biografía laboral de las mujeres era la
nacida entre 1960 y 1964 (Ver Garrido, L. Las dos biografías de la mujer en España. M.A.S. Madrid.
1993 ).
8
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
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La generación nacida entre 1977-1981 es la que menos ha trabajado en los
primeros años de actividad (16-20 años), porque son las que están invirtiendo más
tiempo en los estudios.
La generación nacida entre 1957-1961 (la que en 1997 tenía entre 16-20 años)
mantiene una evolución descendente de desigualdad frente al paro, la cual sólo aumenta
en los años pertenecientes al período de recesión económica (producida en Canarias
entre 1981 y 1985), y culmina en 1997 con un mayor número de paradas que de
parados. Las cohortes nacidas entre 1972-76 y 1977-81, que en 1992 y 1997 tenían
entre 16-20 años respectivamente, mantenían un índice de desigualdad intersexual
debido a la posposición de la inserción laboral de las mujeres. Entre estas edades, el
número de parados supera al de las paradas.
La población joven es la más afectada por el paro (especialmente por el tipo de
paro sin experiencia), y más las mujeres que los varones. Debido al mayor ánimo de las
mujeres para trabajar, en los últimos años el desempleo también se ha incrementado
entre las cohortes menos jóvenes. En 1987 se produjo el mayor incremento del paro
entre la población joven. Esta congestión fue debida a la suma de las cohortes del babyboom, y a la adición de las mujeres de las restantes generaciones que se habían
incorporado al mercado laboral.
Entre 1988 y 1992, se produjo un descenso del paro entre la población más
joven13. Por el contrario, y pesar del momento de expansión económica (que tuvo lugar
en Canarias entre 1993 y 1997), entre 1992 y 1997 éste se incrementó. Ello respondió a
la incorporación de los/as nacidos/as durante 1977-1981 y a la progresiva inserción
laboral de las mujeres, y más especialmente por las que tienen mayor nivel formativo.
13
El desbloqueo del paro (especialmente del tipo inexperto) fue superior en el ámbito estatal que en
Canarias. Algunos autores han considerado, que ello respondió más al descenso de las tasas de natalidad
que a la aplicación de las políticas sobre la integración al empleo que tuvieron lugar en esos años, tal fue
el caso del famoso Plan de Empleo Juvenil (Garrido, L. “Paro juvenil o desigualdad”, en REIS. Madrid.
9
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
Mª del Carmen Barrera Casañas
PERCEPCIÓN DE LAS MUJERES SOBRE LAS POSIBILIDADES DE
EMPLEO. DIFICULTADES FRENTE A LA INSERCIÓN LABORAL: EL
CASO DE LAS MUJERES DE LOS MUNICIPIOS MANCOMUNADOS
DEL NORTE DE TENERIFE
Para el análisis cualitativo sobre la situación laboral de las mujeres nos ha
parecido muy oportuno esquematizar algunos de los resultados del estudio titulado La
percepción de las mujeres sobre las posibilidades de empleo14. Investigación sobre las
mujeres de los municipios mancomunados del Norte de Tenerife, el cual podría orientar
futuras acciones aplicables a la condición de las mujeres de La Palma.
Como se comentó en la introducción, para este estudio se realizaron 43 grupos
de discusión, en los que intervinieron una media de 5 mujeres.
CLASIFICACIÓN DE LAS MUJERES SEGÚN SITUACIÓN LABORAL Y
GRUPOS DE EDAD:
SITUACIÓN LABORAL:
- MUJERES QUE TRABAJAN EN EL HOGAR (AMAS DE CASA)
- MUJERES QUE TRABAJAN POR CUENTA AJENA U OCUPADAS
(MUJERES
QUE
TRABAJAN
CON
CONTRATOS
LEGALMENTE
RECONOCIDOS)
- MUJERES AUTÓNOMAS (DUEÑAS Y RESPONSABLES DE SUS
PROPIOS NEGOCIOS)
- MUJERES EN SITUACIÓN DE “AYUDA FAMILIAR” (TRABAJAN SIN
REMUNERACIÓN
ECONÓMICA
EN
UNA
EMPRESA
DE
CARÁCTER
FAMILIAR, DE LA QUE EL PROPIETARIO NORMALMENTE ES EL ESPOSO, EL
HIJO, EL PADRE O EL HERMANO)
1996. pp 235. Gil Calvo, E. “La tendencia futura del paro y la fecundidad”, en REIS. Madrid. 1984. pp.
62).
14
Estudio realizado por convenio entre el Proyecto NOW “Elektra” (Mancomunidad de Ayuntamientos
del Norte de la isla de Tenerife) y la Universidad de La Laguna (Centro de Estudios de la Mujer).
Dirigido y coordinado por Mª del Carmen Barrera Casañas.
10
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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- MUJERES AGRARIAS (SE DECLARAN TRABAJADORAS EN LA
AGRICULTURA Y GANADERÍA)
- MUJERES PARADAS O DESEMPLEADAS.
GRUPOS DE EDAD:
- MAYORES: MÁS DE 45 AÑOS
- JÓVENES-ADULTAS: 25-45 AÑOS
- JÓVENES: MENORES DE 25 AÑOS
¿POR QUÉ TRABAJAN LAS MUJERES FUERA DE LOS HOGARES?:
- NECESIDADES ECONÓMICAS: DIFERENCIAS POR EDAD, SITUACIÓN
FAMILIAR, NIVEL FORMATIVO, ÁREAS GEOGRÁFICAS
- AYUDA PARA EL MANTENIMIENTO
DIFERENCIAS POR EDAD
ECONÓMICO
DEL
HOGAR:
- SATISFACCIÓN E INDEPENDENCIA PERSONAL: DIFERENCIAS POR EDAD,
NIVEL FORMATIVO
- SALIR DE LA RUTINA DIARIA: DIFERENCIAS POR EDAD Y SITUACIÓN
FAMILIAR
- ESCASO DESEO DE SALIR A TRABAJAR: DIFERENCIAS POR EDAD, ÁREAS
GEOGRÁFICAS, SITUACIÓN FAMILIAR
GRADOS DE SATISFACCIÓN LABORAL:
+ MUJERES FORMADAS, JÓVENES, JÓVENES- ADULTAS, TRABAJOS EN
ECONOMÍA FORMAL, EXPERIENCIA LABORAL
- MUJERES MENOS FORMADAS, MAYORES, CARGAS FAMILIARES, TIPO DE
EMPLEO, RELACIÓN CON LA ACTIVIDAD
DIFICULTADES ANTE LA INSERCIÓN LABORAL:
DIFICULTADES ANTE LA INSERCIÓN LABORAL:
- EDAD: DIFERENCIAS POR ÁREAS GEOGRÁFICAS, INCIDENCIA NIVEL
FORMATIVO
- MATERNIDAD: DIFERENCIAS POR EDAD, ZONAS GEOGRÁFICAS, NIVEL
FORMATIVO, ECONOMÍA Y ESPACIO DONDE DESARROLLAN EL TRABAJO
11
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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- TRABAJO DEL HOGAR: SITUACIÓN DE DOBLE JORNADA
- HANDICAP POR PARTE DE LOS/AS EMPRESARIOS/AS: DIFERENCIAS POR
EDAD (EMPRESAS PÚBLICAS Y PRIVADAS), NIVEL FORMATIVO
- NIVEL FORMATIVO: DIFERENCIAS POR EDAD, TIPOS DE ECONOMÍA
DONDE TRABAJAN, SITUACIÓN DE DESEMPLEO
- INEXPERIENCIA LABORAL: EDAD, NIVEL FORMTIVO
- PROBLEMAS DE SALUD: DIFERENCIAS
GEOGRÁFICOS, EXPERIENCIA VITAL
POR
EDAD,
ESPACIOS
- ESCASEZ DE GUARDERÍAS, CENTROS INFANTILES Y CASAS DE DÍA:
ÁREAS GEOGRÁFICAS
- PROBLEMAS DE TRANSPORTE PÚBLICO
- EXCESIVOS CURSOS DE “CARÁCTER FEMENINO”
- ESCASA CONCIENCIACIÓN SOBRE LA REALIDAD SOCIAL DE LAS
MUJERES
- ESCASA REFERENCIA SOBRE LA IMPLICACIÓN DE LAS EMPRESAS Y
ESTADO, COMO RESPONSABLES DE SUS POSIBILIDADES LABORALES
- DEMANDA DE CURSOS FORMACIÓN Y RECICLAJE DIRIGIDOS A
MUJERES, QUE ATIENDAN A LAS NECESIDADES LABORALES DEL
ENTORNO (PROBLEMAS DE SOBRECUALIFICACIÓN)
ACTITUDES Y VALORES RELATIVOS AL TRABAJO REMUNERADO
- PROMOCIÓN DE LAS MUJERES A PUESTOS DE RESPONSABILIDAD:
DIFERENCIAS POR ZONAS GEOGRÁFICAS, EDAD.
- MUJERES-“JEFAS”: DEBATE COMPARATIVO CON LA SITUACIÓN DE LOS
HOMBRES,
ASOCIACIÓN
DE
ESTEREOTIPOS,
DEBATE
SOBRE
COMPETENCIA (ESPECIALMENTE CON LOS HOMBRES), COMPETITIVIDAD
FEMENINA, DEBATE SOBRE ESCASA PERSONALIDAD FEMENINA ANTE LA
AUTORIDAD: DIFERENCIAS POR ZONAS GEOGRÁFICAS, EDAD, NIVEL
FORMATIVO
- PREFERENCIAS PERSONALES PARA COMPARTIR
COMPAÑERISMO, SENTIMIENTOS POSITIVOS
EL
TRABAJO:
- ACOSO LABORAL//ACOSO SEXUAL: TIPOS DE TRABAJOS, DIFERENCIAS
NIVELES FORMATIVOS, EDAD
12
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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- DEBATE “TRABAJOS FEMENINOS-MASCULINOS”: DIFERENCIAS POR
EDAD, SITUACIÓN LABORAL
DIFERENCIAS POR EDAD:
- MAYORES: RESIGNACIÓN ANTE LA
TRADICIONAL. SENTIMIENTO DE CULPA.
PERSISTENCIA
DEL
ROL
- JÓVENES-ADULTAS: CONFLICTO
E INCERTIDUMBRE ANTE LA
PERSISTENCIA DEL ROL TRADICIONAL. NECESIDAD DE ORIENTAR A
SITUACIONES MÁS ENRIQUECEDORAS
- JÓVENES: VISIONES Y ACTITUDES MÁS
CONFORMACIÓN DE UNA VIDA DIFERENTE
13
ABIERTAS
ANTE
LA
El trabajo de las mujeres en la economía formal y no formal.
Cambios por cohortes generacionales
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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