“Tratamos de responder a la realidad exterior construyendo un mundo mejor”

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Jimmy Dabbi:
“Tratamos de responder a la realidad exterior construyendo un mundo
mejor”
Recientemente recibimos la visita del jesuita indio Jimmy Dabbi, Director de Investigaciones del
Behavioural Science Center (BSC) de Gujerat. El Padre Dabbi ha pasado los tres últimos años en
Afganistán, impartiendo clases de sociología e investigación social en la Universidad y ofreciendo
formación al personal de diferentes ONG internacionales.
¿Qué es el BSC?
El Behavioural Science Center (Centro de Ciencia del Comportamiento) comenzó su andadura en 1977. El
BSC tiene como principal objetivo ayudar al desarrollo de las comunidades marginadas, como la comunidad
dalit (de casta baja o “intocable”), la adivasi (población indígena) y otras minorías como la musulmana,
católica, budista... Cuando hablamos de desarrollo no nos referimos únicamente a una mejora de la
situación económica, sino a la forma que tienen las personas y las comunidades de ejercer efectivamente
todos sus Derechos Humanos. Por lo tanto, el desarrollo es un derecho de todas las personas.
Desde esta perspectiva, nuestro trabajo se basa en potenciar el desarrollo comunitario y el empoderamiento
de las personas y las comunidades. También analizamos cuál es y cuál debería de ser el papel del gobierno,
del sector privado empresarial y de la sociedad civil en el desarrollo de las personas. Para ello llevamos a
cabo investigaciones e impulsamos diferentes programas para crear conciencia entre la población.
Combinamos acción y reflexión. Tratamos de responder a la realidad exterior construyendo un mundo mejor,
y para ello buscamos formas efectivas de abordar los problemas y de implicar a la gente en la acción social
para el desarrollo.
Esta situación contrasta con la imagen de desarrollo y modernidad que ofrece la India
Desde la independencia del país las cosas han ido mejorando. Ha habido un paulatino descenso de los
niveles de pobreza y se han dado notables avances en ámbitos como la salud o la educación. Sin embargo,
aún existen algunas brechas sociales importantes. El índice de pobreza del país sigue rondando el 26% de
la población, e incluso algunos economistas lo sitúan entre el 30 y el 33%. Además, algunos de los estados
más ricos y avanzados de la India, entre ellos el estado de Gujerat, están mucho menos desarrollados en
algunos aspectos que otros estados vecinos más pobres.
En el caso de Gujerat, en los últimos años se han dado muchos cambios a nivel de infraestructura, a nivel
de desarrollo externo. Pero si nos fijamos en las cuestiones de la población indígena y sus derechos
forestales, no se ha hecho mucho, ni tampoco en el ámbito de la intocabilidad de la población dalit, que aún
sigue vigente en algunas partes de Gujerat, ni respecto a la situación de las minorías, especialmente la
musulmana, que es aún muy complicada. Gujerat también destaca negativamente en cuestiones como la
equidad de género, ya que tiene unos altos índices de infanticidio femenino. Al mismo tiempo, la situación
dentro del propio estado también es muy desigual. Gujerat parece un estado muy desarrollado, pero si nos
fijamos bien aún existen graves problemas sociales sin resolver.
Gujerat ha conocido diferentes episodios de violencia interreligiosa. ¿Cuál es el origen de esta
violencia?
Se trata de un problema social, político y económico. Son elementos que se alimentan entre sí. El sistema
de castas, por ejemplo, tiene un origen religioso y define un orden social, pero también tiene implicaciones
económicas. Las castas altas pertenecen también a la clase alta, son quienes controlan la política y la
economía, así que no les interesa que ningún otro grupo venga a ocupar su espacio. Hay gente muy
inteligente, políticos o incluso empresarios, que saben cómo manipular a la gente y dirigirla contra los
grupos excluidos.
En Gujerat, los musulmanes están creciendo económicamente, así que se les ataca fuerte. Detrás de estos
ataques se encuentran políticos y empresarios que no quieren competencia. Así que agitan a las masas y a
atacan fuerte a esta comunidad en nombre de la religión. ¿Y quienes pelean? Los pobres dalits, los pobres
adivasis y los pobres musulmanes. Muchos cristianos piensan que los musulmanes son sus enemigos, pero
no se dan cuenta de quién se beneficia realmente de esta situación.
¿Sigue vigente el sistema de castas en la India?
A pesar de estar oficialmente abolido se trata de un problema que aún hoy sigue afectando a un gran
número de personas, aunque el Gobierno siga sin querer aceptar este hecho. La situación ha ido mejorando
gracias a los esfuerzos de diferentes grupos sociales, sobre todo de la propia población dalit, y también por
los esfuerzos del Gobierno en algunos aspectos. Además, en los últimos años se ha desarrollado en la India
un importante movimiento popular para lograr que las Naciones Unidas consideren el sistema de castas
como una forma de racismo. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer.
Aunque el Gobierno tiene un presupuesto específico para atender cada una de las comunidades
marginadas (dalits, adivasis...), este dinero termina por no usarse o acaba en otras manos. Además, en
algunos lugares todavía se da la “intocabilidad”. Las personas “intocables” ni siquiera pueden sacar agua
del mismo pozo que las demás. Si alguien tratara de hacerlo se desataría la violencia. Se dan casos de
niñas y niños que en la escuela son obligados a sentarse aparte y que no pueden comer junto a los demás.
Las cosas han mejorado, sobre todo a nivel de participación política, pero aún quedan situaciones de este
tipo.
¿Qué lecciones ha recogido de su reciente experiencia en Afganistán?
Mi experiencia en Afganistán me ha permitido constatar que los países que integran el sur de Asia
compartimos muchas cosas en común. Podemos decir que compartimos una cultura común. Lenguas como
el urdu, el farsi, el hindi o el nepalí tienen similitudes, los hábitos alimenticios son muy parecidos... La
influencia de la religión en la vida diaria es también muy común en todo el sur de Asia. El hinduismo, el
budismo, el cristianismo o el islamismo son muy importantes para las vidas de las personas. Al mismo
tiempo existen muchos prejuicios hacia las otras religiones. En la India hay fuertes prejuicios contra la
población musulmana, al igual que en Pakistán o Afganistán contra la gente de otras religiones. Existen
pequeños grupos que utilizan la religión contra otros grupos de personas, pero aunque en todas las
religiones hay gente fanática, la gran mayoría no lo es. Debemos tratar de dejar de lado estos prejuicios,
mirar a la gente tal y como es y dialogar con ella.
Otro problema importante en la región es el de la injusticia de género. En todos estos países los hombres
tratamos muy mal a las mujeres. Hay mucho que mejorar en el ámbito de la igualdad y la justicia de género.
Existe también un espacio de mejora en la educación. Necesitamos mejorar la calidad de la educación y
lograr que sea accesible a todas las personas, incluso la educación superior. También está el problema de la
salud. La India, por ejemplo, cuenta con unos hospitales muy buenos, pero muy poca gente puede
permitirse acceder a ellos. Mi experiencia en Afganistán me sirvió para comprender que el desarrollo debe
de atender cuestiones como la educación, la salud, la seguridad alimentaria, la justicia de género y la
capacidad de la gente de participar en las decisiones políticas.
¿Cómo ha ido evolucionando la situación de las mujeres?
Yo diría que la situación de las mujeres ha mejorado. Si miras el número niñas matriculadas en las escuelas
o en la educación superior, el número de mujeres que estudian carreras técnicas como medicina, ingeniería
o informática, sin duda la situación ha mejorado muchísimo. La situación de las mujeres también ha
mejorado mucho en el ámbito de la movilidad, de su libertad de movimientos. Las mujeres pueden ahora
salir a la calle, tener un empleo y acceder a diferentes servicios e infraestructuras.
Dicho esto, aún pervive una fuerte discriminación por motivo de sexo. La participación de las mujeres a nivel
de los gobiernos locales es todavía es muy limitada. No se dan las condiciones suficientes para que las
mujeres puedan participar en estos grupos locales. También existen determinados trabajos a los que las
mujeres aún no tienen acceso. No se sienten con confianza, porque la sociedad establece que no pueden
ser competentes en esos puestos. Otros trabajos, como profesora o enfermera, parece que están
reservados solo para la mujeres. ¿Por qué no hay hombres? Además, los grupos de Iglesia, están
compuestos casi en su totalidad por mujeres. De los cerca de 100.000 religiosos y religiosas que hay en la
India, 90.000 son mujeres. Son ellas las que se encargan de casi todo el trabajo, pero apenas ocupan
puestos de poder. Está la cuestión del liderazgo femenino, de la toma de decisiones, del acceso a puestos
directivos... Aún queda un largo camino por recorrer.
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