Diferencias formales entre asociaciones y fundaciones

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Actas dos ateliers do Vº Congresso Português de Sociologia
Sociedades Contemporâneas: Reflexividade e Acção
Atelier: Contextos Organizacionais e Organizações
Relaciones entre el plano socioestructural y el sociocultural:
La forma jurídica en las ONGD
José A. López Rey E Artemio Baigorri1
Introducción
Contemplar las organizaciones no gubernamentales para el desarrollo (ONGD) a la luz
de su tipo jurídico es muy interesante porque permite introducir en el análisis el plano normativo. A priori la elección de una forma jurídica u otra puede deberse a varios factores, desde el
deseo de reflejar jurídicamente el espíritu de la organización en el momento de su creación a
tratar de evitar trámites burocráticos engorrosos adoptando una forma común que permita el
inicio de las actividades. Pero no es menos cierto que cuando un conjunto de individuos se articula socialmente, la manera de hacerlo es un indicador bastante aproximado de cómo tiene previsto funcionar en el futuro y, por ello, de la propia cultura organizacional que se quiere imprimir desde el principio.
Esta comunicación presenta los resultados de un análisis realizado a partir de la información de 79 ONGD y atiende a los dos tipos jurídicos básicos: la asociación y la fundación. Se
trata de demostrar cómo la distinta naturaleza de las organizaciones (material en el caso de las
fundaciones y personal en el de las asociaciones) determina importantes diferencias estructurales, culturales y, por lo tanto, en el comportamiento.
Primero se describen las dos formas organizativas y las consecuencias que el plano
normativo conlleva a la hora de entender la participación y el poder en las organizaciones, lo
que a su vez configura estructuras de organización y culturas distintas. Posteriormente se confirman las dos pautas de comportamiento diferenciadas (el de la ONGD-asociación y el de la
ONGD-fundación) atendiendo a diferentes variables como el sector social de vinculación, la
base social, la localización y profesionalización de los recursos humanos, la estructura de ingresos y de gastos, etc.
Diferencias formales entre asociaciones y fundaciones
En resumen, la ONGD asociación es un conjunto de voluntades que se organizan para
trabajar por la cooperación al desarrollo. La esencia de la asociación como tal no es tanto el fin
u objetivo que persigue como el estar formada por personas. Estos individuos participan en la
vida pública dentro de la organización y a través de ella. Por eso existe una tendencia generalizada a atribuir a las asociaciones un cierto aire democrático que las diferencia de las fundaciones. Este carácter participativo obedece a que el órgano último de decisión es siempre la asamblea de socios ante quien en última instancia la dirección rinde cuentas. Las fundaciones son”un
patrimonio o conjunto de bienes adscrito permanentemente al servicio de un fin de interés general y sin ánimo de lucro”. En otras palabras, si lo constitutivo de las asociaciones son las
personas, en el caso de las fundaciones es el patrimonio. En la asociación la participación de los
socios es fundamental para alcanzar el objetivo organizacional e incluso puede modificarlo con
el correr del tiempo. Pero en la fundación no hay participación porque no existen los socios, y el
objetivo que guía la fundación de la organización no puede ser modificado. Esto implica una
estructura organizacional completamente diferente a la de las asociaciones.
A diferencia de las asociaciones, donde la soberanía reside en la Asamblea General de
socios, en las fundaciones el máximo órgano de gobierno es el Patronato (cuyos miembros reciben el nombre de patronos). El Patronato debe estar constituido, como mínimo, por tres personas, tanto físicas como jurídicas, y sus miembros no pueden percibir remuneración por su actividad en la fundación. El Patronato es quien nombra la dirección ejecutiva de la fundación.
1
GIESyT, Universidade de Extremadura, Espanha.
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Un aspecto interesante de las fundaciones es el sistema de control. En efecto, si en una
asociación la asamblea es soberana y ante quien rinde cuentas la dirección, en el caso de las
fundaciones la función de velar por el adecuado cumplimiento de las normas estatutarias recae
en el Patronato. Sin embargo, éste se ve a su vez controlado por otra institución: el Protectorado.
El Protectorado de las fundaciones es llevado a cabo por las diferentes administraciones públicas, central o autonómicas, según sea el ámbito de actuación de la organización. De esta manera
el Estado supervisa, en última instancia, a las organizaciones declaradas por él de interés o utilidad pública. En este sentido, el Protectorado se ejerce tanto con relación a la constitución de la
fundación como al Patronato y al patrimonio mismo, así como a la modificación estatutaria,
posibles fusiones y a la desaparición de la fundación. La fundación es, de suyo, una organización de corte piramidal y donde el poder, a diferencia de una asociación, se acumula en pocas
manos. Se imponen entonces una serie de medidas que corrijan cualquier posible alteración del
correcto ejercicio del poder. Así, el Estado, llegado el caso, está capacitado tanto para defender
a la fundación de sus patronos, como para llenar un eventual vacío.
Diferencias entre asociaciones y fundaciones en cuanto a su comportamiento.
Ortega Carpio afirma que las diferencias entre fundaciones y asociaciones pueden establecerse en función de: a) la finalidad; b) la importancia del patrimonio; c) la fiscalidad; y d) la
estructura de poder. Pero como la misma autora comprueba, sólo uno de los cuatro criterios
tiene relevancia suficiente como para marcar diferencias significativas entre los dos modelos de
organización. La verdadera diferencia entre las ONGD-asociaciones y las ONGD-fundaciones
reside en el poder y su ejercicio.
La primera diferencia entre ONGD-asociaciones y ONGD-fundaciones la encontramos
atendiendo a su base social. Las fundaciones carecen de socios y priman una base de colaboradores/donantes, mientras que las asociaciones ofrecen además otro tipo de participación. Hay
que señalar que en la figura del colaborador/donante se engloba tanto al voluntario, ya sea ocasional o estable, pero sobre todo al individuo que presta su ayuda económicamente. Llama la
atención la distancia que separa a las fundaciones de las asociaciones en cuanto al tamaño de su
base social. Las fundaciones son un patrimonio que, de manera natural, puede (o debe) incrementarse. No existe pues un rechazo de partida con respecto a conseguir una base social económica, más bien todo lo contrario, pues está dentro de los objetivos intrínsecos a cualquier fundación. Además, en las fundaciones las personas que colaboran (bien económicamente, bien como
voluntariado) lo hacen porque les resulta atractivo el proyecto que la ONGD les presenta. Saben
que no pueden formar parte del proceso de toma de decisiones pero, una vez en la organización,
existen numerosos incentivos que los mantienen dentro. Llegado el caso de poner en práctica
una política que priorice la capitalización de la entidad, los colaboradores de la fundación podrán aceptar o no tal decisión si están en desacuerdo, pero en ningún momento se discutirá o se
pondrá en cuestión. En definitiva, en las fundaciones la racionalidad económica se acepta fácilmente.
La racionalidad instrumental se halla más presente entre las fundaciones que entre las
asociaciones. La esencia de este tipo de organización es de naturaleza económica, un patrimonio, y que por esta razón absolutiza la base social de tipo económico en detrimento de otra de
carácter más participativo o político. La estructura organizativa de las fundaciones, piramidal,
responde a una necesidad de control sobre ese patrimonio. Las consecuencias son organizaciones con una oficina central fuerte en relación a sus delegaciones, con un volumen alto de personal ubicado en el extranjero (dedicado a la gestión y supervisión de proyectos —es decir, dedicado al control de la implementación del patrimonio) y también en su sede (lo que favorece el
control organizativo y la adquisición de recursos provenientes del estado central). Su personal
está, sobre todo en las dos localizaciones mecionadas, muy profesionalizado, y posiblemente
esta sea la causa de que este tipo organizativo obtenga mayor cantidad de recursos que la asociación. Se puede afirmar que las fundaciones poseen productividades altas, como consecuencia
de que prima la racionalidad económica.
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Por el contrario, el corazón de las asociaciones no es de naturaleza económica; son las
propias personas organizadas para obtener un fin. La participación es entonces la razón de ser de
la entidad, lo que se pone de manifiesto en su estructura formal democrática. La democracia y la
participación se reflejan en una implantación mayor en el territorio que el de las fundaciones (no
por residir alejados de la sede se pierde poder sobre la organización) y una mayor importancia
de las delegaciones en relación a la sede. La racionalidad instrumental no está tan asumida como
en las fundaciones, y quizás por eso no se controla de la misma manera la gestión de los proyectos implementados, se prima el trabajo voluntario sobre el profesionalizado y se obtienen productividades más bajas. En general las asociaciones obtienen menos ingresos que las fundaciones, y su mayor fuente la constituyen las administraciones públicas locales.
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