Crónica de una muerte anunciada 2− CRÓNICA LITERARIA Y PERSPECTIVISMO

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Crónica de una muerte anunciada
2− CRÓNICA LITERARIA Y PERSPECTIVISMO
Crónica literaria: mezcla de realidad y ficción.
Perspectivismo: distintos puntos de vista.
Crónica de una muerte anunciada, es una novela con caracterÃ-sticas de crónica, es decir, mezcla la
realidad con la ficción.
Por un lado, se presenta como una verdadera crónica periodÃ-stica que se relata con detalle; en la que se
recogen entrevistas y declaraciones y el narrador viaja al lugar de los hechos. La obra presenta un estilo
lingüÃ-stico propio de la información periodÃ-stica, un lenguaje directo poco dado a las digresiones
morales (ruptura de la narración para valorar).
Por otro lado, hay también una elaboración literaria muy cuidada que se observa en los siguientes rasgos:
1− Realismo mágico: aparición de elementos mágicos en un entorno o narración realista. La crónica se
convierte asÃ- en literatura porque los hechos se mitifican, se hacen maravillosos. Por ejemplo, aparecen en la
novela personajes provenientes del mundo mágico de Cien años de soledad asÃ- como algunas
hiperbolizaciones o exageraciones propias de aquel mundo.
2− Aunque el argumento de la obra se construye sobre un hecho real, el autor ha conseguido, mediante la
alteración de algunos elementos, darle un espÃ-ritu de grandiosidad o desmesura que le acercan al ámbito
de la tragedia. Por ejemplo, la forma de matar a Santiago Nasar es tan atroz, que le ha obligado hacer que los
asesinos fueran matarifes de cerdos.
3− En el final de la obra, los esposos separados la misma noche de bodas se reconcilian en Manaure tras las
dos mil cartas escritas por Ãngela Vicario. Esto convierte la historia trágica en una historia de amor con un
final propio más del drama que de la tragedia.
4− Las técnicas de estructuración de la novela en distintos planos temporales, con un enfoque
multiperspectivo (incompleta memoria del narrador, las cartas de su madre, el informe del juez, informe de la
autopsia, testimonio de un largo número de testigos).
En definitiva, es una novela, pero algunas de sus páginas conservan descripciones periodÃ-sticas. En la
Crónica coinciden el periodista y el novelista; y se funden la narración objetiva y la ficción narrativa.
Desde el punto de vista de la perspectiva, desde el principio aparece un narrador en primera persona que va a
dominar el relato. Muy pronto también se da al lector la que podemos llamar situación básica del
narrador: es un cronista que ha vuelto al pueblo con intención de establecer los hechos sucedidos años
atrás, hechos en los que él también participó y de los que fue testigo. Esta doble condición de
narrador y personaje, le lleva al empleo de la forma autobiográfica.
Pero lo interesante es que el narrador, en su afán de reconstruir el pasado, además de su memoria personal
como testigo, se sirve de varias fuentes, dándole un enfoque polivisional (sumario del juez, informe de la
autopsia, las cartas de su madre, sus propios recuerdos y el testimonia de un largo número de testigos
presenciales).
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Este pluriperspectivismo, por otro lado, va conformando un trenzado de datos e informaciones superpuestas,
de testimonios contradictorios que crean al lector una sensación de verosimilitud pero no logran despejar
algunas incógnitas y ambigüedades.
Aunque hemos dicho que el punto de vista predominante en la obra es el de la primera persona; cuando el
narrador se sirve de lo que sabe o recuerda de la historia, utiliza la tercera persona adoptando un punto de
vista propio del narrador omnisciente. En general, en los pasajes narrativos es donde el narrador se manifiesta
con cierto grado de objetividad; en cambio, en las descripciones está mucho más impregnada su
subjetividad y fantasÃ-a.
3− LA FATALIDAD VISTA COMO RESULTADO DE LAS TORPEZAS HUMANAS
El tÃ-tulo contiene todos los elementos básicos de la fatalidad. El inicio de la novela, por su parte, arranca
con la anunciación de la muerte del personaje, a la que éste está condenado de antemano.
En la novela el fatum (destino), domina la historia hasta convertirla en una tragedia inevitable. Pero a
diferencia de la tragedia clásica, el destino es labrado por las persistentes torpezas humanas, que confluyen
todas en un mismo resultado trágico. Estas torpezas humanas son bastante variadas:
1− La obra empieza con una gran contradicción: todo el pueblo sabe que van a matar a Santiago Nasar
menos él; que se presenta como una realidad de la trama (torpeza humana); por eso resulta convincente y
ayuda a crear la situación trágica.
La segunda contradicción aparece cuando en una sociedad cerrada y puritana donde todos se enteran de todo,
no se sepa que Ãngela Vicario hubiera podido perder la virginidad con un joven del pueblo. También
aparece como pura fatalidad del destino.
2− A estas contradicciones se suman ciertas ambigüedades. La obra está organizada en la ambigüedad
esencial acerca de quién cometió el crimen de honor. La sensación que queda al lector es la de que
Santiago Nasar fue asesinado por algo que probablemente no cometió. Pero cuando Ãngela, muchos años
después, revela la verdad al narrador, nadie le cree. Es aquÃ- donde está la ambigüedad.
Junto a esta ambigüedad básica aparecen otras muchas: distintas versiones sobre el clima que se da el
dÃ-a de la tragedia, si la cocinera y su hija sabÃ-an o no que iban a matar a Santiago, si fueron o no al burdel
los hermanos Vicario antes de cometer el crimen, si estaban o no borrachos
3− El autor no comenta nada sobre las ambigüedades, pero si sobre las numerosas casualidades que se dan
en el relato de los hechos. En otra ocasión, su comentario se lo atribuye al juez. Todas estas casualidades no
son otra cosa que auténticas torpezas humanas que causarán la fatal tragedia.
4−Los habitantes del pueblo son especialmente torpes a la hora de interpretar los hechos que les rodean. Se
equivocan tanto que posibilitan la tragedia.
En conclusión, parece claro que los personajes de esta novela son esclavos indefensos del fatum, que llega a
realizarse a través de las múltiples torpezas que cometen los figurantes de la tragedia. Tanta
equivocación, tanta casualidad, conducen inexorablemente al mal.
4− EL SENTIDO DE LA HONRA COMO DESENCADENANTE DE LA TRAGEDIA
En este sentido la obra se puede relaciones, entre otras, con muchos dramas del Siglo de Oro español, donde
esta temática está vigente: El castigo sin venganza de Lope de Vega o El alcalde de Zalamea de Calderón
de la Barca. El honor gira en torno a tres figuras: el ofensor, el agraviado y la mujer. Los personajes
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femeninos, exigen a sus padres, maridos o hermanos la reparación a que están obligados y legitimados, al
tratarse de un sentimiento arraigado en toda la comunidad, para restablecer el orden de la moral colectiva.
Mientras la venganza no se cumpla sobre el ofensor, la vÃ-ctima es rechazada por la comunidad.
Cuando la misma noche de boda Bayardo San Román devuelve la novia a sus padres por no ser virgen, está
sentenciando a alguien a muerte, pues se le va a aplicar el código de honor vigente en el pueblo. La
educación recibida prepara el comportamiento posterior ante un crimen de honor. De hecho, los hermanos
Vicario, señalados por las circunstancias para ejecutar al ofensor y a pesar de no ser hombres sedientos de
venganza, mataron a Santiago Nasar por cumplir con la educación que habÃ-an recibido. Si lo asesinan es
por cumplir un deber que no parece gustarles mucho. Por eso se consideran inocentes ante Dios y ante los
hombres. Por supuesto, no se arrepintieron nunca, porque sabÃ-an que habÃ-an obrado con el código de
honor reinante en el pueblo. No hay que pasar por alto que este código es también aceptado por las
mujeres.
Este código del honor está tan absolutamente aceptado que nadie se pregunta porqué no tiene
importancia que MarÃ-a Alejandrina (dueña del burdel) hubiera acabado con la virginidad de todos los
jóvenes del pueblo; y por el contrario, el hecho de que Ãngela Vicario la hubiese perdido tuviera fatales
consecuencias.
GarcÃ-a Márquez ha querido expresar con esta novela una crÃ-tica irónica al código de honor imperante
en el pueblo de los Vicario.
5− LA ALTANERÃA DEL PERSONAJE COMO FACTOR DE APOYO
A pesar de que la honra desencadena directamente la tragedia, algunos crÃ-ticos han señalado el papel que
en la comisión del crimen podrÃ-an desempeñar otros factores como el de la altanerÃ-a de los personajes.
Tres son los personajes en los que se puede apreciar este rasgo: Santiago Nasar, Bayardo San Román y
Ãngela Vicario.
Respecto del primero se puede destacar su deseo de que su boda no sea menos que la de Bayardo San
Román. En cuanto a su personalidad destaca su actitud de gavilán carnicerocon la que acosa a Divina Flor.
Por último, el narrador lo enjuicia como altivo refiriéndose a Ãngela Vicario (era demasiado altivo para
fijarse en ella).
Al servicio de la cita inicial (La caza de amor es de altanerÃ-a) de Gil Vicente, parece concebida en la obra la
personalidad de Bayardo San Román: forastero arrollador, dominante, seguro de sÃ- mismo, bello, culto
(ingeniero de trenes y maneja el telégrafo), fuerte (vence a los mejores nadadores del pueblo) y rico.
Tan seguro está de sÃ- mismo que nadie se le resiste. Prueba evidente son dos anécdotas iniciales. En la
primera, la madre del narrador cae progresivamente en sus redes. En la segunda, el dominio de Bayardo es tal
que obliga al viudo Xius a venderle su casa de gran valor sentimental pagándole un precio desorbitado a los
cinco minutos de que el viudo se negara a vendérsela. Esa misma imposición la ejerce respecto a Ãngela
Vicario: no busca seducirla, sino cometerla. Intenta impresionarla regalándole una ortofónica (instrumento
musical) que ella le devuelve, pues interpreta el gesto como de dominio.
Ãngela también tiene su altanerÃ-a y no se deja embaucar fácilmente. De esta forma se ve que cuando
no hace caso en seguir ocultándole a su marido el hecho de que no era virgen, no lo hace por miedo, sino por
una voluntad de enfrentamiento, de plantarle cara al novio. El cambio se da en ella bastante tiempo después
de la boda con las dos mil cartas que le escribe a su marido. Ãngela se convierte asÃ- en una garza guerrera.
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