Ficha Técnica Titulo: Autor: Traductor:

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Ficha Técnica
Titulo: Crónica de una muerte anunciada
Autor: Gabriel García Márquez
Traductor: No hay
Ilustrador: Rubén B. Herrera
Editorial: Plaza & Janés Editores S.A.
Colección: No tiene.
Lugar y año de publicación: Barcelona, mayo de 1998
Numero de páginas: 129 paginas
Análisis del contenido
Argumento y estructura
Esta obra relata el asesinato y el desarrollo del asesinato de Santiago Nasar. Esta escrita como si un amigo de
Santiago estuviese haciendo una crónica de su muerte. Comienza el día en que los hermanos Vicario lo
quieren matar para vengar la honra de su hermana, Angela Vicario. Después hace un salto al pasado y relata
como Bayardo San Roman consigue casarse con Angela Vicario y como cuando acaba la fiesta de bodas la
devuelve a su casa por no ser virgen y sus hermanos le preguntan quien fue el hombre que le quito la
virginidad y ella contesta que fue Santiago. A partir de entonces los hermanos quieren matar a Santiago y para
eso le esperan enfrente de su casa para cuando pase poderle matar. Mientras ellos esperan la gente intentan
avisar a Santiago pero no lo consiguen y acaban matándole. Después de la muerte de Santiago meten en
prisión a los hermanos Vicario hasta que tres años más tarde les abdican la culpabilidad. En esta parte de la
narración vuelve ha hacer un salto al pasado para contar como lograron matar a Santiago Nasar los hermanos
Vicario.
El desenlace de esta obra es previsible porque ya lo dice el propio titulo del libro y porque desde el primer
momento de la lectura ya te van diciendo que Santiago Nasar morirá.
Esta obra no se puede agrupar estructuralmente porque esta narrada como si estuviesen haciendo una crónica
de la muerte de Santiago Nasar y entonces cada vez que el hombre que hace la crónica pregunta a una persona
diferente esa persona dice lo que paso ese día y entonces cada vez van saliendo datos nuevos.
Tema
El tema de esta obra es la narración de la muerte de Santiago Nasar a partir de los datos que va tomando una
persona para elaborar una crónica de esa muerte.
Tiempo
El tiempo histórico de esta novela no lo podemos saber porque en toda la obra no hace ninguna mención de la
historia de verdad de la época de la obra.
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En cambio el tiempo de la obra es un poco complicada de explicar porque durante todo el rato va haciendo
saltos en el tiempo (saltos temporales) pero cuando se centra en un echo es una narración lineal. En verdad la
obra se centra en lo que paso en un día el día de la muerte de Santiago Nasar.
Ahora expondré ejemplos de fragmentos donde se puede apreciar los saltos temporales:
El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que
llegaba el obispo.
− No se moleste, Luisa Santiaga −le gritó al pasar −. Ya lo mataron
Bayardo San Román, el hombre que devolvió a la esposa, había venido por primera vez en agosto del año
anterior: seis meses antes de la boda. Llegó en el buque semanal con unas alforjas guarnecidas de plata que
hacían juego con las hebillas de la correa y las argollas de los botines.
El abogado sustentó la tesis del homicidio en legítima defensa del honor, que fue admitida por el tribunal de
conciencia, y los gemelos declararon al final del juicio que hubieran vuelto a hacerlo mil veces por los
mismos motivos. Fueron ellos quienes vislumbraron el recurso de la defensa desde que se rindieron ante su
iglesia pocos minutos después del crimen. Irrumpieron jadeando en la Casa Cural, perseguidos de cerca por un
grupo de árabes enardecidos, y pusieron los cuchillos con el acero limpio en la mesa del padre Amador.
Ambos estaban exhaustos por el trabajo bárbaro de la muerte, y tenían la ropa y los brazos empapados y la
cara embadurnada de sudor y de sangre todavía viva, pero el párroco recordaba la rendición como un acto de
una gran dignidad.
Según me dijeron años después, habían empezado por buscarlo en la casa de María Alejandrina Cervantes,
donde estuvieron con él hasta las dos.
Mi hermano Luis Enrique entró en la casa por la puerta de la cocina, que mi madre dejaba sin cerrojo para que
mi padre no nos sintiera entrar. Fue al baño antes de acostarse, pero se durmió sentado en el retrete, y cuando
mi hermano Jaime se levantó para ir a la escuela, lo encontró tirado boca abajo en las baldosas, y cantando
dormido. Mi hermana la monja, que no iría a esperar al obispo porque tenía una cruda de cuarenta grados, no
consiguió despertarlo. «Estaba dando las cinco cuando fui al baño», me dijo. Más tarde, cuando mi hermana
Margot entró a bañarse para ir al puerto, logró llevarlo a duras penas al dormitorio. Desde el otro lado del
sueño, oyó sin despertar los primeros bramidos del buque del obispo. Después se durmió a fondo, rendido por
la parranda, hasta que mi hermana la monja entró en el dormitorio tratando de ponerse el hábito a la carrera, y
lo despertó con su grito de loca:
• ¡Mataron a Santiago Nasar!
Ya casi viejo, tratando de explicarme su estado de aquel día interminable, Pablo Vicario me dijo sin ningún
esfuerzo: «Era como estar despierto dos veces. » Esa frase me hizo pensar que lo más insoportable para ellos
en el calabozo debió haber sido la lucidez.
La única vez que traté de hablar con él, 23 años más tarde, me recibió con una cierta agresividad, y se negó a
aportar el dato más ínfimo que permitiera clarificar un poco su participación en el drama.
Espacio
En el libro no sale claramente donde se sitúa la acción de la novela pero a partir de algunas menciones se
puede deducir que se centra en algún lugar de Suramérica:
No hubo manera de hacerle entender nunca que la gente del trópico tenemos el hígado más grande que los
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gallegos.
Los árabes constituían una comunidad de inmigrantes pacíficos que se establecieron a principios del siglo en
los pueblos del Caribe, aun en los más remotos y pobres, y allí sé
quedaron vendiendo trapos de colores y baratijas de feria.
Personajes
Los personajes principales son:
Santiago Nasar
Yo lo vi en su memoria. Había cumplido 21 años la última semana de enero, y era esbelto y pálido, y tenía los
párpados árabes y los cabellos rizados de su padre. Era el hijo único de un matrimonio de conveniencia que no
tuvo un solo instante de felicidad, pero él parecía feliz con su padre hasta que éste murió de repente, tres años
antes, y siguió parenciéndolo con la madre solitaria hasta el lunes de su muerte. De ella heredó el instinto. De
su padre aprendió desde muy niño el dominio de las armas de fuego, el amor por los caballos y la maestranza
de las aves de presa altas, pero de él aprendió también las buenas artes del valor y la prudencia. Hablaban en
árabe entre ellos, pero no delante de Plácida Linero para que no se sintiera excluida. Nunca se les vio armados
en el pueblo, y la única vez que trajeron sus halcones amaestrados fue para hacer una demostración de
altanería en un bazar de caridad. La muerte de su padre lo había forzado a abandonar los estudios al término
de la escuela secundaria, para hacerse cargo de la hacienda familiar. Por sus méritos propios, Santiago Nasar
era alegre y pacífico, y de corazón fácil.
Pedro y Pablo Vicario
Eran gemelos: Pedro y Pablo Vicario. Tenían 24 años, y se parecían tanto que costaba trabajo distinguirlos.
«Eran de catadura espesa pero de buena índole», decía el sumario.
Pablo Vicario era seis minutos mayor que el hermano, y fue más imaginativo y resuelto hasta la adolescencia.
Pedro Vicario me pareció siempre más sentimental, y por lo mismo más autoritario. Se presentaron juntos
para el servicio militar a los veinte años, y Pablo Vicario fue eximido para que se quedara al frente de la
familia. Pedro Vicario cumplió el servicio durante once meses en patrullas de orden público. EL régimen de
tropa, agravado por el miedo de la muerte, le maduró la vocación de mandar y la costumbre de decidir por su
hermano. Regresó con una blenorragia de sargento que resistió a los métodos más brutales de la medicina
militar, y a las inyecciones de arsénico y las purgaciones de permanganato del doctor Dionisio Iguarán.
Autor
Gabriel García Márquez
Escritor, periodista y premio Nobel colombiano, considerado una de las figuras más representativas de la
narrativa del siglo XX.
Vida
Nació en Aracataca en 1928, pero muy pronto su familia abandonó esta población atlántica para marchar a
vivir a Bogotá. Allí se formó inicialmente en el terreno del periodismo, aunque también estudió derecho. Fue
redactor de El Universal, un periódico de Cartagena de Indias durante 1946, de El Heraldo en Barranquilla
entre 1948 y 1952, y de El Espectador en Bogotá a partir de 1952. Entre 1959 y 1961, trabajó para la agencia
cubana de noticias, La Prensa, en su país, en la Habana y en Nueva York. Debido a sus ideas políticas
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izquierdistas, se enfrentó con el dictador Laureano Gómez y con su sucesor, el general Gustavo Rojas Pinilla,
y hubo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en un exilio voluntario en México y España.
El compromiso político de García Márquez está integrado en su obra y se originó en el marco histórico de la
Colombia del bogotazo y todo el periodo de violencia que le siguió. Como otros escritores del boom de la
Literatura latinoamericana defendió la Revolución cubana, pero, a diferencia de muchos de ellos, sigue
apoyando a Fidel Castro y manteniendo polémicas airadas en la prensa y en encuentros con otros escritores
sobre la actual situación cubana, especialmente en lo que respecta a los derechos humanos.
Aceptó tomar parte en la dirección de la Escuela Internacional de Cine de San Antonio de los Baños, junto
con el cineasta argentino Fernando Birri. Y no es que el cargo sea meramente honorífico, pues ha intervenido
en varios guiones cinematográficos, tanto de obras suyas como originales.
Obra
Sus primeras novelas reflejan el ambiente de violencia e intolerancia que Colombia vivía en el momento en
que las escribió: La hojarasca (1955), El coronel no tiene quien le escriba (1961) y Los funerales de la Mamá
Grande (1962). En estas primeras obras ya se percibe una evolución estilística que pasa de la prosa barroca y
elaborada de La hojarasca y de algunos de los cuentos de Los funerales de la Mamá Grande al laconismo y la
frase desnuda al estilo de Graham Green o de Ernest Hemingway de otros relatos del mismo libro y de El
coronel no tiene quien le escriba, una dramática historia en la que ya aparecen algunos de los personajes que
reaparecerán en su obra más conocida: Cien años de soledad.
Cien años de soledad (1967) narra en tono épico la historia de la familia Buendía a lo largo de cien años y del
pequeño lugar Macondo que acaba sepultado y destruido por las guerras y el progreso.
Esta novela, escrita en dieciocho meses durante su exilio en México, muestra ya la escritura y estilo
consolidado del autor y sus mundos y obsesiones y, con pequeños matices, constituye el núcleo principal
estilístico de su obra. Todo parece arrancar de las leyendas y relatos fantásticos aprendidos en su infancia que
le permitieron desarrollar una imaginación desbordada cargada de imágenes obsesivas: es el mundo mágico
que se le suele atribuir a este autor. Después añadió su formación literaria que le hace escribir historias
lineales, con principio y final secuencial, sobre situaciones comprensibles y reales, personajes identificables y
como fondo la historia de Colombia y la denuncia de las injusticias sociales: es el mundo real. De la
combinación de estos dos elementos surge el realismo mágico, término que, aunque no agrade a muchos
autores y críticos, sirve perfectamente para explicar este género.
Otras obras narrativas importantes suyas son El otoño del patriarca (1975), en torno al poder y la corrupción
política; Crónica de una muerte anunciada (1981), la historia de un asesinato en una pequeña ciudad
latinoamericana; El amor en los tiempos del cólera (1985), una historia de amor que se desarrolla también en
latinoamérica, y El general en su laberinto (1989), una narración ficticia de los últimos días del
revolucionario y hombre de estado Simón Bolívar.
También es autor de varios libros de cuentos como La increíble y triste historia de Eréndira y de su abuela la
desalmada (1972) o Doce cuentos peregrinos (1992). García Márquez ha despertado admiración en
numerosos países occidentales por la personalísima mezcla de realidad y fantasía que lleva a cabo incluso en
sus textos periodísticos, como Noticia de un secuestro (1996), un reportaje novelado sobre el narcoterrorismo
colombiano. En 1998 publicó su autobiografía.
Recibió el Premio Nobel de Literatura en 1982 y fue formalmente invitado por el gobierno colombiano a
regresar a su país, donde ejerció de intermediario entre el gobierno y la guerrilla a comienzos de la década de
los ochenta.
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Opinión Personal
Este libro está bastante bien y es interesante pero es un poco lioso leerlo porque hace demasiados saltos en el
tiempo y eso te hace liarte un poco o no entender depende que cosas. Pero este libro me ha enseñado como
escribe un autor suramericano y que ideas tiene.
Este libro yo lo recomendaría a la gente que le gusta leer porque es muy interesante y porque si lo lee una
persona que no le gusta leer se aburriría y a lo mejor no lo entendería por los saltos temporales que hace el
autor.
GARCÍA MÁRQUEZ, Gabriel; Cónica de una muerte anunciada, Barcelona 1998; pag. 7
íbid, pag. 29
íbid, pag. 31
íbid, pag. 57
íbid, Pag. 58
íbid, pag. 80−81
íbid, pag. 90
íbid, pag. 99−100
íbid, pag. 87
íbid, pag. 92−93
íbid, pag. 11−12
íbid, pag. 20
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íbid, pag. 69
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