MANEJO DE LIQUIDOS Y HEMODERIVADOS EN PEDIATRIA Dra. Gisela Llorente Neuroanestesiologa CECANOT Santo Domingo República Dominicana I.INTRODUCCION Es necesario un profundo conocimiento de la fisiología y la composición de los líquidos corporales, para entender el equilibrio hidroelectrolìtico, y manejar adecuadamente el aporte de fluidos en el período peri operatorio de los pacientes pediátricos. Los recién nacidos y los lactantes menores tienen un 1 mayor riesgo de presentar desbalance hidroelectrolìtico, secundario al ayuno, gastroenteritis, etc. Durante la maduración del recién nacido y el lactante, las alteraciones que se producen en la función orgánica, en el tamaño y composición de los compartimientos corporales, afectan los requerimientos de los líquidos y electrolitos. Considerando el balance hidroelectrolìtico en el paciente pediátrico, los sistemas cardiopulmonar y renal son los de mayor importancia. El manejo de los líquidos en los pacientes pediátricos sometidos a cirugía está orientado para mantener el equilibrio de los diferentes compartimientos corporales. El objetivo primordial para el aporte de volumen y líquidos, es de mantener un adecuado volumen intravascular, gasto cardiaco y aporte de oxigeno para asegurar la perfusión tisular y contrarrestar los efectos de los anestésicos. Una inadecuada terapia hídrica en los niños puede conllevar a complicaciones tales como deshidratación, desequilibrio hemodinámico, hiponatremia yatrogénica entre otras. El ayuno, la cirugía y la anestesia causan estrés y producen alteraciones fisiológicas que hacen imprescindible el aporte de fluidos para así mantener la homeostasia. Por mas de 50 años la terapia de fluidos se ha basado en la formula de Holliday and Segar que proponían que los requerimientos hídricos y de fluidos de los pacientes pediátricos bebían hacerse en base al calculo del peso usando básicamente soluciones hipotónicas para su reposición. Publicaciones más recientes advierten, de complicaciones como la hiponatremia sobre todo en el período posquirúrgico, por lo que en la actualidad se recomienda el reemplazo con soluciones isotónicas al plasma para la reposición hídrica. El avance tecnológico en las áreas de la salud, las nuevas drogas, fluidos y hemoderivados, provocan cambios que obligan la continua revisión e investigación por parte de los médicos, sobre lo que se hace y sobre lo que se puede mejorar en cuanto al manejo de líquidos. Es nuestro objetivo revisar las formulas y mostrar las nuevas guías de manejo de fluidos, y recomendaciones sobre los hemoderivados en la población pediátrica. 2 II. GENERALIDADES 1-2 El cuerpo esta compuesto en su mayoría por agua y masa corporal magra, y esta proporción varía acorde con la edad. Ocurren grandes cambios en el contenido de agua corporal desde la gestación y hasta los primeros 3 años de vida. Al nacer tenemos mayor proporción de agua básicamente de líquido extracelular, en cambio los niños mayores de 3 años y los adultos tienen una proporción mayor de líquido intracelular. Los niños tienen una gran superficie corporal en relación a su peso, por lo que tienden a tener mayor perdida de agua a través de la piel y de los pulmones durante la anestesia, sobre todo si se administran flujos altos de gases secos. El agua corporal total (ACT) constituye casi 94 porciento del peso del feto a las 10 semanas de gestación, 78 porciento en el recién nacido a término, 65 porciento en el niño de 12 meses y 60 porciento en los niños mayores de 3 años y en los adultos. El cambio en el contenido del agua corporal total que conlleva la maduración, se acompaña de una distribución del agua corporal. El ACT se encuentra distribuido en dos compartimientos, el espacio extracelular (EEC) y el espacio intracelular (EIC). El espacio extracelular a su vez se subdivide en espacio intravascular (EIV) y espacio intersticial (EI), ambos separados por la membrana capilar. En el neonato, el LEC representa 45 porciento del ACT y casi un 40 porciento del peso corporal, en tanto que en el adulto representa 1-3 del agua corporal y solo cerca 20 porciento del peso. En el neonato el LIC es de 35 porciento y en el adulto de 40 porciento. (Ver cuadro-1). En condiciones normales, esta membrana capilar impide que las proteicas plasmáticas penetren en el líquido intersticial. Cuando se lesiona esta membrana las proteínas del plasma penetran en dicho espacio. La osmolalidad se define como la concentración de solutos por unidad de solvente y se expresa como miliosmoles por Kg. de solvente, y se calcula utilizando la siguiente fórmula: Osmolalidad: [Na+] x 2 + glucosa/18 + [BUN]/2.8 Aunque la osmolalidad es igual en ambos compartimiento, de 290-320 mOsm, contienen concentraciones diferentes de electrolitos. En el LEC predomina una elevada concentración de Na+, Hco -3 y Cl y una baja concentración de K, Ca y Mg. En cambio en el LIC existe una elevada 3 concentración de K y Mg y una baja concentración de Na y Hco -3. El gradiente electrolítico entre los compartimientos se mantiene por la bomba iónica de sodio y potasio. La osmolaridad, es el número de moléculas osmoticamente activas por litro de solución y se expresa en mOsm/ litro de solución. Un cambio en la osmolaridad de un compartimiento, producirá desplazamiento de agua a través de la pared celular hasta que se igualen las osmolaridades de los compartimientos. Estas moléculas se desplazan entre los diferentes compartimientos por 3 mecanismos: 1- Difusión simple a través de la membrana lipídica (O2 y Co2). 2- A través de los canales protéicos como el Na, K y Ca. 3- Difusión facilitada a través de las proteínas transportadoras (glucosa y los aminoácidos). El agua se transporta entre el LEC y LIC por osmosis y se mueve acorde al número de partículas osmóticamente activas a cada lado de la membrana. El agua se mueve entre el LIC y LEC dependiendo de la presión hidrostática dentro del capilar, basándose en la Ley de Frank Starling. La ecuación de Ernest Starling descrita en 1892, es aquella ley de ultrafiltración que describe las fuerzas que determinan el movimiento del agua entre los tejidos y el espacio intravascular, y es conocida como la ecuación de Starling: QF= Kf S [(Pc-Pi) – ( c- i)] Qf= Cantidad neta de liquido que se mueve entre la luz del capilar y el tejido intersticial circundante. Kf= Coeficiente de filtración de la membrana S= Área de superficie de la membrana capilar. Pc= Presión hidrostática en la luz del capilar. Pi= Presión hidrostática en el tejido intersticial. &= Coeficiente de reflexión que varía entre 0-1 c= Presión coloidosmótica del plasma en el capilar. i= Presión coloidosmótica del liquido en el intersticio. Esta ley identifica 3 fuerzas que favorecen el movimiento del agua en estos compartimientos: 1- Presión hidrostática capilar (Pc). 2- Presión hidrostática intersticial (Pi). 3- Presión oncótica intersticial ( i). 4 Solo una fuerza actúa para mantener el agua en la luz del capilar que es la presión oncótica del plasma, producida por las proteínas plasmáticas (albúmina y fibrinógeno). Normalmente la suma de estas fuerzas indican que el flujo de líquidos se desplaza del LIV al líquido intersticial, y de ahí es removido por el sistema linfático previniendo la formación de edema. El normal funcionamiento de este sistema depende de la integridad de la membrana capilar y de la remoción de las proteínas del espacio intersticial por el sistema linfático. El volumen del LEC está controlado por su catión más importante, el Na+, y los sensores de este sistema son los barorreceptores carotideos, atriales y los del aparato yuxtaglomerular cerca de la arteriola renal. El control de la osmolaridad varía con la ingesta y excreción de agua. El control de la osmolaridad produce sensación de sed y libera ADH. Los osmoreceptores se encuentran en el hipotálamo, y un aumento en la osmolaridad del LEC libera ADH, lo que aumenta la reabsorción de agua en los túbulos colectores renales. II.1.Consideraciones fisiológicas 2-3 El recién nacido y el lactante tienen características fisiológicas únicas debido a que muchos de sus sistemas sufren cambios de maduración que alteran la función orgánica, el tamaño y la composición de los compartimiento corporales que influyen en los requerimientos de líquidos y electrolitos. Los sistemas cardiopulmonar y renal son los más importantes tomando en consideración el balance hidroelectrolítico. Cardiopulmonar: El sistema cardiopulmonar normalmente no representa problemas para el manejo intraoperatorio por parte del anestesiólogo, ya que los niños con administración de una función cardiovascular normal suelen tolerar la cargas moderadas de líquidos por períodos cortos sin complicaciones. Sin embargo, los neonatos no toleran el exceso de fluidos y muestran signos de falla cardiaca congestiva y retardo en el cierre del conducto arterioso, en especial sin son pre término. Por lo general, la restricción de líquidos por períodos breves suelen ser bien tolerada en niños sanos, pero los lactantes y niños pequeños no toleran tampoco la restricción excesiva de líquidos ya que les produce deshidratación. Esta deshidratación aumenta las posibilidades de hipovolemia y de colapso cardiovascular en la inducción anestésica. En la actualidad se han modificado 5 los parámetros del ayuno en los niños, para reducir al mínimo el período de ayuno 4: AYUNO TIEMPO Sólidos 6 hrs Leche de formula 4 hrs Leche materna 3 hrs Líquidos claros 2 hrs Cuadro-1 Periodo de ayuno modificado de ASA 4 Resulta más complejo mantener el balance hídrico en aquellos niños con función cardiovascular anormal o aquellos que no han realizado aun la transición de circulación intrauterina a la extrauterina. En estos casos para evitar la falla cardiovascular se debe ser estricto con la administración de la cantidad, velocidad y del tipo de fluidos Riñón: Los niños recién nacidos tienen una filtración glomerular que oscila entre 25-30 porciento de la del adulto, pero ya a las 4 semanas alcanza el 90% de su madurez, para casi completarse hacia los 8-9 meses de vida. Los neonatos tienen una pobre capacidad de concentración de orina y no pueden excretar el sodio como los escolares, lo que produce un aumento en las perdidas de agua. A diferencia del adulto que tiene una concentración aproximada de orina entre 1,000-1400 mOsm/ kg el niño solo produce una concentración urinaria de 450-600 mOsm/kg en la primera semana de vida. El riñón del recién nacido no puede conservar ni excretar Na+ por lo que le liquido de reemplazo de fluidos debe contener Na+, y así evitar complicaciones como la hiponatremia. Asimismo los neonatos tienen un umbral renal más bajo para la glucosa, por lo que pequeñas elevaciones de esta molécula producirá glucosuria y una diuresis osmótica. Un niño saludable tolera mejor una sobrecarga hídrica moderada que una deshidratación moderada por todo lo antes ya expuesto. 6 III. HISTORIA 5 Desde 1957 Holliday and Segar publicaron en el “The maintenance need for water in parenteral fluid therapy”, el cálculo de la tasa metabólica del paciente sano tanto en reposo como en actividad, para mantener la necesidad de agua es paralelo al metabolismo energético del paciente. Desarrollaron una formula fácil de usar que calculaba los requerimientos calóricos de los pacientes hospitalizados a partir del peso corporal. Ellos mostraron que las necesidades de agua en mililitros eran iguales que la energía consumida (ej. 100 ml de agua se requiere para suplir 100 Kcal de gasto calórico). Esta fórmula se generalizó y fue usada por décadas. Otros estudios como los de Lindahl que desde el 1988 usaban la calorimetría indirecta para calcular la tasa metabólica y así los requerimientos de líquidos y electrolitos. Ellos observaron que la energía generada durante la anestesia en esos niños era un 50 porciento más baja que la calculada por Holliday and Segar. IV. EVALUACION PREOPERATORIA 2,3 La valoración pre quirúrgica depende del tipo de cirugía a la que se someterá el niño, será una cirugía electiva con un ayuno programado o es un paciente politraumatizado con un gran déficit de volumen sanguíneo. Durante las pérdidas de líquidos se desencadenan una serie de mecanismos compensadores para tratar de compensar y mantener el volumen circulante. Estos mecanismos pueden será transitorios o definitivos: Definitivos: Se basa en el sistema renina-angiotensina-aldosterona. Cuando disminuye el volumen sanguíneo o la tensión arterial se activa este sistema liberando renina por el riñón. Esta renina convierta el angiotensinógeno en angiotensina–I y luego esta se convierte por la enzima convertidora de angiotensina ECA en angiotensina II. La angiotensina II posee dos mecanismos compensadores; 1) un mecanismo definitivo es que la angiotensina I libera aldosterona por las suprarrenales, la que activa el riñón para que reabsorba Na en los túbulos contorneados distal. Cuando se reabsorbe este sodio también se reabsorbe agua, devolviendo así el estado normovolemico. Los mecanismos compensatorios temporales tienen como objetivo el mantener la tensión arterial y el volumen de los líquidos corporales. 7 Estos pueden ser liberados por a) Vasopresores endógenos b) ADH, c) Recambio transcapilar La hipovolemia, hipotensión y la hipoperfusión liberan vasopresores endógenos para mantener la circulación. Los baro receptores carotideos censan la disminución de la tensión arterial y liberan ADH, que actúa sobre el tubo contorneado distal y los túbulos colectores para reabsorber agua con grados variables de hiponatremia. En cuanto al recambio transcapilar, este proceso mediante el cual el líquido intersticial pasa temporalmente al volumen plasmático. Luego de realizar una historia clínica se debe realizar un examen físico y evaluación de la prueba de laboratorio. Se debe prestar mayor atención al sistema renal y cardiovascular si sospechamos de deshidratación. Con la visita pre anestésica también se intenta disminuir la ansiedad, conocer al paciente, explicarle el procedimiento, conseguir la firma del consentimiento informado y solicitar los exámenes de sangre y evaluaciones que se necesiten. Los exámenes de laboratorio para confirmar los grados de deshidratación varían según el caso y pueden ser: electrolitos, nitrógeno ureico, creatinina, Hb, Hto, densidad urinaria y osmolaridad. Los requerimientos de electrolitos son: 1) 3 mmol/kg/día de Na (54 mg/dl) 2) 2 mmol/kg/día de K (136 mg/dl) Esta fórmula se generalizo y fue usada por décadas. Lindahe, ya desde 1988 en sus estudios utilizaba la calorimetría indirecta para calcular la tasa metabólica y así los requerimientos de líquidos y electrolitos, ya que se observo que la energía generada durante la anestesia en estos niños era 50 porciento más baja que la calculada por Holliday and Segar. Las siguientes formulas pueden utilizarse para calcular los requerimientos de líquidos para lactantes y para niños. Existen otros parámetros relacionados con la volemia, como la diuresis, PVC, BUN, creatinina y osmolaridad que pueden guiar para ajustes posteriores según los requerimientos. 8 IV.1.Manejo preoperatorio 3 El control y reposición de liquidas en los pacientes pediátricos que van a ser sometidos a cirugía se inicia en la visita pre anestésica. Luego de un cuidadoso examen físico con atención (sistema cardiovascular, renal y su estado de hidratación) se corregirá la deshidratación y el desequilibrio electrolítico antes de iniciar la anestesia, tratando de reponer el déficit en un lapso de 2/4 hrs en la medida de lo posible. IV.2.Hidratación La tasa de restitución de líquidos y electrolitos depende la gravedad de la deshidratación y del desequilibrio (ver cuadro 3). IV.3.Requerimientos Diarios 1,2 En base al peso, un infante requiere 100ml/kg/día de fluidos. Este requerimiento elevado de líquidos diarios, se debe a la alta tasa metabólica y de crecimiento de los infantes, además, tienen una gran superficie corporal que produce un aumento en la pérdida de líquidos por medios insensibles, y por medio de la orina por su imposibilidad de concentrar la misma. Los requerimientos diario de electrolitos tales como el Na+, K y Cl son de 30, 20 y 10 mol por cada 1000 Kcal gastada, respectivamente. Este aporte se logra administrando una solución balanceada de sodio al 0.18 porciento y 4 porciento de dextrosa a la cual se le añade 20 mmol de cloruro de potasio por litro. Además de reponer el déficit hídrico hay que corregir las pérdidas electrolíticas. La siguiente formula corrige de forma parcial el déficit de cualquier electrolito: De (mmol)= Peso (kg) x (Cd – Cm) x 0.3 De= déficit electrolito. Cd= concentración del electrólito deseada. Cm= concentración del electrolito medida. Acidosis metabólica 2: Es la disminución del ph. y del Hco-3, bien sea por aumento de la producción de acido ó por la pérdida de bicarbonato en el líquido extracelular. Dentro de las causas más frecuentes se encuentran: la diarrea, el vomito, el ayuno, la hipoxia, insuficiencia renal, etc... 9 Se trata cuando el déficit de base sea > 10 meq/l, se calcula Hco -3 1-2 meq/Kg. Se debe de evaluar el estado acido base después del tratamiento inicial para ajustar las dosis. Alcalosis metabólica 2: Es el estado metabólico que se caracteriza por un aumento del ph. y del Hco-3, bien sea por perdida de acido o por exceso de producción de Hco-3 en el liquido extracelular. Las causas más frecuentes son el uso prolongado de sondas nasogástricas, el tratamiento con diuréticos, la administración excesiva de Hco-3, etc.… Siempre en estos casos en niños, y lactantes hay que considerar la posibilidad de una estenosis hipertrófica del píloro. Hiponatremia 5,8 (Na+ sérico < 130 meq/l). Las causas más frecuentes de esta entidad son el uso de soluciones libres de electrolitos como la dextrosa en agua 5 porciento, oliguria, vomito, el síndrome nefrótico, síndrome inadecuado de ADH (SIADH), la ascitis, hipotermia, etc.… Según el consenso de la APA se debe a la administración de fluidos hipotónicos de mantenimiento en los pacientes pediátricos. Los signos tempranos de hiponatremia son inespecíficos, suelen debutar con convulsiones o paro respiratorio, aunque los casos reportados en la literatura muestran la cefalea como un síntoma temprano. Los lactantes particularmente tienen predisposición a la hiponatremia ya que sus riñones tienen una disminuida capacidad de conservar sodio. Natremias por < 120 meq producen edema cerebral, con alteración del estado de conciencia, convulsión y coma (encefalopatía hiponatremia), considerada como una emergencia que necesita manejo de inmediato en UCI. El consenso de la APA recomienda que las convulsiones hiponatremicas no ceden a los anticonvulsivantes normales por lo que hay que manejarla con solución salina hipertónica 3 porciento. Consideran que 1 ml-kg de salina hipertónica al 3 porciento aumentara el sodio sérico 1 1mmol-l. Siempre se debe investigar si el paciente lo permite, la etiología de la hiponatremia, si es por exceso de administración de agua libre el tratamiento será un diurético y una solución salina hipertónica al 3 porciento. Si el paciente en cambio esta hipovolemico el manejo entonces será una solución salina hipertónica al 3% 1-2 ml/kg a pasar en 20 minutos, y luego continuar el cálculo con la siguiente formula: 10 Déficit de Na+= (Nad – Nap) x 0.6 x 10 Nad= sodio deseado Nap= sodio presente Esta formula dará la cantidad en meq por litro de Na+ que debemos de administrarle a este paciente. Si queremos hacerlo más simple y conocer directamente la cantidad en mililitros que debemos de administrarle al paciente de solución salina hipertónica entonces usaremos esta fórmula: (Nad- Nap) x Kg de peso. Inicialmente se debe administrar 1- 2 ml/kg de solución salina al 3 porciento en un lapso de 20 - 30 minutos con el objetivo de controlar las convulsiones. Los mililitros restantes se administrarán en la siguiente 6-8 hrs. Si aumentamos el Na+ sérico a 125 meq/l, difícilmente esta hiponatremia ocasione en el paciente síntomas que pongan en riesgo su vida. En caso de que el paciente tenga una hiponatremia asintomática, este no requerirá de una reposición activa de sodio con solución salina hipertónica al 3 porciento, sino que se tratara la deshidratación con líquidos orales, si el paciente no ingiere entonces usar solución salina normal 0.9 porciento. Si el paciente presenta una hiponatremia asintomática con volumen normal o aumentado, si esta ingiriendo se restringen los líquidos y si no ingiere se administran la mitad (50 porciento) de los líquidos de mantenimiento calculados. Hipernatremia 5,6: (Na sérico > 150 meq/l). Esto suele ocurrir cuando se pierde más agua que sodio, restricción al ingerir agua o incapacidad para responder a la sed, entonces se produce una deshidratación hipernatremica. Dentro de las causas más frecuentes están: la fiebre, el exceso de solución hipertónica, diabetes insípida, etc. Los niveles > 165 meq/l de Na producen síntomas neurológicos cuando es agudo, la hipernatremia crónica suele tolerarse bien por la compensación cerebral. El cerebro aproximadamente entre 6-8 hrs. para equilibrar su sodio, por necesita lo que la disminución debe ser paulatina ya que un descenso brusco del mismo podría producir edema cerebral. El consenso de la APA recomienda que la deshidratación hipernatremica se maneja inicialmente reemplazando volumen con fluidos de solución salina al 0.9 porciento a razón de 20 ml-kg hasta la normo volemia. 11 La corrección completa se hará lentamente en por lo menos 48 hrs y así evitar el edema cerebral, convulsiones y la lesión cerebral. Se corregirá el sodio sérico a una tasa no mayor de 12 mEq-kg-día con solución salina al 0.45 por ciento o solución salina 0.9 porciento en dextrosa Hipocalemia vómitos 5,6 diarrea (K sérico < 3,5 meq/l). Las causas más frecuentes son: y el tratamiento crónico con diuréticos, etc. Las manifestaciones más frecuentes son calambres, arritmias, íleo paralitico y disminución de la contractilidad miocárdica. Debe Corregirse la hipocalemia con suplementos orales con una dosis de 3.5 mEq-kg-día. Si la hipocalemia es severa < 3 mEq/l se administrara corrección endovenosa a un ritmo no mayor de 0.25 mEq/kg/hr una concentración periferica no mayor de 40 mmol/l de cloruro de potasio. Si se necesita administrar una infusión más rápida o de mayor cantidad deberá ser en UCI y por una vía central. Se calcula su reposición con la siguiente fórmula: aun goteo de 0.5 mmol-kg-hr. (Kd - Kp) x 0.3 x peso (kg) Kd= potasio deseado Kp= potasio presente Siempre que administremos potasio se debe monitorear la diuresis y los cambios en el EKG del paciente. La diuresis debe estar en no menos de 0.5 ml/kg/hr y los cambios en el EKG con una T alta y picuda requerirá de la suspensión de la administración del electrolito, medir la concentración sérica y ajustar la dosis para evitar su sobredosis. Si la hipocalemia se acompaña de hipocloremia, como en los pacientes con estenosis hipertrófica del píloro, se tratara con solución salina al 0.9 por ciento más el reemplazo por fórmula del potasio. Hipercalemia 5,6 (K sérico > 6.5 meq/l): Dentro de las causas más frecuentes tenemos, la administración excesiva de K, acidosis grave, insuficiencia renal y la necrosis tumoral. La mayoría concuerda en que niveles de potasio por encima de 6 mEq/l ameritan tratamiento. El potasio mayor de 7 mEq/l muestra cambios electrocardiográficos. 12 El tratamiento inicial es hiperventilar al paciente y administrar Hco-3 de 1-2 meq/ kg para favorecer la alcalosis y desplazar el potasio hacia el interior de la célula. El cloruro de calcio a 5 meq/kg o gluconato de calcio 15 mg/kg compensan agudamente los efectos cardiacos de la Hipercalemia. El APLS recomienda 100 mcg/kg de gluconato de calcio al 10 por ciento o 0.5 ml/kg de la solución del 10 por ciento. La solución glucosada 0.5 g/kg mas insulina 0.3 Ud. /g de glucosa también desplaza el potasio hacia el espacio intracelular. En caso de Hipercalemia crónica considerar la administración de resinas de intercambio iónico como el sulfonato de poliestireno sódico (Kayexalate), vía rectal u oral dividido en 4 dosis, a razón de 1-2 g/kg/día. Esto reducirá 1 meq/l de K sérico por cada 1 gr. /kg del compuesto que se administre. V. LIQUIDOS INTRAOPERATORIOS 7 El objetivo de manejo de líquidos en el intraoperatorio es que va dirigido a suplir los requerimientos metabólicos basales necesarios, para compensar las horas de ayuno, administrar los líquidos de mantenimiento y reemplazar las perdidas producidas por el acto quirúrgico.7 1-Déficit: Todo niño sano que vaya a ser sometido a una cirugía electiva con un déficit pequeño (si realiza correctamente las horas de ayuno), el déficit seria realmente mínimo, pero como estas normas por lo general no se cumplen, nos encontramos frecuentemente con infantes con muchas horas de ayuno. Ya desde 1975 Furman et al propusieron reemplazar el 50 porciento de lo que se calcula que es el ayuno en la primera hora y el 25 porciento en la segunda y 3 hora de cirugía respectivamente. Si bien es el método que mas se usa, Berry en 1986 propuso simplificar estas guías de administración de líquidos, y sugirió administrarlos acorde a la edad del niño y a la severidad del trauma (ver cuadro 2) 7 13 Guías de administración de líquidos balanceados en niños según edad y severidad del trauma (modificado de 7) 1era hora de cirugía 25 ml/kg niños <= 3 anos 15 ml/kg niños > 4 anos Resto de las horas Mantenimiento + trauma= fluido básico horario Volumen de mantenimiento= 4 ml/kg/hr Mantenimiento + trauma leve= 6 ml/kg/hr Mantenimiento + trauma moderado= 8 ml/kg/hr Mantenimiento + trauma severo= 10 ml/kg/hr Reemplazo de sangre 1:1 con sangre 3:1 con coloides Cuadro - 2 La guía más fácil para el cálculo de déficit del paciente es primero calcular la reposición por el ayuno, que se calcula con la formula de los 4: 4 por los primeros 10 kilos 2 por los segundos 10 kilos 1 por los kilos restantes. Este cálculo dará la cantidad en ml de mantenimiento por hora y para reponer el ayuno se multiplica el mantenimiento por las horas de ayuno y eso nos dará el total en ml de líquidos a reponer por el ayuno. Se administrara de la siguiente forma: 50 porciento del líquido calculado en la primera hora 25 porciento del líquido calculado en la segunda hora 25 porciento del líquido calculado en la tercera hora y con esto se repone el ayuno mantenimiento por las horas de ayuno. Ej. Pct. masculino de 6 años con 23 kg y 8 hrs de ayuno para una cirugía de fractura de humero derecho. 14 4 x 10= 40 2 x 10= 20 1 x 3= + 3 63 ml de mantenimiento por hora 63 ml x 8 hrs de ayuno = 504 ml de reposición de ayuno que se reparte, administrando: 252 ml la primera hora, 126 ml en la segunda y tercera hora respectivamente. En el caso que el niño esta deshidratado, entonces se calcula según el grado de deshidratación que presente: -Leve: 50 ml/kg -Moderado: 100 ml/kg -Severo: 150 ml/kg Estos déficits deben corregirse previos a la cirugía. El grado de deshidratación puede manejarse usando una combinación manifestaciones clínicas y de los parámetros clínicos observados. de las 1 Los signos clínicos nos muestran una aproximación del grado de deshidratación: solo sed y agitación un 5 porciento de deshidratación, sed, mucosas secas, agitación o letargia 10 porciento y frío, sudoroso, hipotónico, gris 15 porciento (ver cuadro 3). Manifestaciones Leve Moderado Severo Pérdida de peso 5 10 15 Déficit en ml 50 100 150 Apariencia Sed, (%) agitado alerta, Sed, agitado, letargia, pálido Frío, sudoroso, gris, cianosis, somnolencia-coma Turgencia piel Normal Disminuida Marcadamente disminuida Membrana Húmedo seco Muy seco mucosa 15 Fontanela Normal Deprimida Muy deprimida Pulso Normal Rápido Rápido y débil Tensión arterial Normal Normal o baja Baja Respiración Normal Profunda Profunda anterior y rápida Diuresis <2 <1 <0.5 ml/kg/hr Cuadro-3 grado de deshidratación (modificado de Mary Cunliffe) 1 Estos niños deshidratados tratan de compensar como respuesta a la hipovolemia, aumentando la frecuencia cardiaca, no la tensión arterial, por esta razón no debemos esperar cambios en la tensión arterial para tratar un desequilibrio de volumen, ya que este es un signo tardío y premorbido. Esto sugiere una descompensación inminente y grave con muy mal pronóstico. La corrección de la deshidratación se hace con solución isotónica como la solución salina 0.9 porciento y el lactato en ringer. En caso de deshidratación severa se utilizaran los coloides. 1 Si el paciente presentara hipovolemia (pérdida del liquido intravascular), se deberá reemplazar inicialmente con bolo de 20 ml/Kg. de solución salina normal o coloide, y repetir la dosis si es necesario. Se considerara transfusión si los niveles de Hb disminuyen. En las guías de manejo de líquidos de Inglaterra del 2007 no se llego a un consenso sobre el manejo de los niños con deshidratación que requerían cirugía de emergencia. Los expertos consultados sugieren el uso de solución salina, lactato en ringer y de coloides de primera instancia, y luego una corrección lenta con solución isotónica, realizar electrolitos y medición de diuresis. 7 V.1. Mantenimiento: Los requerimientos de líquidos de sostén durante la cirugía consisten en reponer las pérdidas insensibles. La formula mas rápida y simple es la derivada de la formula de Holliday y Segar que encontraron que los requerimientos diarios de líquidos dependen directamente de la demanda metabólica. 16 4 ml x kg para los primeros 10 kg 2 ml x kg para los segundos 10 kg 1 ml x kg de los siguientes kilos restantes Es importante recordar que todas las formulas usadas son solo eso, formulas, un punto de partida y que la respuesta de cada paciente es individual, por lo que siempre se debe de monitorizar y ajustar las dosis apropiadamente según el caso (ver cuadro 4). Hay que tomar en consideración que los líquidos de mantenimiento necesarios en un niño deben aumentarse en situación de estrés como la hiperpirexia, sudoración e hipermetabolismo como es el caso de los quemados y con el uso de la fototerapia. 7 El consenso de la APA recomienda usar la misma fórmula para niños e infantes > 4 semanas. 6 En el recién nacido hasta los dos días de nacido (48 hrs.), solo se le administra dextrosa al 10 porciento a razón de 2-3 ml/Kg./hr. En las guías ya mencionadas, tampoco llegaron a un acuerdo de cual seria la solución ideal de mantenimiento en esta población pero sugieren, el uso de solución salina al 0.18 porciento en dextrosa al 10 porciento a una tasa de 4 ml/kg/hr o 100-120 ml/kg/día. 6 Otro punto en el que tampoco se llego a un acuerdo, es que tipo de solución de mantenimiento seria la ideal en el postquirúrgico en la mayoría de los niños. En el caso de los neonatos los líquidos de mantenimiento en el postquirúrgico son de difícil prescripción, porque muchos factores puedan afectar esta realidad. La mayoría prefieren el lactato en ringer, solución salina 0.9 porciento o salino al 0.9 porciento con dextrosa 5 porciento en el mantenimiento en el postquirúrgico. La prudencia, seria nuestra recomendación, seguir estrictamente al paciente, evaluando las manifestaciones, continuar con monitoreo de parámetros vitales, medición de diuresis, realizar Hb, electrolitos para balancear de manera objetiva los requerimiento diarios de los pacientes pediátricos. 6 17 LIQUIDOS DE MANTENIMIENTO INTRAOPERATORIO EDAD SOLUCIONES Prematuro. RNT -48 hrs. Dextrosa 10% Bajos peso, percentil < 3, cirugías Dextrosa 1-2.5% prolongadas, Anestesia regional extensas con respuesta reducida al estrés 48 hrs. – 4 semanas SS 0.18% en dextrosa 10% Niños > 1 mes SS 0.9% y Lactato en ringer (Cuadro-4 modificado de 6 ) V.2.Soluciones Isotónicas La mayoría de las soluciones durante el procedimiento quirúrgico son necesarias para reponer el ayuno y las pérdidas por tercer espacio las cuales provienen principalmente del líquido extracelular. 7 El lactato en ringer es una solución isotónica que contiene 28 meq de lactato con una osmolaridad de 273 mosm/l, el cual se degrada rápidamente a nivel hepático en bicarbonato, actuando como intermediario. La mayoría de las revisiones históricas consideran 2 aspectos para el manejo seguro de líquidos en los niños: la necesidad de glucosa y el contenido de sodio en la infusión. En los últimos 20 años se han venido evaluando el uso de la glucosa en las soluciones intraoperatorias de rutina. En el pasado usábamos de manera obligatorio, las soluciones glucosadas para evitar la hipoglucemia en el transquirurgico, pero hay sabemos, que esta entidad primero no es tan frecuente, se ve solamente en ciertas circunstancias, es de difícil diagnostico en pacientes ya anestesiados y existe un riesgo no despreciable de las lesiones cerebrales producidas por la hiperglucemia. Si bien sabemos que la hipoglucemia induce a mayor daño cerebral sobre todo en recién nacidos, se ha demostrado que los niños recién nacidos sanos y los niños tienen un riesgo de solo 1-2 porciento de hipoglucemia pre quirúrgico a pesar del ayuno prolongado, por lo que la mayoría no necesitan soluciones glucosadas en el periodo peri- operatorio. 7 La hiperglucemia es una entidad clínica peligrosa, que se manifiesta al utilizar soluciones dextrosa al 5 porciento. 18 Esta entidad no solo produce lesión cerebral sino que causa diuresis osmótica, deshidratación y desequilibrio hidroelectrolitico. El mecanismo propuesto para la lesión cerebral es que la isquemia que ocurre en combinación con hiperglucemia produce metabolismo anaerobio que aumenta la glucosa a nivel cerebral, produciendo acido láctico y mayor extensión de lesión celular. 5 En el tubo contorneado renal proximal se absorbe toda la glucosa cuando sobrepasa el umbral renal de la glucosa que es de180 mg en adulto y de 10-11 mmol/l en niños producirá una diuresis osmótica y deshidratación e hipovolemia. Steward et al en el 1988 mostraron, que los niveles elevados de glucemia aumento el déficit neurológico luego de un paro cardiaco por hipotermia profunda en cirugía cardiaca. 10 Recientes artículos muestran las diferencias que existen entre neonatos y adultos referente a la glucosa. Hay una elevación de 5 veces la concentración de proteínas transportadoras de glucosa como la GluT3 y de enzimas de fosforilación como la hexokinasa 1 en el cerebro de los neonatos-adultos y esto aumenta la tasa metabólica. El metabolismo cerebral para la glucosa aumenta en el periodo neonatal hasta los 6 años (6.8 mg de glucosa/min/100 gr) y luego disminuye a valores de los adultos (5.5 mg de glucosa/min/100). A diferencia del cerebro adulto, el del neonato es capaz de metabolizar cuerpos cetónicos y ácidos grasos libres para generar ATP. 5,11 En los niños que reciben nutrición parenteral total tienen una alta incidencia de hiperglucemia intraoperatoria, por lo que se recomiendan medir frecuentemente la glucosa en sangre en el intraoperatorio, y así poder adaptar el aporte de glucosa. 5 El consenso de la APA recomienda que los infantes y los niños que reciben nutrición parenteral deban continuar con su nutrición durante la cirugía o pueden cambiar a soluciones glucosadas y monitorear durante el transquirurgico los niveles de glicemia en sangre. 1 V.3. Hipoglicemia El cerebro necesita de dos sustrato principalmente, oxigeno y glucosa. La hipoglicemia produce 3 efectos a nivel del sistema nervioso central. 5 1-Produce una respuesta contra reguladora (aumenta el cortisol plasmático, adrenalina, glucagón y hormona del crecimiento). 19 2- Aumenta del flujo sanguíneo regional cerebral hasta un 300 porciento, produciendo una pérdida de la autorregulación cerebro-vascular en caso de hipoglucemia severa. 3-Alteracion metabólica cerebral produce cambios en los precursores glicoliticos en el ciclo de Krebs, alteración de la homeostasis iónica y anormalidad acido base. Todos esto cambios producen lesión neuronal la cual puede ser temporal o permanente. Estudios como el de Kinnala et al en 1999 mostraba evidencias imagenológicas de anormalidades cerebrales en neonato con hipoglicemia, aunque en la mayoría de estos casos tendieron a recuperarse en los 2 meses siguientes. 5,12 El riesgo de hipoglucemia en la inducción anestésica se ha evaluado en varios estudios y varía entre 0-10 porciento, dependiendo del nivel de glicemia. El estudio mas reciente define hipoglucemia a niveles de glucosa en sangre < 2.6-2.8 mmol/l, (2.2 moml=40 mg/dl Y 2.8 moml = 50 mg/dl) por lo que la incidencia de hipoglicemia en la inducción anestésica es tan baja como un 02.5 porciento. Los que más sueles padecer de hipoglicemia son aquellos pacientes con ayunos prolongados entre 8-19 hrs (media de 10 hrs).13, 14 Varios estudios muestran que en los niños que se les administran líquidos claros 2 horas previas a la cirugía, no han mostrado hipoglicemia ni tampoco modifico la homeostasis durante el procedimiento quirúrgico 13,15. Todavía sigue siendo un tema controvertido el uso o no de soluciones glucosadas durante la cirugía, unos están a favor y otros refieren mayor seguridad en administrar soluciones libres de glucosa sobre todo en cirugías largas. En conclusión si bien infundir soluciones libre de glucosa en infantes puede reducir el riesgo de hiperglucemia en el posoperatorio, no necesariamente es lo acertado , ya que no corregiría necesariamente un valor pre operatorio bajo de glicemia y, por lo tanto, no evitara la movilización del lípido y de cetosis. 8 Si usamos soluciones libres de dextrosa podemos chequear la glucemia en sangre si se requiere, el uso de soluciones glucosadas con bajo nivel de dextrosa 1-2.5 porciento mostrado por estos estudios demuestra que es suficiente para prevenir la hipoglicemia y está asociado a concentraciones normales de glucosa. 6,8 20 V.4.Perdidas Intraoperatorias La perdida de fluidos en el intraoperatorio, se debe a las perdidas por el tercer espacio y las perdidas hemáticas. El tercer espacio se forma cuando por diferentes causas: estrés quirúrgico, trauma, quemadura etc., se deriva el líquido del espacio extracelular al intersticial. Este volumen no se puede medir, pero si podemos tener una idea aproximada, según la extensión de la cirugía y la respuesta clínica al reemplazo de líquidos. La soluciones isotónicas (solución salina 0.9 porciento y lactato en ringer) siguen siendo las soluciones más utilizadas en estos casos. Debemos diferenciar aproximadamente lo que se pierde según el tipo de cirugía (ver cuadro 5): 1 Tipo de cirugía Pérdidas Cirugía intraabdominal 6-10 ml/kg/hr Cirugía intratoraxica 4-7 ml/kg//hr Cirugía de ojos, neurocirugía y 1-2 ml/kg/hr superficial Cuadro-5 Agresión quirúrgica modificado de Mary Cunliffe 1 Las perdidas sanguíneas siempre deben de reemplazarse en niños bajo cirugía general inicialmente con cristaloides a razón de 3:1 o con coloides 1:1. Los coloides más usados son la albumina al 5 porciento, almidones y las gelatinas, aunque en la actualidad no hay ningún estudio que demuestre cuál de estos es el mejor. Todos los niños > de 3 meses – 5 años generalmente toleran un Hto de hasta 25 porciento, pero si el niño padece de alguna cardiopatía la concentración del hematocrito debe ser más elevada. 1 No existe un acuerdo para niños < 3 meses, cuál sería el hematocrito ideal permisible, para un procedimiento quirúrgico. Es importante siempre tener un plan de manejo para reemplazar las perdidas hemáticas, contabilizar estrictamente las gasas y compresas usadas en la cirugía y el reservorio del aspirador, lo primero que debemos hacer es: 1. Calcular la volemia del paciente con la siguiente fórmula: 21 EDAD ML Recién nacido prematuro 90-100 ml/kg Recién nacido a termino 80-90 ml/kg Infante 75-80 ml/kg Niños 70-75 ml/kg Cuadro-6 Calculo de volemia modificado de Mary Cunliffe 1 Luego se calcula las perdidas hemáticas permisibles por kilogramos de peso. Existen muchas formulas para este cálculo, nosotros utilizamos ésta: 1 Pps= Peso Kg x Volemia total (Hto actual – Hto ideal)/2 Ejemplo: calculemos la pérdida de sangre permisible de un niño de 1 año con 10 kg de peso y 45 Hto que será sometido a una craniosinostosis. 1-Volemia del paciente= 75 x 10 kg= 750 ml 2- Pps = 750 (45 – 30)/2 Pps= 7500 (15)/2 Pps= 7500 x 7.5 Pps= 375 ml será el sangrado que se le permita perder antes de iniciar reposición hemáticas, esto debe corroborarse con la clínica. 1 V.5. Cristaloides vs Coloides Los cristaloides siguen siendo el tratamiento inicial para las pérdidas hemáticas durante la cirugía en niños. Las ventajas son (ver cuadro 7): VENTAJAS Soluciones económicas Poco efecto sobre la coagulación Ningún riesgo de reacción anafiláctica Ningún riesgo de transferencia de enfermedades infecciosas. Cuadro-7 Ventajas de los cristaloides modificado de Isabelle Murat 7 Se calcula 15-20 ml/kg en 15-20 min para restablecer la estabilidad cardiovascular. 22 Luego de administrar un total de 30-50 ml/kg de cristaloides entonces se usara un coloide para mantener una presión osmótica intravascular. Las gelatinas se han usado por años para reemplazar las perdidas intravascular en los niños. El HES está siendo muy utilizado en la actualidad, pero no existen muchos estudios pediátricos que valoren su eficacia y tolerancia.7 Brutocaro publicó en el Journal of Cardiothoraxic and vascular anesthesia un estudio donde comparó el HES con la albumina, demostrando que el HES es tan efectiva como la albumina y sin tantos efectos secundarios indeseables.16 Sin embargo, luego de una reevaluación por el ministerio de Salud de diferentes países, limitan el uso de HES en niños prematuros y recién nacidos. En estos casos la albumina y las gelatinas aunque costosas y con elevado riesgo de transmisión de infecciones, es la solución principal en neonatos e infantes.7 En los prematuros, el estudio de Emery et al mostro que era más efectiva la albumina 4.5 porciento que al 20 por ciento. 17 Esto indica que los mas importante para mantener la presión de perfusión cerebral y la tensión arterial es su volumen no su concentración. La albumina al 5 porciento es preferida en infantes.7 Se debe contabilizar las perdidas urinarias y por las vías respiratorias, ya que muchas veces no son tomadas en cuenta y se pueden disminuir las perdidas respiratorias utilizando humidificadores en los gases inspirados y un filtro en el sistema circular. VI. LIQUIDOS POSOPERATORIO En el estudio de Way et al del 2006, se observo que el líquido que más frecuentemente se prescribe para mantener en el postquirúrgico en la población pediátrica, es la solución salina al 4 porciento con 0.18 porciento de dextrosa o salino 0.45 porciento con 2.5-5 porciento de dextrosa.17,18 Sea cual sea la solución elegida, debe considerarse los líquidos de mantenimiento sobre todo si no se está ingiriendo y reponiendo las perdidas por sonda naso gástrico, fistulas, drenes peritoneales, tubo torácico y cualquier vía de sangrado. Las pérdidas se reponen 1:1 con solución salina 0.9 porciento y las hemáticas con cristaloides, coloides o derivados hemáticas dependiendo de la clínica y del hematocrito del paciente.1 En la actualidad se permite a los pacientes la ingestión oral temprana a las 2-3 hrs postquirúrgicas. 23 Si la cirugía es un procedimiento menor y se han administrado grandes cantidades de cristaloides, esto disminuye la aparición de nauseas y vómitos tanto en adultos como en la población pediátrica.7 Sí por el contrario se retrasa la ingesta oral entonces se continua con los líquidos endovenosos para suplir los requerimientos básicos, las perdidas gastrointestinales (sonda naso gástrico), y las perdidas adicionales como fiebre, etc.… o se utiliza la vía central si está colocado una catéter venoso central (PVC) para recibir nutrición parenteral. En el periodo postoperatorio, las perdidas por drenes, succión naso gástrica debe reemplazarse con fluidos isotónicos como solución salina 0.9 porciento adicionándole CLK. Las perdidas deben medirse c/hora y reemplazarse c/2-4 hrs dependiendo de la cantidad. 7 La hiponatremia es el desequilibrio electrolítico más frecuente en el postquirúrgico. Niveles de sodio entre 120-125 mmol/l puede producir lesión cerebral temporal o permanente. Muchos de estos pacientes que padecen de hiponatremia se deben a la administración de soluciones hipotónicas donde el niño tiene una capacidad limitada de eliminación de agua. Muchas circunstancias acompañan al procedimiento quirúrgico que liberan ADH, como el dolor, la hipovolemia, las nauseas y los vómitos. 7 Pos estas razones las guías de consenso del 2007 de la APA aunque no están aun de acuerdo con que liquido usar en el postoperatorio, no recomiendan usar soluciones hipotónicas como líquidos de mantenimiento en el postoperatorio ya que soluciones solamente con dextrosa producen hiponatremia, por la retención de agua libre. Ellos proponen el uso de lactato en ringer con dextrosa como el fluido más apropiado. 6 La cantidad de líquidos a administrar aun está en discusión, unos son partidarios de usar la formula de Holliday and segar mientras que otros, restringen líquidos al 60-70 porciento de la cantidad de líquidos total de mantenimiento y si se requiere se añaden bolos de solución isotónica.6 La insuficiencia pituitaria y adrenal, tumores cerebrales, el TCE, cerebro perdedor de sal, SIADH son otras causas que pueden producir hiponatremia. Murat et al en su artículo de revisión publicado en el Pediatric Anesthesia del 2008 propone: 7 24 1- Toda hipovolemia debe tratarse rápidamente. 2- Después de una cirugía >, los pacientes tienen un elevado riesgo de liberación de ADH, por lo que los líquidos deben reducirse a la mitad el primer día de postquirúrgico. 3- Los líquidos a utilizar deben tener un balance para suplir los requerimientos de Na+, energía y la osmolaridad de la solución. Ellos utilizan una solución con dextrosa que contiene ClNa 4g x L y ClK 2 g x L, esta solución se llama Polianique B26. 4- Todas las perdidas extras se reemplazan con lactato de ringer. 5- Se debe monitorizar el sodio sérico y la concentración de glucosa en sangre al menos una vez al día. 6- Hay que tomar encuentra los líquidos ocultos, o sea aquellos que se usan para diluir antibióticos, analgésicos etc. Los medicamentos se deben diluir en solución salina 0.9 porciento y evitar la administración de grandes cantidades de soluciones libres de electrolitos. 7- Finalmente estos son solo recomendaciones, la terapia hidroelectrolítica debe ser individualizada en cada caso. 25 VII. CONCLUSION La distribución de los líquidos corporales y los cambios fisiológicos relacionados con la edad, son las razones que explican la administración de grandes volúmenes de líquidos de mantenimiento durante la infancia. La mayoría de los pacientes pediátricos sometidos a cirugía menor, restablecen su ingesta oral rápidamente. El riesgo de hiperglucemia e hiponatremia es elevado por el uso de grandes volúmenes de soluciones hipotónicas que promueven el daño neurológico La hipovolemia es una entidad que se debe tratar rápidamente, preferiblemente previo a la cirugía. La hiponatremia es el desorden hidroelectrolítico mas frecuente en el posoperatorio y aunado a la hiperglicemia promueven o agravan el daño neurológico permanente o transitorio. Se debe de medir la glicemia y los electrolitos regularmente, en aquellos niños que requiere grandes y continuos volumen de líquidos o en aquellos que reciben líquidos endovenosos por más de 24 hrs. No está claro el uso de coloides (HES, albumina) en la infancia queda por evaluar los efectos a corto y largo plazo.7 Debemos tener siempre un plan de manejo de sangre en cirugía que sabemos produce hemorragia. Calculemos siempre los líquidos de reposición y mantenimiento según las formulas ya descritas en la población pediátrica. 26 VIII. HEMODERIVADOS Cada día es mayor el número de lactantes y niños que padecen de hemorragias quirúrgicas importantes por ser sometidos a complejas cirugías reconstructivas, de oncología moderna, politraumatismos, etc.… En la actualidad el mayor uso de técnicas de recuperación de sangre y de auto donación preoperatoria ha modificado la consciencia de los que transfundimos y ha disminuido los problemas que conlleva la restitución masiva de hemoderivados. Siempre debemos tener presentes la inmensa responsabilidad que se adquiere al transfundir, ya que esta terapia, no solo puede desencadenar alergias, reacción hemolítica aguda, reacciones febriles, edema pulmonar, sepsis sino que transmiten enfermedades infecciosas como el Síndrome de VIH, CMV, Herpes, Hepatitis B y C que ponen en riesgo la vida futura de los pacientes. Si bien los sistemas de auto detección, los cuestionarios para donantes sobre los factores de riesgo, las pruebas de anticuerpos para hepatitis, y el aumento de las transaminasas han mejorado la seguridad de la transfusión sanguínea. A pesar de todos estos esfuerzos por mantener controlado el fondo de donadores sigue siendo importante tener una justificación médica clara para iniciar una terapia transfusional. La mejor terapia hemática es la que no se realiza, y no es aceptable administrar un hemoderivado cuando esto conlleve un beneficio dudoso. Siempre debemos estar preparados previamente al acto quirúrgico y delinear una estrategia en caso de ser necesario una transfusión. Primeramente debemos conocer al paciente, evaluar sus accesos venosos sobre todo sin son neonatos, el tipo de cirugía si conlleva una elevada incidencia de sangrado transoperatorio, como lo son las cirugías de escoliosis, la craniosinostosis etc. Evaluar el estado físico y hemático de los pacientes, ya que los neonatos y cardiópatas tienen una pobre tolerancia al sangrado y a la anemia aguda que esto produce. Verificar que se realicen los cruces con pruebas completas de histocompatibilidad y de lo fácil o complicado que pueda ser disponer del tipo de sangre del paciente, sobre todo aquellos que tengan raros tipo de sangre. El objetivo principal para iniciar la transfusión de derivados sanguíneos es aumentar la capacidad de transporte de oxigeno o para mejorar la coagulación. 27 El hematocrito aceptable mínimo varía de acuerdo con las necesidades de cada paciente. La capacidad de transporte de oxigeno depende de varios factores: 1-Demanda metabólica 2-Gasto cardiaco 3-Presencia o ausencia de cortocircuito pulmonar o cardiaco 4-Distribución del gasto cardiaco Teniendo en cuenta estos factores, los niños que padecen de cardiopatías congénitas cianógenas necesitan de una hematocrito mayor que un niño previamente sano. En el caso de los lactantes prematuros, el hematocrito necesario es más alto de 40 porciento para evitar accesos de apnea, pero es recomendable que la decisión de transfundir sea consultada con un neonatólogo previamente. Por lo general los niños sanos suelen tolerar un hematocrito de hasta 25 porciento sin grandes complicaciones, pero se debe considerar la posibilidad de que en ciertas cirugías como colocación de material de osteosíntesis en huesos largos en niños, ocurra sangrado en el posoperatorio, previniendo este sangrado, se deberá transfundir para lograr un hematocrito previo más alto.2 En base a la estimación del volumen sanguíneo circulante y en el conocimiento de los valores iniciales de hematocrito se puede hacer el cálculo de la pérdida de sangre permisible antes de que se requiera una transfusión de paquetes de eritrocitos. Hay tres métodos aceptables para estimar el sangrado máximo permisible y cualquiera de las cifras calculadas con cualquiera de estos métodos no muestran diferencias significativas entre sí. 2 A mi entender es quizás el método más sencillo para el cálculo de la perdida hemáticas máxima permisible, utilizar la siguiente fórmula: Ppm= perdida permisible máxima VS= volumen sanguíneo Hto actual= hematocrito actual Hto permisible= hematocrito permisible Hto actual; del paciente= hematocrito actual del paciente Ppm= VS x Hto actual – Hto permisible Hto actual del paciente 28 Ejemplo: Un niño de 12 kg de peso y Hto en 40 porciento tendría una pérdida máxima permisible de sangrado de: VS= 12 x 70 = 840 ml Ppm= 840 x 40 – 25 = 40 840 x 15 = 12600 = 315 ml 40 40 Es importante considerar luego de todos estos cálculos, el factor de déficit de líquidos y las necesidades de mantenimiento del paciente. La restitución de sangre se puede hacer de dos maneras: o bien usando para la reposición de perdida hemáticas soluciones cristaloides a razón de 2-3 ml por cada ml de sangre perdida, que en este ejemplo seria de 630-945 ml de lactato en ringer o usar coloides como albumina al 5 porciento en una relación 1:1,315 ml . Si la sangre que se pierde sobrepasa la perdida máxima permisible de sangre durante el transquirurgico o el posoperatorio entonces se iniciara la administración sanguínea, con la restitución por arriba de la perdida máxima permisible. Luego de iniciado la administración de la unidad sanguínea es razonable si el paciente lo tolera administrar 5-10 porciento más de lo necesario, ya que es preferible esto a exponerlo a un riesgo mayor de de enfermedades infecciosas por la transfusión de otra unidad de sangre probablemente de otro donante. El riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas es la misma si se aplica 10 ml que 200 ml del compuesto hemático. 2 Algunos autores como Bell Ch, y Cote recomiendan que en caso de reponer eritrocitos perdidos, se deba calcular el volumen del paquete eritrocitario que se necesite, para que la hemoglobina ascienda a un valor aceptable, de la siguiente manera, 2,9: En el ejemplo a anterior la pérdida fue de 315 ml por cálculo, pero si el paciente realmente sangro 415 ml (ósea 100 ml más de lo que se calculo) y se desea aumentar el hematocrito hasta 30 porciento, entonces se hace: Volumen por reemplazar (100 ml) x Hto deseado (30)= 100 x 30 = 43 ml Hematocrito de paciente eritrocitico 70 70 29 El 70 se obtiene deduciendo que el hematocrito del paquete eritrocitico es de 70 porciento, o sea que en cada 10 ml que se administren, 7 serán eritrocitos. En 1997 la Sociedad Medica Canadiense publicó las guías de manejo para transfusión para adultos y niños. Cuando estas guías se publicaron solo tenían reportados 7 estudios (3 estudios aleatorizados controlados y 4 estudios no aleatorizados) tratando de elaborar las indicaciones de las transfusiones en pediatría (exceptuando los neonatos y los infantes < 4 meses o aquellos infantes con talasemia o anemia de células falciformes). Desafortunadamente hay pocos estudios tanto en adultos como en niños en donde se evalúe el criterio clínico. En ausencia de estudios que se basen en la práctica de la transfusión basada en la evidencia las pautas para las transfusiones de glóbulos rojos en niños (así como en adultos) se ha basado en el juicio de expertos. 19-22 Las recomendaciones del instituto nacional de la conferencia Salud-patrocinada del consenso sobre la transfusión de glóbulos rojos peri operatorio publicado en 1988 indican lo siguiente, 23: • La evidencia disponible no apoya el uso de un solo criterio para la transfusión como la concentración de hemoglobina de menos de 100 g/l. Ninguna medida puede substituir el buen juicio clínico para la toma de decisión con respecto a la transfusión peri operatoria. • No hay evidencia de que la anemia leve a moderada contribuya a la mortalidad peri operatoria. Las pautas de la Sociedad Médica Canadiense que publicaron en 19997 indican que “el valor de la concentración de la hemoglobina no justifica la transfusión; la evaluación de la situación clínica del paciente debe ser el factor decisivo.”20,24 En 1996, la sociedad americana de anestesiología (ASA) publico las guías prácticas de transfusión, y aunque han pasado ya muchos años de esas guías, los autores consideran que todavía están vigentes y no hay estudios posteriores a su publicación que las invalidan. Los autores especifican que no fueron diseñadas para ser aplicadas en niños, sin embargo Heather A. Hume et al en su publicación en el American Journal of Therapeutics en el 2002 opinan que estas pautas pueden aplicarse a los niños con la excepción de los infantes y 30 niños pequeños. En resumen, las recomendaciones del grupo de trabajo con respecto a transfusiones de RBC están como sigue, 24,25: 1-La transfusión casi nunca se indica cuando la concentración de la hemoglobina es mayor de 100 g/l y casi siempre esta indicada cuando es menos de 60 g/l, sobre todo si la anemia es aguda. 2- Las concentraciones intermedias de hemoglobina entre (60-100 g/l) justificara la transfusión sanguínea basándose en los riesgos del paciente con complicaciones por una oxigenación inadecuada. 4- Siempre que se pueda, son beneficiosas las medidas de ahorro de sangre como la donación autóloga preoperatoria, el uso del recuperador sanguíneo en el intra y postoperatorio y la técnica de hemodilución normovolemica aguda (producir hipotensión con agentes farmacológicos). 5-Las indicaciones para la transfusión autóloga pueden ser más liberales que para la alogenica debido a que son más bajos los riesgos. Es de considerar que la necesidad de reemplazar hierro en el posoperatorio con frecuencia es olvidada y cualquier niño que haya tenido pérdida de sangre de más del 5 porciento de su volumen total de la sangre debe recibir el reemplazo del hierro después de cirugía. A menos que las pérdidas hayan sido grandes, el hierro elemental a una dosis de 3 mg/kg por día por 2 a 3 meses debe ser suficiente. VIII.1.Consideraciones Los principios para elegir el tipo de sangre de la unidad a transfundir se rige de igual forma en adultos como en niños (ver cuadro), con la excepción, de que en el caso de realizar una transfusión masiva de emergencia en un niño, uno deben evitar la transfusión de sangre sea positivo para el antígeno D (RhD) y se la administremos a un paciente RhD-negativo. Esto es especialmente importante para las niñas, en quienes si desarrollan este anticuerpo de RhD podría, en embarazos subsecuentes, producir una enfermedad hemolítica del recién nacido. 24 31 La cantidad de sangre a ser transfundida depende del hematocrito de la unidad de sangre, y esto depende del tiempo y medio de almacenaje. Existe riesgo de hiperpotasemia en la transfusión masiva en pacientes pediátricos. La lesión en la membrana del glóbulo rojo por almacenaje produce la salida gradual del potasio al plasma/al medio preservativo. La sangre se almacena por un período permitido de (35 días para sangre con CPDA-1 y 42 días para las soluciones aditivas); las concentraciones de potasio están aproximadamente entre 75 a 100 mmol/L (75-100 mEq/L) y 50 mmol/L (50 mEq/L), respectivamente. 24 En adultos, la transfusión no excede de 100 a 150 mL/min y se asocian raramente a anormalidades significativas del potasio. En cambio en pacientes pediátricos, la transfusión masiva y rápida de sangre almacenada ha ocasionado hiperpotasemia y se ha reportado al menos la muerte de un neonato. 24,26-27 Debemos estar atentos en aquellas situaciones en las cuales se puede producir una hiperpotasemia, ya que esta suele ocurrir por una combinación de factores, tales como: transfusiones de grandes cantidades de sangre, transfusiones rápidas con sangre cerca del periodo de expiración permitido, sobre todo si se infunde a través de catéter venoso central, en pacientes con bajo gasto o falla renal. En tales situaciones dedemos supervisar el electrocardiograma y hacer niveles de potasio y especialmente en los niños jóvenes usar sangre de menos de 2 a 3 semanas de almacenadas. En niños menos que 4 meses de la edad, no utilizamos la sangre guardada por más de 10 a 14 días para las grandes transfusiones a menos que se les remueva el líquido sobrenadante. 24 VIII.2. Componentes sanguíneos Sangre total Una unidad completa de sangre contiene alrededor de 450 ml de sangre y 50 ml de conservante anticoagulante. Su hematocrito sueles estar entre 36-44 porciento y se suele obtener de un solo donante. Si se usa en las primeras 24 hrs de la extracción mantienen viable su contenido de plaquetas. Los niveles de 2,3-DPG disminuyen de manera significativa después de los primeros 7 días. Los factores lábiles como V y VIII también disminuyen proporcional al tiempo de almacenamiento pero los que se mantienen son suficientes probablemente para mantener una coagulación normal (>20-30%). 9 32 Las indicaciones en la actualidad se restringen a hemorragia aguda de trauma y cirugía en donde hay una importante pérdida hemática. Cuando decidimos usar sangre total debemos tomar en cuenta el riesgo beneficio, las reacciones de aloinmunización a leucocitos y plaquetas. En algunos casos se considera la administración de sangre total siguientes circunstancias: a) en recién nacidos bajo las exsanguíneo transfusión, b) oxigenación extracorpórea transmembrana y bypass cardiopulmonar y c) reemplazo de más de un volumen sanguíneo circulante en 24 hrs. 9,28,29 Glóbulos rojos En la actualidad solo hay dos razones validas para transfundir paquetes de eritrocitos en niños: la primera y las más frecuente es cuando existe un inadecuado aporte de oxigeno y se intenta mejorar el transporte y la segunda indicación que es más rara, es la supresión endógena de hemoglobina en pacientes seleccionados con talasemia o con anemia falciforme. Aunque la concentración de la hemoglobina ciertamente es un factor importante a considerar en la decisión para administrar una transfusión de glóbulos rojos, la mayoría de los expertos concuerdan que no es el único factor a considerar, sino también la clínica del paciente. 23, 28,29 Siempre que transfundamos paquetes globulares debemos usar filtros convencionales de 170 um para atrapar los residuos. Debemos considerar la posibilidad de hipervolemia si diluimos los hematíes con solución en los pacientes pediátricos. La sangre que se utilice en las transfusiones a recién nacidos debe ser congelada, desglicerolizada o de menos de 7 días de extracción con el objetivo de que conserve los niveles de 2,3-DPG. 9 Plasma Fresco Congelado (PFC) Sobrenadante extraído de una unidad de sangre humana que contiene todos los factores de la coagulación excepto las plaquetas, y está compuesto de carbohidratos, lípidos, agua, enzimas, metaloproteinas y hormonas. 2,9 Esta debe ser almacenada a una temperatura de aproximadamente -18 C y debe de administrarse en un tiempo no mayor de 6 horas pos extracción ya que si no empieza a perder los factores lábiles de la coagulación como el V y VIII. 2, 29,30 Es conveniente vigilar y corregir los posibles estados de hipocalcemia pues 33 cada unidad de plasma contiene 25 mg de ácido cítrico que inactiva el calcio iónico. Las indicaciones para su uso son iguales en adultos que en pediátricos por lo que Hence recomienda aplicar las guías de la ASA y CMA, 20. 24, 25: 1. Para invertir de emergencia los efectos de la warfarina o de la cumarina en pacientes con hemorragia activa en los que no se logre la reversión con vitamina K. 2. Corrección de sangrado microvascular en presencia significativa de Tp y Tpt prolongados. 3. Corrección de sangrado microvascular en una transfusión masiva donde no podamos hacer a tiempo las pruebas de coagulación. Con respecto a la segunda indicación, la concentración plasmática de cada factor de coagulación para la hemostasia es alrededor de 0.20 a 0.25 U/mL, y para El factor VII, es < de 0.15 U/mL Estas concentraciones de los factores de la coagulación corresponden al Tp y Tpt de aproximadamente 1.5 veces normales. Los valores de referencia para las pruebas de la coagulación son iguales para niños > de 6 meses y en los adultos. Sin embargo, el tiempo parcial de tromboplastina activada esta prolongado en los primeros 6 meses de la vida debido a las bajas concentraciones de los factores de coagulación IX, X, y XI en recién nacidos y niños jóvenes. 24 Para su administración debemos comprobar que tenga compatibilidad ABO con el receptor y no tenga de anticuerpos que puedan reaccionar con antígenos A o B. La dosis de FFP en niños es 10 a 20 ml/kg. Con esta dosis se elevan los factores de coagulación en un 20 porciento después de la transfusión, pero se debe de monitorear la función de coagulación, para garantizar un óptimo tratamiento. 24 Está contraindicado el uso de PFC y crioprecipitado en los desordenes hemorrágicos, ya que en la actualidad se trata con terapias especificas. Se ha discutido en los últimos 10-15 años sobre que no se debe utilizar el PFC para reponer volumen, de ser así se podría utilizar la albumina aunque otros prefieren fluidos no sanguíneos como los almidones. Los almidones (hetastarch, pentastarch, etc.) no se usan en neonatos ni en niños menores de 2 años y se prefieren los almidones a la albumina en los niños mas grandes, se calcula a 28 ml/kg cada 24 hrs como máximo 2 litros cada 24 hrs. 24 34 Crioprecipitado Precipitado insoluble que se obtiene al descongelar y congelar el PFC, o sea su fracción proteica. Tiene un volumen de 9 - 16 mL y está compuesta por: factor VIII (80 - 120 U), factor de von Willebrand (80 U), fibrinógeno (200 - 300 mg), factor XIII (40 - 60 U). Se congela y conserva su acción hasta por 12 meses. Se calcula la dosis a razón de 1 concentrado por cada 7 - 10 kg. 29,31 Indicaciones. 9 1-Deficiencias cuantitativas y cualitativas de fibrinógeno 2-Tratamiento de la hemofilia A y de la enfermedad de von Willebrand (congénita o adquirida). Las indicaciones para la transfusión de crioprecipitados son iguales en niños que en adultos. Las pautas de la ASA se pueden utilizar en niños, con excepción de utilizar el crioprecipitado para tratar la hemorragia en pacientes con enfermedad severa de von Willebrand que no responde a la vasopresina. Ahora tratan a estos pacientes (los niños y los adultos) con concentrados de factor VIII ricos en factor de von Willebrand. En niños, estas unidades deben ser ABO-compatibles y no se necesita consideran el RhD. El número de las unidades necesarias se basa generalmente en obtener un nivel hemostático del fibrinógeno (el nivel del fibrinógeno es de 0.8-1.0). 24 Plaquetas El conteo plaquetario normal es de 180,000 - 350,000/mm (ver cuadro-8). La trombocitopenia es significativa cuando el conteo plaquetario es menor de 100,000 mm, aunque S.L. Barcelona et al refieren que para mantener una buena homeostasis se debe tener por encima de 50,000 mm plaquetas. 32 Una unidad de sangre se obtiene centrifugando una unidad de sangre completa y se debe conservar entre 20-24C por no más de 5 días, ya que la refrigeración destruye las plaquetas. La dosis usual es de 1 unidad por cada 10 kg o se calcula por peso a razón de 20 ml/kg, después de la cual se espera un incremento de 50,000/mm. Se debe realizar un conteo plaquetario 1 hora después de su administración. 9 La infusión rápida de plaquetas puede producir hipotensión, por lo que se recomienda transfundir el concentrado en 20 minutos. Se necesita filtro para su administración y no es necesario hacer pruebas de histocompatibilidad 35 eritrocitaria. Hemos de tomar en consideración los pacientes con infecciones, mielosupresión por quimioterapia o coagulopatía en curso, estarán en riesgo para la trombocitopenia y prever que no en todos los hospitales se tiene paquetes de plaquetas disponibles. Edad Plaquetas 103/mm3 Prematuro 180-300 mm3 A termino 300 1-3 días 200 1 mes 250 2-6 mese 150-350 Cuadro – 8 Valores normales de plaquetas Las pautas de práctica clínicas para la transfusión de la plaqueta en pacientes con el cáncer han sido publicadas por la Sociedad Americana de Oncología Clínica y son iguales para los niños que para los adultos. 33 Con respecto a cirugía o a los procedimientos quirúrgicos, estas pautas recomiendan lo siguiente, 24: 1-Si no existe una anormalidad en la coagulación, el conteo de plaquetas entre 40 - 50 × 109/L es suficiente para realizar procedimientos quirúrgicos mayores con seguridad. 2- Si las transfusiones de la plaqueta se administran antes de la cirugía procedimiento, debe hacerse un conteo plaquetario pos transfusión para saber si se alcanzo el nivel deseado de plaquetas. 3-Debe estar disponible en el centro de salud paquetes de plaquetas en caso de que ocurra un sangrado intra o en el posoperatorio. Los procedimientos quirúrgicas o invasivos en niños con púrpura trombocitopénica idiopática o desordenes plaquetarios congénitos deben ser evaluados por un hematólogo familiar. La transfusión profiláctica de plaquetas es generalmente ineficaz en pacientes con púrpura trombocitopénica 36 idiopática.24 La trombocitopenia se puede asociar a transfusión masiva, y como no hay estudios que indiquen cuando se deba realizar una transfusión de plaquetas en la transfusión masiva, se recomiendan seguir con las guías de la ASA del 1996 que dice 25: 1-Bajo circunstancias normales se debe realizar un conteo de plaquetas para determinar la necesidad de transfundirlas, y en situaciones inusuales en pacientes con transfusión masiva con sospecha de sangrado en la microvasculatura secundario a déficit de plaquetas, puede ser beneficiosa empíricamente la transfusión de plaquetas. Las alteraciones plaquetarias que producen una hemostasia inadecuada pueden ser por número insuficiente (trombocitopenia) o por daño en su función (trombocitopatía). La trombocitopenia se debe a un déficit de producción, a una pérdida acelerada o a la destrucción de plaquetas. Un conteo plaquetario entre 50,000 y 100,000/mm es a menudo suficiente para permitir una hemostasia normal durante el procedimiento quirúrgico, si el conteo es entre 20,000 y 50,000/mm es menos probable que se produzca una buena hemostasia en la cirugía, aunque pudiera darse si la mayoría de las plaquetas circulantes son jóvenes. Si el conteo es < de 20,000/mm el riesgo de sangrado espontáneo es significativo, por lo que deberán de administrarse concentrados plaquetarios: 1. Si el conteo plaquetario es < a 10,000 - 20,000/mm en un paciente sin sangrado pero con alteraciones en la producción plaquetaria. 2. Cuando el conteo plaquetario sea < a 50,000/mm ante una cirugía o procedimiento quirúrgico inminente. La disminución en el número de plaquetas sugiere una falla en la producción o aumento en la destrucción, en ausencia de una proceso infiltrativo de médula ósea como la leucemia, la destrucción inmune es la causa más probable en la población pediátrica. En el neonato se debe más frecuentemente a transferencia placentaria de anticuerpos (aloinmunización), y en niños mayores a la destrucción autoinmune a púrpura trombocitopénica idiopática. En las unidades de cuidados intensivos la causa más frecuente es la administración de medicamentos (antibióticos, salicilatos y otros) o por sepsis. Es frecuente la trombocitopenia en lactantes de pre término con membrana hialina. Se ha relacionado la ventilación mecánica con una reducción significativa de la cuenta plaquetaria en recién nacidos. Al parecer hay una 37 relación inversamente proporcional entre la edad gestacional o el peso al nacimiento y la gravedad de la trombocitopenia. 28,29 Las indicaciones para la administración de plaquetas en pacientes prematuros (edad gestacional mayor de 37 semanas) 15-17, pueden incluir: 1. Conteo plaquetario menor de 50,000/mm en pacientes estable. 2. Conteo plaquetario menor a 100,000/mm en pacientes descompensados Entre las indicaciones de transfusión de concentrados plaquetarios están las relacionadas al periodo peri operatorio. A continuación se mencionan las más comunes en la edad pediátrica: 1. Cirugía en pacientes oncológicos que estén recibiendo quimioterapia o la hayan recibido con conteo plaquetario menor de 100,000/mm 2. Esplenectomía en niños con púrpura trombocitopénica idiopática (PTI). La PTI se observa en niños de 2 a 6 años, en casos de sangrado importante se puede realizar una esplenectomía de urgencia, esperando que después de la misma la supervivencia de las plaquetas se prolongue y pueda asegurarse una buena hemostasia. 3. Sangrado microvascular difuso en pacientes con coagulación intravascular diseminada ya diagnosticada, o transfusión mayor o igual a un volumen sanguíneo y conteo plaquetario menor o igual a 50,000/mm, o aun cuando los valores de laboratorio no estén disponibles. 4. Cirugías en niños con disfunciones plaquetarias heredadas. Estos defectos pueden involucrar alteraciones vasculares o del tejido conectivo (síndrome de Ehlers-Danlos, síndrome de Rendu-Osler-Weber), defectos de la adhesión (síndrome de Bernard-Soulier, enfermedad de von Willebrand), defectos en la agregación (enfermedad de Glanzmann, afibrinogenemia), o defectos en la liberación de gránulos. 5. Cirugías en niños con trombocitopenia secundaria a hipertensión porta. Los pacientes con insuficiencia hepática crónica tienen una coagulopatía debido a síntesis inadecuada de factores V, VII y X, y pueden presentar secuestro plaquetario por hiperesplenismo. 6. Cirugía de corazón con bomba de circulación extracorpórea. Los problemas durante y después del uso de bomba, pueden ser causados por trombocitopenia dilucional y por daño en la función plaquetaria durante el bypass. Se debe valorar la necesidad de transfusión de acuerdo al número de 38 plaquetas y a los datos clínicos, debiendo de administrarlas en el caso de sangrado difuso pos bomba, con un conteo plaquetario menor a 100,000/mm 7. Pacientes sépticos que requieren cirugía. La infección causa destrucción excesiva de plaquetas. IX. CONDICIONES ESPECIALES IX.1. Neonatos Los recién nacidos plantean algunas diferencias con respecto a los productos a la anestesia y a la transfusión sanguínea. Una complicación de la transfusión sanguínea es que las reacciones hemolíticas ocurren menos frecuentes en recién nacidos que en niños mayores y en adultos ya que en los primeros 3-4 mese de vida los niños no producen aloanticuerpos a los antígenos de la sangre transfundida. 34,35 Después de determinar inicialmente el ABO/Rh, no es necesario repetir para los anticuerpos. A excepción, de la exposición al antígeno D, las reacciones hemolíticas debido a la incompatibilidad del ABO son raras en infantes jóvenes por la inmadurez de su sistema inmune. Por lo tanto, la administración de sangre en niños menores de 4 meses de edad debe ser de su tipo específico u O Rh negativa. En niños mayores de 4 meses de edad, las reacciones hemolíticas siguen siendo una importante causa de morbimortalidad asociada a la transfusión. 32 Los niños prematuros son más susceptibles a la hipotermia hipocalcemica con la administración de grandes volúmenes de sangre. La sangre desleucocitada debe ser la rutina para administrarles a los recién nacidos y así evitar las reacciones febriles no hemolíticas a la transfusión, la transmisión por citomegalovirus así como la inmunomodulacion mediada por transfusión. 32 IX.2. Neurocirugía El órgano de mayor producción de tromboplastina es el cerebro y en adultos los pacientes con tumores cerebrales se comportan hipercoagulables. En los niños el estudio de Goobie et al en el 2002 mostro que los niños sometidos a procedimientos quirúrgicos pueden estar en estado hipercoagulable según los mostro los análisis con el tromboelastograma. Sin embargo, la principal causa de problemas relacionados con la hemostasia en neurocirugía se le atribuye a la hemorragia masiva y consecuente coagulopatia dilucional o a una CID. La 39 lesión al tejido nervioso debido a un trauma, puede producir que el tejido libere tromboplastina y posteriormente active la cascada de la coagulación vía el factor VIIa.24 Debemos tener en cuenta que los niños con trauma craneoencefálico (hematoma subdural o epidural), tumores cerebrales (meningioma, adenoma de los plexos coroideos, etc.) las malformaciones arteriovenosas y las cirugías instrumentadas de columna por escoliosis son las cirugías con masivas perdidas hemáticas en esta población por la que debemos previamente tener una estrategia de manejo de hemoderivados. Para cada uno de estos casos es conveniente la neuromonitoria invasiva con línea arterial y presión venosa central, ya que nos proporcionan datos objetivos de manejo, nos permite calcular la presión de perfusión cerebral, administrar drogas o vasopresores que no se pueden administrar por vías periféricas, líquidos calientes y vía accesible para saber el estado acido base con gases arteriales . IX.3. Quemados Los niños con quemaduras pueden desarrollar una variedad de anormalidades de la coagulación, pero esto depende del grado de quemadura, si existe o no sepsis y la cantidad total de sangre utilizada en la cirugía reconstructiva. La anemia, trombocitopenia y la coagulopatia son las entidades más frecuente. Después de los 3-5 días que siguen a la quemaduras, aparece la respuesta inflamatoria y los pacientes desarrollan aumento marcado del fibrinógeno, plaquetas, y de factores de coagulación.24 Además de estas alteraciones no menos importante es evitar la hipotermia en estos pacientes, ya que el desbridamiento, las transfusiones, sepsis, la edad, todo está dado para que el paciente desarrolle hipotermia y perpetué las alteraciones de la coagulación, por lo que se recomienda mantener una temperatura en quirófano de (35C). La administración de hemoderivados debe regirse por el conteo de plaquetas, del Pt y del PTT.36 Por lo general el sangrado no ocurre si el conteo de plaquetas está por encima de 50,000 mm3. Por último debemos tener presentes que las líneas venosas centrales son puertos múltiples con mucha resistencia por lo que no son adecuados para transfundir hemoderivados.32 Si tenemos un catéter venoso femoral por corto tiempo con un catéter grande se puede utilizar para una transfusión rápida.24 40 IX.4.Trasplante renal Los pacientes con insuficiencia renal tienen anemia para múltiples razones, la disminución en la producción de eritropoyetina, se acorta la vida media del glóbulo rojo por la hemolisis por las toxinas circulantes, el déficit de hierro y de acido fólico contribuyen a esta patología. 36. Además los tratamientos paliativos colaboran a empeoran el grado de anemia ya que la hemodiálisis a la que están sometidos la mayoría de estos pacientes produce una pérdida hemática ya que se queda mucha sangre en el circuito de diálisis y progresa la disminución de la producción de eritropoyetina.36 Aún así, esta anemia crónica, generalmente es bien tolerada si el paciente esta normovolemico, por lo que el umbral para realizar una transfusión es más baja que en el resto de la población. Chavers et al en 1997 mostraron cierta evidencia de que la transfusión sanguínea a los pacientes pediátricos receptores de un trasplante renal podrían contribuir a un aumento en la incidencia creciente de rechazo .37 La eritropoyetina recombinante se ha convertido en una alternativa para elevar el nivel de hemoglobina en pacientes pediátricos con falla renal si es iniciada mucho antes del trasplante renal. 38Los pacientes con falla renal tienen un riesgo elevado de disfunción plaquetaria secundaria a la uremia lo que aumenta el riesgo de sangrado. Las causas de la trombocitopenia en este tipo de pacientes son múltiples y la transfusión de plaquetas y de la Desmopresina ayudan en el paciente que tiene un continuo tiempo de sangría prolongado aun con la diálisis.39 Los trasplantes renales pediátricos se diferencian de los de adultos en las discrepancias por el tamaño del órgano del donante y el del receptor. Es común que los pacientes pediátricos reciban un riñón de un donante adulto. En esta situación, es posible que una gran cantidad de la sangre (150-250 ml) se quede secuestrado en el órgano antes del clampeo vascular. Éste volumen de la sangre en el receptor pediátrico y puede producir hipovolemia e hipotensión sobre la reperfusión. Al igual que en los pacientes neuroquirúrgicos la estrecha vigilancia de los fluidos y de la volemia de estos pacientes a través de monitoria invasiva es la norma, ya que con un PVC podemos anticipar la hipotensión por reperfusión que sufren estos pacientes y tratarlos, no olvidemos que la diuresis en esta población no es un reflejo del estado de volemia. 41 IX.5.Cirugía Cardiaca Los niños son más propensos a presentar más trastornos hemostáticos después de un bypass cardiopulmonar (CPB) que los adultos. Los niños que padecen enfermedades cianóticas congénitas tienen un alto riesgo de hipoxemia y consecuentemente policitemia. La Hipoxemia prolonga el tiempo de sangría por afección negativa sobre la función plaquetaria. Los pacientes con enfermedad cardíaca congénita también han demostrado tener una alta incidencia en un 19 porciento de Tp y Tpt anormal y anormalidades en el factor de von Willebrand. La disminuida de los factores de la coagulación se debe a la congestión hepática secundaria a la falla cardiaca. La CID es otro factor consumidor de factores de la coagulación, por lo que son multifactoriales las razones por las cuales estos pacientes pueden tener un elevado riesgo de sangrado peri operatorio. 32 Los recién nacidos son una población que presentan un elevado riesgo de sangrado después de una cirugía cardiaca por diferentes razones: 1. Inmadurez del sistema de coagulación. 2. Son sometidos a complejos y largos procedimientos quirúrgicos, profunda hipotermia, paro circulatorio y todo esto aumenta mientras menos edad tenga el paciente. La actual tecnología aplicada a las ciencias médicas ha contribuido a la fabricación de bombas modernas de bypass cardiopulmonar que han disminuido la coagulopatia por hemodilución de estos pacientes ya que utilizan volúmenes más pequeños que no contribuyen a la coagulopatia. (40) La ultrafiltración de la sangre que queda en el circuito también contribuye aumentar la hemoglobina del paciente y así mantener los niveles de los factores de coagulación y de las plaquetas.32, 40,41 Una alternativa es la hemodilución intraoperatoria, extrayendo previamente sangre entera del paciente que luego se le administrara al finalizar el bypass. El recuperador celular de sangre es otra alternativa efectiva que se puede utilizar en estos pacientes, sin embargo, la ultrafiltración tiene niveles más altos de plaquetas funcionantes y de factores de coagulación. 42-44 La aprotinina, es un inhibidor de proteasa sérica que previene la fibrinólisis y activa normalmente las plaquetas después de un bypass cardiopulmonar. 32, 45 42 Cuando se utiliza en grandes dosis, disminuye la perdida sanguínea en pacientes cardiacos pediátricos sometidos a complejas cirugías o esternotomias. 32,46 Además de sus ventajas hemostáticas, la aprotinina también se ha asociado a que mejora la oxigenación por sus efectos antiinflamatorios sistémicos acortando la ventilación posoperatoria. Algunos estudios no han demostraron ninguna ventaja con el uso de la aprotinina en niños sin contar con el potencial alérgico y lesión renal. El riesgo de reacción alérgica sobre la exposición secundaria a la aprotinina en la población pediátrica es menos que la mitad de los adultos (1.2% contra 2.7%). 32,47 Para disminuir esta incidencia, se recomiendan usar a niños mayores de 6 meses. En pacientes de alto riesgo, una dosis de prueba de 10 000 KIU se usa cuando el cirujano se prepara a iniciar el bypass y se debe considerar la posibilidad de usar antihistamínicos. 32,48 43 X. REFERENCIAS 1. Cunliffe M: Fluid and electrolyte management in children. British Journal of Anaesthesia. 3(1): 1-4, 2003. 2. Cote Ch. Ryan J: Anestesia en pediatría. Capitulo 10. Interamericana McGraw-Hill, México, p. 179-192, 1997. 3. Díaz G: Líquidos y electrolitos peri operatorios en anestesia pediátrica. Rev. Col. Anest 26:309, 1998. 4. ASA Task Force on preoperative fasting. 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