Referencia: SP/DOCT/3145

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Artículo Monográfico
Cambio de apellidos motivado por situación de violencia de género
Susana Salvador Gutiérrez Magistrada Encargada Registro Civil Único de
Madrid
La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral
contra la Violencia de Género (BOE de 29 de diciembre de 2004), en su Disposición
Adicional Vigésima, reforma el art. 58 de la Ley del Registro Civil, estableciendo
que cuando se den circunstancias excepcionales para el cambio de apellidos,
competencia del Ministerio de Justicia, no será necesario que concurran los
requisitos exigidos como regla general en el art. 57 de la Ley del Registro Civil,
señalando un caso concreto para el supuesto de que el solicitante de la autorización
del cambio de sus apellidos sea objeto de violencia de género.
El art. 58 de la Ley del Registro Civil, de 8 de junio de 1957, queda redactado de la
siguiente forma:
"2. Cuando se den circunstancias excepcionales, y a pesar de faltar los requisitos
que señala dicho artículo, podrá accederse al cambio por Real Decreto a propuesta
del Ministerio de Justicia, con audiencia del Consejo de Estado. En caso de que el
solicitante de la autorización del cambio de sus apellidos sea objeto de violencia de
género y en cualquier otro supuesto en que la urgencia de la situación así lo
requiriera podrá accederse al cambio por Orden del Ministerio de Justicia, en los
términos fijados por el Reglamento."
En el Registro Civil de Madrid se ha planteado un supuesto en el que el Ministerio
ha autorizado a una mujer y al hijo de ésta a cambiar no sólo los apellidos, sino
también el nombre propio a fin de modificar su identidad por razones de violencia
de género. No obstante, dicho cambio ha originado algunas cuestiones prácticas en
relación con la mecánica registral que no han sido objeto de tratamiento por la
reforma legal.
A) En relación con lo dispuesto en el párrafo primero del art. 218 del
Reglamento del Registro Civil, respecto a la obligada inscripción marginal del
cambio de nombre y apellidos autorizado en la inscripción de nacimiento de
los interesados. ¿La extensión de esta nota marginal no hace ineficaz la
finalidad perseguida por el nuevo art. 58 de la Ley del Registro Civil, de
cambiar la identidad de la persona por razones de violencia de género y
mantener la intimidad del interesado?
B) En el mismo sentido, en relación con lo dispuesto en el último párrafo del
art. 218 del Reglamento del Registro Civil, sobre la obligación de poner de
oficio nota marginal de referencia en todos los folios registrales en que
consten los antiguos, incluso en los nacimientos de los hijos. ¿La extensión
de esta nota marginal en la inscripción de matrimonio de la interesada, si
existe, no haría igualmente ineficaz la finalidad perseguida por la norma?
Alberdi Vecino, Fernando
Magistrado Encargado Registro Civil Exclusivo de Barcelona
En cuanto al apdo. A) de la encuesta, entiendo, casi "a bote pronto", que la
modificación del art. 58 de la Ley de Registro Civil por la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género,
ofrece un ejemplo paradigmático de descoordinación legislativa o, si se prefiere, de
tratamiento insuficiente y descoordinado del problema básico que se trata de
resolver.
La búsqueda del anonimato es incompatible con la actual regulación de las
menciones de identidad en vía reglamentaria. Por tanto, no parece razonable la
remisión que se hace al Reglamento del Registro Civil, en cuyo art. 218
precisamente se obliga a una constatación registral del cambio autorizado, previa
solicitud por la parte interesada en un determinado plazo, a la que se dota,
además, de un excepcional carácter constitutivo.
Hemos de partir necesariamente de la idea de que el anonimato de que estamos
hablando no es gratuito ni un mero capricho. Si se otorga la autorización en algún
caso concreto, es razonable considerar que ello obedece a la existencia de razones
más que suficientes para estimar que la vida o la integridad física de la interesada
corre verdadero peligro y que, en definitiva, de lo que se trata es de lograr su
protección a través de una nueva personalidad.
Pues bien, en tal caso, sólo caben dos soluciones. O bien se otorga
gubernativamente a la víctima, y, por supuesto, con carácter provisional, un nuevo
Documento de Identidad, sin conexión alguna con el Registro Civil, o bien se
acuerda por Real Decreto o por Orden Ministerial la práctica "ex novo" de una
nueva inscripción, ficticia, con nuevas menciones de identidad, y la cancelación por
el mismo título de la inscripción verdadera.
En definitiva, como así ha entendido el Registro Civil de Madrid, parece que la
solución más lógica viene por la vía del art. 307 del Reglamento, con las debidas
peculiaridades, dada la trascendencia del caso, en materia de coordinación y
referencia entre las inscripciones. En mi opinión, en este concreto supuesto, no
debería hacerse referencia alguna que permita la localización de la inscripción
ficticia, ni tampoco en sentido contrario. A lo sumo, podrían quedar relacionadas a
través del título registral que ha fundamentado el nuevo asiento y el cancelado,
título que debería ser debidamente custodiado por el Juez Encargado como archivo
reservado y secreto, sin incluirlo en los legajos normales.
En cuanto al punto segundo, creo que son aplicables los argumentos expuestos
para sustentar el criterio de que, en estos casos, ha de estimarse que no procede la
práctica de oficio de las notas de referencia previstas en el art. 218, en otras
inscripciones de la interesada, por ejemplo la de matrimonio, o en las inscripciones
de nacimiento de los hijos.
Es más, en el supuesto de existir hijos menores bajo la custodia exclusiva de la
madre, entiendo que sería absolutamente necesaria su vinculación identitaria y
documental con la madre, por lo que es evidente que procedería aplicar el mismo
sistema de protección anteriormente expuesto: la práctica de nuevas inscripciones
ficticias no referenciadas.
Álvarez Álvarez, José Manuel
Oficial Registro Civil Central de Madrid
Las numerosas reformas parciales de la Ley del Registro Civil introducidas en los
últimos años están reclamando con urgencia una ley registral de nueva planta que
dé respuestas satisfactorias a los problemas que plantea la sociedad actual y que
configure un Registro Civil moderno y propio del siglo XXI que sepa aprovechar
todas las posibilidades que permiten las técnicas actuales.
Algunas de estas reformas, huérfanas en algunos casos de una posterior reforma
reglamentaria o de una interpretación doctrinal a cargo de la Dirección General de
los Registros, obligan al Encargado a buscar soluciones imaginativas. Tal ocurre con
la cuestión planteada en esta ocasión por la Magistrada Encargada del Registro Civil
de Madrid.
En efecto, de llevarse a cabo todas las operaciones registrales requeridas por el art.
218 del Reglamento, devendría ineficaz el cambio de identidad permitido por la
nueva redacción del art. 58 de la Ley Registral. Por ello nos parece adecuada la
solución encontrada en el Registro civil de Madrid que, aunque con otros efectos y
para supuestos distintos, tiene un precedente en el art. 337 del Reglamento del
Registro Civil que, para evitar posibles represalias, permite que las anotaciones de
las declaraciones con valor de presunción del estado civil de los refugiados o
asilados en España, practicadas en el Registro Civil Central, no sean objeto de
asiento duplicado en el Registro consular español del país del refugiado o asilado.
No obstante lo anterior, y con el fin de evitar que quede a criterio de cada
Encargado la solución idónea a los supuestos que se planteen, se hace
imprescindible una reforma reglamentaria que defina con claridad los asientos
registrales que hayan de practicarse como consecuencia de los cambios en las
menciones de identidad efectuados al amparo de la nueva redacción del art. 58 de
la Ley del Registro Civil.
Moreno-Torres Sánchez, M.ª Dolores
Magistrada Encargada Registro Civil Exclusivo de Málaga
Respecto a la primera cuestión planteada por la Encargada del Registro Civil de
Madrid, Susana Salvador, es decir, si debemos limitarnos a extender la inscripción
marginal prevista en el párrafo 1.º del art. 218 en los casos en los que el cambio de
apellidos se haya realizado al amparo del nuevo párrafo del art. 58 de la Ley del
Registro Civil, mi respuesta, como la que anticipa mi compañera, es claramente
negativa.
En efecto, si nos limitáramos a seguir el procedimiento ordinario previsto con
carácter general para los casos de autorización de cambio de nombre y apellidos,
quedaría sin efecto la finalidad pretendida por la Ley Orgánica 1/2004 al introducir,
en su Disposición Adicional Vigésima, el nuevo párrafo del art. 58 de la Ley del
Registro Civil, que no es otra que dotar de una nueva identidad a la mujer que ha
sufrido violencia de género o a sus hijos y que esta nueva identidad no sea
conocida por su agresor.
Como la citada Ley Orgánica ha olvidado incluir el supuesto que comentamos entre
las causas que restringen la publicidad registral, la única manera de evitar una
publicidad indeseable que haga inoperante el cambio realizado es acudiendo al
mecanismo previsto en el art. 307 del Reglamento del Registro Civil, esto es, la
cancelación del asiento primitivo y la extensión de uno nuevo en el que únicamente
consten las nuevas circunstancias de identidad de la interesada o de sus hijos.
Creo que si, de acuerdo con la actual redacción de este artículo, el recurso a este
mecanismo es posible en los casos de adopción o de cambio de sexo, por una clara
razón de analogía debería serlo también en el supuesto que analizamos. Al fin y al
cabo, si acudiendo a este mecanismo en los dos primeros casos evitamos una
posible lesión al derecho a la intimidad, con mayor motivo debería estar justificado
el recurso al mismo cuando de lo que se trata es de evitar una posible lesión a la
vida o a la integridad física de una persona, que representa un bien jurídico todavía
de mayor valor que el primero.
Y finalmente, estoy de acuerdo con el criterio seguido por el Registro Civil de
Madrid de no practicar nota de referencia en el antiguo asiento y sí, sólo en el
nuevo, con la finalidad de preservar siempre el secreto de la nueva identidad de los
interesados.
En cuanto a la segunda cuestión planteada, está claro nuevamente que la práctica
de las notas de referencia previstas en el párrafo tercero del art. 218 se opone
claramente a la finalidad pretendida con el cambio de apellidos en estos casos y
que, por encima de la estricta aplicación de los preceptos reglamentarios, el
Encargado del Registro Civil debe velar por dar cumplimiento efectivo a la nueva
norma legal, lo que, en el presente caso, debe traducirse en prescindir de la
práctica de las citadas notas.
Pradilla Gordillo, Eugenio
Magistrado Encargado Registro Civil Exclusivo de Sevilla
No se ha dado, en el Registro Civil de Sevilla, hasta el día de hoy un supuesto como
el que permite aplicar el nuevo párrafo que se añade al segundo inciso del art. 58
de la Ley del Registro Civil, pero la opinión del que suscribe en cuanto a las
cuestiones planteadas es la siguiente:
A) Entiendo que debe cumplirse con la previsión primera del art. 218 del
Reglamento y extender inscripción marginal del cambio producido en las
inscripciones de nacimiento de las víctimas de la violencia, pues con ello logramos
la concordancia del Registro con la realidad y, en definitiva, algún medio ha de
existir para que la Orden Ministerial de autorización tenga su soporte físico, que no
sea la mera redacción de la misma en el ámbito administrativo y que imagino, no
se publicará en el Boletín Oficial del Estado.
Creo que no se perjudicaría el espíritu de la Ley de 2004 ni se vulneraría su
objetivo, si las inscripciones de nacimiento a cuyo margen constan los cambios se
someten al principio de publicidad restringida que consagran los arts. 21 y ss. del
Reglamento.
No sería descabellado acogerse al mecanismo de traslado que permite el actual art.
307 del Reglamento y podría ordenarse a petición de los interesados una nueva
inscripción que, reflejando el cambio producido, garantice la privacidad de la
víctima. Creo sin embargo, que ello es forzar, una vez más, la figura del traslado
registral al no existir una cobertura reglamentaria concreta y pese a los loables
objetivos del legislador que busca la máxima protección para el desfavorecido/a.
B) El cumplimiento de lo dispuesto en el último párrafo del art. 218 me parece más
difícil dado que no puede obligarse a quien queda protegido en su identidad por la
autorización del cambio de apellidos y nombre frente a su agresor, a que
"proporcione" -en palabras de la Ley- al Encargado del Registro los datos de su
matrimonio para inscribir marginalmente dicha autorización en el correspondiente
asiento de la Sección 2.ª al que podría acceder quien no puede conocer los
cambios. Me parece que no ha de reflejarse y la interesada siempre puede dejar de
"proporcionar" tales datos, con lo que no se verterá en la inscripción matrimonial lo
que no interesa que descubra la otra parte. Todo lo más, podría elaborarse una
nota de referencia genérica al cambio de apellidos y nombre de la contrayente por
mor del art. 58, sin mayor detalle.
Desde luego se echa en falta una reforma reglamentaria que complete la norma
analizada, la que, por cierto, cuenta con casi dos años de existencia.
Salvador Gutiérrez, Susana
Magistrada Encargada Registro Civil Único de Madrid
En Madrid, el supuesto planteado se ha tratado registralmente, acordando la
cancelación de la inscripción principal de nacimiento de la interesada y de su hijo, y
extendiendo nuevas inscripciones de nacimiento en las que se hiciera constar
únicamente el nombre y apellidos procedentes del cambio autorizado. En las
nuevas inscripciones, en el apartado de observaciones, se hacen constar los datos
registrales de la cancelada, pero en ésta no se hace referencia alguna a las nuevas
inscripciones practicadas, a fin de impedir que terceras personas, normalmente el
que haya ejercido la violencia de género, pueda tener acceso a las nuevas
menciones de identidad de
inscripciones canceladas los
dichas certificaciones que no
y en el caso del hijo, en todo
los protegidos por la norma. De recogerse en las
datos registrales de las nuevas, sería fácil obtener
tendrían porque estar sujetas a publicidad restringida,
caso, el padre tendría acceso a dicha inscripción.
En definitiva, no se practica la inscripción marginal del cambio de nombre y
apellidos autorizado al margen de las inscripciones principales de nacimiento de la
madre ni del hijo, por estimar que la extensión de las mismas invalida totalmente la
finalidad perseguida por la reforma legal efectuada por la Ley Orgánica 1/2004.
De igual manera, en relación con la previsión del último párrafo del art. 218 del
Reglamento del Registro Civil, tampoco se ha acordado la extensión de nota
marginal de referencia del cambio de nombre y apellidos de la contrayente en el
matrimonio de la interesada, ya que la extensión de dicha anotación haría ineficaz
todo el procedimiento de cambio de identidad como medida de protección de la
víctima de violencia de género, pues el marido siempre tendría acceso a la
inscripción de su matrimonio, ya que no se ha contemplado normativamente ningún
supuesto de restricción de la publicidad registral en estos casos.
No obstante lo expuesto, es evidente que sería necesaria la oportuna reforma
reglamentaria a fin de aclarar la extensión de los asientos consecuencia del cambio
de menciones de identidad autorizadas en casos de violencia de género como el
previsto en el nuevo art. 58 de la Ley del Registro Civil.
Sánchez Sánchez, Alicia
Magistrada Encargada Registro Civil Exclusivo de Bilbao
En el Registro Civil de Bilbao no se ha planteado aún el caso de un cambio de
apellidos como consecuencia de ser el solicitante objeto de violencia de género. Sin
embargo, consideramos que el párrafo 2.º del art. 58 de la Ley del Registro Civil,
redactado por la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de
Protección Integral contra la Violencia de Género, debe ponerse en relación con los
arts. 62 LRC y 218 y 307 RRC. Los arts. 62 LRC y 218.1 RRC son prácticamente
iguales y exigen en las autorizaciones de cambio de nombre o apellidos la
inscripción marginal del cambio en la inscripción de nacimiento del peticionario. El
art. 307 RRC prevé que en la resolución puede ordenarse, para mayor claridad del
asiento y mayor seguridad de los correspondientes datos reservados, la cancelación
del antiguo asiento con referencia a otro nuevo; tratándose de inscripciones
principales, se traslada todo el folio registral. De la nueva inscripción se podrán
expedir certificaciones literales a favor de cualquier persona con interés en conocer
el asiento, estableciéndose que toda inscripción principal trasladada hará referencia
a la antigua.
Los Encargados de los Registros Civiles deben tener en cuenta el contexto en el que
se encuentra el modificado art. 58 LRC, pues la finalidad que persigue la Ley
1/2004, de 28 de diciembre, no se cumpliría de aplicarse el art. 218.1 RRC, es decir
si se practicase una inscripción marginal en el nacimiento constando el cambio, o el
art. 307 RRC de manera que la inscripción cancelada hiciese referencia a la nueva.
Pienso que, actualmente, mientras no exista el desarrollo reglamentario previsto en
el art. 58 LRC in fine, y con el fin de proteger a la persona objeto de violencia de
género, se debe conseguir que el causante de la misma no pueda tener
conocimiento tanto del expediente, como de la práctica de la nueva inscripción, no
debiendo tampoco tener acceso a las certificaciones de nacimiento, reveladoras del
cambio.
No tendría sentido el nuevo art. 58 LRC, que anularía totalmente la finalidad
perseguida por la reforma, si una vez autorizado el cambio de apellido o el del
nombre y apellidos, directamente por el Ministerio de Justicia, se procediese a
aplicar el art. 218 RRC. Creo que debe practicarse, de conformidad con el 307 RRC,
una nueva inscripción de nacimiento, ahora bien, sin hacer referencia a la antigua,
de manera que en la nueva inscripción dentro del apartado de observaciones
aparezca que el cambio se ha autorizado por Orden del Ministerio de Justicia, art.
58 LRC.
Con respecto a lo establecido en el último párrafo del art. 218 RRC, nos
encontraríamos ante una situación semejante, es decir, la obligación de poner de
oficio nota marginal de referencia en todos los folios registrales en que consten los
antiguos, haría totalmente ineficaz la finalidad perseguida por la Ley Orgánica
1/2004 y llevaría a los Encargados de los Registros Civiles a aplicar un artículo
fuera del contexto de la Ley.
Hay que tener presente que la consecuencia registral de carácter general de
cualquier cambio de nombre o apellidos, y que le es impuesta al Encargado del
Registro Civil para conseguir una perfecta conexión entre las distintas inscripciones
registrales, dado el interés público que recae sobre la institución, dejaría de
prevalecer en este supuesto para ocupar el primer plano la seguridad de la persona
objeto de la violencia de género.
Es conveniente destacar la desprotección de la víctima si la modificación autorizada
de sus apellidos se reflejase en la inscripción de su matrimonio, pues la inscripción
no estaría incluida en los supuestos de publicidad restringida del art. 21 RRC,
indicándolo por otra parte expresamente el 307 RRC. Resaltamos que cualquiera de
los contrayentes podría solicitar la expedición de la certificación.
Por último, queremos señalar, que aunque en principio se trata de supuestos
excepcionales, que el legislador (pensamos que acertadamente), no ha querido
regular como expedientes de carácter secreto, de los que tendríamos un ejemplo en
los matrimonios secretos, nos parece necesario que el reglamento fije de manera
clara y precisa los términos en que el precepto reformado pasará a integrarse en la
legislación registral, para que no exista incertidumbre interpretativa y en definitiva
sea el legislador y no la práctica registral, quien se encargue de despejar las
cuestiones planteadas.
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