Crisis familiares

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INTRODUCCIÓN
Hemos recopilado información, sobre el concepto de crisis familiar, con la intención de hacer un estudio de
las causas y consecuencias de la crisis familiar, que se da en la sociedad actual. Para ello en primer lugar
hemos querido hacer una diferenciación entre familia sana y familia disfuncional, para tratar de ayudar a
identificar claramente el objetivo de la familia, en su proceso de cohesión familiar y poder así, llegar a
desarrollarse como una familia sana.
Este trabajo puede ser de gran ayuda para padres y profesionales sociales, que se encuentren inmersos en
situaciones familiares disfuncionales, facilitándoles herramientas muy eficaces para el estudio de la familia y
la acción más conveniente en la transición familiar.
CONCEPTO DE FAMILIA
Definición según C.Sluzki,un conjunto de miembro en interacción, los cuales están organizados de manera
estable y estrecha, en función de necesidad básica y que tienen una historia y un código propios que le otorgan
singularidad. La familia es un sistema cuya cualidad emergente excede la suma de las individualidades que lo
constituyen
El SISTEMA FAMILIAR
Estructura, proceso y síntoma:
Podemos definir término estructura como aquella entidad, tangible o intangible, en la que sus elementos se
encuentran ordenados según un principio o ley.
El término proceso, se refiere a la sucesión temporal de los acontecimientos.
Cuando observamos a una familia la podemos describir tanto por su estructura como por su proceso.
Por estructura familiar entendemos las pautas de interacción entre sus miembros que organizan las
relaciones entre ellos. Sin embargo, el proceso familiar se refiere a secuencias interactivas en la dimensión
temporal. La estructura familiar va cambiando a través del tiempo y, mediante esos cambios, mantiene
constante su organización (identidad) y va evolucionando en su desarrollo como sistema (ciclo vital).
La familia cumple dos funciones diferentes (Minuchin, 1982)
• Una función es la biológica, psicológica y social de sus componentes. Esta función la realiza a través de
desarrollar un sentimiento de identidad en cada miembro, perteneciente al grupo familiar, pero facilitando,
también la individuación autónoma.
• La otra función es ser transmisora de la cultura y valores de la sociedad a la que pertenece. Esta función es
la que ha recibido ataques de los movimientos contraculturales.
Las familias operan a través de pautas transaccionales (Minuchin, 1982); estas son modalidades de
intercambios interacciónales que se mantienen en el tiempo; en estos intercambios los miembros se influyen
mutuamente de forma circula. Así pues una pauta transaccional es una interacción familiar que forma parte de
la estructura familiar.
Por ejemplo, Cuando dos padres discrepan en la manera de educar a su hijo, la suegra apoya a su hijo en
contra de la mujer de este que involucra a tres personas: el marido, la mujer y a la madre del marido.
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Sin embargo una interacción que se diera de manera esporádica y no volviera a producirse, no seria una pauta
transaccional.
La estructura de la familia la podemos representar a través de un diagrama que Minuchi (1982) ha llamado
mapa familiar que permite organizar el material que el profesional obtiene de la familia, tales como alianzas,
coaliciones, triangulaciones, fronteras, distanciamientos, etc. Es como hacer una foto de la familia, el proceso
de vida familiar se entiende mejor como una compleja película; desde una perspectiva de intervención
terapéutica, en momentos interesara fijarse en los detalles que proporciona una foto fija.
En un sistema cada elemento cumple una función. En este sentido podemos pensar que el síntoma del
paciente, aunque es molesto y preocupante para roos, no es solo la manifestación de una problemática sino
que, también, cumple una función, que en muchos casos podemos rotularla de útil y beneficiosa para la
familia ( Haley, 1980) . Pero, ¿Cómo puede ser beneficioso para la familia? La idea es pensar que mientras
toda la familia se centra en la problemática del paciente, aparcan otras cuestiones que podrían ser más
angustiantes ya que afrontarlas les llevaría a cuestionarse cambios que tal vez la familia no está en
condiciones de llevar a cabo.
Por ejemplo, si un matrimonio tiene serios problemas en su relación de pareja, de tal modo que ni lo saben
resolver ni tampoco quieren separarse, la conducta problemática del hijo les puede servir como una forma de
centrarse con él y no tener que preocuparse de su relación de pareja.
Pensemos, por ejemplo; en el caso de una mujer, que después de dedicarse 15 años al marido y al hogar
decide ponerse a trabajar. El marido aunque le diga que no le molesta que trabaje fuera de casa, tal vez, no
desea perder la comodidad que representaba para él tener a su mujer en el hogar. Por otro lado, también a la
mujer le puede resultar temerosa la situación de volver al mundo laboral, que hace años
dejó . Si por la época en la que ella ha decidido volver a trabajar, su propia madre desarrolla un síntoma y la
consecuencia es que la hija se dedica a cuidarla, quedando pospuesta la decisión de trabajar, diremos que el
síntoma de la madre no es solo un problema personal de ella sino que le es útil a todos.
Por eso, el síntoma puede cumplir una función protectora a otros miembros de la familia. En nuestro caso la
hipótesis a plantear sería que el síntoma de la madre protege a la hija del aiedo a afrontar una laboral, y a la
pareja del conflicto relacional que podría conllevar el cambio de papel en la esposa. También a la propia
madre le sirve el síntoma ya que tiene cerca de sí a su hija, pues el último hijo que todavía quedaba en el
hogar, recientemente se ha casado y se ha marchado.
Haley (1980) comenta que cuando la conducta de una persona no la comprendemos, tendemos a dar
solamente dos tipos de interpretación: locura o maldad .Es decir, esta persona se comporta así porque tiene un
problema psicológico ( locura) , o porque tiene mala idea ( maldad) . Pues bien, la hipótesis de la función de la
función protectora del síntoma vendría a decir que una conducta sintomática en un miembro, puede verse
como si con el síntoma el paciente protegiera beneficiosamente a otro u otros miembros de la familia.
CONSTRUCCIÓN DEL GENOGRAMA
El genograma es una técnica mediante la cual se registra información de la familia a través de tres
generaciones.
Esta información se refiere tanto a cada miembro como a las relaciones entre ellos.
El genograma nos permite tener una visión global, una especie de gestalt de la familia.
De ahí su gran utilidad, ya que mediante un solo golpe de vista percibimos la sintomatología del paciente
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identificado no como algo aislado y fragmentado sino entroncada en una red de vínculos y relaciones.
En este sentido, el genograma es un instrumento útil para elaborar hipótesis sobre el síntoma del paciente
dentro del contexto familiar (McGoldrick y Gerson, 1987)
El genograma también posee un valor predictivo. A través de lasa pautas de transmisión multigeneracional
podemos prever las dificultades que aparecerán en tal o cual miembro de una generación.
Por eso, podemos ayudar a la familia a modificar ciertas pautas para que no sean víctimas pasivas de un
destino que parecería predeterminado.
El genograma se elabora en la primera entrevista familiar.
Sin embargo no es algo estático sino dinámico, tenemos que completarlo, modificarlo, y ampliarlo en las
restantes sesiones con la familia.
De hecho, si con una familia estamos varios meses de contacto profesional, durante este tiempo acontecen
cambios vitales que se deben reflejar, tales como casamientos, nacimientos, cambios de profesión, abandonos
de hogar, fallecimientos, separaciones matrimoniales, etc.
El genograma también nos permite observar lo que Carter denomina el flujo de ansiedad de un sistema
familiar.
Esto significa que en una familia las tensiones pueden darse en el eje vertical (transmisión històrica de
abuelos−padres−hijos), o bien en el eje horizontal (situación actual en las relaciones de convivencia)
Si por ejemplo un hombre tiene un vínculo ambivalente con su madre (eje vertical), es posible que la relación
que establezca con su esposa esté mediatizada por esos conflictos no resueltos con su propia madre y las
tensiones con su esposa serán más intensas (eje horizontal). El genograma es un buen instrumento para captar
este flujo de tensiones.
Para realizar la construcción del genograma hay que llevar a cabo tres niveles:
• Trazado de la estructura (símbolos)
• Registro de la información (datos)
• Descripción de las relaciones (pautas)
Estructura
La estructura del genograma es la representación, a través de símbolos, de cómo los miembros están ligados
entre sí biológica y legalmente.
Supone representar el género, el vínculo matrimonial, las separaciones, el número de hermanos, los
embarazos, los abortos, los fallecimientos, los nucleos de convivencia, etc.
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Información
Después de construir el gráfico de la estructura podemos comenzar con el segundo nivel, es decir, agregar
información sobre la familia.
La información sobre cada miembro se coloca al lado de él.
La información sobre sucesos familiares generales se coloca en un recuadro en el margen inferior.
Los datos más significativos que debemos obtener son los siguientes:
• Nombre de cada miembro
• Edad actual
• Profesión, estudios y aficiones.
• Edad que tenía cuando falleció.
• Fecha de nacimiento.
• Fecha de fallecimiento.
• Fecha de matrimonio.
• Fecha de la separación.
• Fecha del divorcio.
• Causa del fallecimiento.
• Cuestiones médicas.
• Comportamientos relevantes de algunos miembros
• Sucesos críticos.
Relaciones
El tercer nivel en la construcción del genograma comprende el trazado de las relaciones entre los miembros de
una familia.
Estas relaciones se representan teniendo en cuenta el comentario que hacen los miembros entre sí a nuestras
preguntas y obsercaciones directas.
Se utilizan diferentes tipos de trazos para simbolizar los variados tipos de relaciones entre dos miembros de la
familia.
Diferencias básicas
Para llevar a cabo una evaluación familiar definir qué criterios utilizaremos al diferenciar una familia sana de
una disfuncional. Siguiendo a Zigman de galperín (1996) describiremos las características de ambos tipos de
familias de la siguiente manera:
En las familias sanas, los padres son capaces de dar un buen soporte emocional y estimular la individualidad
y la autonomía de sus hijos. Son sensibles al crecimiento y a la realización personal de sus hijos.
En las familias sanas los padres asumen adecuadamente sus funciones de padres para que los niños puedan ser
niños. Los miembros de cada subsistema llevan a cabo bien su papel; esto no es así cuando, por ejemplo en
una familia, un abuelo tiene más poder que el padre, o una hija mayor es la que dirige y la madre se supedita
en todo a ella.
Ambos miembros de la familia se apoyan como padres y se perciben como competentes en la función
parental.
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Cada progenitor ha logrado separarse de sus propios padres y, a su vez, logran favorecer que sus hijos se
separen de ellos.
En la familia sana el poder es compartido; cada padre confía en el otro y ambos son capaces de llevar
conjuntamente el timón de la familia.
La relación de pareja, aunque pasen por dificultades y crisis, la viven, fundamentalmente, como satisfactoria,
ya que sienten que por encima de los conflictos su relación de pareja es la base principal sobre la que
construyen toda la familia. Por eso, son capaces de no involucrar a los hijos en sus dificultades.
Los padres, en su relación de pareja, logran un buen acercamiento emocional y un profundo vínculo afectivo.
Aunque las relaciones que tienen con otras personas significativas, tales como padres, hermanos o amigos, su
relación de pareja es de un nivel más intenso. Son capaces de mantener un buen equilibrio entre su espacio
individual y el espacio para el encuentro familiar.
En las familias sanas sus miembros sus miembros se sienten integrados pero sin dejar de ser uno mismo. Esto
hace que consigan una buena diferenciación del yo.
La relación sana no esta basada ni en fusión ni en la confusión de de funciones, roles, necesidades o
sentimientos, sino en la capacidad de discriminación.
La comunicación está basada en el dialogo, que implica saber escuchar y ser escuchado, poder tener en cuenta
el punto de vista del otro. La comunicación entre los miembros de la familia es fluida y abierta, y se realiza
con mensajes claros. Si en algún momento se produce confusión, la familia tiene capacidad de
metacomunicarse, es decir, de hablar de aquello que esta ocurriendo. Hay respeto por la intimidad personal y
de la pareja. Hay espacio para las diferentas, las discusiones, la creatividad, el error. Se permite expresar
puntos de vista y sentimientos propios que son diferentes a los de los otros miembros.
En las familias sanas se evitan los secretos porque sus miembros pueden comunicarse abiertamente. Existen
rituales, pero estos están al servicio del crecimiento, evolución e identidad, tanto individual como familiar.
Los mitos familiares no son rígidos de forma que pueden irse modificando en función de los requerimientos
de la realidad cambiante.
El clima emocional de las familias sanas suele ser positivo y espontáneo. Sus miembros son capaces de
compartir tanto lo bueno como lo doloroso. Aunque pueden darse momentos de malestar, discusión, hostilidad
o frustración, predomina el sentimiento profundo basado en amar y ser amado. Por eso sus miembros pueden
expresar el conflicto sin destruirse.
En las familias sanas los limites internos y externos son claros. Esto favorece el intercambio tanto entre sus
miembros como con su entorno.
Aunque se respeta la intimidad de cada miembro, esto no va en contra de conocer los proyectos, las
preocupaciones y las personas significativas de cada uno de ellos.
Las familias sanas van transitando las etapas del ciclo vital de forma que los hijos al crecer van tomando su
propio rumbo y, aunque mantienen el vínculo con sus propios padres, viven su propia vida.
En las familias disfuncionales el poder es muy rígido, inflexible y monopolizado en un progenitor, siendo
reconocido, este, como el dominante y el otro como el sumiso. En ocasiones hay luchas por el poder entre
ambos progenitores intentando involucrar a los hijos, los cuales quedan triangulados. Por eso, un progenitor
puede establecer un vínculo muy intenso con un hijo, mientras que el otro mantiene un distanciamiento con
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éste.
En las familias disfuncionales se producen coaliciones intergeneracionales del tipo triangulo perverso.
Debido a que la pareja tiene serios conflictos que no aborda adecuadamente, alguno de ellos puede pretender
compensar la falta de una buena relación afectiva entre ellos, vinculándose de forma excesiva con uno o
varios hijos. Y esto es así porque el otro progenitor no hace nada para debilitar ese vínculo de fusión. Cuando
esto ocurre, el hijo que se encuentra fusionado con el progenitor puede tener dificultades en el desarrollo de su
identidad personal, por lo que no alcanzará un grado adecuado de individuación,
Quedando limitada su autonomía personal.
En las familias muy disfuncionales aparecen roles y contra−roles muy rígidos y polarizados, del tipo
dominante−sometido, competente−incompetente, etc.
También se observa que los límites entre subsistemas no están claros de forma que hay ruptura de las barreras
generacionales y entonces se confunde quién es quién en esa familia ni cual es el lugar de cada uno. Algún
hijo puede jugar un rol parental, llevando a cabo rígidas delegaciones, como por ejemplo, ser el contenedor
oficial de las quejas de la madre respecto del padre o viceversa, o tomar decisiones que no están en
condiciones de hacer porque corresponden a responsabilidades adultas, desarrollándose una parentalización
disfuncional.
El Mito familiar, es decir, el sistema de creencias que todos los miembros comparten, está muy alejado de los
datos de la realidad. Esto lleva a que los miembros de la familia deban negar sus propias percepciones y no
hacer explícitos sus propias creencias, para que el mito permanezca inalterado.
La comunicación confusa y paradójica, emitiendo mensajes contradictorios, pudiendo existir dobles vínculos
comunicacionales.
Tienen dificultad en saber metacomunicarse, no pudiendo hacer explícitas y comentar, por tanto, las
contradicciones, ni cuestionarlas. Los miembros no se escuchan mutuamente, sino que más bien se utiliza al
otro para escucharse a sí mismo. Esto lleva a que no se establezcan relaciones de reciprocidad.
Si la familia es del tipo aglutinada, el intercambio con el exterior es escaso de forma que constituye un
sistema muy cerrado. Esto lleva a que, fácilmente, se produzcan entre sus miembros sobrecargas
emocionales, creándose un clima emocional tenso y sofocante.
En las familias disfuncionales no se favorece la individuación de sus miembros por lo que el grado de
autonomía es bajo.
Las familias disfuncionales, al ser muy rígidas, tienen gran dificultad en aceptar cambios, separaciones y
pérdidas. Esa rigidez las hace frágiles y vulnerables por lo que se ven obligadas a protegerse y defenderse del
cambio a través de mitos incuestionables, de secretos que transmiten de forma transgeneracional y
mecanismos de negación.
ETAPAS DEL CICLO VITAL
ETAPA I
Constitución de la pareja
El hecho de convertirse en padres implica que dos personas, provenientes de familias distintas, elaboren sus
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propias reglas de funcionamiento.
La primera crisis puede aparecer al poco tiempo de empezar a vivir en pareja estable debido a la necesidad de
tener que negociar un gran número de cuestiones: tareas domésticas , economía, amistades , diversión ,
relación sexual, contactos con las familias de origen respectivas, etc. Algunas de estas cuestiones tal vez
fueron habladas antes de decidir irse a vivir juntos , pero muchas de ellas son imposibles de prever antes de la
convivencia estable.
Al principio la pareja intentará evitar discusiones para no entrar en conflicto, por el deseo de que la relación
marche bien. Pero poco a poco cada miembro descubre, consciente o inconscientemente, que el otro no es
como lo había creado en su mente y , entonces , aparecen las primeras decepciones y los primeros conflictos.
Esta es una oportunidad para que la pareja, gracias a la crisis, pueda empezar a evolucionar para ir creando
entre los dos la relación.
En esta primera fase de la pareja puede entrar en luchas de poder. Posiblemente la forma de manejar el poder
sea diferente por cada miembro de la pareja. Pero tanto poder tiene el que se siente abiertamente fuerte
abiertamente fuerte (en lo económico, en lo social o en lo intelectual), como el que consigue lo que quiere a
través de mostrarse débil, necesitado de protección o desarrollando un síntoma.
La pareja debe aprender a marcar límites claros con respecto a las familias de origen. A su vez, los padres
deben aprender a saber tratar de forma diferente a los hijos cuando ya viven en pareja. Si esto ocurre la pareja
tendrá conflictos graves.
Así, por ejemplo, un hijo apegado excesivamente a su familia de origen experimentará un conflicto de
lealtades entre sus padres y su mujer: si me pongo de parte de mi mujer mi familia se sentirá mal y viceversa.
Por el contrario, a la mujer se la hará insoportable ver que su marido no toma partido por ella y no la apoya
cuando se siente descalificada por la familia de él. Metafóricamente diremos que este hijo sigue todavía
casado con su familia de origen.
La involucración paterna en una pareja puede ser causa de graves desavenencias entre ellos. Esta
involucración se cebe tanto a la necesidad de unos padres de querer seguir teniendo al hijo con ellos por el
vacío que representa su ausencia, como por la dificultad de un hijo en poner límites a sus padres, al sentirse
obligado hacia su familia a través de reglas y mitos.
Algunas parejas intentan delimitar su propio territorio en forma totalmente independiente , cortando toda
relación con las familias de origen. Esto puede representar también dificultades ya que tiende a desgastar a la
pareja al no contar con fuentes de apoyo en momentos críticos, como enfermedad u otro problema. Siempre
que se a posible lo ideal es que la pareja mantenga un vínculo emocional con la familia de origen de cada uno
pero consiguiendo una independencia.
Metafóricamente podríamos decir que cada miembro va a la pareja cargado con la mochila de su familia de
origen. El objetivo es que poco a poco cada uno vaya vaciando parte de esa mochila y entre los dos llenen la
nueva mochila de la pareja, que al inicio de la relación está, lógicamente bastante vacía.
Por último no hay que olvidar que los conflictos que la pareja no aborda quedan enquistados y que muchos
años más tarde, cuando los hijos se emancipan y la pareja se vuelve a quedar sola, pueden reaparecer.
ETAPA II
Convertirse en padres.
El nacimiento del primer hijo ocasiona en la pareja un impacto importante ya que determina un cambio
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significativo en la estructura de la familia. Pasar de ser dos a ser tres exige una reorganización muy
significativa en cuanto a multitud de tareas y situaciones.
Algunas parejas que mantenian una relaccion considerablemente satisfactoria antes de la venida del hijo, al
pasar a esta nueva etapa entran en grave crisis haciendo tambalear la relacción de pareja.
Además de los momentos agradables y satisfactorios que proporciona un niño pequeño, no hay que olvidar
que estos van acompañados con muchos otros momentos de tensión a causa de la sobrecarga que representa
dormir poco y mal, la falta de tiempo para llegar a todo, las rabietas dcel niño, etc.
Habitualmente, la vivencia que tiene cada miembro de la pareja en relacción a la venida del hijo es diferente.
Mientras la madre lo experimenta como algo suyo, y en ese sentido suma, es decir, antes tenia un marido, y
ahora tiene un marido más un hijo, el padre, al contrario, puede vivir la venida del hijo como resta,es decir,
ahora tengo menos esposa.
Esto puede conllevar una incomunicación en la pareja y hacer que la mujer cada vez más en el hijo y el
marido se vuelque cada vez más en su trabajo o en otra actividad.En ocasiones esto lleva esto lleva a una
relación extraconyugal por parte del marido, que al descubrirse hace que la mujer se sienta profundamente
herida, ya que por su parte, la mujer, al dedicarse solo al hijo y abandonar otras actividades, su autoestima
como mujer ha quedado sensiblemente dañada. Si la pareja no puede afrontar y modificar esta situación puede
ocurrir que ésta sea el germen de un conflicto grave en la pareja con repercusiones importantes en el futuro.
Es, entonces, en esta etapa cuando el hijo puede quedar triangulado a causa de que la pareja trate sus conflicto
a través de él. El síntoma del hijo desviaria el conflicto de la pareja.
Un hijo triangulado se encuentra atrapado entre las exigencias conflictivas de cada uno de los padres. Como
señalan Garrido y Martínez (1995) cada progenitor ve al niño ahora como:
• Un aliado posible contra el otro cónyuge.
• Un mensajero posible a través del cual la pareja se podrá comunicar.
• Un posible apaciguador del otro cónyuge.
Cuando un niño presenta problemas es frecuente observar diferencias entre las actitudes de los padres hacia él.
Un progenitor puede mostrar más empatia hacia el hijo que otro. A un progenitor le preocupa más que al otro
que la escuela sea demasiado severa con el hijo. Uno de los dos progenitores puede hablar en términos
totalmente negativos del hijo. También es frecuente observar que los padres discrepan de las causas, de la
gravedad y de las estrategias a aplicar al niño.
En muchas familias, en esta etapa del lo vital,que es la crianza de los niños, los padres deben hacer frente a
una serie de dificultades en el comportamiento del hijo que produce mucha tensión y , en ocasiones,
sentimientos de culpablilidad en los padres.
Los problemas más frecuentes son:
Hiperactividad
El niño hiperactivo suele moverse en exceso. Le cuesta permanecer sentado y quieto.
Suele correr y saltar en situaciones sociales que no es adecuado hacerlo.Parece que tiene un motor, por eso no
puede hacer actividades de ocio de manera tranquila. A nivel verval , suele hablar en exceso y de manera
precipitada. Da respuestas cuando la pregunta todavía no ha terminado Si está con otra gente suele interrumpir
o inmiscuirse en las actividades de otros.
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La diferencia de los comportamientos del niño hiperactivo con los de otros niños de su edad, no está tanto en
el tipo de comportamiento sino en el grado de generalización, intensidad y persistencia.
Déficit de atención
El niño con déficit atencional suele no prestar la suficiente atención a los detalles.Tiene descuidos en las
tareas escolares que le llevan a incurrir en errores. Cuando se le habla parece que no escucha. Cuando se le da
encargos no hace lo que se le ha pedido. Le cuesta mantener la atención en los juegos y tiene dificultades para
organizarse. No le gustan las tareas que se necesita un esfuerzo mental sostenido.Suele perder objetos que le
son necesarios para sus actividades.
Trastorno de conducta
El niño con trastorno de conducta presenta unas conductas que transgreden los derechos básicos de los demás
y las principales reglas sociales propias de la edad.
El niño con trastorno de conducta tiene dificultad para ponerse en el lugar del otro debido a su baja empatía.
Aunque puede dar una imagen de fortaleza, sin embargo tiene un bajo nivel de autoestima. Tiene un
temperamento vital, suele irritarse con facilidad y tolera mal la fustración. Aunque parece que factores
genéticos tienen que ver con este tipo de trastorno, no se puede obviar el papel que juega el entorno en el
desarrollo de tales conductas. Por eso los factores ambientales que tienen que ver con las pautas educativas del
sistema familiar son muy significativas.
Elementos como el rechazo paterno, la permisividad frente la agresión, una excesiva tendencia a castigar, una
deficiente comunicación padres e hijos y las relaciones agresivas con los hermanos, contribuyen al trastorno
de conducta,
Sin embargo, por un efecto circular, el niño que presenta un trastorno de conducta va a generar, también, una
alteración de la vida famliar. Según Baum, las madres con chicos con trastornos de conducta se muestran más
negativas en sus interacciones con el hijo que con otros niños.
Ansiedad por separación
El niño con ansiedad por separación presenta una excesiva ansiedad en relacción al alejamiento o separación
de las personas con las que mantiene un vínculo afectivo.
Tambien manifiesta una preocupación excesiva y persistente por la posible pérdida o el posible daño de las
personas con las que se encuentra vinculado. Ese mismo temor ala separación le lleva a ser reticente a ir a la
escuela o a otros sitios. A la hora de ir a dormir necesita sentirse acompañado con aquella persona con la que
está unido afectivamente.Si no es así manifestará una fuerte resistencia a irse solo.
El trastorno de ansiedad por separación aparece con más frecuencia en niños que pertenen a familias
sobreprotectoras o enceradas en su circulo familiar que en familias con patas más negligentes u hostiles.
ETAPA III
Periodo intermedio
Esta etapa comienza cuando los hijos entran en la adolescencia y los padres están en la década de los cuarenta
a los cincuenta años aproximadamente.
Éste es un periodo muy difícil para , prácticamente , todas las familias, ya que el intervalo de los,
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aproximadamente , cinco años que dura la adolescencia está marcado por tensiones y emociones intensas,
tanto para el adolescente como para los padres. El hijo se siente mayor de la edad que tiene y los padres le
siguen viendo más pequeño, por lo que, las posibilidades de acuerdos se hacen extremadamente difícil.
En esta etapa, la familia puede tener la percepción de que todo cambia continuamente. A momentos el hijo
puede hacer demandas de autonomía para pasar, al poco tiempo, a hacer reproches a sus padres porque no le
cuidan lo que él desea. Por su parte, los padres también pueden tener comportamientos muy oscilantes :
pueden pedirle que se largue de casa y al poco tiempo intentar reconciliarse con él y suplicarle que vuelva de
nuevo.
A veces ocurre que algún padre tenía expectativas muy idealizadas sobre su hijo, y cuando éste llega a la
adolescencia percibe que el hijo no se comporta según lo que él esperaba y se siente defraudado y frustrado.
Cuando dicho padre es capaz de ver al hijo por lo que es, y no por lo que a él le hubiera gustado que fuera, se
produce un cambio cualitativo y positivo en la relación entre ambos.
En ocasiones, una madre puede identificar a un hijo con su propio hermano (de ella) que tiene problemas. Esto
hace que se empiece a angustiar y a querer, a toda costa, que su hijo cambie. Dicha presión de la madre puede
incrementar la negatividad de hijo, lo cual conlleva una amplificación de la tensión familiar.
¿Cómo surgen y se mantienen los conflictos en familias con hijos adolescentes? Las causas pueden ser
múltiples, pero un proceso circular que se suele encontrar con los padres es el siguiente: mientras el hijo era
pequeño no había problemas pues el progenitor sentía que tenía control sobre el hijo.
Cuando éste se hace adolescente puede empezar a tener alguna conducta que los padres no esperaban porque
no la tenían integrada en su forma de cómo las cosas deben ser (creencias).
El progenitor conecta con un sentimiento de angustia por temores que se le disparan a su fantasía. A su vez el
hijo adolescente tiende a no comunicar los motivos de tales conductas, lo que hace que el progenitor, al no
tener información, desarrolle conductas de control. Esto provoca comportamientos en el adolescente de
rebotarse; esta actitud confirma al progenitor su creencia de que el hijo tiene problemas, por lo que su angustia
se afianza. Aquí, puede aparecer el desacuerdo entre los dos progenitores en la forma de manejar la situación.
Este desacuerdo lleva al hijo a sentirse fuerte ante la división de los padres, y a repetir la conducta inadecuada.
De esta manera el círculo vuelve a empezar.
Muchas veces el comportamiento conflictivo del hijo adolescente estará poniendo en evidencia el desacuerdo,
de antiguo, entre los padres; tal vez , la madre sea más permisiva y el padre más estricto; la madre intentará
proteger a su hijo del marido porque considerará que lo trata duramente, y el padre, para contrarrestar , se
mostrará excesivamente intransigente con el chico. Los papeles de los padres se los reparten de forma rígida,
uno es el perseguidor y el otro el salvador, El hijo, con sus conductas inadecuadas, y encontrándose en medio
de este desacuerdo entre sus padres, adquirirá mucho poder: A río revuelto ganancias de pescadores.
También puede ocurrir que un progenitor elija al adolescente como confidente de su insatisfacción conyugal y
de las quejas que tiene de su pareja. Esto coloca al hijo en una posición, a corto o a largo plazo, insoportable.
Sólo si el adolescente intensifica su conducta sintomática consigue, temporalmente , que los padres se unan
para estar pendientes de él.
La adolescencia del hijo confronta a sus padres con su propia y lejana etapa adolescente, y con sus presentes
contradicciones entre lo que piensan y lo que hacen. Un padre puede exigir que su hijo no sea mentiroso
cuando, tal vez, él está engañado a su socio en el ámbito laboral. Por otro lado, en los padres, la sexualidad del
adolescente puede producir resonancias de la propia sexualidad. Tal vez un progenitor coarte la sexualidad del
adolescente porque no puede soportar que el hijo lleve a cabo conductas que él no experimento. En ocasiones,
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al contrario, un progenitor vive experiencias de forma vicaria: las experiencias tumultuosas del hijo le alivian
su monotonía cotidiana, teniendo vivencias a través del hijo, e impulsándolo secretamente hacia esos
comportamientos, sin ser el propio progenitor consciente de ello.
En ocasiones, un abuelo o una abuela tienen un vínculo especial con el nieto, debido, tal vez, a que lo cuidó
cuando era pequeño, Esto puede hacer que se cree un triangulo entre la abuela, la madre y el hijo adolescente,
en el cual la relación madre−hijo es conflictiva y la relación abuela−nieto excesivamente protectora.
Un hecho evidente es que los hijos adolescentes tienden a pasar menos tiempo con sus padres y desean estar
más horas fuera de casa, lo que permite a la pareja volver a reencontrarse y disponer de más tiempo de ellos.
Sin embargo, si la pareja no supo afrontar los conflictos en su relación y más bien los enquistó, ahora
disponen de más espacio y tiempo para, tal vez, darse cuenta de la existencia de un cierto vacío en su relación
de pareja. En esta etapa del ciclo vital los padres se encuentran en esos años intermedios en loa que aparece la
denominada crisis de los 40, que no tiene tanto que ver con la edad cronológica sino con un estado
psicológico, y que está alrededor de la década 40−50, en la que el individuo se encuentra a mitad de su
camino.
Si mira atrás se da cuenta que, tal vez, no ha conseguido todo aquello que se propuso cuando era joven. Pero
si mira adelante, se da cuenta que ya no hay posibilidad de conseguirlo. Algunas personas, en esta etapa
intentan revivir una segunda adolescencia, incrementándose las posibilidades de infidelidad en la pareja. No
es extraño, por tanto, que en esta etapa del ciclo vital se produzca el mayor índice de separaciones y divorcios.
La persona que se encuentra en el periodo intermedio puede verse a sí misma como puente entre dos
generaciones: los jóvenes y los mayores.
La vivencia de muchas personas que se encuentran en esta etapa es la de sentir mayor libertad. Suele haber
más estabilidad material y emocional. Las relaciones con la familia extensa están claramente definidas. Se
sabe de lo que se puede hablar y de lo que no. Se tiende a no entrar en conflicto gratuitamente, porque se ha
comprobado que es un gasto de energía inútil. Las relaciones con las amistades también se han afianzado con
aquellas que vale la pena.
Es una edad en la que uno todavía se puede sentir joven pero con experiencia, como decía Víctor Hugo: los
40 son la edad madura de la juventud, los 50 son la juventud de la edad madura.
Frecuentemente, las mujeres y los hombres encuentran claves diferentes para percibir que se encuentran en el
periodo intermedio: las mujeres las encuentran dentro del contexto familiar y los hombres dentro de su
contexto laboral o profesional.
En el periodo intermedio el individuo adquiere una nueva perspectiva de la dimensión del tiempo. Uno va
conformando su vida desde el punto de vista de lo que le queda por vivir: se adquiere consciencia de que el
tiempo tiene un límite.
ETAPA IV
Emancipación de los hijos.
La cuarta etapa comienza cuando el primer hijo se va de casa; habitualmente porque contrae matrimonio o
establece una relación de pareja. Ésta es una etapa difícil para todas las familias ya que el hogar se va
quedando vacío. Empieza lo que ha venido a denominarse el síndrome del nido vacío.
Hay que tener en cuenta, al valorar esta etapa, la influencia sociocultural del momento que se este
considerando , pues hay una gran diferencia en la edad en que los jovenes se emancipaban hace treinta años, y
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lo que hoy dia ocurre, pues los hijos retrasan mucho mças su marcha por factores socioeconomicos,entre
otros.
Generalmente para los padres es un orgullo y una satisfacción ver que sus hijos son capaces de formar su
propia familia.
Sin embargo, en aquellas familias en las que el matrimonio funciono mas como padres que como pareja, esta
es una dura etapa ya que con la marcha del ultimo hijo se quedan solos, frente a frente, con poco o nada que
decirse. Si un hijo desarrolla un síntoma grave esto hara que sigan ejerciendo de padres a perpetuidad
quedando el hijo atrapado en el sistema familiar.
Para otras famlias esta etapa ofrece un panorama atractivo ya que se dispone de mças tiempo para retomar
aficiones dejadas años atrás o poner en practica intereses nuevos que uno siempre habia querido hacer.
La relacion entre padres e hijos emancipados debe cambiar sustancialmente en esta etapa.
Es saludable que hijos y padres sigan manteniendo el vinculo afectivo y de relaccion, pero teniendo muy claro
por parte de los padres que el hijo o hija ha constituido una familia nueva y eso merece respeto. Sin embargo
muchos padres siguen protegiendo y entrometiendose en la vida del hijo casado. Por su parte el hijo no debe
caer en la trampa de ir con premura a casa de sus padres a comunicarles las dificultades y crisis en las que se
encuentra, dando pie a sus padres a que se involucren y tomen partido.
Pittman, F. describe tres crisisde las familias en la etapa de la emancipaciçon:
El nido acogedor:
En el nido acogedorel hijo permanece en casa sin emanciparse y los padres no se sienten incomodos con esa
situación. El que un hijo se quede en casa sin emanciparse no habria que valorarlo, sin mas, como indicativo
de disfuncionalidad del sistema familiar. Los nidos acogedores pueden entrar en crisis cuando el progenitor
que hasta ahora trabajaba, de jubila, o cuando los otros hijos ya emancipados critican la situación.
El nido atestado:
En el nido atestado el hijo se queda en casa sin emanciparse pero los padres se sienten incomodos y molestos.
En estas familias no tiene porque haber , necesariamente, un hijo problemático,sino que el hijo puede ser
competente pero no se marcha; no obstante, una observación más detallada nos descubre que uno de los
progenitores no desea que se vaya pues su relacion de pareja es claramente insatisfactoria.
La configuración mas frecuente es una madre quepresenta unaactitud critica y hostil y un padre que va ala
suya. La mujer puede quejarse de su matrimonio pero no se separa
ni intenta arreglarlo. Los hijos que no pueden dejar el hogar se ponen de parte de la madre y pueden llegar
incluso, a incitarla a que se divorcie.
En otras muchas ocasiones el hijo manifiesta síntomas psicologicos graves o pequeños síntomas fisicos que
son exagerados para justificar su permanencia en el hogar.
Los vuelos fatales:
Por ultimo, Pittman habla de vuelo fatal cuando un hijo hace que su emancipación sea un desastre. Al poco
tiempo de irse de casa se hunde entrando en una grave crisis, pero sin embargo,no quiere regresar a casa.
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Pittman , señala claramente , que antes de regresar al hogar estos hijos se suicidan o se hacen internar en una
institución.
Tambien en estas familias la relacion de pareja de los padres es muy insatisfactoria, y las madres tienden a ser
mas exigentes y disociadoras. Esto lleva a que el hijo se ponga de parte del padre, tratando con negatividad a
la madre. En estas ocasiones, el que los padres echen al hijo de casa paraque se las arregle solo no es una
solucion.
LOS HIJOS SON EL ANCLA QUE ATAN A LA VIDA A LAS MADRES
Sófocles.
ETAPA V
Retiro de la vida activa
La última etapa tiene que ver con la jubilación y la posibilidad, en la mayoría de los casos, de ser abuelos.
Ésta, también, es una etapa de difícil encaje debido a que, al estar jubilados, están mucho más tiempo en casa,
teniendo que elaborar nuevas reglas de convivencia. La jubilación puede hacer sentirse a una persona inútil,
que ya no es necesario para nadie. Ahora, tal vez, se encuentre sin horarios, ocioso y sin motivación. Pueden
aparecer, fácilmente, episodios depresivos en esta etapa.
Si quien se jubila es sólo el marido ya que la mujer no ha trabajado fuera de casa, la vida de ella no cambia
tanto, aunque en ocasiones lo que ocurre es que se le incrementa el trabajo.
Ahora tiene a su marido entrometiéndose en tareas que ella antes manejaba a su ritmo y manera.
Por el contrario tal y como dice Pittman (1990), si hay un matrimonio por el que valga la pena quedarse en
casa, la jubilación puede ser el periodo más espléndido de las vida.
Algunos matrimonios están esperando esta etapa pues les va a posibilitar tener más tiempo para ellos mismos
y para la relación de pareja.
En esta etapa, los padres suelen convertirse en abuelos. Frecuentemente, los abuelos pueden jugar dos papales:
uno directo, hacia el nieto y otro indirecto, apoyando a sus hijos, en el papel de padres (Zingman de Galperín,
1996). En el primer caso, los abuelos tienen con sus nietos una segunda oportunidad. Por eso nos sorprende
oír a una hija decir que su padre es mucho más afectuoso con el nieto que lo fue con ella cuando era pequeña.
El nieto compensa, en alguna medida, la pérdida del hijo con su marcha al casarse.
En ocasiones se observa lo que se podría llamar una Abuelidad Patológica; en estos casos, los abuelos entran
en competencia con sus propios hijos sobre los nietos; descalifican a sus hijos delante del nieto o manifiestan
un claro rechazo hacia el nieto
En otros casos, son abuelos que no están disponibles o que triangulan el nieto, aliándose con el nieto en contra
del hijo (Zingman de Galperín, 1996).
Sin embargo, para muchos padres, los abuelos son un gran soporte. Pensemos en los casos de separación
matrimonial, en los que el hijo/a vuelve regresa de nuevo con sus padres y ahora con un nieto. O cuando unos
nietos se quedan huérfanos y son los abuelos quines se responsabilizan de ellos, o cuando se da una retirada de
tutela de los padres y son los abuelos a quines se les da la guarda y custodia de los nietos.
También se puede observar que algunos padres se convierten en abuelos de forma prematura (Zingman de
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Galperín, 1996).
Son los casos en los que una hija embarazada precozmente sin tener pareja estable. En estas situaciones la
abuela cría al nieto más como madre que como abuela y la hija es más hermana del pequeño que madre. Esto
no es disfuncional si es temporal. El objetivo es que con el tiempo la madre biológica vaya asumiendo su
papel de madre y la abuela sepa ocupar su lugar.
Esto se favorece en los casos en los que la madre encuentra una pareja y los tres se instalan en un nuevo hogar
Los matrimonios no envejecen ambos al mismo tiempo; siempre hay uno que envejece antes que otro.
Aparecen crisis de desvalimiento y ambos se necesitan. Por eso, en esta etapa final de la vida es muy poco
frecuente que un cónyuge deje al otro.
Se puede observar un diferente forma de enviudar en el hombre y en la mujer: Mientras que para el hombre,
quedarse viudo le suele venir por sorpresa, en el sentido de que no había pensado en ello, para la mujer es un
hecho que ya había empezado a tenerlo presente, y de alguna manera, a prepararse internamente. El hombre,
con la viudez, suele quedar desvalido y no es raro que busque, precipitadamente una mujer que le cuide. Esta
mujer puede ser vista por los otros hijos como una intrusa sobre todo en temas relacionados con el patrimonio
familiar. Al contrario, la mujer que enviuda, una vez superada la etapa de duelo, suele sentirse libre y con una
independencia que antes, tal vez, no tenía.
No es tan frecuente que vuelva a casarse , pues se vale muy bien por ella misma , y puede llevar una vida
agradable y activa.
Llega un momento en que los hijos suelen hacerse cargo de sus padres ancianos, sobre todo cuando ya no
pueden valerse por sí mismos . Aquí aparecen crisis importantes pues las relaciones se cargan de tensión a
causa de muchos factores, entre ellos que el progenitor anciano se vuelve dependiente y exigente. El hijo, por
su parte, puede adoptar una actitud excesivamente crítica y paternalista.
Otra cuestión que acontece en esta etapa es la posibilidad de que los hermanos entren en conflicto de no poder
llegar a un acuerdo en la forma de atender a sus propios padres. En algunas familias es un hijo quien acoge en
su hogar al anciano progenitor y lo cuida; en otras familias el padre o la madre pasa temporadas con cada uno
de los hijos: En otros casos, el propio anciano decide o los hijos acuerdan ingresarlo en una residencia
geriátrica.
Cuando un usuario hace una demanda en los Servicios Sociales por una cuestión relacionada con sus padres
ancianos, habitualmente tiene que ver con un pedido de ayuda material o de ingreso del anciano en una
residencia.
Es necesario entonces, distinguir entre una demanda explícita y otra más implícita. Un buen ejemplo es el
presentado por Herr y Weakland (1979):
Un anciano de 80 años y viudo hace 30, acude a la Trabajadora Social planteándole que hace un par de años
su único hijo se divorció de su esposa. Se fue a vivir con otra mujer abandonando a su familia. El anciano dice
que por aquel entonces le pidió prestado una cierta cantidad de dinero ya que estaba pasando por una difícil
situación económica . El padre le prestó el dinero a su hijo, pues veía que lo necesitaba. La queja del anciano
es que en estos dos años su hijo no se ha puesto en contacto con él ni el día de su cumpleaños. Se pregunta
que clase de hijo es capaz de actuar así con su padre. El anciano dice que todavía tiene su orgullo y no está
dispuesto que su hijo le trate de esa manera. Por eso le pide a la Trabajadora Social el nombre de un buen
abogado que entienda bien su situación porque está dispuesto a cambiar el testamento. Al final de la
entrevista, repite una vez más: Imáginese , ni una tarjeta el día de mi cumpleaños.
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En este ejemplo, lo que se observa es que el anciano está pidiendo ayuda a un profesional por un asunto muy
personal como recuperar la relación con un hijo. Captar la diferencia entre demanda explícita (quiero un
abogado para cambiar el testamento) y demanda implícita (quiero recuperar la relación con mi hijo) permite,
por parte del profesional, ayudar al anciano a superar una situación de crisis.
Una cuestión referente a la intervención terapéutica tiene que ver con el hecho de que no solo es adecuado
incluir al anciano en la terapia sino deseable. Pensar que los ancianos no tienen la capacidad de cambiar las
relaciones es erróneo; de hecho, en ocasiones pueden ser más flexibles que muchos jóvenes.
El proceso de envejecimiento implica cambios importantes en el ámbito de la salud y de la situación social del
anciano.
Entre los problemas de salud se encuentran la disminución de audición, visión y memoria.
Estas disminuciones o pérdidas son graduales y avanzan a diferentes velocidades según el individuo. De
hecho, muchas personas no experimentan este tipo de pérdidas hasta muy avanzada edad. También en los
ancianos se da una mayor incidencia de enfermedades crónicas.
El trastorno más grave correspondería a la demencia, que se inicia por fallos en la atención y la memoria,
pérdida de habilidades matemáticas, irritabilidad, pérdida des sentido del humor y desorientación, tanto
temporal, como espacial.
Una variante específica del grupo de las demencias es la enfermedad del Alzheimer:
Declive global y progresivo de las facultades cognitivas del individuo. Trastornos de la memoria, con olvido
de hechos recientes y dificultad para retener nueva información. Incapacidad de encontrar la palabra
adecuada. Dificultad en reconocer las personas y los objetos. Evoluciona de forma progresiva hacia un
deterioro grave de las áreas cognoscitivas. El cuadro terminal es una existencia puramente vegetativa. La
muerte aparece entre los 2 y los 10 años.
LOS MITOS EN LA FAMILIA
Desde una perspectiva antropológica el mito era el resultado del esfuerzo del hombre primitivo por explicar su
mundo y el ritual era la forma en que lo expresaba. Así, pues el mito y el ritual eran los vehículos que
expresaban cómo veía el hombres su realidad. El mito, según Malinowski, expresa los principios
fundamentales de la organización social y representa las bases consensuadas en la que se configura la
comunidad.
El término mito familiar fue definido por A. Ferreira en 1963 como un conjunto de convicciones compartidas
por todos los miembros de una determinada familia. A través de tales convicciones los miembros de la familia
desarrollan su identidad. El mito sería como una historia que la familia construye para saber cómo vivir y
adaptarse a la realidad interna y externa de la familia.
Los mitos familiares están basados en reglas secretas de la relación (Ferreira, 1980). Reglas que, por su
carácter secreto, son aceptadas por todos y no desafiadas por nadie, y en este sentido no pueden ser ni
verbalizadas ni reconocidas por los miembros de la familia. Únicamente , aquel miembro que desafíe estas
reglas secretas y, consecuentemente, el mito, será rechazado por la familia y tildado de desleal, lo que lo
convierte en la oveja negra de la familia. Los mitos protegen a la familia del mundo exterior.
El mito es la imagen ideal de la familia y la que los miembros han acordado crear. Los mitos, por tanto, se
crean como resultado de las experiencias que comparten todos los miembros de la familia. Sin embargo, esta
imagen no concuerda, en ocasiones, con la visión que tienen de esa familia las personas que no pertenecen a
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ella.
El mito familiar mantiene la HOMEOSTASIS del sistema. Esto quiere decir que la homeostasis de la familia
se mantiene mientras las conductas de los miembros de la familia sean congruentes con la imagen del ideal de
familia, es decir con el mito.
No obstante el mito no es tan estático como a simple vista parece. La familia revisa y corrige periódicamente
sus mitos coincidiendo con el crecimiento de sus miembros, con tránsito de una etapa a otra del ciclo vital y
con la necesidad de adaptarse a exigencias externas.
Los mitos se construyen desde el inicio de la relación de pareja. Algunos mitos se transfieren de generación en
generación (Ferreira,1980). La transmisión del mito se realiza de una manera encubierta, sobre todo a través
de comunicaciones analógicas pero también a través de formas verbales con mensajes del tipo: Así es como
hacemos las cosas en nuestra familia o No nos interesa lo que hacen las otras familias.
El mito actúa como una especie de termostato que entra en funcionamiento cada vez que las relaciones
familiares corren peligro de ser cuestionadas y desafiadas.
En la elección que uno hace de la pareja es posible que el mito juegue un papel importante de forma que dicha
elección esté mediatizada por el mito familiar.
El mito familiar tiende a formar parte de la visión interna de la familia y expresa la forma en cómo la familia
se percibe a sí misma desde dentro y no tanto por los demás.
Otra característica del mito familiar es que adjudica características rígidas a sus miembros de forma que los
roles quedan cristalizados. A estos roles, frecuentemente la familia adjudica contra − roles, de forma que las
diferencias entre los miembros quedan más claramente definidas. Así, una familia tiene claro quién es el
bueno y el malo, el frágil y el fuerte, el rebelde y el sumiso En este sentido los mitos tienen un valor de
economía de energía, debido a que la familia no tiene que estar planteándose constantemente quién tiene que
hacer qué: mito marca los caminos por donde uno debe y no debe transitar
Nicolo corigliano, 1990, señala que el mito no solo sirve para describir la realidad sino que enseña, mas bien,
de que modo ha de leersela.
Los mitos se desarrollan en familias sanas y en familas dis funcionales. La diferencia tiene que ver co el hecho
de que los mitos en las familias disfuncionales, por ser inalterables, no permiten la diferenciación individual
en sus miembros. El mensaje implicito es: o estas con nosotros o estas en contra de nosotros.
H. Stierlin,distinge tres tipos de mitos famlilares :
• Mitos de armonia.
• Mitos de disculpa.
• Mitos de rescate.
• Simon y cols.1988
CRISIS FAMILIARES
Se entiende por crisis una fase peligrosa de la cual puede resultar algo beneficioso o algo perjudicial para la
persona que la experimenta.
Por tanto, la crisis en una época de transición o cambio, propio de una situación de conflicto e inestabilidad.
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La crisis marca una discontinuidad profunda. En términos sistémicos se produce una crisis cuando una tensión
afecta a un sistema y dicho sistema requiere de un cambio que se aparta del repertorio habitual de conductas:
el sistema, entonces, ha entrado en crisis.
Parece ser que en chino el concepto de crisis se representa con los ideogramas de peligro y oportunidad.
La crisis sería una oportunidad peligrosa, ya que cuando hay una crisis las cosas pueden mejorar o empeorar,
pero inevitablemente cambiarán.
También podríamos ver la crisis como esa situación en la que lo antiguo ya no sirve y lo nuevo aún no ha
llegado
Según Caplan, es una perturbación de una situación estable que se caracteriza porque sobreviene de forma
repentina o inesperada, provocada por un acontecimiento estresante o precipitante, afectando a una persona o
grupo que hasta entonces tenía un adecuado nivel de funcionamiento, de manera que provoca un
desequilibrio.
Según María Moliner, es un momento en que se produce un cambio muy marcado en algo.
Desde el punto de vista relacional, es una reacción subjetiva a las tensiones de las experiencias de la vida, y
que afecta directamente al desarrollo y estabilidad de las personas, así como sus futuras relaciones. Esta
reacción subjetiva determinará el grado de tensión o de estresor.
En filosofía de la ciencia, y según la visión de Thomas Kuhn (1994), la crisis es una etapa previa y necesaria
para que surjan nuevas teorías y representa una fase de transición que hace progresar la ciencia por medio de
revoluciones.
Hay que diferenciar emergencia de crisis.
Por emergencia se entiende esa situación en la que uno tiene la sensación subjetiva de que necesita ayuda
externa para protegerse de un cambio no deseado.
En la emergencia ha conciencia de peligro y de catástrofe inminente.
Sin embargo, a veces ocurre que una persona se asusta ante un cambio y quiere impedirlo; eso hace que
experimente el estado de crisis como emergencia y quiera evitarlo pidiendo ayuda externa; de esa forma evita,
también, la oportunidad de evolucionar cualitativamente.
CLASIFICACIÓN DE LAS CRISIS
Las crisis se pueden clasificar en cuatro categorías.
Desgracias inesperadas
La característica más significativa de una desgracia inesperada es que la tensión que aparece es evidente y
justificada ya que se debe a causas ajenas a la familia.
Así, la muerte de un ser querido, el incendio de la casa o la pérdida de un boleto premiado, son desgracias
reales que difícilmente pueden preverse.
Por eso, no tiene sentido en este tipo de desgracias ni los sentimientos de culpa ni intentar poner remedio para
que no vuelva a ocurrir.
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Crisis de desarrollo
Las crisis de desarrollo tienen un carácter universal.
Estas crisis no tienen nada de único ya que casi todas las familias pasan por ellas.
Como por ejemplo: el matrimonio, el nacimiento de un hijo, el comienzo de la edad escolar, la emancipación
de un hijo, la jubilación, etc.
La familia debe desarrollar mecanismo de adaptación ante el tránsito de una etapa a otra del ciclo vital de
forma que maneje la crisis de manera funcional.
Estas crisis son esperables aunque no se puede hacer nada para que no ocurran.
Crisis estructurales
Las crisis estructurales están relacionadas con las tensiones internas de la familia. Son propias de las familias
disfuncionales.
Aparecen periódicamente de manera abrupta e intensa. El abordaje terapéutico resulta difícil ya que la familia
desarrolla la crisis como un mecanismo para que el cambio no se produzca.
Así, cuando en una familia hay un miembro con problemas de alcoholismo, o intentos de suicidio, o violencia
o fugas del hogar, etc. aparece la crisis tendiente a la que la estructura disfuncional de la familia no cambie.
Por eso, estas crisis pueden ir apareciendo durante décadas, con el consiguiente desgaste y sufrimiento
familiar, pero con el objetivo de que, por ejemplo, el matrimonio no aborde sus conflictos porque tal vez eso
conduciría a la separación, o que un hijo no se independice.
Crisis de desvalimiento
Cuando en una familia hay un miembro que es funcionalmente dependiente (discapacidad física o psíquica) y
que consigue que toda la familia esté atrapada dispensándole cuidados y atención, entonces se puede hablar de
crisis de desvalimiento.
La gravedad de este tipo de crisis depende de diversos factores.
Por ejemplo , será más grave si la ayuda que necesita el miembro dependiente son cuidados muy
especializados, si la ayuda es muy difícil de reemplazar o si la situación de incapacidad se ha producido
recientemente y la familia todavía se encuentra en la fase de no aceptación.
Las crisis que sobrevienen en las familias a causa de un miembro senil suelen ser muy traumáticas
FACTORES QUE PROVOCAN CRISIS
• Factores situacionales: cualquier acontecimiento que suceda en la vida de un individuo en relación al
medio social. Son imprevisibles y se escapan de nuestro dominio: enfermedad, hospitalización
Pueden hacer surgir nuevos roles o responsabilidades adicionales, o pueden hacer cambiar la forma de vida o
las relaciones con otras personas.
• Factores de desarrollo: Sentimientos de estrés que acompañan a las personas a lo largo de la vida y
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que hacen referencia a la evolución y a los diferentes estados madurativos de las personas y ciclos de vida.
• Factores ideológico"culturales: visión específica que la familia hace ante el hecho que le sucede.
FENÓMENOS QUE PUEDEN PROVOCAR CRISIS
• Fenómenos que provocan crisis situacionales: enfermedad, muerte, hospitalización, accidentes,
catástrofes (guerras, incendios), separaciones, divorcios, embarazos no deseados, cambios de status
socio económicos.
• Fenómenos de origen social y cultural: crisis por jubilación, crisis generacionales, conflictos
permanentes entre padres e hijos.
• Fenómenos que afectan al desarrollo y estabilidad del individuo: fenómenos que distorsionen las
aspiraciones de las personas.
• Fenómenos medioambientales en interacción con problemas de tipo psíquico: fracaso escolar,
absentismo laboral/ escolar, inadaptación laboral/escolar.
TIPOS DE CRISIS
• Crisis de desmembración: muerte de un miembro de la familia, hospitalización, separación.
• Crisis por accesión: embarazo no deseado, adopción, padrastro o madrastra, abuelos.
• Crisis por desmoralización: infidelidad, alcoholismo, delincuencia, falta de apoyo.
• Crisis por desmoralización con desmembración o accesión: divorcio, encarcelamiento, suicidio,
violación, hospitalización.
• Crisis que abarcan cambios de estatus: paro, enriquecimiento o empobrecimiento súbitos,
guerras,inundaciones.
FENÓMENOS EMOCIONALES QUE ACOMPAÑAN LAS CRISIS
En las crisis se activan una serie de mecanismos de defensa para protegernos de los sentimientos incómodos y
a veces insoportables.
Los sentimientos más frecuentes son la rabia, la angustia, el miedo y la culpa, y a menudo están
condicionados por creencias irracionales. Dependiendo de cómo se viva la situación de crisis,
se activarán más unos sentimientos que otros.
Los fenómenos emocionales más frecuentes que se dan en las crisis son:
Depresión: es uno de los fenómenos más frecuentes en la etapa desorganizada de la crisis. Reacciones
emotivas de tristeza y melancolía, no estando motivado para salir del problema. El cliente casi siempre
expresa su sentimiento, pero manifiesta su impotencia y desánimo para salir de esta situación.
Se encuentra apático, indiferente.
Miedo: es el temor ante lo que pueda deparar el futuro, no estando la mayoría de las veces ese temor fundado
en un motivo real, sino imaginario. Supone imaginar que una cadena de desgracias le va a suceder a partir de
ese momento, produciéndoles vivencias tales como preocupación, inseguridad,terror, asociados a la sensación
de miedo. Incluso va acompañada de síntomas físicos: respiración agitada o temblores. A veces no se es capaz
de manifestar verbalmente su miedo.
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Ira: es muy frecuente como reacción a las frustraciones y situaciones traumáticas en la vida de las
personas. Se manifiesta de forma muy clara. Suelen hablar con voz muy alta. Utilizan insultos, se
defienden sin haber sido acusados y prácticamente no escuchan al trabajador social. Éste debe
ayudarlos a situarse en planos de menos agitación emocional, aunque debe permitirles que puedan
desahogarse.
Ansiedad: es el estado de ánimo más frecuente. La persona se siente invadida por sentimientos difusos que le
impiden expresar con claridad sus problemas y la incapacidad para tomar decisiones. Es un estado de angustia
permanente, con síntomas tales como hiperemotividad, trastornos del sueño, decaimientose debe tranquilizar
al cliente y ayudarle a hablar.
CONCLUSIÓN
A pesar de que a la bibliografía recomendada no tuvimos un acceso directo,y el manual que encontramos nos
alejaba de nuestra pretensión, optamos por trabajar el concepto de crisis desde otras vertientes y con diferentes
fuentes de información.
Lo convertimos en un termino asequible y a medida que afianzábamos conceptos, nuestro rendimiento
aumentaba.
La cohesión con el grupo ha sido favorable, se elaboraron unas pautas de trabajo:
Búsqueda de información, puesta en común, asistencia...
Al principio nos costó entender el concepto de crisis ya que era muy ambiguo según el autor que lo definiera.
Estudiando los procesos familiares concluimos que el concepto es cotidiano y esta presente en toda nuestra
vida, y que las crisis pueden ser tanto positivas como negativas.
Creemos que las etapas del ciclo y los mitos familiares son la base principal del trabajo, pues si cuesta
entender en una familia la ruptura de un mito se puede romper el ciclo evolutivo y llegar a crear una crisis.
Remarcamos la importancia que tiene la familia como motor de la sociedad, que tenemos que cuidar y trabajar
conjuntamente para el beneficio individual y colectivo de la familia.
Esto seria posible con el replanteamiento de nuevas políticas sociales que asimilen los cambios en la sociedad
actual.
La cohesión entre familia y escuela, la conciliación del mundo laboral y familiar. Proyectar y fomentar un
núcleo familiar sano que adaptará esas transformaciones en nuevos valores y estructuras sociales.
BIBLIOGRAFÍA
www.acipresa.com
www.ucm.es
www.teletica.com
23
www.revista.consumer.es
http://www.geocities.com/HotSprings/6333/4causas.html#cuando
http://www.monografias.com/trabajos11/mcrisis/mcrisis.shtml#QUEES
http://www.geocities.com/HotSprings/6333/4causas.html#cuando
http://www.es−asi.com.ar/crisis
http://www.monografias.com/trabajos22/la−vida−no−sonrie/la−vida−no−sonrie.shtml?monosearch
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