Criminalidad en la República Dominicana

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LA CRIMINALIDAD EN LA REPÃ BLICA DOMINICANA
Indice
• Introducción
• Marco Teórico
• Conclusión
• BibliografÃ−a
Introducción
Si hemos de considerar seriamente esta cuestión a partir de la función de la investigación teórica, a veces
asociada a los grandes casos penales, o bien, sea en el plano de la docencia universitaria, y de la
institucionalización, donde encontramos un pobre escenario de una ciencia verdaderamente aberrada y
aplicada con injusticia, con gran responsabilidad el sistema educativo superior, en lo que actúan
profesionales mal informados y mal formados, además de carecer de una titilación, de una especialización
acreditada en CriminologÃ−a.
Si hemos de considerar todos estos aspectos, entonces con toda certeza no sabemos bien como es la
criminologÃ−a Dominicana. Frente a la comisión de una hecho delictivo, no solo en el burgo dominicano si
no lo que es mas alarmante, nuestras autoridades investigadoras y judiciales, asÃ− como los juzgadores, se
empeñan en demostrar y probar la relación casual entre en el que comete el hecho y la norma violada.
El acto nivel de criminalidad de nuestro paÃ−s.
Es el principal factor que suscita la toma de conciencia sobre este serio peligro social, y sobre la necesidad de
investigar en materia de criminologÃ−a. Sin cesar la criminalidad varÃ−a en sus manifestaciones, tanto
cuantitativamente como cualitativamente. Esta amenaza no se divisa bien entre nosotros a no ser por la forma
en que se concitan conjuntamente, pero por separado, en los medios de comunicación en la opinión
pública y la policÃ−a, en la lucha frente a la criminalidad hace falta la organización de la investigaciones
criminologÃ−a, por que de lo contrario esta estarÃ−a revelándonos una cierta inmovilidad social.
Ahora bien, es claro que dicha competencia debe recaer en la apertura de un instituto nacional de
criminologÃ−a, tal como fuera fundado en el año 1942, en Santo Domingo, siguiendo los lineamientos de la
época de estudiar al delincuente, según los postulados del positivismo europeo. El mismo que estuvo a
cargo de Gustavo MejÃ−a Ricard, debuto en más de una vez en los congresos Latinoamericano. No sabemos
nada sobre este instituto, ni por que razón fue echado al olvido y zozobro en el vació de la investigación.
Aunque en el año 1987, varias décadas después una institución parecida, es conducida, por el Dr.
José Silié Gatón, adscrita a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Sin embargo no se compara con un verdadero instituto de la Ciencias Criminologicas; en realidad no lo es.
Por que no ejecuta acciones que influyan en cuanto a la calidad de la docencia Universitaria, mejorando su
programa o capacitando sus docentes, ni investiga en la forma multiprofesional, de la criminologÃ−a
analÃ−stica que determina datos y estadÃ−sticas.
Tampoco poseen recursos humanos calificados ni mantienen relaciones reales con otras organizaciones. Entre
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todos los profesionales abogados consultados sobre el funcionamiento de este instituto existe un consenso de
no aceptaciones.
En la República Dominicana existen unas pocos instituciones, relacionadas con la Ciencia CriminologiÃ−ta
y, técnicamente, dos organismos de investigación criminológicas. En primer lugar, este “Instituto de
CriminologÃ−a”, ya citado perteneciente a la Universidad del Estado y vinculado al sistema educativo
superior que ha ejercido, hasta ahora, su función, a través de los congresos internacionales y cursos
especializados que realizan periódicamente.
En segundo lugar está la Escuela de Investigaciones criminales de la PolicÃ−a Nacional sin carácter
abierto a los especialista de la criminologÃ−a e interesados de la sociedad civil.
Debemos creer claro, esta, que no son conocidas las funciones que persiguen o de si, en realidad, constituye
una escuela de estudio verdaderamente criminológica, en el sentido amplio de la extensión.
Ambos son organismos públicos, porque en materia de investigación criminológica no contamos en
nuestro paÃ−s con organismos privados, como es común en otros paÃ−ses (Aunque éstos no deben
confundirse con los bereaux de investigadores privados).
Ambas instituciones son menos centros de investigaciones que centros de estudios. Pero hay que subrayar que
desde el inicio, el Instituto de CriminologÃ−a ha desarrollado congresos internacionales con alta vocación
interdisciplinaria, es todo lo que contamos.
La CriminologÃ−a es una disciplina del conjunto de las ciencias positivas; es decir, que su objeto de estudio
mantiene una estrecha dependencia con la experiencia del individuo particular, asÃ− como de la población
general. Es, por lo tanto, una ciencia descriptiva y concetualizadora de la realidad que constituye el delito.
Pero mas lo es como especulación del crimen, producto de nuestra inteligencia, en la que hacemos del
fenómeno de la deficiencia un conjunto de teorÃ−as relativas al hombre y a la sociedad.
Sin embargo, la criminologÃ−a (SociologÃ−a el delito, disciplina nueva, que estudia lo que el delito tiene de
“ser”, sus causaciones y todos los fenómenos y favores que desentrañan la criminalidad natural, judicial y
social, hoy por hoy, no se enseña en todas las universidades de nuestro paÃ−s. Hasta hace poco, igual
situación acaecÃ−a en otros paÃ−ses latinoamericanos, exceptuando Argentina, Brasil, México y
Venezuela, donde la criminologÃ−a resurgió casi al unÃ−sono, y, donde la enseñanza de esta materia es
ya una tradición. Ignoto lo que ocurre en otros paÃ−ses del Caribe.
En nuestro paÃ−s, la criminologÃ−a suele enseñarse solamente en algunas facultades de derecho, y
últimamente sus contenidos son utilizados en cursos extracurriculares para seminarios, diplomados y
post-grados.
Nota: Rosa del Olmo, señala en su maravillosa obra “América Latina y su CriminologÃ−a”. En el 1987
los hechos que permitieron el desarrollo y la evolución experimentados por la criminologÃ−a de paÃ−ses
europeos. El fracaso de la criminologÃ−a y su desaparición en nuestros paÃ−ses para dar lugar a una
represión directa por parte del estado, esta ocurriendo en la actualidad. Tal caso podrÃ−a ser la realidad de la
criminologÃ−a en la República Dominica.
CriminologÃ−as y Criminólogos
De la criminologÃ−a que hoy se difunde en las facultades de derecho (ninguna otra facultad enseña esta
disciplina en nuestro paÃ−s) debemos clasificar las tendencias criminológicas de mayor importancia, si bien
las escuelas de las criminologÃ−as conocidas, “Todas son discutibles” y resulta verdaderamente excesivo
tratarlas aquÃ− en sus fundamentos esenciales, con sus innúmeros representantes. Nos limitaremos, pues, a
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desarrollar sólo algunas escuelas de las llamadas de orientación positiva, y ya dentro de las vertientes
modernas, nos referiremos a las teorÃ−as o escuela más conflictivas y relevantes, como fueron, y
continúan siendo en la actualidad, la corriente critica-radical de corte materialista y ortodoxa (Inglaterra,
década de los 50), la criminologÃ−a antropológica europea y la criminologÃ−a sociológica
norteamericana, en la que encontramos toda una revolución cientÃ−fica en el ámbito de la sociologÃ−a
criminológica.
De la escuela Criminológica clásica, caracterizada por el más absoluto indeterminismo en cuento a la
voluntad de los ciudadanos libres de cometer delitos, citamos a las figuras clásicas del marqués de
Beccaria, Anselmo Von Feverbach y Jheremy Bentham. Ellos representan la Teórica del pacto social
establecido, muy propio del movimiento de la Ilustración sobre la que se desarrolló esta teorÃ−a, a finales
del siglo XVIII y principio del siglo XIX. Pero no trataremos aquÃ− ninguno de sus contenidos
caracterÃ−sticos.
En primer lugar, iniciando en la lÃ−nea de los primeros investigadores de la criminologÃ−a, nos encontramos
con las teorÃ−as basadas en los factores antropológicos del fenómeno de la delincuencia y que, justamente,
corresponden a los fundadores de la criminologÃ−a positivista: Lombroso, que explica la delincuencia
congénita mediante el atavismo, la locura moral y la epilepsia (carácter tÃ−pico de la criminologÃ−a).
Cierto es que estas teorÃ−as no se distinguen mucho unas de otras, dado que no se pone el acento en la
categorÃ−a “delito”, sino en la figura del “delincuente”; resaltamos, no obstante, la importancia de que fue la
escuela italiana, de la primera generación de las escuela clásicas, impulsadas posteriormente, la que
concibió, y desarrolló la idea de la criminalidad (muy junto a la idea de la degeneración, de anormalidad y
de patologÃ−a del hombre criminal) en el sentido cientÃ−fico, primero que cualquier otra “hipótesis de
trabajo, de los agregados biológicos - social en la ciencia penal.
En segundo lugar, le suceden los movimientos cientÃ−ficos que darÃ−an pie a un encuentro de la teorÃ−a de
la criminalidad con el pensamiento penal; reaccionaron a esta criminologÃ−a etiologÃ−a, por decirlo asÃ−
(léase antropologÃ−a criminal), incluso con matiz antilombrosiano, la escuela francesa dirigida por
Laccasagne, y luego representada por figuras de la talla de Gabriel Tarde (véase especÃ−ficamente en la
obra:
La Phiolosophie Penale), Paúl Topinard y Manouvrier; y la escuela alemana, bajo la dirección de Franz voz
Liszt, profesor austriaco de derecho penal de la Universidad de BerlÃ−n, autor de un célebre Programa
donde planteaba la necesidad de asistir con otras ciencias auxiliares el viejo derecho penal clásico
(Marburgo, 1882).
Estas ciencias auxiliares son ya conocidas entre nosotros, y algunas de ellas surgieron entre 1909 y 1934,
fecha en que murieron el primero y el último de los primeros partidarios de la criminologÃ−a; son la
Herencia Criminal (Langle, Stumpel), la Genética (aunque creada por J. G. Mendel, en 1856, no fue sino en
el año de 1956 cuando se precisó el número exacto de los cromosomas en el ser humano y se
multiplicaron sus estudios a favor de la criminologÃ−a), la EndocrinologÃ−a (Cuyos estudios irrumpieron en
la criminologÃ−a en la década de los 20-30 del siglo XX) la BiotipologÃ−a Criminal (Exner, Mezger y los
esposos Glueck), la CaracteriologÃ−a Criminal (Ernst Kretschmer, René le Senne) y el Psicoloanálista
(fundado por Sigmund FreÃ−d en 1900; con los aportes de Theodor Reik Hugo Straub, Franz Alexander,
Daniel Lagache y Lúis Jiménez de Asúa), entre otros personales.
Este movimiento de la ciencia jurÃ−dico-penal se extendió por mas de 30 años y sus contenidos sirvieron
de base teórica para la fundamentación de la Defensa Social naciente, en la que importaba, además de las
penas, las medidas educativo-curativas de la institución encargada de hacer cumplir las penas, basado en el
estudio de la personalidad del delincuente.
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Quedaba atrás el positivismo y “la clasificación rÃ−gida de los deficientes en tipos, se subraya a partir de
ahora, (el subrayado es nuestro) la individualidad de la personalidad humana con sus nuevos valores; se
aprecia el deber de la sociedad hacia los delincuentes, tratando de establecer el equilibrio entre éste y la
sociedad, negándose emplear medidas de seguridad como simples instrumentos administrativos”.
Es claro, sin embargo, hacer notar que la ideologÃ−a de la Defensa Social representó un modelo de ciencia
penal y clásica del pensamiento criminológico que muy propiciamente se definÃ−a como un sistema más
polÃ−tico que cientÃ−fico.
AquÃ− destacamos a dos personalidades del movimiento de la defensa social creado en 1947; Filippo
Gramática, su creador, y más tarde Marc Ancel, fundador de la “Nouvelle Défense Sociale”, en 1949,
exponÃ−a los principios que concitaron la atención en cuanto a la responsabilidad del Estado con respeto al
crimen, al criminal y al sistema de penalidad. Citamos dichos principios, muy brevemente;
• Principio de Legitimidad: Corresponde a la sociedad, a través del Estado, reprimir la criminalidad, de la
que determinados individuos son reconocidos responsables, mediante penas y medidas legales del control
social;
• Principio del Bien y del mal; El delito es una ofensa a toda la sociedad y el criminal es su enemigo;
• Principio de culpabilidad: la condición de culpable es establecida por las normas legales, además de las
normas morales de la sociedad;
• Principio del fin o de la prevención; La función de la pena no es la de reprimir los delitos sino la
prevenirlos;
VictimologÃ−a de la CriminologÃ−a
A simple vista debemos entender por victimologÃ−a la ciencia de todas las clases de vÃ−ctimas
(victimologÃ−a general), la violencia ejercida contra los menores, los enférmenos mentales
(victimologÃ−a especial) las vÃ−ctimas incluidas en los desastres naturales, la violencia ciudadana,
incluyendo la violencia doméstica (victimologÃ−a de los derechos humanos) y las victimas de los delitos y
del sistema penitenciario (victimologÃ−a penal).
En la actualidad, la victimologÃ−a ha sido reducida sólo a las vÃ−ctimas de los delitos, pero la amplitud de
su ámbito alcanza a las vÃ−ctimas sociales, que son la mayorÃ−a.
En las ciencias penales, la victimologÃ−a opera como un auxiliar, como una criminologÃ−a de las
vÃ−ctimas, tal como ésta se constituye un auxiliar del derecho penal. Ella agrega al estudio de la
criminologÃ−a el rol de las vÃ−ctimas, en que la relación de ambos está integrada activamente en el
mecanismo del acto del infractor o del deficiente; tambien estudia los factores que provocan la existencia de
las vÃ−ctimas, y eso incluye aquellas vÃ−ctimas que actúan como culpables y responsables, en sentido
general. Su arribo tardÃ−o como ciencia y como arte ocurre en la década de los 40, y representa un
verdadero movimiento dentro de la criminologÃ−a.
Sus fundadores, judÃ−os, acusan en sus vidas sufrimientos, desarraigos, persecuciones y discriminaciones de
todo tipo. Ellos son: Stephen Schafel (RumanÃ−a), Hans von Henting (Alemania), Ezzat Fattah (India), Israel
Drapkin (Chile), entre otros. El creador del movimiento es Beniamin Mendelshon, un diminuto y tÃ−mido
judÃ−o de muy baja estatura (RumanÃ−a). El vocablo VictimologÃ−a fue acuñado por Benianim
Mendelshon a raÃ−z de sus trabajos públicados en 1937; en 1940 dio a conocer su primer trabajo: Nuevos
horizontes biopsicosociales; La VictimologÃ−a.
La VictomologÃ−a es el estudio cientÃ−fico de las vÃ−ctimas, de las tipologÃ−a de victimas, y de la
victimidad” o victimización; éste último concepto general pertenece a Mendelshon y se define como un
fenómeno especifico que caracteriza todas las categorÃ−as de victimas, cualquiera que sea la causa de su
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actuación”, “estudia todos los fenómenos que promovan la existencia de vÃ−ctimas en la medida que
tienen alguna relación con la sociedad”.
En la primera definición de vÃ−ctima existe toda una gama de individuos que inciden integralmente en la
realidad del delito: desde vÃ−ctimas inocentes hasta responsables, pasando por otra gama diversa de especies
victÃ−males.
En la policiologÃ−a cientÃ−fica existe un axioma de común uso que dice que en un crimen cometido el
primer sospechoso es la victima; es decir, el primer objeto de investigación de un crimen. No es en vano
existe este dicho. La vÃ−ctima no se separa del citimario, aún en los casos más extraños podemos
encontrar el patrón psicológico entre uno y otro. Es por ello que de desde el principio, esta ciencia trato de
establecer los procesos personales y sociales que tienen que ver con la victimización.
Se vive la violencia tanto como se habla de ella. A lo largo de toda su historia, la violencia secular ha
mantenido a todos y a cada unos de los seres humanos atentos, unidos y asustados; todos estamos atrapados en
el decurso de la violencia. Ella está entre los grandes temas del hombre, como la injusticia social, la
impunidad, la corrupción , el desempleo, los grandes problemas de salud, como el Sida, el consumo de
estupefacientes, de pegamentos, la familia, la sexualidad, etc. Esta violencia secular toma fuerza y se
engrandece, pues son muchos los que sacan ventaja de ella; sus consecuencias para el hombre, son
gravÃ−simas.
La más común de estas consecuencias la percibimos en la forma de asesinatos, sobre todo en personas
jóvenes; la delincuencia en la forma de bandas juveniles; la corrupción de los gobiernos, en la que la
justicia afecta seriamente el orden social cuando permite la impunidad, entre otras.
Y finalmente, esta la criminologÃ−a clÃ−nica, que además fue la primera forma de la criminologÃ−a que
apareció en América Latina (José Ingenieros 1906), con la doble función de diagnostico clÃ−nico y de
Instituto de CriminologÃ−a, en 1907 (Servicio de Observación de Alienados, trasformado luego en el
Instituto de CriminologÃ−a), Benigno Di Tullio (Italia), en su ya clásico y archiconocido Tratado de
AntropologÃ−a Criminal y el gran maestro Jean Pinatel (Francia), a quien ya hemos citado y que hemos
estudiado en su tratado General de CriminologÃ−a (editado) en español por la Universidad Central de
Venezuela, 1984). Esta ha sido, sin lugar a dudas de ninguna Ã−ndole, la época de mayor avance para el
desarrollo de la criminologÃ−a contemporánea. En cuanto a la bibliografÃ−a de la criminologÃ−a, que en
general es inabarcable, sobre todo en los paÃ−ses hispanoamericanos.
Conclusión
Creo que nuestra violencia delictiva puede discutirse de las más disÃ−miles maneras. Puede ser como un
problema de principios en la que representa una rebeldÃ−a contra las estructuras sociales y polÃ−ticas que
alcanza al hombre produciendo un mal generalizado; tiempo e de verse como un problema del medio social, si
este fracasa o triunfa en cuanto a las aspiraciones ciudadanas. AquÃ− se suelen plantear el problema de las
causas, del por que, que es el problema de la eficacia, si somos eficaces en la causa de la violencia.
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Tema:
La Criminalidad.
Asignatura:
SociologÃ−a JurÃ−dica
Santo Domingo, D.N.
30 de Marzo del 2008.
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