Protección de Datos personales en las Redes Digitales. Autor

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PROTECCIÓN DE DATOS PERSONALES
EN LAS REDES SOCIALES DIGITALES:
EN PARTICULAR DE NIÑOS Y
ADOLESCENTES.
1.-Introducción
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El Memorándum de Montevideo vio la luz después de la elaboración de un Informe de
Investigación de Chantal Bernier. La autora es Licenciada en Derecho Civil por la
Universidad de Sherbrooke y cuenta con una maestría en Derecho Público Internacional de
la Universidad de Londres y ocupa el cargo de Comisionada Adjunta de Protección de los
Datos Personales de Canadá en la Oficina de Privacidad.
Al respecto, el Memorándum de Montevideo es el resultado del trabajo de un grupo
de personas, algunas de ellas representantes de instituciones Públicas y Privadas,
como:
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El Instituto de Investigaciones para la Justicia (II-Justicia).
El Instituto Federal de Acceso a la Información de México (IFAI).
La Agencia de Protección de Datos de Uruguay.
La Agencia de Protección de Datos de Cataluña.
La Agencia (Comisariado) de Protección de Datos de Canadá.
La Secretaría Especial de Derechos Humanos de Brasil.
UNICEF.
Instituto Interamericano de Derechos del Niño.
Jueces de Infancia y Académicos en tecnologías de la información, derechos
humanos y derechos de la infancia y adolescencia, con el apoyo del Centro
Internacional de Investigaciones para el Desarrollo de Canadá (IDRC).
La experiencia de la Comisionada en la investigación relativa a Facebook contribuyó a la
elaboración del Memorándum de Montevideo para reflejar en dicho documento la
modificación de los parámetros de confidencialidad de Facebook en todo el mundo. El
compromiso emanaba del reconocimiento a las dimensiones internacionales de la protección
de los datos personales en la era digital, la importancia de los desafíos a la protección de los
datos personales de los más jóvenes en Internet y la urgencia de elaborar marcos
normativos que puedan orientar a los Estados y las empresas en sus esfuerzos para
responder a esos desafíos.
2- Importancia del Memorándum de Montevideo
La importancia del Memorándum de Montevideo se puede resumir en cuatro puntos, a
saber:
2.1. La base empírica del Memorándum de Montevideo
El Memorándum de Montevideo es fruto de investigaciones sociales y jurídicas exhaustivas.
El punto de partida para la creación de este documento de referencia procede de una
investigación aplicada que contó con el apoyo de encuentros con grupos de jóvenes en los
que se examinaron sus costumbres, usos, actitudes y experiencias acerca de Internet, así
como sus expectativas con respecto a la protección de sus datos personales. Así pues, la
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elaboración de este documento de referencia sobre las políticas, medidas y normas que
deben regir la protección de los jóvenes en Internet se benefició de datos empíricos sólidos
y exhaustivos para identificar los desafíos reales que deben superarse. Como resultado de
ello, las disposiciones del Memorándum proponen medidas que responden de forma
adecuada al contexto real de las actividades y a los riesgos en las redes sociales para los
jóvenes en la región iberoamericana.
2.2. Un marco normativo claro, pertinente y exhaustivo
A partir del análisis empírico de los riesgos, aunque también de las oportunidades del
fenómeno social en Internet en la región iberoamericana, se elaboró un marco normativo.
Por consiguiente, el Memorándum de Montevideo fue concebido para responder a la
realidad social, cultural y jurídica de la región iberoamericana. El resultado es un documento
que responde a los imperativos sociales y jurídicos de la región, y ofrece un marco
normativo fundamentado en principios de derecho y en su sistema jurídico.
2.3. Una estructura centrada de forma eficaz en los principales actores
El Memorándum de Montevideo ha identificado a los principales actores responsables de la
protección de datos personales de los jóvenes en Internet; a saber; las autoridades
educativas, las autoridades de políticas públicas, las autoridades legislativas y las empresas
de la industria de Internet. La responsabilidad de los actores se define en el artículo 16 de la
Convención sobre los derechos del niño, que estipula lo siguiente:
 Ningún niño será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o
su correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra y a su reputación.
 El niño tiene derecho a la protección de la ley contra esas injerencias o ataques.
2.4. El rigor jurídico
El Memorándum de Montevideo es un marco de referencia único y esencial para los
procesos de toma de decisiones, ya sea con relación a la elaboración de medidas sociales,
políticas, legislativas o comerciales, o respecto al desarrollo de nuevas aplicaciones
tecnológicas. Las disposiciones del documento constituyen una guía para la integración de
la protección de los datos personales de los jóvenes en Internet.
Ante el impresionante auge de las actividades de los jóvenes en Internet, documentadas por
estadísticas que revelan que más del 90% de los jóvenes de entre 12 y 17 años están en
línea, y ante la incidencia creciente de intrusiones, ya sea con fines comerciales o
criminales, las medidas propuestas por el Memorándum de Montevideo se imponen como
una necesidad urgente.
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Vivimos en la era digital, en donde gracias al avance de las tecnologías de la información,
Internet se ha convertido en un medio de comunicación esencial, al punto que forma parte
ya del desarrollo de nuestras actividades cotidianas. Son muchas las ventajas que Internet
ofrece; es un recurso educativo que permite incrementar nuestros conocimientos y acceder
rápidamente a información que hace apenas unos lustros resultaba prácticamente
inimaginable.
Asimismo las redes sociales en Internet han devenido herramientas de
comunicación multifuncionales, que nos permiten entrar en contacto con personas de todo el
mundo y compartir experiencias. Es así como, las redes sociales permiten obtener,
almacenar y transmitir un sin número de datos, documentos, fotografías, videos, música –
entre otros–, y el acceso a éstos es muy sencillo, con simplemente un clic.
Sin lugar a duda, las redes sociales han significado una revolución en la forma de
comunicarnos, y son los jóvenes, los adolescentes y también los niños los usuarios más
frecuentes, porque encuentran en ellas oportunidades de conocimiento, de entretenimiento,
de diversión y también de socialización, ya que con frecuencia para formar parte de estas
redes hay que registrar un perfil del usuario al que después se invita a pertenecer a amigos
y conocidos, formándose así un complejo tejido de relaciones sociales, que si bien ofrece
una atractiva interacción, los expone a una serie de riesgos.
Esta exposición constante y pública de la información en las redes sociales que implica
ciertos peligros, es particularmente importante cuando es relativa a los menores de edad,
porque pueden acceder a contenidos de información que no son pertinentes para su edad o
entrar en contacto con personas que explotan su información; esa información que circula
con gran fluidez pudiendo ser objeto de discriminación, de difamación, de violencia
psicológica e incluso de acoso sexual o pornografía. Todos estos riesgos pueden dañar el
desarrollo integral del niño y del adolescente.
Frente a la vulnerabilidad de los menores de edad en estas nuevas formas de convivencia
social a través de las redes sociales en Internet, el derecho no puede quedarse rezagado.
Internet es un espacio lleno de oportunidades, especialmente para los jóvenes, y en
consecuencia, debe existir un balance entre el despliegue de la libertad de expresión y la
protección de su dignidad como personas, ya que ellos tienen una expectativa razonable de
privacidad al compartir su información con otros en los ambientes digitales.
El Internet es un espacio que nos brinda grandes libertades, y por esa razón exige grandes
responsabilidades del adulto que está cerca del menor, y de los propios niños, niñas y
adolescentes.
El papel del Estado es garantizar la convivencia y el balance adecuado entre ambos
derechos, es decir, de la libertad de expresión y de la protección a los derechos de la
privacidad, estableciendo con claridad que el Internet no es un espacio sin ley. En
consecuencia, el propósito de las autoridades de protección de datos y otras instituciones
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deberá ser el de garantizar una navegación segura a través de un conjunto de normas y
políticas públicas que fomenten el pleno conocimiento de las consecuencias que conlleva la
participación en redes sociales.
Se pretende que el Estado logre que la industria de las redes sociales se responsabilice de
que el servicio que ofrece alerte y proteja a los usuarios frente a invasiones indebidas o
ilegales a su vida privada.
El “Memorándum sobre la protección de datos personales y la vida privada en las redes
sociales en Internet, en particular de niños, niñas y adolescentes” referido también como
Memorándum de Montevideo, contiene una serie de recomendaciones dirigidas a
organismos gubernamentales, a legisladores, a jueces, pero también a la sociedad y a la
industria de las redes sociales, para que en el ámbito de sus respectivas competencias, se
comprometan a trabajar a favor de la protección de los menores y de sus datos.
Atento que Internet no tiene fronteras y, en este sentido se requiere de un esfuerzo conjunto
sin límites, el 3 de diciembre de 2009 se presentó el Memorándum de Montevideo en la
Ciudad de Méjico, congregando a los representantes de la industria, medios de
comunicación, legisladores, jueces, padres de familia, organizaciones de la sociedad civil y
autoridades en educación, con el objeto de fomentar el diálogo, definir las estrategias y
alentar a la adopción de políticas públicas encaminadas a la protección de los menores en
Internet.
Algunos de los riesgos asociados al Internet que se han identificado son: uso abusivo y
adicción, vulneración de derechos de propiedad industrial o intelectual, acceso a contenidos
inapropiados, interacción y acecho por otras personas, ciberbullying, grooming, acoso
sexual, amenazas a la privacidad, riesgo económico y fraude, riesgos técnicos y malware,
etc.
Muchas de estas amenazas pueden ser provocadas por los mismos niños, niñas y
adolescentes que -como usuarios- pueden vulnerar derechos de otros, afectar la integridad
personal, violentar la intimidad, transgredir derechos de propiedad, etc.
Un estudio del Observatorio para la Seguridad de la Información, de marzo del 2009, da
cuenta de una sustancial diferencia entre el uso adulto y el de los niños, niñas y
adolescentes; mientras los primeros usan Internet con una finalidad, es decir – “para algo”,
los niños, niñas y adolescentes reportan un uso más natural, es decir, están en Internet, lo
utilizan para estudiar, para charlar o para escuchar música: “Internet constituye una
herramienta básica de relación social e identidad”.
El estudio citado demuestra que los adultos sobre estimamos la incidencia de algunos
riesgos (ciberbullying), acoso sexual, violación a la privacidad) y minimizamos los más
frecuentes (riesgos técnicos), existiendo un elemento común entre adultos y niños, niñas y
adolescentes: no saben cómo enfrentar las amenazas cuando se producen.
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El Memorándum declara que su “referente normativo fundamental” es la Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño (CDN), a partir del hecho de que todos los
países de la región la han ratificado y por tanto refleja un ‘consenso’ en la materia.
A partir de este reconocimiento se puede identificar que el documento se sostiene en cinco
principios, por tanto todas sus recomendaciones se derivan de ellos, a saber:
1. Un enfoque de derechos que se refleja en lo siguiente:
 Reconocer que niñas, niños y adolescentes son titulares de todos los derechos
humanos;
 La obligación de tomar en cuenta las opiniones de niños, niñas y adolescentes en
función de su edad y madurez;
 El derecho a una protección especial en aquellas situaciones que resulten
perjudiciales para sus derechos (en particular su desarrollo integral) y,
 El reconocimiento del principio del interés superior, no como una cláusula que
permite la discrecionalidad adulta para la restricción de los derechos, sino como una
formula que obliga a promover su respeto y garantía en un marco de estricta
ponderación de los beneficios que las medidas que se tomen, especialmente
aquellas de carácter restrictivo, tengan en los derechos.
2. La responsabilidad compartida del Estado, la sociedad civil y la familia:
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Asegurando un protagonismo de la familia en la guía del ejercicio de sus derechos.
El rol específico del Estado.
Un reconocimiento del papel de la sociedad civil y los Organismos multilaterales.
La responsabilidad de la “industria”, como se ha llamado a los proveedores de los
servicios.
3. Un enfoque fundamentalmente preventivo y educativo, dejando en claro la necesidad de
erradicar ciertas prácticas intolerables como la pornografía infantil en Internet.
4. Un definitivo “si” a la tecnología y los beneficios aparejados a ella, lo que se refleja en la
necesidad de:
 Extender los aspectos positivos de la Sociedad de la Información y Conocimiento (el
Internet, las redes sociales);
 Aceptar que es necesario enfrentar las prácticas perjudiciales, los riesgos y los
impactos perjudiciales para el desarrollo y derechos de los niños, niñas y
adolescentes.
5. Un reconocimiento de las particularidades de género y de las provenientes de la rica
diversidad cultural en América Latina.
3. Recomendaciones
Las recomendaciones que se formula en el documento, se agrupan en cinco ámbitos:
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3.1. Recomendaciones en el ámbito de la prevención
A los niños, niñas y adolescentes se les debe formar, en un lenguaje fácil, que permita la
comprensión del espíritu de la protección de la vida privada de ellos y los demás, en: el uso
responsable y seguro del Internet y las redes sociales digitales; en que Internet es un
espacio con normas y que las acciones allí tienen consecuencias, en particular debe
hacérseles conocer que: la distribución de pornografía, el acoso, la discriminación, la
promoción del odio racial, la difamación, la violencia son ilegales y penados por la ley; en el
respeto a la vida privada, buen nombre e intimidad de terceras personas; en las posibles
responsabilidades civiles, penales o administrativas derivadas del uso abusivo del Internet;
debe formarse a niños, niñas y adolescentes en el uso responsable y seguro del Internet, en
particular sobre las políticas de privacidad, seguridad y de alertas de las distintas redes y en
la “incertidumbre” que rodea a la veracidad de la información y a buscar y discriminar las
fuentes; y, debe recordarse que el uso de seudónimos es aceptado, siempre que estos no
sirvan para engañar o confundir sobre la identidad real, pero debe informarse sobre los
riesgos de ser engañados sobre la identidad de otra persona y los robos o la suplantación
de identidad.
El proceso de promoción y educación sobre la Sociedad de Información y el Conocimiento,
el uso seguro y responsable del Internet y las redes sociales debe ser permanente, para ello
debe: incluirse en los planes educativos de todos los niveles; los docentes deben ser
formados en estos temas. Las autoridades educativas –con el apoyo de las autoridades de
protección de datos, académicos, organizaciones de la sociedad civil- deben asistirlos; debe
establecerse –en los centros educativos- mecanismos para que los niños, niñas y
adolescentes resuelvan los conflictos derivados del uso del Internet y las redes sociales.
3.2. Recomendaciones para el marco legal
Existe un lento avance del marco legal en relación al desarrollo de nuevas aplicaciones y el
avance de la tecnología, pero los vacíos deberían ser enfrentados usando los principios
constitucionales compatibles con estos temas.
Debe existir una normativa que asegure la protección de los datos personales y la aplicación
efectiva de los mecanismos, dando prioridad a los niños, niñas y adolescentes.
La protección de los datos personales requiere del desarrollo de una normativa nacional,
aplicable al sector público y privado, que contenga los derechos y principios básicos,
reconocidos internacionalmente, y los mecanismos para la aplicación efectiva de la misma.
3.3. Recomendaciones para la aplicación de la ley por parte de los Estados
Se reconoce el rol relevante que pueden cumplir los sistemas judiciales para asegurar el
buen uso de Internet y las redes sociales. Experiencias recientes demuestran que pueden
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cumplir un doble rol: restaurar los derechos vulnerados; y, enviar un mensaje claro a
ciudadanos y empresas sobre la voluntad de aplicar las normas y los principios.
Para esto se debe garantizar:
 La existencia de procedimientos sencillos, ágiles y de fácil acceso, en donde
estas causas se tramiten con prioridad;
 Fomentar la especialidad en el juzgamiento de la protección de datos,
promoviendo el desarrollo de la capacidad de los actores jurídicos;
 Crear canales de comunicación para que niñas, niños y adolescentes puedan
presentar denuncias; y,
 Difundir ampliamente los fallos y crear bases de datos que los recopilen.
3.4. Recomendaciones en materia de políticas públicas
En el documento se recomienda el establecimiento de:
 Mecanismos de respuesta para las víctimas de abusos y sistemas de información
para que niñas, niños y adolescentes tengan preocupaciones por su seguridad y
derechos, reciban asesoría y apoyo rápido;
 Se deben elaborar protocolos para canalizar las denuncias sobre contenidos ilegales;
 Crear mecanismos –nacionales e internacionales- para compartir y procesar
información reportada sobre los eventos denunciados para establecer formas de
protección temprana en base a los riesgos detectados;
 Promover la sensibilización y divulgación de información pública sobre estos temas;
 Promover mayor participación en las acciones de difusión y sensibilización;
 Impulsar el desarrollo de un conocimiento especializado en la materia y de
investigación para formular políticas adecuadas.
3.5. Recomendaciones para la industria
En el Memorándum se reconoce la importancia central que tiene industria –proveedores de
acceso, desarrolladores de aplicaciones y de redes sociales- en las medidas a tomarse en la
prevención, en la cooperación con las autoridades y en las medidas de protección.
En el campo del manejo y protección de datos debe considerarse lo siguiente:
 La protección de la vida privada debe ser la característica por defecto de todos los
sistemas, las reglas sobre este tema deben ser explícitas sencillas y claras, en un
lenguaje adecuado;
 Los cambios de los perfiles de privacidad deben ser sencillos y gratuitos;
 Los “parámetros de privacidad” deben estar disponibles siempre y advertirse sobre
los que se han preseleccionado, asegurando que la opción sea la privacidad;
 No deben recopilarse los datos personales de niños y niñas;
 No debe permitirse la recopilación, tratamiento, difusión, publicación o trasmisión a
terceros de datos personales, sin autorización expresa del titular.
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 Los sistemas deben tener formas de acceso a la información, rectificación y
eliminación de datos personales, para usuarios y no usuarios, en particular deben
contar con: políticas accesibles sobre conservación de datos personales entre los
que debe constar la eliminación , luego de un tiempo, de los mismos luego de que
alguien desactive la cuenta;
 Nunca se debe recopilar o mantener datos de no usuarios;
 Las opciones para desactivar o suprimir cuentas deben ser visibles;
 Debe limitarse el acceso a los datos personales de parte de terceros proveedores de
aplicaciones y evitar cualquier solicitud de datos no necesarios para el
funcionamiento de las aplicaciones;
 Los terceros solamente deberían acceder a los datos personales con autorización
expresa del titular;
 Es necesario que todos los servicios establezcan filtros de seguridad y medidas de
índole técnica y operativa para garantizar la seguridad de la información, en
particular la disponibilidad y confidencialidad.
 La industria debe comprometerse a notificar a las autoridades cualquier ocurrencia
de pornografía infantil;
 Respetar de manera irrestricta las legislaciones nacionales sobre crímenes
cibernéticos;
 Reformular servicios de atención a clientes y usuarios para dar respuesta a todas las
reclamaciones generadas por la creación de comunidades falsas u ofensivas;
 Desarrollar tecnologías eficientes de filtrado e implementación de moderación para
impedir publicaciones de pornografía infantil;
 Crear herramientas de ayuda telefónica para brindar apoyo a niñas, niños y
adolescentes y que las denuncias de estos sean procesadas de inmediato cuando
exista indicios de pornografía infantil, racismo u otros crímenes de odio;
 Desarrollar herramientas de comunicación con las autoridades competentes para la
tramitación de denuncias;
 Informar a los usuarios sobre los crímenes cometidos en las redes sociales digitales;
 Desarrollar campañas de educación sobre el uso seguro y respetuoso del Internet,
inclusive mediante la publicación de material impreso y audiovisual para ser
distribuidos en los establecimientos educativos; y, establecer sitios de denuncia en
línea de fácil acceso a niñas, niños y adolescentes.
4. Casos Ilustrativos
4.1. Una adolescente británica a la cárcel por bullying en Facebook.
El bullying es una intimidación y maltrato, de forma repetida y mantenida, casi siempre lejos de los ojos de los adultos, con la
intención de humillar y de someter abusivamente a una víctima indefensa, por parte de uno o varios agresores a través de
agresiones físicas, verbales o sociales con resultados de victimización psicológica y rechazo grupal.
Por su parte, el cyberbullying es una manifestación del acoso que se produce mediante plataformas virtuales, tales como chats,
blogs, fotologs, mensajes de texto, correo electrónico, consolas de juegos, páginas webs, redes sociales, teléfonos móviles y
otros medios tecnológicos.
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Una adolescente de 18 años se ha convertido en la primera persona encarcelada en Gran
Bretaña por hacer ‘bullying’ e intimidar a una compañera de Instituto, a través de una la red
social. Keeley Houghton había acosado a Emily Moore durante la etapa en la que acudieron
juntas al colegio. Houghton se jactaba en su página de Facebook de que iba a matar a su
compañera. La joven inglesa fue condenada a tres meses de encierro en una institución
para delincuentes juveniles, tras declararse culpable de acoso. Houghton también recibió
una orden de restricción que impide acercarse a Emily Moore, ya sea por internet o por
cualquier otro medio.
4.2. Viví un infierno, todo por ser buen estudiante. País: Colombia, 6 de septiembre de 2009
Un adolescente de 13 años concurría a un prestigioso colegio de Bogotá. Por ser estudioso
y respetuoso, un par de compañeros empezaron a hacerle la vida imposible. Además de
golpearlo e insultarlo a diario, no le permitían jugar con ellos.
Todo se complicó cuando las agresiones trascendieron al escenario virtual. En el Messenger
era costumbre que cada uno de los compañeros de curso pusiera, en su estado, un mensaje
insultante hacia él. Hacían concursos de la mejor frase, y él las veía cuando se conectaba.
Todo el tiempo recibía mensajes en su correo electrónico y en su celular. El adolescente,
narró: “Empecé a tener pensamientos malos, a perder las ganas de vivir. Quise morirme, no
quería ser el rechazado del curso”. Tal fue la presión que, según su médico de cabecera,
sufrió un bloqueo de la hormona del crecimiento.
4.3. Mi ‘ciberamigo’ me chantajeaba. Ingresa en prisión un joven que acosó desde Cádiz a
más de 250 mujeres, muchas de ellas menores, a través de la red. País: España (Cádiz), 15
de junio de 2009.
El detenido en Chipiona (Cádiz) era, en realidad, varón y tenía 24 años pero se había
inventado hasta 12 personalidades distintas para ganarse la confianza de sus víctimas de
diferentes maneras. Durante semanas habló con ellas a través de Internet. Se
intercambiaron palabras en el chat, mensajes por correo y fotografías en algunas redes
sociales como Facebook.
Cuando la amistad se consolidaba y reunía material suficiente, él amenazaba y chantajeaba
a las que supuestamente eran sus amigas. Así engañó a 250 personas, la mayoría mujeres
y menores. El método usado por este delincuente cibernético se conoce como grooming,
nacido de la revolución que ha supuesto el auge de programas de mensajería instantánea,
chats, redes sociales donde es fácil encontrar amigos pero no siempre con buenas
intenciones.
La operación policial ha acabado con el arresto y encarcelamiento de este joven. El detenido
dominaba la técnica informática. La policía conoció los hechos a través de una denuncia
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registrada en Madrid. Una joven reveló que alguien al que había conocido en Internet la
estaba chantajeando. Ella misma le había entregado, en virtud de la confianza ganada, una
foto con una imagen suya desnuda. Ahora su supuesto amigo cibernético le amenazaba con
difundirla y humillarla públicamente si no le entregaba semanalmente un vídeo de contenido
sexual en el que ella apareciera. La Brigada de Investigación Tecnológica del Cuerpo
Nacional de Policía le localizó en octubre de 2008 en Chipiona y se le intervinieron dos
ordenadores portátiles y dos discos duros. Fue detenido pero quedó en libertad.
El material intervenido fue analizado y se constató la existencia de 250 víctimas, la mayoría
de ellas mujeres y menores de todo el territorio español, aunque también había extranjeras.
El acosador no se limitó a utilizar la información personal que sus víctimas le habían cedido
voluntariamente, sino también usó programas de control remoto para acceder al contenido
de cuentas de correo electrónico y los archivos personales de sus ordenadores.
5. Conclusiones
Al tiempo que evolucionó la ciencia y la tecnología surgió un nuevo derecho fundamental a
la protección de datos personales y la necesidad de desplegar sus mecanismos de tutela,
para la efectiva protección de las niñas, niños y adolescentes.
La realidad nos demuestra la urgente necesidad de comprometernos en todos los niveles
para que no se irrumpa en ese ámbito, por demás delicado. La afectación en la vida
presente y adulta de los niños, niñas y adolescentes no solo pone en riesgo su integridad
personal sino además su desarrollo en todas las esferas de su crecimiento.
El uso casi generalizado de los teléfonos móviles trae consigo grandes retos, ya que no
todos los menores tienen acceso a una computadora, sin embargo, todos pueden acceder a
las redes sociales desde su teléfono y eso complica el cumplimiento de los principios de
protección de datos, como el de información y consentimiento, así como la supervisión de
los padres y educadores respecto de los contenidos a los que se accede.
Si bien los Estados no han adoptado un modelo único para la tutela del derecho a la
protección de datos, en los Estados Unidos de América existe una ley para proteger la
privacidad de los niños cuando navegan en Internet.
Es por ello que dado que existe consenso en cuanto a la necesidad de proteger a los
menores de edad, en general en Internet y más recientemente en redes sociales, es
necesario actuar para garantizar una tutela efectiva.
Los Estados deben tomar las medidas apropiadas para garantizar que los niños, las niñas y
adolescentes sean protegidos y se garantice su bienestar. La experiencia demuestra que el
nivel de responsabilidad y el papel de un gobierno en el establecimiento y la defensa de
estándares de protección, como el liderazgo de su nación para proteger los derechos de los
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niños, determina la naturaleza, la cantidad y la calidad de lo que el país logra hacer por sus
niños a través de generaciones.
Bibliografía:
Memorándum de Montevideo.
Carlos G. Gregorio: Impacto y evolución de las redes sociales digitales: libertades y derechos.
Lina Ornel:. El derecho de las niñas, niños y adolescente a la protección de sus datos personales:
evolución de derechos y su exigencia frente a las redes sociales.
Chantal Bernier: El Memorándum de Montevideo: un marco de referencia para la protección de los
datos personales de los jóvenes en Internet en la región Iberoamericana.
Jacqueline Peschard Mariscal: Protección de las niñas, niños y adolescentes en el ámbito digital:
responsabilidad democrática de las instituciones de gobierno y de las agencias de protección de datos.
Farith Simon Campaña. El enfoque de derechos en el “Memorándum de Montevideo”.
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