REDES LOCALES MULTISECTORIALES DE DESARROLLO JUVENIL GUÍA DE IMPLEMENTACIÓN ÍNDICE Presentación 3 Sección 1 El proyecto Salud Integral del Adolescente y Prevención del VIH-Sida 6 Sección 2 ¿Por qué multisectorialidad? Sección 3 Antecedentes de la estrategia multisectorial en el proyecto: el modelo de gestión compartida de los CDJ 11 14 Sección 4 Algunos conceptos que deben ser considerados 18 Sección 5 La estrategia multisectorial para el desarrollo juvenil 22 Sección 6 El modelo resultante: red multisectorial de desarrollo juvenil y prevención del VIH-sida con red de espacios promotores de desarrollo juvenil 33 Sección 7 Recomendaciones desde las lecciones aprendidas 36 Bibliografía consultada 38 2 PRESENTACIÓN En un mundo moderno y cada vez más complejo, la estrategia multisectorial debe ser considerada fundamental para el logro de objetivos que van más allá de los específicos de un sector en particular. En este sentido, promover la salud desde un punto de vista holístico —es decir, considerando la salud física, mental y social, y teniendo como meta final el desarrollo integral de los individuos y de la comunidad— es una responsabilidad compartida, que requiere el concurso de todos los sectores presentes en la comunidad a través de un abordaje multisectorial. Con la incorporación del modelo de atención integral, el Ministerio de Salud del Perú (MINSA), busca asegurar “la provisión continua y con calidad de una atención orientada hacia la promoción, prevención, recuperación y rehabilitación en salud, para las personas, en el contexto de su familia y comunidad”. Para lograr este objetivo el modelo prevé promover la participación de otros sectores en el marco de un trabajo multisectorial. En concordancia con este objetivo, en sus Lineamientos de Política de Salud de los y las Adolescentes, el MINSA reconoce además que “[...] la promoción y cuidado de la Salud de los y las adolescentes es una de las inversiones públicas más importantes para el desarrollo del país, la gobernabilidad y la creación de generaciones de peruanos y peruanas saludables”, y con ese fin plantea, en el Lineamiento 3, establecer “alianzas con los diferentes sectores para la promoción de estilos de vida saludables, prevención y cuidado de la salud de l@s adolescentes”. El esfuerzo conjunto que el MINSA y la Cooperación Alemana al Desarrollo (GTZ) están realizando en el marco del proyecto Salud Integral del Adolescente y Prevención del VIH-Sida para promover el desarrollo integral del y la adolescente 3 incluye la estrategia de multisectorialidad. En el presente documento se describen los correspondientes elementos conceptuales y las herramientas prácticas elaborados por el personal de salud en el marco del proyecto. El trabajo realizado tuvo por finalidad promover la formación de redes locales multisectoriales para el desarrollo juvenil, con participación social y protagónica de los y las adolescentes. La experiencia se desarrolló con diferentes características en las cuatro zonas de intervención del proyecto: Callao, Huánuco, Puno y Ucayali. En cada una de estas zonas, dependiendo de los recursos existentes en las comunidades en las que se trabajó, se desarrollaron experiencias que, si bien comparten elementos básicos comunes, se adaptaron a las particularidades locales. Teniendo en cuenta esta realidad heterogénea y con la finalidad de facilitar la réplica de este trabajo en otras zonas, el presente documento culmina con una guía que puede ser utilizada como referencia para facilitar la aplicación de la estrategia multisectorial en otras zonas. Como esta estrategia no es específica de determinado tema, la guía puede constituir también un aporte para otras áreas de trabajo que deseen abordar temas complejos con un enfoque multisectorial. Creemos que esta experiencia ha contribuido a hacer realidad los Lineamientos de Políticas de Salud de los y las Adolescentes del MINSA y fortalecer el nuevo modelo de atención integral de salud en las zonas de intervención del proyecto. Haciéndola pública se busca poner a disposición de otros las experiencias recogidas, con la finalidad de facilitar la introducción de la experiencia de multisectorialidad pero también para promover la gestión del conocimiento en esta temática. Expresamos un especial agradecimiento a las diferentes instituciones y personas que apoyaron la construcción de las redes locales multisectoriales convencidas de que los y las adolescentes son sujetos de derechos, actores sociales y protagonistas del desarrollo. Con su actuación nos mostraron que, cuando se tiene 4 que enfrentar tareas complejas, más fuerte que la suma de las acciones individuales es la respuesta coordinada de los diferentes sectores involucrados en el marco de un trabajo conjunto. 5 SECCIÓN 1 EL PROYECTO SALUD INTEGRAL DEL ADOLESCENTE Y PREVENCIÓN DEL VIH-SIDA El proyecto es desarrollado por el MINSA, con el apoyo técnico de la Cooperación Alemana al Desarrollo (GTZ), en cuatro regiones del país: Callao, Huánuco, Puno y Ucayali. Su propósito es contribuir a la optimización de la salud integral —es decir, la salud física, mental y social— de los y las adolescentes de 10 a 19 años, a través de la mejora tanto de la oferta —con los servicios diferenciados— como de la demanda —mejorando el nivel de información del grupo meta sobre el tema—. El proyecto se viene implementando en dos fases: La primera fase se denominó Proyecto de Salud Sexual y Reproductiva del Adolescente y se llevó a cabo desde el año 2000 hasta el 2002. La segunda fase se denomina Proyecto de Salud Integral del Adolescente y Prevención de VIH-Sida y su vigencia abarca desde el 2003 hasta fines del 2006. Como primeras acciones se realizaron los estudios cuantitativos y cualitativos que definieron la línea de base de los servicios para adolescentes en los ámbitos de intervención, considerando la infraestructura, la gestión de los servicios existentes y los recursos humanos; también se evaluaron los conocimientos, las actitudes y las prácticas (CAP) sobre sexualidad, así como las expectativas respecto a los servicios que tienen los y las adolescentes, el personal de salud, los y las docentes y los padres y las madres. De esta manera se identificaron las necesidades de la oferta y de la demanda, para diseñar sobre esa base las intervenciones en los ámbitos seleccionados En respuesta a estas expectativas se diseñaron e implementaron los centros de desarrollo juvenil (CDJ), servicios diferenciados en ambientes físicos, horarios, personal y materiales, considerados como espacios de socialización positiva. En 6 ellos se implementan estrategias para promover, prevenir y atender las necesidades de salud integral de los y las adolescentes, con énfasis en su salud sexual y reproductiva durante la primera fase, y abarcando la prevención del VIHsida a lo largo de la segunda. Estos centros cuentan con áreas básicas que prestan servicios destinados a acompañar al adolescente en su tránsito a la adultez, contribuyendo a consolidar su personalidad y a desarrollar habilidades que le permitan ejercer un mejor cuidado de su vida en general y de su salud en particular, promoviendo de esta manera su desarrollo pleno. De allí el nombre de CDJ. Estas áreas básicas son: La consejería, que aborda temas de salud física —incluida la sexual y la reproductiva—, mental y social. Los talleres formativos, que potencian las habilidades sociales que los y las adolescentes requieren para desarrollarse en su entorno. Esta tarea se realiza mediante el fortalecimiento de su autoestima, la mejora en la capacidad de tomar decisiones y la formulación de un proyecto de vida, y se les brindan conocimientos sobre salud integral, sexualidad, valores y derechos, y responsabilidades ciudadanas. La animación sociocultural, que a través de actividades lúdicas, deportivas, culturales y artísticas orienta al y la adolescente hacia el buen uso de su tiempo libre, y le brinda criterios de responsabilidad social. La atención clínica en las diferentes especialidades médicas, odontológicas y psicológicas. Se presta ya sea en el mismo CDJ o en servicios del establecimiento de salud de la jurisdicción, a través de un sistema de referencia y contrarreferencia amigable. Otras actividades y talleres según las necesidades y recursos disponibles en cada región. 7 El gráfico 1 representa la propuesta conceptual de un centro de desarrollo juvenil considerado como una estación en el denominado “camino del adolescente hacia una vida saludable”. Al transitar por este “camino” el o la adolescente se “convertirá”, en primer lugar, en un adolescente fortalecido —que cuenta con habilidades sociales para responsabilizarse de su propia salud— y luego pasará a la fase de adolescente protagónico, en la que estará en condiciones de proyectarse hacia su comunidad, actuando positivamente en pro del desarrollo de ésta. Gráfico 1: El “camino del adolescente hacia una vida saludable” Para asegurar el buen funcionamiento del CDJ se desarrollan, además del mencionado contenido técnico, instrumentos de gestión como los siguientes: Gestión de la información. Se realiza recolectando datos relacionados con las actividades básicas ejecutadas en el CDJ, como son la asistencia de usuarios/as, el motivo de la visita, la satisfacción del/la usuario/a, etcétera. El procesamiento y análisis de esta información permite planificar las políticas de atención, gestionar recursos y mejorar la atención en general. 8 Gestión del conocimiento. Su objetivo es favorecer la adquisición y creación de nuevos conocimientos en la temática de adolescencia y prevención del VIH-sida, almacenarlos y organizarlos en los centros coordinadores del conocimiento que se crean en cada uno de los departamentos de intervención del proyecto. Además, debe asegurar la difusión de este conocimiento —por ejemplo, a través de la capacitación— , y por último, garantizar que se aplique en los lugares de trabajo. Todo esto con la finalidad de mejorar la calidad de la labor realizada con los/las adolescentes y la prevención del VIH-sida. Gestión del mantenimiento preventivo y planificado de los CDJ. Los y las adolescentes participan en el mantenimiento preventivo de los servicios —las instalaciones eléctricas, la cerrajería, la pintura y la gasfitería, entre otros aspectos—. Esta estrategia asegura la conservación de la infraestructura, los equipos y los materiales, y al mismo tiempo contribuye a que los/las adolescentes desarrollen la cultura del mantenimiento, aplicable a todos los aspectos de la vida. Gestión de la calidad. A través de ésta se busca la mejora continua de los servicios dirigidos a los/las adolescentes, para lo cual se aplica el sistema europeo de calidad propuesto por European Foundation for Quality Management (EFQM). Es importante resaltar que la experiencia en general ha demostrado que los programas y proyectos dirigidos a los y las adolescentes y jóvenes que son orientados e implementados por un solo sector suelen presentar limitaciones. Por ello el proyecto involucra de manera específica al sector Educación, desarrollando con éste una experiencia especial en cuyo marco se implementaron espacios de escucha (orientación) en los centros educativos. Con este fin se capacitó a los tutores vinculándolos con el personal de salud y estableciendo un sistema de educadores de pares, quienes, a su vez, contribuyen a la orientación de otros/as adolescentes y jóvenes como ellos/as. 9 Finalmente, el proyecto ha considerado que para el logro de su propósito, se debe buscar la intervención de los diferentes sectores sociales, es decir, implementar un componente multisectorial en el que todas las instancias participantes incluyan en sus objetivos y actividades el tema de adolescencia y VIH-sida, conscientes de la importancia de responder a las diversas demandas y necesidades relacionadas con esta etapa de la vida. Así se evitará la duplicidad de esfuerzos y el empleo inadecuado de recursos humanos y financieros disponibles en la comunidad, lo cual redundará en beneficio de la población adolescente. Por ello el proyecto implementa el componente de multisectorialidad promoviendo la formación de redes multisectoriales locales en las diferentes zonas de intervención. En las próximas secciones se describe la manera en que se ha abordado este proceso y cómo podría replicarse la experiencia. 10 SECCIÓN 2 ¿POR QUÉ MULTISECTORIALIDAD? El enfoque de salud integral del proyecto implica una visión holística del individuo —en este caso el/la adolescente—, que aborde todas sus dimensiones, es decir la salud física, mental y social. Esta visión conlleva a considerar, para la solución de la temática adolescente, todos los aspectos del desarrollo integral, exigiendo un análisis de dos grandes marcos de referencia: el político-económico y el sociocultural. En el aspecto económico, la brecha de pobreza existente en nuestro país determina que gran parte de la población adolescente sufra de malnutrición y tenga limitado acceso a los servicios educativos y de salud. Esta situación propicia la falta de perspectivas positivas para el futuro, acrecentada por las escasas posibilidades de empleo y de crecimiento económico, lo que a su vez genera la disminución de oportunidades de progreso social. De igual manera, en el aspecto político, el hecho de que no se de prioridad al diseño de políticas públicas saludables específicas que aborden la problemática de la adolescencia y promuevan estilos de vida saludables propicia la violencia social, sexual y familiar. Esto limita la disponibilidad de factores protectores que permitan a los y las adolescentes tener una vida integralmente sana. En el aspecto social, el entorno de los/las adolescentes por lo general les impide desplegar una participación social protagónica, dificultándoles la adquisición de habilidades sociales que les sirvan como instrumentos para desarrollarse de manera propositiva. Por lo general, en esta edad se acentúan las diferencias referidas a la inequidad de género, entendida como la desigualdad en las relaciones de poder y en los roles sociales que juegan los hombres y las mujeres. En cuanto al aspecto cultural, no existe un diálogo entre generaciones que facilite la información y educación para evitar conductas de riesgo. Padres, madres y docentes muchas veces no tienen la preparación adecuada que les permita abordar directamente los diferentes temas prioritarios que enfrentan los y las 11 adolescentes, como son el consumo de drogas, las conductas sexuales, su proyecto de vida, etcétera. Aquellos/as que no encuentran la información que requieren ni en la escuela ni en la casa, recurren a sus amigos/as, quienes muchas veces no logran despejar sus dudas e inquietudes porque comparten las mismas carencias informativas. Las dificultades identificadas en estos dos grandes marcos de referencia influyen en el comportamiento individual de los y las adolescentes, así como en la actitud del entorno hacia ellos/as. Como consecuencia, los y las adolescentes muchas veces desconocen sus derechos, corren el riesgo de convertirse en sujeto de censura por parte del personal de los diferentes establecimientos a los que acuden y temen ser vistos/as en estos lugares —especialmente en los servicios que abordan temas relacionados con la sexualidad o la drogadicción— por los posibles comentarios especulativos de parte de la comunidad. Todo esto limita las visitas de los/las adolescentes a los pocos servicios diferenciados o específicos para ellos/as —tanto en Salud, Educación como en otros sectores—, lo que dificulta aún más su capacidad de acceder a la información, generándose así un círculo vicioso. Estos problemas demuestran la afirmación, planteada en la sección anterior, que los obstáculos con los que se enfrentan los y las adolescentes tienen orígenes múltiples y requieren un abordaje multisectorial, es decir, una respuesta desde los diferentes sectores de la sociedad. Esto también incluye la problemática de salud integral del/la adolescente en sus dimensiones física, mental y social, cuya solución precisa sólo puede provenir de la responsabilidad social compartida y no únicamente de la intervención del sector Salud. La multisectorialidad del proyecto, concebida como una estrategia de intervención dirigida a alcanzar el desarrollo integral de los y las adolescentes en la comunidad, propicia el establecimiento de un espacio para articular la gestión, la planificación, la negociación y la concertación de propuestas integrales tendentes a solucionar 12 los problemas existentes en la temática adolescente, especialmente aquellos relacionados con la salud integral. Esta estrategia se implementa con la participación y el compromiso de los diferentes tipos de actores sociales que se encuentran en la comunidad, tales como las instituciones del Estado —salud, educación, policía, municipios, gobiernos regionales, etcétera—, las organizaciones no gubernamentales (ONG), las organizaciones de base —comedores populares,1 comités del Vaso de Leche,2 asociaciones vecinales, grupos de ayuda mutua,3 etcétera—, las organizaciones y grupos juveniles —parroquiales, artísticos, deportivos, barriales, etcétera— y el sector privado —empresas, locales comerciales, clubes, etcétera—, cada uno de los cuales aporta desde su propia lógica organizacional y cultural. En el curso de la implementación de la estrategia multisectorial, estos actores van definiendo diferentes formas de relacionarse, generando estructuras y marcos institucionales para funcionar, creando mecanismos de participación colectiva y formas de representación —red, comité, secretaría, mesa, etcétera—. Todo este proceso se construye a través del tiempo y promueve diferentes formas de participación social. Se fortalece la democracia local y se generan políticas públicas saludables para adolescentes y jóvenes, considerándolos/as como protagonistas y actores sociales que contribuyen al desarrollo de su comunidad. 1 El comedor popular es un programa alimentario consistente en reunir a un grupo de personas de muy escasos recursos para preparar diariamente comida en grandes cantidades, con el fin de abaratar los costos. 2 El Vaso de Leche es un programa social creado para ofrecer una ración diaria de alimentos a un sector de la población considerado muy vulnerable —la infancia—, con el propósito de ayudarlo a superar la inseguridad alimentaria en la que se encuentra. 3 Por ejemplo, de personas viviendo con VIH o sida (PVVS). 13 SECCIÓN 3 ANTECEDENTE DE LA ESTRATEGIA MULTISECTORIAL EN EL PROYECTO: EL MODELO DE GESTIÓN COMPARTIDA DE LOS CDJ Los CDJ, implementados durante la primera fase del proyecto Salud Integral del Adolescente y Prevención del VIH-Sida, se ubican en el ámbito de un establecimiento de salud y son gerenciados por el correspondiente sector, en cuyo marco se ejecuta el proyecto. En el diseño de los CDJ no solamente se previó ofrecer atenciones específicas del sector Salud sino promover el crecimiento integral del/la adolescente, considerando, además de los aspectos físicos, los elementos psíquicos y sociales relevantes para el desarrollo de este grupo poblacional. Fue en este sentido que se consideró que estos centros no solamente ofrecieran ciertos servicios en respuesta a determinado problema de los y las adolescentes sino más bien, como se dijo en la primera sección, los acompañaran en su tránsito hacia la adultez. Para lograr este objetivo más integral, no resulta suficiente la actuación aislada del sector Salud sino, tal como se menciona en la sección 2, se requiere la participación de los otros sectores y actores presentes en la comunidad, incluyendo a las y los propios/as adolescentes, así como al CDJ que, conjuntamente con el establecimiento de salud, les brinda los servicios específicos del sector. Para promover la involucración de los diferentes actores en el desarrollo de la población juvenil, el proyecto, en su primera fase, los convocó alrededor de los CDJ, que se estaban constituyendo en espacios de socialización positiva para adolescentes y eran reconocidos como tales por la comunidad. Así, durante la primera fase del proyecto la estrategia de multisectorialidad se realiza según la modalidad de gestión compartida, entendida como una forma de participación de las instituciones públicas, las ONG y otras instituciones privadas, así como de las organizaciones de base y juveniles. Todas ellas se reúnen para buscar soluciones 14 a los múltiples problemas que afectan a los y las jóvenes de la comunidad y, a través de la conducción conjunta, asumen funciones de corresponsabilidad legal, administrativa, contable y financiera, así como el manejo del personal y la orientación programática de los CDJ. En el marco del proyecto, la gestión compartida de los CDJ fue asumida como una responsabilidad tripartita entre (véase el gráfico 2): El sector Salud, a través de los establecimientos de salud a los cuales pertenecen los CDJ. Las agrupaciones y organizaciones juveniles vinculadas al CDJ. Otros sectores de la comunidad, entre los que se incluían a las organizaciones sociales de base, las ONG y las instituciones estatales. Gráfico 2: Modelo de gestión compartida En el gráfico 2 el CDJ está representado por el triángulo superior, en el cual se detallan las áreas básicas que éste comprende. Los soportes representan a los diferentes sectores y actores que intervienen en la gestión compartida. El comité de cogestión está integrado por representantes de las distintas organizaciones e 15 instituciones, y es el encargado de gerenciar el CDJ con el aporte financiero, técnico y logístico de las instituciones representadas en éste. En el marco del proyecto se considera que la gestión compartida es el proceso de gestionar una institución pública, en el cual un sector del Estado se asocia con otros actores con el fin de proponer y alcanzar soluciones a las demandas y/o necesidades de la población; en este caso, se refiere a las relacionadas con el desarrollo de los y las adolescentes. Obviamente, el mayor o menor éxito de la gestión compartida depende del grado de desarrollo organizacional y técnico de los participantes, de sus recursos y del nivel de involucración de cada uno en el tema. De la actitud de las diferentes instituciones y organizaciones participantes también dependerá que la experiencia se oriente hacia el corporativismo, el paternalismo o el autoritarismo estatal, o se convierta en un verdadero espacio democrático, participativo y concertador. Una de las principales limitaciones encontradas en la aplicación de la estrategia de gestión compartida fue el intento de involucrar en la administración y organización de un establecimiento perteneciente al sector Salud —en este caso los CDJ y sus áreas básicas— a los diversos sectores públicos y organizaciones de la comunidad. Ello suponía que cada institución y organización participante designara recursos humanos y materiales adicionales para la realización de actividades que no estaban bajo su dirección y responsabilidad legal, sino bajo la de otro sector —en este caso Salud—, lo cual generó una serie de conflictos tanto en temas de orden financiero como de manejo de recursos humanos, normatividad, etcétera. Por ello se pensó desarrollar una estrategia que ampliara la gestión compartida, en la que cada sector, institución y organización pudiera aportar al desarrollo juvenil y la prevención del VIH-sida desde su propia ubicación y con sus propios recursos. Es decir, el objetivo ya no sería la gestión de un establecimiento sino el abordaje de una problemática de manera conjunta. 16 De esta manera, la estrategia de la gestión compartida de los CDJ fue el primer paso hacia la construcción de una estrategia multisectorial local más amplia, que se describe en las siguientes secciones. 17 SECCIÓN 4 ALGUNOS CONCEPTOS QUE DEBEN SER CONSIDERADOS A partir de lo expuesto en los párrafos anteriores, hemos definido la estrategia de multisectorialidad del proyecto como una estrategia de intervención para alcanzar, mediante la involucración de diferentes actores presentes en la comunidad, el desarrollo integral de los y las adolescentes de la jurisdicción del establecimiento de salud en el que se ejecuta la propuesta. En este marco se propicia un espacio en el que se pueden articular la gestión, la planificación, la negociación y la concertación, con la finalidad de construir propuestas integrales tendentes a solucionar los problemas relacionados con la temática adolescente, especialmente aquellos referidos a la salud integral y la prevención del VIH-sida. En este espacio participan diferentes actores que representan a los sectores de la comunidad involucrados e interesados en el trabajo con adolescentes. Para facilitar la comprensión de la estrategia de multisectorialidad desarrollada por el proyecto y que se presenta en la siguiente sección, describiremos algunos conceptos básicos delineados durante la ejecución de la propuesta: Identidad cultural territorial: entendida como la identificación de los actores del proceso multisectorial con el área geográfica, los valores y las costumbres de la comunidad en la que se interviene. Este factor facilita la movilización social para el cambio y la integración de los actores, es decir, determina que ellos tengan interés en promover el desarrollo local; en el caso particular del proyecto, a través del desarrollo de los y las adolescentes. Cultura de participación: asumida como la valoración y la costumbre de opinar, proponer, tomar decisiones y ejecutar acciones. En el caso de la 18 estrategia multisectorial del proyecto, esta cultura de participación está referida al desarrollo local de los y las adolescentes, y busca establecer entre los actores una relación de pares que permita la igualdad de oportunidades de intervención en una atmósfera de respeto mutuo. Para lograr una cultura de participación es necesario promover que los actores de la comunidad desarrollen, entre otros, los siguientes aspectos: - Capacidad de interlocución: para mejorar su potencial de propuesta y voluntad política, empoderándose y fortaleciendo su compromiso con el proceso. - Capacidad de negociación y consenso: para propiciar la articulación de los diferentes sectores, en la búsqueda del entendimiento y de la aprobación necesarios que permitan llevar a la práctica las decisiones tomadas en conjunto. - Capacidad de procesar y articular conocimientos adquiridos: para poder opinar, proponer, tomar decisiones y ejecutar acciones basadas en el conocimiento preciso de la temática que está en discusión —en nuestro caso, la situación de los y las adolescentes—. Responsabilidad social compartida: planteada como la toma de conciencia y el compromiso de los sectores con el desarrollo de los y las adolescentes. Esta responsabilidad es asumida por los diferentes actores, según sus características y recursos, en función de este objetivo común. De existir propuestas concertadas de desarrollo local o nacional, es conveniente que este objetivo se enmarque en ellas. Cuando se logran fortalecer estos factores en la comunidad, se generan en ella capacidades que facilitan: La toma de decisiones democráticas en el proceso multisectorial. De esta manera se logra formular procedimientos de participación en los cuales las 19 opiniones de todos los actores gozan de igual aceptación y se consideran de la misma importancia. La concertación entre los actores sociales, que permite construir objetivos comunes y gestionar de manera eficiente y eficaz los recursos de las diferentes instituciones. Todo esto se reflejará en el planeamiento estratégico conjunto elaborado por la instancia multisectorial generada. El desarrollo de estas capacidades en los actores participantes de una experiencia multisectorial consolida la instancia creada y facilita el trabajo compartido, así como el logro de las metas que se tracen de manera concertada. La relación entre los conceptos mencionados en esta sección se puede graficar de la siguiente manera: Gráfico 3: Capacidades necesarias para la construcción de una experiencia multisectorial 20 Como se verá más adelante, para asegurar la sostenibilidad de una instancia multisectorial será necesario considerar la institucionalización de ésta. Hacerlo supone, además de la construcción de los mecanismos e instrumentos de participación efectiva y de representación auténtica de las diferentes instituciones, el reconocimiento de éstas tanto por parte de los y las jóvenes como de la comunidad, así como la elaboración de instrumentos de gestión adecuados — estatutos, reglamentos, etcétera—. 21 SECCIÓN 5 LA ESTRATEGIA MULTISECTORIAL PARA EL DESARROLLO JUVENIL La estrategia multisectorial, tal como la definimos en la sección anterior, considera la creación de un espacio en el cual los diferentes actores unen sus esfuerzos para trabajar en conjunto por el desarrollo de los y las adolescentes, haciendo uso de los diferentes recursos, instrumentos y estructuras que puedan poseer y ofrecer. Este desplazamiento del eje de la estrategia, constituido por los servicios de salud integral brindados por el CDJ en la primera fase, y en la segunda por el desarrollo integral de los y las adolescentes y jóvenes de la localidad —con énfasis en salud integral y prevención del VIH-sida—, se ilustra en el gráfico 4. Gráfico 4: De la gestión compartida de los CDJ al abordaje multisectorial del desarrollo integral de los y las adolescentes y jóvenes El CDJ, que en la estrategia de gestión compartida de la primera fase de esta propuesta era la instancia alrededor de la cual se reunían los diferentes actores con el fin de gerenciarla, en la segunda fase se constituye en el recurso con el cual el sector Salud contribuye al plan local multisectorial de desarrollo del y la adolescente. A partir de las experiencias generadas en el proyecto, proponemos la siguiente metodología, que prevé cinco pasos para la implementación de un modelo 22 multisectorial para el desarrollo de los y las jóvenes y la prevención del VIH-sida en el nivel local. Paso I. Reconocimiento de los sectores y actores presentes en la comunidad Para iniciar una experiencia multisectorial en una comunidad, es necesario, en primer lugar, conocer cuáles son los sectores y quiénes son los actores importantes —representantes de los primeros— presentes en el entorno. Las organizaciones que interesa identificar corresponden a los siguientes tipos: 1. Organizaciones gubernamentales. Entre ellas habrá que identificar: a. Instancias del gobierno local: se verificará, por ejemplo, si existe una sección municipal dedicada al tema que interesa abordar; en el caso del proyecto, una instancia dirigida a los y las adolescentes o juventudes —secretaría, concejo o comisión municipal, gerencia, etcétera—, defensorías municipales de niños y adolescentes (DEMUNA) u otras. En la experiencia multisectorial desarrollada por el proyecto en Juli (Chucuito, Puno) el rol del municipio fue importante y se manifestó inicialmente 4 en el apoyo a la construcción del cerco perimétrico del CDJ y luego en el pago del sueldo de la psicóloga que trabajaba en dicho centro.5 b. Instancias del gobierno regional: gerencias de desarrollo social o proyectos dirigidos a adolescentes y jóvenes. c. Instancias ministeriales: oficinas o dependencias regionales o locales de los diferentes ministerios. Aquí tienen especial importancia para el tema adolescencia, juventud y VIH las instituciones pertenecientes a los ministerios de Salud —centros, hospitales o postas—, Educación —colegios, institutos superiores y universidades—, y de la Mujer y Desarrollo Social —programas de trabajo para niños y adolescentes de la calle, prevención de la violencia familiar y el abuso sexual—. 4 Durante la fase de gestión compartida. El liderazgo de la municipalidad fue fundamental durante la fase de conformación de una red multisectorial. 5 23 2. Organizaciones no gubernamentales. Entre éstas estarán: a. Organizaciones no gubernamentales propiamente dichas (ONG), de preferencia aquellas cuyas líneas de trabajo sean compatibles o complementarias con los temas abordados. b. Organizaciones de base como los comedores populares, los comités del Vaso de Leche, las juntas vecinales, etcétera, debido a que sus actividades están dirigidas a solucionar problemas sociales y de desarrollo. El proceso multisectorial en el asentamiento humano Sarita Colonia (Callao), área de intervención del proyecto, está caracterizado por una alta participación de las organizaciones de base y la presencia importante de dirigentes vecinales y promotoras de salud, quienes desde el primer momento se interesaron por la problemática juvenil. El tema de juventud y adolescencia es parte de la agenda diaria de los dirigentes y padres de familia, dado que en este sector existen altos niveles de consumo de drogas, desempleo juvenil y pandillaje. c. Empresa privada: muchas veces este sector no es considerado en el abordaje de temas sociales. Sin embargo, su participación comprometida puede contribuir enormemente a la sostenibilidad de la experiencia multisectorial. Para el tema de desarrollo juvenil es conveniente identificar empresas, firmas comerciales o negocios particulares que puedan tener entre su público objetivo a adolescentes y jóvenes. 3. Organizaciones juveniles. La participación de los y las jóvenes es clave para la calidad de una experiencia multisectorial abocada al tema de adolescencia y juventud. De existir uno o varios grupos juveniles organizados, debe considerarse su inclusión en la instancia multisectorial, trabajando con ellos para fortalecer su protagonismo social, entendido como la capacidad de sus miembros para desarrollar proyectos de vida, tener iniciativa ante las situaciones difíciles y los entornos cambiantes, realizar sus actividades con calidad y 24 excelencia, y contribuir al desarrollo local participando representativamente en espacios comunitarios. De no existir grupos juveniles organizados en la comunidad, será necesario promover su formación convocando a los grupos no formales que estén presentes en el colegio o en los barrios; se podrá identificar a estas instancias con el apoyo de los informantes de la comunidad o de un trabajo de campo realizado previamente en la zona. De acuerdo con la experiencia realizada en el proyecto, para organizar a estos grupos se recomienda seguir estos pasos: a. Identificar a las posibles agrupaciones de adolescentes y/o jóvenes existentes en diferentes sectores, tales como promotores de salud, grupos organizados en el entorno de algunas instituciones públicas o privadas que trabajan con adolescentes —iglesias, escuelas, municipios, policía, clubes deportivos—, así como grupos organizados en función de actividades de interés común entre los y las adolescentes —deporte, danza, música, teatro—. b. Fomentar reuniones de coordinación entre los y las representantes de los grupos encontrados, para identificar temas de interés compartido por los y las adolescentes de la comunidad. c. En este nivel es necesario tener en cuenta la posibilidad de que estas organizaciones se agrupen en redes, lo que facilitaría su representación en la instancia multisectorial que se desea construir. En el caso de que los y las jóvenes prefieran mantenerse en grupos independientes, debe fomentarse su participación comprometida en la instancia multisectorial, tal como se indicara en los párrafos iniciales de este paso. Para ello se buscará fortalecer su capacidad de interlocución y de negociación, que contribuirá a hacer más efectiva su participación. 25 d. Si los y las jóvenes aceptan agruparse en redes, será necesario brindarles adecuado apoyo técnico para fortalecer su capacidad de participación. Esto puede lograrse a través de los siguientes pasos: i. Realización de encuentros juveniles para facilitar la conformación de la red. ii. Elaboración de su plan estratégico, que es una herramienta fundamental para definir actividades y objetivos comunes. iii. Presentación de la red ante otras instituciones, para facilitar su reconocimiento público. iv. Gestión del reconocimiento oficial por parte del gobierno local o de la misma instancia multisectorial. El reconocimiento por parte del gobierno local se producirá, idealmente, a través de una ordenanza municipal. En la experiencia de Mi Perú (Ventanilla, Callao), otra de las áreas de intervención del proyecto, existe una dinámica importante de organizaciones juveniles entre las que tenemos: Siglo XXI y CADEJ —grupos de capacitación laboral—, D´Streno — grupo de teatro—, Los Ángeles de Arena —grupo de danza—, los promotores de salud del Programa de Control de Enfermedades de Transmisión Sexual y Sida (PROCETTS) del MINSA, y los adolescentes del Centro de Desarrollo Juvenil de Mi Perú —grupos de promotores juveniles de salud—. A partir de estas dinámicas juveniles se ha conformado la Red de Jóvenes de Mi Perú, que fue impulsada y apoyada por el gobierno local. En la experiencia puneña se ha conformado la Coordinadora Distrital del Adolescente y Juventud de Juli (CODISAJ), integrada y promovida por los jóvenes y la municipalidad a través de diferentes encuentros y talleres. Esta red cuenta con el apoyo del Comité Multisectorial de Apoyo al Adolescente y Juventud de Juli (COMAAJ). Paso II. Identificación de experiencias multisectoriales en la comunidad Una vez reconocidos los sectores y los correspondientes actores claves presentes en la comunidad, se deberá proceder a la identificación de probables experiencias multisectoriales. 26 De existir éstas, será necesario indagar sobre sus características. Interesa especialmente conocer si incluyen la temática salud y/o adolescencia y, en este último caso, saber si el trabajo es para adolescentes o con y desde ellos y ellas. La experiencia propia y la publicada6 demuestra que la calidad del trabajo y el impacto se optimizan cuando la participación de los y las adolescentes es concreta; si no es así, será necesario promover su inclusión y participación, y si se requiere, fomentar previamente el fortalecimiento de los grupos y las organizaciones juveniles, tal como fuera descrito en el paso anterior. Si ya existe una experiencia de trabajo multisectorial pero ésta no aborda el tema en cuestión —en nuestro caso adolescencia, juventud y prevención del VIH, y en algunos casos prevención de la violencia—, se analizará qué posibilidades hay de incluirlo. Para ello se recomienda seguir los siguientes pasos: 1. Estudio de las características de la red y de su modalidad de trabajo. 2. Sensibilización de la red respecto al tema que se intenta introducir. 3. Incorporación del tema a través de la designación de los correspondientes responsables y la elaboración de un plan de trabajo. Una modalidad de inclusión consiste en conformar una mesa de trabajo7 dentro de la red dedicada, en el caso del proyecto, al desarrollo integral del adolescente y la prevención del VIH-sida. En diferentes lugares existen espacios de intervención multisectorial para el tema de adolescencia y juventud, como pueden ser las mesas de juventudes, las secretarías municipales o los consejos regionales para juventudes. Estos espacios deben ser considerados como una posibilidad para instalar en ellos las bases de la estrategia, con el fin de no duplicar esfuerzos. 6 Sobre la relevancia de la participación juvenil ver las reflexiones de Ernesto Rodríguez en especial su libro. Actores estratégicos del desarrollo: políticas de juventud para el siglo XXI. México D. F.: Centro de Investigaciones y Estudios sobre Juventud-Instituto Mexicano de la Juventud, 2002. 7 La mesa de trabajo es una instancia de participación de diferentes instituciones locales que se conforma con el fin de hacer propuestas concertadas sobre diferentes problemas que enfrenta la comunidad. 27 De no existir en la comunidad ninguna experiencia de multisectorialidad en la que se trabaje la temática que nos ocupa o de no ser posible incluir ésta en las organizaciones multisectoriales existentes, será necesario promover una instancia multisectorial nueva. En la experiencia multisectorial del proyecto, para abordar los temas señalados se recomienda conformar un grupo impulsor en el que se debe contar como mínimo con representantes de los sectores Salud y Educación, del gobierno local y de las organizaciones juveniles. Para la conformación de este grupo impulsor se prevén las siguientes tareas: 1. Mapeo y convocatoria de los actores representativos de estos sectores de la comunidad; una vez reunidos, es necesario apoyarlos en la identificación de sus fortalezas y debilidades. 2. Análisis del impacto de la problemática juvenil en la comunidad en general y en los sectores del Estado, las instituciones privadas y las organizaciones de la comunidad en particular. 3. Identificación de los programas y proyectos que implementan los diferentes sectores y organizaciones para y con los jóvenes. Análisis de sus efectos y potencialidades sobre el desarrollo juvenil y la prevención del VIH-sida. 4. Identificación de estrategias para incluir el tema del desarrollo juvenil y la prevención del VIH-sida en el diseño, la implementación, el monitoreo y la evaluación de políticas y programas de los diferentes sectores y organizaciones de la comunidad. Una vez consolidado el grupo impulsor, se elabora un plan concertado de desarrollo juvenil. En algunos casos, los y las jóvenes elaborarán sus propios planes, que luego serán concertados con los elaborados por las redes. En torno a este grupo impulsor se congregarán todas las instituciones representativas de la localidad, tanto estatales como ONG, organizaciones de 28 base e instituciones comerciales o privadas. Su integración requerirá un proceso continuo de abogacía en torno al tema adolescencia. Un elemento clave que se debe tener en cuenta es la posibilidad de contar con alianzas estratégicas dentro de estos sectores. Este factor fue evidente en los CDJ, donde la implementación, en su etapa inicial, contó con la aprobación de la colectividad para utilizar locales comunales en los que se instalaron los servicios, o con el compromiso de colaboración con la labor desarrollada en éstos. Tales fueron los casos de Nueve de Octubre (Pucallpa, Ucayali), Sarita Colonia (Callao) y Juli (Puno). En el caso del CDJ de Aguaytía (Ucayali) el proceso de conformación del espacio multisectorial contó con el apoyo de un funcionario del establecimiento de salud que era regidor de la municipalidad, lo que facilitó la presentación e implementación de la propuesta ante el gobierno local. Paso III. Fortalecimiento de la instancia multisectorial Una vez que en la comunidad se haya identificado una experiencia multisectorial que incluya en su agenda el tema adolescencia, juventud y prevención del VIHsida o se haya contribuido a su constitución, y habiéndose asegurado la participación activa de la juventud organizada en ésta, se deberá proceder a realizar acciones que contribuyan a su afianzamiento. Para ello es necesario que se incorpore la propuesta en los sectores participantes de la instancia multisectorial a través del compromiso institucional de participación, independientemente del compromiso personal de sus representantes. La capacitación es un eje transversal de todo el proceso, fundamental para consolidar la experiencia; es la base para contar con actores desarrollados, conocedores de la problemática juvenil y preparados para la gestión multisectorial. Esto se logrará a través de capacitaciones en: 1. Trabajo multisectorial. Éste comprenderá, entre otros, los siguientes temas —de los cuales los dos primeros fueron definidos en la sección 4—: a. Cultura de participación. 29 b. Responsabilidad compartida. c. Instrumentos de organización, que incluyen aquellos destinados al planeamiento organizacional como la visión, la misión y los objetivos institucionales, el plan estratégico y el plan operativo. d. Prevención de la violencia. 2. Contenido técnico. Dependerá del tema que se pretenda trabajar multisectorialmente. En la experiencia del proyecto se realizan, entre otras, capacitaciones en los siguientes temas: a. Adolescencia, que abarca tanto temas generales como temas específicos, según las necesidades. b. Salud integral del/la adolescente. c. Prevención del VIH-sida. 3. Trabajo con organizaciones juveniles. Es fundamental capacitar a los integrantes de las redes en temas relacionados con la organización y gestión de las organizaciones juveniles, con el fin de que las apoyen con un enfoque intergeneracional y de participación, para lograr mantener la horizontalidad necesaria entre los integrantes de la instancia multisectorial. La participación de los y las jóvenes en el proceso multisectorial de Sarita Colonia ha sido intensa y al interior del local del CDJ se ha llegado a constituir una oficina propia para cada organización juvenil. Esto les permite a los y las adolescentes de la zona desarrollar y programar sus actividades en coordinación con el CDJ, lo que refleja el grado de participación alcanzado. Existen organizaciones como Jupani, Los Breakers, Sarita Colonia, etcétera que han realizado una serie de actividades de promoción de la salud y de animación sociocultural, tanto en el barrio como en otros sectores aledaños. Paso IV. Institucionalización de la experiencia Ésta es una etapa importante para asegurar la sostenibilidad de la experiencia. La instancia multisectorial constituida será expresión del compromiso de la comunidad con el desarrollo de sus adolescentes. Siendo así, sería conveniente 30 que, a través de una ordenanza municipal, la experiencia fuese reconocida por el gobierno local que representa a dicha comunidad o, en su defecto, por alguna otra instancia pertinente. A dicha institucionalización deberá seguir, entre otros, un proceso de reconocimiento por parte de la comunidad en general, mediante la presentación y difusión del plan estratégico elaborado. Al mismo tiempo, la institucionalización también implica un proceso interno en el cual la instancia multisectorial elabora instrumentos de gestión —estatutos, reglamentos, normas y directivas, manual de organización y funciones (MOF), sistema de monitoreo y evaluación de las actividades realizadas, etcétera— y, en los casos en que sea necesario, los inscribe en Registros Públicos. Es en el marco de estos instrumentos donde también se definirá cómo y por cuál de sus integrantes será ejercido el liderazgo formal de la instancia multisectorial una vez constituida. Actualmente, se ha conformado el Comité Multisectorial de Apoyo al Adolescente y Juventud de Juli (COMAAJ), que está reconocido por ordenanza municipal, es presidido por el alcalde y cuenta con un plan estratégico y operativo. El municipio de Juli, comprometido con el trabajo juvenil y contando con el apoyo de COMAAJ y la Coordinadora Distrital del Adolescente y Juventud de Juli (CODISAJ), ha constituido una oficina municipal de juventudes para impulsar políticas de juventudes distritales. Es conveniente remarcar que la municipalidad ha cedido un espacio físico para que ambas organizaciones —COMAAJ y CODISAJ— ejerzan sus labores. En la experiencia de Aguaytía, actualmente se ha conformado un comité multisectorial con la participación de diferentes ONG que intervienen en la zona, entre las cuales el municipio de la provincia de Padre Abad juega un papel protagónico. Se ha incorporado al trabajo multisectorial el plan de desarrollo de los jóvenes de Aguaytía, que fue promovido por la municipalidad, y se ha elaborado una propuesta de ordenanza municipal para el reconocimiento del comité. Igualmente, el reconocimiento de la experiencia de Amarilis (Huánuco) se ha llevado a cabo mediante una ordenanza municipal aprobada en asamblea de regidores, en la que se constituyó un comité multisectorial en el que participan diferentes actores, representantes de instancias gubernamentales que cuentan con el apoyo de la municipalidad distrital. 31 A partir de la experiencia multisectorial fomentada por el proyecto, la junta vecinal del asentamiento humano Nueve de Octubre (Pucallpa, Ucayali) constituyó una Secretaría de Asuntos Juveniles en la que participan los jóvenes de la comunidad. Paso V. Ejecución del trabajo en el tema que motivó la creación de la instancia multisectorial Si consideramos la construcción social de las experiencias multisectoriales, en las que intervienen diferentes actores, veremos que éstas tienen que ser concebidas como una estrategia de intervención para el logro del desarrollo integral del y la joven en la comunidad y no como un fin en sí mismas. Por lo tanto, el proceso no termina cuando se constituyen las instancias multisectoriales; todo lo contrario: ése es el momento en el que se necesita un acompañamiento especial para fortalecer la experiencia y darle sostenibilidad hasta que genere su propia dinámica de funcionamiento y sea capaz de perdurar en el tiempo. Por este motivo, las instituciones que apuesten por este tipo de instancias como modo de intervención tienen que destinar recursos humanos y materiales al logro de los objetivos estratégicos de la red o comité multisectorial, e implementar estos objetivos como una de sus líneas de acción. Una vez constituida y reconocida la instancia multisectorial, debe dedicarse a desarrollar el trabajo para el cual fue creada. Esto asegurará su vigencia y su mejora continua, así como posibilitará su eventual crecimiento a través de la incorporación de nuevas organizaciones; en definitiva, es el factor que determinará la razón de su existencia. Para desarrollar el trabajo de manera efectiva, será necesario establecer ciclos de operatividad regidos por un plan operativo que, en concordancia con el plan estratégico, fijará los objetivos que se deben alcanzar en cada ciclo. En el caso del trabajo desarrollado por el proyecto, siempre se incluyen temas de salud integral del y la adolescente y prevención del VIH-sida. Obviamente, esto no excluye otros temas que también sean importantes para los integrantes de la red, en la perspectiva de promover el desarrollo juvenil local. 32 SECCIÓN 6 EL MODELO RESULTANTE: RED MULTISECTORIAL DE DESARROLLO JUVENIL Y PREVENCIÓN DEL VIH-SIDA CON RED DE ESPACIOS PROMOTORES DEL DESARROLLO JUVENIL En su fase inicial, el proyecto promovió la creación de los centros de desarrollo juvenil localizados en algún establecimiento de salud o asociados a éste, con sus correspondientes áreas básicas, que fueron descritas en la sección 1. A partir de la introducción de la estrategia multisectorial se ha desarrollado otro modelo de atención, que representa la alternativa multisectorial del CDJ inicial. Como fuera mencionado en la sección anterior, a través de la implementación de la estrategia multisectorial se logró crear una instancia que, en forma general, se ha llamado Red Local de Desarrollo Juvenil y Prevención del VIH-Sida. Cada una de la organizaciones, agrupaciones e instituciones que integran esta red cuenta con espacios físicos, algunos de los cuales, como ha demostrado la experiencia, pueden ser utilizados para la atención o la socialización de los y las adolescentes. De esta manera, las diferentes áreas previstas en el CDJ inicial pueden también ser albergadas en ambientes pertenecientes a las diferentes organizaciones que integran la red, las cuales se harán cargo de la gestión y atención de los ámbitos que les sean asignados. El área de la que se ocupará determinada organización dependerá de las características de esta última. Así por ejemplo, en la escuela se podrán realizar talleres formativos y consejería; en el centro de salud, consejería y atención clínica; en el club deportivo, recreación; etcétera. Al vincular a través de la red estos diferentes espacios de atención y socialización de los y las adolescentes en la búsqueda de un objetivo común igual que el del CDJ inicial, se habrá descentralizado éste. De esta forma, las diferentes organizaciones participantes compartirán los costos y las responsabilidades, y brindarán a los y las adolescentes diferentes servicios que respondan a sus necesidades. Al mismo tiempo, en la comunidad se ampliará el espectro de servicios dirigidos a la juventud y se facilitará la accesibilidad tanto en términos geográficos como culturales, lo cual contribuirá al logro de los objetivos de la Red 33 Local para el Desarrollo Juvenil y Prevención del VIH-Sida. Al conjunto de servicios así creado se le llama Red de Espacios Promotores del Desarrollo Juvenil. Gráfico 5: Centro de Desarrollo Juvenil Multisectorial En el gráfico 5 se presentan diferentes instituciones8 que puedan participar en una red local de desarrollo juvenil y prevención del VIH-sida, y se ubican dentro de éstas los servicios correspondientes a las áreas básicas del CDJ, constituyéndose así la red de espacios promotores del desarrollo juvenil. Este modelo también facilita su propia replicabilidad debido a que, en vez de promover la creación de nuevos espacios, busca aprovechar la infraestructura física y los recursos humanos que ya existen en la comunidad. Con esta experiencia se desarrollan habilidades en una variante nueva de gestión, la multisectorial, que, dada la complejidad de muchos de los problemas que afrontan 8 La composición de instituciones y organizaciones participantes depende, entre otros factores, de su presencia en la localidad. 34 las comunidades, se convierte, cada vez con mayor intensidad, en la estrategia más indicada para resolver los retos que suelen presentarse en diferentes campos del desarrollo. 35 SECCIÓN 7 RECOMENDACIONES DESDE LAS LECCIONES APRENDIDAS En el transcurso de las experiencias multisectoriales desarrolladas en las diferentes zonas de aplicación del proyecto, hemos recogido una serie de lecciones que presentamos seguidamente con la intención de facilitar que la estrategia planteada se aplique en otras experiencias: En el caso de la estrategia multisectorial implementada por el proyecto, el municipio, como entidad que representa a la comunidad, cumple un rol importante en la institucionalización de la propuesta, pues es el llamado a reconocer formalmente el proceso a través de la promulgación de las correspondientes multisectorial ordenanzas. creada adquiere Cuando mayor así sucede, impulso y la instancia facilidades para implementar sus actividades. Los enfoques de interculturalidad, intergeneracionalidad, equidad de género, respeto a los derechos humanos, participación social, etcétera permiten que la construcción de las experiencias multisectoriales sea más sostenible, ya que fortalecen a la instancia generada , que además actúa como un espacio que promueve el entendimiento entre las culturas y las generaciones presentes en la comunidad. La participación social de actores de diferentes culturas y edades, así como su capacidad de llegar a consensos en el marco de la instancia multisectorial, permite congregar a los diferentes grupos sociales y generacionales alrededor de objetivos comunes, lo que potencia el desarrollo local. La frecuente debilidad de las estructuras de las organizaciones juveniles dificulta la participación sostenida de sus miembros. En ese sentido, ellos y ellas requieren un constante fortalecimiento, con el objetivo de asegurar su permanencia en la instancia multisectorial. Para lograrlo, el proyecto ha desarrollado diferentes estrategias, como la creación de un sistema de 36 educadores de pares para el trabajo entre jóvenes, la capacitación en temas relacionados con las organizaciones juveniles dirigida a las instituciones de adultos que participan en las experiencias y el desarrollo de secretarías juveniles en los municipios, que se encargan de facilitar la institucionalización de las agrupaciones juveniles. La fluctuación de los representantes de las instituciones en la instancia multisectorial es un factor debilitante. Para contrarrestarlo, se debe poner énfasis en la sensibilización al interior de las instituciones participantes, con el fin de comprometer a todos sus integrantes y reforzar la participación institucional. La elaboración de planes estratégicos y operativos con un componente participativo permitió construir procesos de coordinación y articulación de acciones entre las diferentes instituciones y organizaciones. A partir de la experiencia, las instituciones comprenden que la problemática juvenil tiene que ser solucionada multisectorialmente, con un enfoque integral. En este marco se definen actividades que serán implementadas por las organizaciones que forman parte de la instancia multisectorial y contribuirán al logro de los objetivos previstos en el plan estratégico; además, son un importante elemento de consolidación de la instancia multisectorial. Existen distintos puntos de vista sobre las potencialidades y los problemas de los y las jóvenes y adolescentes; así mismo, hay diferentes niveles de aceptación de la responsabilidad social ante esa problemática, así como una variedad de culturas organizacionales en las instituciones participantes. Esta heterogeneidad dificulta el diálogo y la participación plena entre los integrantes de la instancia multisectorial. En ese sentido, se requiere brindar capacitación a los diferentes actores institucionales para generar habilidades sociales que permitan construir relaciones democráticas y participativas. 37 BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA CORTÁZAR VELARDE, Juan Carlos. La juventud como fenómeno social. Pistas teóricas para comprender el período juvenil en el Perú. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú, CISEPA, 1997. DILLER, Guillermo y Roberto LÓPEZ. Multisectorialidad en VIH-sida. “Mainstreaming”, una manera de expandir la respuesta multisectorial. Lima: Cooperación Alemana al Desarrollo, 2003. ESPINOZA, Vicente. “Redes sociales y superación de la pobreza”. Revista de trabajo social, n.º 66, Santiago de Chile, 1995, pp. 31-44, Pontificia Universidad Católica. FAGETTI, Carlos y José Luis OLIVERA. Desarrollo local. Se necesitan actores y actrices. http://www.escenario2.or.uy/numero1/fagetti.htm. KLIKSBERG, Bernardo. “Capital social y cultura, claves esenciales del desarrollo”. 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