PRIMERA PARTE

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PRIMERA PARTE
Raskolnikov era un humilde joven universitario que vivía en la ciudad de San Petersburgo. Le rentaba un
cuartucho a Praskovia Pavlovna.
Raskolnikov estaba atrasado con algunos pagos de la renta y no tenía dinero, así que fue con la vieja
prestamista Aliona Ivanovna para empeñarle un reloj, cuando ella fue a donde estaba su caja del dinero para
darle, él vio sus llaves y el lugar donde la tenía. Después de hacer trato con la vieja, Raskolnikov salió del
edificio perturbado por ideas de cómo robar el dinero. Le dio sed y fue a una taberna, allí encontró a varios
borrachos y aun tipo con aire de funcionario.
El funcionario empieza una conversación con Raskolnikov y se presenta con el nombre de Marmeladov.
Marmeladov comentaba a Raskolnikov que no tenía trabajo y que su mujer era Catalina Ivanovna y que tenía
una hija que se llamaba Sonia, la cual se dedicaba a la prostitucion. Marmeladov le pide al joven que lo
acompañe a su casa.
Al llegar a la casa, estaba ahí Catalina Ivanovna y sus hijos mal vestidos, sucios y flacos. Al reconocer
Catalina Ivanovna a su marido le empezó a gritar y a reclamar por el dinero gastado en la taberna. Catalina
Ivanovna corrió a Raskolnikov de la casa, Raskolnikov sacó dinero de su bolsillo y lo dejó en el borde de la
ventana para que la familia de Marmeladov lo recogiera. Raskolnikov regresó a su casa.
Al despertar Raskolnikov a la mañana siguiente, Anastasia, la sirvienta, fue a llevarle un poco de comida y a
platicar con él. Anastasia le comentó a Raskolnikov que Praskovia Pavlovna iba a denunciarlo a la policía por
no pagar el alquiler. Anastasia le entregó una carta a Raskolnikov la cual era de su madre, la carta contaba a
Raskolnikov la difícil situación de su madre y su hermana de él, Dunia. En la carta la madre de Raskolnikov le
contaba que: Dunia trabajaba en la casa de la familia Svidrigailov pero hubo un mal entendido y la corrieron.
Tiempo después un hombre llamado Pedro Petrovich Lujin declaró su amor por Dunia, esta terminó por
aceptarlo y después de poco tiempo se casarían. Además Dunia y la madre de Raskolnikov irían a San
Petersburgo para visitarlo a él.
Raskolnikov salió de prisa de su cuarto para ir a la iglesia de San Basilio, molesto por el próximo casamiento
de Dunia y Pedro Petrovich, pues Pedro Petrovich no le inspiraba confianza.
Raskolnikov se dirigía a la iglesia de San Basilio cuando frente a un banco se encontró con una niña de 15
años la cual estaba ebria, un hombre con intenciones de violarla la seguía. Raskolnikov por intentar proteger a
la muchacha quiso golpear al hombre hasta que de pronto apareció un policía y detuvo la pelea, Raskolnikov
le contó la situación al policía el cual le dio la razón. El policía preguntó a la niña su dirección la cual
fastidiada de las preguntas empezó a caminar, el policía se fue tras de ella para protegerla
Raskolnikov llega a la iglesia de San Basilio después de un tiempo sale y va a comer a un restaurante, bebe
aguardiente y de camino a su cuarto pasa por la isla de Petrovsky y se queda dormido en la hierba. Despertó
después de una pesadilla y levantándose, se dirigió a su casa. En su camino se encontró a Isabel Ivanovna, la
hermana menor de Aliona Ivanovna, la cual conversaba con unos comerciantes, Raskolnikov escuchó la
conversación y se enteró que Isabel no estaría a las 7:00 en su casa y la prestamista estaría sola. Raskolnikov
llego a su cuarto y empezó a planear como asesinar a la usurera pues no había mejor oportunidad que cuando
estuviera sola.
Raskolnikov permaneció dormido hasta las 6:00. Al despertar rápidamente preparó el hacha para asesinar a la
usurera, la escondió en su gabán y se dirigió a la casa de la vieja.
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Cuando la vieja abrió la puerta Raskolnikov entró y le dijo a la usurera que traía algo apara empeñarle, lo que
no era más que un engaño. En lo que la vieja se entretenía destapando el paquete, Raskolnikov tomó el hacha
y asesinó a la vieja, después le sacó las llaves de entre la ropa y fue a abrir el cajón para robar el dinero, pero
no pudo abrirlo, en eso llegó Isabel la cual se quedo pasmada al ver a su hermana asesinada, Raskolnikov
también la mató. Fue a abrir la cómoda y sacó todo los objetos valiosos que pudo, fue a lavarse la sangre y se
ocultó nuevamente el hacha. Dos hombres llegaron a hablar con la vieja y se dieron cuenta que la puerta solo
estaba cerrada con cerrojo por lo que pensaron que si debían de estar, pero no les habrían. Fueron a buscar al
portero para preguntarle que hacer. Raskolnikov que estaba dentro salió deprisa y comenzó bajar, para no
encontrarse con ellos se escondió en una habitación vacía la cual al parecer se estaba pintando, ya cuando
ellos pararon él salió a toda prisa para llegar a su casa. Raskolnikov enferma de fiebre después de matar a la
usurera y a Isabel.
SEGUNDA PARTE
Raskolnikov fue a la comisaría con las intenciones de denunciarse pues se sentía mal por lo que había hecho.
Cuando él estaba esperando turno llegaron unos hombres a denunciar el asesinato de la usurera, se le ocurrió
al secretario interrogarlo a él pero negó todo.
Raskolnikov salió de la comisaría muy nervioso. Raskolnikov pensó en enterrar lo robado así que fue lejos
hasta una de las islas, de vuelta resolvió en visitar a su amigo Razumikhin, apenas entro decidió salir de la
casa de su amigo. Regresó a su cuarto y se quedó dormido.
La enfermedad de Raskolnikov se agravó y él estaba inconsciente. Cuando despertó unos hombres insistieron
en darle 35 rublos que le enviaba su madre. Razumikhin también fue a visitarlo. Raskolnikov no estaba
contento con la visita de su amigo pues además fue Zossimov el ayudante del comisario que también era
doctor y fue para atenderle.
Razumikhin y Zossimov comentaban enfrente de Raskolnikov lo del asesinato de la usurera, y de los posibles
culpables; además empezaban a descifrar lo hecho por el asesino sin saber quien era. Razumikhin había
convencido a Praskovia Pavlovna en no cobrarle a Raskolnikov el dinero atrasado pues la situación de su
madre era difícil.
Cuando los visitantes de Raskolnikov platicaban llegó hasta el cuarto Pedro Petrovich, después de presentarse
y de comentar algunas cosas se interesó por la plática sobre el asesinato de la usurera, luego se retiró.
Raskolnikov corrió a Anastasia, a Razumikhin y a Zossimov diciéndoles que quería dormir.
Una vez que estuvo solo, Raskolnikov, salió de la casa dispuesto a huir. Se detuvo en una taberna, se puso un
poco borracho y luego de platicar con unos conocidos se retiró de ahí. Al salir de la taberna encontró a una
muchedumbre rodeando un carro tirado por caballos, debajo del carro vio a Marmeladov el cual había sido
atropellado; estaba herido, Raskolnikov pidió ayuda para llevar a Marmeladov a su casa, minutos después
Marmeladov muere y Raskolnikov promete ayudar a la viuda.
Mientras Raskolnikov está fuera de su cuarto su madre y su hermana llegan a visitarlo, al no encontrarlo
empiezan a preocuparse. De pronto llegó Raskolnikov, su madre y su hermana corrieron a abrazarlo.
TERCERA PARTE
Raskolnikov le dice a su madre y a Dunia que no le parece lo del casamiento de su hermana con Pedro
Petrovich, luego de discutir, él les pide que lo dejen solo. Razumikhin también empieza a pensar que Pedro
Petrovich es una mala persona. Raskolnikov seguía recuperándose de su enfermedad y las sospechas de las no
tan buenas intenciones de Pedro Pretrovich iban aumentando. Un día cuando todos estaban sentados
discutiendo llego al cuarto de Raskolnikov Sonia, la hija de Marmeladov, para invitarlo a una comida que
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Catalina Ivanovna iba a ofrecer. Al retirarse Sonia, Raskolnikov y Razumikhin van con Porfirio Petrovich
para entrevistarse con él y para reclamar las cosas que Raskolnikov había empeñado a la prestamista.
Empezaron los tres a hablar sobre un artículo que publicó Raskolnikov sobre un tipo de hombres
extraordinarios y otro de ordinarios; decía que los hombres ordinarios debían obedecer la ley y que los
extraordinarios podían violarla sin ningún problema. Después de un rato Raskolnikov decidió regresar a su
cuarto subió hasta arriba revisó que no hubieran pistas que lo delataran y volvió a bajar; una vez que estuvo
abajo un hombrecillo había ido a preguntar por él, cuando el portero lo señaló el hombre salió sin decir nada.
Raskolnikov se fue tras del hombre el cual al verlo le dijo ¡asesino! El hombrecillo siguió caminando sin decir
nada y Raskolnikov lo seguía. Cuando llegaron a una bocacalle el hombre siguió de largo y Raskolnikov
regresó a su cuarto. Raskolnikov se quedó dormido y tuvo una pesadilla, al despertar un desconocido lo
miraba fijamente.
CUARTA PARTE
El desconocido resulta ser el señor Svidrigailov el cual va con Raskolnikov para conocerlo. El señor
Svidrigailov contaba a Raskolnikov su vida con su esposa Marta Petrovna, además le comentó a que Pedro
Petrovich no era buen partido para que su hermana se casara. El señor Svidrigailov le dijo a Raskolnikov que
su esposa Marta Petrovna antes de morir le dejo 3000 rublos a su hermana Dunia (Abdocia Romanovna) y que
dentro de 2 o 3 semanas podrá cobrar el dinero. Al irse el señor Svidrigailov, Razumikhin entró al cuarto de
Raskolnikov, enseguida los dos salieron hacia el edificio Bakaleiev en donde los dos se iban a reunir junto con
Dunia, Pulkeria Alejandrovna (la madre de Raskolnikov) y Pedro Petrovich. En cierto momento ya empezada
la reunión Pedro Petrovich se refirió al dinero que recibiría Dunia diciendo con aire de desprecio contra
Pulkeria Alejandrovna y Dunia, que les sería de mucha ayuda, ambas mujeres se molestaron y después de
discutir Dunia rompió con Pedro Petrovich y él termino sido corrido del lugar por Raskolnikov. Pedro
Petrovich salió del lugar y sentía gran odio hacia Raskolnikov. Después Raskolnikov decidió retirarse del
cuarto y separarse por un tiempo de su madre y su hermana, pese al descontento de las dos mujeres se
despidió y salió; fue hasta el edificio en donde vivía Sonia Marmeladov; al llegar al miserable cuarto de Sonia
le empezó a decir que ellos debían seguir el mismo camino pues ambos eran desdichados, leyeron una pieza
de el nuevo testamento (sobre la resurrección de Lázaro), y el le dijo que volvería al día siguiente para decirle
quien había matado a Isabel Ivanovna, el señor Svidrigailov, el cual se hospedaba en el cuarto de a lado, había
escuchado toda la conversación entre Raskolnikov y Sonia. Al día siguiente después de ir con Porfirio
Petrovich y de regresar a su cuarto, Raskolnikov se preparó para asistir al sepelio de Marmeladov y después a
la comida que daría Catalina Ivanovna, se dio cuenta que era tarde para asistir al sepelio pero excelente hora
para ir a la comida. Al abrir la puerta se encontró con el hombrecillo del otro día, el cual lo acusaba de
asesino, pero esta vez venía para pedir a Raskolnikov disculpas pues según él eran falsas acusaciones las del
otro día.
QUINTA PARTE
A la comida que ofreció Catalina Ivanovna no asistieron más que un polaco y dos de sus magos, un
funcionario cubierto con una chaqueta maloliente un viejecillo sordo y un teniente retirado, pues Pedro
Petrovich y otras personalidades no se presentaron. Cuando Raskolnikov llegó a la reunión Catalina Ivanovna
se puso tan feliz que lo hizo sentar a su derecha; ella reconocía que aquel banquete era un fracaso. Pedro
Petrovich y Lebeziatnikov por fin llegaron. Pedro Petrovich interrumpió a todos para dar una queja: decía que
hace unos momentos Sonia había estado con él, cuando ella se retiró, notó que le faltaba un billete de 100
rublos que estaba sobre la mesa. Catalina Ivanovna se puso histérica negando las acusaciones, y para
demostrar que Sonia no era una ladrona empezó a voltear los bolsillos de la joven cuando de pronto saltó un
papel doblado, Pedro Petrovich lo recogió y resultó que era un billete de 100 rublos, enseguida comenzaron a
alegar y Amelia Ivanovna, la patrona, gritaba que debían llamar a la policía para que las encarcelaran a Sonia
y a Catalina Ivanovna. Catalina Ivanovna empezó a abrazar a Sonia y Pedro Petrovich hizo cara de compasión
y dijo que perdonaba a Sonia lo del incidente, de pronto Lebeziatnikov interrumpió a Pedro Petrovich
diciendo que era un calumniador y que había engañado a Sonia, pues el mismo vio cuando Petrovich
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fingidamente le había dado el billete de 100 rublos oculto con el de diez que Sonia aceptó que le había dado,
todo lo hizo para acusarla injustamente. Después de que los invitados insultaran al calumniador, Sonia salió
corriendo del domicilio para retirarse a su cuarto, Raskolnikov fue a seguirla; al llegar Raskolnikov a la casa
de Sonia entró en el cuarto y después de consolarla le dijo que adivinara quien había matado a Isabel, Sonia le
dijo que pensaba que había sido él, pero que en realidad solo pretendía asesinar a la vieja pero que las
circunstancias lo habían llevado a matar a Isabel; Raskolnikov le dijo has adivinado, Sonia comenzó a llorar
pero a pesar de los sucesos le besó las manos a Raskolnikov y le dijo que iría con él a todas partes y que jamás
lo dejaría. Después de conversar sobre las causas por las que Raskolnikov había asesinado a la vieja, se oyó
que tocaban a la puerta, Sonia fue a abrir, el visitante era Lebeziatnikov.
Lebeziatnikov le dijo a Sonia que Catalina Ivanovna se había vuelto loca o que al menos así parecía, decía que
Catalina estaba obsesionada en tocar el organillo para que sus hijos bailaran y la gente le diera limosna.
Apenas le decía eso Lebeziatnikov a Sonia, ella salió corriendo de la habitación. Raskolnikov regresó a su
cuarto, luego llegó hasta ahí su hermana. Dunia le dijo: lo se todo Razumikhin me lo a dicho, te atormentas
por falsas acusaciones. No corres ningún peligro. Al retirarse Dunia Raskolnikov le dijo que Razumikhin era
un hombre excelente, pero el lo hacia para que su hermana se casara con él. Mientras tanto Catalina Ivanovna
presa de la locura gritaba y bailaba en la calle junto a sus hijos, Sonia intentaba evitarlo pues un gendarme los
seguía, de pronto Catalina cayó y la tuberculosis que hacia que la sangre inundara lo pulmones estaba
ahogando a Catalina. Varios curiosos ayudaron a llevarla hasta el domicilio de Sonia. Ya una vez ahí después
de unos momentos Catalina murió. Svidrigailov se ofreció en pagar todos los gastos del funeral.
SEXTA PARTE
Cuando Raskolnikov estaba en su cuarto, Razumikhin fue a hablar con el; fue a decirle que el juez Porfirio
Petrovich le había dicho que ya habían descubierto al asesino: era Nicolás. Nicolás era un pintor que se
encontraba trabajando en el cuarto donde Raskolnikov se había escondido el día que mató a la vieja, según
Porfirio, Nicolás había confesado que el era el asesino. Razumikhin después de decirle eso salió a toda prisa
del cuarto. Raskolnikov decidió en ir a ver a Porfirio Petrovich cuando él abrió la puerta se encontró cara a
cara con el juez. Este entro y ambos comenzaron a platicar, después de que Porfirio le comentara sus
sospechas contra Nicolás, Raskolnikov pregunto que quien a fin de cuentas era el asesino, Porfirio le dijo: es
usted Raskolnikov, usted es el asesino. El joven tembloroso le dijo que el no era, pero Porfirio estaba
convencido de sus sospechas. Porfirio le propuso darle a Raskolnikov su indulgencia pero el joven la rechazó,
una vez que Porfirio se retiro del cuarto, hizo lo mismo Raskolnikov. Al ir caminado cerca del mercado del
heno se encontró con Svidrigailov el cual estaba dentro de un cabaret, Raskolnikov entro hacia donde estaba
el y se sentó en su mesa; el hombre le empezó a comentar a Raskolnikov su vida con su esposa Marta
Petrovna y la vez en que la hermana del joven llegó a su casa para trabajar como sirvienta. Svidrigailov le
platicaba sobre los acosos que sufría Dunia por parte de él. Luego Svidrigailov se levanto para salir de cabaret
Raskolnikov se paró al instante y fue tras de él, al notar Svidrigailov que Raskolnikov lo seguía se dio la
vuelta Raskolnikov le dijo que se había dado cuenta que todavía tenia intenciones deshonrosas contra su
hermana; ambos tomaron por su propio camino dejándose de ver. Svidrigailov va a entrevistarse con Dunia
pues aun está enamorada de ella pero Dunia lo rechaza; Svidrigailov se suicida por el rechazo. Raskolnikov
después de algún tiempo aconsejado por Svidrigailov fue a entregarse al a justicia sin antes no despedirse de
su madre, de Dunia y de Sonia. Una vez que Raskolnikov estuvo en la oficina de justicia frente a Ilia
Petrovich exclamó por fin: Yo fui quien asesino a hachazos a la vieja prestamista y a su hermana Isabel, con
el propósito de robarlas.
EPÍLOGO
Han pasado 18 meses desde el crimen de Raskolnikov y este se encuentra en la cárcel de Siberia condenado o
trabajos forzados de segunda categoría. El había confesado su crimen y todos los pasos seguidos durante el
asesinato y sus razones para hacerlo. Lo que lo llevó a asesinar a Isabel y todo lo que tuvo que pasar por las
sospechas contra él de sus conocidos, la enfermedad que le dio por la preocupación de ser descubierto.
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Él se avergonzaba de su crimen frente a los demás presos, pues estos decían que era un cobarde por matar a
esa gente y por la manera de hacerlo. La vida en el presidio era cruel y de condiciones difíciles. Un día Sonia
se enteró de que Raskolnikov sufría al no verla, así que hizo llegar una carta en donde le decía que pronto iba
ir a verlo. Después del encuentro la joven se retiró afligida. Raskolnikov se retiró en la noche al cerrarse la
puerta de la fortaleza y se acostó en su camastro. Tenía bajo su almohada una Biblia, era la cual donde ambos
habían leído el pasaje de la resurrección de Lázaro. Esperaba que su condena terminara para empezar una
nueva vida, una vida que tendría que pagar.
El epilogo por fin termina de este modo: Pero comienza aquí una nueva historia. La historia de la lenta
renovación de un hombre, de su regeneración progresiva, de su paso gradual de una vida a otra, de su
ascensión a una nueva realidad desconocida para él. Esto puede ser el tema de un nuevo relato; el que hemos
querido ofrecer al lector ha terminado.
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