1 DAÑO PSIQUICO Y TRABAJO Resarcimiento en accidentes y enfermedades del trabajo Otros supuestos: ambiente y violencia en el trabajo Alcances y supuestos en el litigio judicial El informe pericial *Luis Raffaghelli SUMARIO 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. Introducción. Salud mental y Trabajo. Factores de riesgo psicosocial en el trabajo. El Estrés y el Trabajo como fenómeno contemporáneo. Daño Psíquico. Reconocimiento. Límites del Decreto 659/96. Exclusión de las enfermedades. Baremo y Ley 26773. Jurisprudencia. Evolución. Tablas de Evaluación de la Incapacidad PSICOLOGICA. Comparaciones. Provisoriedad y Definitividad. Prueba del nexo CAUSAL. La Pericia Judicial. Características. Valor PROBATORIO. Particularidades de la pericia médicopsicológica. Conclusiones. Bibliografía “…En 1714 murió Bernardino Ramazzini. Él era un médico raro, que empezaba preguntando: ¿en qué trabaja usted? A nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia. Su experiencia le permitió escribir el primer Tratado de Medicina del Trabajo donde describió, una por una, las enfermedades frecuentes en más de cincuenta oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas para los obreros que comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y mugrientos…” Eduardo Galeano, CLACSO México DF (Página 12 – Bs.As. 18.11.2012) 1. INTRODUCCION Uno de los grandes temas que aborda la medicina del trabajo es el de las consecuencias que el trabajo enajenado, aquel que con tal de conseguir los objetivos de la productividad, no repara en los sufrimientos y consecuencias para la salud del trabajador que ejecuta las tareas. Ello resulta justificado si se piensa que lo más importante en esta materia, es la búsqueda permanente y constante de la prevención laboral. Tarea ciclópea que requiere respuestas multidisciplinarias y sobre todo una presencia permanente y activa del Estado en todas las etapas, como el compromiso de los actores sociales, en un profundo dialogo intersectorial. Sin embargo estamos muy retrasados al menos en Argentina, y si bien se han registrado avances en la prevención de los accidentes en ocasión del trabajo, no ocurre lo propio con las enfermedades profesionales. La Ley de Contrato de Trabajo Argentina tiene un concepto válvula que expresa la inspiración humanista del legislador imperante en su texto originario. El art. 4 segundo párrafo dice… “El contrato de trabajo tiene como principal objeto la actividad productiva y creadora del hombre en sí. Solo después ha de entenderse que media entre las partes una relación de intercambio y un fin económico en cuanto se disciplina por ésta ley”. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 2 Es decir que el hombre entrega con su prestación aspectos cuantitativos pero también cualitativos con su creatividad. Es por ello, como señala R.Capón Filas (Derecho del Trabajo, 1998) que además de la remuneración como elemento cuantitativo, debe recibir estabilidad y participación en las decisiones como elemento cualitativo. La realidad sin embargo desde hace tiempo presenta un trabajo enajenado, precarizado o el no trabajo como manifestación palpable demostrando que aquella disposición inserta en un texto de derecho positivo vigente resulta en gran parte declarativa y programática. Profundizar la investigación sobre los efectos del trabajo degradado, riesgoso, penoso o insalubre, como del no trabajo, es necesario aunque las sucesivas crisis lo tornen casi imposible. . 2. Salud mental y Trabajo “El estado de bienestar solo puede darse en el hombre al equilibrar la realidad externa con su realidad psíquica pudiendo establecer una armonía entre las amenazas del mundo exterior la decadencia de su cuerpo y los conflictos que plantean las relaciones personales”. (Sigmund Freud “El Malestar en la Cultura” Obras Completas Biblioteca Nueva España –T.II pag.3028/3029). “El otro elemento de las neurosis de guerra está representado por la neurosis traumática que como sabemos también aparece en la vida civil a consecuencia de sustos y accidentes graves, sin relación alguna con un conflicto en el yo”. (FREUD S. “Introducción al Simposio sobre las neurosis de guerra”T.III – Obras Completas pag.2542). La neurosis ha sido definida como…“sufrimiento psicológico y emocional ante el dolor y la frustración que desajustan y modifican la personalidad en el tiempo cuando no se logran las estrategias para resolver los conflictos” Carl JUNG El sufrimiento humano encuentra en el estudio de la relación entre salud mental y trabajo una de sus constantes ocultas (Bermann Sylvia, 1993). Las nuevas formas de organización del trabajo que busca resultados bajo lo que se ha denominado las “ciencias de la gestión” – management - ponen en riesgo cierto la salud de los trabajadores en el trabajo. Y qué decir entonces de los trabajadores informales, con alto porcentaje aún en nuestro país y bajo formas laborales precarias, que laboran en empresas que no alcanzan el standard mínimo legal de cumplimiento normativo respecto a la salud y seguridad en el trabajo. La sobrecarga de trabajo más tarde o más temprano genera patologías con accidentes o enfermedades. En éste aspecto Dejours (Bs.As. 2012) menciona cuatro grandes patologías: 1ª. Trastornos músculo-esqueléticos, que no solo afectan a los trabajadores manuales sino también a los administrativos y ejecutivos. 2ª. El síndrome de “burn out”…”estar quemado”. 3ª. La conocida en Japón como “muerte súbita” ocasionada por una hemorragia cerebral o un espasmo vascular, en ausencia de todo factor de riesgo cardiovascular (sin obesidad, hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, antecedentes familiares), sólo la sobrecarga laboral. 4ª. Consumo de drogas: cocaína, alcohol y medicamentos para poder soportar las exigencias del resultado, de la performance, en el que incurren trabajadores jerarquizados, ejecutivos y obreros de la cadena de montaje. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 3 El trabajo de las personas cuando éstas se sienten fuera de lugar o que desarrollan una actividad reñida con su propia ética trae aparejado sufrimiento, y por ende un reflejo en la psicología humana, cuestión que fuera eje temático del Segundo Congreso Universitario de Psicología aplicada al trabajo (Bs.As. mayo 2013). No se puede pedir al trabajador que se traicione a sí mismo, que realice algo que considera que está mal, no relacionado con la ética del trabajo sino con la de la productividad. Ante ésta realidad denunciada por los estudiosos del máximo nivel de investigación en la materia, solo cabe insistir en la lucha por materializar el trabajo digno, decente, y la protección del mismo, aplicando las normas internacionales en materia de salud y seguridad laboral, ya que como desde 2004 ha dicho la Corte Federal Argentina, la persona humana es el centro de protección y el trabajador sujeto de preferente tutela, y no un objeto del mercado, o en otras palabras, es la clave esencial de la cuestión social, que no admite postergaciones ante la lógica de la productividad. El Consejo de Administración de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT) aprobó una nueva lista de enfermedades profesionales en su reunión del 25 de marzo de 2010. Esta nueva lista sustituye a la que figura en el anexo de la Recomendación sobre la lista de enfermedades profesionales y el registro y notificación de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales n°194 que fue adoptado en 2002. Uno de los responsables del documento sostuvo que ...”El número de factores físicos, químicos, biológicos y psicosociales que afecta la salud de los trabajadores crece constantemente, así como el número de enfermedades profesionales incluidas en los programas nacionales sobre seguridad y salud en el trabajo y en los esquemas de indemnización. Por lo tanto, es necesario revisar con regularidad las listas de enfermedades profesionales y agregar aquéllas recién identificadas, con el objetivo de maximizar la eficacia de las estrategias de prevención y de los esquemas de indemnización apropiados. Esta reunión dio un paso en la dirección correcta”, (Sameera Al-Tuwaijri, jefa del Programa de Seguridad y Salud en el Trabajo y Medio Ambiente de la OIT). La lista revisada incluye una serie de enfermedades profesionales reconocidas a nivel internacional, desde enfermedades causadas por agentes químicos, físicos y biológicos hasta afecciones de la piel, trastornos del sistema osteomuscular y cáncer profesional. Establecieron una serie de criterios para decidir qué enfermedades incluir en la lista actualizada, a saber: • Relación de causalidad con un agente específico, exposición o proceso del trabajo; • Conexión con el ambiente de trabajo y/o profesiones específicas; • Suceder entre grupos de personas afectadas con una frecuencia mayor al promedio de incidencia del resto de la población; • Existir evidencia científica de un patrón definido de enfermedad luego de la exposición y la posibilidad de contagio. Pero además expresamente incluye enfermedades que identifica como trastornos mentales y del comportamiento referidas a: a) Trastorno de estrés postraumático. b) Otros trastornos mentales o del comportamiento no mencionados en el punto anterior cuando se haya establecido, científicamente o por métodos adecuados a las condiciones y la práctica nacionales, un vínculo directo entre la exposición a factores de riesgo que resulte de las actividades laborales y lo(s) trastornos(s) mentales o del comportamiento contraído(s) por el trabajador. (Anexo normativo listado de enfermedades OIT pto.2.4). c) Estrés: CyMAT, ambiente laboral. d) Burn out síndrome del quemado. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 4 Países que aprueban nuevos LEP: Chile, Brasil, Colombia. Actividades vulnerables: docentes, bomberos, trabajadores de la salud. e) Debe sumarse como fenómeno actual el de la violencia en el trabajo que produce daño psíquico y ocupa por sus consecuencias a los tribunales penales y laborales. La violencia laboral no es lo mismo que el conflicto laboral1, ya que éste existe en todo lugar de trabajo ante la existencia de intereses diferenciados y resulta consustancial a las relaciones humanas y sociales. Este existe en todos los lugares de trabajo por la existencia de intereses diferenciados, ser consustancial al ser humano y las relaciones sociales. El conflicto es contraposición y confrontación de posiciones, intereses y necesidades que se tornan incompatibles pero no son sinónimo necesariamente de violencia laboral. La Oficina de Asesoramiento en Violencia Laboral (OAVL) del Ministerio de Trabajo de la Nación define a la violencia laboral como…toda acción omisión o comportamiento destinado a provocar directa o indirectamente daño físico, psicológico o moral a un trabajador o trabajadora, sea como amenaza o como acción consumada. La violencia laboral incluye la violencia física, el acoso sexual y la discriminación. Y puede provenir de niveles jerárquicos superiores, de empleados del mismo rango o de rango inferior y de usuarios/pacientes/clientes”. Los fenómenos de violencia laboral no se deben a problemas de personalidad ni a problemas psicológicos de las personas involucradas cuando se derivan de los modos de organizar el trabajo y obedecen al trabajo hostil. Por ello puede ser objetiva cuando depende de esto o subjetiva, cuando existe una conducta deliberada y persecutoria contra un trabajador o trabajadora. La violencia psicológica es mucho más frecuente que la violencia física y prevalecen: el abuso verbal, la presión moral por sobre el acoso sexual u otras formas de violencia laboral psicológica. 3. Factores de riesgo psicosocial en el trabajo. Para el estudio de la relación entre salud y trabajo, existen diversas posturas. El modelo multicausal de análisis que posee mayoritario consenso parte de la concepción de factor de riesgo. El término “factor de riesgo” se articula integrado con las diversas causas existentes (las conocidas y las desconocidas) que interaccionan en la realidad, de manera que una misma enfermedad tiene en la práctica diversas causas y una misma causa puede estar relacionada con diversos efectos (enfermedades o trastornos de la salud concretos). Entonces, en el marco del trabajo un factor de riesgo laboral se configuraría como “todo objeto, sustancia, forma de energía o característica de la organización del trabajo que puede contribuir a provocar un accidente de trabajo, agravar las consecuencias del mismo o provocar, aun a largo plazo, daños a la salud de los trabajadores2.” Las conceptualizaciones de los factores psicosociales del trabajo son vastas y diversas, aunque, a nivel general, acuerdan con los términos de la definición de la OIT – OMS (1986: 3): …”Los factores psicosociales en el trabajo consisten en interacciones entre el trabajo, su medio ambiente, la satisfacción en el trabajo y las condiciones de su organización, por una parte y por la otra, las capacidades del trabajador, sus necesidades, su cultura y su situación personal fuera del trabajo, todo lo cual, a través de percepciones y experiencias, pueden influir en la salud y en el rendimiento y la satisfacción en el trabajo”. “La Violencia laboral en los Supermercados y Call Center” Investigación de la Universidad Nacional de Lanús y el Sindicato de Empleados de Comercio, agosto 2014. 2 “Factores de riesgo psicosocial en el trabajo en Argentina” Marco Teórico, abril 2013, pag.3 SRT – MTEySSN. 1 Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 5 La definición comprende tanto las cuestiones que se presentan en un espacio de trabajo, especialmente, en su organización, como las características del trabajador que pueden preexistir y trascender a dicho espacio. Las vinculaciones entre ambas instancias están presentes y adquieren relevancia en mi criterio para el estudio de las enfermedades laborales. En la obra de la OMS acerca de los “factores psicosociales del trabajo” se destaca que “los trabajadores se exponen colectivamente a las influencias psicosociales del mundo laboral y que “cuando la influencia de un factor psicosocial es intensa, es menor la importancia de la variabilidad individual.” Se mencionan tres elementos de las fuentes de riesgo que originan los factores de riesgo3: Condiciones internas de trabajo, definidas en sentido muy amplio como “el conjunto de propiedades que caracterizan la situación de trabajo, que influyen en la prestación del mismo y que pueden afectar la salud del trabajador y su conducta. En este sentido incluyen tanto los aspectos de la tarea, como las condiciones del ambiente físico en que se desarrolla, las condiciones de la estructura, las políticas organizacionales y las relaciones que se suceden en el escenario del trabajo”4. Individuo, síntesis de componentes de tipo social, psicológico y biológico. Condiciones externas al trabajo, referidas al conjunto de elementos que conforman el entorno familiar, socioeconómico, político y estatal que rodea al individuo y a la organización. Los factores de riesgo psicosocial reconocen dos instancias: 1ro. Los derivados de la organización del trabajo. Las variables consideradas como propias de la organización del trabajo son: El tiempo de trabajo es decir el que el trabajador transita y permanece en el espacio de trabajo, regulado en el art.197 y ccts. De la LCT. El ritmo de trabajo esencial al proceso de trabajo y que apunta en palabras de Coriat a la reducción de los “poros” y los “tiempos muertos” en el curso productivo. La modalidad salarial que compensa o debe compensar el esfuerzo de los trabajadores, y que excede las condiciones de empleo para formar parte de las CyMAT. La presencia sindical que de cumplir su rol histórico, debería reasegurar condiciones satisfactorias de labor. La autonomía del trabajador para llevar adelante la tarea y que resulta importante ya que tiene otra dimensión del control del método de trabajo. La carga mental que significa el contenido y cantidad de tareas que debe afrontar el trabajador y se vincula con las exigencias. Los cambios en el lugar de trabajo, influyen en el bienestar del trabajador cuando no se preparan tecnológica ni psicológicamente, cuando no se evalúan los costos humanos, no se conciben según los principios ergonómicos de la etapa de planificación y/o no se aplican suficientemente las medidas de apoyo. Pueden afectar la salud mental y vitalidad. VILLALOBOS F. Gloria H. “Vigilancia epidemiológica de los factores psicosociales. Aproximación conceptual y valorativa” 2004. Cienc Trab. Oct-Dic; 6(14):197-201), Bogotá, Colombia. 3 4 Villalobos F. G. obr.cit. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 6 La claridad de rol para evitar la posible ambigüedad en el reparto y asignación de misiones y funciones. Conflicto de rol, aparece como riesgo cuando los valores del trabajador se contradicen con el contenido de las tareas que debe realizar. El reconocimiento, tiene que ver con la valoración de los trabajadores, expresada en una auténtica consulta y la participación en la toma de decisiones, la no limitación de la iniciativa 5. El contrato de trabajo debe expresar el trabajo digno, ya que la precariedad contractual implica exposición a la pérdida de su trabajo, limitando sus posibilidades de desarrollo. 2do. La violencia en el trabajo que se dan en el marco de las relaciones interpersonales y que son otros factores de riesgo psicosociales, encontrándose definida en la Res.05/2007 del MTEySSN. Las conductas propias de la violencia laboral asumen la forma de acoso moral o psicológico que, en el mundo del trabajo, se manifiestan como abuso de poder para doblegar la voluntad del otro, mediante el empleo de la fuerza física, psicológica, económica y política; pudiéndose con ello, provocar la enfermedad o renuncia del trabajador, afectando sus otros ámbitos de pertenencia y entorno familiar. A su vez, considera que la misma es una problemática de gran magnitud, tanto en el sector público como en el privado. La violencia en el lugar de trabajo se conceptúa por la OIT como toda acción, incidente o comportamiento que se aparta de lo razonable mediante el cual una persona es agredida, amenazada, humillada o lesionada por otra en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma entendiendo la violencia interna en el lugar de trabajo como la que tiene lugar entre los trabajadores, incluidos directores y supervisores y la violencia externa la que tiene lugar entre trabajadores y toda otra persona presente en el lugar de trabajo6. 4. El Estrés y el Trabajo como fenómeno contemporáneo. El creador de la teoría del estrés fué Hans Hugo Bruno SELYE, científico de origen austrohúngaro que publico en Canadá en 1950, sus investigaciones realizadas sobe el estrés, la ansiedad y el trastorno de adaptación, tarea que desarrolló como Director del Instituto de Medicina y Cirugía Experimental de la Universidad de Montreal. Definió el estrés como la velocidad del desgaste vital, buscando los mecanismos biológicos por los cuales el organismo se enfrenta a agresiones y problemas que debe enfrentar. Nos interesa lo que se vincula con los estresores que la organización del trabajo coloca e introduce en las personas que cumplen tareas en las mismas, ya que el estrés es un fenómeno mucho más general que abarca a todos los aspectos de la vida y de la sociedad. El estrés laboral distingue los estresores internos o “intra-organizacionales” y externos o “extraorganizacionales”. Los primeros se manifiestan en el puesto de trabajo, la estructura organizacional, el denominado sistema de recursos humanos y todo lo que tiene que ver con el cumplimiento de la labor específicamente la subordinada. Mientras que los segundos se refieren a la vida familiar, económica, legal del trabajador fuera de la empresa. 5 OIT Enciclopedia de Salud y Seguridad en el trabajo. Factores Psicosociales y de organización, 34.7. 6 OIT 2003. “Repertorio de recomendaciones prácticas sobre la violencia en el lugar de trabajo en el sector de los servicios y medidas para combatirla”. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 7 El estrés ocupacional no influye en la misma medida en las personas, por cuanto depende de la personalidad y se vincula con enfermedades como las coronarias, existiendo estudios que califican a aquellas según su propensión a la sobrecarga laboral o empleando tiempo de ocio y los que ponen límites a esa demanda. También distinguen estímulos de corta duración con una sobrecarga de trabajo en una fracción temporal limitada y los de larga duración como el temor a perder el trabajo o una organización que afecte al trabajador por el ritmo laboral, los controles, el trabajo a destajo o por premios y calidad, el extraordinario,etc. El estrés negativo o denominado distrés lleva a una baja del sistema inmunológico y así ha sido señalado por la Medicina del Trabajo aumentando las intoxicaciones, infartos, enfermedades psicosomáticas originadas en el trabajo, trastornos gastrointestinales, tuberculosis como consecuencia de ese déficit inmunológico. El estrés y el riesgo a sufrir problemas en la salud se entronca con aquella línea que argumenta que aparecen cuando las exigencias del trabajo no se ajustan a las necesidades, expectativas o capacidades del trabajador. (Enciclopedia OIT, 2001: 34.2). Cuando los factores de riesgo superan los recursos que a manera de defensa sostienen los trabajadores, se crean las condiciones para que el estrés entre en escena. El estrés en el trabajo ha sido definido como “un conjunto de reacciones emocionales, cognitivas, fisiológicas y del comportamiento a ciertos aspectos adversos o nocivos del contenido, la organización o el entorno de trabajo. Es un estado que se caracteriza por altos niveles de excitación y de angustia, con la frecuente sensación de no poder hacer frente a la situación.” (Comisión Europea, 2000: 1). Si bien el estrés es una reacción normal frente a los cambios si el mismo es muy frecuente y con secuencias cada vez más cortas conduce al distrés provocando trastornos cerebrovasculares, hipertensión arterial severa, úlcera gastroduodenal, colon irritable hasta trastornos en la piel. A ello se suman las angustias por la falta de trabajo, el temor a perderlo o por los cambios en el trabajo, y las actividades muy predisponentes al distrés como la de choferes de corta, media o larga distancia sin descanso apropiado, y por supuesto aquellos establecimientos donde no se cumple a rajatabla las normas sobre seguridad y salud en el trabajo, que son predisponentes de enfermedades profesionales o accidentes traumáticos, aunque las primeras en muy pequeña proporción se las acepta como tales. Y toda enfermedad o evento dañoso mal llamado accidente, trae aparejado consecuencias emocionales, con mayor o menor daño psíquico según su importancia y la persona. Una combinación de estresores originados por el entorno social, el laboral y en el propio sujeto pueden desencadenar en el denominado “burn out” o síndrome del quemado. El tipo de profesión, las disfunciones en el desempeño laboral, el clima laboral, el contenido del puesto laboral y las características de personalidad son estudiados como antecedentes o facilitadores del síndrome. Los desencadenantes son estresores de carácter crónico en el ambiente laboral mencionándose cuatro categorías7: a) Ambientes físico de trabajo y contenidos del puesto como fuente de estrés laboral b) Estrés por desempeño de roles, relaciones interpersonales y desarrollo de la carrera. c) Estresores relacionados con las nuevas tecnologías y otros aspectos organizacionales. d) Fuentes extra organizacionales de estrés laboral: relaciones trabajo-familia. Las consecuencias patológicas del distrés laboral conducen a la despersonalización del trabajador, deja de ser por sí mismo. Los valores sociales en boga reconocen por lo que se hace productivamente y por lo que se tiene, no por lo que se es, convirtiendo al trabajador en prisionero de las metas laborales, desafío 7 PEIRO José M. “Desencadenantes del estrés laboral” Madrid, 1992. Eudema, 1ºEd. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 8 permanente, obligación de ser fuerte, de adaptabilidad y disponibilidad permanentes8. Este modo de vida produce enfermedades de adaptación y enfermedades del alma (crisis de la idealidad). El burnout para ser encuadrado como tal debe presentar estas características fundamentales 9: a. Desgaste psíquico. Aparición de agotamiento emocional. b. Indolencia. Actitudes de indiferencia. c. Ausencia de ilusión por el trabajo y presenta características EMOCIONALES (depresión), COGNITIVAS (pérdida de significado), CONDUCTUALES (evitar responsabilidades) y SOCIALES (aislamiento). El síndrome de burnout – agotamiento extremo – aparece cuando fracasan los mecanismos de adaptación a situaciones laborales con un estrés sostenido10. El burnout es frecuente entre los médicos jóvenes – residentes - cuyo agotamiento emocional los lleva a mostrar una reactividad disminuida frente a la emoción, disminuyendo el compromiso médico paciente, y crece la tendencia a las especialidades con un mayor distanciamiento de las personas, como imágenes, hemodinamia, auditoría médica, anestesiología11. Lo preocupante es nuestra mora en el reconocimiento de ésta patología, reconocida ya como enfermedad profesional pero no incorporada al listado de nuestro sistema legal de riesgos del trabajo, siendo que la propia Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) tiene trabajado el tema. Todo ello requiere sin duda prevención y más prevención, y compromiso de todos los actores sociales vinculados al trabajo como única forma de humanizarlo, sabiendo de antemano de lo harto dificultoso que ello resulta. 5. Daño Psíquico. Reconocimiento. Límites del Decreto 659/96. Exclusión de las enfermedades. Baremo y Ley 26773. El daño psíquico se constituye en relación a una injuria, traumatismo o lesión con entidad suficiente para ello. Es toda forma de deterioro, o disfunción o disturbio o alteración o desarrollo psicógeno o psicoorgánico de las personas, que impactando sobre sus esferas afectiva y/o intelectiva y/o volitiva, limita su capacidad de goce individual, familiar, social y/o recreativa. Debe tenerse presente que cada ser humano tiene su peculiar campo de "tarea" y/o cualquier "quehacer vital" o -también - "capacidad de goce", diferenciándose éste de las demás personas, no solo en su extensión, sino también en cuanto a su comprensión, implica al "conjunto de cualidades que integran una idea o concepto" (Castex M. 1989). El daño psíquico es innegable cuando se trata de infortunios severos, ya sea súbitos o de enfermedades laborales o con-causadas por el trabajo, y puede adquirir diferentes dimensiones confluyendo distintos factores en ello, como la edad, la calificación de la víctima, el grado de incapacidad y el temor ante la posibilidad de no poder recuperar la aptitud laboral que se tenía, o como adaptarse ante las disminuciones sufridas, con sus secuelas personales, sociales y familiares. Pero el operador jurídico se topa como se ha señalado supra con el valladar que le impone la ley especial y sus reglamentaciones, baremos y tablas de incapacidades…”las enfermedades psicopatológicas no serán motivo 8 REDONDO Ana Isabel “Delimitación conceptual, diagnóstico y prevención del burnout” Facultad de Psicología, Universidad de Mar del Plata,2004. 9 MACIA Guillermo G. “Burnout. El síndrome del quemado. Un desafío en salud ocupacional que nos quema” Rev. Derecho Laboral y Seguridad Social, marzo 2012 pag.483 y ss. 10 Flichtentrei Daniel Instituto de Investigación de la Universidad de Girona, España. Rev. Española de Salud Pública, Burnout Research. 11 López Rosetti Servicio de Medicina del Estrés Hospital de San Isidro. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 9 de resarcimiento económico, ya que en casi la totalidad de éstas enfermedades tienen una base estructural”… preexistentes. La psicopatología resulta una rama compartida entre el saber de la Psicología y la Psiquiatría en la que se estudian: • • • • Causas. Síntomas. Evolución y Pronóstico de las enfermedades mentales. Por ello la determinación del daño psíquico debe contar con el concurso inescindible del médico psiquiatra y del psicólogo. El conocido “Test de Rorschah” es de vital importancia ya que refiere a la organización y proceso interno del sujeto y verifica el desequilibro causado por el estímulo externo, ya sea el accidente o la enfermedad causada por el trabajo. Es necesario articular el diagnóstico propuesto desde el discurso de la psiquiatría en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la implementación de una batería psicodiagnóstica completa y exhaustiva como la del antes citado test y otros que dispone la psicología. En el caso del “Rorscharh” proporciona datos que convergen en organización y proceso interno del sujeto, con aporte descriptivo de su “ahora”. Tiene distinta categoría diagnóstica que las del tipo DSM, que describe trastornos de las personas, pero no establece las particularidades de cada sujeto que si lo posibilita el psicodiagnóstico. El objeto del “saber psiquiátrico” tiene una matriz universalizante mientras que el “saber psicológico” tiene una particularidad tomando al sujeto periciado como ser único e irrepetible. Para que un hecho entendido jurídicamente, devengue en daño psíquico en quien lo sufre requiere de la convergencia de dos factores fundamentales: Uno, de orden externo, cual es la dimensión del estímulo que provoca la respuesta psíquica. Y el otro, interno que es la posibilidad del sujeto de metabolizar la realidad. Cuando se rompe el equilibro entre ambos estamos ante el conflicto psíquico y eventual daño psíquico. La determinación del daño psíquico puede determinarse de dos modos opuestos: Un modo que valoriza la preexistencia y que esta prevalece sobre el trauma con el concepto de causa ocasional u ocasión. Considera el sustrato pre-existente pero rechaza conceptos ambiguos como el de causa ocasional. Si el trauma favorece aun mínimamente significa que es concausa aunque confluya con factores de la personalidad. Cada persona tiene el derecho a la integridad de su salud física y psíquica como es, sea muy buena o de frágil equilibrio psíquico, ya que la elección entre uno u otro modelo de resolución del problema es en gran medida un juicio de valor más bien que un juicio científico 12. Se reconocen reacciones o desorden por estrés postraumático, reacciones vivenciales anormales neuróticas RVAN. Estados paranoides. Depresión psicótica con nexo causal específico relacionado con accidentes de trabajo pero no con enfermedades profesionales o con-causadas por el trabajo. Descarta causas ajenas como personalidad predisponente, factores socioeconómicos, familiares. 12 TKACZUK Josefa “Daño Psíquico” Publicaciones USAL 2002. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 10 Las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo no consideran secuelas psíquicas o las consideran como sustrato previo e inculpable. No definen enfermedades psicopatológicas ni significado de “base estructural”. Las reacciones o desordenes por estrés POST TRAUMATICO según el baremo vigente de la Ley 24557 aprobado por Decreto 659/96 serán reconocidas cuando tengan directa relación con eventos traumáticos relevantes que ocurran en el trabajo, ya sea como: a) Accidentes de trabajo como hecho súbito o b) Como testigo presencial del mismo. Constituyen una enfermedad, reconocida oficialmente por el DSM III, y la CIE 10 (OMS), que tiene una etiología, una presentación y un curso, así como un pronóstico y resolución. Establece que…en general tienden a adaptarse a su nueva realidad, y la gran mayoría de los pacientes mejoran al cabo de tres a seis meses, sin secuelas. “Un grupo menor de casos evolucionan a una NEUROSIS POST TRAUMATICA, la que sí determina algún grado de incapacidad para el trabajo”. Considera para su evaluación las Reacciones vivenciales Anormales Neuróticas (RVAN), que luego de seis meses se transforman en Desarrollo Vivencial Anormal Neurótica (DVAN). Las RVAN son un proceso con manifestaciones agudas de 3-6 meses, mientras que las DVAN son manifestaciones crónicas (criterio K.Jaspers). Los rasgos de la personalidad no son iguales a enfermedad, aunque aquellos pueden operar de manera diversa en la víctima de un accidente o enfermedad laboral. Se debe evaluar cuidadosamente la personalidad previa, y se considera importante para la evaluación: • • • • • La personalidad básica del sujeto, La biografía, Los episodios de duelo, La respuesta afectiva, Las expectativas laborales frustradas y sus relaciones personales con el medio. Contempla cuatro grados. El Grado I se define como relacionado a situaciones cotidianas, la magnitud es leve, no interfiere en las actividades de la vida diaria, ni a la adaptación de su medio. No requieren tratamiento en forma permanente sin incapacidad. El desenlace sin incapacidad de éste grado resulta criticable en cuanto no aclara si puede ameritar al menos un tratamiento terapéutico, ya que no lo descarta y por ende coloca en manos del perito la responsabilidad de interpretar el texto en relación al caso concreto y la persona de la víctima. En Grado II se acentúan los rasgos de la personalidad de base, no presentan alteraciones en el pensamiento, concentración o memoria. Necesitan a veces algún tipo de tratamiento medicamentoso o psicoterapéutico y otorga una incapacidad del 10 %. La reacción vivencial anormal produce un trastorno anatómico y/funcional psicofísico, y por ende parece inconveniente encorsetar al juez con la fijación rígida del porcentaje que fija, lo que en caso de juicios por fuera del régimen especial tarifado, habilitarán al juez a efectuar comparaciones con otros baremos y con el DSM IV. Las de Grado III requieren un tratamiento más intensivo. Hay remisión de los síntomas más agudos antes de tres meses. Se verifican trastornos de memoria y concentración durante el examen psiquiátrico y psicodiagnóstico. Las formas de presentación son desde la depresión, las crisis conversivas, las crisis de Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 11 pánico, fobias y obsesiones. Son reversibles con el tratamiento psicofarmacológico y psicoterapéutico adecuado. Al año continúan los controles. Otorga una incapacidad del 20 %. Se ha criticado como inapropiado el porcentaje de incapacidad que se fija, ya que se trata de un cuadro mental importante, que puede tener recurrencia futura y reagravaciones del mismo estado psicopatológico (Pérez Dávila, 2012). El último párrafo contempla la reversibilidad del cuadro de por lo menos un año, lo que frente a una causa judicial crea un problema al perito y al juez, ya que no se puede establecer un porcentaje “provisorio” como si se lo puede hacer hasta tanto la incapacidad adquiera la nota de definitividad, pero el perito médico particularmente el psiquiatra con asistencia del profesional en psicología, de acuerdo a su experiencia y frente al caso concreto debe darle una clara opción al juez para que éste determine el resarcimiento, conforme las circunstancias de la causa. Las de Grado IV requieren de una asistencia permanente por parte de terceros. Las Neurosis Fóbicas, las conversiones histéricas, son las expresiones clínicas más invalidantes en este tipo de reacciones. Las depresiones neuróticas también pueden ser muy invalidantes. Otorga una incapacidad 30 %. También éste grado de incapacidad se considera muy baja, afectando a la víctima, frente a casos tan graves. Es el único supuesto en que incorpora la definición de “permanente” lo que debe agudizar la visión y fundamentación de su resolución frente al caso concreto en caso de apartarse del mismo, incluso en la propia acción especial si ello desprotege a la víctima, ya que nuestra Corte Federal ha establecido que el trabajador es el sujeto de preferente tutela en la relación laboral a la luz del principio protectorio de raigambre constitucional, contemplado en el art.14 bis de la Constitución Nacional. Es útil para el juez el DSM IV: “Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales” cuando debe resolver una situación de tratamiento, recuperación y/o rehabilitación en tanto considera la deferencia en tiempo entre una sintomatología aguda y una crónica, un tiempo divisorio de tres a seis meses, reconociendo la aguda en el periodo previo al antes citado y en el posterior la crónica. El citado Manual reviste particular relevancia porque incluye los cuadros psicopatológicos de reconocimiento internacional (Falcón E. 2006). El Baremo conocido como de “Castex y Silva” en mi criterio proporciona más elementos orientadores al juez cuando debe evaluar y determinar la incapacidad psicológica de la víctima de un evento laboral dañoso. Se han efectuado, además de las citadas, otras severas críticas al baremo nacional en vigencia aplicable para la evaluación de las incapacidades laborales y al listado de enfermedades profesionales, aprobado por el Decretos 659/1996 y 658/96, como reglamentación dela Ley de Riesgos del Trabajo 24.557, confirmados por la reciente Ley 26.773 (BO 26.10.2012), a los que se los declara obligatorios para los organismos administrativos y tribunales competentes, a los que deberán ajustar sus informes, no resultando una norma feliz ya que el régimen de la nueva ley no solo refiere a la acción especial sino también a la de derecho civil, con lo cual si bien podría ser congruente para la primera, no resulta así para la segunda, en la que particularmente el juez tiene libertad de escoger el baremo acorde a las circunstancias de la causa. El art. 9º de la L.26773 establece:” Para garantizar el trato igual a los damnificados cubiertos por el presente régimen, los organismos administrativos y los tribunales competentes deberán ajustar sus informes, dictámenes y pronunciamientos al Listado de Enfermedades Profesionales previsto como Anexo I del Decreto 658/96 y a la Tabla de Evaluación de Incapacidades prevista como Anexo I del Decreto 659/96 y sus modificatorios, o los que los sustituyan en el futuro”. Por ello para conferir amplitud de evaluación al perito la víctima del accidente o enfermedad profesional, se encontrará con ésta valla que en tal caso debería ser impugnada tal limitación, como violatoria del principio protectorio (art. 14 bis CN) y el principio de no dañar (art.19 CN). Otro aspecto destacable a tener en cuenta son los problemas prácticos que generan dos leyes distintas para determinar la incapacidad, una la LRT y otra la de jubilaciones y pensiones, la derogada Ley 24241 (y Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 12 Decr.478/1998) modificada por la Ley 26417, que aprobó el Sistema Integrado Previsional (SIPA) y que se encuentran interrelacionadas, como apéndices necesarios de un subsistema de la seguridad social. Así se critica a mi juicio con razón, el desequilibrio que se produce entre los factores de ponderación de la LRT, con los factores complementarios y compensadores que contiene la Ley 24241que no posee la anterior, como lo es el aumento de incapacidad por edad cronológica y el nivel de educación formal, para evaluar su reinserción laboral, factores que la LRT no incluye, violando el principio de igualdad de trato ya que la incapacidad a valorar de cada persona es una sola (Pérez Dávila, 2011).Y en lo más relevante de la cuestión, el baremo según el médico especialista antes citado beneficia a las Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (ART) y perjudica al trabajador víctima del evento dañoso, ya que el baremo de la LRT contempla magros porcentuales de incapacidad, colocando topes de limitación del rango de manera arbitraria, sobre todo en materia de lesiones articulares. Las enfermedades psicopatológicas pueden ser propias de la psicología, de la psiquiatría o de ambas, en sus variantes de neurosis, psicopatías y psicosis, contempladas en el antes citado Manual Diagnóstico y Estadística de las enfermedades mentales, el célebre DSM IV de la American Psychiatric Association. En lo referido a las incapacidades psicopatológicas el baremo del Decreto 659/1996 establece que…” las enfermedades psicopatológicas no serán motivo de resarcimiento económico, ya que en casi la totalidad de éstas enfermedades tienen una base estructural” y que por ende serían preexistentes. Esta disposición implica que cuando se evalúa la incapacidad en sede administrativa cumpliendo el procedimiento de las comisiones médicas, las ART no consideran secuelas psíquicas o las consideran como sustrato previo e inculpable, lo que ha sido calificado como una “deslealtad al obrero” (Pérez Dávila, 2012). Solamente reconoce el Baremo antes citado las reacciones o desorden por estrés postraumático, las reacciones vivenciales anormales neuróticas, los estados paranoides y la depresión psicótica que tengan un nexo causal específico relacionado con un accidente laboral, ( no menciona las enfermedades laborales pero puede interpretarse que quedan comprendidas en la frase). Descarta todas las causas ajenas a ésta etiología como la personalidad predisponente, los factores socioeconómicos, familiares, etc”. El supuesto más aplicado en los casos judiciales como derivados de accidentes o enfermedades laborales es la reacción vivencial anormal neurótica (RVAN) o el desarrollo vivencial anormal neurótico (DVAN), que no resulta definido en su significado y alcances, dejándolo en manos del perito interviniente, lo que sin duda es otro problema para el juez. El hecho dañoso originado o vinculado con el trabajo, marca un antes y un después, determinando la consecuencia e indicando la respuesta opuesta que intenta compensar el desorden provocado. Las RVAN son manifestaciones de la neurosis residual a un estrés postraumático (Pérez Dávila, 2012) y tienen una relación con eventos de ese carácter, que ocurran en el trabajo como accidentes o como testigo presencial del mismo. Está reconocida oficialmente por el DSM III y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE 10) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), con: una etiología, una presentación y un curso, un pronóstico y una resolución. El daño físico que sufre la persona en ocasión del trabajo o con nexo causal en el mismo resulta acompañado habitualmente por el daño psíquico, ante la modificación que sufre la víctima en su fuero íntimo y en sus relaciones externas, sociales y familiares. Pérez Dávila señala agudamente que…”el dolor puede dar impotencia física, pero se sufre y desestabiliza el ánimo, como experiencia psíquica negativa” (obr.cit.2012). Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 13 Agrava la situación de las víctimas de accidentes o enfermedades profesionales el derrotero poco feliz que tuvo en Argentina la aplicación del sistema de la Ley 24557 que luego de ocho años de su sanción y con el récord nacional de inconstitucionalidades, fue descalificada en setiembre de 2004 como violatoria del art.16 de la Constitución Nacional que prescribe la igualdad ante la ley en el célebre caso “Aquino” (CSJN- Fallos: 327: 3753) y producto de sus incoherencias, el sistema se judicializó casi totalmente. Si bien la sanción de la Ley 26773 implicó un avance en cuanto al monto de las prestaciones dinerarias, lo cierto es que no está despejado el camino y las contiendas judiciales continúan en ascenso, frente a los problemas interpretativos que la nueva normativa exhibe y que no son más que un síntoma de una falta de consenso en las políticas públicas y en la sociedad respecto a qué modelo de salud y seguridad en el trabajo queremos. 6. La doctrina Judicial. Evolución. Antes de ir directamente a la consideración que nuestros tribunales han hecho del daño psíquico como parte del sufrido por un hecho súbito o una enfermedad, no puedo dejar de enfatizar la necesidad de la prevención de los riesgos laborales para evitar infortunios del trabajo, como cuestión esencial de la salud y seguridad en el trabajo. La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha establecido elementos liminares en la cuestión en la causa “TORRILLO, Atilio Amadeo y otro c/ GULF Oil Argentina S.A. y otro",( T. 205. XLIV) del 31.3.2009. En el considerado 4) señaló…”Que, por cierto, la índole primaria, sustancial o primordial dada a la faz preventiva en materia de accidentes y enfermedades del trabajo, se impone fundamentalmente por su indudable connaturalidad con el principio protectorio enunciado en el art. 14 bis de la Constitución Nacional ("El trabajo en sus diversas formas gozará de la protección de las leyes"), el cual, además, dispone que estas últimas deberán asegurar al trabajador "condiciones dignas y equitativas de labor". Luego subraya el aporte del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, para el cual uno de los más antiguos aspectos de sus estándares internacionales en el campo laboral, fue el de asegurar que las condiciones de trabajo resultasen, a la vez, seguras y saludables13. Continuadamente resalta, el Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (PIDESC) con jerarquía constitucional…” en cuanto dispone que los Estados partes reconocen el derecho de toda persona, por un lado, "al goce de condiciones de trabajo equitativas y satisfactorias que le aseguren en especial [...] b) La seguridad e higiene en el trabajo" (art. 7.), y, por el otro, "al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental", para lo cual, entre las medidas que deberán adoptar dichos Estados, "figurarán las necesarias para [...] b. El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene en el trabajo [...]" y "c. La prevención y el tratamiento de las enfermedades profesionales" (art. 12). Aclara luego que el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que es el intérprete autorizado del PIDESC …en el plano internacional, ha acentuado la importancia de los preceptos de éste que acaban de ser citados, desde distintas perspectivas. De tal suerte, tiene expresado: a. Que las condiciones de trabajo seguras y sanas se erigen como uno de los "principales factores determinantes de la salud"; b. que el mejoramiento de todos los aspectos de la higiene en el trabajo (PIDESC, art. 12.2.b) implica, en particular, "condiciones de trabajo higiénicas y seguras" y "la adopción de medidas preventivas en lo que respecta a los accidentes laborales y enfermedades profesionales"; c. que dicha higiene "aspira a reducir al mínimo las causas de los peligros para la salud resultantes del medio ambiente laboral", con cita del párrafo 2, del art. 4º, del Convenio Nº 155 de la Organización Internacional del Trabajo, y d. que la "prevención" del recordado art. 12.2.c, exige el establecimiento de "programas de prevención y educación" (Observación General N.14, El derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud (art. 12), 2000, HRI/GEN/1/Rev. 6, párrs. 5, 11, 15 y 16). Pero también tiene formuladas reiteradas advertencias y recomendaciones a los países en los que las leyes de seguridad en el trabajo no se cumplen adecuadamente, 13 Alston, Philip, "The International Covenant on Economic, Social and Cultural Rights", en Manual on Human Rights Reporting, Ginebra, Naciones Unidas, 1997, p. 6. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 14 de lo que resulta un número relativamente elevado de accidentes laborales tanto en el ámbito privado como en el público (v.gr. Observaciones finales al tercer informe periódico de Polonia, E/C.12/Add. 26, 16-6-1998, párr. 18; asimismo, infra, considerando 7, párrafo cuarto). Enfatiza luego la importancia de la Observación General 18 del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales dedicada específicamente al derecho al trabajo, explicando que "[e]l trabajo, según reza el art. 6 del Pacto [PIDESC], debe ser un trabajo digno. Este es el trabajo que respeta los derechos fundamentales de la persona humana, así como los derechos de los trabajadores en lo relativo a condiciones de seguridad laboral (work safety) [...] La protección del derecho al trabajo presenta varias dimensiones, especialmente el derecho del trabajador a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo, en particular a condiciones laborales seguras (safe working conditions)", cuya existencia constituye uno de los elementos "interdependientes y esenciales" del ejercicio laboral: su "aceptabilidad y calidad" Luego no pasa por alto considerando su jerarquía supralegal …”los Estados partes han reconocido que el "derecho al trabajo", previsto en el art. 6, supone que toda persona goce del mismo en condiciones justas, equitativas y satisfactorias", para lo cual aquéllos garantizarán en sus legislaciones nacionales, de manera particular: "la seguridad e higiene en el trabajo" (art. 7.e), lo cual se complementa, en el campo del derecho a la salud, con la "prevención" de las enfermedades laborales (art. 10.2.d; asimismo, el art. 7.f enuncia la obligación de prohibir todo trabajo que pueda poner en peligro la salud, seguridad o moral, de un menor). Luego acude a la doctrina de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, para la cual…” el trabajo, para el que lo presta, "debe ser una forma de realización y una oportunidad para que desarrolle sus aptitudes, habilidades y potencialidades, y logre sus aspiraciones, en aras de alcanzar su desarrollo integral como ser humano"14. Referido a las secuelas mentales de un evento laboral dañoso, ha sido la jurisprudencia la que ha reconocido en plenitud el resarcimiento del daño psíquico aún con los problemas de interpretación que enfrenta el juez frente al informe pericial. El juez debe dictar sentencia en el caso concreto, ya que...”cada caso es particular y necesita una particular consideración ante la Ley” como dijera el Profesor Nerio Rojas en sus célebres mandamientos para el perito judicial (1953). Los baremos son meramente indicativos al menos en el sistema de reparación integral, y la instancia judicial tiene legítimas facultades para determinar la existencia o no de incapacidad, a través de la interpretación de los arts. 386 y 477 del CPCCN. Ante una lesión severa en cualquier parte del cuerpo, la víctima enfrenta situaciones límite, la psiquis acusa el impacto e inmediatamente comienza con el proceso de elaboración, con la finalidad de lograr nuevamente el equilibrio momentáneamente perdido. Este proceso por lo general es lento y trabajoso, y requiere que el accidentado se someta a un tratamiento terapéutico - psicológico con la intención de ayudarlo y prevenirle futuras complicaciones, como así también la reinserción social. (Schik H. 2009). Inicialmente la jurisprudencia englobaba el daño psicológico con el moral, que se manifiesta como secuela postraumática de un infortunio laboral, perturbando el equilibrio emocional y espiritual de la víctima, en paralelo con el daño físico, y no era reconocido como un ítem distinto que incrementa el porcentaje de la minusvalía que sufre aquella. Más allá del debate académico acerca de si el daño psicológico posee o no autonomía resarcitoria, lo cierto es que ha tenido recepción normativa - tablas de evaluación de incapacidades- como jurisprudencial, registrando esa evolución. 14 Condición jurídica y derechos de los migrantes indocumentados, Opinión Consultiva OC18/03, 17-9-2003, Serie A N.18, párr. 158. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 15 Se reconocía la autonomía conceptual que poseen las lesiones a la psiquis (el llamado daño psíquico o psicológico) y a la integridad del aspecto o identidad corpórea del sujeto (el denominado daño físico), pero se desechaba por inconveniente, que a los fines indemnizatorios estos daños fueran un tertium genus que deban resarcirse en forma autónoma, particularizada e independiente del daño patrimonial y del daño moral. Porque tal práctica puede llevar a una injusta e inadmisible doble indemnización. (SCBA, 24/5/2006, Ac. 90.471, "K, J. H. c/ Pagano de Báez, Alicia y O. Daños y perjuicios” JUBA, B28408). El art. 1068 del Código Civil al referirse a "perjuicio susceptible de apreciación pecuniaria", indirectamente por el mal hecho a las "facultades" de la persona, permite emplazar allí todo detrimento económico a la salud del ser humano, comprensivo de sus aptitudes físicas y psíquicas que le permiten desarrollarse como tal. Autorizada doctrina civil sostiene que los perjuicios indemnizables en cuanto al daño psíquico quedan comprendidos dentro del daño material, atento las diferencias del rubro en cuestión respecto del daño moral, las que van desde su origen (en un caso de tipo patológico y en el otro no) hasta la entidad del mal sufrido (material uno, inmaterial el otro), con la consecuente proyección de efectos dentro del ámbito jurídico procesal en materia probatoria, ya que el primero requiere de pruebas extrínsecas, en tanto el restante se prueba in re ipsa. (Medina G. y García Santas C., 2009). En el fuero laboral el daño psíquico en la práctica se incluye dentro del daño patrimonial, ya que forma parte de la incapacidad considerada física. Luego la doctrina civil se expresó en el sentido que la incapacidad psicológica debía ser incluida en el daño patrimonial o material, como parte de la incapacidad física, no en el moral. Dijo que …”El Código Civil Argentino no recepciona categoría alguna diferente del daño patrimonial y del moral, consecuentemente en caso de proceder la incapacidad psicológica alegada en forma autónoma la misma deberá ser subsumida dentro del daño patrimonial o del moral según cuales fueren sus características. La lesión psicofísica no es, en sí misma, un daño resarcible; siendo, en cambio, fuente de un daño patrimonial o material indemnizable, en cuanto genera un menoscabo directo o indirecto (art. 1068, 1069, Código Civil) o de un daño moral (art. 1078, Código Civil). CCC. Quilmes, 19/05/2009, “Salinas de Oviedo, Aurelia c/ El Nuevo Halcón S.A. s/ daños y perjuicios” (WebRubinzaldanosacc23.5.r105). La jurisprudencia civil ha dispuesto que…"como toda disminución de la integridad física humana es materia de obligado resarcimiento, ha de reconocerse que cualquier merma de las aptitudes psíquicas de un individuo constituye también un daño resarcible, las neurosis postraumáticas - específicas o inespecíficas médicamente encuadran en las secuelas posibles de un accidente, siendo variables según los casos y pudiéndoselas clasificar más allá del área neurológica, en neurosis de angustia, obsesivas y depresivas" (Conf. CNCiv. Sala B, 28.11.74, LL 1975 A-688). También se reconoce el resarcimiento de los gastos que demandan los tratamientos en ésta materia resolviéndose que "el detrimento patrimonial que supone un tratamiento psiquiátrico, indispensable para reparar lesiones en la salud suficientemente comprobadas y además económicamente mensurable, configura un daño cierto, aunque las erogaciones respectivas puedan o deban tener lugar en todo o en parte, en tiempo ulterior" (CNFed. Civ. y Com. Sala II, 10.04.81, JA 1981-IV-470). El fuero del trabajo no ha sido ajeno a ésta construcción jurídica y hoy ya no se discute el reconocimiento del daño síquico, aunque luego nos ocuparemos de las dificultades que presenta su determinación pericial. El daño psíquico corresponde resarcirlo en la medida que significa una disminución en las aptitudes psíquicas, que representan una alteración y afectación del cuerpo en lo anímico y psíquico, con el consiguiente quebranto espiritual, toda vez que éste importa un menoscabo a la salud considerada en un concepto integral. Con claridad se ha diferenciado ya hace tiempo el daño moral y el psicológico al establecer que: "El daño psicológico tiende a reparar la erogación que los accionantes deberán efectuar para recuperar la salud psíquica afectada, mediante tratamiento médico y psicoterapéutico adecuado, teniendo en cuenta que el trabajador fallecido era padre de cinco hijos menores y existe en la causa un informe psicológico que aconseja la necesidad de tal tratamiento para los derechohabientes, el cual no fue cuestionado por las Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 16 demandadas. La suma por daño moral, por su parte, cubre el dolor o padecimiento que sufre el núcleo familiar ante la repentina, brusca y súbita desaparición de su jefe de familia, es decir, cubre la afección espiritual que padecen los miembros del grupo familiar." (CNAT, Sala I, "BARRAZA, María c/ Electrolaser SA s/ Indemnización por fallecimiento", 28-5-2004). La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha sostenido que cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes físicas o psíquicas de manera permanente, ésta incapacidad debe ser objeto de reparación al margen de que desempeñe o no una actividad productiva pues la integridad física tiene en sí misma un valor indemnizable y su lesión afecta diversos aspectos de la personalidad que hacen al ámbito doméstico, social, cultural y deportivo con la consiguiente frustración del desarrollo pleno de la vida. (Fallos: 308: 1109; 312: 2412, S. 621.XXIII, originario, 12- 9- 95). “La integridad psicofísica tiene un valor indemnizable “per se” que no sólo comprende las efectivas y concretas ganancias dejadas de percibir, sino que además incluye la afectación vital de la persona en su “mismidad”, individual y social, por lo que a la víctima se le debe resarcir el daño a la salud que repercute en su significación vital”. (Cam. Civ y Com. Azul, Sala 2, 13/2/97, “VIÑAS Ana M.c/ Pedersen Pablo G.”, L.L.Bs.As.1997-99). “Corresponde tener en cuenta las circunstancias personales del damnificado y la gravedad de las secuelas que pueden extenderse no sólo al ámbito del trabajo, sino a su vida de relación, incidiendo en las relaciones sociales, deportivas, etc.” (CS, 12/12/1989, “ORTIZ, Eduardo A. y O. c/ Empresa Ferrocarriles Argentinos s/ daños y perjuicios”, Fallos 312:2413; CS, 15/9/1987, “VELASCO Angulo, Isaac c/ Buenos Aires, Provincia de s/ daños y perjuicios”, Fallos 310:1827; CS, 30/5/2006, “COHEN, Eliazar c/ Río Negro, Provincia de y otros s/ daños y perjuicios”). La Organización Internacional del Trabajo (OIT) - como se ha mencionado supra - ha revisado y ampliado en 2010 el listado de las denominadas enfermedades profesionales (Serie Seguridad y Salud en el Trabajo, núm. 74 Lista de enfermedades profesionales) estableciendo las pautas para su identificación y reconocimiento y los criterios para incluir enfermedades en dicha lista. Incorpora el trastorno de estrés postraumático, que era una enfermedad reconocida y clara en el ámbito internacional, aunque no figuraba en la Lista Europea de Enfermedades Profesionales. Un trastorno de estrés postraumático era el resultado de una exposición a una serie de situaciones o sucesos extremadamente violentos o estresantes a los que muchos trabajadores podrían verse expuestos, entre ellos, los funcionarios policiales, los trabajadores de los servicios de urgencia y socorrismo, los bomberos y los conductores de trenes. Muchos trastornos de estrés postraumático se prolongaban durante un período de tiempo considerable. Se había reconocido que el estrés en sí mismo no era una enfermedad pero que podía conducir a desarrollarla. A este respecto, cabía señalar, que cada persona respondía de forma diferente a un mismo tipo de estrés, de acuerdo con su grado de vulnerabilidad. El representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hizo hincapié en que no podía considerarse la salud sin tener en cuenta la salud mental y destacó además que una lista de enfermedades profesionales que no contemplara un punto sobre trastornos mentales y del comportamiento no podría considerarse una lista completa. A los expertos trabajadores les interesaba que se mejorara la notificación de los trastornos mentales y del comportamiento y señalaron que actualmente incluso la notificación de enfermedades muy conocidas era insuficiente. Una mejor notificación contribuiría a mejorar la prevención, lo que revestía una gran importancia. 7. Valoración de los baremos en la Incapacidad PSICOLOGICA. Comparaciones. Provisoriedad y Definitividad. Uno de los problemas que se advierte en los tribunales argentinos, especialmente en los laborales, en éstos momentos de transición y cambios legislativos, son los de la labor pericial en materia de incapacidad psicológica derivada de accidentes y enfermedades laborales, como la interpretación de los parámetros de Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 17 evaluación de dichas incapacidades, que pecan por exceso o por omisión y requieren un avance hermenéutico razonable y unificado. En los informes periciales que se presentan en el fuero laboral, es casi habitual que los peritos médicos con auxilios de informes y test psicológicos otorguen un porcentaje de incapacidad y tratamiento de terapia fijando el tiempo y costo de la misma pero sin aclarar la incidencia de ese tratamiento en la incapacidad definitiva de la víctima de un infortunio laboral. Frente a ello nos encontramos con la doctrina vigente de la Corte Federal ha establecido que la incapacidad PSICOLOGIGA que se indemniza es la PERMANENTE, lo que en muchos casos deja al juez sin adecuado auxilio técnico para resolver con equidad el caso concreto. Ha señalado que…”resulta irrelevante al caso que el trabajador no hubiera denunciado con anterioridad a este juicio el padecimiento de un trastorno psicológico derivado del infortunio padecido, pues la presente reclamación se funda en normas civiles que contienen presupuestos de responsabilidad distintas a las previstas en la ley especial. En cuanto a la vinculación existente entre el daño moral y el daño psíquico, la CSJN estableció que para la indemnización autónoma del daño psíquico respecto del moral, la incapacidad a resarcir es la permanente (y no la transitoria) y debe producir una alteración a nivel psíquico que guarde adecuado nexo causal con el hecho dañoso”… (CSJN 742 XXXIII, “Coco Fabián c/ Pcia. de Bs. As. s/ daños y perjuicios” 29/6/04, fallos 327: 2722). En esa dirección dispuso...”que cuando la víctima resulta disminuida en sus aptitudes, tanto físicas como psíquicas esta incapacidad debe ser reparada, en la medida en que asuma la condición de permanente” (CS 36 XXXI, “Sitjá y Balbastro, Juan c/ Pcia. de La Rioja s/ daños y perjuicios”, 27/5/03, fallos 326: 1673). Ello determina que el juez no tenga habitualmente todos los elementos objetivos para fijar la incapacidad psicológica sin incurrir en arbitrariedad, en tanto un tratamiento o apoyo terapéutico importa admitir la posibilidad cierta de recuperación del paciente, al nivel anterior al accidente en el mejor de los casos, o la disminución de su dolor y adaptación a la situación generada por la lesión laboral. La jurisprudencia civil ha establecido que…”cuando se encomienda un tratamiento psicológico, es porque se evalúa suficiente para amparar un estado emocional y caracterología de base, sin patología psiquiátrica grave, ni padecer secuela incapacitante neurológica, ya que el tratamiento adecuado propuesto está enderezado a que su personalidad absorba y supere la situación lesiva. Constituye lesión psíquica que el sujeto enferme intelectual, afectiva o volitivamente a raíz del hecho, más allá de los límites de la normalidad o del poder de la personalidad para absorber, elaborar y superar la situación lesiva” (CCC. San Isidro, sala 2, “Rasch c/Quintana”, causa nº 106.343 del 4.12.08. RSD 5/08 en www.casi.com.ar). Y en éste punto se destaca la importancia del peritaje psicológico, ya que si éste nada dice en cuanto a la duración o “permanencia” de la privación psicológica, sino que, al aconsejar un tratamiento psicoterapéutico la incapacidad es susceptible de poder ser superada, a los fines resarcitorios, no debe confundirse con el menoscabo físico “irreversible” sufrido por la accidentada. (CCC. San Isidro, sala 2, “Rasch c/Quintana”, causa nº 106.343 del 4.12.08. RSD 5/08 en www.casi.com.ar). Por ello se ha dicho que…”resulta improcedente indemnizar conjuntamente los rubros daño psíquico y tratamiento porque al primero se lo repara en forma total sin que se requiera estar al resultado de la terapia posterior, en tanto que el tratamiento sólo se torna indemnizable en función de que se determina dicho resultado para así estar en condiciones de cuantificar la efectiva disminución remanente de la capacidad psíquica. (SCBA, 24/5/2006, Ac. 90.471, "K, J. H. contra Pagano de Báez, Alicia y ot. Daños y perjuicios". JUBA, B28408). Los estudios especializados, con el apoyo de la Universidad de Buenos Aires y de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, desarrollados en forma conjunta entre la Primera Cátedra de Psicología Forense (UBA) y el Centro Interdisciplinario de Investigaciones Forenses dependiente de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, el Programa de Investigación sobre Daño Psíquico, numerosas Oficinas Periciales de la Justicia, cátedras oficiales, Centros de Evaluación, peritos independientes y, sobre todo, el Cuerpo Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 18 Médico Forense de la Justicia Nacional y Federal, luego de concluir la primera etapa de la investigación, estableció un nuevo Baremo conocido como «Baremo de la Academia Nacional de Ciencias de Bs.As.», y definió el denominado Daño Psíquico, distinguiéndose a éste del Daño Moral y, en el orden de la Psicopsiquiatría Forense del sufrimiento. Asimismo se establecen cuatro grados en materia de incapacidad psicológica (CASTEX y SILVA, 1997 y 2011): a) Leve: requieren tratamiento o no pero no se prolongaría más allá de los tres (3) meses. 0-10% b). Moderado: requieren psicoterapia breve, de 3 m. a 1 año y eventualmente apoyo psicofarmacológico:1025%. c) Grave o severo: necesitan apoyo psicológico por un tiempo superior a 1 año y psicofarmacológico prolongado: 25-35%4. d)Gravísimo: no presentan posibilidad alguna de restitutio ad integrum: figuras tutelares (art.152 bis CCiv.):35-60%. Interpr. Jud. Regla Defillipis - Novoa La jurisprudencia de la CNAT forma consenso respecto a que “los baremos son instrumentos que auxilian, tanto al perito como al juez, y las leyes laborales, en general, han incorporado en su texto determinadas tablas, de evaluación de las incapacidades. Con independencia de esas tablas existen otras estimativas, llamadas así porque tienen en cuenta porcentuales vinculados con el grado de deterioro anátomo-funcional sufrido por el obrero o empleado, pero tales tablas no obligan a los jueces y no deben aplicarse de manera absoluta y rigurosa, de modo general e indiscriminado, sino que debe hacerse en relación a cada caso particular” ("BURLATO, Salvador C/ ABB MEDIDORES S.A. S/ despido", SD 24.09.01 Sala IX)...“los baremos que cuantifican incapacidades no constituyen una regla rígida -que deba aplicarse mediante simples operaciones aritméticas- sino sólo una guía para estimar la disminución que ocasiona un cierto padecimiento en cada caso particular” (SD Nro. 95824, dictada en autos “PUZZI, María E. C/ MAPFRE ARGENTINA ART S.A s/accidente–ley especial”, 25/10/11, Sala IV CNAT). 8. Daño Psíquico: Prueba del NEXO CAUSAL. La prueba del nexo causal entre el hecho y el daño, no es tarea sencilla en ésta materia y se convierte en un arduo problema para el juez. Para determinar el nexo causal resulta útil establecer una cadena de hipótesis entre el hecho al que se le atribuye causalidad dañante y el daño psíquico, sobre todo en materia de enfermedades, la que se puede establecer en una escala de diversos grados15: Grado 1: Cuando la relación entre el hecho y hallazgo está demostrada. No cabe otra hipótesis. Grado 2: Relación presumida entre el hecho y hallazgo como hipótesis más lógica. Grado 3: Relación probable entre hecho y hallazgo pero hay otras hipótesis. Grado 4: Relación compatible entre hecho y hallazgo pero hay otras hipótesis de igual valor. Grado 5: Relación improbable entre hecho y hallazgo pero hay hipótesis de más valor. Grado 6: Relación imposible entre hecho y hallazgo. Existe relación negativa entre ellos. 9. LA PERICIA JUDICIAL. Características. Valor PROBATORIO. Particularidades de la pericia médico-psicológica. A) Marco legal. Características. Valor probatorio. 15 COVELLI José Luis y ROFRANO Gustavo Jorge “Daño Psíquico” Aspectos médicos y legales” Ed. Argentinas Dosyuna. Bs.As. abril 2008. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 19 La sección 6 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación regula la prueba de PERITOS resultando aplicables al proceso laboral los artículos 457, 464, 466, 467, 468, 469, 470, 471, 472, 473, 474, 475, 476 y 477 conforme lo normado por la Ley 18345 de Organización y Procedimiento de la Justicia Nacional del Trabajo. Dichas normas se reproducen sustancialmente en el Código Procesal Civil y Comercial de la Provincia de Buenos Aires y resultan aplicable al procedimiento laboral oral en el territorio bonaerense conforme remisión de la ley 11.653 y normas especiales de la misma. Si la apreciación de los hechos controvertidos requiriere conocimientos especiales en alguna ciencia, arte, industria o actividad técnica especializada, se podrá proponer prueba de peritos, indicando los puntos sobre los cuales habrán de expedirse. Los peritos serán nombrados de oficio en todos los casos y su número podrá variar de uno a tres, a criterio del juez y de acuerdo con la índole o monto del asunto, circunstancias que también se tomarán en cuenta para fijar el plazo dentro del cual deberán expedirse. Los peritos podrán ser recusados con causa en el plazo de tres días posteriores a su designación. (art.91 L.18345) El perito que, después de haber aceptado el cargo renunciare sin motivo atendible, rehusare dar su dictamen o no lo presentare oportunamente será removido por el juez, que nombrará otro en su lugar y lo condenará a pagar los gastos de las diligencias frustradas y los daños y perjuicios ocasionados a las partes, si éstas los reclamasen (art.470 CPCCN), con pérdida del derecho a cobrar honorarios. Cuando el juez lo estimare necesario podrá disponer que se practique otra pericia, o se perfeccione o amplíe la anterior, por el mismo perito u otro de su elección (art.473 – 4ºpárrafo). El perito que no presentare el informe ampliatorio o complementario dentro del plazo, o no se presentare a la audiencia fijada en la causa, perderá su derecho a cobrar honorarios, total o parcialmente. A petición de parte o de oficio, el juez podrá requerir opinión a universidades, academias, corporaciones, institutos y entidades públicas o privadas de carácter científico o técnico, cuando el dictamen pericial requiriese operaciones o conocimientos de alta especialización. (art.476 CPCCN). La eficacia probatoria del dictamen pericial será estimada por el juez teniendo en cuenta la competencia del perito, los principios científicos o técnicos en que se funda, la concordancia de su aplicación con las reglas de la sana crítica, las observaciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados y los demás elementos de convicción que la causa ofrezca (art.477 CPCCN). Los jueces conservan una suerte de soberanía frente al dictamen pericial, aunque no es habitual que se aparte de las conclusiones del experto, aun teniendo esa facultad, porque sobre todo en materia médica deberá contar con respaldo suficiente originado en otras constancias de la causa para transitar otro camino y resolver el caso. El juez no puede aceptar ciegamente los postulados del perito sea que le convenzan o le parezcan absurdas o dudosas (Colombo y Kiper, 2006) so pena de convertirlo en juez de la causa, cuando no es más que un auxiliar de aquel. Aun cuando el Juez posea conocimientos técnicos, la doctrina es mayoritaria en cuanto estima la conveniencia de acudir al dictamen pericial, puesto que prescindir del peritaje encierra el riesgo de sustituir a quien realmente tiene los conocimientos técnicos para ilustra la cuestión litigiosa. La decisión del juez que se aparta de los términos del dictamen debe sustentarse en fundamentos de índole científica, lo que la doctrina de la Corte Federal menciona como elementos no menos convincentes…”Si bien los jueces pueden apartarse de las conclusiones periciales en tanto poseen soberanía en la apreciación de la prueba para prescindir de ellas se requieren cuando menos que se opongan otros elementos no menos convincentes, que no encuentro en el caso de autos”… (CSJN 1.9.1987 ED 130-335 DNN c/ CEJ”; “Trafilam SAIC c/ Galvalisi” JA 1993-III-52 Secc. Índ. N°89). Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 20 Hay precedentes en el fuero laboral de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, respecto a que cuando hay disidencias entre lo dictaminado por el perito único sorteado de oficio y el informe del Cuerpo Médico Forense al que puede recurrir fundada y excepcionalmente el juez, debe darse preferencia a lo informado por éste (CNATrab Sala VIII 24.10.1990 JA 1991-III-316). B) Particularidades de la pericia médico-psicológica en materia de infortunios laborales. Jurisprudencia El informe pericial psicológico o peritaje psicológico, como acto en sí, tiene como objeto el análisis del comportamiento humano en el entorno de la Ley y del Derecho. (De La Torre Lazo, Jesús, 2013, Madrid). El perito médico al establecer sus conclusiones debe expresar claramente: • Estado de la víctima al momento del examen. • Antecedentes médicos y psicológicos peritados. • Tipo de incapacidad, parcial o total y el valor porcentual que se le asigna. • Baremos utilizados que estime convenientes y particularmente en caso de proponer al juez un tratamiento de psicoterapia periódico, su incidencia en el porcentaje de incapacidad asignado. Por Res. 343/09 del Ministerio Educación NACIÓN- ANEXO V en consonancia con la Ley 23.277 (6.11.1985) de ejercicio profesional de la psicología (L.10306 Prov. Bs.As.) las actividades reservadas al Psicólogo son… “Realizar y prescribir: 1ª…Técnicas específicas…promoción, recuperación y rehabilitación de la salud, a la prevención de sus alteraciones y la provisión de los cuidados paliativos. 2ª…Evaluación, diagnóstico, pronóstico, tratamiento, seguimiento, recuperación y rehabilitación psicológica…individual. 5ª…Indicaciones psicoterapéuticas de internación y externación de personas por causas psicológicas. Indicar licencias y/o justificar ausencias por causas psicológicas. 6ª…Validar métodos, técnicas e instrumentos de exploración, evaluación y estrategias de intervención psicológicas. 7ª…Realizar peritajes, asesorar y asistir psicológicamente, en el campo jurídico-forense. 10ª...Elaborar perfiles psicológicos a partir del análisis de puestos y tareas e intervenir en procesos de formación, capacitación y desarrollo del personal, en el marco de los ciclos de selección, inserción, reasignación, reinserción y desvinculación laboral. Asesorar en el ámbito de higiene, seguridad y psicopatología del trabajo. Siempre el Juez debe tener presente que el perito no juzga, aconseja. Sus reglas básicas son: a) Operar con rigor científico y reflejarlo en el dictamen. b) Aclarar situaciones que complican la labor del juez. c) Fundamentación teórica de sus expresiones. d) Neutralidad sin prejuicios. Imparcialidad en su accionar (art 275 CP afirmar falsedad callar verdad). e) Ajustarse a los puntos de pericia. f) No aplicar analogías en el conflicto. g) Las conclusiones deben ser claras y categóricas relacionadas con operaciones técnicas realizadas. h) Es un consultor técnico: las partes pueden presentar informe por separado y cotejarlo con el dictamen pericial (art.472 CPCN). El régimen de riesgos del trabajo argentino (Ley 24557) contemplaba16 el carácter provisorio y definitivo de la incapacidad permanente (art.9), y si bien ello está referido al sistema de tarifa de dicho orden normativo 16 Dejado sin efecto por el art.2.1 del Decreto 472/2014. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 21 especial, que le da un extenso periodo de 36 meses a la provisoriedad prorrogable por 24 meses más y que se justifica ante infortunios severos de prolongados tratamientos y rehabilitación, y que ciertamente no son la regla en la estadística de casos. Sin embargo no puede obviarse que en dichos casos aun elegida la vía reparatoria civil el juez podrá tener un parámetro de análisis en dichas normas, o ante una acción basada en la violación del deber de seguridad, previsto en el art.75 de la LCT. Teniendo en cuenta las consideraciones que hemos venido desplegando, resulta en mi criterio insoslayable que el perito médico al establecer sus conclusiones exprese claramente el estado de la víctima al momento del examen, los antecedentes médicos y psicológicos peritados, el tipo de incapacidad, parcial o total y el valor porcentual que se le asigna, con base en los baremos utilizados que estime convenientes (Bonnet,1980) y particularmente en caso de proponer al juez un tratamiento de psicoterapia periódico, su incidencia en el porcentaje de incapacidad asignado. En la mayoría de los casos sobre infortunios laborales del fuero nacional, el perito médico se auxilia con un informe de un profesional psicólogo, y es necesario que ello sea así, aunque no ocurre en todas las causas, lo que motiva dilaciones en ante impugnaciones o dudas porque la justicia de apelación deberá recurrir a un informe ampliatorio para elucidar la cuestión. Las conclusiones periciales son vitales tal como lo señalaba Nerio Rojas (1953) en el mandamiento noveno de su Decálogo médico legal (ver anexo documental)…”No sólo el pensamiento, o sea en la opinión ha de ser muy exacto, de acuerdo estricto con las comprobaciones, sino que el vocabulario debe ser también muy preciso y bien dotado. A veces, una palabra puede cambiar todo un concepto, o prestarse a una interpretación que no estuvo en la mente del perito. El arte de las conclusiones, además de la claridad, consiste en la medida. Hay que saber el límite de lo que puede afirmarse categóricamente”… De ésta manera la justicia no correrá el riesgo de aceptar una conclusión no justificada por los hechos bien analizados señalaba el Profesor N. Rojas. Ello no exime al Juez sin embargo del deber de examinar autónomamente la realidad fáctica subsumiéndolos en las normas jurídicas que las rigen. Atribución que por ser propia y privativa de la función jurisdiccional lleva a prescindir de los fundamentos y calificaciones normativas que postulen las partes, aun cuando concordaren en ellos; y que encuentra su único límite en el respeto al principio de congruencia como se ha dicho supra (Fallos 329:4372, 3517 citado en la causa CSJN 2013/04/16 “Cómoli Daniel Alberto y otros c/ Banco de la Nación Argentina s/despido”). Los precedentes de la materia en casos de que el juez requiera más de una opinión médica establecen que …la remisión de la causa al Cuerpo Médico Forense es una medida que depende de la iniciativa y el arbitrio judicial, es de carácter excepcional y se encuentra reservada para los casos en que se controvierte de tal modo un dictamen hasta el punto de hacer dudar al juzgador sobre su exactitud.(“Barboza, Mariana M. c/ Citytech SA y otro s/accidente-accióncivil” 26/03/13 CNAT – Sala IV). La relación entre la incapacidad física y psicológica es materia de permanente debate en estos días, incluso en torno a la aplicación de diversos baremos cuando se trata de acciones civiles por infortunios laborales…”En relación al grado de incapacidad, corresponde estar al porcentaje del 13% determinado en la pericia médica y 15% determinado en la pericia psicológica - ya que no se encuentra rebatido por el apelante - por cuanto los baremos que cuantifican incapacidades no constituyen una regla rígida –que deba aplicarse mediante simples operaciones aritméticas- sino sólo una guía para estimar la disminución que ocasiona un cierto padecimiento en cada caso particular”. (cfr. Sala IX, sentencia del 24/9/01 in re "Salvador c/ ABB Medidores S.A. s/despido" y MARTELLINI José E. c/ ESTADO NACIONAL SERVICIO PENITENCIARIO FEDERAL y OTRO s/Accidente-Acción Civil” CNAT 15/02/2011- Sala I) Y en ello se resalta como se ha visto el rol del juez…”Es el juzgador quien posee la atribución privativa de establecer la causalidad/concausalidad y, si bien -en principio- debe partir de la pericia medica cuando la misma tiene rigor científico, el juicio de la causalidad debe completarse con la totalidad de la prueba rendida en la causa no bastando al efecto la valoración del experto, dado que no ha Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 22 constatado personalmente las modalidades y condiciones de trabajo” (CAMPOS Mariela G. c/NACION SEGUROS DE VIDA S.A. Y OTRO s/ACCIDENTE-ACCION CIVIL” CNAT Sala I - 25/10/2011). La Sala que integro como Juez titular es terminante en cuanto a exigir el informe pericial médico como previo a expedirse en una conciliación con pedido de homologación… “No puede sostenerse que se hubiera configurado una justa composición de derecho e intereses de las partes en los términos del art. 15 de la L.C.T., ante la falta de un asesoramiento técnico imparcial, de conformidad con lo normado por los artículos 91 y 92 de Ley 18.345. Por lo que cabe dictar una medida de mejor proveer destinada a que, previo examen al actor y realización de los estudios pertinentes, el perito médico a sortear en autos se expida acerca del porcentaje de incapacidad laboral, su calificación y su relación con el accidente denunciado en el escrito de demanda, remitiendo las actuaciones al juzgado de origen a tales fines”... (“ARCE Ramón R. c/ Prevención Aseguradora de Riesgos del Trabajo S.A. s/Accidente - Ley Especial” 25.8.2011- Sala VI CNAT). C) Fórmula de Balthazard y daño psicológico. He advertido en pronunciamientos judiciales la aplicación de ésta fórmula para estipular la incapacidad laboral final, calculando el psicológico sobre el residuo de la incapacidad física, ello en base a los informes periciales, que luego en la instancia de apelación ha sido revisado. Víctor Balthazard era un investigador francés, que se desempeñó como científico y médico forense en Paris, en las primeras décadas del siglo XX. La fórmula de Balthazard es una fórmula matemática empleada para el cálculo de las incapacidades concurrentes por lo que cuando el accidentado resulte con lesiones diferentes derivados del mismo accidente propone otorgar una puntuación conjunta con la siguiente fórmula: (100-M).m/100 + M en donde M es la puntación de mayor valor y m la de menor. La última puntuación no podrá ser superior a 100 puntos (100%), la segunda secuela se calcula sobre el residuo de la primera. La fórmula de Balthazard se encuentra incorporada al derecho positivo español por el Real Decreto Legislativo 8/2004 reglamentario de la Ley de Responsabilidad Civil y Seguro. La Cámara del Trabajo se ha expedido respecto de la misma en numerosos precedentes: …“Digo así por cuanto, en la especie se verifica un grado de incapacidad a raíz del accidente denunciado y no ante una disminución de capacidad residual producto de eventos dañosos sucesivos”. Sala X CNAT SD Nº: 21515 causa: “FAUEZ Pablo J. D. C/ KOLOCIAS S.A. y Otro S/ Accidente - Acción Civil” BA, 30/09/2013. …“Por otro lado y, en cuanto a la petición de la aplicación de la fórmula de Balthazard para determinar la incapacidad física que se debe reparar, considero que en el caso resulta inaplicable. Digo ello porque la aseguradora no invocó ni acreditó la época en que comenzó a desarrollarse la dolencia auditiva sufrida por el trabajador (vale decir, si ocurrió con anterioridad o posterioridad al accidente laboral acreditado en la causa) ya que dicho dato resulta relevante para determinar si su aparición en el tiempo ocurrió en forma escalonada o sucesiva, única hipótesis que autorizaría la aplicación de la mentada fórmula para establecer la incapacidad total del trabajador”… SD 95.348 “CRISTALDO Galeano Ángel c/ SERVIFLEX S.A. y Otro s/ Accidente – Acción civil” Sala IV CNAT BA 27.4.2011. con nota de Liliana H. Litterio, “Valoración de las incapacidades múltiples”, DL, Errepar – DTL – T. T. VIII, págs.507/514). Considero que tratándose de una acción fundada en el derecho civil que otorga al juez un abanico más amplio de merituación del daño así como de los baremos aplicables, la citada fórmula no es aplicable sin perjuicio que se trate de lesiones distintas, una del cuerpo físico y otra que hace al ser del trabajador en su aspecto emocional. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 23 Las pericias médicas suelen calcular la incapacidad psicológica como residual, lo que no corresponde por lo antes expresado. Pero el método de la capacidad restante (fórmula de Balthazard) aplicable para el supuesto de afecciones que obedecen a etiologías diferentes, con patologías que reconocen un único origen, no puede ser aplicado y por tanto deben sumarse las incapacidades por daño físico y psíquico, sin perjuicio de la facultad del juez de merituar las mismas de acuerdo a las circunstancias del caso. D) CASOS JUDICIALES de Interés con aplicación de daño psíquico. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ha emitido pronunciamientos con actualización del tema, de consulta para el debate entre otros seleccionados, en las siguientes causas: “F. c/ LOSADA y HSBC s/ Accidente- Acción civil” BA 13.7.2012 – Sala VI CNAT. daño psicológico y daño moral: trato injurioso. burn out. “R. / CABLEVISIÓN S.A. s/despido” BA 12.7.2012 Sala II CNAT Acoso moral, hostigamiento, condiciones objetivas, daño psicológico. “R. F. P. c/ CITYTECH S.A. s/ MOBBING” BA 16.2.2012 Sala II CNAT Condiciones laborales de hostigamiento. “P.M. c/ SA LA NACION s/ Despido” BA 18.2.2013 – Sala I CNAT Cuestión de género. Discriminación. “P. c/ ALUSUD” Sala VI 2011 voto JCFM-LR. Despido por acoso sexual. Justificación. valor probatorio de la denuncia de la víctima carga probatoria dinámica indicios doctrina de “Pellicori c/Colegio de Abogados CABA” “A.A.Y. c/ SHELL Cía. Argentina de Petróleo s/ Despido” acoso sexual Sala VI setiembre 2014. 10. CONCLUSIONES. 1ª Las nuevas formas de organización del trabajo que busca resultados bajo lo que se ha denominado las “ciencias de la gestión” ponen en riesgo cierto la salud de los trabajadores en el trabajo, sumado en Argentina al elevado aun porcentaje de trabajadores en informalidad laboral. 2ª Ante ésta realidad, solo cabe insistir en la lucha por materializar el trabajo digno, decente, y la protección del mismo, aplicando las normas internacionales en materia de salud y seguridad laboral, ya que la persona humana es el centro de protección, y no un objeto del mercado, o en otras palabras, es la clave esencial de la cuestión social, que no admite postergaciones ante la lógica de la productividad. 3ª El daño psíquico se constituye en relación a una injuria, traumatismo o lesión con entidad suficiente para ello. 4ª La doctrina y jurisprudencia argentina en el reconocimiento del daño psíquico con entidad indemnizatoria, que inicialmente se lo incluía en el concepto de daño extra-patrimonial o moral y hoy ya forma parte de la incapacidad psicopatológica, como daño patrimonial, constituye tanto, una notoria evolución para la salud y seguridad laboral, como para la medicina del trabajo, desde una visión interdisciplinaria. 5ª Es auspicioso que la OIT al actualizar el listado de las enfermedades profesionales incorpore el trastorno de estrés postraumático, como resultado de una exposición a una serie de situaciones o sucesos extremadamente violentos o estresantes a los que muchos trabajadores podrían verse expuestos. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 24 6ª Ante la existencia de distintos baremos para evaluar las incapacidades laborales, y los cuestionamientos que ha recibido desde la medicina del trabajo la tabla aprobada por el Decreto 659/1996 del sistema de la Ley de Riesgos del Trabajo de Argentina, resulta necesario que el Juez mantenga la libertad de escoger el que mejor se adapte a las circunstancias particulares del caso, desde una perspectiva de protección del trabajo humano. *Luis A. Raffaghelli Abogado Juez Sala VI Cámara Nacional Apelaciones del Trabajo luisraffaghelli.blogspot.com “Derechos Humanos del trabajo y de la justicia” Bibliografía BERMANN Sylvia. “El estudio de la Salud Mental en relación con el trabajo” En: para la investigación sobre la salud de los trabajadores. Washington: OPS. 1993 p. 190 y ss. BONNET E.F.P. “Medicina Legal” ag. 774 y ss. 2º Ed. Bs.As. 1980. López Libreros Editores Bs.As. BOTELLA M, Doménech M, Ibáñez T, Iñiguez L, Pujal M, Pujol J. 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OIT (1985) Remuneración por rendimiento, Ginebra, Oficina Internacional del Trabajo. PANDO Moreno, M., Carrión, M. y Arellano Pérez, G. (2006). Los factores psicosociales en el trabajo. En: Factores Psicosociales. (pp. 68- 85). 1era ed. México: Universidad de Guadalajara. http://www.rialnetportal.org/documentos/rial/sso_peru/Documentos. PRECIADO Serrano, L., Aranda, C. y Pando Moreno, M. (2006) Estrés Laboral y síndrome de burnout. En: Factores Psicosociales. (pp. 125- 139). 1era Rodríguez, Carlos (2009) Los convenios de la OIT sobre seguridad y salud en el trabajo: una oportunidad para mejorar las condiciones y el medio ambiente de trabajo. Buenos Aires, Oficina de la OIT en Argentina. Centro Internacional de Formación de la OIT Psicoanálisis Implicado 4 “Crónicas del Oprimido. Colectivo de Autores” Ed. ICONO vivencias de trabajadores de Call Center (Empresas Atento-Telefónica de Argentina SA). www.lavaca.org/notas/callcenter-explotación -y-marketing/ www.oit.org.ar/WDMS/bib/pub/libros/explora_td.pdf Explora-Programa de capacitación multimedia. Ciencias Sociales, Construir futuro con Trabajo. Trabajo decente. VÈZINA, M, Vinet, A., Brisson, Ch. y Bernard, P., (1989) Piecework, repetitive work and medicine use in the clothing industry. Department of Industrial Relations and Department of Social Preventive Medicine, Laval University, Québec, Canada Soc. Sci Med. Vol 28. MARUCO Mariana “Estudio para evaluar el síndrome de quemarse por el trabajo (burn-out) y la calidad de la vida laboral en docentes de educación primaria ( ex egb 1 y 2) del programa integral para la igualdad educativa del conurbano bonaerense sur. Biblioteca SRT – Centro Nacional CIS www.srt.gov.ar. ANEXO LEGISLATIVO NACIONALES Decreto Nº 1278/00 http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/65000-69999/65620/norma.htm (Visitado por última vez 21/08/2012) Decreto Nº 491/97 http://infoleg.mecon.gov.ar/infolegInternet/anexos/4000044999/43703/norma.htm (Visitado por última vez 21/08/2012) Decreto Nº 658/96 http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/3500039999/37572/texact.htm. TRASTORNOS MUSCULO ESQUELETICOS – NAM (Nivel de Actividad Manual). Res.295/2003 del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación: método de evaluación del trabajo repetitivo. La citada Resolución constituye un avance importante de reglamentación sobre aspectos de la Ley de Higiene y Seguridad 19587, conteniendo importantes especificaciones técnicas de ERGONOMIA que tanto las empresas como las aseguradoras debieran cumplir cabalmente. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 28 La Ergonomía es el término aplicado al campo de los estudios y diseños como interfase entre el hombre y la máquina para prevenir la enfermedad y el daño mejorando la realización del trabajo. Intenta asegurar que los trabajos y tareas se diseñen para ser compatibles con la capacidad de los trabajadores. En los valores límites para las vibraciones mano-brazo (VMB) y del cuerpo entero (VCE) se consideran, en parte, la fuerza y la aceleración. En los valores límites para el estrés por el calor se consideran, en parte, los factores térmicos. La fuerza es también un agente causal importante en los daños provocados en el levantamiento manual de cargas. Otras consideraciones ergonómicas importantes son la duración del trabajo, los trabajos repetitivos, el estrés de contacto, las posturas y las cuestiones psicosociales y que se incluyen en el art.1 Anexo I de la citada Res. Ministerial que se expresa en parámetros, denominado ”NIVEL de ACTIVIDAD MANUAL” (NAM). Aunque los trastornos musculoesqueléticos relacionados con el trabajo pueden ocurrir en diversas partes del cuerpo (incluyendo los hombros, el cuello, la región lumbar y las extremidades inferiores) la finalidad de este valor límite umbral se centra en la mano, en la muñeca y en el antebrazo. Es una herramienta importante para prevenir los TRASTORNOS MUSCULOESQUELETICOS relacionados con el trabajo, que constituyen la primera patología del trabajo actual en el mundo. INTERNACIONALES OIT CONVENIO 111 (1958)…el acoso sexual es un problema de salud y seguridad problema de discriminación, condiciones de trabajo inaceptables y forma de violencia contra las mujeres. Recomendación 194-2002 Lista de Enf.prof. Rec. 2010 nuevo listado EP. América LATINA CHILE Decr. 109 Min de Trabajo Neurosis Profesionales Incapacitantes. COLOMBIA Res. 1832/1994 establece patologías causadas por estrés en el trabajo PERU Res. 374/2008 alteraciones que causen abortos por tensión mental, fatiga física y mobbing. EUROPA. BELGICA: Ley de Bienestar de los trabajadores (1996) medidas contra carga psicosocial del trabajo. También hay ley contra el acoso sexual. DINAMARCA: Ley de condiciones laborales referida al ritmo de trabajo para evitar deterioro salud física y mental del trabajador. También hay ley contra el acoso sexual. ALEMANIA Ley de Seguridad y Salud tiene en cuenta forma de trabajo, horario, carga laboral. SUECIA Ley de Condiciones de trabajo: contenido del trabajo, tecnología, organización del trabajo. PAISES BAJOS Ley de condiciones laborales previene alteraciones de salud vinculadas con factores psicosociales. LEYES PROVINCIALES (No hay Ley Nacional). Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli 29 BUENOS AIRES: Ley 13168 contra la violencia laboral. Ciudad Autónoma de Bs. As.: Ley 1225 de prevención y sanción de la violencia laboral. ENTRE RÍOS: Ley 9671 contra la violencia laboral. JUJUY: Ley 5349 de prevención sanción y erradicación de la violencia laboral. MISIONES: Ley 4148 contra la violencia laboral. SANTA FE: Ley 11948 contra el acoso sexual. TUCUMAN: Ley 7232 contra la violencia laboral. RESOLUCIONES MINISTERIO DE TRABAJO Y SRT Resolución MTEySS 05/2007: violencia laboral, mobbing o acoso psicológico y acoso sexual en el trabajo. Crea la Comisión Nacional Tripartita de igualdad de trato y oportunidades entre varones y mujeres en el mundo aboral. Res. SRT 65/2011 modifica Res.558/2009: procedimiento de prevención y tratamiento del estrés postraumático por accidentes. DENUNCIAS SOBRE VIOLENCIA LABORAL OF. de Asesoramiento sobre violencia laboral MTEYSSN TE 11-4310-5678/5525 Inst. Nac. contra la Discriminación INADI Decr.1086/2005 – TE 11 43461731 o 0800-999-2345. Of. De Asistencia Integral a la víctima del delito Proc. Gral. de la Nación MPF 11-4546-3326. Defensoría del Pueblo de la Nación: [email protected] SRT 0800-666-6778. Daño Psíquico y Trabajo- L.Raffaghellli