Situaciones para pensar…

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“25ª años de la guerra de Malvinas, ¿Que se hizo desde la Salud Mental?”
Rubén Darío Fernández1
Introducción:
El siguiente trabajo tiene por finalizar analizar las consecuencias psicológicas de la
guerra y realizar un recorrido por las investigaciones en los veteranos de guerra de
Malvinas.
El objetivo es indagar en los diversos estudios realizados en nuestro país, en función
de observar los paradigmas predominantes y analizar los abordajes realizados en nuestro
país.
Finalmente planteamos la necesidad de alcanzar un enfoque integrador e
interdisciplinario que supere las limitaciones propias de posiciones antagónicas que en vez
de fortalecer obstruyen toda posibilidad de diálogo y de abordaje.
Situaciones para pensar…
El siglo XXI, se ha caracterizado por el avance del conocimiento científico y tecnológico.
A la vez ha marcado una brecha entre los países desarrollados y los de menores recursos
económicos, la guerra ha servido a utilizado estos conocimientos para dominar y controlar.
Como toda guerra genera secuelas psíquicas y físicas en quienes participaron de ella de
manera directa e indirecta.
El conflicto de Malvinas es una herida abierta para la sociedad argentina y quizás la historia
le de otro sentido algún día, como todo suceso violento, deja huellas en quienes la
vivieron.
La sociedad también dio la espalda a los veteranos luego de la derrota, el conflicto quedó
“tapado”, reprimido por miedo quizás a despertar aquello que no se quería ver.
Los efectos psicológicos de la guerra:
Desde la Salud Mental nos compete hablar sobre las dolencias emocionales que se
produjeron como producto de una situación traumática.
Cuando hablamos de trauma, nos remitimos a la historia misma de la psicología dado que
reviste concepciones diferentes, que son convenientes considerar para explicitar desde que
lugar teórico nos referimos.
Desde una concepción Psicoanalítica Gardiner plantea al daño psíquico de forma similar al
trauma:” “un ataque que desborda la tolerancia del sujeto, que se instaura a nivel
inconsciente por su grado de intensidad y la incapacidad del sujeto de responder a él por
1
Psicólogo. Este escrito es producto de la lectura que se encuentra realizando como integrante del equipo
interdisciplinario de salud, en el marco de un proyecto mas amplio con sede en la Fac. de Ciencias
Medicas/UNR. Dicho grupo esta conformado por el V.G. y Prof. de Educacion Fisica Claudio Sánchez y el
medico Juan Pablo Pérez, bajo la dirección de María Alejandra Silva.
1
la desorganización de sus mecanismos defensivos, derivando en trastornos de
características patológicas, que se mantienen por un tiempo indeterminado, que pueden o
no ser remisibles” 2.
Este tema no ha sido nuevo en Psicología, ya el mismo Freud lo abordado en las neurosis
traumática (1920) y de guerra, retomando en ese momento una concepción energética del
trauma, focalizando sobre aquellos aspectos que se relaciona con el papel que juega el
acontecimiento vivido y el enfoque económico que se podía leer del mismo.
Frente a situaciones complejas que genera una carga emocional importante que puede
afectar la integridad física de la persona, el sujeto como primera respuesta no puede
reaccionar de manera inmediata, motivo por el cual al aparato psíquico toma sus resguardos
y lo repetirá en forma compulsiva al acontecimiento traumático a través de diversas
significaciones sintomáticos, por medios de sueños, Flash backs, como intentos de poder
generar ligadura de lo acontecido, produciéndose reacciones por donde se canaliza la
situación traumática. De los mecanismo propios de esta surgen de forma alternadas
momentos de negación, amnesia, despersonalización, apatía, desgano, ira.
Manfredi de Poderoso plantea:
“Clásicamente se ha relacionado el trauma con la disociación. Fue Pierre Janet en 1889,
quien primero observó las relaciones entre trauma, memoria y disociación y la
imposibilidad de integrar las experiencias traumáticas a la vida actual e incorporarlas en
la historia personal. El paciente se mantiene apartado de sus recuerdos traumáticos de
modo que estos, en lugar de mantenerse ligados en la cadena asociativa, se encuentran
fragmentados y no se integran al resto, volviéndose instrusivos cuando determinados
estímulos, vinculados de la alguna manera al evento, los desencadenan”.3
Es por eso que el paciente expresa a través de los sueños o de las diversas sintomatologías,
como reexperimentando y repitiendo el acontecimiento traumático, tal como ha sido
vivenciado presentado características y de intensidad marcada ligados a lo perceptivo y a
los sentidos.
Botella plantea que: “cuando el contenido perceptivo vuelve a imponerse al Yo, sin que
este pueda desencadenar la señal de angustia, se reúnen las condiciones para el estallido
de la neurosis traumática, y para que le fenómeno de repetición alucinatoria de contenido
perceptivo se instaure nuevamente, si bien la repetición alucinatoria de la percepción
constituye una primera ligadura antitraumática, una explicación, un comienzo de
elaboración”4.
Esto lo podemos pensar de la siguiente manera: Toda situación traumática repercute en el
psiquismo, que genera determinadas tendencias a la repetición, que en caso de no ser
elaboradas aparecen como alucinaciones auditivas o visuales. Por eso la importancia de
una ayuda terapéutica que permita sobrellevar esa situación para darle una connotación
menos dolorosa y mas saludable.
Para el caso de los veteranos de guerra se suele hablar de una secuela: el estrés
postraumático. Sin embargo, se confunden dos conceptos que están implicados en cierta
forma, pero que es conveniente separarlos.
Graciela Gardiner. “Construir Puentes en Psicología Jurídica”. Edit.JVE. pp89, Argentina. 2003
Clelia Manfredi de Poderoso. Revista “Actualidad Psicológica”.Trastonos de Ansiedad. Año XXXI- N° 344.
pag10.
4
Botella C. y S. “Más allá de la representación”. Edit. Promolibro. Valencia. 1997.
2
3
2
A los fines de desmembrar estos dos conceptos importantes empezaremos por definir al
estrés, palabra de origen ingles”Stress” que significa constricción, fuerza impulsora o
esfuerzo o demanda. Esta ligada a todas les exigencias, tensiones y agresiones a las que es
sometido un organismo humano o animal, en forma aguda o crónica. Los mecanismos
físicos y psicológicos que se ponen en juego en situaciones que ameritan mucha atención
emocional y que el organismo trata de responder y defenderse ante un medio que se
presenta como hostil y peligroso.
Fue Selye (1936) quien definió al estrés como:”la respuesta no especifica del organismo a
toda demanda que se le haga”, por ende la OMS lo describe como “el conjunto de
reacciones fisiológicas que preparan al organismo para la acción”. Pero como es sabido
niveles de exposición a situaciones percibidas como peligrosas trae aparejados diversos
trastornos en la salud física de quien lo padece, podemos citar los trabajos de Gorlin de
1962, que describió en sus estudios el “Síndrome del corazón hiperquinético” y los escritos
de Frohlich y col. de 1966 sobre “Estados circulatorio beta-adrenérgicos hiperdinámico”.
Por otro lado, otros estudios muestran que los síntomas del “Corazón de soldado” podrían
atribuirse a una hiperventilación involuntaria con la consiguiente alcalosis respiratoria
(Solye y Schock, 1938). 5
Asimismo en 1939, Caughey describe la “Neurosis cardiaca” como una variedad de
neurosis en la que se destacan las manifestaciones cardiocirculatorias, entre otras, temas de
una mirada medica sin considerar los aspectos subjetivos6 del estrés que hasta ese momento
no se consideraban.
Es por eso que cuando nos referimos a trauma debemos relacionarlo con la presencia de
trastornos emocionales en un sujeto, que por producto de una exposición a eventos de
naturaleza grave o catastrófica conlleva implícitamente un esfuerzo importante para
afrontar esa situación peligrosa y de los cuales se activan respuestas involuntarias de
sistema nervioso para poder controlarla, sus respuestas revisten diversas respuestas desde
pesadillas, reminiscencias, apatía, irritabilidad, perturbaciones emocionales, trastornos del
sueño entre otros.
En este grupo, los V.G., por lo que se conoce a nivel bibliográfico, la historia personal
juega un rol protagónico para desencadenar el estrés postraumático. Inciden factores como:
la herencia, la personalidad, las redes sociales, la resiliencia7y el tipo de apego (figura de
apoyo importante en el periodo de la hasta los 16 años).
Según Kessler y col. 1995, un 8% en promedio de la población general sufrirá estrés
postraumático a la largo de la vida. En el caso de los V.G. esta cifra es mayor, alcanzando
entre el 16% y el 20% de situaciones de stress postraumático.
Janoff Bulman (1992) informó que los sucesos traumáticos tienen un impacto determinante
en los sentimientos y en los sistemas de creencias de las personas y son capaces de
producir una sensación de pérdida en diversas áreas: en la creencia en uno mismo, en la
seguridad del mundo, en la confianza hacia los demás y en la propia identidad, citado por
Alfredo H. Cía. 8.
Schock y Soley M.H. “Te etiology of the effort syndromne”. American Journal of Science. 196;840-851.
1938.
6
Cunado se habla de los aspectos subjetivos nos referimos a cuestiones de indole psicologica.
7
Se llama RESILIENCIA a la capacidad que tienen las personas para sobreponerse a situaciones adversas.
8
Alfredo H. Cía. “La Ansiedad y sus Trastornos”. Manual Diagnóstico y Terapéutico. Edi. Polemos.
Pp298.Argentina.2002
5
3
El origen de las situaciones de trauma pueden ser explicadas por factores internos
(predisposición temprana antes descripta) o por factores externos (el hecho que lo
provoca). Al factor externo se refieren Kardiner A, Spiegel JP, 1947, y a los factores
internos de personalidad aluden Greenacre PH, 1952; Moses R., 1978 y Kahn M, 1963
cuando desarrollan el tema de los” “traumas nucleares acumulativos” tempranos.
Un poco de historia no viene mal...
Podemos decir que el trauma es inherente a la complejidad humana, no habiendo un
consenso en el ámbito académico y científico unificado, Benyakar 9 nos remite un poco a la
historia para buscar antecedentes del mismo
Se conoce ya desde el antiguo Egipto, donde los “médicos” del faraón describían las
reacciones histéricas en los Kunyus Papirus, unos de los primeros libros de Medicina
(alrededor del 1900 a.c.). Veith I (1965) comenta, en su análisis de la historia de la histeria,
que a lo largo de los siglos, múltiples sucesos fueron descriptos como reacciones
emocionales a situaciones estresantes presentando síntomas tales como: insomnio,
ansiedad, “flashbacks”, “Startle response” (sobresalto) que consideraban síntomas obras de
los dioses y demonios.
Ya en el Siglo XVIII, el medico Franz Antón Mesmer desarrolló el concepto de
magnetismo, que luego dio lugar al hipnotismo, queriendo explicar científicamente esta
sintomatología. También Charcot J. M. en el hospital de la Salpetriere (1899), demostró
que la histeria es una enfermedad de origen psíquico, posibilitando con estos estudios las
consecuencias de los eventos traumáticos de la histeria.
Posteriormente Freud, estudió también la sintomatología de la histeria, de donde dedujo que
la misma se originaba en un trauma acontecido en el pasado. También sugirió en 1895,
estudiando las neurosis traumáticas, que el enfrentamiento con situaciones que provocan
afectos avasallantes dan como consecuencias un estado que desorganiza algunas funciones
psíquicas. Años mas tarde considera al trauma como la ruptura de las defensas, causadas
por estímulos internos y/o externos que provocan una incapacidad temporaria del Yo,
restando valor a la naturaleza específica del estimulo y otorgándole importancia a la
“realidad intrapsíquica".En sintesis, lo que determina lo traumatico para Freud no estaria
dado por la situacion externa en si, sino por la realidad subjetiva de la persona.
John Eric Eichsen (1882) describió los síntomas de la llamada “enfermedad de Erichsen”
(insomnio, ansiedad, parestesias sin etiología orgánica, etc.) producidas por accidentes, que
tenían una sintomatología similar a lo que se conoce hoy como Estrés post Traumático. En
Londres Herbert Page (1885) fue el primero en considerar dicha sintomatología como de
origen psicológico.
Pero fueron la Primera y Segunda Guerra Mundial, con los millones de victimas y heridos
la que impulsó el estudio de investigaciones sobre la sintomatología postraumática,
impulsando esto no solo estudio sino la necesidad de realizar tratamientos
psicoterapéuticos, en aquellos pacientes que presentaban una etiología del síndrome
conocido como “Shock de combate” o “fatiga de combate” Benyakar op.cit. :
En esta guerra casi un tercio de los heridos presentaban sintomatología considerada de
etiología psíquica. Se discutía entonces en los altos mandos y entre los psiquiatras si éste
debía ser considerado un “fenómeno mental involuntario “o una manera intencional de
Benyakar, Morddechai (Moty) “Salud mental y desatres. Nuevos desafíos”. Revista Neurología,
Neurocirugía y Psiquiatría 2002; 35(1):Ene-Mar:3-25 (Artículo de Revisión).
9
4
eludir las obligaciones militares (Kardiner A, et. Al, 1959). Finalizada la segunda Guerra
Mundial, Grinker y Spiegel JP (1963) publicaron el libro “Men Ander Stress” que resumía
la experiencia terapéutica acumulada con los pacientes que presentaban sintomatología de
etiología psíquica. Ellos consideraban a las “reacciones estresogénicas de combate” como
un colapso emocional acaeció bajo el fuerte estado de estrés del campo de batalla.
Propusieron la denominación de “Neurosis de Guerra” o “Neurosis Traumática” a dicho
síndrome”Los estudios de Hans Selye sobre el estrés sirvieron para la explicación de la respuesta
orgánica y fisiológica ante estímulos estresantes. Posteriormente se continuaron con
estudios de este tipo del cual se pudo diferenciar entre estrés como factor externo la tensión
como su correlato interno. Finalmente en los años 80 su profundizaron sobre los estudios
del Síndrome de Estrés Post Traumático (/TEP). Y en 1980 por primera vez en el Manual
de Diagnostico y Tratamiento de la Sociedad Psiquiatrita de los Estados Unidos de América
(DSMIII) el síndrome catalogado como Post Traumatic Stress.
El TEP se clasifica en el DSMIV(APA1994), dentro de los trastornos de ansiedad,
categorizados en el Eje I. Este es un trastorno que pueden presentar en personas que han
experimentado o presenciado eventos que involucran amenaza de muerte, o muerte, daño
serio o amenaza a la integridad física la persona u otro cercanos. Se ha caracterizado como
un síndrome dada la complejidad de su sintomatología tales como experimentar terror,
desesperanza o horror, y reexperimentación persistente del evento, evitación de estímulos
asociados con el trauma entre otras, agregado a esto que la duración debe ser de mas de un
mes y provocar un deterioro en las áreas funcionales del individuo.
Las secuelas psíquicas de la guerra
Cabe indicar que : “Algunos factores median la severidad del trastorno tiene que ver con la
intensidad del trauma, su duración, las circunstancias del suceso, la edad del individuo, su
historial de agresiones previas, la estabilidad emocional anterior, los recursos
psicológicos propios, autoestima, el apoyo social y familiar entre otros”(Novoa, Nieto,
Forero, Aponte, Caicedo, Rivero Montealegre, Bayona & Sánchez,2005).”10
Los excombatientes con TEP, suelen presentar otros desórdenes como la ansiedad,
depresión, abuso de sustancias, conductas antisociales y trastornos en el control del
impulso, con estado de ira considerables mostrando conductas violentas.
Chemtob, Novaco, Hamada, Gross y Smith (1997) afirman que;
“La ira es un síntoma sobresaliente del ajuste de la posguerra y contribuye a la
dificultades que reportan en las relaciones interpersonales y en el trabajo. Por otra parte,
se ha encontrado que los excombatientes son una de las poblaciones mas proclive a
desarrollar este trastorno.”.
El DSMIV(1994) plantea que los estudios con población de riesgo muestran una
prevalencia del 3 al 58%. Investigaciones de este tema concluyen que algunos eventos
pueden ser tan traumáticos, que muchas veces puede verse amenazado la vida y el daño
personal. La prevalencia de este desorden dependerá de la naturaleza de la experiencia.
“Foy, Sipprele y Carrol(1987) observaron que de 25 a 30% de los sujetos altamente
expuestos levemente al combate y 70% de los sujetos altamente expuestos fueron
10
Botero Garcia, Carolina: Efectividad de una intervención cognitiva-conductual para el Trastorno por Estrés
Postraumático en excombatientes colombianos. Univ. Psichot. Bogotá (Colombia).4 (2):203-219, juliosetiembre de 2005.
5
diagnosticados con TEP. Foy y colegas observaron que ser herido en combate
involucrarse en las muertes de no combatientes y la exposición a atrocidades son
elementos críticos en el desarrollo del TEP en veteranos de combate”
Benyakar, (op.cit p, 6) postula el concepto de “desórdenes disruptivos”:
“siendo estos desórdenes psíquicos consecuencias de situaciones repentinas que no han
permitido l a metabolización psíquica de la mismas, provocando de esta forma un desorden
tanto en el proceso constitutivo del psiquismo del infante o desorden de integración
psíquica cuando estas situaciones irrumpen en adultos como mecanismos y defensas
constituidas(Benyakar M. 2000 a)
La frecuencia de situaciones traumática en condiciones de guerra civil se caracteriza por
una repetitiva sistemática exposición a los estresares, de los que la victima no puede huir,
generando un temor y una respuesta de supervivencia que se convierten en parte de la vida
diaria, Herman ha propuesto el concepto de ESP complejo que abarca una abanico de
respuesta psicológica a un trauma de este tipo. Y otro concepto es de contexto histórico,
económico, cultural de la sociedad en la que se da la situación traumática.
No debemos dejar de considerar estos factores.
“ Según las características del conflicto bélico, y de la sociedad/cultura que se enfrenta a
él, es decir, teniendo en cuenta todos los factores anteriores, la guerra de Malvinas, y la
primera del Golfo no fueron seguidas de importantes secuelas (para los vencedores, que
son los que han hecho los estudios). Fueron breves, implicaron fundamentalmente a
soldados profesionales, sin mucho peligro para los hogares y las familias, el enemigo era
definido y los motivos, más no menos claros. (Ibáñez Rojo, 2006).
El mismo fin, diversas corrientes:
En la explicación de trauma los modelos psicológicos más característicos son: la teoría
sicoanalítica (psicodinámica), la teoría cognoscitiva y del procesamiento de la información
y conductual.
De la teoría psicodinámica Sigmund Freud y otros analistas intentaron explicar los
síntomas y la causa de las neurosis traumáticas. La teoría propone que el trauma revive la
neurosis infantil original a través de la regresión. Más tarde, se postula un modelo
energético en el cual el trauma externo intenso altera la energía del organismo, que
entonces excede la barrera protectora de los estímulos. Los mecanismos de defensa que se
ponen en juego, como la represión y anulación retroactiva representan los intentos del yo de
afrontar el evento y de esa forma eliminara el exceso de energía. El trauma grave con
evolución crónica, bajo respuesta terapéutica puede inducir alteraciones irreversibles del
yo.
En tanto que la teoría cognoscitiva y del procesamiento de la información plantea que
algunos sujetos no pueden procesar ni asimilar en forma adecuada el evento ni enfrentar
los efectos de un estrés grave. Como deben realizar cambios inesperados en sus planes, la
asimilación satisfactoria de la experiencia puede ser difícil, prolongada y a veces
incompleta. Puesto que esa experiencia se mantiene con un recuerdo activo que se
entromete repetidas veces a la conciencia.
El sujeto intenta negar o evitar esta experiencia penosa para reducir el nivel de ansiedad.
Para explicar la génesis del trastorno se utilizan modelos de procesamiento de información
que se refieren al miedo, el recuerdo y como se almacena en la memoria a largo plazo. El
miedo puede almacenarse como una red de memoria que contiene información sobre
6
estímulos relacionados con el peligro. Un trauma que amenaza la vida evoca una respuesta
potente, por lo cual dicha red particular de temor mantiene su intensidad y es fácil de
activar. Las diferencias entre lo seguro y lo peligroso no son nítidos y las personas muy
afectadas por esas estructuras de temor pueden sentir que no poseen control ni pueden
predecir con respecto a su entorno inmediato.
En tanto que el último enfoque, la Teoría de la conducta, propone un proceso de
aprendizaje de dos factores en el TEP. Primero, las personas expuestas a un trauma
(estimulo no condicionado) aprenden a través de la asociación a preocuparse por eventos,
imágenes, ideas o situaciones vinculadas con dicho trauma (estimulo condicionado), dando
como respuesta una conducta condicionada. En segundo lugar, esto se da por un tipo de
aprendizaje instrumental que conduce al segundo factor, la evitación de estimulo
condicionado y del no condicionado (proceso que se mantiene para reducir la ansiedad)
produce un condicionamientos elevado y por ultimo, un amplio espectro de estímulos
produce el estado de alerta interno (generalización del estimulo).
Podemos decir entonces que: “Si la respuesta es de miedo, por una mecanismo
reforzamiento negativo, la persona evita todo lo referido a la situación del trauma, pero por
otro lado termina limitando aspectos de su personalidad”
Ahora bien también hay otros factores que deben ser considerados que pueden ayudar a
mitigar la situación traumática como “el apoyo social” que produce un efecto
amortiguador y su ausencia es un factor de vulnerabilidad.
Desde la psicología y las ciencias sociales se suele hablar actualmente de la “resiliencia”
que podemos entenderla como la capacidad que tienen las personas para sobreponerse a
situaciones adversas en función de los recursos propios y del apoyo social (de la familia,
grupo de amigos, barrio, instituciones, grupo de pares, etc.)
Otro autor afirma que:“Los factores de riegos premórbidos adicionales hallados en
muestras epidemiológicas y de grupos que solicitan tratamiento incluyen antecedentes
familiares de enfermedades mentales en general y trastornos de ansiedad en particular,
trastornos psiquiátricos previos, rasgos de personalidad neurótica y de poca
autoconfianza, separación precoz de los padres, pobreza, mal comportamiento y abuso en
la niñez, bajo nivel de educación, eventos vitales adversos antes del trauma, etc.”11.
De las corrientes mencionadas y las diferentes corrientes que existen en la recuperación de
los V.G. también se tiene en cuenta el apoyo social como un factor importante en el proceso
de recuperación. Si bien estas corrientes están de acuerdo en el apoyo social, existe
desacuerdo en el abordaje. Esto se observó en la Jornada de capacitación sobre Estrés Post
Traumático, realizada en Rosario en 2006, muestra una vez más las dificultades que
existen en relación a las diversas corrientes teóricas en Psicología:
“ algunos aspectos de la Jornada de Capacitación para el Tratamiento de veterano de
Guerra, organizado por el Centro de Excombatientes de Rosario, asistiendo profesionales
de la salud mental y , esposas y los propios veteranos.(2006) disertando el Dr. Alberto
Dupen, especialista en el tema., De dicha jornada de capacitación se desprenden disputas
entre profesionales de la salud Mental: unas de las madres luego de escuchar las
discusiones sobre corrientes y métodos de abordaje dijo:” “no importa el método, la
escuela, si se apela a la hipnosis o se utiliza la técnica de pegarle al almohadón, lo que va
a movilizar a los profesionales para mejorar que todos estos años bienvenido sea”
Jonathan R. T.”Tratado de Psiquiatría” Vol.II Davidson. Trastornos por estrés postraumático y trastornes
por estrés agudo. Edit. Intermédica. Argentina. 1997.
11
7
Silva Alejandra. Humanizando el 10 de junio
Como es sabido dentro del Campo de Salud Mental y mas específicamente desde la
Psicología, hay diversos teorías y corrientes (escuelas)que marcan posiciones
epistemológicas/políticas e históricas distintas, dando lugar a debates actuales sobre: tipos
de tratamientos. Nos referimos principalmente al Psicoanálisis, motivo que tiene
explicación histórica que no desarrollaremos en este trabajo, y otra de las corrientes
importantes es la Cognitiva –Comportamental, que tienen un sustento científico más
desarrollado desde las investigaciones sostenida por el paradigma dominante. Nos parece
que en función de la trama y de las consecuencias sintomatológicas que presentan el estrés
post traumático, deberíamos aunar criterios de abordaje en función de disminuir las
secuelas psicológicas. Creemos necesario pensar en un enfoque mas integral que posibilite
tener diversas miradas considerando las múltiples variables que se ponen en juego.
Cifras que preocupan:
Durante el conflicto bélico hubo las siguientes bajas en combates, sobre un total de 649, el
69 oficiales fallecieron (10,5%), se dio en Oficiales, 300 suboficiales (46%) y 278
conscriptos (43%).Fuentes “Cuna heroica de combates”. Asociación Amigo del Crucero
General Belgrano Argentino. Editorial Yaguarán ediciones Argentina. 1998, extraído del
libro de Bonzo, Héctor “1093 Tripulantes del Crucero ARA Gral. Belgrano”. Testimonio y
homenaje de su comandante. Edit. Sudamericana. Bs.As. 1992.
De un estudio realizado por Fernández, Foradini y Ulloque (1995), estudiando las
“disfunciones sexuales en veteranos de guerra”, se observaron que aparte de sufrir diversas
dificultades sexuales se observaron que sobre una población de 40, de los cuales
participaron de una encuesta, 16 de ellos, presentaban discapacidad corporal el 44%, el
43% no se había insertado en la sociedad, y 12% de la muestra había recibido atención de
salud (médica, atención psicológica/psiquiatrita).
Mario Borini, Cesar Gonzáles, C. Solano12,”La Salud antes y después de la guerra”.1997
Esta investigación realizada sobre la salud en general, nosotros limitaremos a los datos
referidos con respecto a la salud Psíquica, sobre una población e 145 veteranos de Córdoba,
Bs. As., La Rioja, Mendoza, Santa Fe y Chaco, desprendiéndose los siguientes datos,
realizaron para esto entrevistas abierta y semipautadas:
“un 77% de los entrevistados reconoce padecer trastornos para conciliar el sueño, sobre
esta muestra hubo un 10% posteriormente a la guerra presentaron síntomas sicóticos, un
20% de fobias, un 28% dice tener frecuencias ideas suicidas y un 10% reconoced haber
tenidos intentos de suicidios. El 37% se reconoce con tener conductas violentas, un 58%
sufría de depresiones y un 70% padece de algún tipo de trauma.”
María Alejandra Silva y Juan Cruz Vázquez “Malvinas: los desafíos de la democracia”: VII
Congreso Nacional sobre la Democracia”los desafíos del Siglo XXI en América Latina,
Democracia e integración. Octubre 2006.UNR. Los autores remarcan en su estudio la
importancia de trabajar sobre los aspectos psicológicos de los que participaron de la guerra,
para considerar la magnitud de problema citan el trabajo de la Prov. De Buenos Aires
(1995), sobre una muestra de 500 realizada en la Región Sanitaria VI (Distrito Quilmas y
Avellaneda) que el 41% alcanzó la escolaridad primaria completa, el 60% no tiene resuelto
en forma estable su situación laboral, el 98% recibe pensión del estado, el 36% padece
12
Resaltamos que los datos de esta investigación son parciales, y no se han analizados las patologías
descriptas por provincias ni se correlacionaron las mismas.
8
discapacidad física o psíquica, el 89% cuenta con cobertura médica, no reciben atención el
72% y específicamente tratamiento psicológico /psiquiátrico.
El 88% nunca concurrió a un centro de Salud (Programa Malvinas de Pcia. de Buenos
Aires).
Como hemos de destacar en toda guerra no solo se ven afectados los que participaron de
ellas, sino también de manera indirecta los familiares:
“Sería bueno que además de recordar el horror de la guerra, reflexionemos sobre qué
podemos hacer por este grupo de jóvenes excombatientes. No hubo políticas desde el
gobierno destinado a contener psíquicamente a ellos y al grupo familiar…” Silva
Alejandra.” “Boletín ENREDANDO, Rosario 2006.
Maria A. Silva “Humanizando el 10 de Junio: los derechos de los excombatientes de
Malvinas. “Derechos Humanos” del Boletín ENREDANDO. 2006. www.enredando.org.ar.
Plantea que “…que tanto en Argentina como de Gran Bretaña, en ambos casos hoy son más
los suicidios de excombatientes que los caídos en la guerra. El daño mental nunca es tenido
en cuenta luego de las guerras y la ayuda psicológica debiera ser proporcionada por los
gobiernos”. (Alex Mcdonald, 2006).
En la literatura científica sobre Personalidad y trauma, se resalta que TEPT, Son mas
frecuentes en poblaciones que tienden a tener síntomas asociadas para el tratamiento como
culpa por haber sobrevivido, alteraciones somáticas, paranoia, alineación interpersonal y
cambios negativos depresivos:
“…las víctimas de abuso interpersonal prolongado pueden exhibir deterioro de la
modulación del afecto, conductas impulsivas y sentimientos de ineficacia y desesperanza.
Las pruebas psicométricas pueden revelar puntajes elevados de neurosis en el inventario
de la Personalidad de Eysenck y puntaje Sc, D, F y Ps elevados en el inventario Multifásico
de la Personalidad de Minesota (MMPI). El test de Roschach puede revelar pensamientos
agresivos y violentos, Empero, la mayoría de los estudios psicométricos citados se
realizaron en veteranos de guerra” (Davidson, 1997, op.cit)
De un estudio realizada por una población de 120 veteranos de guerra de Entre Ríos y
Capital Federal, el estudio “Neuroticismo, extraversión y estilo atribucional en veteranos
de guerra: una aproximación desde el estrés postraumático”. Citar la fuente.
Los altos puntajes en neuroticismo están relacionados con la vulnerabilidad al estrés, como
así también con la posibilidad de desarrollar sintomatología del PTSD(David &
Clark,1998;Morgan, Matthews &Winton,1995) y también con la presencia de depresión
clínica(Enns & Cox,1997).Por otro lado, tanto los pacientes depresivos como aquellas
personas que padecen PTSD muestran un estilo atribucional desadaptativo, Salomón,
Weisenber y Schwarzwald(1985m Cf, Makulincer &-Solomón,1988)sostienen que la
presencia de PTSD se encuentra asociada con la aparición de emociones tales como el
enojo y la hostilidad, presentes en el factor neuroticismo.
“De la investigación se desprenden niveles altos en neuroticismo y mas bajo en
extroversión; esto indica que tienen una mayor sensibilidad para ser afectados por
sentimientos negativos tales como la ansiedad, enojo y también por situaciones estresantes
que se manifestará en desajuste e inestabilidad emocional. En cuanto a las diferencias
encontrada en los niveles de extroversión(los veteranos presentan valores significativos
inferiores al grupo de control), se mostraron menos abiertos hacia el mundo, a su vez se
pueden ver en ellos comportamientos relacionados con pensamientos negativos, baja
participación social y baja autoestima”.
9
Alejandra Ruiz López. “Estrés Postraumático enmascarado”. Univ. De Buenos
Aires.2000.Sobre una muestra de 22 veteranos de guerra para observar las dificultades
sociales y laborales podían estar relacionas con el trauma de la guerra y esconder bajo
esta sintomatología un PTS., luego de un tratamiento de terapia grupal durante seis meses
se observaron que el nivel global de actividad había mejorado mucho. La comorbilidad se
encontraba muy disminuida a expensas especialmente de los trastornos de ansiedad,
control de los impulsos y depresiones. El nivel de adhesión al tratamiento fue notablemente
mayor en nuestro grupo que en los que fueron asistidos en el consultorio externo de un
gran hospital municipal así como los consultaron en una institución privada. (López, P.6).
Gerding Eduardo, en el artículo “El conflicto del Atlántico Sur de 1982: Sus secuelas.
Resalta que los que presentan SDPT, según estudios SDPT de EEUU, el 25-75% de los
sobrevivientes de abuso o traumatismos violentos presentan problema con el consumo de
alcohol, asociado a esto un tipo de vida caótica que reduce la proximidad emocional de los
lazos familiares, incremente el conflicto familiar y reduce la capacidades de paternidad.,
resalta como características de los veteranos que presentan este trastorno y como afecta en
la relación familiar.
1. Reaccionan emocionalmente: los familiares se sienten heridos, frustrados, etc.
2. Se aíslan de las otras personas.
3. Tienen dificultad en comunicarse con el veterano de guerra.
4. Evidencian un compromiso excesivo con la vida de sus hijos.
5. Los familiares sienten que se abusa de ellos, se sienten atemorizados y traicionas.
6. Las adiciones del veteranos de guerra le acarrea problemas de violencia
7. Suicidios. Los pacientes con SDPT son más propensos a considerar e intentar
suicidios.
Remarca el estudio que “la única manera de determinar la prevalencia de las bajas
psiquiatritas de la guerra entre soldados y sus su familiares es mediante estudios
epidemiológicos (Jones GH- J r. Cool fo Gen Pract, J 1987).sin embargo dos elementos
conspiran contra esto ultimo: Los datos son inexactos y la renuencia por parte de los
excombatientes”. (A asistir a los Centros de Salud en mi opinión).
Los suicidios en Argentina según el estudio mencionado no hay precisión de los datos:
“Según Héctor Beiroa, Presidente de la Federación Argentina de Veteranos de Guerra de
Malvinas de la República Argentina se ha suicidado hasta la fecha 264 veteranos de guerra
desde 1982: No existen datos oficiales de suicidios ni por parte de la Federación de
Veteranos de guerra de la Pcia. De Buenos Aires ni de la Federación de Veteranos de
Guerra de la República Argentina.
Según Rubén Rada, Presidente de Veteranos, en 1995 tomaron contacto con estadísticas del
Hospital Militar de Campo de Mayo, se las cuales se habrían constatado 236 casos. Los
veteranos han estado actualizando dicha cifra desde entonces”. (Gerding, 2002)
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Conclusiones:
Hemos podido realizar un breve recorrido sobre el trauma, el estrés post traumático, y las
diferentes concepciones de abordaje. Se desprenden de las mismas que no hay un consenso
dentro del ámbito académico sobre éste. También evidenciamos una dificultad que
presentan estos desencuentros teóricos en el ámbito de la psicología y psiquiatría, esto
limita muchas veces el trabajo de equipo, el tipo de tratamiento a realizar y la apertura a un
trabajo interdisciplinario.
Desde el campo de salud mental con los veteranos de guerra de Malvinas, queda mucho
por investigar, sobre todo a nivel nacional y provincial, la consecuencias psicológica de la
guerra es una problemática que se ha instaurado y que el Estado debe hacerse cargo
implementando políticas a tales fines.
Las investigaciones realizadas hasta la fecha son insuficientes, y los estudios sobre esta
temática se han profundizado recién en esta última década.
Se han observado diversas variables a ser consideradas a la hora de estudiar esta
problemática(desde factores, personales, sociambientales y familiares). Los síntomas del
STP, agregado a la comorbilidad de otras patologías más severas necesitan de poder
trabajar de forma interdisciplinaria.
Si bien, el grupo de veteranos por sus características particulares, producto de toda una
series de factores que hemos desarrollados se muestra muy renuentes a cualquier tipo de
tratamiento(psicológico, psiquiátrico, medico), es menester desde los diversos organismos
(Estado Nacional, provincial y municipal, Universidades, Ministerio de Educación,
Fundaciones, ONG, etc.) implementar políticas de promoción, prevención y Asistencia para
los veteranos y sus familiares, y no dejarlos libros al azar; porque con esto estamos
sosteniendo y reforzando un estado de inequidad social con quienes realmente lo necesitan.
Si bien han pasado 25 años, y muchos de ellos quizá no han recibido el tratamiento
adecuado, lo importante es empezar a trabajar desde las diferentes perspectivas existentes
en psicología y psiquiatría.
Lo que se ha hecho hasta el momento en el tema de salud Mental ha sido insuficiente, y es
tiempo de implementar modos de abordajes focalizando esfuerzos que ayuden a mitigar el
dolor de quienes participaron de una guerra que no eligieron.
Los colegas tendemos por nuestra formación a realizar una practica clínica en sus diferentes
marcos (individual, grupal, familiar) en consultorio; y nos estamos olvidando de una faceta
importante de la prevención que es aquella que produce un corrimiento de la mirada
tradicional para la búsqueda de tratamiento mas comprometido con la realidad social donde
los profesionales trabajen mancomunadamente con los que padecen estas consecuencias, y
lo hagan desde el mismo lugar donde ellos se desenvuelven cotidianamente.
Resaltamos esto porque la concurrencia a un sistema de salud mental refuerza lo que en
este grupo social se caracteriza como “locura” y termina estigmatizándolo doblemente, por
un lado, desde los psicológico y por otro desde la sociedad.
Si la guerra afecta al soldado, su familia y la sociedad, entonces la forma de abordaje
debería ser integral, con equipos interdisciplinarios, para disminuir esta estigmatización
social y evitar mayores secuelas.
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