Juan Vargas Puebla, luchador por naturaleza, dueño, gracis a su

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JUAN VARGAS PUEBLA: Hijo de la clase obrera chilena
Iván Ljubetic Vargas
(Extracto de libro)
SUS ENCUENTROS CON RECABARREN ( Pag. 21 – 22.)
A comienzos de 1924, la familia de Juan vive en un barrio pobre de Santiago, con
conventillos y citeés. En un punto de éste, en la esquina de las calles Moneda y Cueto,
finaliza un bullicioso desfile: mujeres y niños llegan golpeando tarros parafineros con
palos. Los manifestantes han concurrido convocados por la Liga de Arrendatarios de la
capital, que está en plena campaña por la rebaja de los arriendos en un 50 %.
En esa esquina, sobre un cajón azucarero, que algunos afirman, se sube Luis Emilio
Recabarren. Es la primera vez que lo ve y escucha. Más tarde relatará: “ Recabarren no
era un agitador, sino que exponía con calma los problemas. Había mucha gente, la
mayoría venía de los conventillos que existían en el barrio”.
“ Recabarren era muy tranquilo. Representaba más edad de la que tenía. Fue escuchado
en profundo silencio. Lo aplaudimos mucho. Era muy querido”.
Luego agrega: “ Se ganó la pelea. Se logró la rebaja de los arriendos en un 20 %. Y este
es un caso único en la historia de Chile. Yo tenía quince años cuando conocí a
Recabarren”. (2)
Es en la concentración del 1° de Mayo de 1924, realizada en la Alameda, cuando ve por
segunda vez a Recabarren.
Es un acto unitario. Lo organizan la FOCH, la anarco-sindicalista IWW- la
Confederación General de Trabajadores de los anarquistas; el Partido Comunista y el
Partido Demócrata. Se levanta tribuna junto al monumento a Bernardo O’Higgins.
Hablan varios oradores. Uno de ellos es Luis Emilio Recabarren que llama a la unidad
de trabajadores, estudiantes y partidos populares.
Juan está por cumplir los 16 años y es el Secretario General de la Unión Juvenil de la
IWW, que integran unos 80 muchachos.
Vargas Puebla recordará así ese día : “Terminada la Concentración, la gente de la
FOCH, encabezada por Recabarren, partió marchando por la Alameda hacia el Este. Yo,
que portaba la bandera de la Juventud de la IWW, me fui detrás de ellos. Llegamos a la
plaza Vicuña Mackenna, junto al cerro Santa Lucía. Recabarren se subió a un muro y
pronunció otro discurso. Después nos dirigimos al local de la FOCH, en Agustinas
esquina Tenderini. Era una vieja casa, con un balconcito.
Desde ahí habló Recabarren para dar por finalizada la actividad de ese medio día.
Sin que nadie me lo pidiera y sin estar programado, subí hasta ese balcón y dije unas
palabras en nombre de los jovenes de la IWW. La gente que escuchaba, la mayoría
comunistas, me aplaudió. Fue la primera ocasión que hablé en público. Estaba nervioso
y emocionado. Cuando finalicé, don Reca me acarició la cabeza y me dijo
cariñosamente: -Bien muchacho, lo has hecho muy bién. Me sentí feliz. “ Esa fue la
segunda y última vez que vi vivo a Recabarren”. (1)
El 8 de junio de 1924, el padre – Juan Vargas Márquez – jura como ministro de Obras
Públicas del Presidente Arturo Alessandri Palma. Forma parte de uno de los varios
gabinetes que se suceden con vertiginosa rapidez en la llamada “rotativa ministerial” ,
que caracteriza al momento previo al golpe militar que depuso al Presidente Alessandri
el 11 de Septiembre de 1924.
El ministerio en que participa Vargas finaliza sus funciones el 1° de julio.No alcanza a
durar un mes.
El 19 de Diciembre , una terrible noticia golpea a los trabajadores chilenos. Recabarren
se ha suicidado. Nadie en un primer momento, puede creerlo.
El joven anarco-sindicalista concurre a rendirle un último homenaje, el día en que se
inicia el verano.
Sobre ello escribe, en el exilio, en 1981:
“ Volví a ver al maestro Recabarren el 21 de Diciembre de 1924, ahora dormido para
siempre en su ataúd, en medio de una severa capilla ardiente en el local de la Unión de
Obreros Ferroviarios, en la calle Bascuñan Guerrero N° 345, después que el escultor
Canut de Bon sacó una mascarilla de su rostro en yeso. Pálido, los ojos cerrados, las
manos cruzadas sobre su pecho, cubierto de flores rojas y por las banderas de Chile y
del Partido Comunista en su ataúd, era la expresión más elocuente de la serenidad que lo
caracterizó durante toda su vida de apasionado luchador revolucionario por la causa de
la justicia social, el socialismo y el comunismo”. (2)
Juan Vargas Puebla, que ha cumplido 16 años y cuatro meses, marcha en las grandes
columnas que acompañan al líder obrero hasta el Cementerio General de Santiago.
Los breves encuentros que tuvo con Luis Emilio Recabarren, influirán profundamente
en su vida.
(1)
Ibdem
(2)
Vargas Puebla, Juan. “Por los caminos de Recabarren” Cuadernos Casa
de Chile. México DF, 1981.
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