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La naturaleza del significado
Eduardo Villanueva Chigne (2013)
Dos preguntas fundamentales de la filosofía son ¿qué es el pensamiento? y
¿qué es la verdad? El significado es un tema central de la filosofía porque,
mientras no tengamos una idea clara acerca de su naturaleza, no podremos
formular respuestas adecuadas a estas dos interrogantes. En primer lugar,
usamos el lenguaje para expresar y comunicar nuestros pensamientos. Los
pensamientos que expresamos y comunicamos por medio del lenguaje
dependen de los significados de las expresiones lingüísticas que usamos. Esto
quiere decir que, si queremos alcanzar una comprensión satisfactoria de la
naturaleza del pensamiento, tenemos que alcanzar una comprensión
satisfactoria de la naturaleza del significado. En segundo lugar, existe una
conexión muy íntima entre el significado y la verdad. Por ejemplo, la verdad
de la oración inglesa ‘Grass is green’ depende de su significado y de cómo es
el mundo. Si significa lo mismo que la oración ‘El césped es verde’ y, además,
es un hecho que el césped es verde, entonces la oración será verdadera; en
caso contrario, será falsa. De esta relación íntima entre el significado y la
verdad se sigue que, si la verdad es un tema central de la filosofía, el
significado también lo es.
La filosofía, como tantas otras disciplinas en la actualidad, se ha diversificado y
especializado enormemente. No es sorprendente, pues, que un especialista
en ética no esté al tanto de las discusiones actuales de la filosofía de la
física, o que un filósofo del arte no haya leído a los autores
fundamentales de la filosofía de las matemáticas. Sin embargo, a pesar de
esta diversidad, hay temas como la verdad, el pensamiento y el significado que,
de un modo u otro, atraviesan el espectro filosófico. Tanto el especialista en
ética como el filósofo de la física buscan comprender a cabalidad sus objetos
de estudio y, por ende, están comprometidos con la verdad—uno comprende
mejor un objeto en la medida en que adquiere más creencias verdaderas que
falsas. Si, como dije anteriormente, el significado, el pensamiento y la verdad
están muy cercanamente emparentados y, además, toda reflexión filosófica
seria está comprometida con la verdad, entonces nuestra comprensión del
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significado tendrá implicaciones importantes sobre nuestra comprensión de las
tareas y objetivos de la filosofía.
A un nivel menos general, nuestras respuestas a la pregunta por el significado
pueden tener repercusiones palpables en la manera de entender los objetivos
de ramas particulares de la filosofía. Un ejemplo muy claro es la filosofía del
lenguaje. En la década de los años sesenta, un grupo muy influyente de
filósofos del lenguaje defendió vigorosamente la tesis de que el
significado de una oración no es más que sus condiciones de
verdad. Esta comprensión del significado marcó por muchos años la manera
de entender el objetivo último de toda teoría del significado. De acuerdo con
este punto de vista, el objetivo último era capturar y predecir las condiciones de
verdad de las oraciones del lenguaje.
Otro ejemplo de una rama de la filosofía que se vería directamente afectada
por nuestras respuestas a la pregunta por la naturaleza del significado es la
filosofía de la mente. Lo que he llamado hasta el momento ‘pensamiento’ es lo
que los filósofos contemporáneos llaman ‘proposición’. Nadie sabe muy bien
qué es una proposición. Sin embargo, entre los roles que se le asignan en los
debates filosóficos contemporáneos están el de ser el significado de las
oraciones declarativas y el contenido de estados mentales intencionales tales
como la creencia, el conocimiento, la percepción, etc. Así, al comprender mejor
la naturaleza del significado no solo estaremos comprendiendo mejor una de
las propiedades fundamentales de los lenguajes naturales, sino que además
estaremos comprendiendo mejor la naturaleza misma de nuestros contenidos
mentales intencionales.
La pregunta por la naturaleza del significado es también muy importante para la
metafísica. Como dije hace un instante, aún no sabemos muy bien qué son las
proposiciones. Mientras que para filósofos como Gottlob Frege, las
proposiciones (y, por ende, los significados) son entidades ideales que habitan
el cielo platónico junto con las entidades matemáticas, para filósofos como
W.V. Quine estas no existen. Dada la importancia de los roles asignados a las
proposiciones en distintas áreas de la filosofía, es una tarea fundamental de la
metafísica investigar qué son exactamente. (PUCP. Punto Edu, 23-3-2013)
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