El niño feliz D.C. Briggs Editorial Gedisa, Barcelona 2001 Bases de

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El niño feliz D.C. Briggs Editorial Gedisa, Barcelona 2001
Bases de la salud mental
El ingrediente fundamental
Para la mayoría de los padres, las esperanzas en torno de los niños se fundan en algo más que
el evitarles la postración nerviosa, el alcoholismo o la delincuencia. Lo que queremos para ellos es todo lo
positivo de la vida: la confianza interna, el sentimiento de tener objeto y compromisos, las relaciones
significativas y constructivas con los demás, el éxito en el estudio y en el trabajo. Por encima de todo, la
felicidad. Lo que queremos es claro. Nuestras dudas se desarrollan casi siempre en torno de cómo
ayudarles a alcanzar esas metas. Y en este sentido, los padres ansiamos disponer de una regla básica
que nos guíe en cuanto a qué hacer y qué no hacer, especialmente en los momentos de tensión y
desconcierto.
Hoy día, se ha acumulado ya experiencia suficiente para darnos precisamente una fórmula de
ese tipo: el niño que posee autoestima elevada es el que más probabilidades tiene de triunfar. Más y más
investigaciones demuestran que entre el niño (o el adulto) que funciona plenamente y la persona que
marcha por la vida entre tropiezos existe una diferencia fundamental.
La diferencia reside en la actitud de uno y otro hacia sí mismo; en su grado de autoestima.
¿Qué es la autoestima? Es lo que cada persona siente por sí misma. Su juicio general acerca de
sí mismo, la medida en que le agrada su propia persona en particular.
La autoestima elevada no consiste en un engreimiento ruidoso. Es, en cambio, un silencioso
respeto por uno mismo, la sensación del propio valor. Cuando uno la siente en lo profundo de su ser, se
alegra de ser quien es. El engreimiento no es más que una delgada capa que cubre la falta de
autoestima. Aquel cuya autoestima es elevada no pierde el tiempo en impresionar a los demás: sabe que
tiene valor.
El concepto que el niño tiene de sí mismo influye en la elección de sus amigos, en la forma en
que se lleva con los demás, en la clase de persona con la que se ha de casar y en la medida de lo
productivo que será en el futuro. Afecta a su creatividad, su integridad y su estabilidad, y decide si ha de
ser conductor o seguidor. Su sentimiento del propio valor constituye el núcleo de su personalidad, y
determina la forma en que emplea sus aptitudes y habilidades. La actitud hacia sí mismo pesa en forma
directa sobre la forma en que vivirá todas las etapas de su vida. De hecho, la autoestima es el factor que
decide el éxito o el fracaso de cada niño como ser humano.
Dos necesidades básicas
El respeto sólido por uno mismo se funda en dos convicciones principales:
“Soy digno de que me amen” (“Importo y tengo valor porque existo”) y “Soy valioso” (“Puedo manejarme a
mí mismo y manejar lo que me rodea, con eficiencia. Sé que tengo algo que ofrecer a los demás”)
Aunque individualmente único como persona, todo niño tiene estas mismas necesidades
psicológicas de sentirse valioso y digno de amor. Y esas necesidades no terminan con la infancia. Todos
las tenemos, y nos acompañarán hasta la muerte. Su satisfacción es tan esencial para el bienestar
emocional como el oxígeno para la supervivencia física. Al fin de cuentas, cada uno de nosotros es, para
sí mismo, el “compañero de cuarto” de toda la vida. Por mucho que uno se esfuerce, la única persona
cuyo contacto no puede eludir es uno mismo. Lo mismo les ocurre a nuestros hijos. Con nadie viven en
tanta intimidad como consigo mismos, y tanto para su crecimiento óptimo como para que logren una vida
significativa y gratificante, es de la máxima importancia el respeto por sí mismos.
Llegados a este punto, alguien podría aducir: “Esto no me concierne, porque yo amo a mi hijo y
pienso que es valioso.” Notemos, entonces, que la prescripción no habla de que “uno ame a su niño”, sino
de que “el niño se sienta amado”. Y existe una enorme diferencia entre ser amado y sentirse amado.
Lamentablemente, son muchos los padres que están seguros de amar a sus hijos, al mismo
tiempo que, por alguna razón, estos últimos no reciben el mensaje de ese amor. Tales padres no han
sido capaces de comunicar sus sentimientos. En la Segunda Parte de este libro expondremos los siete
elementos básicos que hacen que el niño sienta el amor; por ahora, importa comprender lo siguiente:
¿De dónde proviene esta autoestima que constituye el ingrediente decisivo de la salud mental?
Depende, en cambio de la calidad de las relaciones que existan entre el niño y aquellos que desempeñan
papeles importantes en su vida.
Todo niño normal nace con la potencialidad necesaria para alcanzar la salud mental. Pero el
hecho de que esa potencialidad florezca se cumplirá o no, de acuerdo con el clima psicológico en que le
toque vivir. Para saber si el clima que rodea a nuestros hijos los nutre o los marchita, debemos indagar y
comprender:
1.- en qué medida se induce la autoestima elevada
2.-en qué forma la visión de sí mismo por parte del niño afecta su comportamiento;
Com desenvolupar una autoestima positiva en els nostres fills? Eva Juncosa.
3.- cuál es el precio que el niño paga por vivir con una autoestima baja;
4.- qué podemos hacer para fomentar la autoestima elevada.
La clave del éxito de los padres reside en ayudar a los niños a desarrollar altos niveles de autoestima.
Lista de ideas básicas
Los espejos influyen la conducta
1. La conducta del niño se ajusta a su autoimagen.
2. El niño puede tener confianza en sí mismo en un terreno, y en otros, no; su forma de
actuar nos da claves acerca de si siente que opera desde una posición fuerte
(enunciados positivos acerca de sí mismo) o débil (enunciados negativos acerca de sí
mismo).
3. Cuando el niño se considera inepto, espera fracasar y actúa en consecuencia. La
seguridad personal, en cambio, le da el valor y la energía necesarios para salir al paso
de cualquier tarea; le permite esperar vencer; y también actúa en consecuencia.
4. La creencia en sí mismo asegura al niño mejores resultados en sus relaciones con los
demás. De este modo, es más probable que alcance la felicidad.
El precio de los espejos distorsionados
1. El niño busca autorrespetarse.
2. Cuando se siente inepto, puede someterse a una vida de autodestrucción y de
retracción, o bien elevar diversas defensas que le permitan conservar la autoestima.
3. Las defensas neuróticas se erigen en torno de la creencia de ser indigno de amor y
carente de valor.
4. Cuando las defensas alejan a los demás, el niño deja insatisfecha su necesidad de
reflejos positivos.
5. Los reflejos positivos que damos al niño evitan que éste tome por atajos que lo alejan
de la plenitud de la vida.
Pulimento de los espejos representados por los padres.
1. Todos vemos a nuestros hijos a través de les filtros de la inexperiencia, las normas
ajenas, nuestros conflictos no resueltos, nuestras necesidades insatisfechas y nuestros
valores culturales.
2. Los filtros se transforman en expectativas, de acuerdo con las cuales medimos a
nuestros hijos y que influyen la forma en que los tratamos.
3. Cuando nuestras expectativas no se ajustan a nuestro hijo y a su etapa de crecimiento
en particular, lo más probables es que nos sintamos decepcionados por eso.
4. Cuando el niño siente constantemente que no cumple con lo que esperamos de él,
pierde el respeto por sí mismo.
5. Nuestras expectativas tienen más probabilidades de ser justas cuando se fundan en los
hechos del desarrollo de los niños, la observación alerta y la sensibilidad respecto de
las presiones sufridas por nuestro hijo en el pasado y en el presente.
6. Revisemos nuestras expectativas a menudo; para adaptarlas frecuentemente a la
realidad.
7. Cuanto más satisfechos nos sintamos como personas, tanto menores serán las
presiones no realistas que ejerzamos sobre nuestros hijos.
8. Hacemos a nuestros hijos lo que nos hacemos a nosotros mismos. Por consiguiente,
el aumento de nuestra autoaceptación nos permitirá aceptarlos mejor a ellos.
Com desenvolupar una autoestima positiva en els nostres fills? Eva Juncosa.
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