LECTIO DIVINA. (Lectura orante de la Palabra de Dios) HORA SANTA EN PREPARACIÓN A CORPUS CHRISTI. INTRODUCCIÓN: GUÍA 1: Hermanos y hermanas, muy buenas noches!!!! (Muy buenos días!!!!. Muy buenas tardes!!!) El Jueves Santo hemos celebrado la Cena del Señor en la que hemos recordado la Institución de la Eucaristía y del Sacerdocio, y el Señor nos ha dado como testamento el mandamiento nuevo del Amor. GUÍA 2: Ahora, otra vez reunidos junto al altar, queremos prolongar en meditación contemplativa y en oración lo que hemos celebrado aquella noche. Vamos a renovar delante del Señor Sacramentado el memorial de su misterio de amor. Escuchemos sus palabras pronunciadas en el Cenáculo junto con sus discípulos. Sus palabras son su testamento. De esta manera, nuestra Iglesia de Santa Cruz de la Sierra se prepara con diligencia y oración a celebrar la Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo. GUÍA 1: Esta noche santa se respira silencio contemplativo, misterio y amor de un Dios-con-nosotros, el Emmanuel. Él, Pan vivo bajado del Cielo, el alimento de vida eterna, el motivo de encontrarnos reunidos en su nombre. GUÍA 2: En aquella cena Jesús de algún modo se rompe, se desborda en palabras, gestos y sentimientos. Hoy, nosotros los vamos a recordar. Los vamos a celebrar. Los queremos vivir. Y todo con intensidad y alegría. Queremos dedicar este tiempo a estar junto a él para escucharle, orar con él al Padre y darle gracias por el gran misterio de su Pascua. 1 CANTO INICIAL: GUÍA 1: Nos ponemos de pie y con alegría vamos a iniciar nuestro encuentro de fe con el Señor. Cantemos: a) LA EUCARISTÍA DON DE DIOS PARA LA VIDA Lema de Corpus Christi 2012 Letra y Música: P. Miguel Limón Vargas Arreglos musicales: Luís Beltrán Roca (Paye) LA EUCARISTÍA DON DE DIOS PARA LA VIDA LA EUCARISTIA DONDE CRISTO, NOS ENTREGA SU CUERPO Y SU SANGRE. 1. Él es quien nos congrega y comunica En su Palabra la vida eterna. Quien perdona, cura y ofrece A raudales su amor inmenso. 2. Él es quien ora, vive y canta En su Cuerpo que es la Iglesia. Él nos sostiene, nutre y fortalece Dándonos su Cuerpo y Sangre. 3. El Señor es Maestro, es Orante El Sacerdote, Altar y Ofrenda. Que en la cruz sella la Alianza Entregándonos la salvación. 4. Jesucristo es Cordero degollado Que se entregó por nosotros. Nos dio vida imperecedera Y exultantes le agradecemos. O b) CANTA, CANTA, PUEBLO DE DIOS. CANTA, CANTA, PUEBLO DE DIOS. 1. El pueblo de Dios era esclavo, en Egipto; en su corazón resonaba, el mismo grito: ¡Oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!. 2 El Señor va a liberar, va a liberar, Va a liberar, al pueblo de Dios. 2. El pueblo de Dios se marchaba, de Egipto; de su garganta salía el mismo grito: ¡Oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!. El Señor nos va a llevar, nos va a llevar, Nos va a llevar, a un bello lugar. 3. El pueblo de Dios caminaba, por el desierto, a veces marchando por sendas desviadas: ¡Oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!, ¡oh!. El Señor va a perdonar, va a perdonar, Va a perdonar, al pueblo de Dios. PARA TENERSE EN CUENTA: La dinámica de toda HORA SANTA exige la creación favorable a la oración y a la adoración, y su ritmo debe moverse entre las dos fuerzas del movimiento descendente por las lecturas y el ascendente por los cantos, preces y silencios. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO Habiéndose reunido el pueblo e iniciado un canto, el ministro se acerca al lugar de la Reserva. Trae el Sacramento y lo coloca en la custodia. El ministro inciensa al Santísimo. Estación menor C. Padre Dios, creemos que eres creador de todas las cosas y que te nos has hecho cercano en el rostro de tu Hijo, concebido en María Virgen por obra del Espíritu Santo, para ser nuestra condición y garantía de vida eterna. (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto) C. Creemos, Jesús Eucaristía, que estás real y verdaderamente presente en el pan y el vino consagrados, prolongando tu presencia salvadora y ofreciendo a tus ovejas pastos abundantes y aguas claras. (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto) C. Creemos que los ojos se engañan al ver pan y nuestra lengua se equivoca al probar vino, 3 porque estás Tú todo entero, ofrecido en sacrificio y dando vida al mundo, de Paraíso siempre hambriento. (Padrenuestro, Avemaría, Gloria y canto) GUÍA 2: Pueden sentarse…. LA ADORACIÓN 1. INVOCA Orar es: desear estar con el Amigo, con el Esposo, con el Amante. Orar es: reconocer que es el mismo Dios quien pone en mí el deseo de encontrarme con Él. Orar es: responder a la llamada que el Padre me hace desde su Palabra siempre actual. Orar es: dejar que Cristo, el Señor, el Orante por excelencia, ore, cante y viva en su Cuerpo que es la Iglesia, a través de nosotros sus miembros. . Orar es: acoger en mi vida, no sólo en mis oídos, la Palabra que sana, libera y hace feliz. Invocamos al Espíritu, para que haga posible en nosotros la ofrenda de nuestra vida: actitudes, actos, sentimientos, valores, ilusiones. CANTO: Espíritu Santo, Ven, Ven. 2. LEE LA PALABRA DE DIOS Mc 14, 12-16. 22-26 (Qué dice la Palabra de Dios) + Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 16. 22-26 14, 12- El primer día de la fiesta de los panes ácimos, cuando se inmolaba la víctima pascual, los discípulos dijeron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la comida pascual?» El envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad; allí se encontrarán con un hombre que lleva un cántaro de agua. Síganlo, y díganle al dueño de la casa donde entre: El Maestro dice: "¿Dónde está mi sala, en la que voy a comer el cordero pascual con mis discípulos?" El les mostrará en el piso alto una pieza grande, arreglada con almohadones y ya dispuesta; prepárennos allí lo necesario.» 4 Los discípulos partieron y, al llegar a la ciudad, encontraron todo como Jesús les había dicho y prepararon la Pascua. Mientras comían, Jesús tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomen, esto es mi Cuerpo.» Después tomó una copa, dio gracias y se la entregó, y todos bebieron de ella. Y les dijo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que se derrama por muchos. Les aseguro que no beberé más del fruto de la vid hasta el día en que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.» Después del canto de los Salmos, salieron hacia el monte de los Olivos. Palabra del Señor. Ambientación litúrgica Celebrar la fiesta de Corpus es: renovar la Alianza de amor con el Señor; hacer memoria y memorial de su entrega y de su compromiso de amor; renovar nuestra actitud de vivir el mandamiento del amor; comulgar con Cristo en su entrega y comulgar con el hermano en amor y justicia; unirnos como Iglesia entre nosotros y nosotros con Jesús, el Pan Vivo bajado del cielo, el alimento de vida eterna; afirmar el misterio del Dios con nosotros en la Eucaristía. Que ayude a que los valores fundamentales de la fe católica se acentúen con la presencia real y personal de Cristo en la Eucaristía. compartir la Eucaristía, Don de Dios para la vida, ahí donde el Señor nos ha colocado como sacerdotes, vida consagrada y laicos comprometidos. 1. Durante la cena, Jesús tomó pan (v. 22) En la cena pascual, la que conmemoraba la salida del pueblo de Israel de la esclavitud de Egipto, Jesús realiza la verdadera liberación de la esclavitud de todo pecado. 5 En la cena pascual, que conmemoraba la Alianza de Dios con su pueblo en el Sinaí, Jesús quiere realizar la nueva y eterna Alianza, la total, la definitiva, de Dios con todos los humanos. En la cena pascual, Jesús se entrega por amor y voluntariamente al plan de Dios, antes de que Judas le entregara por traición. Jesús se ofrece en sacrificio como el verdadero Cordero que quita el pecado del mundo. En la Cena pascual, que celebra la Liturgia de la Iglesia, celebramos el encuentro de salvación de Jesús y nosotros, para que la vida del Resucitado transforme nuestra existencia. En la Cena pascual, el Pan que nos regala y distribuye Jesús, es el Pan de nuestra vida que lo hemos de compartir con los hermanos, en la mesa fraternal. En la Cena pascual, que actualiza la Liturgia, Jesús se consagra y se entrega con la Iglesia, Cuerpo Místico, para que sus discípulos quedemos consagrados en Él mismo, y en nuestra vida brille la luz del Resucitado. En la Cena pascual, que la Liturgia celebra, el Pan se parte, se reparte y se comparte. Que seamos para los demás el Pan repartido y compartido y así crezcamos en fraternidad y en comunidad. 2. Tomen, esto es mi Cuerpo... ésta es mi Sangre (vs. 22 y 24) Jesús se entrega totalmente. Lo hizo en su vida mortal... hasta la muerte. Lo sigue haciendo en todo tiempo y lugar y a cada persona. La Eucaristía es Él mismo, entregado en forma de pan. Jesús en la Eucaristía es nuestro alimento total, porque Él se encarna en nosotros para que vivamos en Él. Mejor, Él viva en nosotros. Ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí (Gal 2, 20). Para recibir a Jesús como Pan que da la vida (Jn 6, 51), hay que tener hambre. Sentir la necesidad de alimentarse de este Pan. Sentir hambre y sed de justicia para atender a los que carecen de pan como alimento corporal y amor como alimento psicológico. Para recibir a Jesús como Pan que baja del cielo, hay que adherirse a Jesús por la fe. Porque el que come de este pan vivirá para siempre (Jn 6, 51). Para comulgar a Jesús como Pan que da la vida, hay que seguir a Jesús por el desierto y renunciar a otras hambres desordenadas. Ellos murieron, pero el que coma de este pan, vivirá para siempre (Jn 6, 58). Para identificarse con este Pan, hay que estar con Jesús en todo momento y afirmar con Pedro: Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68). 6 Para vivir con Jesús, hay que comer de este Pan. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día (Jn 6, 54). El Pan y el vino son símbolos de la tierra, de aquello que hacemos, de aquello que sufrimos y de aquello que tenemos. El Hijo toma todo eso y asume: “Este es mi cuerpo”. Convierte en Él mismo el vino y el pan, y así nos devuelve lo que somos, aumentado con lo que Él es. Quedamos integrados en Su movimiento de autoofrecimiento al Padre y en Su acto de amor por el Padre, en el cual nos incluye junto con toda la humanidad. Para llegar a ser uno con Jesús, hay que creer en sus palabras. Porque las palabras que les he dicho son espíritu y vida (Jn 6, 63). El Pan que comulgamos exige de nosotros: entrega, ofrenda, comunión, por amor, con Jesús y con los hermanos. Espera nuestro sí, que coincida con el sí de Dios en Cristo. 1. EL SEÑOR NOS DA SU AMOR El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio, Él conduce nuestros pasos con su fuerza y con su luz; Al partir juntos el pan Él nos llena de su amor: Es el pan de la amistad, el pan de Dios. ES MICUERPO, QUE DOY A COMER, ES MI SANGRE, QUE DOY A BEBER, PORQUE YO SOY VIDA, Y YO SOY AMOR, OH SEÑOR, NOS REUNIREMOS EN TU AMOR. El Señor nos da tu amor como nadie nos lo dio. Fue un humilde carpintero para los de Nazaret; Con sus manos trabajó como todo los demás, Conoció los sufrimientos y el dolor. El Señor nos da su amor como nadie nos lo dio. Y su amor era tan grande que en la cruz llegó a morir; Pero más pudo el amor que la muerte y el dolor; De la tumba resucita vencedor. 3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios) La Eucaristía es la donación total de Jesús, más allá de su muerte, para todos los tiempos, para todas las personas. También yo debo seguir a Jesús en mi donación generosa para bien de los demás. 7 La Eucaristía es el memorial vivo de las “maravillas” que Dios hace por cada uno de nosotros. Cuando lo hicieron con uno de estos mis hermanos, conmigo lo hicieron (Mt 25, 41). La Eucaristía es “acción de gracias”. Todos los momentos de cada día, que sean actos de agradecimiento al Señor por quedarse siempre con nosotros. La Eucaristía es ofrenda permanente para gloria del Señor. Mi vida, que sea también un ofertorio constante a favor del prójimo, ya que la gloria de Dios es que el hombre viva (San Ireneo). CANTO: Dios está aquí Dios está aquí tan cierto como el aire que respiro tan cierto como la mañana se levanta tan cierto como yo te hablo y me puedes oír. Jesús está aquí. Tan cierto como… Jesús está en mí. Tan cierto como… Jesús está en ti. Tan cierto como… 4. ORA (Qué le respondo al Señor) Que yo sea transformado por Ti, Señor. Que mi corazón, mi cuerpo, mi vida toda se identifique con tus ideales, Jesús. Que mi humanidad sea una humanidad añadida a la tuya. Para que ya no sea yo quien piensa, actúa, habla, sino tu Presencia y tu Persona que están en mí. Que mi plegaria, mi oración, mi ser y mi sentir esté en sintonía con Jesús, presente aquí en la asamblea, en su Palabra, en su Cuerpo y su Sangre. Cristo: corazón de la Eucaristía. CRISTO: CORAZÓN DE LA EUCARISTÍA Porque vives y te haces presente en la Eucaristía. Porque nos alimentas para prepararnos a una vida de eternidad. Porque eres manjar del cielo para el que cree en la tierra. Porque te sacrificas y te entregas por nosotros: CANTO: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA 8 Porque, cuando te comemos, te anunciamos hasta que vuelvas. Porque, cuando te bebemos, proclamamos tu venida definitiva. Porque, cuando te celebramos, decimos que te esperamos. Porque, cuanto te rezamos, sabemos que estás junto a nosotros: CANTO: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA Por Por Por Por dejarnos este supremo gesto de amor. llamarnos amigos, si seguimos en tus caminos. invitarnos al amor sin condiciones ni límites. educarnos, con este sacramento, a un amor sin farsa: CANTO: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA Gracias, Señor, porque la Eucaristía es comunión. Gracias, Señor, porque la Eucaristía es comunidad. Gracias, Señor, porque la Iglesia hace la Eucaristía. Gracias, Señor, porque la Eucaristía construye a la Iglesia. Gracias, Señor, porque la Eucaristía es fuente en el desierto: CANTO: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA En la Eucaristía, Señor, edificas tu Iglesia. En la Eucaristía, Señor, nos unes a todos los que creemos en Ti. En la Eucaristía, Señor, nos haces totalmente tuyos. En la Eucaristía, Señor, crecen nuestros deseos de hermandad. En la Eucaristía, Señor, desaparecen los obstáculos. En la Eucaristía, Señor, se agranda la santidad de nuestras vidas: CANTO: TÚ ERES, SEÑOR, EL PAN DE VIDA 9 5. CONTEMPLA A Jesús hecho hostia ofrecida para la salvación de todos. A Jesús que lo da todo, en todos los momentos de las historia para bien de todos. A Jesús presente realmente ante nuestros ojos, como alimento de vida eterna. A Jesús que sigue alimentando y dando coraje al Pueblo hambriento de pan material y el pan de la eternidad. A ti mismo, que vives este anhelo de identificarte con Jesús como ofrenda para los demás. 6. ACTÚA Vivir la Misa. Vivir eucarísticamente. La Misa es mi vida y mi vida es una Misa. Cada día agradeceré al Señor por el don que me ha hecho. Cada día iré recogiendo lo bueno que el Señor me concede realizar y lo deficiente de mis limitaciones para llevar como ofrenda y unirla a la de Jesús en la Iglesia. Asumir personal o grupalmente el acercar cada vez más y más a las personas, especialmente a los jóvenes con el gran abanico de posibilidades, a encontrarse con Cristo vivo. Acercaré La Eucaristía, Don de Dios para la vida a nuestros hermanos los enfermos, necesitados de la vida que Cristo les puede ofrecer en su postración. Buscar que en todo encuentro eucarístico (Eucaristía, Hora Santa) los fieles vuelvan a sus casas con la sensación del misterio y de la sacralidad que hay en la Eucaristía, con un sentido de adoración, y el deseo de transmitir ese mensaje a su entorno más cercano, reavivando el entusiasmo por ese misterio central de nuestra Fe. RITO DE LA BENDICIÓN Terminada la adoración, el ministro ordinario se reviste además de la capa pluvial si el Sacramento está expuesto en la custodia, y, una vez en el altar, hace genuflexión sencilla y se arrodilla. Se canta un himno o canto eucarístico, mientras el ministro inciensa el Santísimo Sacramento expuesto en la custodia; si está en el copón es potestativa la incensación. De pie recita la oración. Una vez puesto el paño de hombros, hace genuflexión, toma la custodia o copón y hace con él en silencio la señal de la cruz sobre el pueblo para bendecirlo. 10 CANTO: CANTEMOS AL AMOR DE LOS AMORES Cantemos al amor de los amores, Cantemos al Señor. Dios está aquí: Venid adoradores, Adoremos a Cristo, redentor. GLORIA A CRISTO JESÚS: CIELOS Y TIERRA, BENDECID AL SEÑOR. HONOR Y GLORIA A TI, REY DE LA GLORIA AMOR POR SIEMPRE A TI, DIOS DEL AMOR. Unamos nuestra voz a los cantares Del color celestial; Dios esta aquí, al dios de los altares Alabamos, con gozo angelical. Que abrase nuestro ser la vida llama Del más ferviente amor. Dios está aquí, esta porque nos ama, Como padre, amigo y bienhechor. Jesús piadoso Rey de las victorias, a tí loor sin fin; canten tu poder, autor de nuestras glorias, cielo y tierra hasta el último confín. Al pié de tu sagrario nos convidas a recibir tu amor; porque tú, Jesús, al alma das la vida y la llenas de fuerza y valor. ORACIÓN CONCLUSIVA S. Nos diste Señor, el pan del cielo. A. Que contiene en sí todo deleite. S. Oremos (Se hace una pausa de silencio; luego prosigue) 11 S. Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. A. Amén. RITO DE LA RESERVA Acabada la bendición, el ministro regresa al reclinatorio y realiza las siguientes aclamaciones: Aclamaciones Bendito sea Dios. Bendito sea su santo nombre. Bendijo sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre. Bendito sea el nombre de Jesús. Bendito sea su sacratísimo Corazón. Bendita sea su preciosísima Sangre. Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del altar. Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito. Bendita sea la gran Madre de Dios, María Santísima. Bendita sea su santa e inmaculada Concepción. Bendita sea su gloriosa Asunción. Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre. Bendito sea San José, su castísimo esposo. Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus santos. RESERVA DEL SANTÍSIMO Acabada las aclamaciones, el ministro reserva (Lo guarda) el Sacramento en el sagrario y, hecha la genuflexión, se retira a la sacristía, mientras el pueblo, si se juzga oportuno, canta alguna aclamación. Cuando actúa el ministro extraordinario, mientras se canta el himno o canto eucarístico no hay inconveniente alguno que pueda incensar el Sacramento y pueda recitar la oración antes de hacer la reserva del Sacramento e incluso es de aconsejar que la recite para solemnizar el final de la adoración, pues no puede dar la bendición con el Santísimo. CANTO FINAL: CRISTO TEN NECEISTA PARA AMAR, PARA AMAR. 12