Costituciones Españolas del S. XIX

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Constituciones españolas del siglo XIX
[Comparación de las distintas constituciones que se redactaron en España en el siglo XIX, basándose en
la comparación de Iglesia y SoberanÃ−a]
à ndice:
1º/ Introducción.
1.1/ ¿Qué es una constitución?
1.2/ ¿Por qué surgen?
2º/ Situación de España.
3º/ Estatuto Real de Bayona.
4º/ Iglesia.
5º/ SoberanÃ−a.
Introducción.
1.1/ ¿Qué es una constitución?
Constitución es un término que procede de latÃ−n cum (con) y statuere (establecer). Una constitución es
la ley fundamental, escrita o no, que se compone de una serie de normas polÃ−ticas las cuales se otorga una
nación a sÃ− misma para regular su estructura polÃ−tica y los derechos y deberes de los individuos que la
integran, ya que define las relaciones entre los poderes del Estado (legislativo, ejecutivo y judicial) y de estos
con sus ciudadanos, fijando asÃ− las bases para su gobierno y organización de las instituciones en que tales
poderes se asientan, garantizando al pueblo derechos y libertades.
1.2/ ¿Por qué surgen?
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Los ideales de un sistema constitucional entran en España a través de Francia, gracias al triunfo de la
revolución francesa y, sobre todo, del posterior Estatuto Real de Bayona que más tarde impondrá José I
en España y con el cual se empezará a cambiar nuestra polÃ−tica. Aunque los ideales liberales y
democráticos ya se podÃ−an ver con la anterior independencia de los Estados Unidos donde las ex-colonias
británicas edificaron el primer sistema polÃ−tico liberal y democrático, incorporando nuevas ideas
revolucionarias que propugnaban la igualdad y la libertad.
De esta manera, Europa y parte de América llegó a conocer una manera de salir del arraigado sistema
absolutista monárquico mediante la aplicación de los sistemas liberales apoyados por una constitución.
2/ Situación en España.
España habÃ−a estado viviendo un arcaico sistema monárquico absolutista hasta la conquista de la
PenÃ−nsula Ibérica por parte de Napoleón en 1808. En aquella época el paÃ−s se encontraba en una
situación crÃ−tica tanto económica como polÃ−tica, debido a las numerosas guerras que se habÃ−an ido
llevando acabo, teniendo especial importancia la derrota en la batalla de Trafalgar.
Una vez que Napoleón obtiene el poder en España mediante las Abdicaciones de Bayona en 1808, José
Bonaparte pasa a ocupar el trono español por orden de Napoleón al cual la información que le llegaba
sobre España, era la de un paÃ−s atrasado en todos los ámbitos (económico, polÃ−tico, social, comercial
y militar), por lo que José I recibe órdenes de modernizar el paÃ−s, y comienza por imponer es Estatuto
Real de Bayona, lo cual llega a ser lo más parecido a una constitución que haya entrado nunca en España
hasta esa época, ya que derrocaba el absolutismo e imponÃ−a una serie de medidas, que se mencionarán
mas adelante, con el fin de modernizar la estructura polÃ−tica, económica y social del paÃ−s..
De esta manera, debido a las muchas influencias liberales llegadas desde el extranjero gracias a todos estos
sucesos, empiezan a suceder las primeras manifestaciones liberales, por lo que se fundan las Cortes de Cádiz
durante la guerra de la Independencia contra los franceses, las cuales redactan la primera constitución
española en 1812.
3/ Estatuto Real de Bayona
Este estatuto no se puede considerar una constitución, ya que fue implantada a la fuerza por José I a su
llegada al trono español, y no votada por el pueblo tal como debe ser cualquier constitución. Sin embargo,
fue el primer texto que legalmente suprimió en España el sistema del Antiguo Régimen y por tanto, el
primer paso para acabar con él, por lo se merece una mención a parte de las posteriores constituciones.
Dicho texto organizaba España como una monarquÃ−a hereditaria donde el monarca ocupaba el centro del
poder polÃ−tico, pero con la obligación de respetar los derechos de los ciudadanos que se mencionaban en el
texto. Sin embargo, el monarca seguÃ−a poseyendo numerosos poderes sobre las Cortes, Senado y
Ministerios.
Entre otras medidas, se pueden destacar la supresión de los Consejos y su sustitución por Ministerios.
Eliminó la jurisdicción señorial que aún continuaba conservando los señorÃ−os en España. Las
barreras aduaneras interiores también fueron eliminadas, con lo que se conseguÃ−a fomentar el comercio
en el interior del paÃ−s. Por otro lado, se le despojó de poder a la iglesia, ya que se abolió la Santa
Inquisición, se redujo el número de conventos y se produjeron numerosas expropiaciones de los bienes de
la iglesia y también del clero.
Esta Carta Otorgada junto con el gobierno de José I, no fueron aceptados por muchos españoles que
deseaban volver a ver a Fernando VII en el trono español, por lo que durante la guerra se fundaron las
Cortes en Cádiz donde redactaron la constitución de 1812.
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4/ Iglesia:
La monarquÃ−a y nobleza de España siempre habÃ−a apoyado un fuerte sistema católico en el ámbito
religioso, obligando a un pueblo ignorante y analfabeto a seguir dicha tendencia religiosa sin ningún tipo de
disconformidad, ya que durante el antiguo régimen se creó un órgano llamado la Santa Inquisición, la
cual se encargaba de combatir la herejÃ−a en todo el paÃ−s, utilizando medios como quema, tortura,
crucifixión, etc contra los supuestos herejes.
Por otro lado, la iglesia y el clero conservaban una serie de tierras cedidas por los monarcas y una serie de
privilegios (como estar exentos a la hora de pagar impuestos) que les permitÃ−a gran poder económico y
polÃ−tico.
Esta situación comienza a cambiar tras las constituciones a partir de la primera en 1812, la cual reconocÃ−a
a España como un estado confesional con la exclusividad de la iglesia católica, defendiendo el culto hacia
esa religión, aunque llegó a abolir la Santa Inquisición y la CompañÃ−a de Jesús, asÃ− como la
supresión de monacales, que disolvÃ−an los conventos, y la puesta en marcha de una serie de
desamortizaciones despojándoles bienes al clero. La vigencia de esta constitución se divide en tres partes,
siendo la primera de 1812 hasta 1814 con la llegada de Fernando VII y la restauración del absolutismo. Por
otro lado, se volvió a instaurar en una segunda etapa que fue desde 1820, momento en el cual ocurrió un
levantamiento que llevó al monarca a jurar la constitución, hasta 1823, con la llegada de los 100.000 Hijos
de San Luis que acabaron con este periodo constitucional en España volviendo a reinstaurar el absolutismo.
Por último, tras la muerte de Fernando VII el dÃ−a 29 Septiembre de 1833, Mª Cristina pasa a convertirse
en regente, imponiendo una Carta Otorgada de carácter conservador, aunque viéndose obligada en 1835 a
instaurar la constitución del 12, a la espera de una nueva constitución en 1837, por lo que este último
bienio es la última etapa de la Carta Magna propugnada en 1812 por las Cortes de Cádiz.
En 1837 se redacta una nueva constitución de carácter progresista, durante la regencia de Mª Cristina.
Esta nueva constitución nombraba un estado aconfesional el cual no reconoce ninguna religión como
oficial, aunque de todos modos el estado seguÃ−a proporcionando subvenciones a la iglesia.
Esta constitución tuvo un periodo de vigencia de 8 años, hasta que en 1845 surge una nueva constitución
más conservadora que la anterior. En esta nueva constitución se nombraba la religión católica como
exclusiva, con la obligación del estado de mantener a la iglesia, asÃ− como también el Papa reconocÃ−a a
Isabel II como reina de España mediante un pacto llamado el Concordato de Roma, ya que las relaciones
entre la monarquÃ−a española y la iglesia habÃ−an sido desastrosas en los últimos años. Igualmente, en
este pacto la iglesia aceptaba la perdida de los bienes ya vendidos, a cambio del compromiso del Estado de
financiar a la Iglesia y de entregarle el control de la enseñanza y de la censura. Durante el periodo de
vigencia de la constitución de 1845 se redactó una nueva constitución en 1856, pero no llegó a entrar en
vigor, por lo que la del 45 estuvo en funcionamiento hasta el año 1869, donde un año antes triunfó un
levantamiento revolución llamado La Gloriosa que obligó a Isabel II a abandonar el paÃ−s.
Una vez hubo triunfado la revolución contra el reinado de Isabel II a manos de los generales Topete y Prim,
se convocaron elecciones a las Cortes mediante Sufragio Universal masculino, y se debatió sobre la forma
del estado entre MonarquÃ−a o Democracia, triunfando la monarquÃ−a en las urnas. Tras esto, las Cortes
elaboraron la primera constitución Democrática de España y una de las primeras de Europa. La
constitución del 69 definÃ−a España con una monarquÃ−a que aprobaba la libertad de cultos, sin embargo
se obligaba al Estado a mantener el culto y el clero católicos, siendo esta una medida hecha con el fin de
contentar tanto a progresistas como a moderados, pero no consiguió más que aumentar la tensión entre
ambos. AsÃ− pues, esta constitución se mantuvo en vigor hasta el año 1873 con la proclamación de la
República.
En 1873, con la abdicación de Amadeo de Saboya, se declara la primera república en España, que trajo
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consigo la promulgación de la constitución de 1873 que establecÃ−a un estado laico, tolerando el culto
hacia cualquier religión, esto provocó el enfrentamiento de la república con la iglesia.
Por último, la república cayó debido a su escaso apoyo, lo que provocó el regreso de la dinastÃ−a de los
borbones con la llegada al trono de Alfonso XII, en un periodo llamado la Restauración. Por este motivo se
redacta en 1876 una nueva constitución, que será la carta magna más duradera de la historia de España,
con una vigencia de unos 50 años, y donde se reconocÃ−a una confesionalidad de la religión católica que
permitÃ−a una libertad de creencia, pero sin la manifestación pública de otras doctrinas.
5/ SoberanÃ−a:
Todo el poder polÃ−tico habÃ−a residido en manos del rey hasta la promulgación de la constitución del
12, ya que hasta entonces la monarquÃ−a absoluta era el sistema que se habÃ−a mantenido durante varios
siglos.
La constitución de 1812 establecÃ−a una soberanÃ−a nacional, lo cual suponÃ−a el fin del Antiguo
Régimen, dándole el polÃ−tico al pueblo español. Sin embargo, en esta nueva forma de gobierno el rey
seguÃ−a manteniendo un gran poder, ya que el poder ejecutivo recaÃ−a en él y en los ministros, asÃ−
como el poder legislativo también se compartÃ−a entre el monarca y las Cortes, por lo que las Cortes
elaboraban las leyes y el rey las promulgaba, teniendo éste derecho a veto. Por otro lado el monarca
también tenÃ−a unas restricciones muy restrictivas, ya que no podÃ−a abdicar ni abandonar el paÃ−s sin el
consentimiento de las Cortes, ni tampoco podÃ−a disolver a estas a su voluntad y no podÃ−a casarse
libremente sin la aprobación de las Cortes. Por esta razón es normal que al principio se produjeran
levantamientos y golpes de estado como el de 1814, ya que éste era un sistema inadmisible para un
monarca absolutista
Al morir Fernando VII, se inició la regencia de su esposa Mª Cristina donde ésta promulgó en 1837 una
constitución mucho mas progresista que la de 1812 en determinados sentidos.
Por un lado, en ella se dictaba una soberanÃ−a nacional, también eliminaba el régimen señorial y el
mayorazgo, siendo una de las cosas más importantes las desamortizaciones de Mendizábal junto a una serie
de nuevos derechos individuales. Por otro lado, las Cortes eran bicamerales, teniendo la regente derecho a
veto con suspensión de las Cortes y amplias competencias legislativas, por lo que se puede ver en esto un
mayor intento conservador.
En 1845, con la llegada de Isabel II al trono español, se promulga una nueva constitución con un carácter
mucho más conservador que las anteriores.
Las Cortes seguÃ−a siendo bicamerales, con un Senado que era elegido por la propia reina, pudiendo esta
incluso disolver el Congreso. Se eliminaron los lÃ−mites del poder ejecutivo, por lo que se reafirmaba la
intervención polÃ−tica de la nueva reina. De esta manera, para terminar de sostener el conservadurismo de
esta constitución, los alcaldes y presidentes de las Diputaciones eran también elegidos por el gobierno.
Otros aspectos a resaltar de este periodo constitucional, fue la creación de la Guardia Civil en 1844 y la
elaboración de un nuevo código penal.
Durante el llamado Bienio progresista se elaboró una constitución mucho más progresista que la del 45,
aunque ésta no llegó a entrar en vigor. à sta limitaba los poderes del ejecutivo y su vinculación por el
poder legislativo y declaraba la soberanÃ−a compartida. De esta manera, durante la Unión Liberal se
mantuvo la constitución de 1845, por lo tanto se conservó la soberanÃ−a nacional, llevando a cabo el
primer censo estadÃ−stico del paÃ−s junto a la aprobación de una nueva Ley de Instrucción Pública.
Tras la revolución de 1868, llamada La Gloriosa, se elaboro una constitución que establecÃ−a al paÃ−s
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como una monarquÃ−a parlamentaria, la cual limitaba el poder real al ejecutivo pero lo ejercerÃ−a a través
de los ministros. La constitución apoyaba el sufragio universal y, por tanto, la soberanÃ−a nacional. Por otro
lado, en este periodo se puso en circulación la peseta.
Más tarde, el general Prim designó a Amadeo de Saboya como el nuevo monarca de España. Este nuevo
monarca no participó en la polÃ−tica al ser totalmente ignorado por el pueblo español y por los propios
polÃ−ticos, asÃ− que tan solo duró apenas un año en trono español.
En 1873, al abdicar Amadeo de Saboya se dio paso a la proclamación de la 1º República donde se
elaboró una constitución la cual establecÃ−a de nuevo la soberanÃ−a nacional junto a la separación del
paÃ−s en 17 Estados. En la república, a falta de un monarca el poder ejecutivo era regido por un presidente
de la república que tenÃ−a grandes competencias. Debido al fracaso de esta república la constitución no
se llevó a la práctica.
La república fue sustituida por una vuelta a la monarquÃ−a borbónica con Alfonso XII. La constitución
de 1876 fue la que se encargó del ocupar este periodo de vigencia. Esta constitución se caracterizaba por
ser bastante conservadora pero sin llegar a descontentar a los liberales. En ella se declaraba la soberanÃ−a
compartida, siendo parte del Senado elegido por el rey que tenÃ−a de nuevo derecho a veto. AsÃ− pues, el
poder ejecutivo lo tenÃ−a el rey junto a sus ministros, que respondÃ−an ante las Cámaras,. Por otro parte, el
rey elegÃ−a libremente al jefe de Gobierno y no era responsable ante las Cortes. De esta manera, también
se volvió a la elección de los alcaldes y presidentes de Diputaciones por parte del gobierno, aboliendo
incluso los fueros vascos. Finalmente, el sistema de sufragio fue cambiando según el gobierno que se
instauraba, alternando entre el censitario y universal.
M.B.B
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