BENEFICIOS (KUDOKU)

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BENEFICIOS (KUDOKU)
Según la definición del diccionario, la palabra "beneficio" se refiere tanto al bien que se hace como
al que se recibe, con lo cual se nos marca una íntima relación entre las acciones y sus resultados.
En japonés, se usa un término que identifica más acertadamente la dinámica que acabamos de
sugerir: kudoku. Analicemos un poco los caracteres a que lo componen y sus etimologías.
KU
DOKU
Acumular
Esfuerzo
alegría
Virtud o fuerza interior
Resultado
Hacer surgir lo positivo
Si relacionamos estos significados, será fácil comprender cómo funciona la obtención de beneficios
en la vida cotidiana. Muchas veces nos preguntamos por qué la gente común, que no practica,
también tiene beneficios atribuibles a su "buena suerte". Pero ¿qué es más seguro, esperar lo que
nos depara la "casualidad" o crear las circunstancias propicias para obtener el resultado deseado?
La actitud pasiva, resignada y fatalista, o la euforia inconsciente de quien se cree tocado por la
diosa fortuna no son efectivas, cuando hay que enfrentar situaciones penosas. Tampoco se puede
esperar indolentemente y buscar la solución inmediata cuando aparece el obstáculo. En el camino
de la práctica constante, cada paso es un beneficio acumulado que nos da fuerza interior; cada
esfuerzo produce un resultado; y la alegría que sentimos en la vida diaria hace surgir lo positivo,
esa energía que actúa como un imán para las cosas agradables.
Nichiren Daishonin define los beneficios como el resultado de purificar las seis raíces de la vida: los
ojos, los oídos, la nariz, la lengua, el cuerpo y la voluntad. También explica que kudoku simboliza el
hecho de poder conseguir la iluminación tal como uno es (sokushin jobutsu), contando con los
potenciales inherentes y sin esperar una transformación milagrosa.
Los hechos sencillos de la existencia nos presentan ejemplos fácilmente comprensibles. Si un
equipo de fútbol está perdiendo un partido y, de pronto, decide realizar el máximo esfuerzo para
alcanzar la victoria, está extrayendo un potencial capaz de convertir a un perdedor en ganador. Sin
embargo, los jugadores son los mismos, no son más fuertes ni mejores...; eso sería una analogía
con lo que, dentro de la revolución humana budista, se denomina sokushin jobutsu. Si esto puede
ocurrir en una circunstancia determinada, ¿cuántas otras cosas estaremos cambiando en nuestro
interior, sin que lo notemos en nuestra apariencia?
Cuando el Daishonin nos habla de purificar las seis raíces, nos está enseñando a usar en forma
significativa esa fuerza vital, libre de inhibiciones. El desafío de un partido de fútbol, de una
enfermedad, o de cualquier otro obstáculo, ya es, en sí, un beneficio esencial. La limpieza de las
seis raíces incluye las partes físicas, pero también la voluntad, el uso correcto del impulso vigoroso.
Nuestros deseos mezquinos pueden llevarnos a fijar objetivos pequeños y egoístas que obstruyen
el proceso de transformación del verdadero yo. Lo más importante es comprender que nuestros
deseos, en sí, no son ni buenos ni malos, sino neutros; si los canalizamos en forma constructiva,
con metas de largo alcance, recibiremos grandes beneficios.
Muchas veces, hemos oído decir que una situación adversa es un beneficio, y pensamos en cierta
postura masoquista. Pero si la existencia se desliza plácidamente, ¿dónde hallaremos el incentivo
para buscar una transformación interior que nos permita enfrentar cualquier crisis? En el mundo de
los negocios, hemos comprobado que quienes basan su sabiduría en la experiencia de las
privaciones son los más aptos para abordar un problema. En el plano de la salud, hemos
presenciado casos extraordinarios de disminuidos físicos que lograron éxitos superiores a los
obtenidos por otros en óptimo estado.
Volviendo al concepto de kudoku, podríamos decir que es el producto natural de nuestra práctica
sincera y constante. La meta ideal sería acumular las cinco clases de kudoku o beneficio:
1.. La capacidad de orientar correctamente nuestra vida, sin crear causas negativas.
1.. La moderación en el comportamiento, para inspirar respeto en quienes nos rodean.
1.. La sabiduría que surge del pensamiento y de la intuición.
1.. La justa valoración de las cosas, que distingue lo esencial de lo relativo.
1.. El deseo de ayudar a los demás y de transmitirles la Ley.
Poder practicar ante el Gohonzon es el máximo beneficio, y ese doku acumulado no se pierde
incluso después de la muerte, porque queda incorporado en nuestra esencia de vida para toda la
eternidad.
Sabemos que existen beneficios visibles e invisibles. Los primeros son identificables, porque son
notablemente conspicuos: comprar una casa, obtener un trabajo, mejorar la salud... Pero los
segundos son, tal vez, los más importantes, porque constituyen una reserva valiosa que actúa
cuando se presentan situaciones imprevistas. Las pruebas reales que podemos palpar nos
deslumbran, pero la armonía interior que vamos logrando, poco a poco, la transformación de esa
tendencia básica que tanto nos perturba ¿no son, acaso, el motor que impulsa la manifestación
externa del beneficio?
No olvidemos que la era de Mappo es la del beneficio invisible (myoyaku).
Como seguramente volveremos a tratar este tema, hoy no nos extenderemos a otros aspectos, que
son muchos y muy interesantes; en cambio, mencionaremos los once beneficios principales
explicados por el presidente Toda, extraídos del capítulo "Jiyu" del Sutra del Loto.
Sabiduría: No debe confundirse con conocimientos. Es una manera profunda, clara y fluida de
pensar y de percibir. Con ella se crean propósitos más constructivos para emplear el conocimiento
que se posee.
Comprensión de la eternidad: Al conocer la Ley de Causa y Efecto, se comprende que la vida no es
una sucesión de hechos con un límite en el tiempo, sino que abarca el pasado, el presente y el
futuro. Esto permite tomar conciencia de la misión.
Persistencia y tolerancia: La palabra buda es sinónimo de paciencia. Aunque podamos decir "no
entiendo lo que pasa", debemos sentir que la perseverancia siempre dará fruto y que ninguna
oración queda sin respuesta.
Serenidad: Es un estado en el que la mente no divaga, no está confundida, porque el hombre
aprende a relacionarse con su condición y la disfruta. Es la calma originada en el conocimiento de
que las cosas pueden no ser perfectas, pero integran el hermoso proceso de la existencia.
Buen medio: Las cosas negativas tienden a evaporarse. Se van los malos amigos, nacen otras
amistades o se mantienen las que en verdad son valiosas y fieles.
Reconocimiento de lo principal: En la mente del verdadero creyente, se desarrolla la necesidad de
buscar el Gohonzon como base para comprender, la bruma desaparece y reconoce que el núcleo es
la vida misma.
Mejor temperamento: Disminuye la tendencia a acusar al mundo de la que nos pasa y crece la
convicción de que todo parte de nosotros y está al alcance de la mano.
Sentimiento de misericordia: El shakubuku pasa a ser una preocupación real.
Comprensión de la verdad: Se toma conciencia de que el Budismo es práctico, concreto y claro.
Iluminación: Punto en que las acciones de una persona son el reflejo perfecto de la sabiduría
alcanzada mediante la práctica al Gohonzon.
Fuerza de propósito: El creyente desarrolla una condición de vida que no se alterará por ningún
motivo. Ello garantiza su victoria, tanto en las cosas simples como en los grandes desafíos.
Estos once puntos dan una idea más vasta del incalculable alcance de los beneficios. Pero siempre
debemos tener presente que nuestra máxima aspiración es la Budeidad. Los logros materiales y
espirituales son meros escalones hacia la felicidad absoluta. La salud y la prosperidad son
beneficios, de eso no hay duda, pero no pueden compararse con la revolución humana que se
opera en el estrato más profundo de la vida. Así como los anillos de un tronco pueden marcar la
evolución del árbol, los beneficios que obtenemos muestran el grado de crecimiento de nuestro yo
y ese proceso no se detiene, ni en el tiempo ni en el espacio; porque se expande produciendo
cambios en nuestro entorno y hasta en el destino de la sociedad; porque nos acompaña en las tres
existencias.
Beneficio invisible:
Beneficio que se acumula durante un cierto período pero no es inmediatamente reconocible. El
término se usa en oposición a "beneficio conspicuo" o beneficio que aparece de un modo
claramente reconocible. En "Kyo Gyo Sho Gosho" (Enseñanza, práctica y prueba), Nichiren
Daishonin explica el beneficio conspicuo como el beneficio del Budismo de la cosecha y el beneficio
invisible como el beneficio del Budismo de la siembra. Quienes lograron la Budeidad durante la vida
de Shakyamuni, durante los Días Primero y Medio de la Ley, ya habían recibido de Shakyamuni, en
el pasado, la semilla de la Budeidad y, a través de muchas existencias, la fueron nutriendo, hasta
que estuviese totalmente madura su capacidad para la iluminación, y fueran propicias sus
condiciones para transitar el último escalón, por así decirlo, de las enseñanzas de Shakyamuni.
Por lo tanto, se denomina beneficio conspicuo a la iluminación claramente manifiesta en aquel
tiempo. En el Último Día de la Ley, la gente recibe la semilla de la Budeidad por primera vez. En
esta época, el beneficio de la iluminación no se reconoce de inmediato. Por lo tanto, el beneficio del
Budismo de la siembra se llama beneficio invisible. En realidad, los beneficios conspicuos e
invisibles no son dos tipos diferentes de beneficios, sino dos modos en que el beneficio se
manifiesta. El beneficio invisible de la gente del Último Día de la Ley, finalmente, encuentra
expresión en forma conspicua. Con respecto al beneficio invisible, el "Junyoze Hi" (Los diez factores
de la vida) afirma: "En Primavera, el otoño parece lejano, pero, como ha de volver, según el ciclo
anual de las estaciones, usted no duda en esperarlo. De igual modo, aunque parezca que lleva
mucho tiempo comprender esta enseñanza y manifestar la Budeidad, será en esta existencia que
usted lo hará, tornándose un buda dotado de las tres propiedades iluminadas".
Beneficio Conspicuo:
Beneficio que aparece en forma claramente reconocible. El término se usa en contraste con la
noción de beneficio invisible o beneficio que se va acumulando con el tiempo y no se reconoce de
inmediato. El gosho «Kyo Gyo Sho» (Enseñanza, práctica y prueba) afirma: «Aquellos que lograron
la iluminación en los Días Primero y Medio de la Ley, la manifestaron como un beneficio conspicuo,
porque la relación que habían establecido con el buda Shakyamuni durante su existencia había, por
fin, madurado. Ahora, en el Ultimo Día de la Ley, la gente recibe la Budeidad por primera vez y, por
lo tanto, logra la iluminación como un beneficio invisible». Este pasaje explica el beneficio
conspicuo como el beneficio del Budismo de la cosecha.
Según las tres etapas: siembra, maduración y cosecha, quienes lograron la iluminación en los Días
Primero y Medio de la Ley habían recibido la semilla de la Budeidad de Shakyamuni, en el pasado, y
la nutrieron a través de su instrucción de muchas maneras diferentes, hasta que la capacidad que
tenían para la iluminación estuvo madura. Entonces cuando volvieron a nacer en los Días Primero y
Medio de la Ley, fueron capaces de llegar al último tramo del camino hacia la iluminación, al
practicar las enseñanzas de Shakyamuni. Debido a que la iluminación de ellos se hizo manifiesta en
ese tiempo, se la denomina beneficio conspicuo. En el Último Días de la Ley, sin embargo, la gente
recibe la semilla de la Budeidad por primera vez, y su iluminación, por ende, toma un poco de
tiempo hasta que se manifiesta. Por esa razón, la llama beneficio invisible. Sin embargo, la semilla
de la Budeidad se haya desarrollado apenas, el beneficio conspicuo aparecerá cuando la vida del
creyente está en peligro, cuando las verdaderas enseñanzas budistas deban diferenciarse de las
heréticas o cuando una prueba del Gohonzon deba manifestarse ante los nuevos creyentes. Desde
otro punto de vista, incluso el beneficio conspicuo logrado por las personas de los Días Primero y
Medio de la Ley no eran otra cosa que la acumulación de beneficios invisibles; a su vez, el beneficio
invisible de quienes recibieron la semilla de la Budeidad en el Último Día de la Ley, con el tiempo,
se manifiesta de un modo conspicuo inequívoco. En ese sentido, los beneficios conspicuos e
invisibles no son dos tipos diferentes de beneficios, sino dos formas en las que se manifiesta el
beneficio.
Ensayo de Josei Toda:
En el gosho «Tres maestros del Trípitaka oran para que llueva», Nichiren Daishonin dice: «Al juzgar
el mérito relativo de las doctrinas budistas, yo, Nichiren, creo que los mejores parámetros son los
de la razón y la prueba documental. Pero más valiosa incluso que la lógica y que las pruebas
documentales es la prueba de los hechos concretos».
La prueba real significa evidencia. Más allá de cuán elevada pueda ser una religión o cuán correcta
la enseñanza de Nichiren Daishonin, si quienes la practican no reciben beneficios, ¿quién creería en
ella? El beneficio que recibe una persona al comenzar a practicar el Budismo verdadero es la
evidencia del gran poder del Dai-Gohonzon, y gracias a esa evidencia, podemos proclamar con
convicción que esta religión es suprema y absoluta. Pero el beneficio que un nuevo miembro ha
recibido hasta ese momento, a través de su práctica, no es el fin, en modo alguno. De hecho,
cuando uno es un miembro reciente cometería un grave error al darse por satisfecho con los
beneficios que logró inicialmente. Después de mantener una correcta práctica de la fe, tal como la
corriente del agua, por tres, cinco, diez e, incluso, veinte años, sin que uno lo espere o piense en
ello, aparecerán sorprendentes beneficios. Si usted desea saber a qué se debe esto, la respuesta es
que los beneficios aparecen, a la larga, como prueba real del logro de la Budeidad de esa persona.
Suponga que hay tres campos. En el primero, no crece nada en absoluto, mientras que, en el
segundo, sólo se han plantado pequeñas hortalizas y vegetales. En el tercer campo, a su vez, se
planta únicamente una semilla, pero ésta vale millones de dólares. Asimismo, digamos que dicha
semilla crecerá, algún día, como un gran árbol que dará cientos de frutos y que cada uno de los
frutos valdrá millones de dólares. Ahora bien, si los niños de la vecindad pisotearan el primer
campo, nadie lo lamentaría. Si los mismos niños desbarataran el segundo campo, alguien podría
lamentarlo, pero sería poco probable que recibieran una reprimenda muy severa. Pero si los niños
pisaran el tercer campo, aunque fuese inadvertidamente, la gente se enfurecería, y trataría
desesperadamente de proteger su propiedad.
¿Quién protege ese campo? O, más bien, ¿quién protege a la persona que es tan valiosa como el
campo? Los dioses budistas, los protectores del Sutra del Loto, a través de las existencias del
pasado, el presente y el futuro, son quienes protegen poderosamente a esa persona.
Absolutamente nunca tendrá que preocuparse por tener lo suficiente para comer o por tener un
techo sobre su cabeza. Sólo vivirá su vida con una fe sincera en el Gohonzon.
Además de estar protegido por los dioses budistas, la semilla para el logro de la Budeidad, Nammyoho-renge-kyo, comenzará a brotar en el campo de su vida. Este brote crecerá como un gran
árbol frondoso con sus ramas repletas de hojas. Brotarán las flores y, definitivamente, aparecerán
los frutos.
De esa manera, nuestras empobrecidas vidas se llenarán de fortuna. Por consiguiente, sin
impacientarse, por favor, continúen con su fe, y un día no muy lejano, su árbol dará frutos.
Esfuércense en la práctica de la fe para vivir en un estado de eterna felicidad.
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BENEFICIOS
Beneficio etimológicamente significa: bien que se hace o que se recibe, es sinónimo de utilidad,
provecho o mejora.
En Budismo se definiría como bien que se recibe a través de la práctica.
En idioma japonés se denomina kudoku, ku es igual a realización y logro, y doku es igual a virtud o
poder de las cosas para producir o causar efectos.
¿Qué es prácticamente un beneficio en budismo? ¿Comprar una casa.. es beneficio? ¿Cambiar el
coche viejo por uno nuevo... es beneficio? ¿Conseguir un buen trabajo... es beneficio? ¿Encontrar
una buena pareja es beneficio? ¿Restaurar la felicidad o armonía en el hogar... es beneficio?
¿Encontrar estacionamiento para el auto en el centro... es beneficio? ¿Encontrar dinero en la calle
es beneficio?
Claro que son beneficios, pero entonces enseguida surge la reflexión. Esto no solo le pasa a los
budistas, sino que también le ocurre a la gente común.
La gente común también obtiene beneficios, y los atribuye a "la suerte", a la "buena estrella" o a la
"casualidad", y hace cábalas para seguir obteniendo beneficios.
Los Budistas se diferencian porque obtienen beneficios a través de la práctica, invocando NAMMIOHO-RENGUE-KYO y a través de ese efecto siguen practicando para seguir obteniendo
beneficios. Esto se conoce en Budismo como Bono Soku Bodai, que sería transformar los deseos
mundanos en iluminación. Cada vez que logramos satisfacer un deseo o alcanzar un objetivo,
afianzamos más nuestra fe y buscamos objetivos cada vez más elevados, hasta llegar a desear el
objetivo fundamental, que es la búsqueda del estado de buda.
Esta búsqueda alude a la facultad del BUDA de percibir y comprender la LEY del Universo, a la vez
que ejercitar la Sabiduría para utilizar esta LEY en sus actos.
Esto no se puede lograr si se sufre la angustia de la soledad, la amenaza de divorcio, la
desesperación de la bancarrota, la enfermedad de un ser querido, las tristes circunstancias que nos
acosan. Y las personas que así sufren no pueden relacionarse con la explicación teórica del BUDA,
necesitan una pareja, un amigo, un abogado, un médico, un trabajo o cualquier solución, en
resumen necesitan BENEFICIOS.
La gente que enfrenta obstáculos NECESITA SOLUCIONES REALES, esta búsqueda demanda que
nos desarrollemos paso a paso sobre una base, estos pasos intermedios se llaman beneficios, y son
los que nos llevan a la iluminación. Cada logro nuevo es una prueba para profundizar la fe en la
práctica budista. Esta prueba se conoce como JIMYO JOBEN (Jimyo Joben: igual a medio para
cambiar la vida cotidiana).
Mientras que otras filosofías pretenden la benevolencia de la protección y el bienestar físico, el
budismo de Nichiren Daishonin señala la necesidad del bienestar en CADA fase de la vida.
Nichiren Daishonin define los beneficios (kudoku) como los resultados de purificar las seis raíces de
la. vida: los OJOS, los OÍDOS, la NARIZ, la LENGUA, el CUERPO y la VOLUNTAD. Explica que ku
quiere decir disminuir el mal, y doku quiere decir el bien complaciente. También dice que kudoku
simboliza el hecho de poder conseguir la iluminación tal como uno es (Sokushin Yobutsu), contando
con los potenciales ya inherentes y sin esperar ninguna transformación milagrosa.
Es decir, que el iluminado no tiene aureola, ni cambia su cuerpo o su cara más bonita, sigue siendo
tal cual es. Por ejemplo, un equipo de fútbol que está perdiendo el partido por un tanto y siente de
pronto un ímpetu de unión y se esfuerza por llegar a la victoria. Ese espíritu perdedor se ha
convertido en ganador, nada ni nadie ha cambiado, la cancha es la misma, la. hinchada es la
misma, el director técnico es el mismo, los jugadores son los mismos, esto es Shokushin Yobutsu y
el catalizador es el beneficio, o sea, la victoria. Y es muy importante, el iluminado no se vuelve más
bello o mejor, sigue siendo igual.
Volviendo a las seis raíces, vemos que representan los cinco sentidos y se agrega la voluntad. Si a
nosotros nos gusta algo, lo deseamos, si no nos gusta lo rechazamos. Los deseos vienen a través
de los sentidos, o sea de las seis raíces. Por ejemplo, si vemos una chica linda por la calle... la
deseamos, no? Pero si en vez de la chica, está la mamá de la chica... ya no, no es cierto?
Por eso es importante que, nosotros purifiquemos nuestros sentidos, o sea las seis raíces como dice
Nichiren Daishonin.
¿Ustedes saben por qué se hacen chocar los vasos cuando brindamos? Cuando brindamos estamos
alegres y tenemos que satisfacer los sentidos, los ojos ven el color del vino o cerveza, el olfato
capta el olor de la bebida, el gusto saborea el sabor de la bebida, y la voluntad las ganas de beber,
sólo falta el oído por eso chocamos los vasos.
Bueno, ahora yo les pregunto ¿es bueno suprimir los deseos? ¿es malo desear? No, de ninguna
manera, eso sería una negación de la naturaleza humana y es imposible, sólo los santos y los
muertos no desean y aquí no creo que haya un santo ni tampoco ustedes están muertos.
La purificación de las seis raíces se refiere al proceso de definir a nuestros deseos, elevarlos a un
nivel más constructivo. Significa desarrollar una fuerza vital más fuerte.
El desafío de un partido de fútbol, un matrimonio o una enfermedad, ya es en sí un beneficio
esencial. Pero una obsesión por beneficios pequeños puede obstruir el impulso que hemos
establecido hacia nuestros objetivos de largo alcance. Pero también es bueno desear, porque el
placer momentáneo y las utilidades son grandes esparcimientos, y su satisfacción nos lleva a
buscar beneficios más altos.
Lo más importante es que comprendamos que nuestros deseos en sí, y de por sí, no son ni buenos
ni malos, sino neutros, cuenta hacia dónde nos dirigimos. Si los canalizamos en forma constructiva,
recibiremos beneficio.
Si nuestra mente nos controla, entonces estaremos a la deriva, pero si nosotros controlamos
nuestra mente, entonces haremos cosas constructivas y en eso nos ayuda la práctica del Budismo
de Nichiren Daishonin.
Los beneficios se originan de la transformación de la vida humana, de lo negativo a lo positivo. Una
persona que aprovecha el Budismo de Nichiren Daishonin, puede luchar contra la adversidad y
desarrollar el potencial de su propia vida, de experimentar un gran cambio.
Una persona en una situación desenvuelta y cómoda, disfruta lo que tiene y no se somete a una
transformación mayor, no busca. Por eso debemos estar felices de no tener cosas y desearlas,
porque entonces buscamos. Eso nos pasa a todos y podemos estar felices de haber encontrado a
GOHONZON, eso es también un gran beneficio, y también aprenderemos a desafiar y lograr lo
mismo que otras personas.
Pongamos un ejemplo, dos negociantes, el señor A y el señor B, que en la actualidad tienen las
mismas cosas: casa linda, buena esposa, coche, dinero, etc., de todo igual. Pero el señor A nació
en casa grande, con padre con dinero, estudió sin necesidad de trabajar. El señor B se crió en un
orfanato, tuvo que trabajar para poder estudiar en un colegio nocturno. Si compararnos sus logros,
son los mismos, pero con diferencias en sus maneras de reaccionar ante una crisis, el señor A se ha
criado en la comodidad, no se curtió en el esfuerzo de sus objetivos y sufrirá una experiencia
aplastante frente a una crisis, mientras que el señor B, acostumbrado a desafiarse, luchará y
vencerá como en otras dificultades. Esto es el entrenamiento real, el beneficio mayor, la facultad de
desafiar y sobrepasar la adversidad. Los que basan su sabiduría en la experiencia de las privaciones
son los más aptos para abordar un problema.
Si bien es cierto que en el mundo existe mucha gente decidida y competitiva, por lo común nos
encontramos que sus desafíos los han cejado insensibles y amargados, aprendieron pocas lecciones
sobre sus vidas en la batalla por la supervivencia. Sin una filosofía que elucide su vida, su lucha por
la victoria asume una desafortunada connotación animalística. Por eso son un beneficio las sabias
enseñanzas de la práctica del Budismo de Nichiren Daishonin.
Ahora vamos a definir Buena Fortuna y Sabiduría:
BUENA FORTUNA se refiere a la revolución de la familia o de la vida con mejoras visibles en las
condiciones diarias de vida.
SABIDURÍA indica la revolución humana, o el fortalecimiento de la fuerza vital y obtención de
sabiduría.
Si aplicamos estas leyes al concepto de unidad del hombre y su medio ambiente (Esho Funi), la
sabiduría es una función del ser humano (Shojo), y la buena fortuna es una función del medio
ambiente (ESHO). Por ejemplo, dos hombres que deben llevar valijas pesadas, si uno de ellos tiene
un porta-equipaje (buena fortuna) lo hará mejor que el otro. Pero al otro como no tiene portaequipaje, se le puede ocurrir cargárselo a la espalda (sabiduría), o adquirir la fuerza necesaria para
llevar una valija pesada, esta fuerza sería el beneficio. Por otra parte, buscar una valija más liviana
o más chica sería escapar o protestar.
La pregunta acerca de ¿dónde está mi beneficio? o ¿por qué tarda tanto? es frecuente en aquel
que desea algo con vehemencia, practica bien y se desespera por la tardanza.
El avance es una revolución humana, y está marcada por los cambios concurrentes del medio
ambiente, y como éste varía como consecuencia de nuestro interior, es que a veces hay demora,
pero no debería preocuparle, que mientras en lo más profundo de nuestro interior se están
produciendo cambios, los exteriores o resultados están próximos. Hasta aquí hay dos conceptos
claves: los cambios que experimentamos en nuestras vidas y las aptitudes que adquirimos para
enfrentar los obstáculos. De aquí sale la fortaleza.
El cambio más valioso es el control sobre nuestro destino. La medida de ese control es una medida
del disfrute de su vida.
En cuanto a las actitudes, debemos ser como los atletas, es decir, desafiar constantemente
nuestros propios límites. Así tenemos que desafiar siempre los lindes imaginarios de nuestras
capacidades percibidas. La marcha puede ser ruda, pero es un proceso que nos permite cambiar
nuestra vida, en ello reside el beneficio.
Para el cambio de nuestras vidas el Budismo da dos conceptos claves:
El primero es CAMBIAR VENENO EN MEDICINA (Jendoku Iaku), que es sacar partido de una
amenaza y transformarlo en algo positivo. Es decir, desafiar la vida y obtener beneficios y no
resignarnos a la derrota. Hoy en día, cuando la gente siente que las cosas se les escapan de las
manos, la primera reacción es la resignación. La práctica del Budismo de Nichiren Daishonin
suministra beneficios con los que se puede generar desde lo más profundo de nuestro interior un
espíritu más positivo, lo que lleva a su vez a la sabiduría, y a la reacción constructiva de
transformar las situaciones.
El segundo es CAMBIAR EL DESTINO PESADO POR OTRO LIVIANO (Ten Yu Kyoyo): hay sólo dos
formas de arrastrar el destino negativo: cerrar los ojos y esperar el golpe, o abrir los ojos y no
darnos por vencidos hasta el último momento. A veces tomamos medidas extremas, al menos el
revés potencial nos deja grandes enseñanzas. Aquí el beneficio es la habilidad de adoptar una
actitud valiente.
Hasta aquí hemos visto varios tipos de beneficios, de una manera muy simple los podemos
clasificar en:
BENEFICIOS VISIBLES: son los que podemos ver (comprar una casa, conseguir un mejor trabajo,
etc.).
BENEFICIOS INVISIBLES: son los que no se ven. La Era de Mappo es la del beneficio invisible
(Mioyaku).
Por ejemplo, si nada nos sucede, si todo está quieto y sereno, y hay un estado continuo de paz, es
beneficio.
¿No sacarse el Prode es beneficio? Sabemos que hay miembros que ponen la boleta del Prode en el
Butsudan o el número de lotería, y cuando no sale nada se sienten mal. Pero puede ser un
beneficio invisible. Si acertamos el Prode, el dinero puede enceguecernos y hacernos olvidar de
nuestra práctica por apego a los deseos mundanos.
¿Que nos echen de un trabajo es beneficio? También GOHONZON ve el futuro y tal vez en ese
trabajo íbamos a tener un gran problema, o una quiebra seria, o que más adelante va a haber un
trabajo con más posibilidades.
De todas maneras nunca debemos usar nuestro criterio para juzgar a GOHONZON por los
beneficios que buscamos. Si algo no surge, puede ser porque el objetivo no está claro, o nos va a
traer grandes problemas en el futuro (auto-accidente) o por karma.
Ahora vamos a ver los 11 beneficios principales como lo dijera el presidente Toda, extraídos del
capítulo Jiiu del Sutra del Loto:
1.. SABIDURÍA: no debe confundirse con conocimientos. Es una manera de pensar y de percibir
más profunda, clara y fluida para crear propósitos más constructivos de los conocimientos que se
posee.
1.. COMPRENDER LA ETERNIDAD DE LA VIDA: al comprender la Ley de Causa y Efecto, se
comprende que la vida no es una sucesión de hechos, sino que abarca el pasado, presente y futuro,
y permite a la persona desarrollar una firme conciencia y concepción de misión en la vida.
1.. PERSISTENCIA Y TOLERANCIA: o sea tener paciencia (paciencia budista), es decir "no lo
entiendo, pero siento que este es el momento de desafiar realmente lo que esta pasando".
1.. SERENIDAD: es un estado donde la mente no divaga, con un mínimo de confusión, por cuanto
que el hombre aprende a relacionarse con su condición y la disfruta como tal. Es un conocimiento y
calma de que las cosas no pueden ser perfectas pero que integran todas el hermoso proceso de la
vida.
1.. BUEN MEDIO: las cosas negativas tienden a evaporarse. Se van los malos amigos, nacen otras
amistades o se mantienen las que en verdad son valiosas y fidedignas.
1.. RECONOCIMIENTO DE LO PRINCIPAL: en la mente del fiel al Budismo Verdadero se desarrolla
una mente que busca de continuo al Gohonzon como la base para comprender la vida, la bruma se
levanta y reconoce que la vida es el núcleo.
1.. MEJOR TEMPERAMENTO: hay una tendencia menor de acusar al mundo o a las personas por las
circunstancias que pasan, y que se acompaña de un sentimiento acerca de que la solución de los
problemas se encuentra muy al alcance de las personas.
1.. SENTIMIENTO DE MISERICORDIA: el shakubuku es una preocupación real, y está a disposición
de la gente para su iluminación.
1.. COMPRENSIÓN DE LA VERDAD: cada vez se comprende más que el Budismo es práctico,
concreto y claro.
1.. ILUMINACIÓN: punto en el que las acciones de una persona son el reflejo perfecto de la
sabiduría alcanzada mediante el Gohonzon.
1.. FUERZA DE PROPÓSITO: el creyente desarrolla la clase de condición o de vida que no se
tergiversará por ningún motivo, la que garantiza su victoria en la vida, en las cosas simples o en un
gran desafío de cualquier clase.
Estos 11 puntos dan una idea más basta de lo que es un beneficio, que aunque parezcan
abstractos y teóricos, se garantizan a todos los creyentes del budismo de Nichiren Daishonin.
Toda Sensei dice: "KUDOKU es igual a felicidad en esta vida y nacimiento venturoso en la próxima".
Con respecto al beneficio último, Toda Sensei definió la protección de los Dioses Budistas (Shoten
Zenjin), como no milagrosa, y que radica en la seguridad y confianza que se fomenta en las
relaciones humanas.
Por ejemplo, un buen informe y oportuno del empleador, palabras de aliento en el momento justo.
También en los enlaces realizados, de los compromisos que se han establecido y responsabilidades
contraídas.
En conclusión, el beneficio más alto y mayor de todos es la iluminación. Las cosas materiales y
espirituales son meros escalones hacia la felicidad absoluta. La prosperidad y la salud son
beneficios, pero más aún la revolución humana.
La afirmación de lkeda Sensei acerca de que el cambio de un solo hombre puede afectar el cambio
del destino de una nación, es una declaración del beneficio último que puede lograrse mediante la
práctica del budismo verdadero.
Los beneficios son la graduación de nuestro propio crecimiento. El segundo beneficio del Capítulo
Jiiu del Sutra del Loto dice que nuestra vida es eterna, de manera que importa que nosotros
usemos el actual logro de vida bien sabiamente, con valentía y determinación. No repitiendo
siempre los mismo errores.
No debemos contentarnos con beneficios pequeños, persigamos las glorias infinitamente mayores
de nuestra revolución humana. Sólo a este nivel se aclara por completo el verdadero significado de
beneficio.
Artículo aparecido en la revista Tercera Civilización (Francia) del
mes de junio 2001-07-09.
KUDOKU (Beneficio)
Introducción:
Cada categoría socio - profesional emplea una jerga propia. Eso
comporta toda una serie de términos que simplifican la explicación de
ciertas acciones, dado que sería demasiado largo redefinir cada vez lo
que sobreentiende uno o varios de esos términos. A través de los
siglos, toda lengua se enriquece con palabras venidas de fuera, tanto
en el dominio técnico, deportivo, cultural, etc. En
realidad «resumimos». Lo mismo ocurre con el budismo. Sin embargo,
es interesante de volver cada tanto al sentido original de esos términos
con el fin de evitar las amalgamas que no significan nada y que tienen
poco o nada que ver con la enseñanza búdica. Kudoku es uno de esos
términos que empleamos muy seguido, el cual, aún si se comprende
en nuestro vocabulario común, termina
degradándose.
Definición de base:
Traducimos comúnmente Kudoku como beneficio. Sin embargo, en el
término Kudoku, no existe ningún concepto de beneficio en el sentido
material.
Ku = Acumular (sentido etimológico).
Toku = Virtud (fuerza interior), sobreentendiéndose como 10° estado.
La contracción de los dos términos ku y toku se vuelve
Kudoku. Practicando hacemos aparecer la fuerza del décimo
estado. Cuando la acumulación de esa fuerza es suficiente en relación
a un problema o un sufrimiento, el resultado aparece, y decimos que
hemos » obtenido un kudoku « .Sin embargo, cuando estamos frente
al Gohonzon, no tenemos a nadie con quien poder dialogar. El
Gohonzon, como objeto, no ha creado nuestra vida, entonces no
podemos pedirle nada, porque no tiene ningún poder sobre nuestra
vida. Igualmente cuando nos
miramos frente a un espejo, no podemos decir: »Espejo, hacéme
morocho
(a) o rubio(a), los ojos de esta manera…. » Es imposible. Sin embargo
todos los esfuerzos (ku) que hagamos delante del espejo, afeitándonos
o maquillándonos, lavándonos, peinándonos, etc., hacen que (toku)
aparezcamos tal cual nos hemos hecho a nosotros mismos. Kudoku es
esa idea. Esa noción existía ya al comienzo del budismo, pero
significaba más que nada « acumular méritos » (Los diez méritos que
encontramos en el Sutra de Los Infinitos Sentidos, prólogo del
Sutra del Loto).
Noción de esfuerzo y resultado:
Ku también es interpretado como esfuerzo. Toku como el resultado.
Ku es la acumulación de acciones positivas durante una vida. Por
ejemplo: ayudo a salir adelante a un amigo que está en dificultad, la
retribución se manifiesta en forma de suerte en mi vida, sea una
semana después como cinco mil años más tarde.
Toku es la fuerza interna acumulada por las acciones positivas que se
manifiestan en nuestra vida cotidiana.
En lo cotidiano, acumulamos incesantemente (salvo durante el sueño),
palabras, pensamientos y acciones, que se manifiestan concretamente
en nuestra vida. Por ejemplo, nací con cierta inteligencia, eso es
inherente a mi vida, es toku. Podemos decir en forma simple, que la
práctica acelera la manifestación de ese principio.
Noción de alegría y positivismo:
Nichiren Daishonin dice también que ku significa alegría, y toku hacer
aparecer lo positivo. ¿Por que alegría? Es la alegría que aparece con la
idea de acumular algo que nos hará felices. Por ejemplo, cuando
encontramos un gran problema y nos esforzamos para solucionarlo,
aunque no sea fácil, eso es ku. Toku es hacer aparecer lo positivo, el
antídoto a los problemas debidos a nuestra falta de
perspicacia, de clarividencia respecto a la vida, a los tres venenos
(cólera, avidez e ignorancia). Podemos encontrar dificultades sin
obtener la solución en el día o la semana o incluso en el mes. No
obstante, la confianza desarrollada por la acumulación de resultados ya
obtenidos, procura la certeza de que vamos a ganar. Esta fuerza
interior (toku) se manifiesta a través de una gran alegría incluso
antes de que el resultado aparezca. Kudoku, es un principio por el cual
hacemos aparecer en nuestra vida cotidiana el resultado de lo que
hemos pensado, dicho y hecho de positivo.
Mala comprensión y consecuencias:
Con una mala comprensión del término kudoku corremos el riesgo de
orientar nuestra práctica solamente hacia resultados
materiales. Encontrar trabajo, curarse de una enfermedad… todo eso
está bien, pero al mismo tiempo, ¿cómo se desarrolla nuestro
humanismo? En ese sentido, incluso si estoy enfermo o no tengo
trabajo, pero interiormente no me siento vencido, eso es Kudoku. Mi
vida está llena de fuerza interior (toku).
Hacer humanamente todo lo que está a nuestro alcance para
sobrepasar los problemas, los sufrimientos, es ku. El resultado no es
forzosamente visible y proporcional a los esfuerzos, porque puede
suceder que no tengamos ningún resultado aparente (hace 15 años
que tal persona tiene problemas de salud, de trabajo, pero sentimos
algo muy fuerte en ella). Con o sin problemas esa persona tiene
mucha fuerza interior, mucha alegría.
Si el sentido del término kudoku es mal comprendido (por ejemplo:
tengo un grave problema, practiqué, pero me quejo de no obtener el
resultado que quería), ¿qué sucede? Nos preguntamos seguramente
cuál es el interés de practicar y finalmente terminamos dejando la
práctica.
La enseñanza desarrollada por Nichiren Daishonin es muy vasta y
profunda, es entonces muy difícil hacerse explicar el budismo el primer
día, y de ahí la importancia de estudiar para no limitar el budismo a
nuestra comprensión del momento. Aquellos y aquellas que limitan la
comprensión de Kudoku al hecho de recibir beneficios materiales caen
fácilmente en el estado de avidez y padecen
frustración o paran la práctica cuando estiman haber obtenido lo que
querían (por ejemplo: « busco fundar una familia, comienzo a practicar
y cuando he obtenido todo eso, estoy muy ocupado, y no tengo
tiempo para dedicar a la practica… »). Una de las primeras
características del buda es permanecer imperturbable frente a los
hechos. Cuando Nichiren Daishonin se encuentra en el Monte Minobu,
escribe que aunque se alimente con cáscaras de árboles y de agua de
la nieve, siente en sí, una alegría inefable.
Beneficios que aparecen naturalmente en nosotros:
Nichiren Daishonin cita cinco tipos de beneficios que están explicados
en el « Tratado del estado de buda a Vasubandhu »(Gosho Zenshu,
Pág.426). Esos beneficios surgen naturalmente cuando perseveramos
en la práctica:
1. La capacidad de practicar correctamente con espíritu de búsqueda y
un corazón lleno de compasión.
2. La práctica nos permite orientar y dirigir correctamente nuestra vida
y como consecuencia, mejorarla profundamente.
3. La capacidad de respetar profundamente la Ley Búdica,
contrariamente a una actitud orgullosa. Eso nos lleva a moderar
nuestro comportamiento, nuestra manera de tratar a los demás, de
escucharlos o no….
4. La capacidad de obtener la sabiduría para obtener la Budeidad, sin
atarse a sí mismo.
5. Progresivamente, se adquiere une intuición que nos permite sentir
lo que debemos hacer y cómo debemos actuar.
6. La capacidad de progresar sin oponerse a la Ley correcta, y
despertar la sabiduría de la Budeidad, más que la de la sabiduría
mundana.
7. No atarse demasiado a las alegrías o los tormentos de la vida
cotidiana (por ejemplo: « cuando mi vida cotidiana va bien, estoy
contento y en cuanto tengo problemas, no estoy bien y toda mi vida
oscila entre altos y bajos). Despertar la sabiduría de la Budeidad es
acordar la máxima atención a nuestra prosperidad interior: alegría de
vivir, Budeidad, equilibrio, armonía, desarrollo.
8. La capacidad de desarrollar un corazón lleno de compasión para
aliviar el sufrimiento del pueblo, rechazando el egoísmo. Solamente
cada uno conoce su sinceridad frente al sufrimiento de los demás. En
vez de siempre criticar, calumniar, condenar, tratemos de ayudar.
Desarrollar un corazón con compasión es desarrollar el deseo sincero
de ayudar a los que sufren. Nuestra propia evolución no es siempre
visible a los ojos de los demás, pero ver a alguien practicar, hacer todo
para ayudar a alguien y constatar los resultados obtenidos, eso
impresiona. Cuando nuestra Budeidad se desarrolla, se manifiesta
hacia los otros. Podemos decir que kudoku es lo que trasluce
como virtud hacia los demás.
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