Controversia Cristo-Jesús

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Introducción
El presente trabajo es fruto de la lectura y sítesis de los autores citados en la bibliografía.
Cuando se nos presentó la oportunidad de ser evaluados con un trabajo de investigación decidimos afrontarlo
como un reto para superarnos.
Fue una lástima no disponer de suficiente tiempo para realizar un estudio profundo y detallado del tema de
una manera más personal, cosa que nos llevó a basar todo nuestro trabajo en estudios de otros autores.
Solamente en ciertos parrafos nos atrevemos a señalar o expresar matices o opiniones personales.
Si un estudio es dificil un trabajo de síntesis lo es más, en este no sólo hemos de leer sino que además
debemos comprender al autor para poder clasificar e interpretar sus escritos.El tema es amplio lo que nos
condujo a sintetizar la síntesis.
No poseer una base teologica apropiada ni capacidad suficiente para realizar un profundo estudio y una
correcta interpretación nos impuso unas barreras por las cuales no podiamos acceder a conocimientos
superiores en teologia, más concretamente en el estudio de la humanidad−divinidad de Jesús de Nazaret.
Así que decidimos acudir a alguien cuyos conocimientos pudieran ayudar a la realización del trabajo.
Nuestros puntos a seguir para la elaboración del trabajo, fueron los siguientes :
1º.−Recibir unas orientaciones y conocimientos breves sobre la realidad teologica del tema.
2º.−Leer e informarnos de los contenidos relacionados con el tema.
3º.− Exposicion breve del problema planteado después del punto segundo.
4º.−Elaboración de un esquema general que plasmara nuestra particular visión del problema expuesto en el
punto tercero.
5º.−Trabajo en equipo de síntesis y analisis de los temas concretados reflejados en el esquema.
6º.−Realización del trabajo en cuestión (elaboración de textos, cuidado de ortografía, tabulaciones, formatos
de parrafo y por supuesto una cuidada presentación).
7º.−Valoración del trabajo y opinión personal.
Por último agradecer el apoyo aportado por el escolapio P. Rafael Belda, sin cuya ayuda desinteresada hubiera
sido imposible realizar el presente trabajo.
I.− LAS FUENTES DE UNA HISTORIA DE JESÚS O LAS FUENTES DEL JESÚS DE LA
HISTORIA
1.1. Introducción
La historia no ha conservado ningún escrito de Jesús. Si él hubiera redactado algo − unas memorias, unos
cuadernos íntimos, unas consignas −, los siglos pasados habrían ciertamente asegurado su transmisión, como
lo han hecho con la obra de Julio César o de Flavio Josefo. Jesús no era un escritor. Por otra parte, esto no
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tiene nada de sorprendente; en su época, la escritura era tarea de un grupo selecto, una actividad justificada
por una institución, un oficio retribuido por algún mecenas.
Así, pues, conocemos a Jesús por medio de unos escritos que no son suyos. El caso no es excepcional:
Sócrates, por ejemplo, es conocido gracias a Platón. Se plantean problemas de crítica, a veces delicados, pero
los procedimientos historiográficos actuales permiten afrontarlos.
Las fuentes de una historia de Jesús se dividen en tres grupos: fuentes paganas, fuentes judías, fuentes
cristianas. Estas últimas, constituidas sobre todo por los evangelios, son las más abundantes. Nacidas en
comunidades creyentes, informan en primer lugar del modo como los cristianos miraban a su fundador. El
historiador tiene que estudiarlas por ellas mismas. Intenta comprender cómo y por qué nacieron algunos
escritos cristianos sobre Jesús, desea ver mejor las características de las comunidades que vieron nacer y
desarrollarse esos escritos y se interesa finalmente por la personalidad propia de sus redactores. Hay un hecho
que llama su atención: la importancia de la pascua en la redacción de esos escritos.. Pascua fue para los
creyentes el acontecimiento decisivo a partir del cual adquiría todo su sentido la vida de Jesús de Nazaret.
Viniendo después de pascua, los escritos del Nuevo Testamento no podían librarse de la luz que la
resurrección de Jesús arrojaba sobre toda su vida pasada. Consciente de la atmósfera pascual de los relatos
cristianos, el historiador se verá mejor armado para comprender el proceso que condujo de la vida de Jesús de
Nazaret a la constitución de los escritos del Nuevo Testamento. Puede intentar entonces emprender el camino
inverso y remontarse de los escritos del Nuevo Testamento a ese Jesús cuyo rostro desea conocer.
Los testimonios paganos y judíos sobre Jesús son relativamente poco abundantes. Pero no pueden soslayarse.
Sin embargo, el historiador no reduce la consulta de las fuentes paganas y judías a estos testimonios. Gracias a
ellos, en gran parte, es como puede adquirir el conocimiento del siglo I en Palestina, sin el cual resultaría
imposible todo intento de situar históricamente a Jesús. Algunos descubrimientos recientes, como los de
Qumrán, así como la explotación sistemática de documentos conocidos ya desde antiguo, permiten realizar
verdaderos progresos en la descripción del mundo palestino en el que vivió un tal Jesús de Nazaret.
1.2. Las Fuentes Paganas
Tres nombres llaman la atención cuando se trata de formar el dossier de los testimonios paganos sobre Jesús:
Tácito, Suetonio y Plinio el Joven. Los testimonios de estos tres escritores romanos se sitúan entre los años
110 y 120.
Tácito (hacia el 55−120)
En sus Anales, escritos bajo el emperador Trajano, en le año 116 o 117, Tácito consagra un pasaje al incendio
de la ciudad de Roma por obra de Nerón. El emperador apartó las sospechas que pesaban sobre él, haciendo a
los cristianos responsables del incendio. Los entregó a los más refinados tormentos. Tácito explica quiénes
son los cristianos: ese nombre procede de Christos, a quien el procurador Poncio Pilato había ejecutado bajo el
principado de Tiberio. El ve en el movimiento cristiano una abominable superstición.
Suetonio (hacia el 75 − 155)
En sus Vidas de los doce Césares, Suetonio evoca también a los cristianos a propósito de Nerón. Su
testimonio es de alrededor de año 120. Está inserto en la lista de una serie de medidas dictadas por el
emperador. Suetonio no menciona a Cristo, sino a los cristianos; está de acuerdo con Tácito en calificar su
movimiento de superstición. En su vida de Claudio aparece la palabra Cristo (Chrestos) extrañamente
relacionada con los judíos expulsados de Roma por el emperador: Como los judíos se soliviantaban
continuamente, instigados por un tal Cresto, los echó de Roma .
Se suele fechar en el 49−50 el decreto de expulsión de los judíos firmado por Claudio. Los Hechos de los
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Apóstoles lo mencionan a propósito del encuentro de Pablo con Aquila, un judío que acababa de llegar a Italia
con su esposa Priscila (Hch. 18,2). Suetonio parece pensar que Cresto vivía en Roma en tiempos de la
expulsión. No tiene por qué sorprendernos, ya que habla de aquellos sucesos unos 70 años más tarde y tan
sólo conoce el cristianismo de lejos.
Plinio el Joven ( hacia el 61−115 )
La carta de Plinio el Joven a propósito de los cristianos fue escrita entre el 111 y el 113. Plinio se hallaba
entonces en Bitinia, como legado del emperador. Se encontró allí con una situación que lo dejó bastante
perplejo: muchos de sus habitantes eran cristianos. Plinio escribió al emperador para pedirle consejo. ¿Qué
actitud había que adoptar ? la carta de Plinio contiene de paso algunos datos interesantes sobre el
comportamiento de los cristianos: no son reos de ningún crimen; al contrario, se comprometen a no
cometerlos; suelen reunirse un día fijo, de madrugada, para cantar salmos a Cristo como a un Dios.
Trajano respondió a su amigo Plinio para indicarle la actitud que adoptar. Le aconsejó rechazar las denuncias
anónimas y le prescribió que castigase a los que seguían diciéndose cristianos.
Otros testimonios
A los tres nombres que acabamos de citar, podemos añadir otros testimonios:
• Dos cartas del emperador Adriano. La primera escrita hacia el año 125, ha sido conservada por Eusebio
Cesarea. Trata de las reglas que seguir en los procesos contra los cristianos. El ,emperador la había dirigido
al procónsul de Asia, Minucio Fundano. Una segunda carta, fechada en el 133 o el 134, y conservada por
Flavio Vospicio, habla de la mezcla del cristianismo con el culto a Serapis, en Egipto. Tenía como
destinatarioal cónsul Serviano.
• Una carta de Mara bar Serapión. Este estoico sirio dirigió una carta a su hijo Serapión, que estudiaba en
Edesa. Desgraciadamente, es difícil señalar la fecha exacta: del siglo I al III. Se observará en esta carta el
hecho de que á en esta carta el hecho de que rey sabio de los judíos, es decir Jesús, fue crucificado por
ellos; la privación de su reino, alusuón probable a su estatuto después de la guerra del 66−70, guarda
relación con la muerte de Jesús. Este hecho constituye una de las primeras manifestaciones del tema del
castigo de los judíos.
El escaso número de testimonios paganos exige un comentario. Se explica por el hecho de que, en el siglo I y
a comienzos del II, el movimiento cristiano no había tomado todavía una amplitud suficiente para dejar
literatura algo más que unas huellas ocasionales. Avanzando unas decenas de años más en el siglo II, vemos
cómo cambian las cosas. Las críticas de Luciano contra el sofista crucificado (hacia el año 170) y sobre todo
las de Celso, muy virulentas, muestran que el movimiento cristiano empieza a llamar seriamente la atención
de los filósofos paganos.
1.2.1. Tácito
NERÓN Y LOS CRISTIANOS
Para acabar con este rumor (que atribuía el incendio de Roma al Emperador), Nerón tachó de culpables y
castigó con refinados tormentos a esos que eran detestables por sus abominaciones y que la gente llamaba
cristianos. Este nombre les viene de Cristo, que había sido entregado al suplicio por el procurador Poncio
Pilato durante el principado de Tiberio. Reprimida de momento, esta detestable superstición surgía de nuevo,
no sólo en Judea en donde había nacido aquel mal, sino también en Roma en donde desemboca y encuentra
numerosa clientela todo lo que hay de más criminal y vergonzoso en el mundo. Empezaron pues a apresar a
los que confesaban su fe ; luego, basándose en sus declaraciones, apresaron a otros muchos que fueron
convictos, no tanto del crimen de incendio como de odio contra el género humano. No se comentaron con
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matarlos ; se ideó el juego de revestirlos con pieles de animales para que fueran desgarrados por los dientes de
los perros, o bien los crucifican, los embadurnaban de materias inflamables y, al llegar la noche, ellos
iluminaban las tinieblas como si fueran antorchas.
Anales, X, 44
1.2.2. Suetonio
LAS MEDIDAS TOMADAS POR NERÓN
Bajo el principado (de Nerón) se dictaron muchas condenas rigurosas y medidas represivas, así como
reglamentos nuevos. Se puso freno al lujo ; se redujeron los festines públicos a distribuciones de víveres.
(Nerón) prohibió que en las tabernas se vendiera ninguna clase de alimento cocido, salvo verduras y
legumbres a pesar de que antes se exponían a la venta todo género de viandas ; persiguió a los cristianos,
linaje de hombres entregados a una superstición nueva y maléfica ; prohibió las chanzas a los aurigas, los
cuales, amparándose en una tolerancia que venía de tiempo, se arrogaban el derecho de vagabundear por toda
la ciudad estafando y robando por vía de entretenimiento...
Vida de Nerón, XVI .
1.2.3. Plinio El Joven
CARTA AL EMPERADOR TRAJANO
Por de pronto, respecto a los que me eran delatados como cristianos, he seguido el procedimiento siguiente:
empecé por interrogarles a ellos mismos. Si confesaban ser cristianos, los volvía a interrogar segunda y tercera
vez con amenaza de suplicio. A los que persistían, los mandé ejecutar A lo largo del proceso, como suele
suceder, al complicarse la causa, se presentaron varios casos particulares. Se me presentó un memorial sin
firma con una larga lista de nombres. A los que negaban ser o haber sido cristianos y lo probaban invocando,
con fórmula por mí propuesta, a los dioses y ofreciendo incienso y vino a tu estatua, que para este fin mandé
traer al tribunal con las imágenes de las divinidades, y maldiciendo por último a Cristo−cosas todas que dice
ser imposible forzar a hacer a los que son de verdad cristianos −, juzgué que debían ser puestos en libertad.
Otros, incluidos en las listas de delator, dijeron sí ser cristianos, pero inmediatamente lo negaron; es decir, que
lo habían sido, pero habían dejado de serlo, unos hacia tres años, otros desde más, y aun hubo quien desde
veinte. Estos también, todos, adoraron tu estatua y las de los dioses y blasfemaron de Cristo.
Ahora bien, afirmaban éstos que, en suma, su crimen o, si se quiere, su error se había reducido a tener por
costumbre en días señalados reunirse antes de rayar el sol y cantar, alternando entre sí a coro, un himno a
Cristo como a Dios, y obligarse por solemne juramento no a crimen alguno, sino a no cometer hurtos y
latrocinios ni adulterios, a no faltar a la palabra dada, a no negar, al reclamárseles, el depósito confiado
Carta de Plinio a Trajano, X, 96
1.2.4. Eusebio De Cesarea
CARTA DEL EMPERADOR ADRIANO A PROPOSITO DE LOS CRISTIANOS
A Minucio Fundano.
He recibido una carta enviada por Serennio Graniano, persona muy distinguida, al que has sucedido tú. No me
parece oportuno dejar el asunto sin examinarlo debidamente, no sea que los hombres se inquieten y se les
ofrezca a los denunciantes una ayuda por su malicia. Así, pues, si los habitantes de la provincia pueden
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sostener abiertamente su petición contra los cristianos, de manera que el asunto pueda ser discutido ante el
tribunal, que se sirvan tan sólo de este medio y no de solicitudes o de simples gritos.
Eusebio, Historia eclesiástica, IV, 9
CARTA DEL EMPERADOR ADRIANO AL CONSUL SERVIANO
Los que adoran a Serapis hacen como los cristianos; aun aquellos que llevan el título de obispos de Cristo
veneran a Serapis. El mismo patriarca se ve obligado por algunos a adorar a Serapis, por otros a postrarse ante
Cristo. No hay más que un solo dios para todos ellos. Los cristianos, los judíos, los gentiles lo adoran
igualmente.
Citado en R. Dunkerley, le Chist.Idées.
1.2.5. Mara Bar Serapion
CARTA A SU HIJO
¿De qué les aprovechó a los atenienses hacer morir a Sócrates, si pagaron aquella ejecución con el hambre y la
peste? ¿Y los de Samos quemar a Pitágoras si su país se vio en un instante sepultado por completo por la
arena? ¿Y a los judíos matar a su rey sabio, si a partir de entonces se vieron despojados de su reino? Porque
Dios en su justicia vegó a estos tres sabios.
Los atenienses murieron de hambre, los samios se vieron tragados por el mar, los judíos perecieron o fueron
desterrados y vivieron dispersos. Si Sócrates no ha muerto, ha sido gracias a Platón; Pitágoras, gracias a la
estatua de Hera, el rey sabio, gracias a las leyes que dio.
Carta editada por W. Cureton, Spicilegium syriacum.
1.3. Las Fuentes Judias
Los textos judíos sobre Jesús no son más numerosos. Lo esencial está contenido en dos pasajes de Flavio
Josefo y en algunas alusiones del Talmud.
Flavio Josefo (37?−100)
Nacido hacia el 37−38, Josefo se vio mezclado muy de cerca en los acontecimientos de Palestina que
condujeron a la guerra de los judíos contra los romanos. Participó activamente en ella y fue hecho prisionero.
Se convirtió entonces en historiógrafo vinculado a la familia de los Flavios. Escribió la guerra de los judíos
(publicada en griego entre el 75 y el 79, tras una primera redacción en arameo), Las Antigüedades judías
(93−94), su Autobiografía (después del 95) y el Contra Apión (después del 100). En su obra, Josefo casi no
habla de Jesús ni de los cristianos; lo hace sólo en dos pasajes de las Antigüedades, a los que hay que añadir
un importante testimonio sobre Juan el bautista.
a) Santiago, hermano de Jesús, llamado el Cristo. Josefo narra así la muerte de Santiago: Anano reunió al
Sanedrín de los jueces e hizo comparecer ante ellos a Santiago, el hermano de Jesús, llamado el Cristo, así
como a algunos otros; los acusó de haber violado la ley y los entregó a la lapidación ( Antigüedades, XX,
200). No hay razón alguna para suponer que las palabras llamado el Cristo hayan sido añadidas por algún
copista cristiano. Semejante apelación entraba perfectamente en las categorías judías y Josefo podía entonces
hablar de Jesús llamado el Cristo, sin pronunciarse personalmente sobre esta calificación.
• El Testimonium Flavianum o testimonio de Flavio sobre Jesús. Más problemas plantea este segundo texto
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de Josefo. Se encuentra en el libro XVIII de las Antigüedades. El texto recibido oficialmente es el que cita
Eusebio en su Historia Eclesiástica (I, 11) y en su Demostración evangélica (III, 3). Su autenticidad fue
pronto muy discutida. En efecto, parece bastante extraño que un judío, fariseo, pueda reconocer en Jesús al
Cristo. Orígenes (alrededor del 185−253) conocía los pasajes de Josefo sobre Santiago y sobre Juan
Bautista, pero no menciona para nada el que se refiere a Jesús. La tradición manuscrita de las obras de
Josefo se hizo en ambientes cristianos, y es legítimo suponer que el testimonio de Josefo, que no decía
tanto, fuera hinchado y orientado en sentido cristiano.
Recientemente, el israelita Shlomo Pines ha llamado la atención sobre una versión diferente de este texto. Se
encuentra en la Historia Universal de Agapio, obispo árabe del siglo X. Su contenido es sensiblemente
distinto. No se trata aquí de afirmar que Jesús era el Cristo; El texto dice prudentemente: quizás era el Cristo.
Otras dos versiones de este mismo pasaje de Josefo se han señalado también en este sentido: la de san
Gerónimo (342−420) en su De viris illustribus y la de la Crónica de Miguel el Sirio (siglo XII). La
comparación de estas cuatro versiones resulta muy interesante. Da a entender con claridad que el texto
primitivo de Josefo era sin duda menos afirmativo encuentro a la mesianidad de Jesús que lo que da a
entender el texto de Eusebio. ¿ Es posible reconstruir el texto autentico de Josefo? Algunos lo han intentado.
En todo caso, hay que reconocer que Josefo habla ciertamente de Jesús y de su mesianidad, aunque sin
comprometerse en este punto de una forma tan personal como sugiere el texto de Eusebio.
El Talmud
Después de la destrucción del templo, en el año 70, el judaísmo volvió a estructurarse en torno al movimiento
fariseo, que fue el único. A lo largo de los dos primeros siglos, tras un intenso trabajo de colección de las
tradiciones orales recibidas por los fariseos, se llegó a la formación de un código llamado la Misná (
comienzos del siglo III ). Fue obra de los doctores llamados tannaim (enseñantes). A partir de entonces, los
doctores llamados amoraim (intérpretes) emprendieron el comentario a la Misná. Este comentario llamado
Gemara fue añadido a la Misná junto con las tradiciones que habían sido omitidas por los tannaim (baraitot).
Así se contituyó el Tamud, en su doble versión: el Talmud de Jerusalén, acabado en el siglo IV, y el de
Babilonia, en el VI.
La presencia de Jesús en el Talmud está marcada por la discreción. Los doctores judíos no tenían la finalidad
de ocuparse de él. El personaje se encuentra relativamente poco mencionado y los pasajes en que aparece son
a menudo polémicos. Se le designa con su nombre de Yeshu de Nazareth, o también por la expresión ése.
Parece ser que sólo se refieren a él unos doce pasajes, todo lo más.
El más conocido de estos pasajes es una baraita del de Talmud de Babilonia, que data muy probablemente del
siglo II, relativo a la muerte de Jesús. Favorece a la cronología adoptada por Juan: Jesús murió la víspera de
pascua, y no en el mismo día pascual. También hay que señalar el hecho de que el heraldo habla de
lapidación, mientras que a continuación el texto habla de que fue colgado. La lapidación era la sentencia en
que incurrían los que practicaban la magia. El hecho de que el heraldo anuncie una lapidación demuestra que
el reproche que se le hace a Jesús se refiere a sus milagros y exorcismos considerados como prácticas
mágicas. En cuanto al hecho de colgarlo, puede referirse también a la crucifixión, como se ve en los Hechos
de los Apóstoles (5, 30; 10, 39) y en Josefo.
Los Toledot Yeshu.
De los Toledot Yeshu (nacimientos, es decir historia, de Jesús) el historiador no puede sacar nada válido para
su investigación del personaje histórico de Jesús. Se trata de un trozo de literatura pupular pruducido en
ambiente judío. Su forma actual se remonta al siglo X, quizás un poco más arriba. Pero recoge leyendas que
circularon seguramente muy pronto.
1.3.1. Flavio Josefo
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EL TESTIMONIO SOBRE JESUS EN LA VERSION DE EUSEBIO
Por este mismo tiempo, vivió Jesús, hombre sabio, si es que hombre hay que llamarlo, porque realizaba obras
portentosas: era maestro de los hombres que recibían gustosamente la verdad y se atrajo no sólo a muchos
judíos, sino tambien a muchos griegos. Este era el Cristo. Habiéndole infligido Pilato el suplicio de la cruz,
instigado por nuestros próceres, los que primero lo habían amado no cesaron de amarlo, pues al cabo de tres
días nuevamente se les apareció vivo. Los profetas de Dios tenían dichas estas mismas cosas y otras
incontables maravillas acerca de él. La tribu de los cristianos, que de él tomó el nombre, todavia no ha
desaparecido hasta hoy.
Antigüedades, XVIII, citado en Eusebio, Historia eclesiástica.
EL TESTIMONIO SOBRE JESUS EN LA VERSION DE AGAPIO.
Por esta época, hubo un hombre sabio llamado Jesús, de buena conducta; sus virtudes fueron reconocidas, y
muchos judíos y de otra naciones se hicieron discípulos suyos. Y Pilato lo condenó a ser crucificado y a morir.
Pero los que se habían hecho discípulos suyos predicaron su doctrina. Contaron que se les había aparecido tres
días después de su crucifixión y que estaba vivo. Quizás era el Cristo sobre el que habían dicho cosas
prodigiosas los profetas.
Agapio, Hitoria universal.
EL TESTIMONIO SOBRE JESUS EN LA VERSION DE MIGUEL EL SIRIO.
Por esta misma época, vivió Jesús, hombre sabio, si es que puede llamársele hombre. Porque era autor de
obras gloriosas y maestro de verdad. Y muchos entre los judíos y entre las nacioes se hicieron discípulos
suyos. Se pensaba que era el mesías
Miguel El Sirio, Crónica.
EL TESTIMONIO SOBRE JESUS EN VERSION DE SAN JERONIMO.
En esta época vivió Jesús, hombre sabio, si es que se le puede llamar hombre. Efectivamente, era el autor de
hechos admirables y maestro de los que reciben libremente la verdad. Además, muchos, tanto entre los judíos
como entre los gentiles, se hicieron discípulos suyos, y se creía que era el Cristo
( San Jerónimo, De viris illustribus.)
LA MUERTE DE JESUS EN EL TALMUD
La tradicíon refiere: la víspera de pascua colgaron a Jesús. Un heraldo fue delante de él durante cuarenta días
diciendo: Será lapidado por haber practicado la magia y haber engañado y extraviado a Israel. Que los que
conozcan algún medio de defenderlo vengan y atestigüen en su favor. Pero no hubo nadie que atestiguaran en
su favor y por eso se le colgó la víspera de pascua.
B.T.B., Sanhedrín 43 a.
1.4. Las Fuentes Cristianas
Hasta el presente, la colección de documentos resulta muy pobre. En realidad, es el ambiente cristiano el que
ofrece más textos relativos a Jesús. Se distingue generalmente la literatura canónica, es decir, aceptada como
normativa por la tradición cristiana y la literatura no canónica, compuesta de documentos que no forman parte
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del Nuevo Testamento, como los evangelios apócrifos.
LAS FUENTES BÍBLICAS.
En los textos del Nuevo Testamento, los Evangelios son los que más llaman la atención del historiador que
busca a Jesús. Desde luego, tambien los Hechos de los apóstoles y las cartas tienen su importancia ya que
pueden ayudar a comprender menjor a Jesús de Nazaret, bien directamente por los datos que ofrecen, bien
indirectamente por el estudio de los comportamientos cristianos.
Los cuatro evangelios datan de la segunda mitad del siglo I. Marcos fue escrito hacia el año 68, Lucas hacia el
80, Mateo entre el 85 y el 90. En su redacción definitiva, son todos ellos posteriores a las cartas de Pablo que
se extienden por un período que va desde el 51 hasta la muerte del apóstol, hacia el 67 . Los Hechos de los
apóstoles fueron escritos por Lucas, el autor del tercer evangelio; formaban el segundo tomo de su obra; se les
fecha hacia el año 80.
Problemas Criticos
Todos los escritos del Nuevo Testamento plantean problemas de crítica literaria e histórica muy conocidos por
los especialistas. Los que suscitan los evangelios no son menores. La historia de la formación de los
evangelios acompaña a la historia de las comunidades cristianas del siglo I. Estos relatos sobre Jesús son la
expresión literaria de unas comunidades de creyentes que se refieren a su Señor Jesús. Las comunidades que
lo recogen tienen ya cierta extensión geográfica: Mateo escribió sin duda para las comunidades
judeo−cristianas de Siria; Marcos para los creyentes de origen pagano y de cultura helenista. Con los
evangelios, por tanto, no nos encontramos ya en la fuente, en el punto cero de la historia cristiana; hay ya una
tradición de varias decenas de años, y es ya importante su expansión geográfica.
De Jesus A Los Evangelios
La reconstrución del camino que lleva de Jesús alos evangelios se resume esquemáticamente de esta forma:
• Las primeras predicaciones de los apóstoles se centraban en el hecho de la muerte y de la resurrección de
Jesús. A esas predicaciones se le da el nombre de Kerigma ( del griego Kerygma= proclamación), que está
hecho de fórmulas lapidarias. Muerte de Jesús, resurrección, don del Espíritu, perdón de los pecados,
llamada a la conversión: son los temas principales. Se encuentran fácilmente huellas de este kerigma en los
mismos textos evangélicos, en las cartas de Pablo y en los Hechos ( por ejemplo: 16, 6; 1 tes 1, 10; Hch 2,
22−24.36 )
• El relato de la pasión debió formarse muy pronto. Era necesario recordar la muerte del Señor para vivir de
la presencia del resucitado: La presencia del resucitado no puede expresarse sin el memorial de su muerte,
pues la muerte de Jesús es precisamente la que hace brotar la palabra viva del resucitado. En la redacción
definitiva de los evangelios, el relato de la pasión ocupa un lugar muy importante, bien definido por los
exégetas.
• La proclamación atraía continuamente a nuevos discípulos y fue necesario eleborar una enseñanza
profunda. Muy pronto se formaron pequeños conjuntos de palabras o de hechos (relaros de milagros, de
exorcismo) del Señor. Estas pequeñas colecciones acompañaban a toda la vida de la comunidad, servían de
apoyo a la enseñanza, a la actividad litúrgica y favorecían la elaboración de una regla de vida común, etc
• La formación de conjuntos mayores que agrupaban estas pequeñas colecciones llevó progresivamente a la
formación de los Evangelios. ¿ Por qué hubo que llagar a estos relatos que iban alineando seguidamente la
infancia, la vida pública, la pasión y la resurección de Jesús? Por varias razones; la más decisiva fue la
necesidad de pasar a la historia, de alejarse de los comienzos sin destruir la relación con Jesús de Nazaret.
Los evangelios ofrecieron un relato fundador que permitió a los cristianos alejarse de los orígenes sin
producir fracturas que habrían podido destruir la originalidad de su movimiento. En el momento de
desaparecer la primera generación de creyentes, cuando la expansión geográfica tomaba la amplitud que
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conocemos, la formación de relatos sobre Jesús garantizaba un porvenir a la buena nueva. Evitaba que los
creyentes llegaran a celebrar a su Cristo como a un filósofo o un sabio, del que se habrían consevado, por
ejemplo, tan sólo unas cuantas máximas bien acuñadas. La gran importancia concedida a la pasión y muerte
del Señor evitaba que la fe cristiana se limitar a a perspectiva de los grupos entusiastas tan conocidos en el
mundo helenístico, que vivían con la conciencia de una salvación celestial, ya totalmente da. El relato
evangélico recordaba que la salvación cristiana seguía estando irremediablemente ligada a la cruz de Cristo.
Seguía anclada en la historia, a la que acompañaba hasta el retorno (parusía) definitivo del Señor.
El Género Literario Evangelio
Los relatos evangélicos son pues relatos sobre Jesús que garantizan la verdad de la proclamación de la
salvación cristiana a las generaciones sucesivas. El historiador debe tener en cuenta este género literario. No
puede utilizar los evangelios como ducumentos que tangan la primera y única finalidad de acumular datos
biográficos exactos sobre el profeta de Nazaret. Su investigación sobre Jesús no puede prescindir de todo un
procedimiento en el que han de utilizarse todos los numerosos instrumentos críticos que ha forjado la
hitoriografía contemporánea.
LAS FUENTES NO BÍBLICAS
Fuera de los textos del Nuevo Testamento, hay toda una serie de documentos que la tradición cristiana no ha
reconocido como fundadores y normativos. Estos documentos, llamados apócrifos, es decir, ocultos, forman
las fuentes no canónicas. Hay evangelios, Hechos, cartas y apocalipsis. Los evangelios pueden dividirse en
tres grupos :
• Evangelios judeo−cristianos: desgraciadamente, los conocemos sólo por citas que de ellos hacen los padres
de la iglesia. Existían el Evangelio de los hebreos, el Evangelio de los ebionistas, el evangelio de los
egipcios. Con la pérdidacasi total de estos documentos, desaparece una fuente de primer orden para el
conocimiento de los ambientes judeo−cristianos. Un buen fragmento de un Evangelio de Pedro se encontró
en el siglo XIX; se refiera a la pasión y la resurección; pude asimilarse al grupo, de evangelios
judeo−cristianos y se le fecha en la primera mitasd del siglo II.
• Evangelios más tardíos. Una serie de evangelios escritos desde el siglo II al siglo VI y más tarde todavía,
presenta cierto interés para el estudio histórico de los ambientes que los vieron nacer. Pero son de poca
utilidad para el historiador del siglo I. El Pronto−evangelio de Santiago, del siglo II. Se refiera a la infancia
de Jesús; recoge incluso cosas anteriores a los relatos de Lucas y de Mateo, interesándose, por ejemplo, por
la infancia de la Virgen María. En contramos en él varios datos que todavía perduran en la piedad popular:
el nombre de los parientes de la Virgen, el nacimiento de María, su infancia, su presentación en el templo
en donde se educó.
• Escritos gnósticos. Algunos libros gnósticos llevan el nombre de evangelios. Los descubrimientos de textos
gnósticos hechos en 1945 en Nag Hammadi (Egipto) permiten un estudio profundo de la litaratura. El
Evangelio de verdad, el Evangelio de Felipe, el Evangelio según Tomás son ahora bien conocidos. Este
último se presenta bajo la forma de 114 palabras o frases de Jesús. Plantea al historiador el difícil problema
de los agrapha, es decir, de las palabras no escritas de Jesús. Algunas palabras del Evangelio según Tomás
podrían reflejar efectivamente tradiciones muy antiguas que no recojen la tradición sinóptica o joánica.
EL EVANGELIO SEGÚN TOMÁS.
Se observarán fácilmente, en este extracto del evangelio de Tomás, los puntos comunes con la tradición
evangélica:
Jesús dijo: ¡ Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de los cielos! Jesús dijo; El que no odie a su padre
y a su madre, no podrá hacerse discípulo mío, y (el que) no odie a sus hermanos yhermanas y no lleve su cruz
como yo, no será digno de mí. Jesús dijo. El que conoce el mundo ha dominado un cadáver y, si uno ha
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dominado un cadáver, de ése no es digno el mundo. Jesús dijo: El reino del Padre puede compararse con un
hombre que tenía una buena semilla, su enemigo llegó de noche y sembró cizaña po encima de la buena
semilla; el hombre no les dejó arrancar la cizaña y les dijo:
No sea que arranqéis la cizaña y arranquéis el trigo con ella; el dia de la cosecha, aparecerá también la
cizaña, se la arrancará y se la quedará.
Palabras 54−57, en J.E. Ménard. L'évangile selon Thomas.
Las palabras no escritas de Jesús , o agrapha
La palabra agrapha quiere decir no escritos. Con ella se entienden las palabras no escritas de Jesús, o sea, las
palabras consignadas de hecho en otros libros distintos de los cuatro evangelios canónicos. Existen agrapha en
Pablo (1 Cor 7, 10), en los Hechosde los apóstoles (20,35), pero también en el Talmud, de los padres de la
iglesia, en los textos gnósticos y ahsta en algunos autores musulmanes. El número de estos agrapha es
importante. Joachim Jeremias ha emprendido su estudio sistemático: conseva sólo 21 que podrían ser
auténticos.
UN AGRAPHON AUTÉNTICO.
En su libro Palabras desconicidas de Jesús, J. Jeremias considera como posiblemente auténtica esta palabra de
Jesús que aparece en el Evangelio de Tomás (palabra 82), en Orígenes y en Dídimo:
Quien está cerca de mí está cerca del fuego; y quien está lejos de mí, está lejos del reino.
J. Jeremías, Palabras desconocidas de Jesús.
1.4.1. La Humanidad de Jesús en los Evangelios
Cristo, Hijo del Hombre
El tema es amplísimo; yo diría que inabarcable. Sólo pretendo dar una mirada general a la persona humana de
Jesús que la revelación evangelica nos muestra, con una lectura literal, es decir, sin entrar en detalles
exegéticos.
Uno de los nuestros:
Comienzo por observar la genealogía de Jesús que nos muestran Mateo y Lucas, distintas, pero no distantes,
porque en el fondo quieren revelarnos una misma realidad teológica: Jesús fue uno de los nuestros. Estas
genealogías, lejos de tener un sentido rigurosamente histórico (siendo verdaderas), buscan una intención
catequético−teológica: Demostrar que la encarnación de Dios ha sido absolutamente radical, por cuanto ha
entrado en la historia del hombre tal y como ésta es, asumiendo la raza humana con todas sus miserias,
pobrezas, pecados; con toda su realidad. S. Ireneo, a propósito de un comentario sobre la Redención, señaló
que la única forma que tenemos de deshacer un nudo, es haciendo el mismo recorrido de la cuerda, pero a la
inversa, pasando por el mismo lugar, pero en sentido contrario. Pues algo semejante ocurre con la
Encarnación: en los comienzos, un hombre, Adán, siendo hombre quiso ser Dios y, buscando la vida ( en un
árbol), encontró la muerte para todos. Con Jesús, Dios, siendo Dios , se ha querido hacer hombre y , buscando
la muerte (en un árbol), ha encontrado la Vida para todos.
Pero lo que realmente conmueve nuestro interior, llenando el corazón de alegría y gozo, es constatar que
Jesús, en su encarnación, ha llegado hasta la miseria última de cada hombre. Yo lo comparo siempre a una
pirámide invertida, en la que Jesús ha ido a ocupar el último puesto; ya nadie puede estar por debajo de Él.
10
Ültimo pursto − como dirá el hermanito Charles de Foucauld − que nadie le podrá quitar; Jesús ha descendido
hasta los infiernos (o sea, hasta la realidad de la muerte y hasta toda realidad de muerte), dice el Símbolo de
nuesta fe. No hay pobreza mayor, sufrimientomayor, realidad mayor de destrucción que la conocida por Jesús,
asumida y redimida por su muerte y resurrección. Sólo así podía, al ascender en nuevo al Padre, llevar tras de
sí a Todo hombre, sin que nadie quedara por debajo de Él. Porque un solo pecado que Él no hubiera hecho
suyo, hubiera quedado sin redimir y sin posibilidaad de un verdadero perdón. Así, Jesús, que no hizo alarde de
su categoría de Dios, sino que despojándose de su rango, se hizo pasar por uno de tantos y, asumiendo nuestra
condición de esclavos, descendió hasta la muerte, y una muerte de cruz; POR LO QUE DIOS LO
RESUCITÓ, LO EXALTÓ (como dice el himno de la Kénosis de Flp. 2), vuelve a colocar esta pirámide en su
forma original: Ël como cabeza de toda creatura, primogénito sentado a la derecha del Padre, Rey y Señor y
Salvador nuestro.
Jesús comparte hasta el extremo la condición humana:
• ¿Nos hemos dado cuenta de que Jesús desciende, no sólo de hombres y mujeres santos, sino también de
pecadores?. Veamos las genealogías de Mareo y Lucas, que no ocultan ninguno de los personajes que se
encuentran en la ascendencia de Jesús, por pecadores que fueran.
Abrahan engendró a Isaac, éste a Jacob
Recordemos la historia deJacob: un hombre taimado que engaña a su padre −ayudado por su madre− para
recibir la primogenitura (Gn. 27).
Jacob enjendró a Judá y sus hermanos. Judá, de Tamar, engendró a Farés y Zara
Recordemos también la oscura historia de Tamar, nuera de Judá que , deseando vengarse de él, se prostituyó
cometiendo incesto, incesto del que nacerían Farés y Zara, dos ascendientes de Jesús (Gn. 38).
Farés engendró a Escom, éste a Aram, éste a Aminadab, éste a Naasón, éste a Salomón y Salomón, de Rajab,
a Booz
Sabemos que Rajab era una prostituta, pagana, y de ella nace Booz.
Booz engendró de Rut a Obed.
También Rut, siendo mujer honrada, era una extranjera y será interesante señalar que la Ley prohibía el
matrimonio con las extranjera, para evitar la tentación de pasarse a la religión pagana.
Obed engendró a Jesé, y Jesé al rey David
Y qué decir del rey David, pecador y creyente, con pecados realmente serios: homicidio y adulterio.
David engendró dela mujer de Urías, a Salomón
El evangelista ni siquiera deisimula este adultario; en vez de decir David engendró de Betsabé a Salomón,
señala explícitamente de la que fué mujer de Urías.
Si, ciertamente en la ascendencia de Jesús hay experiencia de pecado y experiencia de la elección de Dios
también sobre estos pobres hombres y mujeres pecadores; una historia de salvación hecha con creaturas
débiles, limitadas, pobres, pequeñas, con dudas, cobardías, equivocaciones, ambiciones, pecados pero
creaturas en quienes Dios manifestó su fuerza, su misericordia, su amor para con toda miseria humana,
transformándola por el Amor encarnado. No escogió Dios para salvar a la humanidad a los que valían y creían
11
poder confiar en sus propias fuerzas, sino que escogió loque no valía y que en su probeza necesitaba que la
salvación le viniera de Otro, porque sólo quien se sabe necesitado deja trabajar a Dios.
Dios, encarnándose en esta nueva historia, nuestra rtealidad de seres necesitados, se hace accesible a nosotros,
se ha puesto a nuestra altura, constituyéndose en el único Dios que los hombres podíamos aceptar, un Dios
kenótico, abajado, humillado, Encarnado.
• La comcepción de Jeús se dá con las señales, incluso exteriores, propias de toda maternidad (Mt. 1, 18−19;
Lc. 2, 5−6).
• Que Mt. y Lc. Coloquen el nacimiento de Belén de Judá, en el corazón de un país ocupado, humillado y
oprimido por la tiranía romana, en un establo maloliente, y no lo situen en la capital del reino, en Jerusalén
y en el Palacio como residencia real (heredará el trono de David, su Padre, le dirá el ángel a María) rodeado
de cortesanos sirvientes y no de animales, es importante, muy importante porque, independientemente de si
fue o no fue así se está queriendo significar que Dios ha escogido lo pobre y pequeño de nuestra historia
(aquel lugar de nuestra vida al que nadie se acerca porque huele mal), para nacer, para hacerse presente; ha
escogido un lugar despreciable para ESTAR CON NOSOTROS. Significa, sencillamente, que no ha tenido
asco de nosotros.
• Al nacer es envuelto en pañales, como cualquier otro niño (Lc. 2, 6−7.12) y visitado por unos pastores,
pobres, incultos; es decir, que Lucas señala como los primeros testigos de esta Buena Noticia a gente
sencilla, pequeña, que trabajaba en uno de los oficios mal considerados en Israel.
• Comparte la costrumbre judía de ser circuncidado al octavo día de su
nacimiento y ser posteriormente presentado en el Templo (Lc. 2, 22 s).
• Desde su mas tierna infancia conoce Jesús lo que significa exiliarse de su tierra natal, tener que huir de la
persecución (Mt. 2, 13−18) y no sólo de pequeño: también de mayor tendrá que esconderse para no ser
apedreado (Jn. 8,59; Cf. Mc. 3, 6−7; Mt. 12, 14).
• Se dan en él los crecimientos propios de la adolescencia (crece, se fortalece en gracia, sabiduría, etc. Lc. 1,
80; 2, 40).
• Es bautizado, como tantos otros, por Juan (Mc. 1, 9), con un bautismo de penitencia por el pecado, hecho
que resultará escandaloso desde el principio para la fe cristiana (Cf. Mt. 3, 13−17; Lc. 3, 21−22; Jn. 1,
31−34). ¿Somos conscientes de que Jesús se situa en el lugar más bajo del planeta?. Podía parecer una
tontería, pero tiene su interés: el Himalaya es el lugar más alto (8.840 m.); el más bajo, el mar Muerto (a
398 m., por bajo del nivel medio del mar en el Mediterráneo). Resulta tremendamente significativo que
Jesús (el Hijo de Dios) marche al lugar más bajo de la tierra (hasta geográficamente hablando) y se coloque
en la cola de los pecadores para recibir un bautismo de conversión que por otro lado, no necesitaba en
absoluto. ¿Cómo no ver aquí una nueva kénosis de Jesús por Amor a nuestra indigencia, hecho uno de
nosostros, compartiendo hasta nuestra misma necesidad de conversión. Es por ello por lo que el Padre, en
ese profundo momento de humullación, se pronuncia abiertamente proclamándolo el Hijo amado y rogando
la escucha para él ya que en él tiene puestas todas sus complacencias.
• Jesús es tentatado como cualquier otro hombre, con tentaciones típicamente humanas (Mt. 1, 11):
− Cambiar la propia historia personal, la propia realidad.
− Buscar el prestigio, el triunfo y la fama, el reconicimiento
popular.
−Ser Ambicioso, posesivo, tentación de las riquezas, dar culto
a los ídolos.
12
• Tiene una familia bien conocida (Mc. 6, 1−3; 3, 31).
• Participa en la alegrias humanas asistiendo a bodas (Jn.. 2,1−11) banquetes (Mc. 2, 13 s; Mt. 11, 16−19),
haciéndose cercano a la gente, siendo tachado de comilón y borracho (Mt. 11, 19).
• Se alegra con la elegría de los discípulos en el éxito de la misión apostólica (Lc. 10, 17; Jn. 3, 29).
• Sabe vivir la amistad con recaudadores y descreídos ( gente mal vista, Mt. 11, 19 ), autoinvitándose a
comer en una casa ( Lc. 19, 1−6 ), así como sabe amar ( Jn. 11 ), y construir amistades profundas ( Lázaro,
Marta, María.Lc. 10, 38−42 ).
• En ocasiones, sus actitudes, gestos y palabras sirven de escándalo, y lo consideran poco menos que como
un loco , por lo que será rechazado y no acogido por los de su tierra ( Mc. 3, 31; 6,1−5) y, a veces,
rechazado sólo por su condición de judío ( Mt 13, 53−58; Lc 9, 51−56 ).
• Experimenta también lo que es vivir sin techo donde cobijarse, extuesto al frío, al calor, a la lluvia, al
viento (Lc. 9, 58 ).
• Se rodea de un grupo humanamente pobre, con devilidades, limitaciones y torpezas para seguirle
(limitaciones y debilidades típicamente humanas: Pedro, hombre violento, hijo del trueno, cobarde;
Santiago y Juan, rivalizando por los primeros puestos; Tmás, desconfiado, incrédulo, huidizo; Judas,
avaricioso, tridor, con doblez de corazón).
• Sabe elogiar las fiestas entre amigos (Lc. 15, 6).
• Come con pecadores (Mt. 9, 10−13).
• Se deja besar, acariciar, ungir (Mc. 14, 3−10; Jn. 12, 1−6; Mt. 26, 6−13; Lc. 7, 36−50).
• Abraza, acoge, bendice (Mc. 10, 16).
• Sirve como el último haciendo un trabajo homillante (sólo para esclavos) (Jn. 13, 1−15).
• Comparte con nosotros la debilidad física, psicoógica y afectiva (y la limitación humana en las fuerzas, en
la mente, en el corazón):
• Siente hambre tras haber ayunado (Mt. 1, 2; Mc. 11, 12), y sed tras el camino recorrido (Jn. 4, 3s.; 19,
28s. ).
• Conoce la limitación humana de la ignorancia (Mc. 9, 21−33; 10, 36; 13, 32; 10, 51; Mt. 20, 32).
• Camina por los caminos de Palestina (Mc.5,30) y se fatiga también como todo hombre (Jn. 4, 6)
• Se entristece y llora cuando contempla la muerte de un ser querido (Jn. 11, 33−35) o la perdición de
su propio pueblo por la oscuridad y cerrazón en la que viven (Lc. 19, 4−44; Lc. 23, 26−32).
• Experimenta la ira en situaciones indignas (Jn. 2, 15s. ; Mc. 8, 11−13; Mc. 11, 15−19; Mt. 23; Mt. 21,
12−17) y el enfado (Mc. 10, 14).
• Se lamenta por la tierra que ama ( Lc. 19, 41−44 ) y le ha visto nacer.
• Se compadece de la muchedumbre ( Mt. 9, 35−38 ).
• Tiene ciertas preferencias ( Jn. 13, 23; Mc. 9, 2−8; Mt. 17, 1−8; Lc.9, 28−36 )
• Necesita de la compañía de otros en su oración y agonía, mendigando el apoyo afectivo y la
solidaridad espiritual (Mt. 26, 36−46; Mc. 14, 32−42 ).
• Tiene un corazón realmente afectivo ; no blandengue o sentimentaloide, sí humano: se siente a gusto
con los niños y pequeños, se compadece de los enfermos y necesitados, sabe vivir la ansiedad por las
cosas urgentes (Lc. 22, 15 ); en la última cena llama hijos mios a sus torpes discipulos ( Jn. 13, 33 ) y
todo el discurso de despedida estará plagado de expresiones de ternura, comprensión, afecto, cariño,
incluso preocupación por los suyos hasta el olvido de sí mismo (en la orción ).
• Vive en su persona la trágica realidad de una sucia traición, con un gesto taan humano como un beso
(Jn. 18; Mt. 26; Mc 14; Lc.22 ).
• Es buscado, detenido y apresado en la noche por guardias armados, como si de un violento salteador
se tratara ( Mt. 26,47−50 Mc. 14, 10−11).
• Conoce la negación de sus íntimos y el abandono de todos, hasta de su Padre ( Mt 26, 69−75; Mc. 15,
66 ).
• Vive la simulación de un juicio injusto, recibiendo una injusta condena, y experimentando lo que
significa que otro sea preferido en su lugar (Mt. 26, 57−68; Mt 27, 20−21 ),siendole negada la
posibilidad de libertad (siendo canjeado por un verdadero salteador).
• Es desnudado, abofeteado, azotado, ultrajado; sirve de mofa y burla. (Mt. 26, 27 ss. ).
13
• Es rechazado por su propio pueblo, el mismo que el domingo de ramos le aclama y la misma gente
entre quienes ha obrado toda clase de milagros y ha pasado haciendo el bien ( Jn. 19, 14−16 ).
• Necesita ser ayudado por otro para llevar su propia cruz ( Lc.23,26 ).
• Sirve de lástima y compasión; es motivo de lamento ( Lc.23,27 ).
• Sufre en su cuerpo el horroroso suplicio reservado en Israel para los malhechores, asesinos y
malditos de Dios ( Mt. 26,27−50 ).
• Experimenta en su propia carne la miseria máxima del hombre, venida como consecuencia del pecado
(Rom. 5,12 ) y que es fuente de esclavitud constante.
• Y hasta su misma muerte ha sido un compartir, en la totalidad, la dolorosa experiencia del fracaso
humano (Jn. 19; Mt. 27 ).
• Su muerte es comprobada jurídicamente por un encargado oficial ( Mc. 15, 44 ) y , por si pudiera
quedar alguna duda, uno de los soldados atraviesa su corazón con una lanza ( Jn. 19, 34 ).
• S u cuerpo es enterrado en un sepulcro ajeno, prestado ( Mc. 15, 42−47).
En la culura hebrea el estar con niños, enfermos o pecadores, no era precisamente motivo de elogio; en
muchas ocasiones era motivo de todo lo contrario. Y Él se acerca a ellos, los ama, los bendice, los perdonaNo
indaga, no violenta simplemente está, cura, sana, ama, a cada uno como cada uno es, sin la necesidad de
cambiar para ser amado. Tiene un corazón de hermano, de amigo, de madre; conoce el dolor de un padre
cuando el hijo abandona el hogar con la herencia, y sabe describirlo en una parábola con toda clase de
detalles; conoce también la preocupación y búsqueda del pastor que ha perdido de su rebaño a la oveja torpe,
traviesa, débil y testaruda Comprende el sufrimiento de una viuda que ha perdido al hijo e, incluso,
comprende la preocupación de un centurión que tiene el criado enfermo.
Es capaz de estremecerse por la fe de un pagano (Lc. 7,9) y de comtemplar con cariño a quien desea seguirle a
pesar de sus impotencias (Mc. 10, 21). Puede imaginarse y lamentarse por la falta de fe del pueblo (Mc, 9.19);
dolerse por la ingratitud de los nueve leprosos curados (Lc. 17, 17), preocuparse por las necesidades
materiales de sus apóstoles (Lc. 22, 35); incluso angustiarse ante lo que les puede ocurrir (a los apóstoles),
cuando él se vaya.
1.5. Las Fuentes Musulmanas: El Corán
Las azoras del Corán que hablan de Jesús plantean al historiador la cuestión de las fuentes con las que se
relacionan esas azoras. Muchos elementos relacionados con Jesús, el hijo de María, ofrecen realmente
estrechos parentescos con, los evangelios apócrifos, como el Protoevangelio de Santiago o el Evangelio del
Pseudo−Mateo. El corán conoce por ejemplo el episodio de los pájaros de barro: Os haré con barro algo que
gtendrá como el aspecto exteriopr de un pájaro; luego soplaré sobre él y se convertirá en un pajaro con el
permiso de Dios (Azora 3, 49). Pues bien, el episodio del niño Jesús modelando pájaros de barro se encuentra
en el evangelio del Pseudo−Mateo.
El Corán conoce la natividad de María, cuenta su infancia, tomando así las cosas mas allá de los evangelios
canónicos de la infancia, como lo hacía ya el Protoevangelio de Santiago. Conoce los personajes de Zacarías y
de Juan, habla de la anunciación, de la natividad de Jesús, hijo de María sin la intervención de un padre. La
vida pública de Jesús, la elección de los discípulos, el mensaje anunciado: de todo ello ,se habla en el Corán.
La muerte de Jesús presenta cierta analogías con la presentación que de ella hacen las literaturas gnósticas,
según las cuales Jesús no fue realmente crucificado.
Los textos del Corán sobre Jesús plantean el problema, ya suscitado de los agrapha y de la eventual
autenticidad de algunos de ellos. Lo ciertoes que la imagen global que da el Corán de Jesús interesa ante todo
a los que se preocupan por los primeros siglos y por los ambientes con los que estuvo en contacto Mahoma. El
historiador en busca de datos sobre el ambiente palestino a comienzos de nuestra era, en el que vivió Jesús,
tendrá que acudir a ptras fuentes.
14
LA MUERTE DE JESÚS SEGÚN EL CORÁN.
Ellos dicen: ciertamente, nosotros hemos matado al mesías, Jesús, hijo de María, enviado de Dios; pero no
lomataron ni crucificaron sino que a ellos se lo pareció. Quienes discuten y están en duda a cerca de Jesús no
tienen conocimiento directo de él: siguen una opinión, pues cietamente no lo mataron.
Azora 4, vers. 157, cit. en J. Jomier.
II.− LA CONFESIÓN MESIÁNICA DE JESÚS
2.1. ¿Qué dice Jesús de sí mismo ?
Estudiaremos a continuación la propia prueba de la autenticidad de la humanidad meseánica de Xto.
Que dice Jesús defendiendo su divinidad....
Analizamos...
Jesús para deignarse a sí mismo usa un nombre raro, sorprendente : hijo del hombre. Título de cuyo uso por
parte de Jesús no cabe duda alguna, ya que en los evangelios aparece sólo en sus labios. La única excepción lo
confirma : Jn 12, 34 es una cita de lo que Jesús ha dicho.
El uso especial de este título procede de Dan 7.
En ciertas ocasiones Jesús, al aplicarse este título, expresa su convicción de tener que cumplir la misión
gloriosa del hijo del hombre anunciada por Daniel.
Con el título, pues, de hijo del hombre, Jesús junta en un solo hombre y en una sola persona, en sí mismo, las
dos ideas contradictorias que el judaísmo se había hecho del mesías : el siervo de Yavé humillado y sufriente,
y el hijo del hombre celeste y glorioso.
Este título nos sugiere en plenitud el misterio de Jesús.
Jesús se atribuye en otras ocasiones un cáracter trascendente, divino. El momento más solemne es la confesión
ante el Sanedrín. San Lucas es el que mejor ha expresado el sentido de la pregunta del sumo sacerdote y de la
respuesta de Jesús. Aquél pregunta si se confiesa mesías, a lo que Jesús responde con la evasiva pero afirmado
por su carácter trascendente : estará sentado a la derecha de Dios. El sumo sacerdote entiende esto como una
afirmación de divinidad y de igualdad con Dios, y pregunta : Luego eres tú el Hijo de Dios ? Jesús confirma
que la interpretación dada por ellos a sus palabras era exacta : Vosotros lo decís, yo soy (Lc. 22, 66−71). El
momento es solemne. La consecuencia de su afirmación es la condenación a muerte.
Afirma una relación especialísima con Dios. Esta relación se define como superior se define como superior
incluso a la de las más eminentes figuras del Antiguo Testamento, como parece en la parábola de los
viñadores, en la que Jesús se designa ciertamente a sí mismo como el hijo amado, heredero, distinto de todos
los siervos anteriores, enviados por Dios (Mc. 12, 1−12) ; se enfrenta a la ley, a Moisés (Mt. 5, 21−48) ;
superior a Jonás y Salomón (Mt. 12, 38−48) ; superior a los profetas (Mt. 13, 16−17) ; superior a Jacob (Jn. 4,
12−14) ; superior a Moisés (Jn. 5, 31−35) ; superior y anterior a Abrahán (Jn. 8, 52−59).
De la misma naturaleza del Padre (Concílios de Nicea, Calcedonia, Éfeso, que más adelante desarrollaremos
en el Anexo).
Jesús de Nazaret, pues, el mesías, cumple las esperanzas del Antiguo Testamento. Pero las cumple
15
corrigiéndolas, superándolas (Lc. 24, 21).
Si el pueblo judío esperaba un mesías político, liberador del pueblo, se le da en Jesús un mesías humilde. Si
esperaba un hijo del hombre triunfante, glorioso, se le da un hijo del hombre en la debilidad de la carne. Si
esperaba un liberador de la opresión política, se le da un hombre víctima del odio de sus hermanos y de la
misma opresión.
Pero si esperaba un puro hombre, se le da un Hijo de Dios, Dios como el Padre, dios hecho hombre.
2.2. ¿Qué dicen los apóstoles de él ?
La existencia histórica de Jesús de Nazaret, unida a la pervivencia actual de su comunidad, plantea a todo
hombre consciente, es decir al hombre que entre las ocupaciones del mundo y los placeres de la vida tenga
aún un rincón para la sensibilidad religiosa, el problema de Jesús : ¿Quién era aquel hombre ?
Es la misma pregunta que Jesús plantea a sus discípulos : ¿Quién dicen los hombres que es el hijo del
hombre ? Y vosotros : ¿Quién decís que soy yo ? (Mt. 16, 13 ). Para unos, hoy como entonces, Jesús de
Nazaret sigue siendo un exaltado...
Para otros, hoy como entonces, Jesús es el Hijo de Dios vivo, dando la expresión Hijo de Dios todo su
alcance. Esta respuesta sintetiza la fe de la Iglesia.
La vida de todos los hombres lleva en sí el sello del misterio.
Jesús de Nazaret no escapa a esta ley. Toda su vida, sus palabras y su actividad, llevan el sello del misterio.
La actitud normal de la gente ante Jesús se traduce en aquella angustiosa pregunta de los fariseos : ¿Hasta
cuándo vas a tenernos en vilo ? Si eres el mesías dínoslo claramente (Jn. 10, 24).
El misterio sugerido en la vida de Jesús : nombres y títulos.
Jesús de Nazaret aparece ciertamente como profeta : ambiente profético (Lc. 1−2) ; predicación del bautista
(Mt. 11, 7−15) ; actua como profeta (Mc. 1, 14−15), desvela misterios del fin (Mt. 24), exhorta a la
conversión (Mc. 1, 15).
Sin embargo, no anuncia sólo la venida futura del reino, indica ya presencia (Mt. 11, 12 ; 12, 28 ; 12, 32 ; Lc.
17, 21 ; 23, 42−43). Esta presencia se identifica con su misma persona (Lc. 7, 23 ; Mt. 11, 6 ; Mc. 3, 22 ). No
sólo recuerda la ley, se enfrenta con ella (Jn. 5 ; Mt 5−7 ; 12,1 ;Jn 9). No anuncia el perdón de los pecados, los
perdona él mismo (Mt. 9, 1−8 ; Jn 5, 1−18).
No es simplemente trasmisor de palabra deDios destinada a los hombres: el Verbo se hizo carne y habitó entre
nosotros (Jn. 1, 14; Cf. Heb. 1, 1−2).
Muchos contemporáneos de Jesús le reconocen como el hijo de David (Cf. Mc 10,47 s. ; Mt. 21, 9).
Personalmente Jesús no se designa a sí mismo con este título. Tampoco lo rechaza (Cf. Mt. 9,27−29).
Jesús no usa nunca este título.No lo rechaza sino que lo corrige.
Ante Pilato, acusado de atribuirse la dignidad de mesias rey. Ante el Sanedrín, Jesús afirma que es el mesias,
pero corrigiendo la idea ordinaria existente entre los judios: Te conjuro por Dios vivo que me digas si tu eres
el mesias.
16
−Tu lo dices (Mt 26, 62−64).
−Y yo os digo que un día veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del poder y venir sobre las nubes del
cielo(Mt 26, 64).
El pensamiento de Jesús rechaza la explicación terrena y política que el Judaísmo había dado al título.
2.3. Sus Obras demuestran su divinidad.
En este apartado intentaremos sintetizar los hechos (sus Obras) mediante los cuales se nos revela la realidad
divina o naturaleza mesiánica de Cristo. Son Obras por las cuales Cristo no busca como último fin el de
demostrar su superioridad o su plano superior, o simplemente el ser Hijo de Dios, sino para abrir los ojos y
manifestar un cumplimiento de la Promesa al pueblo de Israel que desde hacia tantísimo tiempo se estaba
esperando y que tanto habían profetizado los Profetas....
2.3.1. Los Milagros.
Todo el mundo conoce algún milagro de Jesús, es por eso que superficialmente reconozcamos su divinidad
por este hecho.
Claro está, que el más grande de los milagros es su propia resurrección (a la que dedicamos un apartado
completo en este trabajo centrandose sólo en su parte de revelación), pero hemos querido dar una idea global
de lo que fueron estos milagros.
A continuación, presentamos un trabajo de s´ntesis realizado sobre la base de los evangelios sinópticos y el de
Juan :
SAN JUAN
CITAS
2, 1−11
4, 46−53
5, 1−9
6, 1−13
6, 16−21
9, 1−7
11, 1−46 resucitó a Lázaro
20, 1−10
20, 11−18
20, 19−29
21, 1−14
PERSONAJES
María en la sinagoga
un cortesano e hijo
un paralítico
pueblo de Israel
Pedro y sus marineros
un ciego
Lázaro y su familia
los que lo untan de acites
María Magdalena
discípulos
marineros
SUCESOs
cambio del agua por el vino
curación del hijo de un cortesano
hacer caminar un paralítico
1ª multiplicación de los panes
Jesús camina sobre las aguas
dió la vista a un ciego
personajes
un leproso
sucesos
le quita la enfermedad
centurión y su siervo
le cura
la suegra de Pedro
le quita la fiebre
sepulcro vacío
aparición a Mª Magdalena
aparición a los discípulos
aparición en el mar de Tiberíades
SAN MATEO
citas
8, 1−4
8, 5−13 le quita la enfermedad al
siervo
8, 14−15
17
8, 23−27
8, 28−33
9, 1−13
9, 18−26
9, 27−30
9, 32−33
12, 22−23 le devuelve la vista, el
habla y le quita la posesión
14, 13−23
14, 24−36
15, 21−28
15, 29−31
15,32−38
16, 1−4 la señal del cielo (Jonas)
17, 1−8
los discípulos
endemoniados de Gerasa
el paralítico
hija de Jairo
dos ciegos
un mudo endemoniado
17, 14−17
discípulos, un padre y su hijo
20, 29−34
28, 1−8
28, 9−20 apariciones
calma el mar y la tempestad
expulsó a los demonios
curó su minusvalía
su resurreción
recuperación de su vista
curación de su posesión
un endemoniado mudo y ciego
muchedumbre
Jesús, Pedro
una cananea
lisiados, cojos, mudos,...
multitud
fariseos y sauceos
discípulos
ciegos de Jericó
Jesucristo
discípulos y seguidores
1ªmultiplicación de los panes
camina sobre las olas
cura a su hija
curación de todos ellos
2ª multiplicación de los panes
resplandor de Jesús
curación del hijo y explicación de
endemoniado
la fe
recuperación de su vista
su resurrección
SAN MARCOS
citas
1,21−26
1,29−34
1, 40−45
2, 1−12 le delvolvió el equilibrio
3, 1−5
4, 35−40
5, 25−34
5, 35−43
6, 34−44 1ªmultiplicación de los
panes
6, 45−52
6, 53−56 curacíones en Genesaret
7, 25−30
7, 31−37
8, 1−10 2ª multiplicación de los
panes
8, 22−26
9, 14−29
10, 46−52
personajes
endemoniado de cafarnaún
lisiados, cojos,...
un leproso
un paralítico de Cafarnaún
un enfermo
discípulos
hemorroísa
hija de Jairo
sucesos
le quitó la posesión
curación de enfermos
curación de su enfermedad
le quedó reestablecida la mano
calma tempestades y tormentas
curación de su enfermedad
resurrección de la hija de Jairo
gentío
Jesucristo
enfermos en camillas
la cananea
un sordomudo
camina sobre las aguas
curó a su hija del demonio
dió habla y oído al sordomudo
gentío
un ciego
un endemoniado
un ciego
dió vista a un ciego de Betsadia
le quitó el demonio
le dió la vista a un ciego de Jericó
18
16, 1−8
16, 9−14
un ángel, Mª Magdalena
discípulos
anuncian su resurreción
apariciones ante ellos
SAN LUCAS
CITAS
4, 31−37
4, 38−41
5, 18
5, 12−16
5, 17−26
PERSONAJES
el demoniado en Cafarnaún
enfermos y poseídos
pescadores de Genesaret
un leproso
un paralítico
7, 1−10
un siervo de un centurión
7, 11−17
8, 22−25
8, 26−39
8, 40−56
9, 10−17
18. 35−42
24, 1−11
24, 35−49
hijo de una viuda en Naím
discípulos
endemoniado de Gerasa
una mujer y la hija de Jairo
gentío
un ciego
dos ángeles
los apóstoles
SUCESOS
le expulsó el demonio
curaciones y expulsiones
pesca milagrosa
curación de su enfermedad
recuperación del anda
curación de su enfermedad
sin visitarle, sólo la palabra
resurrección del hijo
calma de la tempestad
curación de la posesión
curación y resurrección
1ªmultiplicación de los panes
curación de su cegera
la resurrección
apariciones
2.3.2. Su Relación Filial.
Hablar de Dios como de un padre es una referencia frecuente en muchas civilizaciones. El hecho de que para
hablar de la intangible divinidad, los hombres recurran a imágenes de la vida terrena − un padre, una madre,
un rey, un pastor ...− es usual. No es difícil, por tanto, comprender la razón de aplicar el atributo a Dios, visto
como la fuente de la vida.
El término Padre, que evoca un lazo de gran proximidad entre Dios y los hombres, es utilizado en las
Escrituras hebreas con cierta discreción y prácticamente nunca en las oraciones.
Como todo judío practicante, Jesús conoce y utiliza las oraciones de la Biblia, los salmos (cf. Mc 15,34). Sin
embargo, cada vez que reza espontáneamente lo hace comenzando con la palabra Padre y más exactamente,
como nos lo refiere Marcos 14,36, con el término Abbá. En tiempos de Jesús existen en Palestina dos lenguas
semíticas : el hebreo, la lengua de la Biblia y de la liturgia, y el arameo, la legua hablada cotidianamente.
Dado que Abbá es el vocablo arameo que corresponde a padre, no es difícil imaginar que los discípulos de
Jesús se sintieran desconcertados al oírle dirigirse de esta manera al Dios del universo.
¿Qué ha querido expresar Jesús al llamar a Dios en su oración Abbá ? Antes que nada, este término traduce
una intimidad única. La relación entre Jesús y Dios aparece envuelta de una intimidad profunda que nos
permite hablar incluso de comunión total. Esto demuestra la parte divina del propio Hijo de Dios, Cristo.
Como ejemplo significativo de la relación filial y a su vez la naturaleza mesiánica de Cristo, nos queda como
legado la oración que Cristo nos enseñó : el Padrenuestro.
2.3.3. La Resurrección.
19
La resurrección es otra de las muestras de la naturaleza divina de Cristo.
Como decíamos antes, en el apartado de los milagros, creemos oportuno señalar este apartado como uno de
los más importantes para demostrar la divinidad de Xto.
Este apartado aunque no más extenso que los demás intentará dar una pequeña pero concisa idea de lo que fué
su resurrección en cuanto a divinidad se refiere sintetizando lo que ocurrió al tercer dia...
Sin lugar a duda el apartado se nos podria alargar muchísimo si nos adentráramos más y hicieramos un estudio
profundo, no ya sólo por la parte divina sino por la científica o cualquier análisis crítico constructivo de lo que
ocurrió...
En la Cena, Jesús acepta su muerte ; en Getsemaní vive la condición humana hasta el extremo, el miedo y la
angustia ante la muerte, el fracaso de su misión (Mt 23,32−39) y la tentación del Maligno (Mt 4,1−11) que
ahora le presenta inutilidad de su muerte .... sacrificio sin sentido aparente ... triste hasta el punto de morir.
Incluso ante el Sanedrín, cuando es interrogado por el Sumo Sacerdote, responde confesando su realidad
divina, desmintiendo así falsas acusaciones y constatando su supuesta acusación, concluye con una
extraordinaria síntesis de tres figuras bíblicas :
Veréis al HIJO del HOMBRE (Dn 7)
sentado a la derecha de Dios (Sal 110)
y venir sobre las nubes del Cielo (Dn 7).
Jesús está anunciando con esto el cumplimiento de las profecías en él.
Lo paradójico en este caso es que en Jesús confluyen armónicamente la figura de Hijo del Hombre y Siervo de
Yahvé como una auténtica realidad.
Solo el Hijo del Hombre podrá morir y resucitar mostrando su parte divina...
Esto resultará totalmente chocante para sus discípulos y seguidores :
O bien han robado el cadáver (Jn 20,2 ; Mt 28,13) o Jesús verdaderamente a resucitado....
Jesús, el Nazareno, el Crucificado, ¡ Ha Resucitado !
(Mc 16,6)
2.4. Sus Palabras demuestran una Revelación Divina.
En este apartado intentaremos exponer, basándonos totalmente en las Escrituras, concretamente en los
evangelios..., las palabras de Cristo que encierran en sí la respuesta a su realidad divina...
Estas palabras son la propia Revelación Divina....
2.4.1. La Moral.
Intentaremos adentrarnos en la Moral que Xto. nos comunicó para
20
establecer comunidad e igesia que permaneciera hasta nuestros dias.
Como muestra de esto Jesús nos dejó ciertos pasajes que nos
limitaremos a citar para observar los puntos en los que aparecen estos mensajes morales de Xto.
5. Las Bienaventuranzas.
Viendo la multitud, subió a un monte. Sentóse y se acercaron a él los discípulos. Desplegó sus labios, y les
enseñaba diciendo:
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de elos es el reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los límpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
Bienaventurados vosotros cuando os insulten y persiguan y digan falsamente todo género de maldad contra
vosotros, por causa mía. Gozaos y exultad, porque será grande vuestra recompensa en los cielos; pues así
persiguieron a los profetas que os han precedido.
Función social de los discípulos de Jesús.
Vosotros sois la sal de la tierra. Ahora bien si la sal se desvitúa, ¿con qué se la salará? Ya para nada sirve, sino
para ser arrojada fuera y ser hollada por los hombres. Vosotros sois la luz del mundo. No puede esconderse
una ciudad escondida por una montaña.
El evangelio y la ley antigua.
Principio general.−No vayáis a pensr que he venido a abolir la Ley o los prfetas. Porque os aseguro de
verdad: antes pasarán el cielo y la tierra, que se derogue una iota o un ápice de la Ley, sin que todo se
verifique. Aquel que aboliere unos de estos mandamientos más pequeños y así lo enseñare a los hombres, éste
será considerado el más pequeño en el reino de los cielos. Más quien los cumpliere y enseñare, éste será
considerado grande en el reino de los cielos.
Aplicaciones al V mandamiento.− Oísteis que se dijo a los antiguos: No matarás. Y quien matare responderá
ante el tribunal.Más yo os digo: Todo el que por una nonada se encolerice contra su hermano responderá ante
el tribunal. Y quien llamare a su hermano estúpido responderá ante el Sanedrín. Y quien la llame impío se´ra
reo de la gehenna del fuego. Por ende, si vas a prensentar tu ofrenda al altarte acordares que tu hermano tiene
algo contra tí, deja allí tu ofrenda delante del altar y ve antes a reconciliarte con tu hermano; y torna luego a
prensentar tu ofrenda. Avente pronto con tu competidor, mientras aún estás con él de camino; no sea que tu
rival al juez, y el juez al aguacil y seas arrojado a la cárcel. Te lo aseguro: No saldrás de allí, que no hayas
21
pagado hasta el último céntimo.
Al VI y IX mandamientos.− Oísteis que se dijo:no adulterarás. Más yo os digo: Todo aquel que mire a un
mujer con ojos concupiscentes, ya adulteró con ella en su corazón.
Si, pues, tu ojo derecho te es ocasión de tropiezo, arráncalo y échalo lejos de tí. Por que es preferible que
perezca uno de tus mienbros, a que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Y si tu mano diestra te es ocasión
de tropiezo, córtala y échala lejos de aquí. Poque es preferible que perezca unos de tus mienbros, a que todo tu
cuerpo sea arrojado al infierno. También se dijo: Quien repudie a su mujer, entrégele certificada de repudio.
Pero yo os digo: Todo el que repudia a su mujer, a no ser que se trate de concubinarios, la pone en trance de
ser adúltera; y quien se casare con la repudiada, comete adulterio.
Al II y VIII mandamientos.− Asímismo oísteis que se dijo a los antiguos: no perjurarás; si no cumplirás al
Señor tus juramentos. Más yo os digo: No jureís, en absoluto. Ni por el cielo pues es el trono de Dios.
Ni por la tierra pues el escabel de sus pies. Ni por Jerusalén pues es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza
jures, pues no tienes poder de tornar blanco o negro un solo cabello. Sino que diréis sí cuando es sí, y no
cuando es no. Lo que se añade de más es cosa del Maligno.
A la ley de talión.− Oísteis que se dijo:ojo por ojo y diente por diente. Más yo os digo: no te enfrentes con el
perverso. Antes bien si te abofetea con tu mejilla derecha, presentale tambián la otra. Y a quien quiere pleitear
contigo y llev¡arse tu túnica, ofrécele también el manto. Y si alguien te exige le acompañes una milla
acompáñale dos. Da a quien te pida; y no vuelvas el rostro a quien quiera pedirte un préstamo. Oísteis que se
dijo:amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Más yo os digo: amad a vuetros enemigos y rogad por
vuestros perseguidores. De este modo seréis hijos de vuestro padre que está en los cielos, el cual hace salir el
sol sobre malos y sobre buenos, y hace llover sobre justos y malvados. Poque si amáis a quien os aman, ¿qué
recompensa tendréis?¿a caso aún los publicanos no hacen esto mismo? Y si saludáis solamente a vuestro
hermanos, ¿qué cosa desusada hacéis?¿acaso no hacen esto mismo aún los gentiles? Ser, pues, vosotros
perfectos como vuestro Padre de los cielos es perfecto.
6.
Oración.− Y cuando oréis no hagais como los hipócritas. Ellos gustan hacer sus oraciones en las plazas y en
citios donde se les vea bien, más tu cuando ores, entra en tu recamara, y a puerta cerrada haz oración a tu
Padre, que esta en lo secreto. Y tu Padre, que ve lo secreto, te pagará. Y cuando oréis no os desateis en
palabras como hacen los paganos. Ellos se fighuran que por su verbosidad serán atendidos. No os asemejéis a
ellos. Bien conoce vuestro Padre lo que os hace falta, antes de que vosotros se lo pidáis.
El Padrenuestro.
Vosotros, pues oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos. Santificado sea tu nombre.
Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en cielo así en la tierra.
El pan nuestro de cada día, dánosle hoy.
Y perdónanos nuestra deudas, así como nosotros perdondamos a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en la tentación: más líbranos del maligno.
Porque si perdonáis alos hombres sus ofensas, también os perdonará a vosotros nuestro Padre celestial.
22
Mas sino perdonaís a los hombres, tampoco vuestro Padre celestial os perdonará vuestros pecados.
Anteriormente ya nos hemos basado en esta oración para referirnos a la relación filial de Cristo con Dios.
7.
Caridad. No juzgéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio que juzgaréis seréis juzgados; y con la
medida que mediréis seréis medidos.
Prudencia. No dejéis a los perros las cosas santas. Ni arrojéis perlas ante los puercos, no sea que las huellen
con sus pies, y volviéndos contra vosotros os despedacen.
Regla de oro. De consiguiente todo cuando quisiereis que con vosotros hicieren los hombres, hacedlo vosotros
también con ellos. Y con esto cumplís la Ley y los profetas.
Esfuerzo. Entrad por la puerta estrecha, porque ancha es la puerta y holgada la senda que conduce a la
perdición. Y son muchos los que por ella entran.
Cautela. Guardaos de falso profetas que vienen a vosotros disfrazados de ovejas, peor en su corazón son lobos
rapaces. Así, todo árbol bueno produce buenos frutos, y todo árbol malo los produce malos. No puede el árbol
sano llevar frutos malos y el árbol malo llevar frutos buenos.
Conclusión. Acaeció que cuando Jesús dió remate a esos discursos, lass turbas quedaron maravillas de su
enseñanza. Pues le adoctrinaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.
• El Amor.
Cristo nos da a conocer su Amor. Este Amor, en su esencia, podemos verlo perfectamente expresado en los
acontecimientos que nos ofrece el Evangelio de Juan del capítulo 13 al 17...
Mostramos a continuación unos fragmentos extraídos de los mencionados capítulos :
Juan 13, 33−35
Hijitos míos. Me buscaréis, pero como dije a los judíos a donde yo voy vosotros no me podéis acompañar. Un
mandato nuevo os doy: que os améis unos a otros como yo os he amado, así también os améis unos a otros.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si os tuviereis amor los unos a los otros, segúin el mandato
que os doy.
14, 15−17
Si me amáis guardaréis mis madamientos. Y yo rogaré al Padre y él os dará otro Consolador, que con vosotros
estará siempre: el espíritu de la Verdad. El mundo no es capaz de recibirle porque ni le ve ni le conoce.
Vosotros le conoceréis, pues con vosotros se queda y con vosotros estará.
14, 18−24
No os dejaré huerfanos vuelvo a vosotros. Quien tiene los mandamientos y los guarda ese es el que me ama..
Y el que me ama será amado por mi Padre, y yo mismo también le amaré a él. El que no me ama no guarda
mis enseñanzas. Y la doctrina que habéis oído no es mía, sino del Padre cuyo enviado soy yo.
14, 27−31
23
La paz os dejo mio paz os doy. No es como la del mundo la que yo os doy, no tengáis más el corazón
pusilánime, ya os dije que me voy y vuelvo a vosotros. Ya no me queda mucho para hablar con vosotros, pues
llega el prícipe de este mundo y bien que ndad puede contra mí, pero debe el mundo conocer que yo amo al
Padre y que procedo conforme al mandato del Padre. Levantaos; vámonos de aquí.
15, 12−17
Éste es el mandamiento mío: que os améis unos a otros como yo os he amado. Nadie tiene amor que supere a
este: dar uno la propia vida por el compañero. No os llamaré más siervos porque los siervos no saben de los
secretos de su señor, mas a vosotros os llamaré amigos ya que os he confiado todo lo que mi Padre me confió.
No me elegíteis vosotros a mí sino que os elegí yo. Esto os ordeno: amaos unos a otros.
15, 22−25
Si no hubiese venido y les hubiese hablado no tendrían pecado. Mas ahora no hay disculpa para su pecado. El
que me aborrece amí aborrece a mi Padre. Si no hubiese echo obras entre ellos cuales ningún otro hizo, no
tendrían pecado. Pero es que debe cumplirse la palabra escrita en su Ley: Sin causa me aborrecieron
ANEXO
CONTOVERSIA CRISTO−JESÚS
3.1. Introducción
Un puñado de hombres pobres, hombres normales, cobardes y débiles como cada uno de nosotros, hombres
pecadores, reconocen en los primeros años de nuestra era que otro hombre, de carne y hueso como ellos, nos
puede salvar... Y confiesan abiertamente y aún a riesgo de sus propias vidas que él es EL SALVADOR. La
pregunta no puede esperar más : ¿QUIÉN ES JESÚS DE NAZARET ? ¿Que relación guarda con él Dios ?
En definitiva, hemos llegado a la pregunta que el mismo Jesús formuló a sus amigos hace unos 2.000 años :
¿Quién dicen los hombres que soy yo ? (Mc. 8, 27 ; Mt 16 ). Sinceramente creemos que es una pregunta que
urge contestar, porque si él es lo que dijo de sí mismo (Apartado 2.1. ), si él es lo que dijeron de él sus
discípulos (Apartado 2.2. ), se pone en juego toda nuestra existencia, porque con Jesús no ocurre como con
otros personajes de la Historia... Que Carlos V fuera Emperador de Alemania o de China, nada añade o quita
al sentido de nuestra vida ; que Napoleón muriera derrotado en Sta. Elena o que llegara siendo Emperador al
final de sus días, nada tiene que ver con nuestra salvación como hombres... Pero si Jesús de Nazaret se
presenta como el Camino, la Verdad y la Vida (Jn. 14, 6 ), para ser felices y encontrar nuestra plenitud,
entonces se pone en movimiento revolucionario toda la condición y realidades humanas.
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo ? (Mc. 8, 27 )
· Los que precedieron hablando de él, un tanto veladamente, mistérica y proféticamente :
Antiguo de días (Dan. 7, 22 )
Emmanuel (Is. 7, 14 )
Padre Eterno (Is. 9, 6 )
Poder de dios (Is. 9, 6 )
Príncipe de Paz (Is. 9, 6 )
24
Consejero maravilloso (Is. 9, 6 )
Dios fuerte (Is. 9, 6 )
Siervo de Jahév (Is. 42. 49. 50. 52 )
· Los que vivieron con Él, fueron viendo que él era :
Más que Abraham (Jn. 8, 53 )
Más que Jacob (Jn. 4, 12 )
Más que Moisés (Mt. 5 )
Más que Jonás (Lc. 11, 32 )
Más que David (Mt. 22, 45 )
Más que Salomón (Mt. 12, 42 )
Más, incluso, que el Templo mismo (Mt. 12, 6 )
Le llaman : Cristo, Alfa y Omega, Cordero de Dios, Esposo, Primogénito, Luz del Mundo, Vid, Hijo de
David, Hijo de Dios, Hijo del Hombre, Pan de vida, Rey de Reyes, Señor de Señores, Maestro, Segundo
Adán , etc...
Incluso comenzaron a preocuparse por la realidad intradivina de Cristo...
3.2. Herejías
Podríamos definir la herejía como el hecho de escoger la Palabra de Dios fragmentariamente ( Háiresis,
significa en griego selección, decisión, inclinación ), es decir, se toma para sí, no la Palabra de Señor en su
integridad, sino aquella parte, aquellas frases recortadas del contexto, aquellos aspectos que apoyan una teoría,
una idea, una doctrina, un interés por el que se ha optado previamente, erigiéndose como criterio de
selectividad y juicio de todo lo demás. En el fondo, es una manipulación de la Palabra de Dios para los
propios intereses ; y actuar así supone ignorar que Jesucristo es una persona y que, por ser tal, no se le puede
manipular, o se le acepta o se le rechaza (o conmigo o contra mí), pero no se le pueden transformar en
beneficio de los propios intereses. Ya en la comunidad del N.T. se conocen las herejías.
Había quienes hacía su grupo aparte, su secta. Recordemos algunos de estos sectarios de la primera era
cristiana :
Simón el Mago, Los Nicolaítas, Los Gnósticos, Los Docetas, Los judaizantes (de los que salió la secta
ebionita ), ....
En la realidad histórica aparecen los dos polos :
· Los que se empeñan por afirmar a Dios de manera exclusiva, negando al hombre y cayendo en idealismo,
con las tentaciones del fanatismo o la huida de la realidad .
· Los que polarizan en el empeño por afirmar al hombre de manera exclusiva, negando a Dios, cayendo en un
realismo demasiado craso y corto de vista, su tentación y su pecado será la autosuficiencia.
25
Esta polarización la podemos ver reflejada ya en las primerísimas herejías cristológicas. Sea como sea, una de
las tareas más primitivas de la teología y uno de los esfuerzos más antiguos de la fe razonada, ha sido el
pensar, simultáneamente, divinidad y humanidad en la persona de Jesús de Nazaret. Ya San Juan en su
evangelio, manifiesta la preocupación judía (que lo es también cristiana), por mantener el monoteísmo
veterotestamentário, viendo en las afirmaciones contrarias, el paganismo, la idolatría o la blasfemia : No
queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino por una blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces a ti
mismo Dios (Jn 10, 33). La divinidad de Jesús ha de confesarse de tal manera que mantenga, como Pablo, la
confesión judía : Para nosotros no hay más que un solo Dios (1ª Cor. 8, 6).
Las herejías que comentaremos a continuación :
Corrientes judaizantes :
Surgieron en el Siglo I de nuestra era, negaban la divinidad de Jesús, pero, lejos de hacerlo para afirmar su
propia humanidad, lo que buscaban era salvaguardar la divinidad de Yavéh, es decir, defender el monoteísmo
del A. T.
Gnosticismo :
Movimiento filosófico de tipo ecléctico, aunque con un proyecto de vida claramente religioso. Tendría mayor
auge hacia el siglo II d. C. Su ideal fundamental era que el hombre tiene dentro de sí, en su alma, un destello
divino, encerrado en la materia, que debe liberarse ascendiendo de nuevo a su origen divino.
Las herejías Gnósticas se dan con mayor intensidad sobre todo, en la segunda generación del nacimiento de la
primera Iglesia. Aparecen de entre los cristianos, un grupo de gnósticos procedentes del paganismo y que,
cansados de una visión materialista de Dios, optan por el otro extremo, como es el de imaginar a un Dios sólo
espíritu, un Dios que odia la materia, considerando impuro todo lo material.
Adopcionismo :
Herejía trinitario−cristológica basada en reducir la filiación divina del terreno de la santidad moral, de tal
manera que la dignidad de Jesús es vista como una conquista del hombre ; podemos citar un extracto de un
texto que nos podrá dar un resumen de dicha doctrina :
Jesús es un hombre que, por designio del Padre, nació de la Virgen. Vivió como los demás hombres y fue
sumamente temeroso de Dios. Más tarde, cuando el Bautismo en el Jordán, recibió al Cristo, que descendió
de arriba en figura de paloma. Por eso sus fuerzas no estuvieron activas hasta el momento en que el Espíritu
(a quien él llamó el Cristo), descendió y se reveló en él. Algunos no admiten que haya sido hecho Dios por
descenso del Espíritu. Otros lo aceptan, pero sólo luego de su resurrección de entre los muertos
(Hipólito de Roma)
El problema que subyace es la afirmación simultánea de divinidad y humanidad en la persona de Jesús ; pero
dicho problema parece disolverse, puesto que el hombre aparece como capaz de remontarse hasta el nivel de
Dios (una especie de pelagianismo cristológico).
Arrianismo : modalismo y subordinacionismo :
Los cristianos se sentían herederos de la fe del A.T., según la cual Dios es uno y único, y habita en una luz
inaccesible.
Por otro lado, llamaban Dios a Jesús muerto y resucitado. ¿Cómo conciliar estas dos proposiciones ? Surgió
26
una nueva herejía que Harnack llamó en el s. XIX modalismo, con la que algunos teólogos cristianos (Noteo
y Práxeas en el s. II, y Sabelino en el s. III) afirmaban que este Dios único, en su comunicación con la historia
se había mostrado bajo tres modos de revelación. Esta interpretación subraya fuertemente la doctrina de la
unidad y unicidad de Dios, pero acaba liquidando la Trinidad, porque permite oensar a Cristo sin Dios y a
Dios sin Cristo. Nuestra fe confiesa la Trinidad de Personas (no de modos), realmente distinta, pero en
COMUNIÓN plena y absoluta.
Otra Herejía surge cuando se cree a dios Padre como el único dios, y al Hijo y al Espíritu como creaturas :
Jesús sería semejante (homoioúsios) a Dios, pero nunca igual (homooúsios) a él. Sería la primera creatura, el
prototipo de todas las creaturas, pero no Dios. A ésta herejía se le llamó subordinacionismo (así pensaban
algunos cristianos como el obispo de Antioquía en el 260, Pablo de Samosata, o el teólogo Arrio en
Alejandría alrededor del año 336), herejía respaldada de alguna manera, gracias a ciertas afirmaciones de
Jesús en el N.T., en las que se insinúan abiertamente la subordinación del Hijo al Padre. Es en este momento
de la historia cuando, para mantenerlas dos afirmaciones corrientes en la piedad acerca de la unicidad de Dios
y de la divinidad de Jesús, aparece un presbítero, ordenado en Alejandría a principios del s. IV, llamado Arrio.
Arrio y sus seguidores subrayaban el hecho de que Jesús fue un ser humano perfectísimo, ya que en él plantó
el Logos (creatura perfecta con aportaciones divinas) su tienda : estaba lleno del Espíritu. Alcanzó tal
perfección que fue adoptado por el Padre como Hijo suyo, pero como Hijo estaría siempre subordinado a Él
(subordinación adopcionista), siendo la creatura más semejante al Padre, no llega a la unidad de naturaleza
con Él.
Apolinarismo :
Tras Nicea, el error de Arrio vuelve a surgir más elaborado filosóficamente, en la persona de Apolinar de
Laodicea, fiel discípulo de San Atanasio.
Apolinar viene a decir :Jesús es perfecto, pero dos cosas perfectas, acabadas, no pueden constituir una única
realidad, consiguientemente la Humanidad de Cristo no pude ser perfecta en el sentido de plena humanidad.
Así que se negará a Cristo un principio intelectual humano, aunque le concede un alma sensitiva, pues dos
centros de decisión de sí no pueden coexistir en un mismo ser. Fue San Dámaso quien arremetió contra esta
herejía diciendo : Si fue asumido un hombre incompleto, entonces el don de Dios es incompleto, e imperfecta
es nuestra salud, porque no queda salvado todo el hombre (Dz. 146)
Nestorianismo :
La tendencia humana más común está en afirmar negando, pero aquí son ambas realidades las que confluyen
en una misma afirmación : perfectamente Dios y perfectamente Hombre, pero, ¿cómo afirmarlo a la vez sin
separar y sin confundir ? ; ¿cómo afirmar que Cristo es perfecto Dios y perfecto hombre sin afirmar la
dualidad... sin afirmar que son dos ?
Aparece un hombre, Nestorio, y una herejía, el nestorianismo.
Nestorio fue elegido Patriarca de Constantinopla en el año 428. Aunque fue excomulgado y privado de su
sede episcopal por el Papa San Celestino I, debido a motivos cristológicos. Defendía la completa y total
humanidad de Jesús.
Para Nestorio, Jesús será perfectamente Dios y perfectamente hombre, pero de tal manera que Dios y hombre
constituyen en él dos sujetos. La unidad se da entre ambos es una unidad de tipo moral, una unidad que
podríamos llamar de apariencia, por cuanto que ambos constituyen un único personaje.
27
Se afirma totalmente Dios y hombre, pero no se identifican unificada y plenamente...
A continuación, un cuadro de clasificación de las herejías citadas en el apartado y sus fundamentos
principales :
Negación
total
DIVINIDAD
Negación
parcial
HUMANIDAD
Absorbida Negación
en la
unidad
parcial
Alejada en
la unidad
Judeo
−cristiano
Ireneo
Negación
total
Docetas
+325
Apolinar
Arrio
+381
+431
Nestorio
Eutiques
+451
3.3. Concilios
Concilio de Nicea (325)
Tras muchas discusiones, el Concilio de Nicea definió solemnemente que Jesucristo, Hijo de Dios, es de la
misma substancia del Padre, Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, de la misma naturaleza que el Padre (Homooúsios), por quien todo fue hecho (Dz. 54), fórmula que
actualmente confesamos en el Credo.
Corrige totalmente la herejía del arrianismo y será San Dámaso quien argumentará semejante herejía, tan
trabajada filosóficamente, y argumenta diciendo que si Jesús no tiene un alma como la nuestra, no podemos
decir que haya sido salvada nuestra alma, en la cual reside el principio de nuestro mal. Porque le confesamos
salvador del hombre entero (alma y cuerpo).
Concilio de Éfeso (431)
El Concilio de Éfeso afirmó que en la doctrina de Nestorio no nos era posible la salvación pues, según la
enseñanza del excomulgado obispo, no podría haber muerto por nosotros el Hijo de Dios, sino sólo la carne
del Templo en que habitaba (Dz. 113).
La carta II de San Cirilio Alejandrino a Nestorio es leída y aprobada en la sesión I del mismo Concilio de
Éfeso (III ecuménico, año 431), carta dedicada íntegramente al problema de la unidad de Dios y hombre en
Jesús :
... que las naturalezas que se juntan en verdadera unidad son distintas, pero que de ambas resulta un solo
Cristo e Hijo ; no como si la diferencia de las naturalezas se destruyera por la unión, sino porque la
divinidad y la humanidad constituyen más bien para nosotros un solo Señor y Cristo e Hijo por la
concurrencia inefable y misteriosa de la unidad... Porque no nació primeramente un hombre vulgar de la
santa Virgen y luego descendió sobre Él el verbo, sino que, unido desde el seno materno, se dice que se
sometió a nacimiento carnal, como quien hace suyo el nacimiento de la propia carne... (Dz. 111a)
Concilio de Calcedonia (451)
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La síntesis de la historia que precede a este Concilio sería :
−Jesús es perfecto Dios (Nicea) y perfecto hombre (Constantinopla) y entre Dios y el hombre se da en
Jesús tan plena unidad que son uno y el mismo (Éfeso).
Tras múltiples vicisitudes, el Concilio de Calcedonia, IV ecuménico, (contra los monofisitas), concluyó con la
conocida fórmula de que en Cristo hay dos physis (naturalezas), sin confusión, sin separación, tampoco
desaparece la diferencia de physis por causa de la unión, sino que, más bien, cada physis conserva su
propiedad y concurre en una sola prosôpon (persona), y en una sola hypostasis (substancia)
Calcedonia matiza, ampliando, la afirmación de Nicea sobre la divinidad. Nicea sólo corre el riesgo de una
afirmación unilateral sobre Jesús (= Dios).
Concilio de Constantinopla II y III (553−680) :
El V Concilio ecuménico, celebrado en el año 553, trae nuevamente a colación el tema con múltiples
matizaciones filosófico−teológicas al respecto. Con él queda bien claro que la dualidad de naturaleza en Jesús
no significa más que la plena verdad de ser humano y de ser divino. La unidad de subsistencia no significa
más que la realidad del único Cristo, unus Christus, como bien afirmará el canon 8 :
... hay UN SOLO CRISTO, dios y hombre,
el mismo cosustancial al padre según la
divinidad, y el mismo consustancial a nosotros
según la humanidad (Dz. 220 )
Constantinopla II no fue demasiado importante para la crístologia. En cambio, Constantinopla III (680−681),
marcó cristológicamente la historia de la Iglesia porque vino a remover cuestiones que tímidamente
aparecieron en Calcedonia. El concilio mostró fundamentalmente que la máxima afirmación de la realidad
humana, y con ello preludió una de las grandes afirmaciones antropológico−teológicas del concilio Vaticano
II : que afirmar al hombre sólo se consigue afirmando a Dios, y la afirmación de Dios sólo se encuentra en la
afirmació del propio hombre.
Así queda de manifiesto que Jesús, lejos de ser menos hombre que nosotros por la confesión calcedonense de
dos physis (naturalezas) en su persona, es realmente más hombre que nosotros, precisamente porque sin
absorción ni destrucción de ninguna de las dos naturalezas, ha sido asumido por Dios como su propia
humanidad.
El Concilio estudiará el texto de Jn. 6, 38 , y toda su realidad teológica, ...
Porque he bajado del Cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del Padre que me ha enviado
... con la que se vislumbra que la salvación que Jesucristo ha encarnado para el hombre se encuentra en la
COMUNIÓN ÍNTIMA con la voluntad del Padre, de manera que también para nosotros sea alimento (Jn. 4,
34) y alimento de Vida, porque como bien afirmará la así llamada Epístola a los Hebreos, citando el salmo 40,
el sacrificio agradable al Padre se encuentra en la autoofrenda sacrificial de la propia voluntad, en una
obedencia filial.
3.4. Conclusión
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La Historia −claro está− continuó, desde Calcedonia y Constantinopla, hasta nuestros días. Después de
Calcedonia, nada nuevo radicalmente en lo que se refiere a las herejías cristológicas. Desgraciadamente, a
partir de él, se detuvo el proceso de reflexión cristológica, como si hubiera tocado techo, valga la expresión.
En vez de continuar reelaborando la misma Iglesia su autocompresión de Jesús, se estancó en la fórmula
calcedonense, que se ha venido repitiendo hasta hoy, traducida literalmente a las modernas, como si fuera la
mejor fórmula para transmitir esa verdad teologal. El problema es que nuestro lenguaje es siempre insuficiente
y siempre pobre para transmitir semejantes verdades, y, además, las expresiones sólo son traducibles de
manera imperfecta. Esta fórmula de calcedonia −physis/ prosôpon/ hypostasis− ha perdido hoy gran parte del
valor que tuvo en el s. V es, sencillamente, irrecuperable para nosotros, poque vivimos en otra experiencia
cultural. Por esto, precisamente, se da el caso curioso de que el Papa San Dionisio condena en el 260 a
cuantos afirmaban tres Hypotasis en Dios (Dz. 48), y más tarde, la Iglesia acaba afirmando precisamente ésto.
Con todo, la verdad fundamental transmitida por el Concilio de Calcedonia, y heredada hasta hoy con toda su
riqueza teológica, y experiencial, está en afirmar, simultáneamente, la Humanidad y la Divinidad de Jesús,
verdad que esta siendo expuesta en este trabajo...
Existen tres casos prototípicos de herejías cristológicas que, nacidas en la antigüedad, están en la raíz de
cualquier herejía posterior :
· O con los DOCETAS se acepta que Jesucristo es un ser divino, pero se le niega su verdadera carne ;
· O con los ARRIANOS se insiste en su humanidad verdadera, negando su igualidad con el Padre, para
reducirlo a sólo una criatura, aunque se hable excelsamente de Él (el mayor de los Profetas, el único hombre
justo).
· O con los NESTORIANOS se confesará su verdadera divinidad y completa humanidad, sólo que no unidas
en una misma y única persona, sino como convivientes (en el fondo, el Hijo de Dios no sería el Hijo del
Hombre, sino en él sólo habitaría).
CONCLUSIÓN
Hemos intentado durante todo el trabajo diferenciar dos realidades distintas pero unidas,el Jesús de Nazaret y
el Cristo de la Fé.
Jesús representa la humanidad del hijo de Dios y Cristo la divinidad del hijo del hombre.
Para afirmar esta unión inseparable le llamamos Jesucristo.
No hemos intentado en ningún momento explicar o resolver con la razón el hecho de la realidad de Jesucristo,
tan sólo puntuar y destacar cada una de las realidades así como la posible controversia entre estas dos.
Explicar, dar solución o intentar establecer cualquier relación de estas realidades con hechos ajenos a la propia
fé sería destrozar e inutilizar el dogma de creencia en el cristianismo.
Este misterio es la base de nuestra fé, un hombre, Jesús es crucuficado con los sufrimientos propios de
cualquier ser humano y a su vez al tercer día resucitó.
Durante el trabajo hemos hablado tanto de la realidad humana, fuentes propias de la historia ya sean ajenas
como proselitas a Jesús, como la realidad divina, obras y palabras que demuestran su divinidad.
Por lo que dejamos como interrogante, la interrogante que da título a este trabajo.
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Seguirá como misterio e intentar explicarlo sería un error.
La fé da fuerzas para creer, y esta creencía inexplicable es la que mueve a todo cristiano para aceptar al
Jesucristo que se hizo hombre por gloria divina junto con el Espíritu Santo.
Todo es cuestion de fé...
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.................................................................................. 1
I.− LAS FUENTES DE UNA HISTORIA DE JESÚS O LAS FUENTES DEL JESÚS DE LA
HISTORIA............................................................ 2
• INTRODUCCIÓN..................................................................... 2
• LAS FUENTES PAGANAS...................................................... 3
• Tácito........................................................................... 5
• Suetonio........................................................................ 6
• Plinio el Joven............................................................... 6
• Eusebio de Cesarea....................................................... 7
• Mara Bar Serapión........................................................ 8
• LAS FUENTES JUDIAS........................................................... 8
• Flavio Josefo................................................................ 11
• LAS FUENTES CRISTIANAS................................................. 12
• La humanidad de Jesús................................................. 17
• LAS FUENTES MUSULMANAS : El Corán........................... 24
II.− LA CONFESION MESEÁNICA DE CRISTO.............................. 26
• ¿QUÉ DICE JESÚS DE SÍ MISMO ?...................................... 26
• ¿QUÉ DICEN LOS APOSTOLES DE ÉL ?............................. 27
• SUS OBRAS DEMUESTRAN SU DIVINIDAD..................... 28
• Los Milagros............................................................... 29
• Su relación filial........................................................... 32
• La Resurrección........................................................... 33
• SUS PALABRAS DEMUESTRAN UNA REVELACIÓN
DIVÍNA..................................................................................... 34
• La Moral...................................................................... 34
• El Amor....................................................................... 38
• − ANEXO.......................................................................................... 40
• INTRODUCCIÓN................................................................... 40
• HEREJIAS............................................................................... 41
• CONCILIOS............................................................................ 46
• CONCLUSIÓN.........................................................................48
CONCLUSIÓN.......................................................................................50
BIBLIOGRAFIA
− LUIS RUBIO, El misterio de Cristo en la historia de la salvación, Sígueme, Salamanca, 1986.
− PIERRE MARIE BEAUDÉ, Jesús de Nazaret, Verbo Divino, Estella, 1988
31
− Hº JOHN DE TAIZÉ, El Padrenuestro... un itinerario bíblico, Narcea, Madrid, 1994.
− JOSÉ LUIS MARTÍN DESCALZO, Vida y misterio de Jesús de Nazaret I, II, III, Sígueme, Salamanca,
1989.
− LUIS GONZÁLEZ−CARVAJAL, Esta es nuestra fe, Salterrae, Santander, 1985.
− Cuadernos bíblicos , Verbo Divino.
−RAFAEL BELDA, La humanidad de Jesús, Facultad de Teología San Vicente Ferrer, Valencia 1991.
NB : La presente referencia bibliográfica, no corresponde a un libro propiamente, como en los anteriores
casos ; se trata de una Memoria de Bachiller en Teología, realizada por el autor que citamos, y que hemos
tenido que consultar tanto el contenido del mismo como la bibliografia que en el se indicaba...Rafael, que es
sacerdote escolapio, y fue profesor nuestro en el colegio San José de Calasanz de Algemesí. Dicha Memoria
de Bachiller, fue dirigida en el curso 90−91 por el actual decano de la Facultad de Teología de Valencia, el
dominico P. MARTÍN GELABERT.
− X. LEÓN−DUFOUR, Los Evangelios y la historia de Jesús, Cristiandad, Madrid, 1982.
EL JESÚS DE LA HISTORIA Y EL CRISTO DE LA FE 37
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