3.- la personalidad de jesús

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3.- LA PERSONALIDAD DE JESÚS
INTRODUCCIÓN
Pensamos que es posible reconstruir la
personalidad de Jesús partiendo de lo que dicen
los Evangelios, aunque sepamos que no son:
a) Biografías en el sentido moderno de este
término. No son estudios redactados por
personas interesadas en recoger fielmente
las palabras y los hechos de Jesús, tal como
sucedieron. Los evangelios son testimonios
de fe de hombres que creen en Cristo
resucitado y lo que pretenden es anunciar a
Cristo como Salvador.
b) Los evangelios no pretender hacer un
retrato histórico y concreto de la psicología
y personalidad de Jesús.
c) Los hechos y dichos de Jesús recogidos en
los evangelios, han sido seleccionados en
función de los intereses y necesidades de
los problemas, preguntas y cuestiones que
se planteaban en las comunidades
cristianas a las que se dirigían
especialmente.
Esto no indica que los evangelios no
expresen recuerdos, experiencias, tradiciones
acerca de Jesús y que, por lo mismo, nos
acercan a la personalidad de Jesús. A través de
los hechos y dichos relatados por los evangelios
se
pueden
percibir
algunos
rasgos
inconfundibles de la manera de ser de Jesús: las
líneas fundamentales de su actuación, los rasgos
básicos de su comportamiento, su estilo, sus
actitudes, sus preocupaciones, sus centros de
interés, el horizonte de su vida, la fe que le
animaba.
las parábolas que reflejan la vida diaria de su
tiempo. Su mensaje es práctico, concreto. Jesús
vive cercano a la naturaleza, atento a la vida del
campo, abierto al mundo que le rodea. Observa
a los pájaros, a los lirios, a las higueras, a las
gallinas, a los perros... Jesús observa el trabajo
costoso y duro de los pescadores, viñadores,
pastores, mujeres del hogar... Observa a los
niños, a los enfermos... Jesús saca enseñanzas
muy acertadas a partir de las experiencias de la
vida y le sirven para anunciar su mensaje.
2.- Hombre libre.
Libre ante sus familiares que quieren
apartarlo de su misión. Libre ante sus amigos
que le quieren dictar cómo tiene que actuar.
Libre ante las normas de conducta y la presión
social.
Basta
ver
sus
actitudes
y
comportamiento ante la mujeres (Lc. 7,36-50).
Libre ante el poder político. Libre ante los
dirigentes religiosos judíos. Libre para
denunciar el pecado que invade a las diversas
clases sociales y estructurales de Israel, por
ejemplo la avaricia e injusticia de los ricos (Lc.
16, 19-31. Libre para proclamar el perdón a
ricos, ignorantes, publicanos, enfermos,
prostitutas. Jesús es libre ante prejuicios y
tabúes. Jesús, por ejemplo, toca a los leprosos
que era prohibido (Marcos 1,40-41). Libre ante
el dinero, los bienes materiales. Actúa gratis.
Jesús vive en actitud confiada en su Padre.
3.-Hombre para los demás.
Rasgos más característicos
personalidad de Jesús.
de
la
1.-Abierto a la vida.
Hombre realista, cercano a la
naturaleza, en contacto directo con la vida
palpitante de sus contemporáneos. Jesús no
especulaba con teorías abstractas. Pensemos en
Jesús vive para los demás, para servir,
no para que le sirvan. No busca ni dinero, ni
fama, ni poder. Su preocupación preferente son
los necesitados, los pobres, los enfermos. Jesús
no es neutral ante las injusticias y necesidades
que sufren los pobres y marginados. Siempre se
pone a su lado y de su lado.
4.-Hombre que libera.
Jesús cura, sana, reconstruye a los
hombres, les promociona y los libera del poder
inexplicable del mal. Jesús es salud y vida.
Jesús ayuda a los hombres a descubrir su propia
verdad. Jesús va buscando justicia y verdad e
invita a todos a hacer lo mismo.

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5.-Hombre fiel.
Jesús aparece en los evangelios como
hombre fiel a su Padre Dios, fiel a la misión
que le ha confiado su Padre hasta la muerte.
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6.-Hombre de oración.
La oración no es algo secundario en la
vida de Jesús. La oración le acompaña en todas
las grandes decisiones y acontecimientos
importantes de su vida. La oración está presente
en todos los momentos de su vida. Se retiraba a
lugares solitarios con frecuencia para orar. Su
misma actividad, su trabajo va acompañado de
la oración. Jesús se siente acompañado de su
Padre Dios: Jn. 16,32. La oración de Jesús
revela confianza e intimidad con su Padre Dios.
Es un diálogo filial y confiado. Jesús se dirige
siempre a Dios llamándole Padre.
Aplicaciones
concreto.

Aplicaciones a nuestra vida cristiana.
 Si somos discípulos de Jesús, los cristianos
hemos de estar abiertos a la vida, hemos de
ser observadores de la realidad, sabiendo
leer los signos de los tiempos, sabiendo
hacer una lectura creyente de la realidad.
 Un cristiano ha de ser libre ante todo, ante
todos y todas las circunstancias de la vida.
Para ser libres nos llamó el Señor. Esa es
nuestra vocación. “Para que gocemos de
libertad, Cristo nos ha hecho libres;
mateneos, pues, firmes y no os dejéis
sujetar al yugo de la servidumbre” (Gál.
5); “ Vosotros, hermanos, habéis sido
llamados a la libertad; pero cuidado con
tomar la libertad por pretexto para servir a
la carne, antes serviros unos a otros por
caridad” (Gál. 5, 13).La libertad a la que
hemos sido llamados es un dinamismo
interior que hace de nosotros no hombres
sin ley, más allá del bien y del mal, sino,
por el contrario, hombres de unas
exigencias morales inauditas.
El cristiano debe de ser un hombre para
los demás. Como el Señor, estamos en la
vida para servir, no para que nos sirvan; y
para servir, como Él, preferentemente a los
pobres, necesitados y enfermos.
El cristiano ha de ser hombre libre y
liberador. Personas que, liberadas en
Cristo, ayudan a los demás a liberarse de
todo lo que envilece y denigra.
Hombres y mujeres fieles. Fieles a Dios, a
nuestra condición de discípulos de Cristo,
al mandato universal del amor.
Hombres y mujeres de oración. Nuestra
vida ha de ser una constante oración,
escuchando a Dios que nos habla de
muchas maneras, pero especialísimamente,
por su Hijo Jesucristo, por la Palabra de
Dios, por la Iglesia y por todos los
acontecimientos. Obrando en consecuencia
y pidiéndole ayuda, dándole gracias y
alabándole.


a
nuestro
apostolado
Hemos de ser observadores para descubrir
las necesidades de los enfermos. Todas sus
necesidades. Hemos de conocer la manera
de ser de cada enfermo. Hemos de conocer
todas las estructuras sanitarias, la manera
de funcionar; descubrir cuanto es injusto y
deshumanizante para los enfermos en ellas.
Hemos de conocer muy bien las luces y las
sombras de este mundo de la salud y de la
enfermedad para obrar en consecuencia.
Libres de prejuicios y tabúes, sobre todo,
en lo que toca a ciertas enfermedades y
enfermos. Libres para denunciar todo
aquello que es injusto en este mundo en el
que pastoralmente trabajamos, sea debido a
las mismas estructuras y leyes o normas
injustas o al comportamiento de colectivos
o personas concretas. Libres para defender
los derechos de los enfermos y de sus
familiares. Libres para cumplir la misión
que el Señor y su Iglesia nos han confiado.
Hombres y mujeres, personas para los
enfermos, para sus familiares, para los
enfermos más desasistidos y abandonados.
Hombres y mujeres para servir a los
enfermos y sus familiares. Personas que


dedican pastoralmente su tiempo en
promocionar la salud y luchar contra toda
enfermedad.
Hombres y mujeres fieles a Dios, a la
misión que nos ha confiado la Iglesia, a los
enfermos y sus familiares, a la tarea de
sembrar salud y salvación.
Personas de oración. Sobre todo que
tengamos la sensibilidad suficiente para
darnos cuenta de que Dios nos habla muy
especialmente en los enfermos, en sus
familiares, en las estructuras sanitarias, en
los sanitarios... Y si Dios nos habla es para
que le contestemos y obremos en
consecuencia.
Texto evangélico: Lucas 10,25-37.
Cuestionario.
De la personalidad de Jesús:



¿qué rasgos te atraen y te impresionan
más?.
¿Qué aplicaciones ves más urgentes en tu
vida de cristiano y de agente de la Pastoral
de la Salud?.
¿Qué te dice la parábola de Buen
Samaritano?.
Compromiso.
ORACIÓN COMUNITARIA
Señor,
no quiero pasar de lejos
ante el hombre herido en el camino de la vida.
Quiero acercarme
y contagiarme de compasión
para expresar tu ternura,
para ofrecerle el aceite que cura las heridas
y da la salud integral, la salvación.
Ven, Buen Samaritano,
y haz que tenga
tus mismos sentimientos y comportamientos.
Que sea libre en todo momento
en mi trabajo pastoral
en el mundo de la salud y de la enfermedad.
Que me entregue como Tú.
Que sirva como Tú.
Que sea fiel como Tú
a la misión que me has confiado
en este mundo de la salud y de la enfermedad.
Que ore en todo momento
como Tú, Buen Samaritano. Amén.
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