Trastornos de la erección La erección normalmente debe de establecerse desde las primeras excitaciones precopulatorias y debe ser firme y duradera para poder realizar un coito satisfactorio. Los trastornos de la erección pueden ser: 1. 2. 3. 4. 5. 6. Erección incompleta Erección interrumpida Erección ausente Erección deformada Erección dolorosa y Erección persistente La erección incompleta, interrumpida y ausente son padecimientos sexuales puros, mientras que la erección deformada, dolorosa y persistente son entidades que pertenecen a la urología. Erección incompleta, interrumpida y ausente Estos tres padecimientos se estudian juntos, debido a que con escasas excepciones obedecen a la misma causa, tienen características semejantes y en la mayoría de las ocasiones, no son sino distintos grados de un mismo trastorno. Erección incompleta: es aquella que no permite la rigidez completa del pene. Según el grado de deficiencia, en ocasiones será posible la introducción del pene a la vagina con algunas dificultades y en otras ocasiones no será posible dicha introducción. Erección interrumpida: en este caso la erección es completa, pero una vez que se inicia el coito el pene pierde la rigidez y puede quedar totalmente flácido. Erección ausente: no se consigue la erección desde el inicio a pesar que se haya conseguido una buena tensión erótica. Para algunos autores la impotencia es la incapacidad de realizar el coito por alguno de estos trastornos, sin embargo para otros tantos la impotencia se refriere a la incapacidad de realizar el coito (impotentia coeundi), para eyacular (impotentia ejaculandi) o para la reproducción (impotentia generandi). La causa de dichos trastornos de erección en su gran mayoría es psíquica. La ausencia absoluta de erección y la erección incompleta tienen, ocasionalmente su explicación en una alteración orgánica y la erección deformada, la erección dolorosa y la erección persistente siempre tienen su causa en una afección orgánica. Dentro de las causas psíquicas Stekel dice que “hay pocos procesos fisiológicos que puedan ser fácilmente perturbados por procesos emocionales como el de la erección”. De lo anterior influye la asociación que se hace entre la hombría y el pene. De ahí el sustantivo Falo, tomado del griego Phallon, que hace alusión al pene en erección, y que anteriormente se usaba como emblema de virilidad. Existen otros padecimientos que pueden dificultar o impedir el coito, por que a pesar que no afecten el proceso de erección, impiden o dificultan la introducción del pene a la vagina por la imposibilidad de acercarlo a los genitales femeninos tales como la elefantiasis del pene o del escroto, hidroceles voluminosos, pene oculto por la grasa subcutánea, hernia inguinal voluminosa, tumor testicular, obesidad, etc. Sintomatología: hay hombres que presentan alteraciones de la erección desde la adolescencia ya sea por que no haya erección o porque sea muy defectuosa (impotencia primaria). Otros presentan trastornos después de un tiempo de actividad sexual normal (impotencia secundaria). En ocasiones le trastorno comienza a manifestarse como una erección progresivamente más incompleta o interrumpida y cada vez más tempranamente en la relación con la iniciación de la excitación y termina con ausencia absoluta de la erección. Otras veces la erección está ausente desde el principio, lo cual generalmente coincide con un coito realizado en un estado de ánimo especial. El inicio brusco de la alteración puede hablar a favor de un problema psíquico, sin excluir la posibilidad de una situación orgánica. Frecuentemente el enfermo se queja de una erección defectuosa, incompleta o ausente cada vez que trata de tener relaciones sexuales, manifestando que por la noche o por la mañana y a veces durante el día presenta erecciones espontáneas satisfactorias sin pretender el coito. Pueden tener erecciones satisfactorias en las maniobras precopulatorias y hasta unos segundos antes de introducir el pene en la vagina, momento en que la erección se hace incompleta o se pierde. A veces el problema es selectivo con determinadas personas y con otras es normal. La erección incompleta se puede hacer completa en algunos sujetos cuando se logra introducir el pene en la vagina y continúa normal o puede interrumpirse antes de llegar al orgasmo. Los enfermos con erección interrumpida pueden presentar cuadros clínicos distintos: en los casos más favorables la erección se reinstala si después de unos minutos en los que se observa un periodo refractario, se provoca una nueva excitación. Una vez lograda la erección el coito puede realizarse hasta culminar con el orgasmo, o bien se presenta una nueva interrupción de la erección y se repite el ciclo una vez más hasta acabar en una eyaculación o en la renunciación de continuar el acto. La mayoría de estos pacientes presentan un estado de tensión y gran desconfianza en la propia capacidad sexual, por lo que la erección ausente, interrumpida, la eyaculación precoz y la ausencia de eyaculación pueden presentarse como síntomas combinados, ya sea en un mismo coito o alternarse con los sucesivos. El estado emotivo explica que haya taquicardia, sudoración, temblor de los miembros y que una vez que ha terminado el coito, si éste fue posible, o abandonados los intentos de realizarlo, se aprecie una sensación de fatiga que el enfermo atribuye al esfuerzo hecho en busca de una buena erección. La incapacidad sexual produce en el paciente un complejo que en la mayoría de los casos se ve aumentado por las reclamaciones de la pareja. Este complejo influye tanto sobre la mente del enfermo que muchos inician una impotencia a partir del día que tuvieron el defecto en la erección que podría explicarse por otras circunstancias tales como embriaguez, fatiga, ambiente inadecuado, etc., sin que exista otra razón lógica para que el trastorno vuelva a presentarse, pero el complejo que le queda al enfermo a partir de la falla lo lleva a fracasar cada vez que intenta el coito. Se debe recordar que la incapacidad funcional del hombre se le llama impotencia y el la mujer frigidez, pero por no poder ocultarse produce un complejo mayor. El diagnóstico no tiene dificultad ya que el paciente confiesa el trastorno, aunque a veces lo niega sobretodo en presencia de su pareja o trata de disimularlo con una conducta en la que aparentemente no desea o no tiene oportunidad de realizar el coito. El pronóstico es bueno en la mayoría de los trastornos leves que alternan con erecciones espontáneas satisfactorias. En los casos debidos a un factor funcional u orgánico el pronóstico depende de la posibilidad de suprimir la causa, aunque algunas lesiones de los tejidos como la esclerosis, degeneraciones, destrucciones, son definitivas y no tienen tratamiento. El tratamiento consiste en dar una explicación fisiológica de la erección, tratando de tranquilizar al paciente de que no hay alguna alteración orgánica. Posteriormente se aconseja evitar el coito, pero practicar las acciones precopulatorias buscando la erección, para comprobar que le pene funciona correctamente si se suprime el temor de la falla al intentar el coito y cuando se ha adquirido confianza en la erección debe de intentarse nuevamente el coito ayudado por la pareja quien debe dirigir la maniobra sin que el paciente sospeche para evitar la ansiedad. Se aconseja dar psicoterapia para que aumente la seguridad del paciente y la confianza en sus reacciones contando con la colaboración de la pareja. Cuando se encuentren alteraciones mentales, complejos no reprimidos o resistencia del enfermo, será necesario solicitar la ayuda del psiquiatra o del sexólogo. ERECCIÓN DEFORMADA Se presenta cuando el pene adopta una dirección desviada al entrar en erección y puede deberse a un acortamiento o falta de elasticidad de alguno de los tejidos que forman parte de los órganos eréctiles, como la uretra, que puede ser corta en proporción al tamaño del pene en hipospadias y epispadias en las que el pene se inclina hacia abajo o hacia arriba respectivamente o puede estar esclerosada como consecuencia de una uretritis crónica. El pene se incurva hacia abajo durante la erección. En la induración plástica de los cuerpos cavernosos hay esclerosis de la túnica albugínea de éstos órganos generalmente en su cara superior, la que pierde elasticidad. El pene también se inclina hacia arriba durante la erección. La erección también puede estar deformada por un tumor de los órganos eréctiles o por una sinequia del pene a los tejidos vecinos como el escroto o el pubis, o como secuela de un padecimiento inflamatorio grave como la periuretritis. La desviación del pene tiene distintos grados, según la amplitud de la esclerosis, neoplasia o adherencia. El estiramiento durante la erección de la zona esclerosa, neoplásica o adherida, provoca dolor que será más notable mientras mayor sea la deformación, por lo que el coito es difícil o imposible según sea el grado de la deformación existente. El pronóstico es malo. El tratamiento es el del padecimiento causante y a veces difícil de realizar como cirugía en las adherencias, epispadias, hipospadias y tumores. ERECCIÓN DOLOROSA Se presenta cuando existe algún proceso inflamatorio agudo de los cuerpos cavernosos (cavernitis), de la uretra (uretritis), del prepucio (parafimosis), o cuando alguno de los padecimientos mencionados como causa de erección deformada, además del frenillo corto, los tumores del pene o prepucio rígido. El dolor puede ser tan intenso como para interrumpir la erección o impedir el coito por lo que se pueden mencionar varias posibilidades. Erección poco dolorosa que no impide la función sexual, aunque disminuye el placer en el coito. Erección medianamente dolorosa que no permite el coito por temor de que aumente el dolor, y Erección intensamente dolorosa, que se interrumpe por inhibición de la excitación sexual. El tratamiento esta en función de la causa del padecimiento. ERECCIÓN PERISTENTE O PRIAPISMO Trastorno en el que se presenta una erección sostenida durante varias horas o días, que generalmente no se origina de una tensión erótica, ni va acompañada de deseo sexual. Es causada por padecimientos urinarios, cuerpos extraños o tumores en el periné o del pene, tumores o padecimientos inflamatorios del sistema nervioso central o de los nervios pélvicos, etc. Puede tener un inicio agudo o pueden presentarse varias erecciones de duración anormal (varios minutos u horas) que ceden espontáneamente. Una vez instalada es dolorosa, sin deseo sexual aunque a veces el enfermo realiza coitos repetidos en busca de la flacidez del pene. Se puede comprobar a la exploración que la erección es defectuosa, por que hay ingurgitación de los cuerpos cavernosos, pero no del esponjoso ni del glande. Los resultados a los tratamientos instituidos terminan siendo dudosos, pues generalmente la erección tarda varios días en ceder y el enfermo queda con impotencia.