Clase 2 - www . V ector S alud M ental . com

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COLEGIO DE PSICOLOGOS . HOSPITAL BAIGORRIA
Clínica Psicoanalítica en el hospital
II Clase. Marcela Errecondo
La última vez hemos hablado de la época y del psicoanálisis contemporáneo y de la necesidad de
estar a la altura de la época para responder de manera eficaz a las personas que vienen a consultarnos,
hombres, mujeres, algunas veces traen a sus niños. Con cada uno tenemos maneras diferentes de recibirlos,
pero siempre debemos apuntar a lo mismo.
Entradas en el dispositivo
A cada uno de ellos lo recibimos sin saber, sin prejuicios1. Traen un sufrimiento que llamamos
síntoma. Desde Freud se puede ubicar que lo que hace válido al psicoanálisis, es que hay tipos de síntomas
que no relevan de la medicina.2 Creemos que se curan por la revelación de su causa. Su causa está presente
pero es desconocida. Esto es lo Freud descubrió, que el síntoma pierde el poder patógeno cuando su causa es
enunciada explícitamente, es decir, basta descubrir su causa para que pierda su poder.
Entonces, hay síntomas, la causa es un enunciado que subsiste en el sujeto pero no puede formularlo. Es la
represión. Freud dio cuenta de este mecanismo que mantenía ciertos enunciados indecibles, es decir que
subsisten para el sujeto que no los puede leer, son como significantes sin significado. Es a partir de esto que
se puede decir que el inconsciente es algo que se lee, es decir un texto escrito pero indescifrable. Cuando
Freud interpreta los sueños, aunque estos sean absurdos, muestra que se pueden leer de una manera que
restituye el sentido, la coherencia y la significación. Tomar este punto de vista que sitúa el inconsciente como
un texto escrito pero indescifrable tiene toda su importancia para la clínica, lo veremos mas adelante.
La asociación libre
Cuando recibimos a una persona, o un niño primero tenemos que asegurarnos que los síntomas que
presenta son analíticos y no médicos pero también tenemos que asegurarnos que pueda aportar el texto que
hay que leer y también que pueda leerlo de diferentes maneras. Que pueda producir diferentes y variadas
cadenas significantes. Esto esta relacionado con la regla fundamental de la asociación libre, el no retroceder
ante la incoherencia, el absurdo, la obsenidad o el sinsentido. Jacques-Alain Miller nos dice que la capacidad
de asociación libre es un criterio de analizabilidad. El sujeto tiene que poder establecer diferentes razones con
su propio decir, poder hablar sin hacerse cargo de lo que dice, sin compromiso de lo que dice para poder
restablecer el texto inconsciente.
¿ Qué sucede si esto no está? Habrá que hacer un trabajo previo para que el sujeto pueda construirlo.
Localizar el sufrimiento, y que el sujeto se interrogue por este punto, se implique en el sentido de qué quiere
decir esto para él.
La demanda
Ubiquemos el discurso del amo, que es también el discurso del inconsciente, como nos dice Lacan
S1--------- S2 texto
$
a
¿?
¿?
El S1 (significante amo), es el significante que representa al sujeto para otro significante, podemos decir en
este momento su sufrimiento. El $ (sujeto) se pregunta qué quiere decir, porqué le sucede a él, porqué no
encuentra la vuelta a esta situación y también qué hay de una satisfacción ignorada ( “a”, lo que condensa el
goce) en esto. No olvidemos que Freud nos enseñó que un síntoma es una satisfacción sexual desviada,
obtenida por otros medios.
Poder ubicar el sufrimiento, es decir de qué se queja? Cómo? Cómo lo articula en su decir, en las palabras
(S1—S2), en la cadena significante, puede llevar a la interrogación de lo que quiere decir, de lo que significa
1
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J-A. Miller, El hueso de un análisis
J-A. Miller, Comme inizano le analisi, Cuadernos de Andalucía
en su vida, de lo que pone en cuestión. A partir de alojar este enigma que se hace presente en el sujeto, se crea
la demanda. El analista hará una primera lectura, es decir una primera interpretación, en donde se abre el
trabajo analítico. Trataré de ilustrarlo con un fragmento clínico.
“ Es formulando este enunciado paradojal: “Vengo a verla porque miento”, que este hombre joven ha
venido a pedir un análisis hace un año.3 Llamémosle el Sr. M.
Precisó luego las cosas de esta forma: “Con mis amigos, con mi familia, no lo puedo impedir. Desde el
momento en que hablo de mí, miento, es decir que disfrazo la verdad haciéndome valer más de lo que valgo
realmente en la realidad. No soporto más no poder pasarme de esto.” Su queja apunta entonces, a su
compulsión a la mentira, que sería su síntoma- en realidad un síntoma en cuanto a su creencia en la verdad.
(.....) Luego en esta primera entrevista, el SR. M ha agregado: “Hay otra cosa que me pone en dificultad con
los otros, con la mirada del otro. Como no soporto ninguna imperfección de mi piel desde la adolescencia, me
maquillo. Me pongo maquillaje fluido en mi cara para esconder los colorados de mi piel.” También me dice
que ha anunciado a su familia, hace algunos años, que era homosexual –esto antes mismo de tener una
relación homosexual real. Tiene la impresión desde siempre que sus prójimos no aceptan lo que él es. Cree no
ser amado, no corresponder a lo que se espera de él y, entonces miente, me dice, para responder a esta imagen
que supone ideal. Dice sufrir, no sólo de no ser amado, sino de no poder amar. Para responder a mi pregunta
sobre las relaciones sexuales, evoca en medias palabras su único encuentro homosexual fracasado que ha
conocido; se abandonó a un hombre mas violento que inteligente, para gustarle a un amigo que lo empujaba al
pasaje al acto. Al término de lo que fue una primera sesión, le propongo reflexionar sobre el hecho de que las
dos acciones compulsivas de las que ha hablado son del mismo orden: una la máscara de crema, concierne al
cuerpo, y la otra la mentira, se sitúa en el lenguaje. Las dos tienen por función maquillar la supuesta verdad.
Acompañándolo hasta la puerta, le pregunto si quiere comprometerse en el camino que le permita encontrar el
valor de uso de este doble maquillaje para él.
A la segunda sesión viene sorprendido y decidido. “
Otra vuelta sobre la asociación libre
Nos encontramos ante diferentes modos de decir de cada sujeto4. La asociación libre es una estrategia
con la que se intenta atrapar el modo de decir propio del sujeto en análisis. Más allá del “diga lo que se le
ocurra”, la asociación libre es difícil de definir, porque es un modo de decir en donde no me hago cargo de lo
que digo como analizante y digo pensamientos en los que no me reconozco, que rechazo: no estoy ahí en lo
que digo, no soy yo, soy inocente, con respecto a los ideales, a la moral, al juicio, etc. El modo de decir propio
al análisis es irresponsable. Pero no es bla-bla- No se trata de alentar el bla-bla, no es hablar de lo que no tiene
importancia. Se trata de que lo que se diga concierna al sujeto, que lo implique. Que el decir esté a cuenta del
inconsciente del analizante y por eso mismo experimentará rechazo o desconocimiento. Esta y no está en lo
que dice. A esto apunta el reconocer el modo de decir propio del análisis, que llevará a una lectura del
inconsciente.
Es importante que se hagan varias lecturas del inconsciente, porque el texto que se dice se recompone por la
variedad, se lee sin saberlo. A partir de la palabra se recompone el enunciado indecible, el escrito
inconsciente, el texto inconsciente.
Transferencia
Cuando Freud comenzó a recibir pacientes y les pidió que asociaran libremente, se encontró con una sorpresa:
la transferencia. Esta es la consecuencia de la lectura del inconsciente asistida por el psicoanalista. El que
está en posición de asistir a la lectura del inconsciente adquiere una gran importancia para el paciente. Queda
investido de libido como un objeto especial. Esto produce un desplazamiento de atributos, de personas
conocidas por el analizante (personas que tienen importancia en su vida) a la persona del analista, J-A. Miller
nos señala que es una especia de metonimia imaginaria. La transferencia es entonces un conjunto de
sentimientos que se refreían originalmente a los personajes fundamentales de la historia del paciente y que
son desplazadas sobre el analista. Para Freud este desplazamiento de la transferencia ya es un primer
3
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Laure Naveau, La máscara de la verdad, publicado en Lazos Nº 5
J-A Miller, Introducción al método psicoanalítico
levantamiento de la represión. La transferencia es una condición sine qua non para entrar en análisis. Se
podría decir que la transferencia es la adopción del analista por el analizante, el analista entra en al familia y
toma la autoridad del padre o de la madre, la autoridad de lo que podemos llamar el Otro primordial.
Para Freud la represión el paciente era lo que producía la dificultad de leer el inconsciente, el sujeto no quiere
leer el inconsciente de la manera correcta, hay una resistencia interna al discurso. Pero si el analista tiene
autoridad puede guiar a su paciente en la lectura. Por eso Freud hizo de la transferencia la condición de la
interpretación y esto implica que el analista primero tiene que esperar verse investido de libido para
interpretar, luego en segundo momento esperar a que el paciente tome una posición infantil, la llamada
regresión . Entonces se constatará el fenómeno de la repetición, esta función de repetición da cuenta del
inconsciente, repite con el analista. Freud muestra en el texto Tres Ensayos para una teoría sexual, como el
objeto perdido dirige la búsqueda constante de ese objeto, marcando así una orientación de la vida amorosa
del sujeto.
Lacan también reconocerá que el analizante repite con el analista, pero a diferencia de Freud, ubica al analista
como “a”. Entonces lo ubica en el registro de la repetición pero el analista toma la posición de amo, es decir
del lugar teniente del objeto perdido, por esta razón atrae la libido. Es lo que llevará a Lacan a decir que “ la
transferencia es la puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente”
Lacan plantea tres dimensiones de la transferencia. Imaginaria, simbólica y real.
Intenta articular la dimensión imaginaria de la transferencia (la metonimia imaginaria, este conjunto de
sentimientos hacia personajes de la vida del paciente) y la dimensión simbólica de la transferencia, es decir el
resorte simbólico, el matema.
El sujeto supuesto saber
En las entrevistas se nos presenta primero la demanda, los enunciados son demanda. Si son demanda lleva
implícito que el Otro puede satisfacer o no. Entonces el analista queda constituido en el Otro de la demanda,
lo que lleva a la transferencia repetición: el analizante vuelve a formular sus demandas originales.
La transferencia entonces, como vimos antes, es un efecto de la demanda que permite instalar lo que Lacan
llamó el sujeto supuesto saber.
Suposición quiere decir que no hay certeza, la suposición es un hecho de creencia a quien se le tiene
confianza y que puede dar una garantía. J-A. Miller señala de manera muy pertinente5 que esta ha sido una
elección teórica con la finalidad de obtener ciertos efectos en la práctica del análisis. Lacan desplaza la
transferencia, porque no la toma en el sentido del analista como objeto de sentimientos ante quien se dará la
repetición, sino que pone el acento en el modo de decir, en las relaciones del sujeto con la palabra. Establece
que la demanda, es demanda de significación, demanda de una respuesta al ¿ qué quiere decir esto? Por eso es
que es importante introducir y establecer el enigma en el inicio.
Lacan toma el algoritmo Significante (S)/significado (s) y se lo aplica a la transferencia.
Recuerden que el Significante son las palabras, los sonidos, lo que se dice que produce un efecto diferente en
diferentes personas y que es un enunciado determinante.
El significado es lo que se comprende, lo que se quiere decir, la enunciación, lo que es determinado por el
Significante. Estos dos registros no son simétricos, no son naturalmente acordes. Lacan aplica este algoritmo
a la transferencia y hace de la transferencia un algoritmo, una regla del discurso por la que comienza un
análisis.
S Significante
s
El significante de la transferencia
El significante de la transferencia es un significante destacado, un significante especial, un significante que el
sujeto se pregunta por lo que quiere decir.
Para que entre en el dispositivo, es necesario que encuentre el significante de la transferencia que puede ser
cualquiera pero tiene que ser uno, tiene que encontrarlo, le tiene que importar su significación.
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J-A Miller, Comme inizano le analisi, Cuadernos de Andalucía
Justamente al preguntarse qué quiere decir toma el estatuto de significante que va a buscar una respuesta en el
analista (otro significante), es decir busca el complemento de su pregunta en un analista.
Lacan ubica el significante de la transferencia a partir de la pregunta (S1) que se dirige a un analista (S2) que
es otro significante, un significante entre otros, no es el significante de la transferencia.
De la articulación de estos dos significantes (S1-S2) surge una significación: s minúscula, que en la
transferencia tiene la particularidad de ser una significación inconsciente, es decir reprimida, es el texto, el
saber supuesto. Lacan llama sujeto supuesto saber y dice sujeto en la medida que expresa lo que dice como
analizante. Por eso Lacan dirá que la transferencia es la interpretación que da una significación de
inconsciente a un significante cualquiera.
En realidad para que esto se de, hace falta haber dado ya una interpretación al síntoma como inconsciente para
poder llegar al analista diciéndole “yo no sé leer esto solo”.
Entonces, en el inicio se produce un desencadenamiento por el significante, se dan fenómenos intuitivos, se
está seguro de que quiere decir algo pero no se sabe qué.
Este momento es muy delicado y es escencial para el practicante. Lo importante no es lo imaginario de la
transferencia, los sentimientos o la actitud del analizante, sino no obstaculizar la estructura interpretativa de
la transferencia.
El analista como “a”
En el primer momento de su enseñanza Lacan trabaja haciendo un pasaje sistemático de los conceptos en su
dimensión imaginaria , a la dimensión simbólica6. Es lo que vemos con el pasaje de la transferencia
imaginaria al sujeto supuesto saber. Pero esto le ha hecho dejar de lado la concepción libidinal, entonces
Lacan hace una nueva escritura, que llama discurso analítico
a--- $
S2 S1
Sitúa al analista en el lugar del objeto “a”. ¿Que objeto es? El objeto es la nada, no es la significación
inconsciente proveniente de la, articulación significante, no es la confusión con los rasgos de los personajes.
Es el envoltorio de la nada, de esa significación de inconsciente7. Es en relación a esto que se enuncia la regla
de abstinencia que viene a completar la primera, la de la asociación libre. Es decir abstenerse de satisfacerse
con una satisfacción de orden sexual. Por eso el objeto en juego es el objeto nada, semblante de “a”. Esta es la
dimensión real de la transferencia. Lacan muestra que el analizante come nada y que es otra manera de la
puesta en acto de la realidad sexual del inconsciente. Esta otra manera pone en escena lo que Lacan llama la
no-relación sexual. El hecho de que no hay ningún camino trazado en lo real para que el sujeto tenga acceso
al otro sexo y que esto produce un agujero en lo simbólico, hay algo que no se puede simbolizar, no se puede
escribir, que no cesa de no escribirse y que por esto mismo el sujeto se ve obligado a inventar para instalar
algo ahí donde no hay. El síntoma cumplirá una función fundamental con respecto a esto. La función del
síntoma es la relación entre lo simbólico y lo real que se tiene que inventar cada día.8
Lo que nos muestra la práctica actual del psicoanálisis es que el psicoanálisis no es sólo un modo de decir del
inconsciente, no es sólo una forma de leer el inconsciente sino que el análisis le da al sujeto acceso a una
nueva forma de gozar de su inconsciente9 ya que hay una satisfacción de la pulsión en el análisis. Justamente
por la transferencia en su vertiente real la pulsión queda acordada, ajustada, al objeto nada.
¿Estas indicaciones nos sirven para el hospital? ¿No están demasiado alejadas de la realidad de las consultas
que ahí se puedan suscitar?
Creo que justamente en esto podemos valorar la importancia de la palabra orientación. Se trata de una
orientación que nos permita situarnos en la posición correcta para posibilitar la pregunta del sujeto, que lo
llevará a realizar el trabajo sobre su síntoma si el practicante puede ofrecerse como complemento.
6
idem
idem
8
M-H. Brousse, ¿Cómo opera el psicoanálisis?
9
idem
7
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