Para la reflexión personal - Franciscanos Conventuales de España

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Rascafría’99
PASCUA JUVENIL VOCACIONAL
Franciscanos Menores Conventuales
Jueves Santo
Para la reflexión personal
CARACTERÍSTICAS DEL SEGUIMIENTO DE JESÚS
Lee el siguiente texto sobre algunas características presentes en el seguidor de
Jesús.
El centro y eje de la vida cristiana es el seguimiento de Jesús. Nosotros hemos aceptado la llamada al seguimiento. Ahora, en este tiempo en que celebramos los Misterios centrales de nuestra fe como cristianos (Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús), cabe preguntarnos por la generosidad de nuestra respuesta,
por el esfuerzo realizado y los logros alcanzados, y por el camino que aún queda
por delante.
El seguimiento de Jesús se concreta y especifica en una serie de actitudes
que dan cuenta de la autenticidad del discípulo. Por eso, reflexionar sobre algunas de ellas puede ayudarnos a revisar el camino recorrido y a hacer una balance
de estos últimos años.
Algunos textos de los evangelios nos ayudan a concretar estas actitudes o
características: Lucas 9, 57-62; Mateo 10; Marcos 9, 33-35 y 10, 17-45; Lucas
14, 25-33 y 4, 16-21.
1. LIBERTAD. Ante todo, libertad. El seguidor de Jesús no puede estar atado a nada
ni a nadie. Por lo tanto, nada de estar anclado a situaciones que encadenan al
pasado (involución) o al presente (inmovilismo). El seguidor de Jesús vive
abierto al futuro, es decir, al Dios del Éxodo.
2. DISPONIBILIDAD. La segunda actitud es la disponibilidad del que sigue a una persona viva, no del que imita a un modelo fijo. Cuando Jesús llama a alguien,
simplemente le pide que esté disponible; no le dice para que lo llama ni aduce
motivos ni admite condiciones. Su llamada está abierta a todas las posibilidades, es una aventura, un riesgo. Puede implicar, asumir como propio el destino
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de Jesús, es decir, el compromiso incondicional por el bien de la persona hasta
la muerte.
3. ENCUENTRO
PERSONAL CON JESÚS, EL
SEÑOR. La libertad y la disponibilidad tienen su
fundamento y razón de ser en la experiencia esencial de encuentro personal
con Jesús, el Señor. El concepto de amistad es el que mejor define la relación
que ha de existir entre el creyente y Jesús. Una amistad que se comprende y se
vive como entrega, fidelidad y confianza. Donde hay amistad hay seguimiento.
Y donde no la hay no existe ni puede haber seguimiento, por más que hayas
otras cosas, tales como el entusiasmo, la laboriosidad o el fanatismo.
4. COMPROMISO
A UN SERVICIO LIBERADOR
a favor de los demás, especialmente de los
pobres, marginados y crucificados de la tierra. Jesús no llama a sus seguidores
para que vivan una mística intimista de relación con él, y nada más. La mística
cristiana es auténtica en la medida en que se expresa y traduce en el compromiso a favor del hombre y en contra de los poderes que lo oprimen. Un servicio liberador de aquellas estructuras personales y sociales que deshumanizan a
la persona y le impiden ser feliz; denunciando, cuando sea necesario, las instituciones y poderes que alimentan dichas estructuras, y estando dispuesto incluso hasta dar la vida. Seguimiento y cruz tienen mucho que ver entre sí.
5. AUDACIA. En el seguimiento, una actitud importante es también la audacia. Se
trata de la audacia que vence el miedo. En la vida del cristiano, el miedo es una
experiencia relativamente frecuente, porque seguir a Jesús es emprender una
aventura que no sabemos hasta dónde nos puede llevar. En cualquier caso, sabemos que existe una relación fundamental entre el seguimiento y la cruz. Por
eso, es normal que a veces surja cierto miedo de tomarnos en serio este seguimiento. De ahí la necesidad de vigilar para que el miedo no se adueñe de
nuestras opciones más fundamentales.
6. RADICALIDAD. El Seguimiento de Cristo no admite medias tintas ni componendas. Las renuncias que exige el seguimiento son radicales: a los bienes, a la
propia instalación, a la familia, a toda forma de dominio.
7. ALEGRÍA. En el seguimiento de Jesús es también fundamental la alegría. El seguidor de Jesús vive el Evangelio como Buena Noticia de vida y esperanza para
todos, por eso es testigo de la alegría del Reino. Ello le lleva a afrontar el seguimiento de Jesús y los contratiempos o dificultades que conlleva, no como
algo frustrante, sino como una profunda experiencia de felicidad.
8. UTOPÍA. Un proyecto que implica tantas exigencias está cargado obviamente de
cierto grado de utopía. Sobre todo, si tenemos en cuenta que el proyecto de
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Jesús se orienta hacia la consecución de una convivencia de igualdad, fraternidad, solidaridad, libertad y preferencia por los más pobres y desgraciados.
Pero es importante comprender que, al hablar de utopía, no hablamos de lo
imposible. La utopía asume las aspiraciones más profundas del hombre y las organiza en torno a un proyecto, que se debe realizar en un futuro más o menos
inmediato. Cada creyente, desde su situación concreta, debe tomar las opciones
que le ayuden a hacer realidad esta utopía.
Actitudes
Escribe una frase que resuma el nivel de estas actitudes en tu
del segui-
vida actual
miento de
Cristo
Libertad
Disponibilidad
Encuentro
personal
Compromiso
de liberación
Audacia
Radicalidad
Alegría
Utopía
TIPOS DE SEGUIDORES DE JESÚS:
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Simpatizantes
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
Esporádicos

Los verdaderos
No todos plasman el seguimiento de Jesús de igual manera.
a) Los simpatizantes: Son aquellos que le admiran, incluso le aprecian, pero no le
conocen de verdad. Tienen un buen recuerdo de él, por alguna convivencia del
cole o de la parroquia, pero no están dispuesto a seguirle de verdad.
b) Los esporádicos: Son los que no se atreven a “romper”, renunciar con nada, ni
se animan ha ser un cambio de verdad a su vida. Le siguen, pero por fascinamiento. Siguen viviendo igual, sin renunciar, sin abandonar. Con las primeras
dificultades le abandonan, muchos se retiran.
c) Los verdaderos: Tras una llamada a vivir la propia vocación o misión, la interiorizan, se disponen a realizar cambios concretos en sus vidas y se deciden
seguirle permanentemente de manera que tiene consecuencias en la manera
de vivir la vida (Catequesis, vida familiar, amigos, trabajo, fiestas, vacaciones…).
Hay también seguidores de Jesús que se quedan en la Cruz. Le siguen hasta la
muerte. Lo ven como un personaje del pasado, excepcional, con una buena filosofía, como un buen hombre (un profeta) que fascina pero nada más.
Hay quienes siguiendo a Jesús se quedan en la Resurrección. Son los que se
consideran salvados, “vamos a ir al cielo”… “Cristo vive en mí”. Todo es alegría
intimista y no hay compromiso concreto con la propagación de su Reino.
Hay seguidores que llegan hasta Pentecostés, que se dejan guiar por el Espíritu
y llevan a asumir su Palabra en sus vidas. Cultivan la relación personal con Jesús
en la oración personal y comunitaria, en su trabajo apostólico, es decir en todos
los estadios de sus vidas. Se convierten así en creyentes creíbles. Creen y viven
desde Jesús. Cristo es alguien del pasado, presente y futuro.
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TRABAJO PERSONAL
- Lee despacio esta poesía de León Felipe:
“Nadie fue ayer,
ni va hoy,
ni irá mañana
hacia Dios
por este mismo camino
que yo voy.
Para cada hombre guarda
un rayo nuevo de luz el sol…
y un camino virgen
Dios”.
- Repasa el documento desde tu vida,
Tu camino, las personas que más han influido, los momentos relevantes de claridad y de sombras, tus búsquedas…
Date tiempo.
- ¿Puedes afirmar que como proyecto de vida has elegido amar?
Esta opción ¿Cómo y en qué te compromete?
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- Puedes hacer una oración y compatirla a la noche.
Antes de finalizar lee tus anotaciones despacio y añade unas líneas de lo que te llama la
atención, lo que intuyes, En fin completa la frase:
“Dándome cuenta de cómo soy como seguidor o seguidora de Jesucristo, saco la
conclusión de que...
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Seguidores de Jesús
Lavatorio de los pies: Jn 13, 3-17.
“Jesús, por su parte, sabía que el Padre había puesto todas las cosas en sus
manos y que había salido de Dios y que a Dios volvía. Entonces se levantó de la
mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura. Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos; y luego se los secaba con la toalla
que se había atado.
Cuando llegó a Simón Pedro, éste le dijo: «¿Tú, Señor, me vas a lavar los pies a
mí?» Jesús le contestó: «Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo.
Lo comprenderás más tarde.» Pedro replicó: «Jamás me lavarás los pies.» Jesús le
respondió: «Si no te lavo, no podrás tener parte conmigo.» Entonces Pedro le dijo:
«Señor, lávame no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza.»
Jesús le dijo: «El que se ha bañado, está completamente limpio y le basta lavarse los pies. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos.» Jesús sabía quién lo iba a
entregar, por eso dijo: «No todos vosotros estáis limpios.»
Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, volvió a la mesa y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis
Maestro y Señor, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, siendo el Señor y el
Maestro, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a
otros. Yo os he dado ejemplo, y vosotros debéis hacer como he hecho yo.
En verdad os digo: El servidor no es más que su patrón y el enviado no es más
que el que lo envía. Pues bien, vosotros ya sabéis estas cosas: felices si las ponéis
en práctica.
Preguntas:
- ¿A quién sirvo?
- ¿Sirvo como Jesús, desde?
- ¿Por qué sirvo, qué busco?
- ¿Sirvo como Jesús o me sirvo de Jesús?
- ¿Me dejo querer? ¿Me dejo ”lavar los pies”?
- ¿Pido a Dios disponibilidad?
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Medita:
- Una Iglesia que no sirve no sirve para nada.
- Para poder evangelizar tengo que evangelizarme. Ser creyente y creíble.
- Deja que Dios sea protagonista.
- Fiarse de Dios tener la convicción de que todo lo hemos recibido de él.
- Tanto hablar de Dios y no hablar con él .
- No basta que creas en Dios, Dios cree en ti ¿te das cuenta?
- Oseas 11 “Desde que era un niño yo te amaba”
- Daniel 10, 12 “Desde la primera vez que tú intentaste hablarme y o te oí”
Dios oye intentos…
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