Calidad de la energía alimentación y emociones

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En efecto, el nivel espiritual del individuo es una
consecuencia forzosamente de su alimentación y el
adelanto puede apreciarse de acuerdo al alimento que se
toma.
Maestre de la Ferrière

Calidad de la energía, alimentación y emociones
En la tradición del Yoga la Naturaleza no es una sustancia homogénea, por el
contrario es plural, múltiple, diversa.
El ser humano como parte de la
naturaleza tiene la oportunidad de ser consciente de esa, su propia pluralidad
y multiplicidad constante. Pero el conocimiento de la pluralidad que se
manifiesta en la naturaleza de la que, como seres humanos somos parte, no es
visto en el yoga como la búsqueda de un conocimiento erudito, por el contrario
es la vía para vivir y fluir con las cualidades diversas de la pluralidad de ser
humanos en un proceso de expansión de la conciencia.
Las cualidades primarias de la naturaleza, son estructuras inteligentes en un
orden básico, una sabiduría implícita de coherencia y sentido de la naturaleza
que, de acuerdo a su dirección y sentido determina positiva o negativamente
nuestro desarrollo trascendente. Estas cualidades conocidas en la cultura hindú
como Gunas, significan "lo que amarra", ya que nos mantiene vinculados al
mundo cotidiano (denso) o al orden universal (sutil). Son las cualidades de la
Naturaleza que sostienen la materia, y definen las formas, los fenómenos, las
emociones, los sentimientos y la mente a través de las cuales se manifiesta
nuestras funciones conscientes profundas.
La Naturaleza primordial, Prakritti en sí misma ES todas las formas de la
creación las cuales se manifiestan a través de tres cualidades o Gunas: Tamas,
Rajas
y
Sattva.
Representan
energías
inteligentes
comportamiento racional y emocional del ser humano.
que
inclinan
el
El conocimiento y la experiencia de estas energías cualitativamente diferentes
nos permiten iniciar el proceso de liberación frente a los apegos y deseos que
mantienen los ciclos de nacimiento y muerte.
Todos los objetos en el universo estás formados por varias combinaciones de
los tres Gunas. La evolución del ser humano en particular y de la naturaleza en
general consiste de su interacción y transformación mutua. Cada uno de
nuestros actos inconscientes o conscientes está vinculado a una forma de
organización de la energía. Los Gunas dan estructura, sentido, dirección,
coherencia a los actos humanos.
Así el universo es en el Yoga un conjunto coherente, vivo, lleno de grandes
fuerzas de vida y muerte, de creación y destrucción. Esas fuerzas vivas pueden
ser experimentadas conscientemente e implican procesos de expansión y
contracción consciente o no, ciclos de experiencias luminosas o de
experiencias turbulentas, dolorosas o de inmovilidad.
Así como existe la energía primordial que en su cualidad
expanden la
conciencia y nos facilitan el proceso de liberación trascendente, también existe
la energía concentrada que opaca la conciencia y genera confusión y apego. Y
el apego es la fuente del dolor y del sufrimiento. Así como existe una corriente
mundial de conciencias liberadas, así también existe una corriente de
conciencias esclavizadas. Y la alimentación es una de las causas poderosas de
esta polaridad en la que se mueven los seres humanos, entre el dolor y la paz.
El universo es dinámico, se debate en un proceso de expansión y contracción.
De ignorancia e iluminación. De certidumbre y sombra. De luz y sombra. Y en
esta dualidad del orden del universo, del orden de nosotros mismos, el yoga se
constituye como un arte, como el camino del guerrero(a), no solo de
sobrevivencia digna
con salud y coherencia en el proceso de nacimiento,
madurez y muerte, sino también como el camino que nos permite descubrir,
develar, reencontrar el significado y el sentido de la vida.
El prathyâhâra en el contexto del yoga, es pieza fundamental para caminar por
los senderos de las muchas influencias y tensiones contrastantes que nos
invitan a la inmovilidad, la incertidumbre o la realización conciente. Toda
energía emocional asciende y desciende, es la conciencia la que da sentido y
dirección. La naturaleza posee una energía cualitativa mediante la cual
podemos
aprovechar
conscientemente
para
expandir
nuestra
energía
consciente hacia la sabiduría o disminuirla y contraerla hasta la ignorancia. Las
emociones se debaten constantemente en esta encrucijada. Una emoción
vuelta sentimiento individual conciente, en el proceso de sentir en profundidad,
se transforma en sentimiento liberador y nos conecta con el sentido inteligente
de la energía universal.
El prathyâhâra nos señala diversos niveles de protección para no caer en
torbellinos racionales y emocionales. En este contexto la boca es el principio de
estos torbellinos, a través de la palabra y de los alimentos que consumimos.
Las emociones se vuelven turbulentas o inciertas con la magia de lo que
comemos y de lo que bien o mal decimos.
Los vegetarianos caen constantemente en estas trampas: no es suficiente el no
ingerir alimentos cárnicos particularmente en esta época de industrialización y
comidas rápidas que siguen estándares de producción globalizada y de
alimentos modificados genéticamente.
La naturaleza humana vive experiencias que pueden ser concientes o
inconscientes, las cuales nos indican la protección o el peligro. Sin embargo, la
mayoría de estas fuerzas son desconocidas y no sabemos como usarlas.
Prathyâhâra nos facilita la capacidad de percibir, contactar, tomar distancia,
observar y observarnos con mayor calidad.
La forma cómo somos entrenados para percibir el mundo, ya sea de una
manera racional, científica, emotiva, estética, mística, etcétera determina
nuestra mirada hacia fuera y hacia dentro de nosotros mismos y estructura
formas específicas de percepción. Necesitamos darnos cuenta de las
habilidades que podemos adquirir para percibir las fuerzas sutiles en el mundo
que están dentro y alrededor de nosotros. Y para que una verdadera
transformación de trayectoria cualitativa mental y emocional sea posible,
debemos conocer estas fuerzas y descubrir como funcionan. Estas fuerzas no
solo existen en el mundo visible, sino por supuesto también en nuestra psique.
Nuestra fuerza y vitalidad como seres humanos principia en lo que comemos y
cómo lo comemos.
Las cualidades de la Naturaleza que sostienen la materia, las formas, los
fenómenos y la mente están estrechamente interrelacionados. Toda acción,
emoción o pensamiento responde en el ser humano a estas tres cualidades.
Predominando una de ellas. La puerta de estas cualidades está en los
alimentos.
A través de los alimentos fortalecemos una actitud y una tendencia a nuestra
vida cotidiana. Cuando las personas tienen dificultad para darse cuenta y
descubrir el sentido y la naturaleza de los procesos cotidianos de su vida,
envueltos en la oscuridad que paraliza, la vida misma se vuelve lenta por la
misma
inercia
de
los
alimentos,
impidiendo
la
capacidad
creativa,
particularmente vinculados con la cualidad Tamásica.
Cada persona vive de forma permanente procesos de crecimiento y madurez
desde su nacimiento hasta la muerte, así, los hábitos introyectados que no se
actualizan, la inmovilidad y el pasmo ante la necesidad de cambio, el
conservadurismo de la comodidad y la vida cotidiana están permeadas, en esta
concepción, por la energía Tamásica.
En contraste la actividad constante sin definición clara de rumbo y sentido, los
procesos de cambio turbulento, de ruptura y de crisis previa a la madurez
responde a la energía rajásica que genera torbellinos de acción desde la
pasión.
La experiencia de toma de conciencia, la cualidad de cerrar ciclos, y de
madurez está influida por la energía sattvica.
En cada persona una de los tres Gunas tiene fuerza superior y se refleja en
todos lo que ella hace y que piensa. El practicante del yoga busca desarrollar la
cualidad Ssttvica en su forma de vida. Y sabe que las mayores dificultades, así
como las mejores opciones de desarrollo están vinculadas a su dieta.
La conciencia es la experiencia del sentido. El ser humano se transforma en sí
mismo en la medida de que su energía y trayectoria adquieren sentido, y cada
día se debate frente a los procesos que le son desconocidos o que carecen de
sentido. Y el no sentido incluye cosas físicas, experiencias emocionales,
procesos lógicos racionales, e inclusive actos como la percepción del mundo
circundante, los deseos y percepciones personales, las emociones y los
sentimientos.
Cada alimento facilita o impide la toma de conciencia o la
ignorancia.
La vida pasa, en el movimiento rutinario y el cambio aparente de las formas y
las cosas. La toma de sentido se inicia cuando observamos las funciones
corporales que de obvias y autónomas (como el comer, el respirar, la
circulación de la sangre, etcétera) se advierten a la conciencia como actos
maravillosos dentro de un orden complejo y macro en el que estamos inmersos.
Y en el que podemos influir en su calidad.
Después descubrimos lo que percibimos en nuestro medio ambiente y en
nuestro interior. Aparentemente las cosas pasan sin nuestra implicación. Es ahí
donde un sistema nos aliena, la sociedad de consumo aprovecha la percepción
subliminal para que nos conectemos, por ejemplo, con emociones de angustia,
poder, muerte, gratificaciones al egocentrismo, al egoísmo, y nos vuelve
autómatas del consumo y de la posesión de cosas y estatus para generar
actitudes y respuestas condicionadas. La maestría de la percepción facilita la
ruptura de asimilar el mundo fenomenológico como evidente e irremediable, y
así la realidad cambiante nos esclaviza.
Las estructuras racionales se vinculan también con la calidad de la energía que
consumimos y con la que nos vinculamos. Los alimentos que nos facilitan el
endurecimiento y la rigidez de nuestro cuerpo facilitan la rigidez emocional y
racional.
Prathyâhâra es la disciplina que nos permite el desarrollo de habilidades para
vincularnos con los diversos niveles de la calidad de la energía que nos mueve,
nos motiva o nos inmoviliza. Toda la naturaleza se estructura en niveles de
calidad de la energía. Todos estamos incluidos y cada parte es en síntesis todo.
Y hay partes del todo conscientes e inconscientes. Para que nos enteremos de
los potenciales de nuestra propia energía debemos desarrollar el camino de
iluminación gradual de la energía que ilumina la naturaleza y su sentido. A
mayor calidad de energía, mayor potencialidad de expansión de la conciencia.
La metáfora posible es la de un péndulo que se mueve entre la oscuridad y la
luz, entre lo amargo y lo dulce, entre la inmovilidad y la turbulencia, entre
Tamas y Rajas: en el centro del movimiento esta la esencia del movimiento, el
testigo que observa, el Ser: la energía sattvica en plenitud.
Pero como la vida es movimiento y tiempo siempre haya algo de Tamas en
Rajas y de Rajas en Tamas, así surgen los diversos caracteres, grados,
calidades y formas de captar la realidad y vincularse instintiva, emocional o
racionalmente con ella. El Ser es la experiencia de la observación del
movimiento sin implicación, es mirada y silencio. Pero nuestra persona tiene
una combinación especial de cualidades energéticas que debemos explorar
para aprovechar cualidades energéticas contrastantes que nos permitan un
movimiento de conciencia ascendente.
Rajas es el movimiento continuo. Tamas la inercia. Sattva la observación de
ambas tendencias. El ser humano se debate en la lucha entre la contracción y
la expansión de esas energía cualitativamente diferenciadas. Y los alimentos
participan activamente de este ritmo. Tamas nos lleva al apego y al dolor.
Rajas a la turbulencia del cambio y el dolor. Sattva es la energía que toma
conciencia del dolor como apego y turbulencia, y observa.
Muchos mitos nos hablan del camino del guerrero que libra innumerables
batallas por volver a la fuente, al paraíso, al Grial. Es el camino en que el ser
humano no esta conciente de sí mismo. Una metáfora que ya hemos
mencionado es el que el proceso de conciencia pasa por una danza de siete
velos, en donde cada velo es una experiencia de energía de calidad diferente.
Y el último velo nos descubre frente a uno mismo. Trascender la ilusión de la
separatividad empieza por la comida.
El embotamiento de los sentidos, la incapacidad de percibir la diversidad, el
vivir la rutina como única opción, la respuesta neurótica ante la diversidad de
estímulos diferentes, el apego a introyectos y dogmas: el ver cada día el surco
que caminamos sin detenernos a maravillarnos del horizonte, del atardecer y
de las estrellas en que el silencio invoca a escucharnos a nosotros mismos,
son actitudes cualitativamente tamásicas. Los alimentos en estado de
putrefacción son cualitativamente tamásicos.
La pasión es intensidad creativa o destructiva. Es el movimiento que rompe el
círculo vicioso. Pero también el movimiento turbulento que crea torbellinos
emocionales y racionales, lucha y daña a otros. La pasión rompe hábitos y
puede abrir espacios para la creatividad y la reconstrucción de la energía, pero
también puede producir dolor como consecuencia del choque violento con
quienes nos rodean. Los alimentos estimulantes al sistema nervioso son
cualitativamente rajásicos. El azúcar de caña y las bebidas con cafeína, y por
supuesto todos sus derivados son típicamente rajásicas ya que crean estados
emocionalmente alterados.
La intuición es una inteligencia sattvica. Es la habilidad de ver en cada parte el
todo. Los pensamientos religiosos del yoga han visto esta energía desde un
velo de moralidad y desde el tradicional “yo debo”. La energía sattvica permite
a la mente develar el misterio, encontrar el sentido. Aspirar a la unidad, develar
la belleza, respetar lo incognoscible lejos de creer tener todas las respuestas
(típica actitud Tamásica y Rajásica). Valorar la experiencia de sí mismo ante el
viento, el agua, el fuego la tierra. Ampliar la armonía.
Los alimentos que afinan sin distorsión, que permiten observar el ritmo, que
permiten la flexibilidad muscular, que no alteran los procesos metabólicos, los
alimentos vinculados a la energía del Sol, los alimentos naturales, son
cualitativamente sattvicos.
Lejos de clasificar al mundo entre tamásicos, rajásicos y sattvicos, lo que ha
generado inclusive deformaciones racistas y clasistas, el estudio de las
cualidades de la naturaleza pueden ser vistas como “llaves” que generan la
base para la posibilidad de iluminar las partículas de energía con la experiencia
personal. Como hemos afirmado: la oportunidad de develar en sí mismo la
experiencia de que la realidad es tal cual, pero también, de muchas otras
maneras.
La energía cualitativamente diferenciada por el yoga a través de los Gunas, se
refieren a estados instintivos, emocionales y racionales que se vinculan con
actitudes. Estas son básicamente calidades o tonos de la vibración y se
encuentra en todo, especialmente en el ser humano.
El ser humano tiende a la trascendencia. Se debate desde el plano animal
hasta la conciencia transpersonal. Este transitar requiere de una disciplina, de
un trabajo que facilite el cambio de la inmovilidad y la actividad apasionada
destructiva, para arribar a la conciencia meditativa (no religiosa).
Este transito de la conciencia genera acciones que tienen su sentido en la
intención conciente o inconsciente. Y este transitar consciente pasa por
estadíos donde prevalece la violencia silenciosa, o la violencia manifiesta o la
ecuanimidad. El egoísmo y el pasmo; la pasión destructiva; o la no acción
manifiesta, que implica la mayor rapidez y calidad de la energía.
Un principio básico para conocer y experimentar la forma como nos vinculamos
a ciertas calidades preceptúales, emocionales y sentimentales es el de saber
que las personas construyen, expresan y perciben las emociones de manera
cualitativamente diferente a nosotros. Cada ser humano es como una huella
digital en el plano emocional: es original e irrepetible. Y es alimentada muchas
veces contra su propia naturaleza. Muchos niños nacen vegetarianos y son
inclinados y obligados a modificar su verdadera naturaleza.
En el yoguismo se describen estas conciencias emocionales independientes y
originales a través del lenguaje de la psicología profunda que constituye la
astrología tradicional, que en este contexto podría definirse como una
cosmopsicología. Esto es el lenguaje que describe el orden de nuestra psique.
Un orden que puede ser expresado a través del lenguaje simbólico.
Esto implicaría que no existe una forma de construir y expresar nuestros
sentimientos. Por ejemplo existen tres formas básicas de construir y expresar
nuestra tristeza (Tamásica, Rajásica y Sattvica), y a su vez cada una de ellas
tiene doce formas posibles de sentido y trayectoria: Luna en Cáncer (tristeza en
Cáncer: Tamásica, Rajásica o sattvica), Luna en Escorpio (tristeza en Escorpio:
Tamásica, Rajásica o sattvica), o Luna en Piscis (tristeza en Piscis: Tamásica,
Rajásica o sattvica).
Esto que parecería en una primera lectura algo complicado representa una
llave formidable para el autoconocimiento y las relaciones humanas. Existe un
misterio por develar para cada cualidad emocional individual, el cual se vincula
poderosamente al tipo de alimentos que consumimos.
Así como las ciencias ideales, la lógica y la matemática, utilizan un lenguaje
simbólico construido convencionalmente para describir procesos abstractos;
esta cosmopsicología utiliza un lenguaje simbólico tradicional para describir
procesos de la psique humana. Así la Luna como símbolo define las cualidades
constructivas y deconstructivas de nuestros canales de percepción, emoción y
sentimiento. Cada calidad de la energía, los Gunas, se expresan y responden
de manera particular en cada una de las doce lunas posibles.
Observar la naturaleza a través de sus cualidades depende del color del cristal
desde donde se mira y se experimenta.
El dolor es producto de la ignorancia versus el conocimiento. Si el conocimiento
no es solo argumento o acumulación racional, sino experiencia conciente que
es posible como resultado de la dinámica que se da entre percepción, emoción
y razón, sintetizados en la vivencia; entonces el conocimiento es intuición, la
vivencia del conjunto desde sí mismo. El dolor es opuesto al conocimiento.
Cuando algo duele como
apego y sufrimiento, falta la experiencia del
conocimiento.
Tamas
La alimentación Tamásica es facilitadota del dolor, del sufrimiento y del apego
(a cosas, valores cotidianos, dogmas religiosos, lenguajes totalitarios). Los
alimentos tamásicos predisponen a la negligencia, a la autojustificación de
hábitos y rutinas. Dificulta una actitud ética y construye una actitud dogmática.
El mundo de la ilusión es resultado de lo fenomenológico y la ficción. La ilusión
crea en muchas ocasiones mundos aparentemente racionales. La mente se ve
invadida de dobles mensajes. La necesidad de cambio que propicia la energía
Rajásica se ve colapsada por los instrumentos sociales de control. Ante la
angustia: un seguro de vida. Ante la depresión: un centro comercial para ir de
compras. Ante el pánico: un bar para tomar alcohol. Ante la ira: una arena de
box. Y así se estructura un sentido artificial en donde uno es asesino y pasa el
resto de su vida en la cárcel y otro es héroe de guerra y disfruta de un desfile y
una medalla.
La materia, la realidad visible es resultado de la interacción de los Gunas. Y la
realidad está inmersa en un continuo flujo entre ser y disolución. Lo que
permanece es el cambio. Lo que permanece es la conciencia iluminada. Lo que
nos rodea se transforma cada instante.
La calidad de esta transformación
depende de nosotros. Del trabajo consciente del yoga. Todo lo que vemos y
palpamos está destinado a dejar de existir.
Nuestra cultura Occidental esta centrada en una constante dinámica Tamásica
y Rajásica. La cultura del consumo es un fiel ejemplo de esta dinámica. Y la
permanencia de esa dinámica es el estado de ignorancia de las personas, y no
nos referimos a una ignorancia libresca o acumulativa de información, sino a la
imposibilidad de detectar la cualidad de los principios de la naturaleza misma.
La falta de principios trascendentes tiene su origen en Tamas; la energía
desparramada y caótica es debido a Rajas.
Nuestra capacidad de
autoconocimiento es impulsada por Sattvas.
¿Cómo se construyen, se incluyen y se distancian estas cualidades energéticas?
Cuando la mirada no va más allá. Una persona Tamásica busca alternativas
que le aseguren repetir las rutinas comunes. Su necesidad de vivir embotados
es cotidiana, las adicciones son constantes: a dormir, a comer en exceso,
beber alcohol, a los fármacos, a las sustancias psicotrópicas y estupefacientes.
La búsqueda del camino más corto en toda actividad física es una constante.
No están interesados en procesos de aprendizaje, y su incapacidad de cambio
es evidente. Su capacidad de respuesta es unidireccional y tiende a la neurosis.
Su capacidad de solidaridad más allá de sus núcleos de afecto inmediato es
inexistente. El descuido es evidente al comer y vestir. Les atraen las notas
rojas de las noticias, perciben la maldad y el egoísmo como el sustento real del
accionar de las personas. La energía Tamásica genera una percepción lenta y
una inercia en la acción posible. Una de las formas evidentes que evidencían lo
tamásico es el odio, que es una forma crónica de apego. Puede darse una
propensión a actitudes sociopáticas donde el dolor del otro (animal o persona)
no es registrado en la conciencia, y cuando se registra es una forma de placer
elemental que puede llevar a la destrucción de las personas y animales que le
rodean, a veces con métodos crueles.
Las adiciones como forma de autodestrucción son expresiones tamásicas. La
mente es entrenada para responder ante el cambio con la inercia del no
movimiento, expresando indolencia y descuido, evitando la perseverancia. Las
emociones van del encubrimiento a la pasión. La pasión no como violenta
movilidad, sino como violenta inmovilidad. La nobleza natural del ser humano,
se transforma por la energía violenta con la que son producidos y que generan
los alimentos con los que se alimenta. Los valores humanos son ocultados por
valores introyectados. Las necesidades se confunden con instintos elementales
de supervivencia.
Los alimentos tamásicos generan distorsión en la percepción de nuestro cuerpo
físico ubicándolo como punto de partida y fin en sí mismo. Predomina la
conciencia identificada con el cuerpo físico, el cual es pesado y limitado. Tan
pronto, nuestra identidad y sentido de bienestar es predominante en lo físico.
De la cualidad tamásica surge la idea de un ego o ser separado por el cual nos
sentimos nosotros mismos solos y desolados. Una dieta tamásica retira Prana,
o la energía vital, las energías racionales y emocionales se vuelven turbulentas.
En el espectro de las limitaciones y perturbaciones psicológicas, estas son
profundas, facilita las imaginaciones erróneas y las malas percepciones. No se
tiene la habilidad de aprender a conocer y vivir plenamente con sus propias
emociones. Tiende a
reprimirlas y reiterar una y otra vez pautas
autodestructivas. Las máscaras que utilizan para evitar conocer su propia
identidad van generando una vida entre sombras y confusión. El comer
excesivamente también se mira como Tamásica.
Existe una real dificultad por confrontarse a sí mismos y evitan
conozcan
que otros
su inseguridad, miedo y turbación, así sus problemas entran es
círculos viciosos y empeoran cada día. Es factible que ante una crisis busquen
exclusivamente fármacos. Aceptan sus condiciones de vida como su destino.
Facilita estados de depresión y acentúa la insensibilidad. El velo de la materia y
de lo fenomenológico tiende un velo que impide el darse cuenta.
Los alimentos tamásicos han sido clasificados partiendo de la carne. Rajas y
Tamas usualmente interactúan constantemente. Rajas activa y manifiesta
sobre la expresión de la energía, que eventualmente causa cansancio, en el
cual Tamas prevalece.
Rajas
Rajas impulsa una actitud egoísta ante la vida, las personas construyen
mundos imaginarios en donde la posesión de bienes y satisfactores materiales
se ubican en el centro de sus atención, son acentuadamente egocéntricos. El
impulso fundamental es el deseo, como tendencia de atracción de la persona a
las cosas y los fenómenos. La realización de trabajo egoísta e individualista
son un rasgo de una actitud Rajásica, y el egoísmo genera dolor.
Un rasgo característico de una actitud Rajásica es la adicción al trabajo. En
principio, ser una persona trabajadora no es ningún defecto sino, más bien al
contrario, es considerado una virtud digna de admiración. Sin embargo, para
algunos el trabajo es algo más que una forma de ganarse la vida o de
realizarse como persona. Se trata de una adicción, es decir, los adictos al
trabajo. Son personas para las que su trabajo lo es todo. Constituyen una
enfermedad social de triunfadores
en lo laboral, pero infelices en su muy
escasa vida privada. Y una persona que sufre esta adicción difícilmente se
reconoce como un enfermo, pero el punto es que son personas que se han
coinstruído una actitud en donde difícilmente pueden parar de trabajar. Y ello
va vinculado en las ciudades en que están dispuestas casi cualquier cosa por
obtener dinero. Viven vidas egoístas, codiciosas, agitadas y muy activas.
Rajas representa el mundo de la acción, el movimiento de la oscuridad de
Tamas en luz. Pero la mente en Rajas es engañada fácilmente por la ilusión, y
por ello sufre de un desequilibrio y sucumbe a menudo a la ambición, a la
avaricia, a la lujuria, al materialismo, y a un deseo de controlar y de dominar. La
energía Tamásica abruma a nuestra sociedad.
Rajas es una condición de la mente cuando está agitado, tempestuoso,
ambicioso, acribillado con los deseos que dominan, estallando con las
emociones, agitadas con actividades incitadas deseo. El trabajo puede
convertirse en una adicción cuando el exceso de éste interfiere de forma
continuada en la vida personal, familiar y social de la persona. Se trata de una
adicción ligada a valores como el éxito y el poder. Son aspectos característicos
de esta adicción la necesidad de ocupación de la mayor parte del tiempo con el
trabajo, la insatisfacción y el aburrimiento con otras actividades, la desatención
del resto de los aspectos de la vida del afectado y el aislamiento neurótico de la
persona.
Los alimentos rajásicos hacen la mente activa, apasionada y agitada. Las
personas tienen una gran dificultad por experimentar una mente tranquila o
acceder a un estado meditativo. Impulsan actividades continuamente móvil,
que impiden que la mente pueda experimentar procesos de auto observación
pacífica. Los alimentos Rajásicos incluyen cosas como los alimentos muy
picantes, los alimentos que son muy calientes, amargos, secos o salados, el
café y el té, los pescados, los huevos y el chocolate. Las cebollas y el ajo,
aunque tienen diversas propiedades curativas para el cuerpo, son rajásicos e
impiden la actitud y concentración necesarias para la atención en el sentido de
ekâgrata, y por supuesto para los diversos niveles de sayama.
La calidad de rajas crea la pasión y gira entorno al deseo, su acción es
motivada por estos impulsos básicos. La lujuria y la cólera como expresiones
de pasión (cittavritti) también son resultado de rajas lo que conduce a la
persona a una actividad intensa.
En el estudio del prathyâhâra encontramos que Rajas se constituye como el
puente entre la cualidad tamásica y la cualidad sattvica, esto es, puede ser el
mediador para salir y entrar en uno de estos estadíos. Rajas constituye la
fuerza dinámica que produce el movimiento y pone en acción nuestra fuerza
potencial. Rajas motiva al individuo para trabajar e inspira el trabajo. Rajas es
energía y produce desequilibrio en los sistemas, lo que origina un nuevo
equilibrio y la reorganización de sistemas energéticos ya establecidos.
De Rajas proviene la certidumbre de que el mundo externo es real en sí mismo,
lo cual nos impulsa a buscar felicidad afuera de nosotros mismos y nos hacen
perder la trayectoria de nuestra paz interna. Rajas crea deseos, distorsión,
turbulencia, trastorno emocional. Predomina en el aspecto sensorial de la
mente debido a que los sentidos están en constante movimiento buscando sus
diversos objetos. Tan pronto como permanezcamos inmersos en la práctica
constante de los disfrutes sensoriales caemos bajo la inestabilidad de Rajas.
Rajas es la cualidad del cambio, la actividad y la turbulencia. Inicia el
desequilibrio que perturba la armonía existente. Rajas está motivado en la
acción misma, siempre buscando una meta o fin que le da poder. Posee un
movimiento externo y conduce a la fragmentación y desintegración. A corto
plazo es estimulante y placentero, pero debido a su naturaleza perturbadora
intrínseca rápidamente se convierte en dolor y sufrimiento. Es la fuerza de la
pasión la cual causa aflicción y conflicto.
Los alimentos amargos, agrios, salados, demasiado calientes, secos, picantes
y fuertes les gustan a las personas rajásicas y causan el desequilibrio de la
mente-cuerpo, alimentando el cuerpo a expensas de la mente. Demasiado
estimulantes haciendo que nuestras emociones sean agitada e incontrolable.
El comer de prisa también se considera rajásicos.
Sattva
Sattva o la cualidad del estado de tranquilidad y claridad. Si Sattva gobierna en
una persona, él tiene la capacidad de fluí y estar atento. Cuando la capacidad
de implicación con los demás y con la energía de sí mismo y que nos rodea
están presentes la capacidad de ampliar nuestra conciencia es una realidad
día a día.
Es común encontrar profesionales de las religiones que aparentan a sus
públicos una actitud sattvica, sin embargo muchas veces es un estado mental
tamásico en donde la persona se encuentra embotado y perezoso. Una
característica clásica de una actitud sattvica es el pasar desapercibido.
Cuando las leyendas de diversas tradiciones de sabiduría incluyendo al yoga,
nos hablan del monje que medita y que entra en estado de identificación,
camina en plena empatía con, por ejemplo, los animales, por que tiene la
capacidad de percibir su estado energético particular, y no entorpecer el mismo.
Sattva es el estado ideal para el desarrollo de la sabiduría y de la adquisición
del conocimiento, una persona cualitativamente sattvica desarrollan acciones
de empatía a través de la enseñanza, de la medicina, y de la orientación
interpersonal trascendente.
La capacidad de ecuanimidad, de serenidad y de equilibrio creativo, así como
el desarrollo de una actitud ética desde una concepción universal es una
cualidad sattvica. Es el encuentro de nuestra capacidad para develar los velos
que impiden la atención trascendente de la conciencia.
El encuentro de nuestro propio sentido (dharma) en donde los fenómenos y las
cosas se ubican en su real dimensión son una cualidad de Sattva.
El alimento satvico de refiere a la dieta más pura, la más conveniente para
cualquier estudiante del yoga. El alimento se convierte en un medio para un
estado mental despierto, permitiéndole funcionar en su potencial máximo. Una
dieta sattvica conduce así salud: un flujo equilibrado de la energía. Los
alimentos Satvicos incluyen los cereales, el pan integral, la fruta y vehículos
frescos, los jugos de fruta naturales, los lácteos no saturados, las legumbres,
las tuercas, las semillas, las semillas brotadas, la miel, y tés sin cafeína.
Una dieta sattvica es muy importante desde la perspectiva del prathyâhâra
para acceder a una actitud de calma en nuestra la mente y prepararla para el
paso al samyama.
El deseo de ir más allá que la reactividad ante el deseo solo es posible cuando
se han experiencias que nos permiten ubicar al deseo y al apego como la
causa raíz del sufrimiento. Sattva se puede traducir como calidad. Este Guna
denota las cualidades tales como pureza, brillo y esencia. Es también ligero.
Sattva es la calidad más buscada por todas las tradiciones espirituales.
La vivencia de las cualidades sattvicas nos permiten acceder sin dificultad a los
principios del yama y del niyama.
En nuestra realidad occidental podemos iniciar el desarrollo de esta cualidad,
adoptando una calidad de vida holística a través de una dieta puramente
vegetariana, sana y orgánica, evitando por supuesto la carne y pescados, pero
más aún: los huevos, las harinas refinadas, los productos lácteos saturados y el
azúcar de caña.
Prathyâhâra desarrolla la capacidad de liberar a la mente de los torbellinos de
pensamientos, emociones y de imágenes negativos y violentos que generan
confusión en la atención que se requiere en el samyama.
El estudio de los Gunas desde la perspectiva del prathyâhâra nos lleva a una
concepción diferente en las relaciones humanas, la capacidad deseable de
implicación con las personas que nos rodean, implica el establecimiento de
relaciones conscientes, distinguiendo a las personas que son tóxicas en su
actitud y en la creación de sus ambientes por su vinculación estrecha a la
cualidad Tamásica o Rajásica. Si nos asociamos a la gente tamásica o rajásica,
entremos en su influencia energética. Y no es una opción de aislamiento, sino
de selección y vinculación cualitativamente consciente. Las personas sattvicas
por su naturaleza, en contraste, nos influyen
positivamente para encontrar
nuestro propio potencial.
Una actitud sattvica es inteligente y mantiene el balance, facilita el desarrollo de
la virtud y la bondad. Crea armonía y estabilidad y es de naturaleza liviana y
luminosa, provee satisfacciones duraderas en tanto profundas. Es el principio
de la claridad para observar a la razón y a nuestra emociones.
Sattva es el principio fundamental de la vida y es traducida como sabiduría o
conciencia misma. A menos que la mente esté calmada y clara no podemos
percibir apropiadamente, es la llave para la salud, creatividad y espiritualidad.
Sattva es la frecuencia más fina que adopta la naturaleza. Rajas es la fuente de
energía catalítica intermedia. Tamas es el lugar de reclinación, el modo más
embotado de la energía material.
La inclinación cualitativa de los tres Gunas en relación con del carácter
emocional (ubicación de la Luna en el mapa astral) se puede visualizar y
representar de esta manera:
La Luna en
Tamásico
Rajásico
Sattvico
Aries
Se imposibilita el
Reactiva con
La energía es
contacto
fuerza, muy
comprendida
consciente con la
fuerte,
como una fuerza
propia energía
inclinación a la
productiva,
vital, carece de
lujuria,
apropiada: Es
fuerza, no es
controvertido,
resistente en
productivo, no
hostil, egoísta,
situaciones
tiene objetivos, ni
vive en tensión
agotadoras
está dispuesto o
y luchando,
es capaz de
actitud
utilizar su fuerza,
competitiva,
permanece
guerrera,
abrumado por el
avaricia.
exceso de
tensión, carece
de motivación.
Tauro
Perezoso, no
Propenso a la
Desarrolla el
vives sus propios
lujuria, a la
amor en la
valores, no busca
posesividad, es
belleza, asume
la armonía
codicioso, busca ideales y valores
estética, es
otra aprobación,
universales, tiene
descuidado y
y la opulencia
una particular
sucio en su
material.
capacidad de
persona, quisiera
afecto y contacto.
que todo fuera
fácil..
Géminis
Vive embotado,
Su actitud es
Es inteligente,
es influenciado
propensa al
articulado,
fácilmente,
debate y a la
perceptivo,
carencia de
discusión; en su
informado,
interés propio,
argumentación
curioso, deseo de
ignorante, es
intenta anular al
aprender, y
carente de
otro e inclusive
mantiene una
comunicarse con
ridiculizarlo. Su
comunicación
efectividad o
comunicación
apropiada.
rápidamente, su
es hostil,
comunicación es
competitiva,
descuidada, y es
desarrolla
evidente su falta
sofismas
de estructura
deliberados
lógica.
para asegurar la
ventaja
personal.
Cáncer
Propenso a ser
Desarrolla
Es receptivo,
temeroso,
patrones
consolidando,
apático, mantener reiterados de
interactúa y se
una autoestima
ansiedad, se le
implica de
pobre, carecer de
dificulta la
manera sana
límites sanos,
empatía, es
emocionalmente
propenso a la
inseguro
desarrolla una
depresión y a la
emocionalmente capacidad de
tristeza, carente
y desarrolla un
emocionalmente
enojo depresivo. compasión
empatía, y
descuidado y
natural es seguro
rechazado.
emocionalmente.
Propensión a las
adicción de la
comida
Leo
Es carente de
Es un buscador
Brilla con los
propósitos y de
constante de la
demás, expresa
identidad propia,
fama, y de la
calidad e
Virgo
los sucesos le
atención de los
integridad, calor,
dan la sensación
demás,
es altamente
de estar perdido,
dramatiza
creativo, es
es frío e
constantemente, atento a su
introvertido,
es egotista,
individualidad,
carente de
arrogante, y su
más que a su
presencia y
vitalidad tiende
personalidad,
vitalidad.
a ser falsa, es
extrovertido y
utilitario.
vitali.
Es carente de
Propensos a la
Es inteligente,
interés e
discusión, y a la
articulado,
ignorante, su
anulación del
perceptivo,
comunicación es
otro. Son
informado,
lenta, prejuiciado
hostiles y
curioso, deseoso
y descuidada,
desagradables
de aprender, su
errores
en su contacto,
comunicación es
inadvertidos de la
competitivo.
apropiada ya
lógica que
analítica.
provienen
ignorancia.
Libra
Es perezoso, y no Tiende a la
Desarrolla la
vive sus propios
lujuria, a la
capacidad
valores, es
posesión, es
afectiva, el amor,
descuidado,
codicioso e
tiene una
sucio, y busca las
inseguro, busca
experiencia
soluciones
la opulencia
definida de la
fáciles.
material
belleza, los
ideales y es
afectivo dulzor.
Escorpión
Tiende al la
Desarrolla la
Desarrolla una
reclusión y el
pasión en tanto
alta espiritualidad.
asilamiento. Su
intensidad.
Tiene contactos
rencor es
Mantiene
profundos con
recurrente. Puede expresiones
emociones reales.
tender a ser
recurrentes de
Se devela el
obsesivo de la
revancha.
poder interno. Su
destrucción y a
Tiende a la
capacidad de dar
manipular a los
obsesión por el
lo lleva la
demás.
sexo o por el
compasión.
Propensión a las
dinero. Tiene
adicción de la
miedo a perder
sexualidad
el control.
genital.
Sagitario
Carencia del
Arrogante,
Tiene fe en sí
sentido de
mantiene una
mismo, desarrolla
posesión, mal
actitud de
la misericordia,
juicio para el
superioridad, se
tiene una visión
manejo de
jacta de su
de futuro, es
situaciones,
ostentación, es
desprendido y
carente de metas
presumido y
genera beneficios
y de fe en sí
ávaro.
emocionales y
mismo, es
materiales
ignorante de su
abundantes.
capacidad
espiritual.
Capricornio Tendencia a la
Ambición
Búsqueda
pobreza por
desmedida,
auténtica de la
carencia de
actitud crítica,
verdad y de la
habilidades,
anulación de los
justicia, desarrollo
actitud seca,
otros, complejo
de la maestría de
estéril, complejo
de superioridad,
lo esencial,
de inferioridad,
actos ásperos,
disciplinado y
negligente de los
insensible.
estructurado,
deberes,
capacidad de
irresponsable por
asimilar niveles
omisión
de conciencia
superiores.
Acuario
Actitud seca, y
Actitud
Búsqueda de la
propensión a la
ambiciosa y
verdad, desarrollo
pobreza y
crítica, actitud
de la
esterilidad,
de superioridad,
autodisciplina,
sentimiento de
actos ásperos,
desarrollo de una
inferioridad por
insensible,.
vida sustentada
ignorancia.
en la simplicidad
creativa.
Piscis
Inclinación a la
Propenso a
Relaciones
ensoñación, la
llorar mucho.
espirituales
imaginación
Idealización.
empáticas.
desbordada, y a
Escapa a través
Apertura a
la
de la fantasía.
fuentes
autocompasión.
Se enfoca a las
superiores de
Propensión a las
necesidades de
inspiración.
adicciones como
los otros.
Siente simpatía
el alcohol y
por los demás.
drogas.
Aprenden a
responder
constructivamente
a sus
sentimientos.
Algunas recomendaciones en la alimentación:
Algunos vegetarianos no logran desarrollar una alimentación equilibrada por el
consumo de elementos con los que distorsionan su capacidad de percepción y
atención emocional. Uno de esos alimentos es sin duda el azúcar refinada que
se elabora a partir de la caña de azúcar y de la remolacha. En el proceso de
refinación del azúcar se pierden sus sales minerales, fibras y vitaminas debido
a la cocción a altas temperaturas y al uso de productos químicos. El azúcar es
dañino porque proporciona solamente calorías vacías y arrastra las vitaminas y
minerales que exige al metabolismo (digestión, desintoxicación).
Además, para ser metabolizada, el azúcar precisa de las vitaminas del grupo B ,
en especial la B1, como la ingesta de esta vitamina es escasa, si el organismo
debe dedicar la que tiene a la metabolización del azúcar nos encontramos en
un fuerte déficit. Está demostrado que la deficiencia de vitamina B favorece la
aparición de problemas emocionales (depresiones) y trastornos en el sistema
nervioso, estos desequilibrios orgánicos tienen su correlato en el estado de
ánimo, y es que mientras la glucosa es absorbida por la sangre nos sentimos
artificialmente animados , pero cuando el páncreas sobreactúa sobreviene una
depresión, estamos pesados y cansados, hasta que se eleva de nuevo el nivel
de glucosa.
El azúcar no es necesaria para el ser humano, lo que es necesario es la
glucosa. La glucosa es el combustible para los procesos vitales pero debe ser
proporcionada por los carbohidratos completos (cereales integrales). Estos
alimentos al tener intactos los minerales, oligoelementos y vitaminas que
necesitamos son metabolizados por nuestro organismo convirtiéndolos en
glucosa. El azúcar nos hace perder la sensibilidad perceptual y nuestra
atención emocional (adormecida por el abuso de azúcar refinada) para disfrutar
de los sabores dulces naturales (casi todos los alimentos tienen azúcares
naturales: fructosa, lactosa, maltosa).
Una forma de reemplazar el azúcar es a través de la miel pura, sin aditivos, y
no sometida a la acción de la temperatura, además un mejor sustituto es la
fructosa (azúcar de la fruta).
Además la tradición aryurvédica nos señala algunas ideas básicas para que la
alimentación sea sana y de calidad: No comer a menos que sintamos hambre y
no beber a menos que sintamos sed. No comer cuando sentimos sed y no
beber cuando sintamos hambre. Es recomendable comer frutas de la estación
y tratar de que los alimentos sean frescos; evitando enlatados y comida
congelada.
Cuando coma concentre su atención en el sabor de los alimentos y rechace
cualquier tipo de distracción como: ver televisión, conversaciones excesivas o
lecturas inoportunas. Mastique suficientemente cada bocado (diversas
tradiciones orientales recomiendan por lo menos 32 veces antes de tragarlo)
Durante la comida son recomendables pequeños sorbos de agua. Beber
mucha agua después de las comidas diluirá los jugos digestivos, impidiendo
una buena digestión.
Siéntese a la hora de comer, no lo haga parado. Coma a una velocidad
moderada. No trague apresuradamente. Llene 1/3 de tú estómago con
alimentos, 1/3 con agua, y deje 1/3 vacío.
Durante las comidas no ingiera bebidas heladas, ó jugos de frutas, tome sorbos
de agua caliente entre bocados de comida.
Algunos hábitos alimenticios poco saludables: comer en exceso. Comer
seguido a una gran comida. Beber demasiada agua, o ninguna durante una
comida. Beber agua muy fría durante una comida o a cualquier momento.
Comer cuando estés constipado. Comer a la hora equivocada del día, o muy
temprano o muy tarde. Comer demasiadas comidas pesadas, ó demasiadas
comidas ligeras. Comer sin tener realmente hambre.
Y no perder la atención en el tema central de prathyâhâra: no comer como
reacción a un estado emocional alterado (citavritti).
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