razones por las que llevar alimentos biológicos al hogar

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RAZONES POR LAS QUE LLEVAR ALIMENTOS BIOLÓGICOS AL HOGAR
Y SER UN CONSUMIDOR RESPONSABLE
CONSUMIDOR RESPONSABLE
Nuestros hábitos cotidianos están contribuyendo a la degradación de la Naturaleza. La
sociedad en que vivimos favorece el consumismo y el despilfarro, somos la generación
de "usar y tirar", pero nuestro planeta constituye un sistema cerrado y la basura no
desaparece en el contenedor, todo va a parar a algún lugar: al aire, a la tierra o al agua.
Las Administraciones Públicas deberían fomentar urgentemente la reducción,
reutilización y máximo reciclado de los residuos domésticos e industriales; pero tú, no
lo olvides, eres el primer eslabón del proceso y debes contribuir reduciendo al mínimo
tus residuos y separando los componentes de la basura para su correcta Reutilización
o Reciclado.
"Los recursos naturales no son infinitos ni inagotables y los límites del crecimiento,
tanto económico como demográfico, no están lejos. Deberíamos reflexionar sobre
nuestra actual forma de vida y consumo".
Somos cada uno de nosotros los que consumimos algunos productos de gran impacto
ambiental, persuadidos por el actual modelo de producción y distribución; os
proponemos los siguientes cambios en los hábitos de compra y alimentación, son
sencillos pero trascendentales para preservar nuestra salud y nuestro entorno.
-
Compra envases de vidrio retornable:
Hace 15 años predominaban y hoy apenas persisten en bares y pequeños comercios.
¿Es esto progreso o involución? La reutilización del vidrio apenas encarece el producto,
supone un ahorro energético y no genera residuos. ¡Exígelos en tu establecimiento!
¡No permitas que te impongan envases de un solo uso! Actualmente sólo se recicla
aproximadamente un 30% de los residuos de vidrio. El coste ambiental de tanto
plástico nadie parece tenerlo en cuenta. Muchos envases de agua mineral son aún de
PVC (policloruro de vinilo). Intervienen muchos contaminantes en su fabricación y su
combustión genera ácido clorhídrico y dioxinas (productos altamente tóxicos). ¿Sabes
que sólo se recicla un 4% del plástico usado?
-
Lleva cesta y bolsas propias a la compra:
Es lo que siempre se ha hecho, pero ahora nos hemos vuelto tan cómodos... Solicita en
tu establecimiento que no repartan bolsas de plástico por su elevado costo ambiental.
Debido a nuestra inconsciencia, infinidad de aves y animales marinos mueren, al tragar
o quedar atrapados en plástico.
-
Reduce la utilización de aluminio:
Su producción requiere mucha energía y bauxita, cuya extracción contribuye a la
destrucción de la Amazonia. Evita las bebidas enlatadas, vale más el envase que su
contenido y apenas se recuperan. Utiliza fiambreras en lugar de papel de aluminio. Los
Tetra-brik llevan aluminio, plástico y cartón, su recuperación y reciclado son ínfimos.
Los aerosoles, de aluminio y hojalata, son muy problemáticos al convertirse en residuo:
puedes sustituirlos por pulverizadores rellenables, aplicadores de bola, de barra, etc.
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Elige frigoríficos sin gases dañinos:
Los gases CFC utilizados en la refrigeración, espumas sólidas o aerosoles, están
destruyendo la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta. Los HFC,
empleados ahora en la refrigeración, no destruyen el ozono, pero contribuyen al efecto
invernadero unas 3.200 veces más que el CO2 en un período de 20 años. En España
ya se comercializan frigoríficos sin estos gases. La radiación ultravioleta incrementará
los cánceres de piel y cataratas, y disminuirán las cosechas y la pesca. Debido al
efecto invernadero, la temperatura terrestre se elevará unos 3ºC provocando, según
latitudes, bien la desertificación o graves inundaciones en grandes áreas.
-
Reduce el consumo de pilas:
La energía eléctrica que producen es 450 veces más cara que la de la red y son una
gran fuente de contaminación por su contenido en plomo, cadmio, mercurio o litio.
Requieren separación por su toxicidad ambiental, sobre todo la pila-botón. Puedes
utilizar pilas recargables.
-
Consume alimentos frescos y naturales, de productores locales y con
mínimo embalaje:
Recuperemos la "dieta mediterránea", con predominio de cereales integrales,
legumbres y hortalizas, y disminuyamos el consumo de carne y alimentos envasados.
Muchos alimentos manufacturados presentan carencias en nutrientes esenciales y
oligoelementos. La inversión de estos hábitos dietéticos y las sustancias tóxicas, como
plaguicidas, hormonas, etc., han incrementado la incidencia de infarto de miocardio y
cáncer en la población. Paradójicamente estos cambios desfavorables se nos
presentan como "Mejor calidad de vida" El sobreconsumo de calorías, incide no sólo en
nuestra salud sino también en la explotación de los recursos naturales.
-
Interésate por los productos vegetales biológicos:
Se cultivan sin plaguicidas ni fertilizantes químicos. Son más sanos, sabrosos y ricos
en valor nutritivo. Su consumo disminuirá la contaminación con nitratos y plaguicidas de
las aguas subterráneas y se fomentará una nueva visión de la agricultura
-
Utiliza papel reciclado:
Tanto en folios y blocs de notas como en papel higiénico. Exígelo en tu comercio,
papelería y fotocopiadora. Consume menos papel, contribuirás a conservar los
bosques, ahorrar agua y energía, y evitarás - fuentes de contaminación (por ejemplo el
cloro utilizado en el blanqueo del papel convencional).
-
Consume productos de limpieza ecológicos:
No hagas cierto aquello de "hogares limpios, planeta sucio". Reduce la utilización de
lejía. Ya puedes optar por detergentes sin tensoactivos no iónicos, fosfatos,
blanqueantes, enzimas o policarboxilatos; se biodegradan en menos de una semana,
no como los convencionales. Una solución débil de vinagre es útil para la cerámica,
cristales o cuarto de baño. El zumo de limón abrillanta metales como el cobre o el
bronce.
Con la utilización de envases y embalajes desechables, pagamos tres facturas, el costo
añadido al producto, el costo de reciclado, incineración o vertedero, y lo peor, el costo
ambiental: contaminación y acumulación de residuos para las próximas generaciones.
MEJORA LA SALUD
La agricultura convencional utiliza numerosos productos para matar a insectos y otras
plagas, otras plantas que surgen junto al cultivo, combatir enfermedades, alterar el
crecimiento, ... Todos estos productos no son inocuos, aún en dosis mínimas. Tampoco
sus efectos a largo plazo y los de sus infinitas posibles combinaciones en nuestro
organismo.
La
agricultura
biológica
los
evita.
Contribuye a mantener la salud de los agricultores y consumidores, al no utilizar
biocidas ni semillas transgénicas, y producir alimentos equilibrados en nutrientes.
Los productos biológicos, cultivados sin uso de agroquímicos, respetando los ritmos
naturales, sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes.
Los cereales integrales, convenientes en la dieta por su riqueza en fibras y minerales,
deben ser biológicos. Si no es así, y han sido cultivados con pesticidas, éstos quedan
en mayor proporción en las cascarillas exteriores, por lo que resultan más peligrosos
que los refinados.
Con los alimentos biológicos se recupera el verdadero sabor de los alimentos. Además
se conservan mejor que los convencionales.
PROTEGE LA AGRICULTURA:
Contribuye a mantener el patrimonio genético, ya que para dejar de usar biocidas es
imprescindible que las plantas que se cultiven sean rústicas, adaptadas al lugar, es
decir, autóctonas.
Devuelve a la agricultura su papel de transformadora de energía solar en energía
alimentaria.
El compost, como base de fertilización, hace del suelo un medio adecuado para
albergar vida y alimentar a los microorganismos que en él habitan, que son los que van
a poner a disposición de la planta los elementos que necesita para su correcta
alimentación. La fertilización química mata la vida microbiana del suelo.
PROTEGE EL MEDIO AMBIENTE
Fertiliza la tierra y frena por tanto la desertificación.
Favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos.
Fomenta la biodiversidad.
Mantiene los hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la vida de
numerosas especies.
No sólo no contamina, sino que contribuye de manera eficaz a la descontaminación del
aire, el agua, el suelo, la flora y la fauna, hoy envenenados por la agricultura y
ganadería intensivas.
Al consumir productos biológicos se contribuye a extender su cultivo y, por tanto, a
evitar la contaminación de la tierra, las aguas y el aire.
POR UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA
La agricultura biológica mantiene la población rural con una base real e independiente
en cuyo contexto sí que son válidas opciones como el turismo rural, que por sí solas
son insuficientes y contribuyen a dar por sentada una situación: la desaparición del
agricultor.
Preserva por tanto la vida rural y, a su vez, la cultura y tradición campesina.
Permite la soberanía alimentaria. Es decir, la producción, el comercio y el consumo
local, como bases de la economía de las regiones.
Impulsa la creación de puestos de trabajo en el campo, ya que la agricultura biológica
requiere por sus propias características del trabajo y de la presencia de los agricultores.
Devuelve al campesino la gestión de sus tierras, le libera de la dependencia de las
grandes empresas y transnacionales de semillas y fitosanitarios.
Demandar alimentos biológicos es una elección responsable que puede lograr cambios
en la actividad de empresas y administraciones, impulsándolas hacia métodos y
productos más respetuosos con el medio y la salud de todos.
La agricultura biológica se complementa con el desarrollo de una nueva industria
alimentaria, que elabora verdaderos alimentos sanos y nutritivos, no meros comestibles
desnaturalizados. No utiliza aditivos de síntesis, que sólo tienen interés para que el
industrial pueda almacenar indefinidamente, ocultar la falta de sabor y mala textura que
tienen los productos obtenidos con las técnicas de la agroquímica, comercializar
productos en lugares lejanos a base de costosos transportes, fomentando el despilfarro
y la extravagancia.
UNA VERDADERA ECONOMÍA
Los productos biológicos no resultan más caros para la economía familiar. Protegen
mejor la salud de la familia y, además, su contenido en nutrientes por unidad de peso
es superior al de los convencionales, por ello cubren mejor las necesidades con menor
cantidad que los otros.
Según datos oficiales, el 60% de las enfermedades degenerativas están relacionadas
con la comida. El consumo generalizado de alimentos biológicos, supondría un gran
ahorro tanto para las familias como para los gobiernos.
En un alimento no biológico, para obtener cada caloría se gastan en producción,
preparación, transporte, etc.... 10 calorías, procedentes de fuentes no renovables. Con
el consumo de productos biológicos se contribuye al ahorro de energía y al reciclaje.
En agricultura biológica, no se despilfarra energía ya que, entre otras cosas, no utiliza
excesiva maquinaria.
El coste de la agricultura industrial o agroquímica es, si sé internalizan los costes de
producción y descontaminación posterior que conlleva, es mucho más cara para los
contribuyentes y los gobiernos. Desde esta visión global de la economía, la agricultura
biológica es una forma de producción que no sólo contempla los aspectos relacionados
con la salud y el medio ambiente, sino que además regenera y enriquece el patrimonio
del agricultor y por tanto de la naturaleza.
UN COMERCIO JUSTO
El movimiento internacional de Comercio Justo quiere establecer un verdadero puente
entre el Norte y el Sur para lograr condiciones laborales y comerciales justas e
igualitarias, que ayuden a las poblaciones a cambiar sus condiciones de dependencia.
Se trata de unas "reglas de juego" distintas a las habituales, que tienen en cuenta las
condiciones de vida de las personas y el respeto por su entorno natural. Las
organizaciones de Comercio Justo pagan por cada artículo un precio acorde al
esfuerzo de los trabajadores, asesoran sobre la producción, ofrecen créditos, pagan
parte del pedido por adelantado y, finalmente, lo hacen llegar hasta nosotros.
El Tercer Mundo solicita desde los años sesenta, una mayor apertura de los mercados
y critica las fluctuaciones del precio de las materias primas. Cada devaluación
empobrece a los campesinos, obliga a extender los cultivos e impide el desarrollo de
infraestructuras y servicios sociales.
Salarios para una vida digna
Los sueldos que reciben los trabajadores del Sur les condenan a ser esclavos de la
pobreza
Unos 100 millones de personas viven del café. La mayoría son jornaleros o pequeños
campesinos que cultivan sus parcelas. Cuando caen los precios del café, los pequeños
propietarios deben aumentar el área dedicada a este cultivo en detrimento de los
productos para el autoconsumo. Los jornaleros deben andar varios kilómetros para
llegar hasta las plantaciones y cargar los sacos de café de vuelta.
No a la explotación infantil
Los niños y niñas trabajan como adultos en muchos países del Sur
Los jornaleros son ayudados por sus hijos e hijas para así aumentar los ingresos. Las
situaciones de extrema pobreza que viven las familias les fuerzan a ello. Sin una
escuela que les facilite un mejor futuro, trabajan demasiadas horas y viven en
condiciones insalubres y expuestos a enfermedades. Además, cobran menos por su
trabajo y sufren trastornos que les afectan física y psíquicamente.
Igualdad entre hombres y mujeres
Es habitual que la mujer cobre un salario inferior por realizar el mismo trabajo que un
hombre
Desde la cuna hasta la tumba, las mujeres están sistemáticamente discriminadas en el
plano social y económico. Esto les supone carecer de posibilidades de alcanzar un
empleo seguro, ingresos propios, formación y por tanto tomar decisiones sobre su
propio futuro. El 70% de los que viven en la pobreza absoluta son mujeres y hay un
abismo entre la retribución que las mujeres reciben y el papel que desempeñan en la
sociedad.
Respeto al medio ambiente
La sobreexplotación de los recursos naturales compromete el desarrollo de los países
del sur
En los últimos años se ha intensificado el uso de pesticidas y fertilizantes en las
plantaciones. Se estima que en los países del Tercer Mundo se utilizan sin control unas
400.000 toneladas anuales de pesticidas, muchos de ellos prohibidos en los países del
Norte. Aunque a corto plazo eliminan las plagas, estos productos afectan a la piel y a
las vías respiratorias, y provocan la degradación de los suelos y la contaminación del
medio ambiente, con la consiguiente recesión de los cultivos.
El Comercio Justo, una alternativa valiosa
En occidente, muchos consumidores saben que los bienes están muy mal repartidos y
que los productos son demasiado baratos para que los productores de los países en
desarrollo puedan vivir dignamente. Quisieran poner su granito de arena para que la
situación cambie, pero no saben cómo. El Comercio Justo propone a los consumidores,
empresas, ciudadanos y políticos una solución sencilla para mejorar la situación de los
productores del Sur.
El aumento sin precedentes del comercio internacional de bienes y servicios en los
últimos 50 años ha propiciado un crecimiento notable de los ingresos de mucha gente,
tanto en el Norte como en el Sur. Sin embargo, la globalización y la liberalización sin
límites, acentuadas en los últimos 20 años, han hecho estragos en la vida de los más
pobres del planeta.
Gracias a la sensibilización llevada a cabo por muchas ONG, Organizaciones de
Comercio Justo, asociaciones ecologistas y otros, la gente en los países desarrollados
es cada vez más consciente de que los productos que compra procedentes del Sur son
demasiado baratos como para que los productores de los países en desarrollo tengan
un ingreso decente. Sin embargo, en general, no saben cómo deben actuar. Según
Pierre Calame, la mayor amenaza para el cambio es precisamente este sentimiento de
impotencia.
El objetivo de este tipo de comercio es reducir la pobreza del Sur gracias a un sistema
comercial que dé a los productores marginados acceso a los mercados del Norte. Este
comercio alternativo se basa en las capacidades de los productores y permite a
las comunidades participar en su propio desarrollo, al mismo tiempo que
satisface una demanda de los consumidores del Norte.
La característica del Comercio Justo es la igualdad y el respeto que se profesan los
productores del Sur y las importadoras, tiendas de Comercio Justo, organismos de
marcas y consumidores del Norte. "Humaniza" el comercio al acortar al máximo posible
la cadena productor-consumidor para que los consumidores tomen conciencia de la
cultura, la identidad y condiciones de vida de los productores. Todos los eslabones de
la cadena se adhieren a los principios de Comercio Justo, a la necesidad de
transparencia en sus relaciones de trabajo y a la importancia de las actividades de
sensibilización y de presión política.
De esta manera, los productores y los importadores han adoptado en común unos
principios o criterios.
Los productores del Sur deben al menos comprometerse a:
• Funcionar y tomar decisiones de manera democrática en el seno de sus
organizaciones
• Ser productores asociados
• Grupos socioeconómicos desfavorecidos de difícil acceso al mercado
• Estructuras abiertas y transparentes
• Estructuras participativas y democráticas
• Producción respetuosa con el entorno medioambiental y cultural
• Condiciones laborales dignas y saludables
• Re / inversión social de los beneficios
• Igualdad de oportunidades mujer / hombre
• Derecho de libre asociación
• Productos de calidad.
A cambio, las organizaciones de Comercio Justo del Norte se comprometen a :
• Estructuras participativas y democráticas
• Entidad no lucrativa (sin reparto de dividendos)
• Reinversión de los beneficios, en el proyecto o social
• Transparencia en la gestión comercial y financiera
• Labor de sensibilización y lobbying político Dar a los productos del Sur acceso directo
al mercado europeo, evitando en lo posible los intermediarios y los especuladores.
• Pagar un precio justo para los productores que cubra sus necesidades vitales y los
costes
de
producción
y
deje
un
margen
para
invertir.
• Pagar por adelantado parte del precio (40-50%) para que los productores no se
endeuden.
• Mantener relaciones de trabajo y firmar contratos a largo plazo con los productores.
A estos elementos fundamentales de la colaboración, se suelen añadir otros aspectos.
La actividad de los productores debe ser sostenible (a nivel económico,
medioambiental y social), sus condiciones de trabajo deben ser aceptables, deben
contribuir al desarrollo de la comunidad y crear empleos en lo posible.
En el caso de plantaciones o fábricas, se deben respetar los derechos fundamentales
promovidos por la OIT que son los siguientes: libertad de asociación, derecho de
organización y de negociación colectiva, edad mínima de admisión al trabajo,
prohibición de la discriminación en la contratación y el trabajo, prohibición de la
discriminación contra las mujeres, prohibición del trabajo forzoso, seguridad e
higiene laboral.
Contextualización
La cooperación tradicional de los países desarrollados, en tanto representa la voluntad
de solidaridad de sus gobiernos, y de los agentes no gubernamentales, tiene límites
definidos por dicha voluntad, y por el uso que hacen de ella los receptores de la ayuda.
La globalización económica y la liberalización de los mercados no se basan en
un trasfondo de voluntad política de un cambio estructural de las relaciones SurNorte, ni han tenido como consecuencia una mejora de las condiciones de vida
de los grupos sociales más desprotegidos. Su situación socioeconómica se ve
empeorada a pesar de años de cooperación gubernamental y de la incesante labor de
las Organizaciones No Gubernamentales.
En consecuencia, el lema Comercio, No Ayuda debe de reformularse de modo tal que,
dentro del marco comercial se definan pautas que garanticen a los grupos productores
del Sur el acceso a los mercados del Norte en condiciones ventajosas, el beneficio
directo, un precio justo para sus productos agrícolas y artesanales, la igualdad de
oportunidades y una mayor eficiencia y calidad ecológica y social, tanto en el producto
final
como
en
los
métodos
de
producción.
Evidente conclusión: La necesidad teórica y práctica de un comercio que ayuda,
relaciones comerciales directas y equitativas, al servicio y en beneficio del pequeño
productor. Mientras no existe una reestructuración de la economía y del comercio
mundial, con el punto de mira con el pequeño productor, el Comercio Justo se
hace preciso como otra vía de cooperación complementaria.
C.E.C.J.
http://www.e-comerciojusto.org
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