Condicionantes biológicos en deficiencias del Aprendizaje Tarea Presencial 1 en clase. Tiempo = 2 horas 1. Dimensión Biológica, antropológica y social del proceso de enseñanzaaprendizaje (páginas 2-6) Trabajo individual: - Leer detenidamente el texto y subrayarlo - Apuntar los términos o cosas que no entendáis. Las aclararemos después de haber leído el texto Trabajo por grupo (tres o más personas) - Resumir las diferentes dimensiones del proceso enseñanza-aprendizaje. Podéis añadir aportaciones propias que hayáis adquirido durante vuestra experienciaformación (estudios, experiencia profesional…) - Intentar “capturar”, a poder ser, en una sola frase el significado de cada una de las dimensiones del proceso enseñanza-aprendizaje I. Introducción al concepto de deficiencias en el aprendizaje Aunque existen varias formas de aprender (los psicólogos han identificado varios tipos de aprendizaje), existe una definición general que abarca a todos ellas: es un cambio de comportamiento relativamente permanente como resultado de la experiencia1. El soporte fisiológico del aprendizaje descansa en los tejidos del Sistema Nervioso Central, capaces de modificar su estructura funcional mediante las experiencias del animal. Esta definición general diferencia entre cambios del comportamiento debidos a la maduración biológica (del cuerpo y de la mente) de aquellos cambios debidos a la experiencia vivida por el animal o persona. Por ejemplo, los niños se convierten en mejores jugadores de fútbol a medida que aumenta la edad. Ello se debe en gran medida al desarrollo de sus músculos y de sus sistemas neuromotores que se produce durante la maduración. Sin embargo, en el aprendizaje interviene la práctica, es decir, la experiencia vivida con anterioridad. Existen otras salvedades, tales como el agotamiento, tensión, etc, que producen cambios en el comportamiento pero que se dan a corto plazo. 1. Dimensión biológica, antropológica y social del proceso de aprendizaje Centrándonos más en el tema que nos ocupa en este momento, es decir en las dimensiones del proceso de enseñanza-aprendizaje, debemos considerar a éste, como un proceso muy complejo en el que intervienen una gran cantidad de factores que le dan unas dimensiones que transcienden, o que traspasan los límites de lo individual (que daría lugar a un análisis psicológico) o bipersonal (binomio enseñante-alumno, que daría lugar a un análisis pedagógico). Es decir, que además de las dimensiones psicológicas y pedagógicas propias de los procesos enseñanza-aprendizaje, hay que tener en cuenta otras dimensiones (factores) como son (Martí, 1982): (A) Factores psicológicos y pedagógicos B. Factores incluidos dentro de una dimensión biológica C. Factores incluidos dentro de una dimensión antropológica (hombre como ser cultural D. Factores incluidos dentro de una dimensión social Como corresponde a nuestra asignatura, y teniendo en cuenta que el currículo de la Titulación de Psicopedagogía incluye los aspectos psicológicos y pedagógicos de los trastornos del aprendizaje, vamos a comenzar a estudiar, y a profundizar más adelante, los factores de los procesos de nseñanzaaprendizaje incluidos dentro de la dimensión biológica B) Dimensión biológica del proceso de aprendizaje. Muchos autores consideran que el proceso de enseñanza aprendizaje precede y determina el desarrollo biológico del sujeto y no al revés. Si no hay aprendizaje, si no hay interrelación del sujeto con los diferentes estímulos, la mente no se desarrolla o lo hace insuficientemente. Por lo tanto, la ausencia de estimulación es una de las causas que originan deficiencias en el aprendizaje. 1 Los libros de psicología general (Feldman, 1994; Kimble et al., 1992) lo definen así. Por tanto, podemos asumir que la experiencia (experiencia, interrelación con el medio ambiente, estimulación sensorial, estimulación por parte del medio ambiente, etc) es necesaria para que se desarrollen los procesos y estructuras cerebrales imprescindibles en el aprendizaje. Se podría decir que a mayor privación sensorial, mayores posibilidades de dificultad en el aprendizaje. Los cambios estructurales a los que nos referimos han sido evidenciados utilizando técnicas histológicas sofisticadas que usan colorantes vitales no tóxicos que permiten reconocer un mismo campo neuronal en el intervalo de meses. Así, se han observado alargamientos, retraimientos, eliminación y neoformación de ramas dendríticas. Estos datos han mostrado que las neuronas tienen una intensa actividad morfológica que debe estar relacionada con importantes cambios funcionales. La participación de los acontecimientos externos (estímulos) en el desarrollo mental ha sido inferida no solamente a partir de las conductas observadas como respuesta a ciertos estímulos, sino también, se ha constatado en las estructuras cerebrales. Por ejemplo, Delgado (1972) ha determinado en sus trabajos de investigación sobre monos que del 80 al 90% de las neuronas del hipocampo (Archicórtex: área de asociación), bulbo olfatorio y cerebelo se forman después de que el animal ha nacido. Tanto el número de estas nuevas neuronas, como las conexiones estructurales que se establecen entre ellas, vienen influidas por la experiencia proporcionada por los estímulos sensoriales del medio ambiente. Hay trabajos que van en esta línea que muestran que los distintos medios ambientales pueden producir a nivel individual alteraciones mensurables en la química y anatomía cerebrales (ello relacionaría al comportamiento con los factores químicos). Así, se han descrito variaciones del RNA y de proteínas en la corteza cerebral u otras áreas del cerebro durante el aprendizaje por condicionamiento clásico. Animales desprovistos de vista u oído presentan unas neuronas cuyo desarrollo bioquímico es deficiente. El neurólogo Cajal determinó que las microneuronas del cerebelo que sirven de asociación, se desarrollan después del nacimiento bajo la influencia de las actividades del niño. Es como si “parte del medio ambiente quedara absorbido por el cerebro en desarrollo, formando parte estructural de sus propias neuronas” (Delgado, 1972; en Marti Quiros, 1982: 14). No podemos obviar los importantísimos estudios que se han realizado en animales sometidos a privación precoz de experiencia sensorial y/o social. Las posteriores valoraciones de la influencia de estas experiencias muestran trastornos en la organización y actividad del cerebro, con aparición de alteraciones perceptivas y/o comportamentales, así como toda una serie de cambios neurológicos: disminución en el número de neuronas, en la cantidad de sinapsis, en las arborizaciones dendríticas, etc. Por ejemplo, Delgado (1994: 56) señala que la histología de la corteza visual muestra un aspecto rudimentario meses después de que gatos recién nacidos fueran desprovistos de la vista. Las neuronas occipitales mostraban un estado infantil, sin desarrollar, presentando una gran pobreza en las espinas dendríticas, en las ramificaciones axónicas y en sus conexiones sinápticas. “La conclusión era que los programas genéticos, por sí mismos, no bastan para la estructuración de las neuronas, y que la información sensorial que se recibe desde fuera del cerebro es totalmente imprescindible para la normalidad neuronal”. Otros estudios realizados con animales en ambientes estimulatorios enriquecidos muestran mayor desarrollo del córtex y un mayor peso cerebral que el de animales no sometidos a dichos ambientes. Así, Rosenzweig (1979) ha demostrado que las ratas criadas en medios ambientes enriquecidos, con jaulas amplias, en compañía de otros congéneres, y con numerosos objetos con los que interactuar, desarrollaban cortezas cerebrales con mayor espesor y riqueza neuronal que otro grupo similar criado en jaulas pequeñas, sin compañía y en aislamiento sensorial. Otros autores han llegado a conclusiones similares: las ratas con ambientes ricos tenían contactos sinápticos un 50% más abundantes que en los animales aislados. Las experiencias de aislamiento sensorial en humanos son más difíciles de acopiar. Bloom y Lazerson (1988) recogen la desafortunada experiencia de una niña que permaneció recluida forzosamente en una pequeña habitación, desnuda y restringida en sus movimientos por una especie de arnés construido por su padre psicótico. El único alimento que había probado era leche y papillas. Cuando Genie fue descubierta, en 1970 pesaba menos de 30 Kg no podía extender sus miembros, no sabía masticar ni controlar sus esfínteres y no hablaba ni comprendía lenguaje alguno. Según su madre, la niña había nacido completamente normal. Con posterioridad Genie recibió todos los cuidados y atenciones profesionales posibles. Logró aprender a hablar al nivel de una niña de dos o tres años y a utilizar algunos objetos pero su lenguaje no progresó. Se comprobó que estaba usando para hablar el hemisferio derecho en vez del izquierdo. A este respecto podemos señalar que si el lenguaje no se aprende a la edad apropiada, cesa la plasticidad neuronal de la región cerebral que, en potencia, puede especializarse, pero que a falta de estimulación sensorial apropiada sufre una atrofia anatómica y, por consiguiente, funcional. Hay numerosas evidencias y experiencias que, en este mismo sentido, muestran que las conexiones que se forman en las células nerviosas corticales no se desarrollan en esquemas predeterminados innatos, sino en sistemas de enlaces funcionales dependientes de los estímulos recibidos del medio. Si falta el estímulo, los enlaces no se forman y los módulos de comportamiento tampoco se desarrollan. Estas conexiones (o enlaces) de la corteza cerebral suponen verdaderos cambios físicos (Hubel y Wiesel, 1977). Al nacer, el número de conexiones neurales es escaso2 pero se crean nuevas conexiones a enorme velocidad durante la infancia, alcanzando la máxima densidad a los 6 años. A partir de entonces disminuyen a medida que van “muriendo” las conexiones no deseadas. Los adultos pueden aumentar sus conexiones neurales al aprender nuevas cosas, pero, si el cerebro no las usa (éstas u otras viejas), las conexiones desaparecerán (Carter, 1998). Todo ello, y mucho más, apoya la hipótesis de que la experiencia, el aprendizaje, tiene una importancia determinante para el desarrollo neurobiológico de un sujeto y que en la medida en que el proceso de aprendizaje presenta deficiencias, éstas podrían también tener un correlativo biológico. El sujeto que ve limitada su experiencia sensorial, la entrada de información, o sea, su percepción y aprendizaje, sufre las consecuencias de la deficiencia a través de la menor riqueza de su actividad bioquímica neuronal y de menor número de conexiones neuronales que se establece. Aunque las personas nacen con casi todas las neuronas que van a poseer en la vida adulta, el peso del cerebro del recién nacido a penas es la cuarta parte del peso del adulto. El cerebro crece porque las neuronas aumentan de tamaño y se incrementa el número de axones y de dendritas, así como la cuantía de conexiones que establecen (Shatz, 1992). 2 C) Dimensión antropológica. Para Leontiev, Luria (neurólogo ruso) y otros (El hombre nuevo, 1976; en Martí, 1982) el aspecto más importante del desarrollo mental del ser humano es el proceso de asimilación de la experiencia acumulada por el género humano en el curso de la historia social. Por tanto, el niño, considerado como “candidato a ser humano”, para que logre serlo, debe asumir a través del aprendizaje la experiencia histórico-social. Además es imprescindible para la sociedad que el niño adquiera la experiencia social y que se integre plenamente en la sociedad. Si este proceso de aprendizaje fracasa, las consecuencias no solo implican al sujeto sino que es toda la sociedad la que queda afectada. (Adaptación al medio humano. Valores, conceptos, creencias, normas, reglas, etc.) Gehlen (1993) señala que no existen seres humanos capaces de sobrevivir exclusivamente a partir de la herencia biológica y de sus propias vivencias personales, sino que precisan además de los conocimientos adquiridos y aportados por otros miembros de la comunidad (Esto es de mi titularidad) Tal vez, al citar esta dependencia social humana nos venga a la mente los casos de los niños lobo. Maturana y Varela (1996) nos recuerdan el suceso que se produjo en 1922 en una aldea bengalí al norte de la India, en donde dos niñas hermanas fueron extraídas del seno de una familia de lobos que las había criado en completo aislamiento de los seres humanos. La niña pequeña de 5 años murió al poco tiempo de ser rescatada. La otra de 8 años, sobrevivió otros diez años más. En el momento de encontrarlas ambas estaban sanas y no mostraban signos de desnutrición. El caso muestra que a pesar de que su constitución genética y su anatomía y fisiología eran humanas, las niñas, después de ser rescatadas, nunca llegaron a acoplarse al contexto humano. Las conductas que el misionero que las cuidó quería cambiar en ellas, porque eran aberrantes en el contexto humano (formas de comer y correr, de apariencia lobuna, etc.), eran enteramente naturales en su crianza lobuna. Estas niñas lobo no tuvieron las interacciones sociales que todo niño tiene y su conducta de correr erguida, por ejemplo, no se desarrolló. Hasta para estas cosas que nos parecen tan elementales dependemos de un contexto humano que nos rodea como el aire que respiramos. Nada estaba escrito en los genes sobre cómo debían caminar ni cómo debían comer, a pesar de estar biológicamente constituidas para ello. Los autores nos recuerdan que Mowgli, el niño de la selva que imaginó Kipling, nunca pudo existir, pues sabía hablar y se comportaba en muchos sentidos como los seres humanos, y sin embargo, no se había criado con ellos. El desarrollo mental y comportamental del ser humano, del cual depende su capacidad de adaptación, se produce como resultado de un proceso cerebral dinámico en el que se suceden cambios estructurales, y en el que tanto los procesos madurativos intrínsecos como la estimulación procedente del entorno ecológico y social son necesarios para tal desarrollo. A consecuencia de esta dinámica, especialmente intensa durante las primeras etapas de la ontogenia, las personas logran ciertas modificaciones morfológicas y fisiológicas que les permiten poner de manifiesto ciertas aptitudes cognitivas y comportamentales. En el proceso de transmisión de la cultura se cumplen cuatro funciones independientes: 1. función conservadora, en tanto que se trata de preservar lo aprendido por la humanidad (sociedad) a lo largo de muchas generaciones. 2. función socializante, que permite al individuo integrarse en la sociedad 3. función represiva, de los elementos que no se adaptan a los esquemas de la sociedad (comportamiento, actitud, ...) 4. función transformadora, en tanto que la sociedad evoluciona hacia formas de vida más equilibradas y de mejor calidad de vida. D) Dimensión social. La dimensión social del proceso de enseñanza-aprendizaje es fundamental ya que el ser humano es un ser social. 2. Factores del proceso de aprendizaje. Pain (1973, en Martí, 1982) considera que en el proceso de enseñanza aprendizaje coinciden cuatro elementos o factores sin cualquiera de los cuales este proceso no es posible. Estos factores son: - Momento histórico. Constituye el medio ambiente inmediato (dimensión o tiempo cronológico) y mediato (lugar geográfico) dentro del cual se da el proceso educativo. Incluye, por tanto, los aspectos sociológicos, culturales, etc. del ambiente, así como los elementos institucionales. - Organismo. Hace referencia a las características somáticas, biológicas, etc. del sujeto, que constituyen el soporte físico del proceso de aprendizaje. En ocasiones estas características determinan el tipo de enseñanza. - Etapa genética. Es el momento evolutivo (supongo que del desarrollo evolutivo) en que se encuentra el sujeto sometido al proceso de enseñanza aprendizaje. Se incluirá las características intelectuales, perceptivas, motrices, etc. que definen un determinado momento evolutivo. También estas características específicas definen el modo de enseñanza, ya que ésta se debe adaptar al momento evolutivo de los sujetos (desarrollo intelectual). - Sujeto. Comprende las características psicológicas diferenciales propias de cada sujeto: experiencia, capacidad, personalidad, expectativas, etc. y que éste pone en juego en el proceso de aprendizaje. Todos estos elementos deben ser analizados en los procesos de enseñanza-aprendizaje.