Estrategia: La inflexión entre el pensamiento vertical y el pensamiento lateral Por Luis Fernando Sánchez1 Estrategia, creatividad y lógica formal: La formulación de estrategias exitosas combina procesos mentales de pensamiento formal o vertical conjuntamente con el pensamiento lateral que permite la reestructuración de los modelos mentales que rigen la dirección de las organizaciones. En un punto del proceso de pensamiento estratégico se mezclan el razonamiento lógico y el ingenio para incrementar el grado de innovación y el valor agregado de los productos y servicios de la organización. La formulación de estrategias es entendida como la generación y el diseño de formas para alcanzar los objetivos propuestos por las organizaciones. Sin embargo, el término tiende a confundir dos procesos mentales que surgen en la mente del estratega: La generación de la idea y el método para implantarla en la organización son dos procesos diferentes que los estrategas deben habituar en su trabajo. Todas las teorías sobre estrategia organizacional concluyen en la aplicación de un modelo formal de pensamiento para la definición de diferentes formas de hacer las cosas. Sin embargo, este modo de pensar está muy relacionado con la estructura de la mente y la forma como se construye el conocimiento. La mayoría de documentación al respecto coincide en aceptar que la estrategia es el resultado de la aplicación de un proceso en el cual se define el problema a resolver, se agrupan las posibles causas, se abstraen y formulan las soluciones, se validan las soluciones propuestas, se sacan conclusiones, se corrigen dichas conclusiones, se definen las acciones a implantar y se hace un seguimiento a la ejecución de estas acciones. Esto constituye un proceso formal para el diseño e implantación de la estrategia. Sin embargo, la estrategia no es sólo eso, tiene asociado un grado de creatividad, de perspicacia, de ingenio que puede ser susceptible de generarlo con la aplicación de modelos formales para acostumbrar a la gente a generar las ideas. El estratega debe desarrollar y habituase a aplicar un proceso mental que le permita utilizar información para generar ideas creativas, mediante la reestructuración de los paradigmas o modelos de pensamiento preexistentes en su mente, para definir el curso o la estructura de una estrategia exitosa. Existen factores en la generación de esas ideas que tienen carácter meramente espontáneo que no son susceptibles de controlar. Como lo menciona Edward De Bono 2 en su libro: 1 Extraído del sitio www.degerencia.com 1 La perspicacia, la creatividad y el ingenio son procesos espontáneos que están fuera del control de la mente humana. Nadie puede manipular su mente para ser más perspicaz o más ingenioso. Esto no quiere decir que, acompañados de otros ejercicios mentales, no se pueda indirectamente incrementar el uso de la creatividad en la mente del estratega. La creatividad es, finalmente, la reestructuración de viejos modelos de pensamiento. Como la mencionamos anteriormente, en el proceso de formulación de estrategias el estratega debe identificar dos componente básicos: La generación de ideas creativas y el diseño -y aplicación- de esas ideas al mejoramiento de la organización. Estos son dos procesos mentales de diferente naturaleza, pero complementarios al fin. En la medida en que el pensamiento lateral o creativo aumenta la eficacia del pensamiento vertical, surgen nuevas ideas o referentes para construir una elaboración lógica del mismo. Para ilustrar la diferencia, el pensamiento creativo puede partir de errores para generar una idea innovadora, mientras que implícitamente el modelo lógico formal y secuencial de pensamiento no analiza una idea sino que esta lógicamente enlazado al postulado general. Por esta razón, un modelo de pensamiento estratégico en el cual se sigan ciertos pasos para concluir la estrategia más adecuada para una compañía debe estar acompañado de una continua reestructuración de esos modelos de pensamiento para generar nuevas ideas. En el modelo de pensamiento estratégico planteado por Omahe, el análisis se inicia con la identificación de un punto de partida y el entendimiento -por parte del estratega- de la manera en la cual cada componente de la estrategia contribuye al objetivo general. Sin embargo, el pensamiento lateral facilita la generación de ideas que después son estructuradas en lo que se denomina diseño y formulación de la estrategia. Como lo menciona Omahe3: "Los eventos de la vida diaria no siempre siguen tendencias lineales." Por esta razón la mezcla entre pensamiento lineal y pensamiento lateral es la forma de pensar y analizar estratégicamente. Con esta premisa, el proceso de pensamiento estratégico se convierte en el hábito de formular preguntas inteligentes que cuestionen y reestructuren los modelos de ideas con que cuenta el estratega; sumado a una actitud mental que promueva el hábito en actuar del estratega. 2 3 De Bono, Edward: "El Pensamiento Lateral". Editorial Paidós Plural, 1998. Omahe, Kenichi: "La Mente del Estratega". Editorial McGraw Hill. Madrid, 1990. 2 Lo anterior nos permite concluir que es muy eficaz para pensamiento estratégico formular preguntas que faciliten la identificación de los problemas de las organizaciones y la determinación de los puntos clave que debe contener la estrategia. Este modelo de pensamiento facilita la aplicación de ideas novedosas al aprovechamiento de recursos y talento humano en el desarrollo estratégico de una organización. La aplicación de pensamiento lateral, conjuntamente con técnicas conocidas -como el análisis de espina de pescado- facilitan la identificación de problemas y sus causas, convirtiéndose en la materia prima para la formulación de la estrategia. El desarrollo y crecimiento de una organización se convierte en la ejecución de un ciclo en el que el estratega cuestiona constantemente los modelos mentales o "paradigmas" que tiene y aplica cotidianamente en su organización, busca información del entorno a través de análisis de competidores, clientes, políticas y todo aquello que sirva para crear nuevos referentes mentales. Estos nuevos referentes o patrones mentales, son aplicados a la organización luego de haber analizado detalladamente la capacidad interna para formular posibles soluciones, y son llevadas a la práctica para su validación. Cuando se valida y aplican estas nuevas ideas, entonces los viejos modelos de ideas en la mente del estratega son trasformados para dar lugar a nuevos referentes. Un análisis conjunto entorno/capacidad puede indicar, por ejemplo, cuál es la mejor estrategia precio/producto que la compañía debe aplicar, dadas las características de sus competidores. Más aún, es capaz de identificar ventajas comparativas derivadas de la interacción de áreas funcionales al interior de la empresa. En conclusión, el proceso de pensamiento estratégico es una combinación de procesos mentales lineales y procesos de pensamiento creativos derivados de la estimulación del ingenio y la perspicacia del estratega. En este escenario, ¿cuáles deben ser las acciones para desarrollar el hábito pensar creativamente en un estratega?, ¿Qué se requiere para destruir un modelo mental y reformular un nuevo ordenamiento de ideas alrededor del mejoramiento de temas claves en la organización? Estos son algunos de los interrogantes cuyas respuestas permiten ampliar los horizontes y con ello las posibilidades creativas de una organización. 3