El abanico de la mente Entre distintas posibilidades, intentaré mostrar dos características polares entre las formas de pensar que tenemos habitualmente. Hay un tipo de personas que piensan con una mente que le llamaremos: Loft. Un gran espacio abierto, sin consignas establecidas y con todas las cosas necesarias dentro del mismo lugar, esparcidas aleatoriamente y todas a la vista. De esta manera, en un “Loft”, podremos encontrar la bañadera junto a la cocina, los libros sobre la mesada y el calefón lindante con la biblioteca. Las cosas en un “Loft” están esparcidas sin criterio alguno, aparecen a la vista según la figura y fondo que se registre, y se tornan visibles en situaciones inesperadas. Hay mentes que necesitan permanecer en un “Loft” y en ese gran espacio ir encontrando los pensamientos. De esta forma, el conejo aparece dentro de la galera en el momento menos esperado. Las ideas florecen como si fueran silvestres y lo previsto queda de lado ya que todo está dentro del “Loft” pero no se sabe donde. Otras mentes, en las antípodas, las podemos llamar: ferreterías. Todo está ordenado, en un lugar previsto, y cada pensamiento tiene un metódico camino a seguir. En consecuencia, Don Eustaquio, el dueño de la ferretería, cuando alguien le pide tornillos de ¾ punta roma, rosca izquierda, para madera; él sin titubear, camina el pasillo hasta la mitad, dobla a la derecha y avanza hasta la tercer estantería, estira su brazo derecho y en la parte superior, la segunda caja es la de esos tornillos. Todo se torna previsible, seguro y cómodo El lograr concretar una mente de “Ferretería”, aparece como positivo. Sin embargo requiere de un gran trabajo de organización y control. Para ese tipo de mente el detalle es sustancial, y mantener ordenado cada estante, conociendo los faltantes y mantener la sistematización, requiere de un gran esfuerzo. También puede pasar que el estricto sistema de ordenamiento, impida la entrada de nuevos pensamientos, nuevas ideas y creaciones. Todo tiene un lugar y hay poco espacio para nuevos conceptos. Entre el”Loft” y la “Ferretería”, hay un abanico de posibilidades donde seguro nos podremos encontrar. Entre un polo y el otro, hay una cantidad de contingencias como personas existan. Cada uno tiende a sentir mejor un esquema y quedarse cerca de esa construcción de sus ideas y pensamientos. La propuesta es investigar esa parte poco conocida de nuestra mente. Entrar en la “Ferretería” si necesitáramos ordenar o secuenciar ideas y permanecer en el “Loft” si quisiéramos abrirnos a la infinita experiencia de la creación, para fluir libremente en una búsqueda. Hay una figura en el Tao Te Ching que muestra la contradicción del junco. Por un lado, si estamos en un estero, podremos observar la delgada estructura de la vara del junco y la impresionante resistencia de su raíz. El junco puede soportar vientos que lo mantengan en diferentes posiciones, moviéndose alocadamente en un temporal. Por otra parte, con esas raíces tan fuertes, logra quedar inmóvil en su lugar en medio de la tormenta. La contradicción manifiesta de su parte robusta con el fragmento frágil, lo aferrado con lo flexible, la porción fija contrastada con la fracción móvil. Las personas tienen contradicciones parecidas en distintos momentos de su vivir. Dentro de esas contradicciones puede aparecer la forma de construir los pensamientos. Aceptar que podemos usar nuestra parte de “Loft” para aquellas cosas que aparezcan como creativas sin abandonar nuestra parte de ”Ferretería” para todo aquello que requiera una clasificación . Aceptar que nuestro potencial está en todas las partes intervinientes, tanto como el junco, que no se pregunta tanto sobre su parte aferrada y la porción flexible. Así podremos integrar y potenciar, investigar y desarrollar, dejando fluir la experiencia de la vida y la posibilidad de usar todas las herramientas que tenemos dentro. Alejandro Lemos [email protected]