Mayor desarrollo de energía nuclear ante la suba del crudo

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A nivel mundial, cada día son más quienes se pronuncian a favor
del desarrollo de la energía nuclear como contrapartida al aumento
de precios del crudo
La escasez y el alto precio internacional de los combustibles tradicionales como
el petróleo y el gas, junto con el alto factor contaminante de la emanación de
gases y la preocupación general por el cambio climático, llevan a la búsqueda
de energías alternativas, entre las que la nuclear se perfila como una de las
elegidas por los gobiernos de las principales potencias del planeta.
En el mundo, el carbón es la materia prima para 40% de la energía, seguido por
la energía hidroeléctrica, que representa 17 por ciento. La energía nuclear
completa el podio, con 16%, mientras que el gas representa 15% y el petróleo,
11 por ciento.
El desarrollo de energía nuclear atrae a tantos partidarios como detractores. La
disponibilidad de uranio, el bajo costo de la energía y el hecho de que no
produce emisiones contaminantes se cuentan entre sus ventajas. En cambio,
entre las contras se remarca el tratamiento de los residuos radiactivos, producto
de la síntesis de uranio, que sí es altamente contaminante.
En la Argentina, en el marco de los festejos por el Día Nacional de la Energía
Atómica, la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas subrayó el
interés del mundo por reemplazar las energías contaminantes y destacó la
decisión del Gobierno de concluir la construcción de la central Atucha II bajo
responsabilidad
nacional.
En
el
mundo
Brasil, en su búsqueda de la autosuficiencia energética, recientemente
inauguró
un
centro
de
enriquecimiento
de
uranio.
En los Estados Unidos la construcción de nuevas plantas comenzará en el
2010.
En Europa, varios países, entre ellos Finlandia, Francia y Rusia comenzaron, o
están a punto de comenzar, la construcción de nuevas centrales nucleares.
En Italia, la empresa eléctrica estatal compró acciones de la nueva central
nuclear que construirá Francia. En Alemania la nueva coalición gubernamental
ha dicho que revisará los planes de cierre de sus centrales.
Suecia ya dejó de lado la idea de cerrar las suyas y, por el contrario, formula
planes para extender la vida de las actuales plantas nucleares.
En Inglaterra, el premier Tony Blair volvió a instalar la necesidad de contar con
una nueva generación de plantas de energía nuclear en el Reino Unido para
recortar la dependencia de la importación del petróleo, así como las emisiones
de
dióxido
de
carbono.
Por el momento, la energía nuclear proporciona un quinto de la energía
eléctrica en el Reino Unido, pero sus doce plantas nucleares son obsoletas y
para el 2010 sólo proporcionarán 4% de la electricidad. “Estos hechos ponen la
reforma de las centrales nucleares, el impulso a las energías renovables y un
cambio en la eficiencia energética de nuevo en la agenda”, aseguró Blair.
En España, según la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales
(FAES), el desarrollo de energía nuclear permitirá terminar con la dependencia
energética. Según el ex presidente del gobierno español y director de la
entidad, José María Aznar, la energía nuclear pueden ser una alternativa al
petróleo y al gas “que están generando una gran dependencia del exterior, un
alza de la inflación y un agravamiento del déficit comercial” para España.
Distribución
Según el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en el 2030 se
habrá incrementado la cantidad de energía atómica 70%, en comparación con
el
2002.
La energía atómica abastece 16% de la electricidad a nivel mundial. De las más
de cuatrocientas centrales instaladas en treinta países, la mayoría se encuentra
en Europa Occidental y en los Estados Unidos y Canadá, aunque el mayor
número
en
construcción
se
da
en
Asia.
Los Estados Unidos son el país que tiene mayor número de plantas, 104. Sin
embargo, el que más hace rendir su producción es Lituania, donde la energía
nuclear proporciona 80% de su electricidad, mientras que en Francia es de 78
por
ciento.
Sólo 39 de las plantas de todo el mundo están ubicadas en países en vías de
desarrollo, y como son de menor tamaño sólo representan 5,6% de la
producción mundial. Entre éstos se destacan Brasil, China e India. En especial
en
los
dos
últimos
hay
más
concentración
de
proyectos.
No
proliferación
A la incertidumbre por el tratamiento de los residuos nucleares se suma el
fantasma de la producción de armas nucleares. Muchos argumentan que una
vez que un país maneja el procedimiento para la producción de energía
atómica,
nada
impide
la
generación
de
armas
nucleares.
Tal es el caso de Irán, que a pesar de haber firmado el Tratado de No
Proliferación de armamento nuclear, enfrenta el recelo de los Estados Unidos y
la Unión Europea, ante la creencia de que el programa nuclear iraní abarcaba
también
el
desarrollo
de
armas
nucleares.
La llamada tecnología nuclear “pacífica”, de uso civil, es vista por muchos como
la principal puerta de entrada para la disposición de armamento nuclear. Los
países que ya disponen oficialmente de armamento nuclear son los Estados
Unidos, Rusia, Francia, Inglaterra, Pakistán, China, Corea del Norte, India e
Israel.
Variables de desechos y contaminación
A
favor
En un debate organizado en España, uno de los fundadores de Greenpeace,
Patrick Moore, señaló que la energía nuclear es “una bendición” en
comparación con el cambio climático. También categorizó a las armas
nucleares y los residuos de alta actividad como “inconvenientes asumibles”
frente a los cambios producidos en el mundo por las fuentes energéticas
tradicionales.
La no emisión de gases de efecto invernadero también es la ventaja que
destaca la ex comisaria europea de energía, Loyola de Palacio. “La energía
nuclear es fiable, controlable y está disponible. Ofrece estabilidad de precios y
garantía de seguridad”, señaló la ex funcionaria.
En
contra
Si bien los principales favorecedores del desarrollo de energía nuclear elogian
su baja emisión de gases contaminantes, quienes cuestionan esta alternativa
tienen
como
punto
central
el
manejo
de
los
desechos.
“Los residuos radiactivos no se evaporan”, sostiene el ministro de Industria
español, que está en contra de incrementar el parque de centrales nucleares.
Por otra parte, el carácter “ilimitado” del recurso puede hacer perder la
conciencia de racionalización del consumo que hoy se lucha por instalar.
Análisis:
Un
sustituto
más
económico
En este último tiempo no pasa un día sin que los diarios nos traigan
inquietantes noticias sobre el abastecimiento energético, tanto en nuestro país
como
en
el
mundo.
La situación en Irán y la creciente demanda china incrementan los precios del
barril de petróleo y ponen un signo de alerta sobre la disponibilidad del fluido.
Rusia disminuyó el flujo de gas a Ucrania y Europa en un invierno
particularmente
crudo
en
esa
región.
Un estudio reciente de la Agencia Internacional de Energía indica que el
consumo de energía en el mundo se incrementará 60% para el 2030, de ese
porcentaje 70% corresponderá a demandas de los países en desarrollo. En
nuestro país la demanda total del 2004 ha tenido un incremento, respecto del
2003, 6,7 por ciento. El dilema que se está planteando es cómo satisfacer esa
creciente
demanda
energética.
Por otra parte los devastadores efectos en el clima que se producen como
consecuencia del dióxido de carbono (CO2), que inevitablemente se genera al
quemar combustibles fósiles, considerado como una de las fuentes que
contribuyen mayoritariamente al recalentamiento global del planeta (efecto
invernadero), nos permiten afirmar que llegó la hora de replantear las fuentes
de
energía
primaria.
No olvidemos que, sólo en la zona de Capital y Gran Buenos Aires, para
generar electricidad utilizando gas y petróleo se emiten a la atmósfera
alrededor de 8 millones de toneladas de dióxido de carbono, en tanto en todo el
país
la
emisión
llega
a
unos
25
millones
de
toneladas.
En la actualidad, a nivel mundial, los combustibles fósiles –carbón, petróleo y
gas– contribuyen con 63% de la producción eléctrica, la energía hidroeléctrica
representa alrededor de 19%, la nuclear 17%, la geotérmica 0,3%, mientras
que la solar, la eólica y la biomasa contribuyen en conjunto con menos de 1 por
ciento.
En nuestro país las proporciones para el 2004 fueron:
34% hidráulica
56% de origen térmic
9% nuclear
y 1% de otras fuentes dentro de las cuales 0,01% es de origen eólico
Con un kilo de uranio se produce la misma cantidad de electricidad que con 100
barriles de petróleo. Pero un kilo de uranio cuesta u$s100, mientras que los 100
barriles
de
petróleo
cuestan
cerca
de
7.000
dólares.
Por las razones expuestas el mundo está asistiendo a un renovado interés en la
energía nuclear como fuente generadora de electricidad masiva, segura,
económica y además ambientalmente sustentable ya que no emite gases que
contribuyan
al
efecto
invernadero.
En nuestro país, contamos con las capacidades técnicas y humanas necesarias
para sumarnos a este resurgimiento mundial. Empresas argentinas participan
con éxito en licitaciones internacionales para la provisión de tecnología nuclear
a lugares tan diversos como los Estados Unidos, Canadá, China, Corea, Perú,
Argelia, Egipto, Australia y Venezuela, entre otros, con exportaciones que
abarcan reactores y combustibles, agua pesada, equipos de medicina nuclear,
etcétera.
En la Argentina operan las centrales nucleares de Atucha 1 y Embalse, que lo
vienen haciendo desde 1974, en forma confiable y segura, alimentando
aproximadamente 1 de cada 10 artefactos eléctricos en nuestros hogares e
industria y el Gobierno ha tomado la decisión de terminar de construir Atucha 2.
Con ello en los cuarenta años de su vida útil sustituiremos la utilización de
45.000 millones de litros de petróleo por un valor de u$s18.000 millones y
además evitaremos la emisión a la atmósfera de 138 millones de toneladas de
dióxido
de
carbono.
Para lograr una reducción equivalente deberíamos retirar de circulación todo el
parque automotor argentino, incluidos camiones y autobuses, durante siete
años.
Darío Jinchuk
Comisión
PATRICIA
© Infobae Diario
es Jefe
Nacional
VALLI
de
Relaciones
de
|
Internacionales
Energía
de la
Atómica
[email protected]
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