La conducta de la garrapata (explicada en clase), la impronta, el

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La conducta de la garrapata (explicada en clase), la impronta, el canto de los pájaros e
insectos (como los grillos o las cigarras), la construcción de nidos por parte de las aves y
algunos mamíferos (como las ratas) son ejemplos de instintos. En los seres humanos parece
que, por ejemplo, la expresión de las emociones obedece a patrones de acción fijos; a favor
de esa afirmación estaría el hecho constatado de que los niños nacidos ciegos y sordos
expresan emociones de manera similar a nosotros, dado que no han podido aprenderlas se
admite que estarían programadas genéticamente.
En general, conforme más compleja es una criatura mayor es la aportación relativa del
aprendizaje hasta que los individuos se convierten en adultos capaces de desenvolverse en
su medio.
Habitualmente el aprendizaje ha sido observado a través de la medición de cambios en la
conducta: el individuo ahora hace cosas que antes obviamente antes no era capaz de hacer.
Esta medición presenta a veces problemas puesto que cuando se quiere medir la ocurrencia
de un aprendizaje se ha de diseñar una situación de prueba, de examen, que no interfiera
con la manifestación de los aprendizajes que se quieren probar. Por ejemplo el caso de un
estudiante que se ponga tan nervioso ante la situación de un examen oral que no sea capaz
de ordenar adecuadamente el material para exponerlo.
En la investigación sobre el aprendizaje se ha hecho un uso extensivo de animales,
principalmente ratas, aunque también perros, gatos, palomas y monos. Actualmente se
siguen haciendo investigaciones con animales pero desde la década de los 80 del siglo
pasado se ha producido un decidido énfasis en el estudio del aprendizaje con sujetos
humanos. Mientras que los mecanismos más simples de cambio de conducta –aprendizajese dan de manera similar en animales y humanos, ocurre que hay componentes cognitivos
que son específicamente humanos y no se pueden estudiar en animales.
RESPUESTAS REFLEJAS, HABITUACIÓN Y SENSIBILIZACIÓN.
Los organismos “reaccionan” a los acontecimientos de su ambiente. Los ruidos extraños
provocan respuestas de orientación y defensa. Si algo se mueve en la periferia de nuestro
campo visual es probable que giremos la cabeza hacia ese lado. Un trozo de comida en la
boca provoca salivación, una luz brillante provoca la contracción de la pupila, si tocamos
algo muy caliente retiramos la mano inmediatamente, si algún cuerpo pasa a las vías
respiratorias produce tos. Todos estos son ejemplos de conductas “elicitadas”, que ocurren
como reacción al medio. La conducta refleja es la forma más simple de conducta elicitada.
En el arco reflejo interviene el receptor, que envía la información a la neurona sensitiva,
ésta al nervio espinal y de ahí a la interneurona de la sustancia gris de la médula. Se envía
la respuesta a través del nervio espinal y de ahí va a la neurona motora, que lleva la señal al
efector. La médula es el centro encargado de numerosas respuestas involuntarias, reflejas.
Las interneuronas están dispuestas de tal forma que un conjunto de neuronas sensoriales se
conecta sólo con un conjunto de neuronas motoras. Debido a esta conectividad restringida
entre unas neuronas sensoriales y motoras concretas, la respuesta refleja sólo es
desencadenada por un conjunto limitado de estímulos. Las neuronas aferentes, las
interneuronas y las neuronas eferentes constituyen lo que se conoce como arco reflejo
(véase Ilustración 1). En los vertebrados, el arco reflejo representa el mínimo de conexiones
neuronales necesario para la acción (refleja).
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Ilustración 1.- Corte de la médula espinal y órganos y células implicados en un arco
reflejo
En la felicitación de reflejos suelen intervenir estructuras neurales adicionales. Los
mensajes sensoriales son transmitidos con frecuencia al cerebro, que puede influir de
diversas maneras en el desarrollo del reflejo. Por ejemplo, los mecanismos de activación
del cerebro pueden afectar a la excitabilidad de las neuronas (imagina que estás viendo una
película de terror, y en el momento de más tensión, sin que lo esperes, alguien te da un
golpecito en el hombro por detrás).
Los reflejos innatos constituyen una parte importante del repertorio de conductas de los
niños recién nacidos (succión, prensión…)
Comportamientos innatos, instintos y conductas reflejas son términos que no van asociados
aunque pueden ir. Los reflejos son simples mientras que los instintos son complejos y tanto
unos como otros son innatos, no son aprendidos.
Las conductas elicitadas presentan al menos tres elementos: el estimulo desencadenante, la
acción o respuesta y los estímulos consecuentes de la acción (estimulación propioceptiva y
de distintos tipos). Aunque la conducta elicitada es invariable, puede mostrar cierta
plasticidad que se manifiesta en distintos valores para ciertos parámetros más que en
cambios cualitativos en esas respuestas. Este es el caso de la habituación y la
sensibilización. La repetición del estímulo desencadenante puede dar lugar a
HABITUACIÓN o SENSIBILIZACIÓN.
La habituación es una disposición decreciente para responder como resultado de una
estimulación repetida. La disposición creciente para responder es lo que ocurre en la
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sensibilización. Habituación y sensibilización han sido estudiadas con distintas respuestas.
Por ejemplo han sido estudiadas con el reflejo de sobresalto que se produce en ratas. En la
Ilustración 2 se puede observar el aparato usado para el estudio del sobresalto en ratas.
Ilustración 2.- Aparato usado para el estudio del reflejo de sobresalto en ratas.
En la caja que se observa en la Ilustración 2 los movimientos bruscos de la rata se
transforman en movimientos del imán sobre la espiral de alambre, que crea pequeñas
corrientes eléctricas que son registradas. Así, la corriente eléctrica registrada en voltios será
mayor cuanto más bruscamente se mueva la rata, y tendremos una operativización del
sobresalto de la rata cuantitativizado en voltios. En un experimento en el que se utilizó este
dispositivo se presenta a las ratas un tono de manera súbita para producir el sobresalto o
tono de prueba. Había dos grupos de ratas; a las de un grupo se les mantenía un ruido de
fondo flojo, de 60 dB (decibelios) y a otro fuerte, de 80 dB (como el que hace el agua
saliendo de un grifo con fuerza).
En la Ilustración 3 se muestran los resultados del experimento. Las presentaciones
sucesivas del tono de prueba (eje de abcisas) no siempre producen la misma respuesta de
sobresalto. Cuando el tono de fondo es suave (60 dB), las repeticiones del tono producían
reacciones de sobresalto cada vez más pequeñas (los puntos están más abajo en el eje de
ordenadas, el de la variable dependiente que en este caso es la “magnitud del sobresalto”).
Por el contrario, cuando el ruido de fondo era fuerte (80 dB), las repeticiones del tono
suscitaban reacciones de sobresalto progresivamente más duraderas e intensas.
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Ilustración 3.- Magnitud de la respuesta de sobresalto de ratas ante las sucesivas
presentaciones de un tono con un ruido de fondo de 60 u 80 dB (según Davis, 1974).
La habitación y la sensibilización representan los cambios fundamentales de la conducta
que surgen a partir de la experiencia. La habituación es distinta de la adaptación sensorial y
de la fatiga. En general, para que cualquier respuesta se dé se precisa la contribución tres
elementos: los órganos de los sentidos, los circuitos neurales y los músculos efectores.
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